SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.19 número27Proporción de sustantivos y verbos en el habla del cuidador y en el léxico temprano en español índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Boletin de Linguistica

versão impressa ISSN 0798-9709

Boletin de Linguistica v.19 n.27 Caracas jun. 2007

 

Variación -ra/-se en el español hablado en caracas

Arucia Asratián

Universidad Central de Venezuela. aasratian@hotmail.com

RESUMEN

En este artículo se analizan los factores lingüísticos y sociales que influyen en la alternancia entre las formas de subjuntivo -ra y -se en el Corpus Sociolingüístico de Caracas 1987. Se consideraron las siguientes variables lingüísticas y sociolingüísticas: tiempo verbal, polaridad de la cláusula, tipo de contexto, presencia de subjuntivo en la cláusula anterior, edad, nivel socioeconómico y sexo de los hablantes. La forma en -se resultó poco frecuente en el habla de Caracas y las variables que parecen contribuir significativamente al uso de esta forma son el tiempo pluscuamperfecto, la negación, la presencia de -ra en la cláusula antecedente, los contextos de prótasis y apódosis de la oración condicional, los niveles socioeconómicos medio y medio bajo así como la edad de los hablantes (30-45 años).

PALABRAS CLAVE: subjuntivo en -ra y -se, variación sociolingüística, español de Venezuela

ABSTRACT

In this article we analyze the linguistic and social factors which influence the alternance between the subjunctive forms -ra and -se in the Corpus Sociolingüístico de Caracas 1987. We examine linguistic and sociolinguistic variables, such as tense, clause polarity, type of context, presence of subjunctive in the previous clause, speakers’ age, socioeconomic level and gender. The form -se is not frequent in the Caracas spoken language and the variables which contribute significantly to the use of this form are the plusquamperfect tense, negative polarity, the presence of -ra in the antecedent clause, the "protasis" and "apodosis" contexts in the conditional sentence, the third and fourth socioeconomic strata and the speakers’ age (30 to 45 years old).

KEY WORDS: subjunctive in -ra and -se, sociolinguistic variation, Venezuelan Spanish

Recibido el 10-01-2005. Aceptado el 06-07-2005.

INTRODUCCIÓN*

En los estudios sobre el uso de las formas verbales del imperfecto y del pluscuamperfecto de subjuntivo, -ra y -se, se señala que dichas formas son equivalentes y que la selección entre ambas es fundamentalmente libre (cf. Cartagena 1999: 2970). Los ejemplos (1a)-(1d) ilustran esta opinión generalizada:

(1)     a. Me llamaron para que trabajara (cb2fb).1

b. No le gustaba que yo trabajase (cc4fd).

c. Entonces hubiera sido cruel sacarlos (cd2mc).

d. Porque una belleza hubiese sido (cc3mc).

Además del contexto de subjuntivo, propio del español general, en Venezuela se han observado otros usos en los que la forma en -ra podría alternar con la forma en -se:2

i) cuando -ra tiene el valor de pasado del indicativo:  

(2)    Ha fallecido X, quien fuera/se en vida el más ilustre de los pintores venezolanos (Sedano y Bentivoglio 1996: 124).

ii) cuando -ra (en alternancia con -ría) se emplea en la apódosis de las oraciones condicionales: 

(3)    Si tuviera/se dinero, me comprara/se - compraría una casa (Sedano y Bentivoglio 1996: 124).3

iii) cuando -ra se emplea en la prótasis de las oraciones condicionales:

(4)   Si lloviera/lloviese pronto se salvarían los pastos (RAE 1973: 473).

La presente investigación se enmarca en el área de la variación sociolingüística, que un autor como Moreno Fernández (1998: 33) define como "la alternancia de dos o más expresiones de un mismo elemento, cuando ésta no supone ningún tipo de alteración o cambio de naturaleza semántica y cuando se ve condicionada por factores lingüísticos y sociales". Por ello, en nuestro trabajo intentamos dar respuesta a dos interrogantes: i) cuál es el empleo actual de las formas -ra y -se en los contextos presentados arriba, asaber, en los contextos de subjuntivo, pasado de indicativo, apódosis y prótasis de las oraciones condicionales, y ii) qué factores lingüísticos y sociales influyen en la selección de cada una de ellas. El problema es particularmente interesante en el español hablado en Caracas, en primer lugar, porque enVenezuela, como ya hemos visto, los contextos en que podría darse la alternanciason muy variados y, en segundo lugar, porque la alternancia -ra/-se aún no ha sido estudiada en esta capital.4

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Diversos gramáticos (Gili Gaya 1978: 178-179, Klein-Andreu 1991: 164-166, Pottier 1960: 92-94, Pottier et al. 1994: 203-204) explican los procesos históricos que originaron la variación -ra/-se en el pretérito imperfecto del subjuntivo (amara/amase) y en el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo (hubiera/hubiese amado). Lo primero que señalan esos gramáticos es que en latín no había alternancia entre las mencionadas formas verbales, puesto queestas pertenecían a dos modos diferentes: subjuntivo (amavissem) e indicativo (amaveram). 

Los textos literarios primitivos del español atestiguan que la forma amara (<lat. amaveram) se usaba con el significado equivalente a la forma actual había amado, lo cual se ilustra en el ejemplo ofrecido por Gili Gaya (1978: 178): 

(5)      Fizo enbiar por la tienda que dexara allá (Cid, 624).

"Hizo enviar por la tienda que había dejado allá".5

En el español antiguo, la forma amara, además del valor de pretérito pluscuamperfecto, se usaba con el valor de pretérito simple.Al mismo tiempo, el sistema verbal disponía de otras dos formas en el modo indicativo para expresar valores de pasado muy similares: la forma simple amé (<lat. amavi), que designaba acción perfecta realizada en el pasado, y la forma compuesta habíaamado, con el valor de pluscuamperfecto. En virtud de esta circunstancia, amaraalternaba con las dos formas de pretérito (amé y había amado) en contextos muy diversos, lo cual propició su debilitamiento funcional en el modo indicativo y, posteriormente, su empleo en el modo subjuntivo.

El ejemplo de Pottier (1960: 93) que se ofrece en (6) permite apreciar el nuevo valor subjuntivo de la forma en -ra, atestiguado en algunas obras literarias del siglo XV:

(6)     O matador de mi fijo cruel,

Mataras a mi, dexaras a el

(J. de Mena, Laberinto de fortuna).

"¡Oh, asesino cruel de mi hijo

Me hubieras matado a mí, lo hubieras dejado a él!"6

La comparación entre el empleo de -ra en los ejemplos (5) y (6) parece indicar que para el siglo XV dicha forma ya no se usaba con su significado original de aserción y realidad, característico del modo indicativo, sino que seempleaba, al igual que -se, como expresión de no aserción e irrealidad, típicos del modo subjuntivo. Sin embargo, observan los gramáticos citados en este apartado que en el siglo XIX resurge el empleo de -ra con el valor de pretérito del indicativo, como en el siguiente ejemplo de Gili Gaya (1978: 179):

(7)   El acuerdo que ayer se tomara en la reunión ha sido ratificado. 

En el contexto de (7), y de acuerdo con su valor etimológico, -ra no debería estar en variación con -se. 

Otro empleo de -ra, documentado en los textos antiguos, es el que corresponde a su aparición en la apódosis de las oraciones condicionales; por medio de dicha forma se designan hechos virtuales, no acontecidos y sin posibilidad de acontecer en el futuro.7 El ejemplo de Pottier (1960: 94) ilustra ese empleo:

(8)     Si Inquisidor hoviesse havido aquí, antes me confessara 

(Del acta de un litigio ocurrido en 1485).

"Si hubiese habido aquí un Inquisidor, me hubiera confesado antes".8

Para finalizar la revisión histórica de la evolución de las formas bajo análisis, cabe señalar que la forma amase, proveniente del subjuntivo latino amavissem, ha conservado este valor modal hasta nuestros días, a diferencia de la forma amara, que sufrió múltiples cambios modales desde su origen latino (amaveram) hasta el español actual.

A la luz de los cambios históricos descritos, se explica el porqué del fenómeno de la variación -ra/-se en el sistema verbal del español; al mismo tiempo, surgen múltiples interrogantes, que es preciso despejar, en torno a las causas que condicionan el uso de una u otra forma en el español actual.

Bello (1984: §655) consideraba, en su tiempo, que la forma en -se "es de mucho más frecuente uso" que la forma en -ra. Contrariamente, los gramáticos contemporáneos (Kany 1969, Lamíquiz 1972, Gili Gaya 1978, Pottier et al. 1994) notan que la competencia entre las dos formas, tanto en el español de América como en el de España, condujo al desuso progresivo de la forma en -se en favor de la forma en -ra,9 lo cual les permite pronosticar que en el futuro -ra desplazará definitivamente a -se (cf. Lamíquiz 1972: 67). Sin embargo, en lo que al español de Venezuela se refiere, algunos investigadores observan un aumento relativo del uso de la forma minoritaria en -se (cf. Sedano y Bentivoglio 1996: 124). En este sentido, podríamos plantear algunas preguntas previas. Si realmente hay un incremento en el uso de la forma en -se: i) ¿cuáles son los factores lingüísticos y sociales que propician dicho uso e, inversamente, cuáles son los que lo frenan?, y ii) ¿en qué contextos10 se activa la presencia de -se en el español hablado en Caracas? En otros términos, ¿está aumentando el uso de -se con valor de subjuntivo o, más bien, esta forma está adquiriendo valores de indicativo y por eso se asocia con la forma en -ra? Para responder a estas interrogantes, es necesario indagar, en primer lugar, en qué contextos alternan -ra y -se y con qué frecuencia se emplea cada una de estas formas y, en segundo lugar, cuáles son los factores lingüísticos o extralingüísticos que pueden condicionar la selección de las formas  bajo análisis por parte de los hablantes.

