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Boletin de Linguistica
versión impresa ISSN 0798-9709
Boletin de lingüistica vol.24 no.37-38 Caracas dic. 2012
Semi-cópulas: quedar y quedarse
Silvia Iummato
Universidad Nacional del Comahue
RESUMEN
En este trabajo se analizan las propiedades temáticas y eventivas de las semi-cópulas quedar y quedarse. Se demuestra que no son dos ítems lexicales separados sino una raíz cuyo contexto sintáctico impone distintas estructuras temáticas y eventivas. Basados en la clasificación aspectual de Vendler (1967) y de Pustejovsky (1995), se ofrece una descripción aspectual de la semi-cópula y se demuestra que puede aparecer tanto en construcciones estativas como en transicionales. En ambos casos, puede aparecer el clítico se, el cual se relaciona con la noción de causa interna (Levin y Rappaport Hovav 1995). Para el análisis se recurre a la propuesta de Travis (2005), que postula la articulación de las vPs. Este trabajo se inscribe en las propuestas sintactistas debido a que desde una perspectiva lexicalista, se perdería la posibilidad de capturar y explicar generalizaciones en términos de la estructura sintáctica, en especial, de la estructura funcional/eventiva como responsable de la estructura temática.
PALABRAS CLAVE: semi-cópula, estructura eventiva, causa interna
ABSTRACT
In this research work different thematic and aspectual properties of the semi-copula quedar and quedarse are analysed. It is shown that they are not two different and separate lexical items but only one root whose syntactic context imposes thematic and eventive structures. Using Vendler´s (1967) and Pustejovsky´s (1995) aspectual classification of predicates, a description is given of the aspectual possibilities of the semi-copula showing that it can appear both in locative and in transitional structures. The clitic se can appear in both cases, the claim being that it is related to the notion of internal cause (Levin y Rappaport Hovav 1995). As regards the analysis, Travis´s proposal (2005) of articulated vPs has been used. It is worth noting that this work offers a syntactic proposal as a lexical perspective would not allow to capture syntactic generalization in terms of syntactic structure, especially, the functional /eventive structure which is responsible of thematic structure.
KEY WORDS: semi-copula, eventive structure, internal cause
Recibido el 29 de agosto de 2010. Aceptado el 3 de agosto de 2012.
INTRODUCCIÓN*
En el presente trabajo se analizan algunas de las características generales de los verbos denominados semi-cópulas: volverse, ponerse y quedarse, para luego centrarse en las características del verbo quedar(se). Se intentará determinar si el mismo presenta propiedades semánticas y formales distintas de los otros verbos mencionados en la estructura aspectual (Vendler 1967, Dowty 1979, Tenny 1987, Travis 2005).
Este trabajo tiene como objetivo mostrar que:
1. Las distintas propiedades temáticas y aspectuales de la semi-cópula quedar(se) pueden derivarse de un modelo sintactista como el de la Morfología Distribuída (Halle y Marantz 1993, Marantz 1997 y ss), siguiendo la propuesta de Travis (2005), quien postula la articulación de las vPs y su influencia en la computación aspectual.
2. No existen dos entradas léxicas quedar y quedarse, sino una sola entidad, la raíz qued, que admite el clítico se en aquellas situaciones (Aktionsart o modo de acción) en las que se puede incrementar la estructura argumental cuando se menciona el argumento causante (sintaxis temática).
Consideramos que desde una perspectiva lexicalista, quedar y quedarse serían entradas léxicas distintas con especificaciones para la información temática y aspectual (Grimshaw 1990), en consecuencia, se perdería la posibilidad de capturar y explicar generalizaciones en términos de la estructura sintáctica, en especial, de la estructura funcional/eventiva como responsable de la estructura temática.
En la sección 1 se presenta un descripción general de las semicópulas volverse, ponerse y quedar(se); en la sección 2, se describen los datos del verbo quedar(se) con el fin de delimitar las características semánticas, morfológicas y sintácticas que hacen que este verbo sea diferente de las otras dos semi-cópulas. En la sección 3 se presentará el marco teórico y en la sección 4 se propondrá un posible análisis. Finalmente, se procederá a enunciar las conclusiones, a modo de resumen, de las secciones anteriores.
1. BREVE CARACTERIZACIÓN DE LAS SEMI-CÓPULAS
Se entiende por VERBOS COPULATIVOS, verbos del tipo ser, parecer, asemejar, que no tienen propiedades lexicales y, por lo tanto, es el predicativo el que va a determinar la restricción selectiva y el número de argumentos que requiere la estructura. Las CÓPULAS no poseen propiedades eventivas sino que sirven como verbalizadores (Schmitt 2005), ya que, básicamente, poseen información categorial y sirven como soporte para los morfemas de tiempo, aspecto, persona y número. Las SEMI-CÓPULAS, en cambio, no son simplemente verbalizadores, en tanto que, además de poseer información categorial, de tiempo, persona y número, poseen información aspectual, es decir, denotan básicamente estado, proceso o transición (Pustejovsky 1995). Por lo tanto, estar, que posee información aspectual debido a que denota estado, no sería una cópula, sino una semi-cópula.
