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Núcleo

versão impressa ISSN 0798-9784

Núcleo v.17 n.22 Caracas dez. 2005

 

El Valor Semántico De Las Formas Verbales  En -Ra Y En -Se De Los Preteritos Imperfecto Y Pluscuamperfecto De Subjuntivo En El Español De Venezuela

  Arucia Asratián

Escuela de Idiomas Modernos Facultad de Humanidades y Educación Universidad Central de Venezuela – EIM-FHE-UCV Caracas 1051, Venezuela. Telefax: (58 212) 605 29 24 aasratian@hotmail.com

RESUMEN

Entre los diversos factores que condicionan la elección entre las formas de los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo, -ra y -se, el factor semántico ha suscitado la mayor controversia. La hipótesis de algunos lingüistas, entre ellos Lamíquiz (1971), según la cual -se refleja situaciones menos reales que -ra, es rechazada por otros, como Pottier (1975), quien atribuye el valor de irrealidad a -ra y el de realidad a -se. El análisis realizado en este artículo intenta demostrar que en el español escrito y oral de Venezuela -ra y -se son formas semánticamente equivalentes y que la selección entre ellas podría justificarse por la etimología de estas formas: el origen subjuntivo de -se (< lat. amavissem) favorece su empleo en contextos que se asocian a los valores propios de este modo verbal, tales como no aserción, irrealidad y duda, a diferencia de -ra (< lat. amaveram), en cuya semántica modal se han amalgamado los valores del subjuntivo y del indicativo.

Palabras clave: pretérito imperfecto de subjuntivo, pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo, etimología, valor semántico, español de Venezuela.

The semantic value of the verbal forms in -ra and in -se of past imperfect and pluscuamperfect of subjunctive in the Spanish of Venezuela

ABSTRACT

Among the diverse factors that condition the election between the forms of the Spanish past imperfect and pluscuamperfect of subjunctive, -ra and -s e, the semantic factor has provoked the greatest controve r s y. The hypothesis of some linguists (among them Lamíquiz, 1971), according to which -se reflects situations less real than –ra, is rejected by others, like Pottier (1975), who attributes the value of non-reality to -ra and reality to -se. The analysis made in this article tries to demonstrate that in the written and oral Spanish of Venezuela the forms -ra and -se are semantically equivalent and the selection among them could be justified by the etimology of these forms: the subjunctive origin of -se (< lat. amavissem) favors its use in contexts that are associated to the characteristic values of this verbal mood, such as non-assertion, non-reality and doubt, in contrast to -ra (< lat. amaveram), the modal semantics of which has joined the values of the subjunctive and the indicative.

Key words: past perfect of subjunctive, past pluscuamperfect of subjunctive, etimology, semantic value, Spanish of Venezuela.

La valeur sémantique des formes verbales -ra et -se dans le pretérito imperfecto et pluscuamperfecto del subjuntivo de l’espagnol du Venezuela

RÉSUMÉ

Plusieurs facteurs déterminent le choix entre les formes -ra et -se pour exprimer le pretérito imperfecto del subjuntivo (semblable à l’imparfait du subjonctif ) et le pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo (semblable au plusque- parfait du subjonctif ). Le plus controversé d’entre eux: le facteur sémantique. D’après l’hypothèse de certains linguistes, comme Lamíquiz (1971), le suffixe -se introduit des situations moins réelles que -ra. Cependant, d’ a u t res auteurs, comme Pottier (1975), rejettent cette hypothèse et attribuent la valeur d’irréalité à -ra et celle de réalité à -se. L’analyse présentée dans cet article vise à démontrer que, dans l’espagnol écrit et oral du Venezuela, -ra et -se sont des formes sémantiquement équivalentes et que le choix entre ces formes pourrait se justifier par leur étymologie: l’origine subjonctive de -se (< lat. amavissem) favorise son emploi dans des contextes associés aux valeurs propres à ce mode verbal, telles la non-assertion, l’irréalité et le doute, à la différence de -ra (< lat. amaveram), dont la sémantique modale amalgame les valeurs du subjonctif et de l’indicatif.

Mots clés: pretérito imperfecto del subjuntivo, imparfait du subjonctif, pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo, plus-que-parfait du subjonctif, étymologie, valeur sémantique, espagnol du Venezuela.