2. METODOLOGÍA

2.1. Corpus

El material para el estudio de la alternancia -ra/-se en el español hablado en Caracas se basa en el Corpus Sociolingüístico de Caracas 1987 (cf. Bentivoglio y Sedano 1993), conformado por conversaciones grabadas realizadas a 160 hablantes caraqueños, estratificados por edad, sexo y nivel socioeconómico, tal como se muestra en el siguiente cuadro:

Cuadro 1. Distribución de los hablantes

Edad

A

14-29 años

B

30-45 años

C

40-60 años

D

más de 60 años

Sexo

Nivel socieconómico

M

F

M

F

M

F

M

F

Alto

4

4

4

4

4

4

4

4

Medio Alto

4

4

4

4

4

4

4

4

Medio

4

4

4

4

4

4

4

4

Medio Bajo

4

4

4

4

4

4

4

4

Bajo

4

4

4

4

4

4

4

4

Total

40

40

40

40

2.2. Procedimientos

Del corpus en estudio se extrajeron, por medio del programa WordSmith Tools (cf. Scott 1999), todas las cláusulas en las que se registra la presencia de formas verbales tanto en -ra como en -se. Posteriormente, cada una de las dos formas verbales se codificó de acuerdo con las variables lingüísticas y extralingüísticas previstas. Los datos obtenidos fueron procesados estadísticamente con la ayuda del programa GoldVarb 2001 (cf. Lawrence y Tagliamonte 2001). El análisis realizado por medio de este programa permite relacionar las distintas variables, determinar la influencia de las variables independientes sobre la dependiente, comprobar si dichas variables contribuyen significativamente a explicar los datos o deben ser desestimadas. En el caso de las variables cuya influencia resulta significativa, el programa informático establece la jerarquía de las mismas según su importancia. Otra ventaja que ofrece dicho programa es que permite determinar la probabilidad de selección de una de las dos variantes en alternancia, en el caso de la presente investigación -ra o -se, cuando actúan simultáneamente diversas variables independientes, ya sean lingüísticas o extralingüísticas (cf. Moreno Fernández 1994: 113-114).11

2.3. Variables

En el presente estudio se analizan las siguientes variables lingüísticas y sociolingüísticas.12

2.3.1. Variable dependiente

Esta variable está conformada por las dos formas de terminación de los verbos en el pretérito imperfecto y en el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo: -ra y -se. 

(9)     /-ra/

a. Sin necesidad de que fuera un novio formal tuyo (cb1fb).

b. A los quince años quizás hubiera ido (ca2fc). 

(10)   /-se/

a. No le gustaba que fuese amigo de aquí de la casa (ca1fc).

b. Porque una belleza hubiese sido (cc3mc).

2.3.2. Variables independientes

2.3.2.1. Tiempo verbal

En esta variable se consideran dos posibilidades, dependiendo de la forma simple (imperfecto del subjuntivo) o compuesta (pluscuamperfecto del subjuntivo) en la que se emplea la desinencia verbal estudiada -ra/-se. En algunos estudios anteriores al presente artículo ya se había notado una estrecha correlación entre el tiempo verbal y el uso de dicha desinencia. Son ilustrativos, en este sentido, los datos aportados por Navarro (1990) sobre la distribución de -ra y -se en el habla de Valencia (Venezuela), donde el índice de frecuencia de la forma minoritaria en -se en el tiempo compuesto es de 37%, mientras que en el simple es de 5%.13

(11)   /Forma simple/

a. Juzgaban por el número de ventanas que tuvieran las casas (cc3fa).

b. En actos así, que no tuviesen nada que ver con la gimnasia (ca3fa).

(12)   /Forma compuesta/

a. Figúrate tú, no me hubiera pasado por la mente (cb2fc).

b. Como si no hubiese pasado el tiempo (ca3fb).

2.3.2.2. Persona gramatical del sujeto

Para el estudio de esta variable se toman en cuenta las tres personas gramaticales, tanto en singular como en plural. Cabe señalar que las formas usted y ustedes son clasificadas según el criterio semántico y no formal, es decir, la forma usted se clasifica como segunda persona del singular y la forma ustedes, como segunda persona del plural. Esta variable permite determinar si, dependiendo de la persona gramatical del sujeto, hay preferencia porla forma en -ra o en -se. Cabría pensar, por ejemplo, que la primera personadel singular puede dar un matiz más personal y de mayor compromiso por parte del hablante con respecto a la acción expresada por el verbo, contrariamente a lo que podría suceder con la tercera persona del plural.

(13)   /1ª pers. sing./

Me llamaron para que trabajara en el Departamento (cb2fb).

(14)   /2ª pers. sing./

¿Y usted ... no quisiera casarse...? (cc4fb).

Ése no lo hubieras podido entrevistar (cd3fd).

(15)   /3ª pers. sing./

Mamá le decía algo, aunque no le gustara, ella lo hacía (ca5ma).

(16)   /1ª pers. pl./

Cuando ya ellas querían que nos fuéramos (ca1fc).

(17)   /2ª pers. pl./

Es para que ustedes vieran cómo era la época (cd1ma).

(18)   /3ª pers. pl./

Como si ya les hubieran sacado todo (cb1fb).

2.3.2.3. Tipo de subordinación de la cláusula

Esta variable tiene dos variantes: cláusula no subordinada y cláusula subordinada. En el grupo de las cláusulas no subordinadas se incluyen las oracionessimples, la cláusula principal de una oración compleja, las coordinadas y las yuxtapuestas.14 En el grupo de las cláusulas subordinadas se incluyen las oraciones subordinadas, indistintamente del grado o carácter de su subordinación con respecto a la cláusula principal, a saber, las sustantivas, las adjetivas y las adverbiales.

(19)   /No subordinada/

Yo hubiera preferido era el college (ca2fc).

(20)   /Subordinada sustantiva/

Ella quería que nosotros estudiáramos (cb5md).

(21)   /Subordinada adjetiva/

Porque no se veía un muchacho que le faltara (cc4md).

(22)   /Subordinada adverbial/

Según como estuviera el trabajo, los papás trabajaban hasta más tarde (cd4fd).

2.3.2.4. Cláusula afirmativa o negativa

Esta variable toma en cuenta si el verbo con -ra/-se está en una cláusula afirmativa o negativa. Diversos autores relacionan lamodalidad afirmativa o negativa de la cláusula con la posibilidad de que las flexiones verbales en alternancia puedan conferir al lexema verbal matices semánticos de mayor omenor virtualidad de los hechos referidos por el verbo. Pottier (1975), porejemplo, señala que la forma en -ra se da sobre todo en los contextos denegación que transmiten un significado de irrealidad. Lamíquiz (1971), por el contrario, sostiene que los significados más virtuales son atribuibles más bien a la forma en -se. Otro grupo de autores, entre ellos Gili Gaya (1978) y RAE (1973), sostienen que, en el nivel del significado, las dos flexiones verbales de subjuntivo son idénticas, es decir, no se vinculan semánticamente con los valores modales de la afirmación o de la negación. Ante posiciones tan encontradas, conviene indagar si en el corpus de Caracas, la selección de una u otra forma por parte de los hablantes se relaciona o no con la modalidad afirmativa o negativa de la cláusula.15

(23)   /Cláusula afirmativa/

a. Buscábamos una casa […] que pudiera hacer (ca1fa).

b. Un pleito horroroso que hubieses tenido tú por novio (cb1fb).

(24)   /Cláusula negativa/

a. Tengo la señora de servicio, porque si no, no me diera tiempo de nada (ca1fb).

b. Cómo era posible que yo con trece todavía no hubiese tenido un novio (ca4fc).

2.3.2.5. Tipo de contexto

La variable tipo de contexto está compuesta por cuatro variantes.

i) Subjuntivo prototípico. En este grupo se incluyen los usos de -ra/-se que podrían considerarse prototípicos del subjuntivo y a los que hacen referencia las gramáticas cuando describen ese modo verbal (Él necesitaba que Juan viniera/se pronto).

ii) Subjuntivo con el significado de pasado del indicativo. Dicho contexto está históricamente asociado a la forma en -ra (Ha fallecido X quién fuera/se Presidente de la República). En este grupo se incluyen aquellos usos cuyos valores modales son cercanos a los del modo indicativo, en particular, a los de pretérito simple (amé) y pluscuamperfecto (había amado).

iii) En la apódosis de una oración condicional. En este contexto sintáctico, la forma canónica del verbo en el español general es el pospretérito delindicativo con la terminación -ría. En la sección 1, sin embargo, hemos señalado que en el español clásico, en el contexto de la apódosis, se usaba la forma en -ra. Esta última forma, como se explicó en la introducción de este trabajo, continúa usándose en la apódosis del español de Venezuela, tanto en la forma simple como en la compuesta.

iv) En la prótasis de una oración condicional. El empleo del imperfecto o pluscuamperfecto del subjuntivo en la prótasis es considerado normativo, dada la relación de subordinación que esta parte del período condicional mantiene con la apódosis. Sin embargo, en los estudios previos a este trabajo (cf. RAE 1973, Lavandera 1984, Silva-Corvalán 1989) se pone de manifiesto que, en el habla coloquial de algunas regiones de España e Hispanoamérica, en el contexto de la prótasis se observa la alternancia entre las formas -ra y -se, por una parte, y la forma -ría, por la otra, lo que convierte a esta última forma en especial,16 en el sentido de que acerca los valores del subjuntivo a los del indicativo.17

(25)   /Subjuntivo prototípico/

Te quitaban todo tu ganado y todo lo que tuvieras pa’ la tropa (cd2fd).

(26)   /Subjuntivo con significado de pasado del indicativo/

Yo me acuerdo que mis padres me hubieran dicho: "Va..." (cb1mc).

(27)   /Apódosis de una condicional/ 18

[Si yo no te hubiese hablado] no hubiéramos tenido la angustia (cb3fc).

(28)   /Prótasis de una condicional/ 19

Si hubiera echado a correr, [me hubieran ... puesto por toda esa calle] (ca5fa).

2.3.2.6. Presencia del subjuntivo en la cláusula anterior

Esta variable permite medir el aspecto estilístico relacionado con la diversificación de formas en los contextos más cercanos. Incluye tres posibilidades: i) el hablante utiliza la misma forma, -ra o -se, que utilizó en la cláusula anterior; ii) el hablante emplea una forma distinta a la que empleó en la cláusula precedente; iii) en la cláusula previa no hay ninguna de las dos formas de subjuntivo estudiadas.

(29)   /La misma forma/

Pa’que esos días no estuviera cociendo, ni estuviera picando, ni estuviera machucando, ni estuviera cortando, ni nada (cd5fb).

(30)   /Forma distinta/

En actos así, que no tuviesen nada que ver con ... con la magia ni nada, donde yo no me tuviera que parar de cabeza, ni saltar un plinto (ca3fa).