En cuanto a sus funciones, las cópulas permiten vincular el sujeto con un atributo o predicativo (Fernandez Leborans 1999) y este predicativo denota propiedades o puede tener valor identificatorio: Este bebé es muy bueno, Este bebé es el hijo de Juan.
Históricamente, los verbos pseudo copulativos (o semi-cópulas) son verbos que se han desemantizado o gramaticalizado, ya que su significado léxico se perdió y adquirieron un valor aspectual (Luján 1980, Fernandez Leborans 1999, Schmitt 2005, ). Las semi-cópulas tienen más carga semántica que las cópulas y todas, de una u otra manera, están relacionadas con la información aspectual. En español, algunas de las semi-cópulas más frecuentes son volverse, ponerse y quedar(se). En general, estas semi-cópulas han sido analizadas como verbos INACUSATIVOS,1 incoativos, en el sentido de que pueden expresar estado, proceso y cambio de estado. Comprenden distintas significaciones, ya que cada uno indica distintas fases del proceso: inicial (ponerse), intermedia (volverse) y final (quedar(se)) (Demonte y Masullo 1999). Con respecto a la estructura argumental, puede decirse que no proyectan argumento externo sino un argumento interno. Es decir, el sujeto es, en realidad, el argumento interno que se origina junto al predicativo, que puede ser un sintagma preposicional, adverbial o adjetival. El argumento interno recibe el rol temático del predicativo. El sujeto y el predicativo forman una cláusula mínima (Hoekstra y Mulder 1990, Moro 1997) y el argumento interno se mueve a la posición de especificador de IP para recibir el caso nominativo.
(1)
Generalmente, el argumento denota el cambio de estado y, de las tres semi-cópulas mencionadas, quedar(se) es la única que puede denotar estado locativo: El parque queda lejos. Además, el clítico puede estar ausente. Volverse y ponerse pueden no llevar clítico pero sus significados varían sustancialmente, dejan de significar proceso, cambio de estado, para pasar a tener otro significado:
(2) Juan volvió a perder (aspectual, iterativo)
Juan volvió a su casa (movimiento)
Juan puso el manual en el estante (movimiento)
Otra diferencia que advertimos entre quedarse y las otras semicópulas es que, además de denotar estado, quedar(se) puede enunciar la fase final del evento, es decir, puede denotar un estado resultante mediante un sintagma adjetival o un participio resultativo: Pedro se quedó tranquilo/Ana quedó hospitalizada. Siguiendo en el plano de las diferencias, quedarse no selecciona sintagmas nominales: *Juan quedó un adolescente.
En la sección que sigue procederemos a describir la semi-cópula quedar(se).
2. QUEDAR(SE)
2.1. Propiedades aspectuales
Antes de describir las estructuras que aquí nos interesan, vamos a explicitar las herramientas teóricas que se utilizaron en la descripción.
La primera fue la clasificación aspectual de Vendler (1957, 1967), según la cual quedar(se) puede conformar tanto estructuras copulativas estativas como estructuras eventivas (no estativas). Los estados se contraponen a los eventos, los que según Vendler se clasifican en ACTIVIDADES, REALIZACIONES y LOGROS. Smith (1991), basada en Vendler, agrega una categoría más a la clasificación, los semelfactivos y, asimismo, identifica tres categorías o rasgos para clasificar las situaciones aspectuales:2 [DINÁMICO], [DURATIVO] y [TÉLICO], como se observa en el cuadro 1.
Cuadro 1. Tipo de predicado aspectual con sus consiguientes rasgos
Pustejovsky (1995) unifica las realizaciones y los logros en TRANSICIONES. Por lo tanto, su propuesta agrupa a los predicados en ESTADOS, PROCESOS y TRANSICIONES. En este trabajo se va a utilizar esta última denominación, y se utilizará la de Vendler cuando sea necesaria una clasificación más específica como también a Dowty (1979) y De Miguel (1999).
2.1.1 Pruebas de Dinamicidad
Estas pruebas intentan determinar si un predicado es dinámico o estativo teniendo en cuenta el rasgo [+DINÁMICO]. Desde ya, los estados no son dinámicos, en cambio, las actividades y las transiciones sí lo son. La determinación aspectual del verbo tiene algún tipo de consecuencia en el rol temático que puede llevar el sujeto y el tipo de adjuntos que puedan ser permitidos en la construcción. En principio, las pruebas de dinamicidad se relacionan con la posibilidad de utilizar la forma imperativa y la forma progresiva.
(3) Juan, quédate en tu casa
Quédate tranquilo
En consecuencia, los siguientes ejemplos son agramaticales:
*La casa está quedando lejos
*Juan se está quedando en su casa
*Ana se está quedando tranquila
*El problema está quedando solucionado.
Estas pruebas también se vinculan con la posibilidad que tiene la semi-cópula de aparecer subordinada a verbos como: ocurrir, dejar de.
(4) *Ocurre que la casa queda lejos
Ocurre que Juan se quedó en su casa
Ocurre que Ana se quedó preocupada
*Ocurre que el problema quedó solucionado
De la aplicación de estas pruebas de dinamicidad, se observa que quedarse presenta variación con respecto a su determinación aspectual. Este tema será abordado con mayor detenimiento en la siguiente sección.
