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Boletin de Linguistica

versión impresa ISSN 0798-9709

Boletin de lingüistica vol.24 no.37-38 Caracas dic. 2012

 

Cisneros Estupiñán, Mireya y Violeta Vega Pulido. 2011. En busca de la calidad educativa a partir de los procesos de lectura y escritura. Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira. 120 pp.

Reseñado por Elisa Narváez

Universidad Central de Venezuela

elisam.narvaez@gmail.com

El grupo de Estudios del Habla y Comunicación de la Universidad Tecnológica de Pereira, Colombia, impulsó hace ya varios años un proyecto titulado “En busca de la calidad académica a partir de los procesos de lectura y escritura”, tal como señalan Cisneros Estupiñán y Vega Pulido en la introducción del libro que ahora reseño. La investigación de las profesoras, como es de esperarse, sigue la misma búsqueda del proyecto que la enmarca y del que es homónima.

Esta publicación se abre con los sentidos agradecimientos de sus autoras, quienes, a manera de conclusión, luego de ofrecer una breve, pero bien atinada introducción y de desarrollar los tres capítulos que componen la obra, dejan ver cuáles son, según sus consideraciones, los retos a asumir para alcanzar esa ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA que definen a lo largo del libro.

Ya desde la introducción, las autoras señalan, haciendo referencia a lo afirmado por Martínez (2003), las dificultades que supone definir el término calidad; critican por ello el uso, a su juicio, indiscriminado que se ha hecho de esta palabra en el contexto educativo. En este sentido, la pregunta ¿Qué implica el término calidad?, que abre el primer capítulo, titulado “La calidad educativa y la alfabetización”, es muy pertinente. En él, las profesoras invitan a los lectores a ahondar en las posibles respuestas a esa pregunta inicial, y dirigen su búsqueda a las implicaciones de lo que denominan ALFABETIZACIÓN ACADÉMICA.

Las competencias lectoescritoras de un estudiante universitario, afirman, son necesariamente distintas a las de un individuo que está fuera de la vida académica; el universitario se caracteriza, o debería caracterizarse, por su pensamiento crítico y su capacidad de dialogar, porque la academia debe ser un lugar para crear y cuestionar, no para repetir y aceptar directrices. Este capítulo gira, pues, en torno a la definición de alfabetización académica, las dificultades que afronta y su pertinencia, así como la visión filosófica y social que se tiene de este proceso, partiendo casi exclusivamente de los postulados de Habermas (1987).

La alfabetización, tal como explican las autoras, citando a Olson (1998), debe ser entendida como un “proyecto social”, que va mucho más allá del mero aprendizaje “de un determinado código lingüístico”, pues “implica comprender los lenguajes como maneras de existir, construir y reconstruir el mundo que habitamos a través de la interacción con otros y desde el momento y rol que estamos viviendo” (p. 19). De ahí que sea pieza clave en “la búsqueda de la calidad educativa”.

Entendida de este modo, las autoras apuntan que es necesario desmontar tres lugares comunes construidos alrededor este término. En primer lugar, que se trate de una etapa que puede ser superada: la alfabetización es un proceso que no termina nunca, por cuanto todos los conocimientos adquiridos por un individuo son parte de ella. En segundo lugar, que se trate de “una acción unívoca y general”; por el contrario, ella está vinculada con casi todas las actividades humanas y abarca tanto que el término debe ser delimitado por “un apellido que lo ubique en una labor o en unos propósitos determinados” (p. 19). Por último, que los conocimientos adquiridos a través de ella sean los únicos que legitimen la lectura y la consideración de la escritura como meta curricular; la lectura y la escritura van más allá de esto, tienen un sentido más propio.

Así pues, esta alfabetización, “componente transversal de cualquier proceso de formación humana”, acción social más que “preparación propiamente lingüística o disciplinar”, se presenta como requisito indispensable para hacer vida dentro de las sociedades globalizadas que son las nuestras, caracterizadas por el flujo de información, atravesadas por el lenguaje.

En el segundo capítulo, titulado “Hacia una didáctica de la lectura y escritura académicas”, se reseñan los aportes de algunas de las investigaciones que se han llevado a cabo alrededor del aprendizaje de la lectura y la escritura en el nivel universitario, a la vez que se señala lo que se está haciendo, y lo que debería hacerse, a nivel de pregrado y posgrado para estimular el desarrollo de las competencias lectoescritoras dentro este mundo globalizado; igualmente, se cuestiona la manera en la que son evaluados los procesos de alfabetización académica y sus resultados en Colombia específicamente.

Las autoras parten del hecho ya reiterado de que la alfabetización es un proceso y no un estadio alcanzable, por lo que la universidad debe continuar la formación del individuo en este ámbito, siempre con miras a incentivar la reflexión y la construcción de conocimientos por parte del estudiante y del docente, y no el estancamiento de su pensamiento.

La producción de conocimientos está íntimamente relacionada con la alfabetización. Así, el bajo número de investigaciones en Colombia, como plantean las autoras siguiendo a Pérez Abril (2007), es reflejo de “la deficiente o poco pertinente alfabetización”, situación que también influye en los índices de deserción. Esta realidad, de la que históricamente se responsabilizó a las escuelas primarias y secundarias, solo recientemente ha ocupado a las universidades, donde se han empezado a diseñar estrategias que buscan cambiarla. A pesar de los esfuerzos realizados, las competencias lectoescritoras de muchos estudiantes universitarios siguen sin ser acordes con lo esperado de ellos, pero por primera vez, celebra Carlino (2005), se está trabajando en pro de que lo sean.