(31)   /Ausencia de subjuntivo en la cláusula anterior/

Y a nosotros nos dijeron que no fuéramos a la montaña porque era peligroso (cb5fd).

2.3.2.7. Posibilidad de realización de la acción expresada por el verbo

El análisis de esta variable independiente, que arroja luz sobre los valores semántico-pragmáticos de las formas en estudio, se fundamenta en tres variantes semánticas que representan una escala de posibilidad de realizaciónde la acción expresada por el verbo, que va del grado máximo (acción realizada, o realización) al grado mínimo (acción imposible de realizar, o imposibilidad), pasando por el grado intermedio (acción posible de realizar o posibilidad). Para identificar estas tres variantes, tomamos en cuenta no solamente el significadopropio del verbo en -ra/-se, sino también los significados de las palabras ofrases del co-texto circundante, además del sentido más amplio del texto en que se emplean las formas en cuestión.

(32)   /Realización/

Yo trabajé en las comedias.., una que se refería al rey Clovis que era un rey francés que luchó con la religión antigua que tenían los franceses…, como era casado con una mujer cristiana que se llamaba Cleotilde, ella luchó para que se instalara en Francia el cristianismo (cd1fb).

En el ejemplo citado, la realización de la acción del subjuntivo instalara se fundamenta en el conocimiento previo de los interlocutores, ya que es bien sabido que en Francia la lucha entre el paganismo y el cristianismo condujo a la instalación definitiva del cristianismo.

(33)   /Posibilidad/

En ese bosque íbamos a coger mariposas, después me enseñaron a prensar las mariposas, y después yo tenía que pintar las mariposas […] y entonces mandábamos eso a Europa para que clasificaran las mariposas (cd1fc).

La posibilidad de la realización de la acción expresada por el verbo clasificaran se deduce de la información pragmática suministrada en el texto acerca de las actividades del hablante, coleccionista de mariposas y aficionado de entomología.

(34)   /Imposibilidad/

[Las muchachas hoy] aprenden mucho más que en esa época, que no les dejaban los papás ni que estudiaran bachillerato las niñas porque les parecía malo (cd1fa).

En el ejemplo (34), la acción del verbo estudiaran es de realización imposible, debido tanto al significado del adverbio de negación no que acompaña el verbo regente dejaban como al adverbio ni, referido al verbo regido estudiaran, que refuerza el significado de imposibilidad.

2.3.3. Variables sociolingüísticas

Las variables sociolingüísticas, a saber, el grupo generacional, el nivel socioeconómico y el sexo de los hablantes tienen gran relevancia para el presente trabajo puesto que, por tratarse de un estudio sociolingüístico, podrían ayudar a explicar las motivaciones sociales de la alternancia -ra/-se en el español hablado en Caracas.

2.3.3.1. Grupo generacional

En esta variable sociolingüística, relacionada con la edad de los hablantes, se estudian cuatro grupos generacionales: i) A (de 14 a 29 años), ii) B (de 30 a 45 años), iii) C (de 46 a 60 años) y iv) D (de 61 años en adelante).

2.3.3.2. Nivel socioeconómico

En la variable nivel socioeconómico se analizan cinco variantes: i) alto, ii) medio alto, iii) medio, iv) medio bajo y v) bajo.

2.3.3.3. Sexo

La variable sexo está dividida en dos variantes: sexo femenino y sexo masculino.

3. ANÁLISIS

El análisis se realizó por medio del programa GoldVarb 2001 en dos etapas. En la primera, se analizó la distribución cuantitativa de las variables con sus respectivas variantes. En la segunda, y en función de los datos arrojados por la primera, se llevó a cabo el análisis estadístico para determinar la influencia del conjunto de las variables independientes con sus respectivas variantes sobre la dependiente.

3.1. Distribución cuantitativa de las variables

Al inicio, en el corpus se encontraron 1418 casos de -ra (96%) y 62 de -se (4%). Pero en el análisis distributivo, GoldVarb 2001 registró knockout en la variante grupo generacional D de la variable grupo generacional, ya que no se encontró ningún caso de la forma en -se en esa variante. Como hemos explicadoanteriormente (cf. nota 11 del apartado 2.2.), el programa se limita al análisis variacionista y, al no detectar alternancia debido a la ausencia de una de las dos formas en estudio, no puede procesar adecuadamente la variante en cuestión en la fase estadística del análisis. En virtud de esta circunstancia, y para evitar un análisis probabilístico sesgado, hemos descartado los 384 casos de -ra que se hallaron en la variante grupo generacional D sin alternancia con -se. Es decir, hemos eliminado este grupo de hablantes (mayores de 60 años) en todos los casos y grupos de hablantes determinados por las variables lingüísticas y sociales en las que participan, lo que nos permitió un análisis estadístico más objetivo. Cabe destacar, sin embargo, que la aparente pérdida de parte de información, en realidad representa una fuente importante para la interpretación sociolingüística referente a la desaparición de una de las formas o el mantenimiento de ésta. Pensamos, por tanto, que la ausencia misma de la forma en -se en el habla del grupo de hablantes de más edad es un fenómeno relevante que deja entrever ciertas tendencias, por lo que las implicaciones que resulten del análisis de dicho fenómeno serán discutidas en el apartado 3.2.5.20 La variante subjuntivo con significado de pasado de indicativo de la variable tipo de contexto también fue un caso de knockout, debido a que la forma en -ra se encontró en tan sólo una ocasión, mientras que la forma en -se no se encontró en absoluto, por lo que decidimos sumar el único caso de -ra a la variante en la apódosis de una oración condicional de la misma variable, ya que ambas variantes pertenecen al modo indicativo. En cuanto a la variante 2ª persona de plural de la variable persona gramatical del sujeto (ustedes), en la que GoldVarb registró ocho casos de -ra y ninguno de -se, optamos por incluirla en la variante 3ª persona de plural (ellos/ellas), en virtud de que el núcleo del predicado presenta la misma morfología en ambas variantes (si ustedes/ellos vinieran/sen).21

Una vez reorganizados los datos, el corpus quedó constituido por 1034 casos con el subjuntivo en -ra (94,34%) y 62 en -se (5,65%), lo que se ilustra en el siguiente gráfico: 22

Gráfico1. Distribución de -ra y -se en el habla de Caracas

La anterior distribución de los resultados indica un uso mayoritario del subjuntivo en -ra (94%) y un uso extremadamente reducido del subjuntivo en -se (6%). Los resultados de la tabulación cruzada que se ofrecen en el cuadro 2 permiten observar la distribución de -ra y -se en el corpus según todas las variables estudiadas.

Cuadro 2. Distribución de -ra y -se en el habla de Caracas: frecuencias absolutas y relativas 23

Variable Independiente

- se

- ra

Total

Contexto Casos

%

Casos

% Casos %
1. Tiempo verbal

Simple

Compuesto

 

36

26

 

3

23

 

949

85

 

96

76

 

985

111

 

89

10

2. Persona gramatical del sujeto

1a singular

2a singular

3a singular

1a plural

2a plural

 

13

3

33

3

10

 

5

6

5

8

4

 

219

46

526

34

209

 

94

93

94

91

95

 

232

49

559

37

219

 

21

4

51

3

19

3. Tipo de subordinación de la claúsula

No hay subordinación

Subordinada sustantiva

Subordinada adjetiva

Subordinada advervial

 

10

15

6

31

 

12

3

5

6

 

67

421

113

433

 

87

96

94

93

 

77

436

119

464

 

7

39

10

42

4. Cláusula afirmativa o negativa

Afirmativa

Negativa

 

40

22

 

4

13

 

896

138

 

95

86

 

936

160

 

85

14

5. Tipo de contexto

Subjuntivo prototípico

En la prótasis de una oración condicional

En la apódisis de una oración condicional

 

42

10

10

 

4

17

20

 

945

47

42

 

95

82

80

 

987

57

52

 

90

5

4

6. Presencia de subjuntivo en la cláusula anterior

Ausencia

Presencia de forma igual

Presencia de forma diferente

 

49

8

5

 

5

4

50

 

873

156

5

 

94

95

50

 

922

164

10

 

84

14

0

7. Posibilidad de realización de la acción verbal

Realización 

Posibilidad

Imposibilidad

 

3

14

44

 

1

3

9

 

157

460

417

 

98

96

90

 

160

475

461

 

14

43

42

8. Grupo generacional

A 14-29 años

B 30-45 años

C 46-60 años

 

18

29

15

 

4

8

4

 

358

316

360

 

95

91

96

 

376

345

375

 

34

31

34

9. Nivel socioeconómico

1 Alto

2 Medio-alto

3 Medio

4 Medio- bajo

5 Bajo

 

6

12

23

15

6

 

3

4

9

6

3

 

188

229

214

216

187

 

95

96

90

93

96

 

194

241

237

231

193

 

17

21

21

21

17

10. Sexo

Femenino

Masculino

 

30

32

 

4

6

 

576

458

 

95

93

 

606

490

 

55

44

Total24

62

5

1034

94

1096

100

Del análisis distributivo reflejado en el cuadro 2 se deduce que, en el español hablado en Caracas, -ra y -se alternan en todas las variables estudiadas, pero con un notable predominio de la forma en -ra en detrimento de la forma en -se,25 lo que parecería ratificar los pronósticos de Lamíquiz (1972: 67) acerca del "triunfo del -ra sobre el -se". Esos pronósticos, sin embargo, se verían refutados si el uso de -se, en lugar de disminuir, aumentara. Aunque no se tienen suficientes evidencias de que eso sea lo que está sucediendo en Caracas, no deja de resultar significativo que los hablantes de más de 60 años no empleen nunca -se, a diferencia de los grupos más jóvenes que, aunque en forma reducida, sí lo emplean.

Cabe señalar que los resultados concernientes al uso de la forma minoritaria en -se en el corpus de Caracas son parcialmente similares a los usos de esta forma registrados en otros estudios consultados. Navarro (1990) encontró que la frecuencia relativa de -se es de 9% en el habla de Valencia (Venezuela). De Sterck (2000: 106) registró 7% en el habla culta de Caracas, 10% en Buenos Aires, 9% en Santiago de Chile y 4% en Ciudad de México. Por otro lado, el empleo de -ra y -se muestra diferencias importantes entre el español hablado en Caracas y el español hablado en España, donde predomina la forma en -se (cf. RAE 1973: 481, Gili Gaya 1978: §137, entre otros).