O valor semântico das formas verbais terminadas em -ra e -se do pretérito perfeito e mais-que-perfeito do subjuntivo no espanhol da Venezuela

RESUMO

Os verbos em pretérito perfeito e mais-que-perfeito do subjuntivo em espanhol podem terminar em -ra ou em -se sem que isto implique nenhuma diferença de significado. Porém, quando se faz referência aos diversos fatores que condicionam a eleição entre uma destas duas formas possíveis (-ra ou -se) surge controvérsia. A hipótese de alguns lingüistas, como Lamíquiz (1971), é que a terminação em -se implica situações menos reais que a terminação em -ra; enquanto que outros, como Pottier (1975), atribuem o valor de irrealidade à terminação -ra e de realidade à terminação -se. O estudo realizado neste artigo tenta demonstrar que, no espanhol escrito e oral da Venezuela, os verbos terminados em -ra ou em -se são formas semanticamente equivalentes e que a seleção de uma ou outra poderia proceder da etimologia destas formas: a origem subjuntiva de -se (< lat. amavissem) determina sua escolha em contextos relacionados com valores característicos deste modo verbal, por exemplo, a não asserção, irrealidade e dúvida; enquanto que -ra (< lat. amaveram) inclui em sua semântica modal os valores de subjuntivo e de indicativo. Palabras-chave: pretérito imperfeito do subjuntivo, pretérito mais-queperfeito do subjuntivo, etimologia, valor semântico, espanhol da Venezuela.

Palabras-chave: pretérito imperfeito do subjuntivo, pretérito mais-queperfeito do subjuntivo, etimologia, valor semântico, espanhol da Venezuela.

Recibido: 23/01/05 Aceptado: 17/03/05

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En el sistema verbal del español hay dos formas para los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo, que comúnmente se consideran equivalentes: la forma en -ra (amara, hubiera amado) y la forma en -se (amase, hubiese amado).

A pesar del consenso general sobre la existencia de variación libre entre -ra y -se en la mayoría de los contextos, diversos gramáticos (Lamíquiz, 1972: 64, Gili Gaya, 1978: 178-179, Hernández Alonso, 1992: 304,Portier, 1960: 92-94, Pottier et al., 1994: 203-204) señalan que debido a factores históricos estas formas no siempre pueden sustituirse entre sí. A continuación se presentan las líneas generales de su proceso evolutivo.

En el inicio, no hubo alternancia entre -ra y -se debido a que la forma amase proviene del pluscuamperfecto de subjuntivo latino amavissem mientras que la forma amara tiene su origen en la forma de pluscuamperfecto de indicativo latino amaveram. Según los autores consultados (Ibid.), el desarrollo histórico de amara es mucho más complejo que el de amase. Hasta el siglo XIII la forma amara aparece en los textos castellanos con valor modal indicativo y con referencia temporal pretérita, indicando acción acabada en el pasado (comparable con amé o amaba), o bien señalando anterioridad a otra acción, también pretérita (alternando en este uso con la forma perifrástica había amado). Este valor de la forma en -ra se observa ya en los textos primitivos del español, lo que podemos confirmar con el siguiente ejemplo de Gili Gaya (1978: 178): (1) Fizo enbiar por la tienda que dexara allá (Cid, 624).

‘Hizo enviar por la tienda que había dejado allá’1

Es decir, la forma amara desde los inicios de su uso en castellano alternaba con formas verbales con valores modales y temporales muy similares:

amé, amaba y había amado. Ello determinó, con el tiempo, el debilitamiento funcional de amara en el modo indicativo y su desplazamiento posterior hacia el modo subjuntivo. Según la mayoría de los autores, el proceso de cambio modal se hace más notorio en las apariciones de -ra en la apódosis de las oraciones condicionales irreales de pasado. Cabe señalar que este proceso va unido a la instauración en el sistema verbal del español de las correspondientes formas compuestas de subjuntivo hubiese /-ra amado. El ejemplo de Pottier (1960: 94) ilustra ese nuevo empleo de -ra en el español clásico:

(2) [...] si Inquisidor hoviesse havido aquí, antes me confessara [...]

(Del acta de un litigio ocurrido en 1485)

 ‘si hubiese habido aquí un Inquisidor, me hubiera confesado antes’.2

 La comparación entre los usos de -ra en los ejemplos citados arriba no deja lugar a dudas: del significado de aserción y realidad en (1), propio del modo indicativo, la forma en -ra pasa a significar la irrealidad e hipótesis en (2), que caracterizan a los tiempos de subjuntivo y, en este sentido, se hace sinónima de la forma original en -se.

