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EPISTEME

versión impresa ISSN 0798-4324

EPISTEME vol.31 no.1 caracas jun. 2011

 

 

Beaney, Michael: The Analytic Turn: Analysis in Early Analytic Philosophy and Phe- nomenology, Routledge, 2007

Indira Guerra1

1E-mail del autor: guerraindira85@yahoo.es

Michael Beaney, mediante una interesante selección y compilación de escritos filosóficos, nos ofrece una obra de gran interés. Los distintos ensayos que componen el volumen tienen su origen en una conferencia organizada por el editor en 2005 para la British Society for the History of Philosophy titulada “The Varieties of Analysis: Conceptions of Analysis in the History of Philosophy”. Los escritos que componen The Analytic Turn progresivamente van precisando fuentes comunes en las tradiciones analítica y fenomenológica arrojando luz acerca de la riqueza de las concepciones del análisis. Orientados específicamente en la reconstrucción y explicación de la noción de análisis, presente en estadios tempranos de la filosofía analítica y fenomenológica, es- tos escritos se complementan de manera irresistible.

El título de la obra es más bien modesto cuando de sugerir su contenido se trata. Los pensamientos de cada autor nos ofrecen una visión renovada y, con toda seguridad, más abierta en relación al entendimiento de uno, sino el más importante, de los movimientos filosóficos del siglo XX: la filosofía analítica. Notable a todas luces la coordinación de los escritos; quince en total, dos de los cuales pertenecen al mismo editor, quien, definitivamente, no escatimó esfuerzos a la hora de seleccionarlos dando perfecto sentido a la obra, lo que se evidencia al transitar de un trabajo a otro. Es destacable el estilo, sobrio y claro de los autores; la lectura fluye con toda naturalidad dado que desde un principio se esclarece la terminología, base sobre la que se sostienen las distintas argumentaciones.

Un evento histórico, el surgimiento de una nueva corriente filosófica y una metodología que la caracteriza, cuya noción tanto central como compartida es el “análisis”, son tres tópicos que recientemente han adquirido gran relevancia dentro del ámbito de la historia de la filosofía. El movimiento iniciado aproximadamente a finales del siglo XIX, que se cristalizó en el siglo XX como el “giro analítico”, fue un acontecimiento realmente complejo. Tal como el nombre lo sugiere, la noción de análisis desempeñó un papel central en tanto que vino a figurar como la metodología propia de la corriente filosófica que se originó a partir de dicho movimiento, a saber, la filosofía analítica. Difícilmente se puede proporcionar una explicación, tanto clara como inequívoca, de lo que se entiende por filosofía analítica pues, tal como lo muestran estudios recientes en el ámbito de la historia de la misma, distintas concepciones de “análisis” se encontraron en juego en el desarrollo de esta corriente filosófica. Sin embargo, pese a las dificultades que se presentan al intentar responder la pregunta acerca de ¿qué significa “filosofía analítica”? existe un acuerdo más o menos general en relación a dos cuestiones: el papel central de la noción de análisis y los orígenes de esta corriente filosófica.

En relación a lo primero, es todo un reto para la historia de la filosofía analítica proporcionar una explicación de las distintas concepciones de análisis presentes en su desarrollo pues, en la mayoría de los casos, las mismas eran tanto más implícitas que explícitas. Beaney nos presenta tres sentidos o concepciones generales del análisis; la primera concepción, denominada “descomposicional”, comprende el análisis como un proceso en el que algo se descompone en sus partes constitutivas. La segunda, “transformativa” o “explicativa”, se caracteriza como el proceso de reescritura o paráfrasis de una expresión en otra, la última de las cuales se considera una “frase analizada”. La tercera y última concepción del análisis, denominada “regresiva”, entiende esta noción como el proceso de identificación de premisas o principios a partir de los cuales algo puede ser explicado o derivado. Entre estas tres concepciones del análisis se desenvuelven los argumentos de los distintos artículos que constituyen la obra; cada autor aporta una particular caracterización de dichas concepciones, lo cual finalmente proporciona un cuadro bastante elaborado y completo de las mismas. De igual forma, de acuerdo a los intereses de cada uno, se introducen concepciones del análisis distintas a las ofrecidas por Beaney en su propio artículo.

