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Revista de la Facultad de Medicina

versión impresa ISSN 0798-0469

RFM v.24 n.2 Caracas jul. 2001

 

Revista de La Facultad de Medicina, Volumen 24 Número 2, 2001 (172-180)

EJECUCIÓN DE UN PROGRAMA PARA REFORZAR EL CONOCIMIENTO DEL CONTROL DE LOS FACTORES DE RIESGO MODIFICABLES DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN LOS TRABAJADORES DE PEQUIVEN OFICINA PRINCIPAL

E Peña1, F Contreras2, C Fouillioux3, E Montero3, J Cabrera3, N Ospino3, M González3, S Rodríguez4, M García3, L Magaldi5, C Jiménez y M Velasco6.

  1. Licenciado en Enfermería, Enfermera Jefe del Servicio Médico, Pequiven Caracas.
  2. Médico Internista, Profesor Agregado de Fisiopatología UCV.
  3. Res. Med. Interna Hosp. Victorino Santaella, Los Teques Edo. Miranda.
  4. Res. 2do año Posgrado de Medicina Interna-UCV.
  5. MsCs en Farmacología, Profesor Farmacología EEE-UCV.
  6. Farmacólogo Clínico, FRCP Edin. Profesor Titular de Farmacología UCV.

 

RESUMEN:

La hipertensión arterial(HA) constituye uno de los problemas de salud publica más importantes por su elevada prevalencia, sus complicaciones, alta mortalidad y morbilidad y el coste que determina su control y tratamiento. Es factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular y cerebro vascular ya que favorece la formación de placas ateroscleróticas. Esta presente en ambos sexos y a cualquier edad provocando una disminución en la expectativa de vida. El hábito tabáquico, la hipertensión arterial, los niveles de colesterol, la obesidad y la inactividad física, el estrés, alcohol y consumo de sal, son considerados factores de riesgo modificables. El control de la hipertensión arterial (HA) junto con los demás factores de riesgo para desordenes cardiovasculares es probablemente uno de los mayores problemas de salud pública en el mundo. El objetivo de este trabajo fue determinar los efectos que produce un programa educativo para reforzar el conocimiento del control de los factores de riesgo modificables de hipertensión arterial, en los trabajadores de la oficina central de Pequiven durante el segundo semestre del año 2000.

Palabras Clave: Hipertensión arterial, Factores de riesgo modificables, Programa educacional.

ABSTRACT:

Arterial hypertension (AHT) is one of the most important public health problems because of its high prevalence, complications, high mortality and morbidity rates and the high costs that its control and treatment imply. It is an important factor in cardiovascular and cerebral-vascular disease development because contributes to the formation of atherosclerotic plaques. It is present in both sexes, at any age, causing a diminution in life expectancy. Tobacco, high blood pressure, cholesterol levels, obesity, physical activity, stress, alcohol, salt: they are all considered modifiable risk factors. Control of arterial hypertension (AHT) along with other modifiable risk factors of cardiovascular disease is probably one of the greatest public health problems in the world. The objective of this paper is to determine the effects on the workers of Pequiven´s head office of an educational program aimed at reinforcing knowledge on the control of the modifiable risk factors of arterial hypertension. The program was carried out in the second half of the year 2000.

Key Words: Arterial hypertension, Modifiable risk factors, Educational program.

__________________

 

 

INTRODUCCIÓN

El desarrollo de la hipertensión arterial está relacionado con un incremento del gasto cardíaco, de la resistencia vascular periférica total y de otros factores específicos, tales como la alteración de la estructura vascular, sistema renal, edad, peso, etnia, ingesta de alcohol, ingesta de sodio, factores genéticos, predisposición familiar y factores psicológicos. Conforme aumenta la edad, aumentan las cifras de presión arterial y este aumento en la vida adulta es una característica individual. La elevación de la presión arterial, del colesterol y el hábito de fumar son los tres principales factores de riesgo para enfermedad coronaria(1).

A lo largo de los años, un creciente cuerpo de evidencias epidemiológicas y clínicas, han mostrado la importancia de la elevación de la presión sistólica y diastólica en las complicaciones Cardiocirculatorias atribuibles a la Hipertensión Arterial; los reportes del VI informe del Joint National Committee(2) 1997 (JNCV-VI) y los lineamientos de la Sociedad Internacional de Hipertensión 1999 (ISH)(3), han centrado la atención sobre el problema del diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial. En Venezuela, según datos reportados por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social(4), las enfermedades del corazón se encuentran como la primera causa de muerte diagnosticada y representan el 27% de la mortalidad total; por su parte la HA representa el 1,10% de la mortalidad general.