No obstante, como observan los gramáticos citados, en el siglo XIX se hace frecuente, nuevamente, al lado de -ra subjuntivo, el uso de -ra con su antiguo significado de pretérito de indicativo:

(3) El acuerdo que ayer se tomara en la reunión ha sido ratificado (en vez de t o m ó) (Gili Gaya, 1978: 179)

Los autores señalan que esos usos, en los que, como vestigio de su origen latino, -ra aparece con valor modal de indicativo impiden su alternancia con -se en el español contemporáneo. Por otro lado, cabe destacar que la forma amase, que deriva de la forma del pluscuamperfecto de subjuntivo latino amavissem, nunca ha cambiado este valor modal.

Los procesos evolutivos señalados explican con mayor claridad las causas de la alternancia -ra/-se en el sistema verbal del español y, al mismo tiempo, suscitan varias interrogantes. En primer lugar, ¿existe o no en el español actual –debido a causas etimológicas– distinción significativa entre las formas en alternancia que podría condicionar el uso de una de ellas en detrimento de la otra?; y, en segundo lugar, en el caso de que existiese tal distinción, ¿con qué significado particular se especializa cada una de las formas alternantes? Para poder desentrañar esta problemática, nos proponemos en este trabajo estudiar las dos formas en alternancia con base en los parámetros semántico-pragmáticos. Esta propuesta se sustenta en numerosos estudios antecedentes en los que se intenta explicar la existencia de la alternancia -ra/-se como resultado de diferencias entre estas formas en el nivel de significado. Revisaremos estos enfoques en la siguiente sección.

2. ANTECEDENTES

Todos los compendios de gramática incluyen en sus contenidos la categoría de modo subjuntivo del verbo y, en el interior de ésta, los tiempos pretérito imperfecto y pretérito pluscuamperfecto. En general, las gramáticas (RAE, 1973; Portier, 1975; Gili y Gaya, 1978; Fernández Ramírez, 1986; Hernández Alonso, 1992; Alarcos Llorach, 1994; Ridruejo, 1999) son unánimes en distinguir el modo subjuntivo de otros modos según dos criterios. El primero, sintáctico, consiste en considerar el subjuntivo como el modo exclusivo de la subordinación; el segundo, semántico, relaciona el modo subjuntivo con la noción de irrealidad. Ambos criterios los encontramos ya en la visión de Bello, quien afirma que "piden de ordinario el subjuntivo común las palabras o frases subordinadas que denotan incertidumbre o duda, o alguna emoción del ánimo" (Bello, [1847] 1984: 462).

Según las gramáticas mencionadas, el criterio sintáctico tiene que ve r con la relatividad de los tiempos del subjuntivo en comparación con los del indicativo, relatividad que surge de la dependencia sintáctica del subjuntivo con respecto al verbo de la frase regente. En este sentido, el uso del modo subjuntivo suele adoptar la forma VERBO REGENTE + SUBJUNTIVO REGIDO. En opinión de Gili Gaya (1978: 106), incluso cuando encontramos el s u b j u n t i vo en oraciones independientes (¡ojalá llueva !, quizás no vo l vamos a verl e, etc.), "se trata de subordinaciones mentales que envuelven psíquicamente al juicio que se enuncia, aunque gramaticalmente no dependa de un verbo principal". En relación con el criterio semántico, las gramáticas cita- das arriba señalan que el modo subjuntivo se relaciona semánticamente con i r realidad y ausencia de aserción, a diferencia del modo indicativo, que se vincula a realidad y aserción, y que esos significados básicos del subjuntivo pueden ser matizados con los de deseo, posibilidad, necesidad, duda, temor, etc.

Tras la bre ve reflexión que ofrecimos sobre los va l o res del modo subjuntivo en comparación con los del indicativo, nos centraremos en el tratamiento que en diversos estudios se da a la cuestión de equivalencia o distinción significativa entre las dos desinencias de los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo, -ra y -se.

 Gili Gaya (1978: 135) afirma que "la identificación entre -ra y -se es hoy completa; lo cual equivale a decir que ambas formas pueden sustituirse entre sí siempre que sean subjuntivas".3 Alarcos Llorach (1994: 223) opina en el mismo sentido, cuando señala que "para el subjuntivo pretérito hoy no existe más que una unidad verbal que adopta indiferentemente los significantes cantaras y cantases. Los casos de no identificación son equivalentes a otras formas verbales". Rojo y Veiga (1999: 2910), finalmente, concluyen que el funcionamiento del sistema verbal español actual excluye toda posibilidad de diferencias entre -ra y -se en el nivel de significado. De manera contraria, otros autores explican la coexistencia de dos formas, -ra y -se, en el sistema verbal del español, aun después de varios siglos de competencia, por el hecho de que éstas no son absolutamente intercambiables y de que existen matices en el significado de ambas formas que condicionan la elección de una u otra por parte del hablante. Pottier (1975: 123), por ejemplo, opina que la forma en -se predomina si se trata de un acontecimiento que ha tenido lugar en la realidad; si hay más duda o hay una negación, la forma en -ra es más usual.4 El autor ofrece los siguientes ejemplos:

(4) a. Sencillamente no esperaba que reaccionasen como lo hicieron.

b. Observadores comentaban esta mañana que era extraño que solamente fuera La Cadena la que hubiese continuado denunciando el caso.

c. Su deseo más vivo era que le dejasen trabajar, que no le perturbaran en sus ocupaciones.