Quedarse es un verbo lo suficientemente sub-especificado como para permitir distintas estructuras eventivas y expresar distintos significados aspectuales de acuerdo con el tipo de argumentos y predicativos que lo acompañen. Se han elegido solo cuatro estructuras dejando de lado, entre otras, la estructura existencial (¿Quedó helado?) y la estructura con gerundio (Se quedó trabajando). En todos los casos analizados en este trabajo, quedar(se) es un verbo inacusativo que requiere de un complemento sustanciado en una cláusula mínima.
Las construcciones que vamos a analizar son las que aparecen en la siguiente sección.
2.2. Estructuras
a. Locativa estativa con sujeto [-ANIM]
(5) El hotel queda lejos de acá.
Andorra queda en Europa.
La escuela quedaba cerca del parque antes en esa época.
Esta estructura impone restricciones de selección sobre el sujeto, que debe ser inanimado: *Pedro queda cerca. El predicativo es locativo. En este caso el verbo denota estado, por lo tanto, no resiste pruebas de dinamicidad como la forma imperativa: *¡Quede lejos! ni la forma progresiva *El hotel está quedando cerca; tampoco puede estar subordinado a verbos como dejar de u ocurrir: * El hotel dejó de quedar cerca/ * Ocurrió que la casa quedaba lejos.
Es por ello que consideramos que esta estructura es ESTATIVA y, en consecuencia, solo admite tiempos imperfectivos como el presente y el pretérito imperfecto (ejemplos de 1). No admite tiempos perfectivos ni tampoco el clítico se: *La Atlántida quedó en el oceáno atlántico/ *La plaza se había quedado lejos. La estructura expresa una situación atélica, sin límites, un evento único, monádico, con duración y sin fases (De Miguel y Fernández Lagunilla 1999).
b. Transición con participio
(6) La situación quedó aclarada.
El beneficio quedó revocado.
El problema quedó solucionado.
Pedro quedó herido de bala.
En este tipo de estructura, la cláusula mínima que funciona como complemento del verbo está constituida por el argumento interno y un participio resultativo (Kratzer 1996, Embick 2004, Di Tullio 2008), que denota un estado final o resultante. El sujeto de quedar puede ser animado o no, es seleccionado por el verbo que origina el participio resultativo como argumento interno, resulta afectado por la acción expresada por el participio y recibe el rol temático de tema o paciente. El participio resultativo deriva de verbos transitivos TÉLICOS y DE REALIZACIÓN (Vendler 1957). La agramaticalidad de las siguientes oraciones se debe, no tanto al tipo de predicado, sino a que el objeto no se encuentra afectado por la acción del verbo.
(7) *El premio quedó ganado.
* La montaña quedó subida.
Esta construcción no admite el adjunto por sí mismo, o pronombres como solo o mismo, propios de las realizaciones (Sánchez López 1996) ya que el sujeto no se relaciona con ninguna causa ni externa ni interna. Por el contrario, el sujeto es afectado por la acción enunciada por el participio.
(8) El decreto quedó revocado *solo/ *por sí mismo.
De ello se desprende que esta estructura no permite sujetos cuyo rol temático sea agente o causa; si bien existe una causa externa que corresponde al argumento externo del participio, esta no puede aparecer en la estructura de la superficie: *La situación quedó aclarada por las autoridades. Es por ello que sostenemos que el participio no es pasivo. Este tipo de participio es resultativo y expresa causa externa (Embick 2004): Ej. alguien revocó el decreto. Sin embargo, esta causa externa no tiene realización fonológica. Cabe mencionar también que, como este tipo de participio implica un evento y una verbalización, puede participar de construcciones absolutas: Aclarada la situación, nos retiramos del recinto.
Asimismo, los participios resultativos expresan un resultado alcanzado a través de un cambio. Si bien el argumento interno ha experimentado un cambio en algún momento del pasado, el participio denota el cambio como el final del proceso. Esta construcción denota una transición, es resultativa y, obviamente, télica, puntual. En consecuencia, no admite adjuntos del tipo: *durante tres horas pero sí los del tipo: a las cinco de la tarde o en tres horas. Tampoco admite el clítico se. En este sentido, se puede observar el estrecho vínculo sintáctico entre argumento y predicativo, que se expresa a través de la concordancia de género, número y persona: La situación quedó aclarada/Los problemas quedaron solucionados.
Es interesante observar que esta estructura resultativa denota un cambio, una transición, un logro.
c. Locativo con sujeto [+ANIM]
(9) Juan se quedó en su casa.
Los chicos se quedaron en el parque.
Esta es otra construcción locativa estativa como la de (1); pero, al contrario de la primera estructura, aparece el clítico se. Aunque el sujeto es animado, no está afectado y no sufre ningún cambio. Esta construcción es durativa, no es puntual.
(10) a) Juan se quedó en su casa durante cinco horas/ toda la tarde.
b) ?Juan se quedó en su casa a las 10 de la noche.
(10b) implica que Juan se quedó en su casa a partir de las 10, o sea, que cuando se adjunta una expresión de puntualidad, el significado toma un carácter ingresivo, en un punto a partir del cual comienza un estado. El hecho de que se pueda adjuntar adverbiales del tipo durante X horas o toda la tarde demuestra que la predicación no es puntual sino que consta de fases homogéneas y por eso la consideramos estativa.