3.2. Análisis estadístico de los datos

En la segunda etapa del análisis se llevó a cabo el examen estadístico por medio del programa GoldVarb 2001 cuyas funciones fueron descritas en 2.2. Lamentablemente, el escaso uso de subjuntivo con -se y, en consecuencia, el reducido número de casos con -se analizados por el programa, le resta cierto grado de confiabilidad a los resultados.26

Para el análisis, se tomó como punto de referencia el uso de la forma en -se, que es la forma marcada por ser la menos frecuente, y se buscó determinar qué probabilidades tiene dicha forma de ser seleccionada cuando convergen todos los factores lingüísticos y extralingüísticos considerados.

Los resultados acerca de las variables declaradas significativas por el GoldVarb 2001 se ofrecen a continuación en el cuadro 3. En dicho cuadro, las variables están ordenadas jerárquicamente según el grado de significatividad indicado por el programa. Las mismas figuran en la primera columna de la izquierda, y cada una de ellas se identifica con el número que le fue asignado en el cuadro 2, relativo a la distribución cuantitativa. En la segunda columnaaparecen las respectivas variantes, situadas a la derecha de cada variable yordenadas según su peso estadístico relativo. En la tercera columna de la izquierda se indica la distribución de -se con respecto a cada variante sobre el total de las formas en -se y en -ra de esa variante. En la cuarta se observa el porcentaje correspondiente de -se. En la columna del extremo derecho se ofrecen los pesos estadísticos asignados por el GoldVarb a cada variante. Los mismos miden la significatividad de las variantes con respecto al empleo de la forma en -se: los pesos que sobrepasan 0,500 favorecen el empleo de -se, en tanto que los pesos inferiores a 0,500 lo desfavorecen.27 Dicho en otros términos, la posibilidad de aparición de -se aumenta relativamente en presencia de las variantes con los pesos probabilísticos por encima de 0,500, pero esto no conlleva necesariamente el uso de la forma minoritaria en dichas variantes.

Cuadro 3. Efecto de las variables independientes seleccionadas por GoldVarb sobre el empleo de la forma en -se en el corpus

Variables independientes Variantes Casos de -re % Peso relativo
1) Tiempo verbal Compuesto

Simple

26/111

36/985

23

3

0,722

0,278

4) Cláusula afirmativa o negativa Negativa

Afirmativa

22/160

40/926

13

4

0,655

0,345

6) Presencia de subjuntivo en la cláusula anterior Forma difernte

Ausencia de subjuntivo

Forma igual

5/10

49/922

8/164

50

5

4

0,858

0,335

0,247

9) Nivel socioeconómico Medio

Medio bajo

Medio alto

Bajo

Alto

23/237

15/231

12/241

6/193

6/194

9

6

4

3

3

0,669

0,616

0,513

0,417

0,290

8) Grupo generacional B 30-45 años

A 14-29 años

C 46-60 años

29/345

18/376

15/375

8

4

4

0,635

0,465

0,398

5) Tipo de contexto En la apódisis

En la prótasis

Subjuntivo prototípico

10/52

10/57

42/987

20

17

4

0,585

0,578

0,341

Casos de -se: 62; Casos de -ra: 1034; Total: 1096; Input: 0,274; Significatividad: 0,036

A pesar de que la significatividad estadística de las variables seleccionadas por el programa es de p < 0,036, lo cual sugiere que los resultados del cuadro 3 no se deben al azar, conviene tener presente que, como se observa en los cuadros 2 y 3, el número de casos de -se (62) es muy inferior al de -ra (1034), por lo que los resultados obtenidos no deberían considerarse concluyentes, al menos por ahora.

En el cuadro 3 se ofrecen los resultados relativos a las variables lingüísticas y sociolingüísticas seleccionadas por GoldVarb 2001 como significativas.28

3.2.1. Tiempo verbal

Los resultados del cuadro 3 muestran que la variable más significativa para la alternancia -ra/-se es el tiempo verbal. Los resultados correspondientes a esta variable indican que, a pesar del bajo uso de -se en el corpus, el contexto  que más favorece su presencia es el asociado con la variante tiempo compuesto (0,722). La variante tiempo simple (0,278), por el contrario, lo desfavorece ampliamente.

Con respecto al empleo de -se en el tiempo compuesto, vale la pena señalar que varios autores vinculan esa forma con el verbo haber, que en el tiempo compuesto aquí estudiado funciona como auxiliar verbal. De Sterck (2000), por ejemplo, estudia el empleo de haber en el español hablado y escrito de España y de América, tomando en cuenta los casos en que haber funciona como auxiliar y como verbo principal. La autora encuentra una considerable relación cuantitativa entre el uso de -se y el de haber, y lo atribuye a la alta frecuencia de dicho verbo en comparación con otros. La justificación adelantada por esa investigadora parte de la relación inversamente proporcional entre el uso de una forma y la fuerza expresiva y estilística de la misma: la poca relevancia semántica del verbo haber, asociada a la elevada frecuencia de uso de ese verbo, quizá se compense mediante el empleo de la forma menos corriente y, por eso mismo, más expresiva y elegante en -se (cf. De Sterck 2000: 137).

Cabe precisar que, en el corpus del habla de Caracas, según consta en el cuadro 2, relativo a la distribución cuantitativa, hay 111 casos de haberen función del verbo auxiliar (variante tiempo compuesto); de esos casos, seregistran 85 apariciones de hubiera (77%) y 26 de hubiese (23%). Para tener una visión más completa acerca de los usos de -ra/-se con el verbo haber, hemos revisado, además del empleo de haber como auxiliar, las apariciones de este verbo cuando el mismo funciona como verbo principal. En tal sentido, en el corpus estudiado se registran 17 casos de hubiera (77%) y 5 casos de hubiese (23%).

El empleo de -ra/-se con el verbo haber según su función gramatical se resume en el cuadro 4:

Cuadro 4. Distribución de -ra y -se con haber

Función Gramatical

Hubiera Hubiese
Verbo auxiliar 85

77%

26

23%

Verbo principal 17

77%

5

23%

Total 102

77%

31

23%

Como se deduce de los cuadros 2 y 4, de las 62 apariciones de -se en el corpus, 31 (50%) corresponden a la combinación de esta desinencia con el verbo haber. A su vez, en el reparto de haber con -se, según su función gramatical, se destacan 26 casos de haber como verbo auxiliar (84%) y 5 casos como verbo principal (16%).

El reducido uso de la forma en -se (62 en total) no nos permite dar un respaldo total a la hipótesis de la compensación semántico-estilística anticipada en De Sterck (2000). Dicha hipótesis no está descartada, sin embargo, sí observamos los usos de -se en hubiese, cuando esta forma funciona como auxiliar y como verbo principal.

3.2.2. Cláusula afirmativa o negativa

La segunda variable seleccionada por el GoldVarb como significativa es la relacionada con la modalidad afirmativa o negativa de la cláusula. Los pesos estadísticos asignados por el programa a dicha variable demuestran que la variante cláusula negativa favorece el empleo de -se (0,655), en tanto que la variante cláusula afirmativa lo desfavorece (0,345). Estos resultados parecerían confirmar la hipótesis de aquellos lingüistas que encuentran en las formasalternantes -ra/-se diferentes matices semánticos, desde mayor virtualidad hasta mayor realidad de los hechos referidos por el verbo, y los vinculan con los valores modales de la afirmación o de la negación. Como señalamos, Pottier (1975) considera que la forma en -ra, empleada principalmente en los contextos de negación, transmite un significado de irrealidad, a diferencia de -se, que aparece en los contextos de afirmación y propicia matices semánticos más cercanos a la realidad. Contrariamente, Lamíquiz (1971) atribuye a laforma en -se el significado de mayor virtualidad en comparación con -ra, cuyo significado se aproximaría más a la realidad.

En el estudio dedicado al valor semántico de las formas verbales en -ra y en -se de los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto del subjuntivo enel español hablado y escrito de Venezuela (Asratián 2005), examinamos conmayor detenimiento los enunciados negativos, ya que representan el contexto en el que, tanto en la lengua oral como en la escrita, las apariciones de -se son significativas. En ese estudio realizamos un análisis comparativo de cláusulas enmarcadas en contextos sintácticos, semántico-pragmáticos, cognitivos y discursivos similares, para determinar si al intercambiar las formas en alternancia, -ra y -se, quedaría afectado también el significado contextual de las cláusulas debido a la diferente matización semántica de las formas en estudio.

El resultado más interesante es la constatación de que esto no sucede, al menos en los dos corpus examinados, por lo que concluimos que las apariciones significativas de -se en los enunciados negativos sólo podrían justificarse por la etimología subjuntiva de esta forma, que favorece el empleo de -se en contextos relacionados con los valores propios de este modo verbal tales como no aserción, irrealidad y duda.29 

Véase, por ejemplo, un caso prototípico tomado del corpus oral (Asratián 2005: 56-57):

(35)   (a) Lo que pasa es que no me fui pa' Francia porque ... bueno, porque, o sea, mis padres 

          consideraron que no estaba suficiente maduro para poder ir y [...] 

Entonces todas esas cosas, bueno ¡imagínate! dijeron que no me fuese y ... no me fui. O sea, yo me iba ya y ... y entonces mi mamá empezó a decir: "No... déjenlo pa' un diciembre más", y así estuvimos (ca3md).

(b) No, no me sentí mal. [...] Para mí siempre ha sido ... lo más importante para mí era mi hogar ¿ves? Entonces, cuando él me dijo que no trabajara más, yo ... no trabajé. Me quedé en mi casa, atendiéndole a él y atendiéndole a mis hijos ¿ves? (cc4fd).

Las oraciones resaltadas de (35a) y (35b) son similares desde los puntos de vista cognitivo, sintáctico, semántico-pragmático y discursivo; además, en ambas está presente la partícula de negación no. En relación al primer aspecto, el cognitivo, encontramos en las dos estructuras relaciones de causalidad que hacen posible la sustitución de dijeron que no me fuese y no me fui por no me fui porque dijeron que no me fuese en (a), y cuando él me dijo que no trabajara más, yo no trabajé por yo no trabajé porque en cierto momento él me dijo que no trabajara más en (b). En el aspecto sintáctico, tenemos que las dos oraciones subordinadas con subjuntivos en -ra y en -se pertenecen al grupo de las subordinadas sustantivas. En cuanto al tercer aspecto, el semántico-pragmático, el uso del subjuntivo de la subordinada, tanto en (a) como en (b), depende del verbo principal decir, que funciona como una  orden que se respeta en ambos casos. Finalmente, a nivel de la estructura del relato, las dos cláusulas analizadas representan la fase de la resolución del conflicto (según el esquema de Labov y Waletzky 1967 acerca de las narraciones  de experiencias personales). Concluimos entonces que la selección de -ra o -se por parte de los hablantes no está condicionada por criterios semánticos ya que la conmutación de estas formas no cambiaría el significado contextual de las cláusulas en las que aparecen.