Para mejorar la agobiadora estadística de la enfermedad cardiovascular hipertensiva, es necesario considerar, no sólo nuevas y más eficaces opciones terapéuticas, sino la participación activa del paciente hipertenso, en la concepción de la enfermedad y la modificación de factores de riesgo, a través de la prevención primaria y programas educativos.

La sociedad Española de Arteriosclerosis (1997), en el Programa Preventivo y de Promoción de la Salud (PAPPS)(5), reporta algunos estudios de Prevención Primaria relacionados con la dieta y enfermedades cardiovasculares, en los que se introdujo un cambio de dieta y modificación del estilo de vida; el estudio de Oslo de 1994 citado por PAPPS se efectuó en dos grupos de varones de alto riesgo entre 40 y 49 años con una media de colesterol total de 323 mg/dl. El protocolo incluía el abandono del hábito tabáquico y la reducción del consumo de energía en forma de grasa del 44% al 28%. Tras cinco años de seguimiento la colesterolemia se redujo en un 13%, disminuyendo la mortalidad por enfermedades coronarias.

En el estudio cooperativo de la OMS (1978)(6), se estudiaron 60.881 varones durante 6 años. En la intervención se modificó la dieta, el hábito tabáquico y el control de la presión arterial en los hipertensos. Aunque hubo una inexplicable variabilidad entre los grupos de los distintos países, el análisis global demostró una discreta reducción en la mortalidad coronaria en el grupo que no alcanzó significación estadística(6).

En un estudio de una población de 14.519 personas, en 20 ciudades de Venezuela se demostró que el 51,45% ignoraba la importancia de la hipertensión como factor de riesgo; 45,9% desconocía sus cifras de presión arterial (PA), mientras que 18% de los restantes se conocía hipertenso(7). Al analizar la lectura de PA a esta muestra, 5.057 personas (34,9%) tuvieron cifras diastólicas por encima de 90 mmHg y en la mayoría de estos sujetos había un factor de riesgo cardiovascular(7).

Camacho J(8), expone en su trabajo "tratamiento no farmacológico de la hipertensión arterial" que la reducción en el consumo de sodio es sin duda la medida más popular para disminuir la presión arterial. En el estudio INTERSALT(9), se encontró que una reducción en la ingesta de sodio a 100 mmol/día se asocia con una reducción de 9 mmHg de presión sistólica en un período de 30 años.

Villafranca A y Contreras F(10), en su investigación "Propuesta de un programa para reforzar los conocimientos de riesgo modificables de hipertensión arterial en pacientes de la unidad de hipertensión arterial del Hospital Universitario de Caracas" donde participaron 34 pacientes a los cuales se les aplicó una encuesta, que incluía a 17 pacientes en inducción antes y después de la misma y 17 pacientes en consulta. Los resultados obtenidos demostraron que los pacientes tienen una idea general y en algunos aspectos algo confusa de lo que es la etiología y complicaciones de la hipertensión arterial.

Los países latinoamericanos tienen una profunda mezcla étnica de grupos europeos, africanos e indios, los cuales han sido definidos como Hispánicos, y existe una gran variabilidad de un país a otro así como en la nutrición, ingestión de sal y hábitos de bebidas entre las diferentes regiones. Por lo tanto, la frecuencia u ocurrencia de la hipertensión en el mismo país puede variar de una región a otra(11).

La hipertensión arterial es la enfermedad crónica más frecuente en todos los países desarrollados, calculándose su incidencia entre un 15 a un 20% de la población adulta. En Venezuela, se han realizado estudios epidemiológicos con datos de sumo interés que sugieren una prevalencia de hipertensión arterial (HA) entre el 15 y 43% de la población estudiada. La frecuencia mayor se encuentra en los estados orientales, especialmente Nueva Esparta, quizás debido a una mayor ingesta de alimentos ricos en sal y en el área del Estado Miranda, donde el predominio de la raza negra es evidente(11). El estudio más extenso reportado en Venezuela (1994), con una muestra de 15.000 habitantes en visitas domiciliarias reportó que la presión sanguínea elevada tendía a ser mayor en hombres hasta los 50 años, más allá de esta edad su frecuencia decrece y las mujeres tienden a ser más hipertensas a partir de los 50 años. Un total de 61,3% de los hipertensos tenían conocimiento de su condición; el 45,9% estaba en tratamiento y solamente el 14% del total de hipertensos tenía la presión sanguínea bajo control(11).