A pesar de ser una construcción estativa, permite la aplicación de numerosas pruebas de dinamicidad:
Imperativo: ¡Quédese en su casa!
Adverbios orientados al sujeto: Se quedó en su casa intencionalmente/deliberadamente.
Sustitución por lo hizo: Le pidieron que se quede en su casa y así lo hizo.
Pseudo hendidas: Lo que Juan hizo fue quedarse en su casa
Cláusulas de propósito: Se quedó en su casa para ver el partido
No obstante, no puede aparecer en complemento de verbos como ocurrir o dejar de: * Ocurre que Juan se quedó en su casa / Juan dejó de quedarse en su casa.
d. Resultativas adjetivales
(11) Juan se quedó triste.
El río se quedó seco.
La ciudad se quedó desierta.
En este caso, el verbo quedarse va seguido de un adjetivo que denota una propiedad, un estado alcanzado o resultante y concuerda en género y número con el sujeto. En cuanto a la estructura aspectual, la construcción denota un cambio de estado, es TRANSICIONAL. Los adjetivos son estativos, por lo tanto si se utilizan adjetivos dinámicos, el resultado es agramatical: *Quedaron obedientes/ *observadores. Esta estructura permite la aparición del clítico. Por otro lado, el adjetivo puede ser graduable: bastante triste, muy triste, un poquito triste o no graduable: Se quedó embarazada / Se quedó muerto. Estos predicados (los adjetivos) son denominados de ESTADIO (Carlson 1977, Kratzer 1989): solo se proyecta el argumento interno que promociona a la posición de sujeto.
En este tipo de construcciones se puede encontrar adjetivos que derivan de participios o que se los considera PARTICIPIOS FOSILIZADOS: seco, limpio, desierto, despierto, suelto y no *secado, *limpiado, *despertado o *soltado.3 Los participios secado, limpiado, etc., no son seleccionados por cuestiones de bloqueo (Aronoff 1976).4 Existe un grupo de adjetivos que derivan de participios pero que no son resultativos sino estativos: herido, agradecido, mareado, embarazada, asustada. Estos adjetivos tienen la misma forma de los participios resultativos; sin embargo, no denotan una acción sino un estado, no proyectan un argumento externo, un agente, por el contrario, proyectan un argumento interno con el rol de tema o paciente. Por este motivo, como ya observamos, oraciones como las siguientes son agramaticales: *Se quedaron obedientes/observadores.
En la construcción resultativa adjetival el sujeto tiene el rol temático de tema o paciente porque sufre un cambio de estado denotado por el adjetivo. Un dato interesante es que, a pesar de que ni el verbo ni el adjetivo expresan agentividad, esta construcción admite la inserción de pronombres enfáticos (adjuntos agentivos) o de por sí mismo o de solo o mismo. Sin embargo, no involucra una causa externa y no hay agentividad.
(12) Juan se quedó triste él solo.
El río se quedó seco solo/ por sí mismo.
La construcción presenta un cambio de estado, una situación télica. Según Kempchinsky 1997 y De Miguel y Lagunilla (1999) el se en estas construcciones es un operador aspectual que señala el punto culminante que da paso a un cambio de estado. Cabe mencionar que en todos los casos el se puede omitirse. Cuando esto sucede, la estructura expresa un resultado, cuando aparece el clítico el significado predominante es el de cambio de estado.
Así como sucede con la estructura estativa causante o de sujeto [+ANIM], la estructura resultativa adjetival también permite la aplicación de pruebas de DINAMICIDAD:
Imperativo: ¡Quédese quieto!
Adverbios orientados al sujeto: Se quedó quieto intencionalmente/deliberadamente.
Sustitución por lo hizo: Le pidieron que se quede quieto y así lo hizo.
Pseudo hendidas: Lo que Juan hizo fue quedarse quieto
Cláusulas de propósito: Se quedó quieto para que le corten el cabello
Hasta aquí hemos presentado cuatro estructuras posibles con la semi-cópula quedar(se). A continuación se ofrecerá una síntesis de los datos aportados en el siguiente cuadro.
Cuadro 2. Aspecto léxico y tipo de complemento con la semi-cópula
Por un lado, puede observarse que el aspecto léxico de estas construcciones puede ser estativo o transicional. Depende de varios factores: la sintaxis temática y temporal, la interpretación del sujeto y del objeto, la contribución de los tipos de complementos y los diferentes adjuntos. Según la clasificación aspectual de Vendler, quedar(se), responde a estructuras aspectuales distintas: en efecto, los ejemplos (1) y (2) (estructuras locativas) codifican estados, mientras que las de los ejemplos en (3) y (4) codifican logros.
Por otro, aparece un hecho llamativo: tanto la construcción locativa estativa en (1) como la construcción con participios nunca llevan clítico se, mientras que la construcción locativa estativa en (2) y la construcción adjetival permiten el uso del clítico o su omisión.