3.2.3. Presencia de otro subjuntivo en la cláusula previa

En tercer lugar, el programa seleccionó como significativa la variable presencia de otro subjuntivo en la cláusula anterior. Los resultados obtenidos hacen ver que, en la elección entre -ra y -se, la presencia o ausencia de otra formaen la cláusula anterior, así como su identidad (forma igual o forma diferente),ejercen una influencia importante en el patrón de la variación -ra/-se. Los datosdel cuadro 3, relativos a los pesos de -se en esta variable, indican que la selección de dicha forma por parte de los hablantes se ve estadísticamente muy favorecida cuando es precedida por -ra (0,858). Ello indica que la forma minoritaria está sujeta a una tendencia que tiene su origen, probablemente, en el deseo de los hablantes de evitar la sucesión de dos formas idénticas. Podemos observar ese empleo de -se en (36):

(36)   A los curas no les gustaba que uno se sentara, que uno se pusiese los pies sobre la pared

          (cb2ma).

Por el contrario, el uso de -se se ve estadísticamente desfavorecido cuando no hay ningún otro subjuntivo en la cláusula anterior (0,335) o cuando -se es antecedida por una forma igual en la cláusula previa, es decir por -se (0,247). En estos contextos se reafirma, una vez más, la preponderancia de la forma mayoritaria -ra en el habla de Caracas.

3.2.4. Nivel socioeconómico de los hablantes

La variable nivel socioeconómico de los hablantes es seleccionada por el GoldVarb como significativa en el cuarto lugar. Los resultados del cuadro 3 indican que donde más se promueve el uso de -se es en el nivel medio (0,669). El empleo de esta forma se ve favorecido en menor medida en los niveles medio bajo (0,616) y medio alto (0,513). Los pesos de -se en los niveles bajo (0,417) y alto (0,290) indican que estas variantes socioeconómicas desfavorecen el empleo de la forma en -se.

Los resultados obtenidos, tanto probabilísticos como cuantitativos, permiten presentar en forma curvilínea (Gráfico 2) la distribución de la forma minoritaria en -se según las variantes analizadas:

Gráfico 2. Frecuencia relativa de -se por niveles socioeconómicos en el corpus

En la teoría de la variación sociolingüística desarrollada por Labov (1972, 1990, 2001) se reconoce la importancia del parámetro socioeconómico, puesto que permite destacar el rol de las clases sociales en la innovación lingüística y ayuda a determinar la probabilidad de aparición de una forma lingüística en tanto quemarcador social. En la concepción laboviana, las variantes lingüísticas referencialmente idénticas son, en realidad, portadoras de significados sociales o estilísticos distintos, lo que permite explicar las motivaciones del cambio. Los hablantes de algunos estratos socioculturales, con frecuencia los intermedios, en virtud de su deseo de ascender en la escala social, pueden acudir a las formas que consideran más prestigiosas, o al menos no estigmatizadas, y cuyo uso asocian con los estratos altos. Estos hablantes se muestran más sensibles a la valoración social de las variantes alternantes, lo que, a su vez, origina en ellos una gran inseguridad lingüística.30 Tal actitud desemboca, finalmente, en la HIPERCORRECCIÓN DESDE ARRIBA. Cabe precisar que este concepto, que se maneja en la presente investigación, se basa en la definición ofrecida por Moreno Fernández (1998: 349): "uso de una variable por parte de los estatus inferiores, principalmente las clases medias, cuando, en un intento de ajustarse al modelo de prestigio, sobrepasan la frecuencia de los usos del grupo más prestigiado o de estatus más alto". Es decir, aplicamos este término al aumento de frecuencia de -se por parte de los estratos medio (9%) y medio bajo (6%), por encima de la frecuencia que dicha forma alcanza en el estrato alto (3%), por imitación del uso lingüístico que, desde una perspectiva sociocultural, quizá sea juzgada más prestigiosa.Aunque no existe todavía un estudio de las actitudes lingüísticas ante el empleo de -ra y -se, el hecho de que sea el nivel medio el que más promueve el uso de la forma minoritaria amerita una interpretación que dé cuenta de las motivaciones para dicho uso, asunto sobre el cual volveremos más adelante.31

Una reflexión especial merecen las diferencias que se observan en el gráfico 2 entre los grupos intermedios (medio y medio bajo), por un lado, y los grupos extremos (alto y bajo), por el otro. Como se puede ver, el nivel alto,que debería ser el modelo justificador de la hipercorrección observada en los usos de los grupos medios, desfavorece en forma notoria el uso de -se. Ello parece indicar que la valoración positiva hacia la forma en -se por parte de los niveles medios está motivada no por los usos reales, sino por lo que loshablantes de esos niveles podrían interpretar como usos propios de loshablantes del nivel alto. Al mismo tiempo, la posición social de estos últimoslos exime de la necesidad de competir para ascender en la escala social, por lo que es natural que los estratos sociales altos utilicen las formas consideradas de prestigio en menor proporción que los estratos medios que los "imitan". En cuanto al grupo socioeconómico 5, el bajo índice de empleo de -se se debe probablemente a un patrón de conducta general, al que hacen referencia todos los sociolingüistas, cuando señalan que los individuos pertenecientes al estrato más bajo suelen considerar muy lejana la posibilidad de cambiar su estatus social, por lo que no tienen la suficiente motivación social para utilizar las variantes prestigiosas.

Partiendo de los postulados de la teoría de la variación sociolingüística, podríamos considerar que la presencia de la forma en -se, en el habla de los representantes de los niveles socioeconómicos intermedios en el corpus objeto de esta investigación, puede deberse a una actitud lingüística de dichos hablantes que favorece el uso de esa forma por considerarla más prestigiosa. A pesar de que aún no se ha realizado estudio empírico alguno que lo demuestre, hay razones que permiten al menos no descartar la posibilidad de que la desinencia de subjuntivo en -se sea una forma lingüística de prestigio. En primer lugar, se destaca el hecho de que el uso de la forma en -se sea escaso en la lengua hablada, lo cual podría conferirle ciertos rasgos estilísticos distintivos, como, por ejemplo, una mayor fineza en comparación con la forma más común en -ra. En segundo lugar, comparemos el uso oral y escrito de la lengua. En su investigación sobre los usos de -ra, -se, -ría y -re según los registros y áreas geográficas, De Sterck (2000: 102-103) hace ver la notable pervivencia de -se en la lengua escrita venezolana. Por la frecuencia de empleo de esta forma, la variedad venezolana ocupa el tercer lugar (33,33%) después de México (52%) y Las Antillas (48,57%). Los valores obtenidos mediante la aplicación del programa estadístico GoldVarb 2001 permiten a la autora afirmar que la probabilidad de aparición de -se en el español escrito en Venezuela (peso estadístico 0,500) ubica a la variedad venezolana entre las variedades más conservadoras de América (México 0,684 y Las Antillas 0,653). Lasvariedades más innovadoras con escasas posibilidades de aparición de -se en ese registro son las de Perú (0,381), Argentina (0,303) y, sobre todo, Chile, donde dicha forma ha dejado de usarse en la lengua escrita.

En vista de que en Venezuela la forma en -se se ha conservado más en la lengua escrita que en la oral, es posible que la misma sea percibida como una variante libresca y, por lo tanto, normativa y conservadora y que, por ello, se asocie a los hablantes de mayor nivel de instrucción y estatus social. A propósito de esta hipótesis, cabe traer a la memoria lo que el lingüista venezolano Ángel Rosenblat denominó "el fetichismo de la letra", que se refiere a uno de los juicios más extendidos que hacen los hablantes sobre su propio uso de la lengua. Según este juicio, la escritura prevalece sobre el habla, influye sobre ella y es capaz de transformarla (Rosenblat 1971: 41). Es probable entonces que la variante -se que, como se demostró más arriba, es más empleada enVenezuela en la lengua escrita que en la oral, sea apreciada como prestigiosa, aunque, naturalmente, eso no significa necesariamente que -ra no lo sea.

3.2.5. Grupo generacional

En quinto lugar, el programa seleccionó la variable grupo generacional. Como se observa en el cuadro 3, solamente la variante grupo generacional B favorece el empleo de la forma en -se (0,635). ¿Significa ello que el factor edad ejerce una influencia determinante en la selección de la forma minoritaria por los hablantes de este grupo (30-45 años)? Según Silva-Corvalán (2001: 102), las diferencias de uso por grupo de edad se deben con frecuencia no tanto al factor edad mismo como a factores relacionados, por ejemplo, la percepción que el hablante tiene de las ventajas sociales que puede obtener mediante el uso de rasgos lingüísticos considerados de prestigio en la comunidad. Por ello, en opinión de la autora, es de esperar que los grupos de edades intermedias (25-50 años), inmersos en el mundo de la competencia profesional, económica y de ascenso en la escala social, presenten perfiles más marcados de hipercorrección generada por su conciencia lingüística. Es decir, en el caso del corpus examinado, los resultados para el grupo generacional B podrían relacionarse más con el mercado lingüístico32 que con la edad de los hablantes e indicar, por ejemplo, que este grupo intermedio está sometido a presiones sociales que lo llevan a usar formas consideradas más prestigiosas, y -se podría ser una de ellas. Observamos, en efecto, que los resultados concernientes a este grupo generacional concuerdan con los de las clases sociales intermedias (gráfico 2), que también usan la forma aparentemente más prestigiosa.

Los pesos relativos a los demás grupos, a saber, los grupos A (0,465) y C (0,398) indican que estas variantes no son favorables a la aparición de la forma en -se.Al igual que en la variable nivel socioeconómico, los resultados de la variable grupo generacional permiten asociarla con una distribución curvilínea, como se ilustra seguidamente en el gráfico 3:

Gráfico 3. Evolución de la forma -se en el tiempo aparente

En este gráfico podemos observar cómo el empleo de -se, manifiestamente ausente en los hablantes de mayor edad (grupo D), aparece y luego aumenta su frecuencia de uso en las dos generaciones siguientes (grupos C y B)  lo que, sin duda, influye en el fenómeno de la variación -ra/-se en el corpus estudiado.