Un factor de riesgo es cualquier situación o circunstancia que se presenta con mayor frecuencia en los individuos y que incrementa la probabilidad de desarrollar una enfermedad crónica. Los factores de riesgo se sustentan en numerosas investigaciones epidemiológicas que surgieron con el estudio de Framighan y permitieron establecer la correlación entre ciertas condiciones individuales y la aparición de una determinada enfermedad(12). En concordancia con los hallazgos del estudio de Framighan, una dieta rica en sal acelera la aparición de la hipertensión arterial a cualquier edad. Las alteraciones en la excreción de sodio juegan un papel protagónico en la patogenia de un cuadro hipertensivo. Existe en el riñón un equilibrio muy preciso entre dos sistemas el balance glomérulo – tubular (retiene sodio) y un mecanismo presión – natriuresis (excreta sodio). Estos mecanismos pueden alterarse por factores genéticos, ambientales, étnicos y desarrollarse una hipertensión arterial esencial(13). Existe un grupo de hipertensos denominado sodio – sensibles en quienes se obtiene una repuesta hipotensora favorable, al restringir el sodio de la dieta o por el contrario una ingesta alta en sal les incrementa la tensión arterial.

Igualmente, el fumar cigarrillos aumenta el riesgo de enfermedades coronarias y de accidentes cerebrovasculares en todas las edades, pero es de particular importancia en personas jóvenes.

La enfermedad coronaria, los accidentes vasculares cerebrales y la diabetes son la primera causa de mortalidad en los obesos. En los hombres un incremento del 10% en el peso provoca un aumento de un 30% en el riesgo de enfermedades coronarias, sobre todo si existe una asociación con otros factores de riesgo. Así, la obesidad conduce a un aumento de las lipoproteínas de baja densidad y de los triglicéridos y disminución de las HDL. La diabetes es más frecuente en los pacientes con obesidad ligera y hasta 10 veces más frecuente en obesidad severa, debido a la resistencia a la insulina(14). Por otra parte, la obesidad conlleva a un aumento de la presión arterial, debido a una mayor retención de sodio en el ámbito renal y a un aumento de la concentración plasmática de renina y del tono adrenérgico(14).

El estrés psicosocial, esta conformado por estímulos internos o externos que son percibidos por el individuo y que por tener gran significado para él, activan las emociones y producen cambios fisiológicos, que si son mantenidos e intensos pueden amenazar la salud. El estrés ha sido reconocido como un factor de riesgo para enfermedades coronarias.

PACIENTES, MATERIALES Y MÉTODOS

Se diseña un estudio tipo transversal descriptivo, para lo cual se estudió una población constituida por la totalidad de los trabajadores de la oficina principal de Pequiven Caracas, con una muestra de 80 trabajadores, en el segundo semestre de 2000, que cumplían con los siguientes criterios de inclusión: Aprobación del sujeto para participar en el estudio; sujetos de 20 a 55 años, diagnóstico de hipertensión arterial primaria leve o moderada, antecedentes familiares de hipertensión arterial, presencia de factores de riesgo modificables para hipertensión arterial no controlados previo prediagnóstico. Los criterios de Exclusión fueron: Sujetos con hipertensión secundaria, sujetos con hipertensión arterial severa (presión arterial sistólica mayor de 179 mmHg o presión arterial diastólica mayor de 109 mmHg). A tales efectos se revisaron las historias clínicas de todos los trabajadores para seleccionar a los pacientes que reunían los criterios de inclusión. Se utilizó la ficha de identificación, con la finalidad de recolectar información del paciente en cuanto a datos personales, clínicos y antecedentes para así realizar un prediagnóstico. Posteriormente se aplicó la prueba pre-test. Luego se ejecutó el programa educativo diseñado para tal fin. Posteriormente se aplicó el pos-test.

El cuestionario se aplicó en dos fases: la primera (llamada pre-test), trata de medir la información que poseen los sujetos sobre la Hipertensión arterial (HA) y de los factores de riesgo modificables, antes de la ejecución del programa (reforzamiento de conocimientos), y la segunda fase llamada (pos-test), se aplicó para medir la información luego de haber ejecutado el programa. Para este análisis sólo se consideraron aquellos sujetos que asistieron tanto a la primera fase como a la segunda fase.