3. DISCUSIÓN TEÓRICA
3.1. Cuestiones relativas a la transición
Las semi-cópulas y los verbos copulativos han sido sistemáticamente estudiados en los trabajos de Schmitt (2005), quien, por un lado, utiliza parte del marco teórico elaborado por Pustejovsky (1995) y, por el otro, intenta ensamblar ese marco con la Morfología Distribuida. La autora considera que el verbo ser no predica estado como estar, sino que es solo un verbalizador transparente (v puro), en cambio, estar denota estado (v+P [estado]), y estudia también el verbo ficar en portugués, que posee los significados de stay y become, del inglés, (equivalente en muchos contextos a quedarse en el español aunque no lleva clítico) como V+P con valor de transición. El significado similar a stay aparece con predicados locativos (Se quedó en su casa), mientras que el otro significado se da con los predicados que denotan propiedades (Se quedó triste). En su artículo de 2005, Schmitt sostiene que ficar denota una eventualidad del tipo de las transiciones (denota un cambio) y, en consecuencia, cuando el verbo selecciona predicados que denotan propiedades admite adjuntos de causa externa: María quedó linda con el vestido nuevo. En cambio, cuando el predicado es locativo, este tipo de adjuntos no es posible. No hay cambios en el sujeto de la construcción locativa, por lo que no hay transición visible; sin embargo, sostiene la autora, la transición se encuentra oculta.
La dificultad de la propuesta de Schmitt, creemos, aparece al intentar forzar la noción de TRANSICIÓN para los dos usos de ficar, tanto en el caso de predicativos episódicos como en el caso de los predicativos locativos. En el caso quedar(se)+locativo es más difícil reconocer la transición.
Además, al menos en español, este tipo de estructura puede utilizarse con adjuntos de causa:
Con tanta lluvia, Juana se quedó en su casa toda la tarde.5
Al querer unificar aspectualmente ambas estructuras, las que nosotros denominamos RESULTATIVAS, y las LOCATIVAS, Schmitt se ve forzada a sugerir que en el caso de la construcción locativa, el verbo ficar es bieventivo y siempre denota cambio. Como resultado de esta propuesta, concluye que como los locativos no expresan cambio, entonces, el verbo queda sin uno de los argumentos. Debido a esta falta, la construcción no acepta adjuntos de tiempos que indiquen puntualidad. Basándose en la Condición de Argumentos Referenciales Compartidos,6 sostiene que la transición existe pero que, al estar escondida, no puede ser modificada por un adjunto de puntualidad. Como la transición no puede compartir un argumento con la preposición locativa, ya que esta no selecciona argumentos que sufran cambios, la transición, argumenta Schmitt, no es permitida y por lo tanto queda ensombrecida.7 Como se ha observado en la sección correspondiente a los datos, las estructuras locativas pueden ser:
1. Con sujeto inanimado y sin clítico: La casa queda en las afueras
2. Con sujeto animado y clítico: Juan se quedó en la plaza
En el primer caso, es imposible hablar de transición: la estructura no acepta ninguna prueba de dinamicidad ni agentividad. Es imposible adjuntar una expresión de puntualidad ya que la estructura eventiva es claramente estativa. Ahora bien, en el caso de (2), puede ser que enuncie un ESTADO: Juan ya estaba en la plaza y continuó ahí. En este caso se trata de una entidad localizada y por lo tanto, no se produjo ningún cambio, no hay transición. O puede ser que Juan venía desplazándose y, por diversos motivos, realizó un alto en su trayectoria (dejó de desplazarse, no avanzó).
En el primer caso, la estructura sigue siendo estativa, aunque acepta algunas de las pruebas de dinamicidad (el uso del imperativo, por ejemplo). En el segundo caso, la estructura podría referirse a una TRANSICIÓN, ya que se produjo un cambio.
Si analizamos la segunda interpretación con detenimiento y se observa que, sin embargo, cuando se dice:
Me quedé en el puente / en el medio de la avenida
podría recuperarse un participio adjetivo elidido del tipo: parada/varada/inmovilizada. Por lo tanto, esta segunda interpretación está más relacionada con las estructuras resultativas.
Teniendo en cuenta la propuesta de Hale y Keyser (2002), vamos a sostener que en las estructuras locativas quedar(se) no se denota transición. Los autores hablan de COINCIDENCIA CENTRAL y TERMINAL como propiedades que definen la categoría de los verbos copulativos. La propiedad de coincidencia central implica que el argumento interno representa una entidad que posee el atributo denotado por el adjetivo (no expresa cambio de estado): Juan es maestro. Ambos, la entidad y el atributo, coinciden en formar un conjunto, cuyos componentes son Juan y maestro, en el que la propiedad maestro coincide con la entidad Juan. Ese sería el caso de los verbos estativos como costar, pesar, y, según nuestra propuesta, el de quedar en:
(13) Neuquén queda en la Patagonia.
Juana se quedó en su casa.
O sea, que la relación de coincidencia central se encuentra en las estructuras estativas. En cambio, con las semi-cópulas, como volverse o ponerse, se observa que el argumento interno siempre representa una entidad que sufre un cambio por lo tanto no hay coincidencia central sino terminal: Se volvieron locos/Se puso rojo de vergüenza. También este sería el caso de quedar(se) en las estructuras resultativas mencionadas anteriormente. En estos casos, el atributo denotado por el adjetivo expresa un estado y la entidad sufre un cambio cuyo punto final es la posesión del atributo denotado por el adjetivo.