Diversos estudios sociolingüísticos (LópezMorales 1989, Labov 2001, Silva-Corvalán 2001, entre otros) asocian el patrón curvilíneo de estratificación sociolingüística, que hemos observado en los gráficos 2 y 3, con el cambio lingüístico en el tiempo aparente.33 Al respecto, Silva-Corvalán (2001: 249), quien incluye la distribución curvilínea según edad y nivel socioeconómico entre los indicadores más importantes de cambio lingüístico, puntualiza:

a) La distribución curvilínea según edad: si una variante es favorecida por grupos medios, dieciocho a cuarenta y cinco años de edad, se considera cambio en curso. b) La distribución curvilínea según nivel socioeconómico: si una variante es favorecida por grupos medios, normalmente por el grupo bajo-alto y medio-bajo, se considera cambio en curso.

Moreno Fernández (1998: 74), a su vez, hace la precisión cuando señala que el tipo de patrón curvilíneo es característico de las fases iniciales de los cambios lingüísticos, si bien no los supone necesariamente. Con base en estos señalamientos, ¿podríamos interpretar los datos referentes al patrón curvilíneo en que se distribuyen las variables socioeconómicas y según edad (gráficos 2 y 3) como un indicio de un posible cambio lingüístico? Lamentablemente, el reducido uso de -se en ambas variables no nos permite llegar a conclusiones definitivas. Por otro lado, como también reconoce Silva-Corvalán (2001: 245-255), las diferencias generacionales observadas en un estudio en el tiempo aparente podrían ser resultado de diferencias generacionales estables, en el sentido de que los hablantes adoptan patrones diferentes de conducta lingüística según su edad, y no ser representativas de un cambio lingüístico. Es decir, para conocer si se trata de un cambio lingüístico o, más bien, de una variación estable, sería preciso complementar el estudio de la variación -ra/-se en el tiempo aparente con el análisis en el tiempo real,34 ya que en una investigación parcial, como de hecho son los estudios de la variación sincrónica a través de grupos de edad, clase social y sexo, la existencia de la variación estable en los diferentes grupos generacionales o socioeconómicos puede pasar desapercibida.

3.2.6. Tipo de contexto

La variable tipo de contexto fue seleccionada por el GoldVarb como significativa en último lugar. Los niveles de probabilidad de aparición registrados para la forma en -se en la apódosis (0,585) y en la prótasis (0,578) no son, en realidad, muy relevantes, ya que los pesos estadísticos se sitúan cerca de 0,500. En cuanto al subjuntivo prototípico, el peso (0,341) que se observa en el cuadro 3 muestra que la forma minoritaria se ve estadísticamente bastante desfavorecida, por lo que sería difícil pronosticar una permanencia estable de -se en ese contexto, al menos por ahora. Por otro lado, como se había señalado en 3.1., cuando el subjuntivo se usa con significado de pasado del indicativo, la forma en -se no se emplea en absoluto. Cabe señalar que en este último contexto forma, cuando ofrece un valor de pretérito de indicativo, es "ajena a la lengua hablada" (RAE 1973: 480), al menos en lo que respecta al corpus de Caracas. 

Examinaremos, a continuación, el empleo de -se en las dos variantes significativas, en la apódosis y en la prótasis.

La forma en -se aparece en la apódosis 10 veces en total. En cinco ocasiones se registra su uso en el pluscuamperfecto, es decir, en combinación con haber auxiliar; en los cinco casos restantes, -se aparece en el imperfecto: cuatro veces con el verbo haber principal, y una vez con otro verbo (dijese).

Observamos nuevamente la tendencia a emplear la forma en -se con haber auxiliar y haber principal. Es conveniente, entonces, no atribuir a la variante en la apódosis de la variable tipo de contexto un uso que en realidad parece estar condicionado por las características propias del verbo haber, como se propuso en el apartado 3.2.1.35

A diferencia de -se, las apariciones de -ra como desinencia del imperfecto de subjuntivo se podrían justificar, con eventual interferencia de otros factores, por la influencia del contexto de apódosis. En efecto, en el corpus del habla de Caracas se puede observar que esta forma tiene vigencia, no sólo en el contexto de prótasis, que resulta natural para cualquier forma de subjuntivo, sino también en el contexto de apódosis, que está reservado para el indicativo, tal como se observa en (37):

(37)   Porque si no, no me diera tiempo de nada (ca1fb).

En (38) se indica cuál sería la forma correspondiente del español estándar:

(38)   Porque si no, no me daría tiempo de nada.

Los ejemplos (37) y (38) confirman la hipótesis etimológica adelantada por Gili Gaya (1978: 179 §135), según la cual el uso de -ra en este contexto es consecuencia del valor indicativo originario de dicha desinencia.36 Cabe destacar que, en el corpus del habla de Caracas, el empleo del imperfecto en -ra en los contextos de apódosis no se limita a algún grupo particular de verbos, como sucede en otras variedades del español, donde también se da este empleo. Carbonero Cano (1990: 54), por ejemplo, reporta que en el habla de Sevilla (España) "el uso del imperfecto de subjuntivo queda restringido [...] a unos cuantos verbos modales, como quisiera, debiera o pudiera". En el corpus de Caracas, por el contrario, hemos encontrado diversidad de verbos en ese contexto: causara, dijera, estuviera, pasara, pudiera, robara, tuviera, etc.

Ello indica que el imperfecto de subjuntivo en -ra, que, según la RAE (1973), Gili Gaya (1978), y otros autores, se usa cada vez menos en la apódosis de las condicionales en la mayoría de los países hispánicos debido a su carácter arcaico, se mantiene hoy vivo en el habla de Caracas.

A diferencia del imperfecto de subjuntivo en -ra, que en el corpus estudiado no alterna con -se, el pluscuamperfecto de subjuntivo en -ra varía regularmente con la forma en -se en el mismo contexto de apódosis, como se ilustra a continuación:

(39)   a. Si por mí fuera me hubiera muerto en el completo silencio (cc5fc).

b. Si no, no me hubiese quedado (ca1md).

En lo referente a los usos de -se en el contexto de prótasis, la forma minoritaria alcanza una frecuencia relativa de 17%. También en este contexto, al igual que en el de la apódosis, -se se empleó en 10 ocasiones, 7 veces en el pluscuamperfecto y 3 veces en el imperfecto con los verbos existiese, fuese y hubiese. Podríamos decir entonces que la capacidad de combinarse con el verbo haber, tanto en su función de verbo auxiliar como de principal, constituye la condición esencial para el mantenimiento de la forma minoritaria en -se, y esto no solamente en el contexto de apódosis sino también en el de prótasis.

El análisis de la variable tipo de contexto permite corroborar que las apariciones de -ra y -se en la prótasis con las dos formas de pretérito de subjuntivo (imperfecto y pluscuamperfecto) son comunes al español general, en tanto que los casos de -ra con el imperfecto de subjuntivo en la apódosis son propios del español de Venezuela, tal como ya había notado Sedano (1998).

4. CONCLUSIONES

Las conclusiones de este trabajo no son definitivas, como ya dijimos, porque el reducido uso de -se en el corpus quita algo de confiabilidad al análisis estadístico llevado a cabo por el programa GoldVarb 2001. Sin embargo, los resultados y las conclusiones que de ellos se deducen deben ser tomados en cuenta para futuros estudios, porque apuntan a la existencia de un conjunto de factores lingüísticos y sociales que influyen en la variación -ra/-se en el español hablado en Caracas. Entre dichos resultados, cabe señalar los siguientes:

i) Cuantitativamente, el uso de -se en el corpus es extremadamente reducido (6%) en comparación con el empleo mayoritario de -ra (94%).

ii) Entre los factores lingüísticos que favorecen el empleo de -se en el habla caraqueña sobresalen la forma compuesta de subjuntivo (el pluscuamperfecto), la negación, la presencia de -ra en la cláusula que antecede a -se y los contextos de prótasis y apódosis de la oración condicional. La relevancia de estos facto-res muestra la vigencia del potencial gramatical, etimológico y estilístico de la forma minoritaria en -se, lo que, a fin de cuentas, asegura su funcionamiento en el sistema verbal del español.

iii) Los parámetros sociales más significativos para la variación - ra/-se en el español hablado en Caracas son los niveles socioeconómicos medio y medio bajo, y el grupo generacional B (30-45 años).

El empleo de las formas en -ra y en -se en el español hablado en Caracas, analizado desde la perspectiva sociolingüística, parece indicar que se trata de un auténtico caso de variación morfológica. Este enfoque, que intenta determinar las correlaciones significativas entre lenguaje y contexto social, arroja luz sobre las tendencias actuales de la evolución de las formas en alternancia, lo cual ayuda a conocer mejor el mecanismo de la variación morfológica en el español de Caracas. Finalmente, el uso de los métodos de medición estadística aporta bases científicas a las observaciones hechas por Sedano y Bentivoglio (1996) acerca del empleo de -se en el español de Venezuela (cf. la introducción del presente estudio).

Nos queda por mencionar algunos usos de -ra/-se que no forman parte de los planteamientos iniciales de este trabajo, pero que se han suscitado en el curso del mismo.

i) Las formas verbales en combinación con la desinencia en -se más frecuentes en el español de Caracas son hubiese, auxiliar y principal, (50%, equivalente a 31 casos), y fuese (23%, equivalente a 15 casos), sobre el total de los 62 casos de verbos en -se.

ii) En el contexto de apódosis de la oración condicional, el imperfecto de subjuntivo en -ra no ha perdido su vigencia en el español de Caracas. En este contexto, en el corpus estudiado, el imperfecto en -ra alterna solamente con la forma canónica en -ría; en cambio, los usos con el pluscuamperfecto hacen posible también la alternancia con -se.