El diagnóstico sobre el desconocimiento de los factores de riesgo modificables para hipertensión arterial, fue realizado mediante la aplicación de un cuestionario a pacientes con hipertensión arterial primaria o con antecedentes de hipertensión, que asisten a consulta y exámenes periódicos en la Clínica Industrial de Pequiven Caracas; permitiendo identificar la información de los mismos respecto a algunos aspectos relacionados con la enfermedad y la actitud hacia ella.

La encuesta fue validada desde el punto de vista de contenido por expertos en las áreas de Medicina Interna, Metodología y Enfermería. Igualmente, se hizo la validez estadística, para lo cual se utilizó la prueba de Alfa Crombach y se aplicó la prueba de máxima convergencia para verificar si existían dimensiones que excedían del valor esperado en el diseño inicial del cuestionario. El Alfa Crombrach, fue de 0,8948 lo cual le confiere confiabilidad al instrumento diseñado.

La formula es: alfa = N (P)/(1+p(N-1))

Donde N es el número de ítems y "p" el promedio de las correlaciones entre ítems.

Para analizar los cambios en las respuestas suministradas por los entrevistados, se procedió a la agrupación de los datos obtenidos mediante el método estadístico descriptivo. El análisis en cuanto al cambio de información se definió como "al cambio en la respuesta" ofrecida por el participante desde la primera hasta la segunda fase. Los valores de esta se expresaron como la media aritmética de cada uno del valor de los ítems en forma ponderada. El análisis estuvo restringido a la prueba Wilcoxon del signo. Un valor significativo en el análisis representa una media de cambio sólo para los ítems extremos: "No lo se" (0) a "Mucho" (4) y "No tengo opinión" (0) a "Cierto" (3). Se consideró un valor estadístico significativo sí p < 0.05 y altamente significativo sí < 0.01.

RESULTADOS

En la entrevista realizada a los participantes del estudio se les aplicó un prediagnóstico y se obtuvo como resultado que, 63,8% eran del sexo masculino y 36,2% del sexo femenino. Con antecedentes familiares de Hipertensión Arterial se obtuvo la siguiente información: 70% madre, 55% padre y un 25% hermanos. Por otra parte, un 35% de los sujetos tenían diagnóstico de Hipertensión Arterial, un 25% diagnóstico de tabaquismo, 58,8% dislipidemia y un 61,3% de obesidad de acuerdo a los parámetros establecidos (Tabla 1).

Tabla 1: Prevalencia de parámetros anormales en los pacientes en estudio. Pequiven. Caracas 2000

Variables

Media ± desviación típica

Prevalencia de valores anormales

Edad (años)

45.2 ± 5.7

-

IMC (Kg/m2)

28.1 ± 4.2

57.5%

Colesterol total (mg/dL)

242 ± 39

53.8%

Triglicéridos (mg/dL)

273 ± 145

52.5%

Glicemia (mg/dL)

108 ± 33

15.0%

PAS (mmHg)

128 ± 17

53.6%

PAD (mmHg)

86 ± 12

55.3%

Fuente: Historias clínicas del servicio Médico Pequiven Caracas.

En la tabla 1 se observa que la edad media del grupo era de 45 a 50 años y que un 57,5% de los sujetos presentaron un índice de masa corporal de 28 a 32 Kg/m2 lo que representa una obesidad grado I y II, así como valores incrementados de colesterol, triglicéridos, y presión arterial diastólica y sistólica. Con respecto al cuestionario, fue aplicado a 80 sujetos antes de la ejecución del programa, y después del mismo fue aplicado sólo a 40 sujetos que asistieron al programa. Los resultados más significativos que se obtuvieron son los siguientes:

Las siguientes tablas señalan el conocimiento que tienen los sujetos respecto a la etiología, complicaciones y factores de riesgo modificables de Hipertensión Arterial (Tabla 2).

Tabla 2: Rango de respuestas sobre conocimientos de las complicaciones atribuibles a la HA en los trabajadores de Pequiven. Caracas 2000.

 

Rango de respuestas

 

Item

Positivos

Negativos

p

La HA puede afectar

     

El cerebro

4,50

3,80

0,380

El corazón

3,00

3,75

0,317

Los pulmones

18,13

14,50

0,002

Los riñones

7,50

13,21

0,000

Los ojos

12,22

13,44

0,147

El funcionamiento sexual

11,00

16,04

0,001

La memoria

11,00

17,77

0,000

La digestión

7,00

16,11

0,000

El hígado

16,75

16,46

0,000

Fuente:Cuestionario pre y post test..