Estas propiedades de coincidencia central y terminal también aparecen relacionadas con las preposiciones y las locaciones: en sería un ejemplo de coincidencia central (14a), y a/hacia sería un caso que expresa coincidencia terminal (14b):
(14) a. Juan se quedó en su casa (similar al verbo stay del inglés)
b. Juan se fue a su casa
Los verbos quedar(se) e ir(se) seleccionan las proyecciones preposicionales pero, por sí mismos, no poseen la propiedad de coincidencia central o terminal. Esa propiedad deriva de las proyecciones preposicionales.
En conclusión, quedar(se) puede ser considerado como verbo cópula (o semi-cópula) estativo, de COINCIDENCIA CENTRAL cuando su complemento es locativo, no obstante, es no estativo y de COINCIDENCIA TERMINAL si el complemento denota un estado resultante.
Si se analiza la construcción locativa con quedar(se) como un evento de TRANSICIÓN, no se pueden establecer las propiedades estativas ni las propiedades de coincidencia central. En consecuencia, la estatividad no es una propiedad léxica, sino una propiedad de las construcciones que surgen a partir de la composición semántica de elementos con significado. Es por ello que consideramos que no es que el verbo quedar(se) posea diferentes significados o usos, sino que tanto el aspecto como la propiedad de coincidencia (ya sea terminal o central) depende de la estructura que se conforme y de los rasgos de los argumentos, de los predicativos y de los adjuntos que aparezcan en la estructura.
3.2. Causa interna
En esta sección vamos a referirnos a la noción de causa interna (a su vez relacionada con cierto tipo de agentividad) porque consideramos que su aparición en las estructuras que nos conciernen en este trabajo tiene implicaciones sintácticas: el clítico se.
La agentividad fue estudiada por Carlson (1977), Dowty (1979), entre otros, y es también analizada por Levin y Rappaport Hovav (1995), quienes hacen la distinción entre causación externa y causación interna y relacionan la causación interna con la inacusatividad.
Arad (1998) establece una diferencia entre agentividad y causatividad. Sostiene que la agentividad (expresada en los sujetos de verbos transitivos) está relacionada con la intención de producir un cambio de estado; la causatividad, por el contrario, está relacionada con los causantes de cambios de estado. Estos causantes pueden ser intencionales o no, pueden ser responsables indirectos del evento: La señora se cayó en medio de la avenida. Arad analiza los causantes que aparecen con verbos inacusativos del tipo ergativo pero aclara que hay predicados que seleccionan agentes así como hay predicados que seleccionan causantes. Es decir, es la estructura la que permite la aparición de uno u otro.
Con respecto a la presencia del clítico, Masullo (1999) hace referencia a verbos que pueden aparecer con o sin el clítico. Tal es el caso de verbos como
mejorar/mejorarse; caer/caerse; morir/morirse; ir/irse.
Se sostiene que la diferencia radica en que los verbos que no tienen se son predicados monádicos porque no poseen ninguna capa causativa, mientras los que llevan se son predicados diádicos que se mapean a una estructura biestratal (1999: 32). Es decir, los predicados que llevan se son más complejos sintácticamente, por lo tanto los dos tipos de predicado (los que poseen el clítico y los que no) corresponden a proyecciones sintácticas distintas. Un dato interesante que observa el autor es que los predicados con se permiten inferir adjetivas pasivas: Se cayó el sistema Þ el sistema está caído.
Mendikoetxea (2000), por otra parte, discute lo que ella denomina EL FACTOR CAUSA. Argumenta que este factor no se relaciona con una acción realizada por un agente sino que es una propiedad o estado del argumento temático, que es responsable de una causatividad estativa y no dinámica. Por ello, sostiene que en el ejemplo El cristal se rompió, el cristal es tanto causa como tema.
Si bien todos estos autores toman en cuenta elementos de volición, intención, causa interna, etc., la mayor parte de ejemplos presentan verbos transitivos e inacusativos ergativos. En la siguiente sección vamos a explorar estas nociones y su relación con los datos que tenemos.
4. ANÁLISIS
Teniendo en cuenta que la derivación de formas complejas tiene lugar en la sintaxis (Halle y Marantz 1993) y que los principios de la morfología son los mismos que los principios de la sintaxis, analizaremos el verbo quedar(se) como una raíz: aqued que lleva el clítico se en algunos contextos sintácticos y en otros, no. Como se ha observado en los datos expuestos, este verbo puede participar de varias eventualidades. Puede expresar un estado: La plaza queda detrás de la escuela; o puede expresar una transición: El problema quedó solucionado o Juan se quedó quieto. Los estados son eventos no delimitados por lo tanto no son resultativos. Cuando quedar(se) expresa una transición focaliza el final del evento, denota un LOGRO y forma una construcción RESULTATIVA, por lo tanto, expresa una eventualidad delimitada, como se evidencia con la inserción de adverbios del tipo de finalmente, por fin, completamente o del todo.
(15) Finalmente, el problema quedó solucionado.
Juan se quedó quieto del todo.