En lo que respecta al segundo punto, diremos que, existe un acuerdo general en relación al hecho de que los escritos de Gottlob Frege, Bertrand Russell, G.E. Moore y Ludwig Wittgenstein constituyen los orígenes de la filosofía analítica. Más específicamente, la rebelión de Moore y Russell contra el idealismo, a principios del siglo XX, fue el estandarte del giro analítico, dado el énfasis hecho por estos autores en la noción de “análisis”. Con todo, como comenta Beaney en su introducción -que figura como el primero de los quince escritos de la obra- ni Moore ni Russell tenían completamente claro el significado de “análisis”. Del mismo modo, destaca su opinión acerca de que la aparición, en 1905, de la Teoría de las Descripciones de Russell fue el evento más significativo en el desarrollo del movimiento analítico y no tanto la rebelión contra el idealismo.

Para ese mismo año de la aparición de la Teoría de las descripciones de Russell tuvo lugar otro significativo evento para la historia de la filosofía: la introducción de “la reducción fenomenológica” por parte de Edmund Husserl. De hecho, la conferencia que dio lugar a la iniciativa de producir la obra, que aquí se presenta, marcó el primer centenario de la aparición de estas dos valiosas joyas de la filosofía: la Teoría de las descripciones y el Método de la reducción fenomenológica; dos tradiciones, injustamente consideradas rivales, se reconcilian en esta obra de total actualidad. Enfatizando sobre todo las similitudes entre las corrientes analítica y fenomenológica, los escritos muestran el reciente interés por una comprensión más acabada y menos sesgada de la filosofía. El interés por los fundamentos de las matemáticas, el rechazo al psicologismo, el desarrollo de la lógica y, sobre todo, el análisis como metodología son aspectos que tendieron puentes tanto en los orígenes como en las conexiones filosóficas de estas dos tradiciones filosóficas.

El primer artículo de The Analytic Turn es escrito por el compilador a modo de introducción. Allí, Beaney proporciona una visión completa del movimiento analítico a principios del siglo XX, suscitando en el lector una orientación cronológica en relación al desarrollo de los acontecimientos y logrando, a su vez, delimitar con precisión el alcance de la obra. Más que una introducción, resulta una agradable clarificación de los momentos históricos relevantes y de la terminología básica de la obra; el resto se presenta en tres partes; las dos primeras conformadas por cinco artículos cada una y la última por cuatro.

La primera parte está dedicada a Frege y Russell, dos de los grandes precursores del giro analítico que dio origen a la filosofía analítica, quienes al intentar demostrar la tesis logicista, sin saberlo, iniciaron un movimiento cuya magnitud sólo pudo verse años después. Articulando el programa de cada uno, la sección ilumina la relación entre el análisis descomposicional y el análisis transformativo; titulada “Frege and Russell: decompositional and transformative analysis”, los escritos comienzan por la definición de número natural de Frege y Russell, a partir de la cual se elucidan las distintas concepciones de análisis presentes, así como los contrastes entre las definiciones de estos filósofos (Erich Reck). Una argumentación a favor de la tesis que tanto Frege como Russell usaron la definición de número natural de diferentes formas se compromete con la idea de dos concepciones del análisis y distintos entendimientos acerca de los contenidos proposicionales (James Levine). Además de los notables contrastes entre estos filósofos, la primera parte ofrece una reconstrucción de la evolución del pensamiento de Russell y el papel del análisis en el mismo, así como su ruptura con el idealismo y el significado de ello (Nicholas Griffin). Igualmente, se plantea y desarrolla el tema de la idea russelliana del lenguaje lógicamente perfecto y su relación con las oraciones del lenguaje ordinario, haciendo referencia a su “principio de familiaridad” (Peter Hilton). Finalmente, se expone y explica la concepción de la “construcción lógica” de Russell y su “análisis lógico” (Bernard Linsky).