Tabla 3: Asociación entre factores de riesgo e HA en trabajadores de Pequiven. Caracas 2000

 

Rango de respuestas

 

Item

Positivos

Negativos

p

La HA se relaciona

Con la herencia

3,00

6,30

0,007

Con los riñones

7,30

18,73

0,000

Con el consumo de sal

5,50

7,83

0,007

Con el consumo de grasas

8,75

8,46

0,007

Con el exceso de peso

8,17

9,18

0,011

Con el consumo de alcohol

12,38

14,85

0,000

Con el funcionamiento de las arteras y las venas

6,50

10,36

0,064

Con la rabia contenida

8,10

13,08

0,002

Con el consumo de drogas

8,83

16,61

0,000

Con la vida agitada de la ciudad

11,00

11,73

0,095

Con el habito de fumar

12,00

12,00

0,005

Con el embarazo

9,00

12,45

0,001

Con la tiroides

17,25

12,19

0,011

Con el colágeno

25,00

14,64

0,000

Con los excesos cometidos

12,32

16,64

0,072

Con la raza de la persona

12,50

15,83

0,000

Con la edad

11,17

13,58

0,009

Con el sexo de la persona

11,83

19,83

0,000

Fuente:Cuestionario pre y post test..

 

Los valores en negrita indican el valor estadístico de cambio en la opinión con un p< 0,05. Los valores se calcularon sobre la base de la diferencia entre los valores medios porcentuales del grupo en estudio antes y después de la ejecución del programa, de manera que aquellos que se encuentran en números positivos significan que aumentó el conocimiento en ese aspecto y en números negativos cuando disminuyo. Con lo cual podemos observar que en el pre-test a la pregunta ¿La HA puede afectar el Cerebro?. Un 2,4% respondió "No lo sé" un 81,0% respondió "Mucho" y un 85.7% respondió "Mucho" después del programa. Así a la pregunta ¿La HA puede afectar o alterar los pulmones? 46,3% respondió "No lo sé" y después del programa respondió un 11,9% "No lo se".

También, es significativa la respuesta a la pregunta 11 ¿La HA puede afectar el funcionamiento sexual?. Un 35,7% respondió "No lo sé" antes del programa y después solo un 2,4% respondió "No lo sé". Asimismo, un 26,6% respondió "Mucho" antes del programa y un 42,9% respondió "Mucho" después de la ejecución del programa.

En el grupo de sujetos que participaron antes y después del programa, se observo que a la pregunta "La herencia se relaciona con la Hipertensión Arterial" de un 63,4% que respondió "Mucho" se incrementó a un 81,0%. Por otra parte, en las preguntas "la HA se relaciona con el consumo de sal", "la HA se relaciona con el consumo de grasas" y " la HA se relaciona con la edad" se obtuvo una diferencia bastante significativa después de la ejecución del programa.

Las diferencias estadísticas, de las respuestas obtenidas en el grupo en de estudio son significativas sí se toma en consideración que el 50% de la población del grupo de estudio incrementó sus conocimientos en las preguntas " La HA viene con la menopausia" un 52,4% respondió "No tengo opinión" en el pre-test y un 64,3% respondió "Cierto" pos-test "Suele pasar desapercibida" 11,9% respondió "No tengo opinión" pre-test y 83,3 pos-test respondió "Cierto" " Es más frecuente en los hombres" obtuvo un 35,7% en el pre-test con "No tengo opinión" y un 81,0% pos-test con "Cierto" provoca alteraciones psicológicas" obtuvo un 38,1% en el pre-test con "No tengo opinión" y un 47,6% con "Cierto" en el pos-test (Tabla 3).

Los datos reportados anteriormente demuestran que los sujetos encuestados tienen cierto grado de conocimiento en algunos aspectos de la etiología de la Hipertensión Arterial, complicaciones y factores de riesgo modificables. Por otra parte, se pudo observar que la ejecución de programas educativos influye positivamente en la motivación del individuo para iniciar cambios en sus hábitos, lo cual le va a permitir un estilo de vida más sano.

Cabe señalar que el 50% de la muestra que participó en la primera fase del estudio se ausento en la segunda fase, en relación con el receso vacacional de la empresa (Tabla 4).

 

Tabla 4: Conocimiento que tienen de la HA los trabajadores de Pequiven. Caracas 2000.