Estos adverbios aspectuales son compatibles con el significado perfectivo de la estructura y expresan que el evento ha sido terminado completamente. A diferencia de las construcciones resultativas del inglés, que están formadas por dos subeventos: la CAUSA y el RESULTADO (Levin y Rappaport Hovav 2002), las construcciones que nos ocupan están formadas por un solo evento: el RESULTADO. No aparece ni el evento causativo ni la manera en que se obtuvo el resultado. El resultado enuncia un estado alcanzado sin mencionar cómo se obtuvo.
Creemos que es posible enunciar, sin embargo, una causa si esta aparece expresada a través del clítico se. No es que haya dos subeventos sino que cuando aparece se la estructura es más compleja: se agrega un sintagma verbal. Efectivamente, por un lado se observa que el clítico se discrimina significados ya que no aparece cuando la predicación es típicamente estativa y el sujeto es [-ANIM], ni tampoco cuando la predicación es resultativa, un estado resultativo o resultante: El club queda en las afueras de la ciudad y El DNU quedó revocado, respectivamente. En cambio, el clítico sí aparece cuando el argumento interno está de alguna manera involucrado en la causa de la situación o cuando la predicación es incoativa. El clítico afecta la estructura temática de la situación al indicar la causa que produjo el evento. Las causas inician un cambio de estado que está representado en la estructura sintáctica por medio de una cláusula mínima (Folli y Harley 2005). Es por ello que sostenemos que tanto el argumento interno como el participio o el adjetivo forman una cláusula mínima que denota el cambio producido.
Con respecto a la ubicación del clítico, la posición de especificador de vP es la que se asocia con la existencia de un argumento externo cuyo rol temático es Agente o Causa (Kratzer 1996).8 Cabe mencionar que estos roles tienen cualidades similares y propiedades que los hace crucialmente distintos. En tanto que el agente, además de realizar acciones, denota intención, volición y cierto control sobre la acción; la causa no presenta esas características intencionales o de control, sino que está asociada a la producción de un cambio de estado. Además de distinguir entre agentes y causas, se debe diferenciar aquellos predicados que requieren agentes de los predicados que requieren causas (Arad 1998). El tema de la causación fue estudiado extensamente por Levin y Rapapport Hovav (1995), quienes diferencian causación interna de la externa, y sostienen que la causación interna es una propiedad inherente al argumento del verbo intransitivo, que es responsable de la eventualidad. La diferencia entre la resultativa9 con se: Juan se quedó quieto y la estructura resultativa sin se: La casa quedó pintada, es que la primera enuncia una causa interna como responsable de la acción representada sintácticamente y morfológicamente por el se y la segunda implica una causa externa, sujeto del participio pintada que no aparece realizada fonológicamente (spell out).
Nuestra posición es que el clítico se agrega estructura temática y, por lo tanto, significación y estructura sintáctica a la construcción con el verbo quedar. El se está relacionado con la expresión de una causa interna y, por lo tanto, va a estar ubicado en el especificador de vP. La ausencia de este clítico impone la ausencia de vP: no hay expresión de causa interna. Por lo tanto, la estructura sintáctica es más reducida.
Las estructuras para ambas construcciones resultativas serían las que se ilustran en (16) y (17), a continuación:
(16)
(17)
Si bien, el se es opcional en el primer caso ya que es posible decir: La mujer quedó triste o La mujer se quedó triste, enunciando un resultado; en el segundo se expresa un cambio de estado además de un resultado. Creemos que esta diferencia está dada por la posibilidad de que el núcleo de vP tenga rasgos del tipo [BECOME] siguiendo lo propuesto por Follie y Harley (2005). No es el aspecto semántico-léxico del verbo lo que determina su estructura sintáctico-morfológica sino que, por el contrario, es la estructura aspectual/funcional la que va a determinar la aparición del clítico así como también la diferente estructura eventiva del verbo. Al respecto, coincidimos con Zagona (en Kempchinsky 2006) en el sentido de que el se es un elemento aspectual que agrega o absorbe un subevento temporal ya que en ambos casos se modifica la estructura aspectual. Es decir, no siempre aparece como marca de telicidad. De hecho aparece con verbos estativos como asemejar o parecer.
Levin y Rappaport Hovav (2002) postulan al respecto la existencia de estructuras resultativas que predican resultado directamente de sus sujetos: las ESTRUCTURAS XP ESCUETAS:10
(18) The kettle boiled dry.
The river froze solid.
Para estas estructuras rige la restricción sintáctica de que el resultado predica algo de un objeto. Así, como en el caso de las semi-cópulas que estudiamos en este trabajo, encontramos verbos inacusativos que originan estructuras monádicas puesto que poseen una estructura eventiva simple. No obstante, existen diferencias semánticas entre estas estructuras y quedar, ya que este último verbo tiene muy poco significado mientras que en las resultativas escuetas los verbos tienen un contenido léxico específico. Aparentemente, estas estructuras del inglés son muy parecidas a las que presentamos en este trabajo, ya que, aunque quedar(se) carece de contenido léxico, indica el final de un proceso.
Con respecto a las estructuras estativas, primeramente vamos a puntualizar las diferencias que se registran entre estas y las causativas.
Observamos que, de acuerdo con lo anteriormente expuesto, la relación entre estatividad y causación interna no siempre es contradictoria. Relacionamos esta cuestión con lo propuesto por Hale y Keyser (2002), trabajo en el que se argumenta que ciertos estados son más estativos que otros ya que no permiten ningún tipo de prueba de dinamicidad: costar, pesar, igualar, comprehender.