Hemos comenzado el presente artículo citando la opinión de Cartagena (1999), compartida por muchos otros lingüistas, sobre la posibilidad de que la alternancia entre las formas -ra y -se, sea un caso de una variación libre. El análisis llevado a cabo en este estudio pone en evidencia que la variación entre -ra y -se en el español hablado en Caracas es muy compleja, ya que intervienen en ella múltiples factores, léxicos, gramaticales, estilísticos, semántico-pragmáticos, etimológicos y sociales, y que la selección que hacen los hablantes entre las formas en alternancia no parece realmente libre sino condicionada por dichos factores. Conviene entonces tenerlos presentes en otros estudios sobre el tema, puesto que las correlaciones observadas en el español hablado en Caracas podrían darse también en otras zonas hispanohablantes. Además, a pesar de que una de las dos formas alternantes presenta una frecuencia bastante baja en el corpus de 1987, no se descarta la posibilidad de que el empleo de -se continúe aumentando en Caracas, por lo que debería hacerse un estudio comparativo de este corpus con uno más reciente para despejar dudas y observar si se trata de una variación estable o, más bien, de un cambio lingüístico. En este último caso, la presente investigación serviría para dejar constancia de cuál era la situación al inicio del cambio. Por último, es importante no perder de vista que, como hemos constatado a través del análisis de las variables sociales, enVenezuela, los usos de -se de la lengua escrita podrían influir sobre sus usos en la lengua oral, lo que deja entrever algunas tendencias con respecto a las actitudes lingüísticas de las clases sociales intermedias. Es conveniente entonces estudiar la oposición -ra/-se también en el español escrito de Venezuela.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Alarcos Llorach, Emilio. 1994. Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe.        [ Links ]

2. Asratián, Arucia. 2005. El valor semántico de las formas verbales en -ra y en -se de los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo en el español de Venezuela. Núcleo 22. 41-62.        [ Links ]

3. Bello, Andrés. [1847] 1984. Gramática de la lengua castellana. Madrid: EDAF.        [ Links ]

4. Bentivoglio, Paola y Mercedes Sedano. 1993. Investigación sociolingüística: sus métodos aplicados a una experiencia venezolana. Boletín de Lingüística 8. 3-35.        [ Links ]

5. Carbonero Cano, Pedro. 1990. Usos de las formas verbales en -ra y en -se en el habla de Sevilla (nivel popular). En Pedro Carbonero (coord.) Sociolingüística andaluza. Habla de Sevilla y hablas americanas 5. 45-58. Sevilla: Universidad de Sevilla.        [ Links ]

6. Cartagena, Nelson. 1999. Los tiempos compuestos. En Ignacio Bosque y Violeta Demonte (comps.) Gramática descriptiva de la lengua española, vol. 2, 2935-2977. Madrid: Espasa-Calpe.        [ Links ]

7. De Mello, George. 1993. -ra vs. -se Subjunctive: A new look at an old topic. Hispania 76. 235-244.        [ Links ]

8. De Sterck, Goedele. 2000. Registros y áreas geográficas en lingüística. Valores y usos de las formas verbales en -ra, -se -ría y -re. Salamanca: Universidad de Salamanca.        [ Links ]

9. Gili Gaya, Samuel. 1978. Curso superior de sintaxis española. Barcelona: Bibliograf.        [ Links ]

10. Gutiérrez, Manuel. 1996. Tendencias y alternancias en la expresión de condicionalidad en el español hablado en Houston. Hispania 79. 316-326.        [ Links ]

11. Kany, Charles. [1945] 1969. Sintaxis hispanoamericana. Madrid: Gredos.        [ Links ]

12. Klein-Andreu, Flora. 1991. Losing ground: A discourse-pragmatic solution to the history of -ra in Spanish. En Suzanne Fleischmann y Linda Waugh (eds.) Discourse pragmatics and the verb, 164-178. London/New York: Routledge.        [ Links ]

13. Labov, William. 1972. Sociolinguistic patterns. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.        [ Links ]

14. Labov, William. 1990. The intersection of sex and social class in the course of linguistic change. Language Variation and Change 2. 205-254.        [ Links ]

15. Labov, William. 2001. Principles of linguistic change. Social factors, vol. 2, Oxford: Basil Blackwell.        [ Links ]

16. Labov,William y Joshua Waletzky. 1967. Narrative analysis: Oral versions of personal experience. En June Helm (ed.) Essays on the verbal and visual arts, 12-44. Seattle: University of Washington Press.        [ Links ]

17. Lamíquiz, Vidal. 1971. Cantara y cantase. Revista de Filología Española 54. 1-11.        [ Links ]

18. Lamíquiz, Vidal. 1972. Morfosintaxis estructural del verbo español. Sevilla: Universidad de Sevilla.        [ Links ]

19. Lavandera, Beatriz. 1984. Variación y significado. Buenos Aires: Hachette.        [ Links ]

20. Lawrence, Helen y Sali Tagliamonte. 2001. GoldVarb 2001. A multivariate analysis application for Windows. Users' manual. York: University of York.        [ Links ]

21. López Morales, Humberto. 1989. Sociolingüística. Madrid: Gredos.        [ Links ]

22. Moreno Fernández, Francisco. 1994. Status quaestionis: sociolingüística, estadística e informática. Lingüística 6. 95-154.        [ Links ]

23. Moreno Fernández, Francisco. 1998. Principios de sociolingüística y sociología 24 del lenguaje. Barcelona: Ariel.        [ Links ]

24. Navarro Correa, Manuel. 1990. La alternancia -ra/-se y -ra/-ría en el habla de Valencia (Venezuela). Thesaurus XLV. 481-488.        [ Links ]

25. Pottier, Bernard. 1960. Introduction a l’étude de la philologie hispanique. Fascicule II. Mophosyntaxe espagnole. París: Ediciones Hispanoamericanas.        [ Links ]

26. Pottier, Bernard. 1975. Gramática del español. Madrid: Alcalá.        [ Links ]

27. Pottier, Bernard, Patrick Charaudeau y Bernard Darbord. 1994. Grammaire explicative de l’espagnol. París: Nathan.        [ Links ]

28. Real Academia Española. 1973. Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe.        [ Links ]

29. Ridruejo, Emilio. 1999. Modo y modalidad. El modo en las subordinadas sustantivas. En Ignacio Bosque y Violeta Demonte (comps.) Gramática descriptiva de la lengua española, vol. 2, 3209-3252. Madrid: Espasa-Calpe.        [ Links ]

30. Rosenblat, Ángel. 1971. Nuestra lengua en ambos mundos. Madrid: Salvat.        [ Links ]

31. Sánchez López, Cristina. 1999. La negación. En Ignacio Bosque y Violeta Demonte (comps.) Gramática descriptiva de la lengua española, vol. 2, 2561-2634. Madrid: Espasa-Calpe.        [ Links ]

32. Scott, Mike. 1999. WordSmith tools. Versión 3.00.00. Londres: Oxford University Press.        [ Links ]

33. Sedano, Mercedes. 1997. Breve caracterización sintáctica del español de América. Hispanic Linguistics 9, 2. 359-392.        [ Links ]

34. Sedano, Mercedes. 1998. Sintaxis. Español Actual 69. 67-82.        [ Links ]

35. Sedano, Mercedes y Paola Bentivoglio. 1996. Venezuela. En Manuel Alvar (dir.), Manual de dialectología hispánica. El español de América, 116-133. Barcelona: Ariel.        [ Links ]

36. Serrano, María José. 1994-95. Las variantes -ra y -se del imperfecto de subjuntivo en oraciones condicionales potenciales. Journal of Hispanic Research 2. 57-67.        [ Links ]

37. Silva-Corvalán, Carmen. 1989. Sociolingüística. Teoría y análisis. Madrid: Alhambra.        [ Links ]

38. Silva-Corvalán, Carmen. 2001. Sociolingüística y pragmática del español. Washington D.C.: Georgetown University Press.        [ Links ]

Notas

* El presente trabajo sobre la variación -ra/-se en el español hablado en Caracas forma parte de un proyecto mayor sobre la variación -ra/-se en el español de Venezuela. Dicho proyecto es auspiciado porel Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela. En Asratián (2005) se presentaron los resultados concernientes al estudio del aspecto semántico de la alternancia -ra/-se en dos corpus, uno oral y otro escrito.

1. Los ejemplos (1a-d) son extraídos del Corpus Sociolingüístico de Caracas 1987 (cf. Bentivoglio y Sedano 1993). Los mismos están acompañados por un código que se lee de izquierda a derecha de la siguiente manera: 1) la primera letra, "c", indica que los hablantes son nativos de Caracas; 2) la segunda letra indica el grupo generacional al que pertenece el hablante (a= de 14 a 29 años, b= de 30 a 45 años, c= de 46 a 60 años, d= de 61 años en adelante); 3) el dígito colocado en tercer lugar indica el nivel socioeconómico del hablante (1= nivel alto, 2= nivel medio-alto, 3= nivel medio, 4= nivel medio-bajo, 5= nivel bajo); 4) la letra que aparece a continuación señala el sexo del hablante (f= femenino, m= masculino); 5) la última letra (a, b, c, d) corresponde a la identificación del hablante dentro de su grupo.

2. De Mello (1993: 235-240) señala que en el habla de Bogotá, Buenos Aires, La Habana, Lima, Madrid, México, San Juan (Puerto Rico), Santiago (Chile) y Sevilla también se ha registrado el uso de-ra (y más limitado de -se) en la prótasis de las oraciones condicionales; el uso de -ra con el valor de pasado del indicativo es muy poco frecuente en el habla de dichas ciudades, al tiempo que -se no se emplea en absoluto; en cuanto al uso de -ra/-se en la apódosis de las oraciones condicionales, De Mello nota que las apariciones muy esporádicas de estas formas sólo se registraron en los hablantes de bajo nivel sociocultural.

3. Según Sedano y Bentivoglio (1996: 124), "el uso de -se en lugar de -ra /-ría es muy reciente, y se debe sin duda a la relación existente entre -ra y -se".

4. Sedano (1997: 366, 376) documenta el uso de -ra con el valor de pasado del indicativo en varios países de Hispanoamérica (Argentina, Cuba, Chile, Méjico, Uruguay, Venezuela), así como en España. En lo que respecta al uso de -ra de apódosis en la forma simple, la autora (1997: 366, 377) señala que éste se da en diversas regiones americanas, entre ellas, América Central, Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela. En cuanto al contexto de la prótasis de las oraciones condicionales, en los estudios previosa esta investigación (cf. por ejemplo, Lavandera 1984, RAE 1973, Silva-Corvalán 1989, Serrano 1994-95) se muestra que en algunas zonas dialectales de Hispanoamérica y de España se da la variación entre las formas -ra y -se del subjuntivo, por una parte, y la forma -ría del indicativo, por la otra.