 

Rango de respuestas

 

Item

Positivos

Negativos

p

La HA

Un problema que puede presentarse a cualquier edad

2,67

4,33

0,595

En la mujer viene con la menopausia

3,00

14,88

0,000

Provoca alteraciones físicas permanentes

7,90

8,77

0,131

Suele pasar desapercibida

7,30

10,35

0,031

Es más frecuente en los hombres

12,00

14,16

0,000

Requiere tratamiento permanente

0,00

1,00

0,317

Provoca alteraciones psicológicas

8,58

13,81

0,004

Fuente:Cuestionario pre y post test..

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Se han relacionado con la HA varios factores de riesgo que pueden ser no modificables, como el sexo y la edad, así como otros modificables como la ingesta de sal, etanol, obesidad y tabaquismo entre otros. Es en estos últimos donde la medicina actual dedica un papel relevante, pues de ser modificados, se disminuiría de forma importante la morbimortalidad asociada a la HA.

Son diversos los estudios sobre la modificación de estos factores de riesgo, como el de la sociedad Española de Arteriosclerosis (1997)(5), en el Programa Preventivo y de Promoción de la Salud se reportan algunos estudios de Prevención Primaria relacionados con la dieta y enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, la principal dificultad en cuanto a la modificación del estilo de vida consiste en asegurar un cumplimiento a largo plazo. El convencer, a un paciente asintomático de la necesidad de un tratamiento médico crónico para controlar el aumento de la presión arterial y prevenir el desarrollo de enfermedad cardiovascular, requiere de un grado sustancial de educación del paciente en cuanto a la necesidad de tratamiento antihipertensivo continuo, evaluación periódica clínica y de la presión arterial.

El ejercicio aeróbico regular reduce el riesgo de enfermedades coronarias. Se ha observado que los individuos que realizan cerca de 20 minutos de ejercicio diario, de intensidad leve a moderada, tienen un riesgo de muerte por enfermedad coronaria de un 30% menor que aquellos individuos sedentarios. Estos beneficios pueden deberse en parte a los efectos antihipertensivos del ejercicio, pero, pueden estar incluidos otros factores metabólicos, que se pueden activar con el ejercicio, como el aumento del colesterol HDL.

La elevación del colesterol sérico, particularmente la sub-fracción de lipoproteína de baja densidad (LDL), está asociada con aumentos en los riesgos de enfermedad coronaria y de hipertensión arterial(14). Por otra parte el efecto de la lipoproteína de alta densidad (HDL), parece estar asociado por lo menos con un 3% de reducción en el riesgo de enfermedades coronarias. Las dos sub-fracciones principales de lipoproteínas parecen entonces trabajar una en contra de la otra(14).

Una gran parte del plan para evitar o disminuir las complicaciones de la hipertensión arterial, implica las modificaciones del estilo de vida. En algunos casos, estos cambios en sí pueden disminuir la presión arterial lo suficiente, de manera que sea innecesario la adopción de otras opciones de tratamiento. Incluso, aún cuando sea necesario la administración de un medicamento puede que sean suficientes pequeñas dosis. Igualmente, se ha demostrado que la reducción de la ingesta de sal (cloruro de sodio) unos 10-100 mmol (4.7-5.8g) por día, a partir de una ingesta inicial de alrededor de 180mmol(10.5) por día, reduciría la presión sistólica aproximadamente 4-6 mmHg. El objetivo de la reducción dietaria de sodio debe ser inferior a 5-8 g por día de sodio y menos de 6 g por día de cloruro de sodio. Se debe orientar a los pacientes que eviten añadir sal a los alimentos, consumir comidas procesadas y preferiblemente que consuman alimentos cocidos directamente con ingredientes naturales(9).

Desde hace varios años se han publicado y ensayado una variedad de dietas en el tratamiento de la hipertensión arterial, entre ellas está la de KEMPNER+ que consistía en el consumo de arroz sin sal y frutas. Definitivamente, la disminución de grasa saturada y colesterol en la alimentación es primordial en el tratamiento del paciente en prevención primaria de alto riesgo y secundaria. El consumo de cereales, fibra vegetal, vegetales y frutas, combinados con bajas proporciones de productos animales (pollo, pescado, pavo) y lácteos descremados como fuente principal de calcio y proteína resulta eficaz en el control del paciente hipertenso(15).