El análisis que proponemos para las construcciones locativas supone que la raíz √aqued se ensambla con el morfema funcional v que le va a asignar la categoría. Una vez obtenida la categoría verbal, quedar va a seleccionar una cláusula mínima (Hoekstra y Mulder 1990, Moro 1997) locativa como complemento. Son los sintagmas preposicionales locativos o los adverbios de lugar los que seleccionan un argumento al que le asignan papel temático de tema:
(19) [sc Juan en casa]
Estas cláusulas mínimas, así como las de las construcciones resultativas, dan lugar a los siguientes entrañamientos: Juan está en su casa y Juan está tranquilo en el caso de la cláusula resultativa.
Así, como en el caso de las construcciones resultativas, en las locativas con se habrá más estructura sintáctica, habrá una vP que alojará al clítico en posición de especificador. Probablemente, el núcleo de vP sea estativo del tipo [BE], como sugieren Folli y Harley (2005) puesto que la estructura locativa sin clítico tiene carácter existencial (Alarcos Llorach 1970)11 y por eso no se relaciona con ningún argumento causante.
Contrariamente a Zagona (1996), se observa claramente que existen estructuras estativas que llevan clítico y que este no se encuentra relacionado solo con la estructura aspectual de la construcción sino con su estructura temática también.
5. CONCLUSIONES
Como se ha observado, la semi-cópula que hemos analizado puede aparecer tanto en una construcción que exprese una eventualidad ESTATIVA como en una que sea TRANSICIONAL, ya que puede denotar tanto un ESTADO como un LOGRO. O sea, puede aparecer en estructuras TÉLICAS o ATÉLICAS debido a que la realización sintáctico-morfológica y aspectual de la raíz qued depende de la estructura sintáctica en la que se encuentra. Por lo tanto, la estatividad y la resultatividad no son propiedades léxicas de quedar sino que son un producto de la estructura sintáctica.
Analizamos dos construcciones locativas y dos construcciones resultativas:
El hotel queda lejos /Juan se quedó en su casa
El problema quedó resuelto / El bebé se quedó dormido
Por un lado, las estructuras locativas fueron asociadas con la relación de coincidencia central, mientras que a las resultativas se las asoció con la relación de coincidencia terminal.
Por otro lado, se observó que el clítico marca un cambio de significado, puesto que distingue la estructura que expresa causa interna de la que no lo hace. Es decir, transversalmente, se puede realizar la siguiente diferenciación: una de las estructuras locativas, no admite el clítico se (la que lleva sujeto inanimado) y una de las estructuras resultativas tampoco (la que lleva un participio resultativo como predicativo). La diferencia fue explicada recurriendo al concepto de causa interna, la cual se materializa en el clítico, afectando así, la estructura temática de la situación al indicar la causa que produjo el evento. Es por eso que la forma quedar(se) presenta una estructura más compleja, ya que de esta forma puede alojar el clítico, que expresa causa interna y se ubica en la posición de especificador de vP.
También, hemos relacionado las estructuras resultativas de quedar con las resultativas escuetas del inglés, aunque estas últimas, como todas las construcciones resultativas del inglés, expresan no solo el resultado sino, además, la manera en la que se realiza la acción.
Finalmente, hemos enmarcado nuestra investigación dentro de la corriente constructivista o sintactista debido a que un análisis lexicalista no permite establecer generalizaciones porque se centra en los aspectos idiosincrásicos y estipulativos, mientras que un enfoque sintactista posibilita establecer relaciones entre dos tipos de construcciones diferentes, como es el caso de las locativas y las resultativas, por un lado, y, las construcciones con o sin se, por otro.
Notas
*. Una versión de este trabajo fue expuesta en el 1er Congreso Nacional de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional del Comahue (Argentina) El conocimiento como espacio de encuentro. Agosto de 2010.
1. Son verbos intransitivos que denotan estados o eventos no agentivos (logros), como aparecer, existir, llegar, crecer, etc., cuyo único argumento recibe la acción o manifiesta la eventualidad que denota el verbo (Perlmutter 1971, Burzio 1986).
2. El aspecto léxico del verbo.
3. Cuando se utilizan los siguientes ex participios devenidos en adjetivos: frito, caído, quedado, planchado, estos ya no son agentivos sino, por el contrario, denotan un estado: Quedó frita/planchada después de tanto bailar.
4. Esta es una operación que impide la activación de un ítem lexical por otro ya existente.
5. En las construcciones estativas locativas sin clítico, sin embargo, la inclusión de un adjunto de causa produce agramaticalidad: *Con la tormenta, el hotel queda/quedaba en las montañas.
6. Modificación que la autora realiza sobre una condición similar propuesta en Pustejovsky (1995).
7. Shadow es el término utilizado por la autora.
8. Kratzer habla del Sintagma de Voz que puede ser considerada similar a la capa de vP.
9. Ambas estructuras resultativas enuncian un LOGRO, un punto a partir del cual se produjo un cambio.
10. Bare XP pattern en Levin y Rappaport Hovav (2002).
11. Citado en Fernández Leborans (1999).
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