Tres planteamientos de este capítulo llamaron profundamente mi atención y me hicieron reflexionar: en primer lugar, la necesidad de desechar el prejuicio sobre lo que, en relación con la lectura y escritura, deberían ya saber los estudiantes que ingresan a la universidad; en segundo lugar, el énfasis en la concepción de “la lectura y escritura como procesos continuos e integrados que constituyen la cotidianidad de la labor académica”; finalmente, la urgencia de hacer conscientes a los estudiantes de la importancia de la alfabetización académica, no solo como medio para alcanzar y crear conocimientos, sino para alcanzar la plenitud como individuos.

En “Políticas y comunidades en la búsqueda de la calidad educativa a partir de los procesos de lectura y escritura”, tercer y último capítulo, las autoras hacen un recuento de las políticas impulsadas en los últimos años en Colombia, particularmente, pero también fuera de este país, en aras de alcanzar esa tan añorada calidad educativa. Las autoras resaltan la necesidad del trabajo interdisciplinar y conjunto de todos los miembros de la comunidad académica para lograr este objetivo, aunque puntualizan que esto no basta: el rol de los profesores es determinante. En este apartado se reitera que resulta más valioso reforzar las competencias textuales y dialógicas de los estudiantes, hoy por hoy deficientes, que dotarlos de conocimientos temáticos. De tal manera que los esfuerzos de los educadores y las políticas institucionales deben volcarse a crear espacios de diálogo e intercambio, que involucren no solo a los estudiantes, sino también a los profesores. En este sentido, se aplauden iniciativas como la Cátedra UNESCO en Latinoamérica y el trabajo de la Red Colombiana para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje, en el país de origen de las autoras.

“A manera de conclusión”, Cisneros Estupiñán y Vega Pulido apuntan los “Nuevos retos para asumir la lectura y la escritura”. Después de un arranque más bien enrevesado, en el que alguna palabra repetida y conjunción innecesaria se coló quitándole espacio a preposiciones necesarias, las profesoras, optimistas, afirman que “no hay marcha atrás” en el avance “hacia los propósitos” vislumbrados. Entendida la alfabetización “como proceso formativo continuo”, “campo de indagación y enseñanza intrínsecamente multidisciplinar y estratégico”, apuntan que “el reto de hacer que la alfabetización académica se integre a los procesos de desarrollo educativo no se reduce a consolidar el manejo de herramientas lingüísticas, más bien busca que los estudiantes superen la dificultad de acceder a la interpretación y reconstrucción de los signos que han creado las culturas, la dificultad de acceder a la vida política y económica internacional”.

Las autoras reiteran el valor social, político y cultural de estas competencias y la necesidad de políticas diseñadas por las comunidades específicas y del trabajo conjunto de todos sus miembros para alcanzar la calidad perseguida. No obstante, advierten que no hay soluciones definitivas, porque se trata de problemáticas en permanente cambio. Así que el llamado es a estar alertas y mantener siempre activas las vías de comunicación e intercambio entre centros de investigación, profesores y estudiantes.

En busca de la calidad académica a partir de los procesos de lectura y escritura constituye, desde mi punto de vista, una obra de gran valor, particularmente para el docente universitario, para quien además, considero, se presenta como activador de reflexiones profundas que podrían, con suerte, transformarse en cambios muy positivos. La realidad que aflora esta investigación, tengo la impresión, no es exclusivamente colombiana; basada en mi reducida experiencia, me atrevo a afirmar que la retratada es bien cercana, si no exacta, a la realidad venezolana. Así que no podemos quedarnos dormidos en este sentido.

Con algunos errores de transcripción, pero en general muy bien planteado, con un lenguaje diáfano y amable, este libro invita al lector, en particular al profesor universitario, a revisarse, a mejorar cada día, a entender el papel central que juega el lenguaje en nuestras vidas y las dificultades que supone el siempre en construcción proceso de alfabetización. Queda en cada uno de nosotros hacer algo al respecto.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Carlino, Paula. 2005. Escribir, leer y aprender en la universidad. Una introducción a la alfabetización académica. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.        [ Links ]

2. Habermas, Jürgen. 1987. Teoría de la acción comunicativa: racionalidad de la acción y racionalización social. Madrid: Taurus.        [ Links ]

3. Martínez, Alberto. 2003. La educación en América Latina: de políticas expansivas a estrategias competitivas. Revista Colombiana de Educación, 44. 13-39.        [ Links ]

4. Olson, David. 1998. El mundo sobre el papel. El impacto de la lectura y la escritura en la estructura del conocimiento. Barcelona: Gedisa.        [ Links ]

5. Pérez Abril, Mauricio. 2007. Prácticas de lectura y escritura para el tránsito de la secundaria a la universidad: conceptos claves y una vía de investigación. I Encuentro sobre políticas educativas, Bogotá, 26 y 27 de abril.        [ Links ]