La disminución de peso corporal aumentado, mejora los valores de glicemia en los diabéticos, diminuye los valores de colesterol y triglicéridos y aumenta los niveles HDL, factores que se hallan frecuentemente asociados en el paciente hipertenso. En el tratamiento de la obesidad debe diseñarse un plan inicial destinado a lograr una reducción sustancial de peso y un plan de mantenimiento orientado a garantizar el peso obtenido. En el plan de inicio es indispensable la inclusión de dieta y ejercicio físico que conduzcan a modificaciones de la conducta alimentaria y un mayor gasto energético(14).

El Tabaquismo, es la mayor epidemia que enfrenta la humanidad. Los fumadores tienen un riesgo elevado de presentar enfermedad coronaria y fallecen antes que los no fumadores. Aproximadamente 270 componentes se liberan con el encendido de un cigarrillo, cuatro de ellos son los más nocivos: La nicotina (alcaloide con propiedades excitantes y tóxicas sobre el aparato circulatorio y el sistema nervioso), monóxido de carbono (gas con intensa afinidad por la hemoglobina), 3-4 benzopireno (hidrocarburo con acción cancerígena sobre las mucosas), sustancias irritantes (sobre la mucosa respiratoria a nivel del tracto faríngeo y broquial). Se hace necesario hacerle conocer al paciente los beneficios o razones por las que debe dejar el hábito de fumar.

Si se detecta una ingesta exagerada de alcohol debe ser reducida a menos de 30 g de Etanol/día. Los mecanismos implicados en la relación alcohol/HTA incluyen: a) Efecto presor del alcohol sobre las paredes vasculares; b) aumento de la sensibilidad de la pared vascular; c) estimulación del sistema nervioso simpático. Es menester conocer la graduación de las bebidas alcohólicas para dar una orientación acertada; por ejemplo, 30 ml de etanol/día equivalen a 250-300 cc de vino/día o 500-600 de cerveza/día ó 1 ó 2 copas de licor.

La participación regular en actividades aeróbicas parece ser el patrón de vida más óptimo que se pueda adoptar para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Un programa de ejercicios con caminatas de 30-60 minutos/día, paseos en bicicleta o labores de jardinería, para citar algunos ejemplos, pueden disminuir la presión arterial en forma significativa. El ejercicio aeróbico ayuda a: aumentar la resistencia cardiorespiratoria, disminuir y controlar la presión arterial, reducir la grasa corporal, reducir los lípidos sanguíneos (colesterol y triglicéridos), aumentar el colesterol HDL, controlar o disminuir el riesgo de contraer la Diabetes, motivar a la persona a dejar de fumar y controlar la tensión y el estrés(16).

Toda persona posee un nivel óptimo de estrés que es conducente a la buena salud y capacidad de trabajo. Sin embargo, cuando el nivel de estrés llega al límite mental, emocional y fisiológico, el estrés se convierte en distrés y la persona ya no funciona efectivamente(16). El estrés crónico cumple un papel muy importante en el aumento de las cifras de tensión sistólica y diastólica. Existen varios métodos que son efectivos en el manejo del estrés como son; el ejercicio físico, el relajamiento muscular progresivo y las técnicas de respiración.

Los ejercicios de respiración se han practicados por siglos en el Oriente y la India con el propósito de fomentar la fortaleza mental, física y espiritual. El objetivo de estos ejercicios es inhalar aire para botar las tensiones y suplir a todo el cuerpo con aire fresco. Los procedimientos de esta respiración se pueden aprender en pocos minutos y requieren menor tiempo que las otras técnicas(16).

La Educación para la Salud, es una práctica antigua, aunque ha variado sustancialmente en cuanto a su enfoque ideológico y metodológico como consecuencia de los cambios paradigmáticos con relación a la salud: de un concepto de Salud como no Enfermedad hacia otro más global, que considera a la salud como la globalidad dinámica de bienestar físico, psíquico y social. El paso del concepto negativo de la salud a una visión positiva, ha conducido a un movimiento ideológico, según el cual, las acciones van dirigidas a fomentar estilos de vida sanos(17).

Así pues, la Educación para la Salud tiene como objetivo mejorar la salud del individuo, puede considerarse desde dos perspectivas: 1) preventiva, capacitando a los individuos para evitar los problemas de salud mediante el propio control de las situaciones de riesgo, o bien, evitando sus posibles consecuencias; 2) de promoción de la salud, capacitando a la población para que pueda adoptar formas de vida saludables; es decir, es un proceso de formación, de responsabilidad del individuo a fin de que adquiera los conocimientos, las actitudes y los hábitos básicos para la defensa y la promoción de la salud individual y colectiva, es un intento de responsabilizar al sujeto y de prepararlo para que, poco a poco, adopte un estilo de vida lo más sano posible y unas conductas positivas de salud(17).