5. Las glosas son de la autora del presente trabajo.

6. Las glosas del ejemplo 6, ofrecidas por Pottier (1960: 93) en forma parcial en francés, fueron completadas y adaptadas al español por la autora del presente estudio.

7. Según la explicación de Pottier (1960: 93), ese valor de irrealidad de la forma -ra ya se había registrado en el latín: Roma capi non potuerat (‘Roma no hubiera podido ser tomada’).

8. Las glosas del ejemplo 8, ofrecidas por Pottier (1960: 94) en forma parcial en francés, fueron completadas y adaptadas al español por la autora del presente trabajo.

9. Pottier et al. (1994: 203), por ejemplo, afirman que la forme en -se, tenue pour savante, tend à disparaître de la langue (‘la forma en -se, considerada culta, tiende a desaparecer de la lengua’ Traducción de la autora).

10. Como veremos más adelante, los contextos donde aparece la forma en -ra pueden ser: subjuntivo propiamente dicho, subjuntivo interpretado como pasado de indicativo, subjuntivo en la apódosis de las oraciones condicionales y subjuntivo en la prótasis de dichas oraciones.

11. Cabe señalar que el programa GoldVarb 2001 sólo puede realizar el análisis variacionista si los datos incluyen al menos un caso para cada variante independiente prevista; si en una de las variantes se alcanza una frecuencia de 0% o de 100%, lo que indica que no hay alternancia entre las variantes, el programa declara dicha variante en knockout, lo que significa que esa variante no se puede procesar estadísticamente. Este factor, que podría considerarse como la principal desventaja del tipo de análisis que ofrece el programa, se compensa por una reflexión lingüística sobre los hechos observados, teniendo en cuenta que, para un sociolingüista, "tan importante es descubrir la influencia de una variable explicativa sobre la dependiente, como descubrir que no existe ninguna influencia" (cf.Moreno Fernández 1994: 113).

12. Todos los ejemplos utilizados para ilustrar estas variables han sido tomados del Corpus Sociolingüístico de Caracas 1987.

13. Navarro precisa la correlación entre el tiempo verbal y la distribución de -ra/-se en el corpus de habla de Valencia (Venezuela) en los siguientes términos: Tiempo simple -ra, 94,7%; -se, 5,2%. Tiempo compuesto -ra, 63,3%; -se, 36,6%.

14. Por no subordinada se entiende toda cláusula en la que, además de la forma verbal en -ra o en -se, no hay ningún otro verbo conjugado que podría considerarse regente. Es decir, tomamos en cuenta solamente el aspecto formal de la oración, ya que desde el punto de vista lógico o psicológico la no subordinación del subjuntivo, según las gramáticas, es muy restringida y discutible.

15. En otro artículo sobre el valor semántico de -ra y -se en el español hablado y escrito de Venezuela (cf. Asratián 2005) concluimos que las dos flexiones verbales de los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto del subjuntivo pueden intercambiarse sin que por ello quede afectado el significado; en ese artículo, adelantamos la hipótesis etimológica que intenta explicar el uso de -se en los contextos negativos; esa hipótesis será presentada más extensamente en el apartado 3.2.2.

16. La RAE (1973) señala dicho empleo en algunas comunidades de habla de México, Lavandera (1984) lo observa en el habla de Buenos Aires (Argentina), mientras que Silva-Corvalán (1989) lo estudia en la comunidad de Covarrubias (Burgos, España).

17. Aunque hay desde luego excepciones, por lo general, los gramáticos del español consideran que el condicional es un tiempo del indicativo.

18. En los ejemplos de la apódosis, dicha parte de la oración condicional se subraya, mientras que la parte que corresponde a la prótasis se encierra entre corchetes.

19. En los ejemplos de la prótasis, dicha parte de la oración condicional se subraya, mientras que la parte que corresponde a la apódosis se encierra entre corchetes.

20. Moreno Fernández (1994: 102-103) insiste en la idea de que la finalidad de este tipo de análisis no es estadística sino eminentemente lingüística, ya que el sociolingüista no es un sociólogo, ni un matemático, por lo que debe pensar como lingüista y actuar con los patrones derivados de su formación; por tanto, los resultados que aporten los análisis también han de ser interpretados desde y para la lingüística.

21. Tanto esta posibilidad como la descrita más arriba están contempladas por el programa GoldVarb 2001. La no adecuación entre el modelo teórico propuesto por el investigador y el que se observa en el análisis puede deberse a varios factores, entre otros, a la forma de determinar las variantes; en este caso, se crea un nuevo archivo de condiciones en el que se unen dos variantes de una misma variable en una sola (Moreno Fernández 1994: 145).

22. Por razones de presentación gráfica se usan valores enteros redondeados para las respectivas métricas.

23. Esta tabulación cruzada se obtuvo como salida del programa GoldVarb 2001, el cual usa como formato valores enteros truncados. Dichos valores se obtienen mediante la eliminación de la fracción decimal de un número. Por ejemplo, el valor entero truncado del número 14,5 equivale a 14.

24. Los totales de esta línea no corresponden a la suma de las cantidades expresadas en las columnas, sino al total de los casos en -ra y -se respectivamente y cuya distribución se observa según las variables numeradas de 1 a 10.

25. Para medir la frecuencia de aparición de -ra en comparación con la de -se utilizamos la fórmula de ratio:

Ratio:

Es decir, en el corpus, por cada forma en -se hay cerca de diecisiete formas en -ra.

26. En este sentido, es pertinente la observación que hace Moreno Fernández (1994: 147) sobre estudios sociolingüísticos a partir de pocos datos: "Al plantear este problema no queremos decir que exista una relación directa y necesaria entre la escasez de datos y la imposibilidad del análisis probabilístico: se pueden hacer buenos análisis con unas pocas decenas de datos. Sin embargo, es evidente que cuando se dispone de pocos materiales se corre un riesgo mayor de que los datos encierren un comportamiento inestable".

27. No obstante, los pesos superiores a 0,500, que indican que el contexto correspondiente es favorable para las apariciones de la forma minoritaria en -se, no pueden interpretarse como proporcionalmente desfavorables a -ra, puesto que esta forma, en el corpus estudiado, es mucho más frecuente que -se.

28. Cabe mencionar que estas variables resultaron significativas cuando actúan todas las variables en conjunto y no cada una por separado. La interpretación que se da a continuación ofrece una explicación de cada variable por separado con el propósito de facilitar la tarea del lector. que más favorece su presencia es el asociado con la variante tiempo compuesto (0,722). La variante tiempo simple (0,278), por el contrario, lo desfavorece ampliamente.

29. Nótese la vinculación de la tradicional definición del subjuntivo como modo de la no-realidad (RAE 1973: 476,Alarcos Llorach 1994: 153) y de la no-aserción (Ridruejo 1999: 3219) con la descripción de la negación como expresión de "la falsedad, inexactitud, irrealidad o no realización de un hecho, concepto o proposición" (Sánchez López 1999: 2563).

30. La inseguridad lingüística surge cuando lo que el hablante considera como correcto o adecuado no coincide con los usos espontáneos del mismo (cf. Moreno Fernández 1998: 350).

31. Las limitaciones del actual trabajo y, sobre todo, los fines que se persiguen en el mismo, no permiten, por los momentos, hacer deducciones acerca de lo que los hablantes consideran más prestigioso, por lo que sería conveniente complementar esta investigación con un estudio de actitudes lingüísticassobre el fenómeno de variación -ra/-se. En el presente artículo, nos referimos solamente a algunos presupuestos teóricos sobre el prestigio social asociado con ciertas formas lingüísticas. En este sentido, Silva-Corvalán (2001) sostiene, por un lado, que la existencia de variación sociolingüística es consecuencia de la existencia de barreras sociales y de distancia social y de la consciencia que tienen los miembros de los diversos estratos sociales de las diferencias lingüísticas entre los grupos, lo que les permite juzgarse a sí mismos y a otros según ellas; por otro lado, la autora reconoce que las sociedades no son estáticas, sino que existe una gran movilidad ascendente o descendente en la jerarquía social, lo cual conlleva una notable heterogeneidad lingüística tanto en el nivel individual como en el grupal. En virtud de esta movilidad social adquiere relevancia el fenómeno de prestigio asignado a las clases sociales más altas, basado en símbolos tales como el estilo de vida, la ocupación, la ascendencia familiar, que, a su vez, se transfiere a sus usos lingüísticos.

32. Ámbito de conductas dependientes de las actitudes socioeconómicas de los individuos, en el que los hablantes que desempeñan ciertas profesiones tienden a ajustarse a un modelo lingüístico prestigioso (por ejemplo, un locutor de un medio de comunicación), mientras que otros no necesitan hacerlo (Moreno Fernández 1998: 50, 60, 351).

33. De acuerdo con la hipótesis de variación en el tiempo aparente (Labov 1972), los patrones lingüísticos adquiridos en la adolescencia y en la juventud se mantienen estables a través de la vida del individuo, por lo que es posible compararlos con los patrones lingüísticos de otras generaciones, siempre que pertenezcan a comunidades estables.

34. Silva-Corvalán (2001: 245) describe el análisis en el tiempo real como un estudio en que se compara el habla de los mismos individuos a través de varios años, o bien se compara el habla de una muestra de hablantes de una comunidad cada cierto número de años.

35. Sin embargo, como ya hemos señalado en ese apartado, el reducido número de casos de -se no permite dar un respaldo total a la hipótesis de la compensación semántico-estilística de haber por medio del uso de dicha forma.

36. Gutiérrez (1996) observa en el español hablado en Houston (Estados Unidos), en el contexto de la apódosis de las oraciones condicionales, la tendencia a la sustitución del condicional simple en -ría por el imperfecto de subjuntivo en -ra. Explica dicha tendencia como resultado de un proceso de convergencia lingüística en el interior de la lengua, el cual aumenta las similitudes de diferentes componentes de la oración condicional.

ARUCIA ASRATIÁN: Licenciada en Filosofía, egresada de la Universidad Estatal de Moscú y Magíster Scientiarum en Lingüística, egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es profesora de la Escuela de Idiomas Modernos de la misma Universidad e investigadora acreditada por la Fundación Venezolana de Promoción del Investigador. Ha publicado artículos de investigación en las áreas de fonología, pragmática, semiótica y sociolingüística.