La segunda parte titulada “Wittgenstein and other philosophers: connective and explicatory analysis”, tal como el título lo sugiere, está dedicada a ex- plorar el desarrollo del pensamiento de Wittgenstein desde su etapa temprana hasta la más tardía; la idea de la filosofía como clarificación conceptual, como marco general de referencia y la consideración del Tractatus lógico-philosophicus como símbolo de la culminación de la primera fase de la filosofía analítica constituyen el núcleo central de la discusión. En el artículo con el que se inicia la segunda sección, el autor distingue cuatro fases o etapas en el desarrollo de la filosofía analítica a partir de las distintas concepciones de análisis que éstas entrañan; importante destacar que se pone de relieve la relación entre la lógica formal y el lenguaje natural (Peter Hacker). Teniendo como telón de fondo las ideas del Tractatus, se desarrollan las distintas concepciones del análisis desde Kant hasta Wittgenstein, incluyendo su última etapa, la cual es considerada continuación de la primera (Robert Hanna). La necesidad de una crítica del lenguaje, como algo diferente a la idea de la imperfección del lenguaje ordinario, demanda la distinción entre análisis completo y análisis clarificatorio. Así se desarrolla la idea de que una proposición sólo puede ser “completamente” analizada una vez que la misma haya sido “clarificada”, esto es, despojada de confusiones y malos entendidos (Dawn Phillips). No sólo Wittgenstein rechazó la concepción descomposicional del análisis, uno de los filósofos norteamericanos más importantes también tuvo fuertes razones para abandonarlo a favor de una visión no-reductivista. Se trata de C.I. Lewis y la segunda parte ofrece una revisión de su pensamiento en lo que a la noción de análisis se refiere (Tomas Baldwin). Esta sección cierra con un texto del editor que, como él mismo comenta, fue el único escrito que no se presentó en la conferencia de 2005 pero que, sin embargo, motivó en gran parte la decisión de organizar dicha conferencia. La historia del análisis en los primeros años de la filosofía analítica es el tema dominante. Dicho escrito sirve de introducción a la tercera parte del libro, haciendo énfasis en la exploración de conexiones metodológicas entre las tradiciones analítica y fenomenológica.

La tercera parte del libro pone de manifiesto la necesidad de contar con una contextualización histórica, más allá de los límites que marcó el giro analítico, para comprender a cabalidad la naturaleza y desarrollo de la tradición filosófica analítica. Titulada “Bolzano y Husserl semantic, conceptual and fenomenological analysis”, la tercera parte está destinada a articular y elucidar la naturaleza del análisis fenomenológico, así como su conexión con otras concepciones del análisis. El pensamiento de Bolzano, aunque no directamente influyente sobre los precursores de la tradición analítica, mediante su crítica a la concepción descomposicional del análisis y, más específicamente, a la filosofía kantiana, influenció profundamente el pensamiento de Husserl y, puede decirse que ya poseía, si bien en germen, las ideas que dieron origen al giro analítico (Sandra Lapointe). Sus ideas incentivaron a Husserl a reflexionar sobre nuestro conocimiento acerca de objetos abstractos o ideales; el temprano desarrollo de sus ideas en relación al análisis fenomenológico, que entraña la distinción de aspectos de la subjetividad trascendental, supone la construcción de conceptos a partir de intuiciones (Dermot Moran). El método de la reducción fenomenológica y su relación con el análisis lingüístico es ciertamente un tópico fundamental en la tercera parte, de hecho los dos últimos escritos están claramente destinados a explorar este tema (Leila Haaparanta, Amie Thomasson).

The Analytic Turn, una obra de total actualidad con visión integradora, ideal para todo aquel que se sienta interesado por los orígenes y desarrollo de la filosofía analítica, desde una perspectiva diversa y comprensible. La profundidad de la obra se genera a partir de la diversidad de los pensamientos que se conjugan en ella, cada uno con una perspectiva bien definida y aún así completamente coordinada con las otras.

Referencias bibliográficas

1. Beaney, Michael: The Analytic Turn: Analysis in Early Analytic Philosophy and Phe- nomenology, Routledge, 2007.