Teniendo en cuenta que la Educación para la Salud es una actividad condicionada socialmente, su concepción y abordaje debe ser amplio y multidisciplinario. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que las enseñanzas en salud deben ser simples. "Si le oigo lo olvido, si le miro le recuerdo, si lo hago lo sé"(17) .

Un estilo de vida en el plano individual nos señala claramente como una persona, ante el diagnóstico de una enfermedad como lo es la hipertensión arterial, demandará con toda seguridad, una modificación de patrones de conducta habituales como en los hábitos alimenticios; consumiendo menos grasas, reduciendo el consumo de sal e introduciendo más fibras a su dieta. Asímismo, deberá introducir algún programa de actividad física individualizado, en función a la nueva condición del individuo, tendrá que evitar el consumo de tabaco y disminuir el consumo de alcohol, incursionar en un manejo adecuado de las situaciones conflictivas que afronte el sujeto y finalmente deberá regirse a un control adecuado de medicamentos para el control de la enfermedad(18).

La principal dificultad en cuanto a la modificación del estilo de vida consiste en asegurar un cumplimiento a largo plazo. La hipertensión en general es idiopática durante un tiempo hasta que se manifiesta una complicación. El control de la presión arterial en la fase asintomática, reduce en forma significativa la morbilidad y mortalidad cardiovascular. Sin embargo, convencer, a un paciente asintomático de la necesidad de un tratamiento médico crónico para controlar el aumento de la presión arterial y prevenir el desarrollo de una enfermedad cardiovascular es una tarea ardua y complicada, requiere de un grado sustancial de educación del paciente en cuanto a la necesidad de tratamiento antihipertensivo continuo, evaluación periódica clínica y de la presión arterial(19).

Como fue evidente en los resultados de este estudio, se pudo apreciar que el conocimiento de los pacientes sobre la etiología, complicaciones, tratamiento de la Hipertensión Arterial y de los factores de riesgo modificables era insuficiente y en algunos casos fragmentada (se le da más importancia a ciertos factores que a la totalidad de los mismos). Sin embargo, se pudo observar algunos cambios positivos después de la ejecución del programa.

Las diferencias estadísticas, obtenidas en los parámetros de las complicaciones atribuibles a la HA y su asociación con los factores de riesgo, antes y después de la introducción del programa educativo es ampliamente significativa, lo cual evidencia los efectos positivos de la intervención establecida.

Una de las mejores formas para mejorar la adherencia a la terapia es incluir al paciente en la toma de decisiones acerca de las estrategias del tratamiento. Otro acercamiento puede ser utilizar farmaceutas clínicos para informar al paciente sobre el uso de los medicamentos y los efectos colaterales. Las enfermeras clínicas bien entrenadas también contribuirán en gran parte a mejorar el cumplimiento con la terapia, así como otros profesionales de la salud como dietistas y consejeros entrenados que tengan experiencia en la implementación de las modificaciones del estilo de vida(20).

Otro aspecto relevante en el estudio, es la presencia de antecedentes de hipertensión en el 90% de la población, hecho por el cual la educación respecto a los factores de riesgo modificables, es particularmente importante, considerando que la Hipertensión Arterial es un factor de riesgo modificable.

Finalmente, se hace necesario intensificar y expandir esfuerzos en programas educativos para reforzar el control adecuado y permanente de los factores de riesgo modificables para hipertensión arterial, para que desarrollen cambios en su estilo de vida. Aspectos específicos de estilos de vida como conocimiento de la enfermedad, dieta, patrones de actividad física, hábito tabáquico, consumo de alcohol, han sido representativos marcadores de efectos importantes de morbilidad y mortalidad, especialmente si se encuentran aunados a una patología en el paciente. Así, se plantea que la salud se podría prolongar modificando tales aspectos de estilos de vida por medio de las técnicas de modificación de conductas(18).

En conclusión, el estudio constituye una propuesta preliminar de un programa para reforzar los conocimientos sobre los factores de riesgo modificables de hipertensión arterial, en pacientes hipertensos o con antecedentes de hipertensión. Estos hallazgos concuerdan con los obtenidos en otros programas educativos, destacando la importancia que reviste la ejecución de programas educativos destinados a modificar los factores de riesgo en la población susceptible de desarrollar hipertensión arterial.

 

 

 

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