Como podemos observar, la forma en -se (reaccionasen) en (4a) designa un acontecimiento que ha tenido lugar en la realidad ("lo hicieron"), mientras que la forma en -ra de (4b-c) expresa algo menos real: indica un acontecimiento dudoso ("era extraño") en (4b), o bien la negación de una acción (que no le perturbaran) en (4c). Aunque el autor admite que las diferencias señaladas no se dan siempre, insiste en la conveniencia de mantener la oposición semántica entre -ra y -se.

Contrariamente a la opinión de Pottier, Serrano (1994: 150) sostiene que "la potencialidad favorece el empleo de -ra y la irrealidad el de -se". En este mismo orden de ideas, Lunn (1989) considera que, por medio de la forma en -se, los hablantes transmiten información menos asertiva que por medio de la forma en -ra. La autora señala que -se es una forma marcada frente a -ra, por cuanto suele utilizarse con frecuencia con una intención especial, por ejemplo, cuando el hecho expresado se considera increíble o absurdo o cuando hay reservas de algún tipo sobre lo que se está enunciando. Por su parte, Lamíquiz (1971) opina que en la escala de valores que va desde la realidad hasta la irrealidad, -ra expresa hechos y acciones más reales, en tanto que -se transmite valores más virtuales.

Otra distinción entre dos formas alternantes, propuesta por Lamíquiz (1972), concierne a una diferencia en el nivel de actualidad, mediante el cual se oponen la forma marcada de -se actual y la forma no marcada de -ra inactual. La oposición entre -ra y -se basada en el nivel de actualidad le permite a Lamíquiz (1972: 66-67, 78-80) descartar una simple alternancia formal de libre elección onomasiológica y afirmar que estamos ante un empleo regulado y sistematizado, con diferente valor funcional de -ra y -se en la estructura verbal del español. Para el autor, la oposición de niveles es una manera de clasificar las formas con el mismo valor modo-temporal -como es el caso de las formas cantara/cantase- según la perspectiva del hablante: por una parte, -se actual, elemento marcado de la oposición, apoya la persona del yo-hablante gracias a su enfoque subjuntivo; por otra parte, -ra inactual, no marcado, propicia el enfoque optativo, esto es, "mayor inclinación a la hipotética realización de la acción verbal" (p. 66). Es por ello que -se se emplea más en los diálogos, donde la presencia del hablante es fundamental, mientras que -ra aparece más en narraciones, donde lo primordial es el relato y no el hablante. Añade el autor que, a pesar de que las dos formas pueden llegar a neutralizarse en algunos hablantes preponderantemente raístas o seístas, la forma en -se ofrece siempre al hablante la posibilidad de expresar su opinión subjetiva, dada la naturaleza auténticamente subjuntiva5 de esta forma, mientras que la forma en -ra no siempre lo permite puesto que conserva aún el significado del modo indicativo que había tenido en el latín.

3. METODOLOGÍA

3.1 Corpus

Para llevar a cabo el estudio se examinaron dos corpus, uno escrito y otro oral. El corpus de lengua escrita está constituido por los artículos publicados en dos periódicos de distribución nacional, El Nacional y El Universal, durante los años 1999 - 2002. El corpus de lengua oral está formado por 160 grabaciones de habla en estilo informal-cuidado de media hora cada una. Dicho corpus forma parte del proyecto denominado Estudio Sociolingüístico de Caracas, 1987 (cfr. Bentivoglio y Sedano, 1993). Los hablantes son nativos caraqueños y están estratificados por edad, sexo y nivel socioeconómico. Sin embargo, debido al objetivo de la presente investigación, ninguna de las variables socioeconómicas se tomó en consideración.

3.2 Procedimiento

De los dos corpus empleados se han extraído todas las cláusulas en las que se registra la presencia de las formas verbales en -ra y en -se. La selección se realizó por medio del programa WordSmith Tools (Scout, 1999). De esta manera, se obtuvieron 202 cláusulas para el corpus escrito, de un total de 480 artículos revisados y 1.096 cláusulas para el corpus oral, de un total de 160 hablantes en 80 horas de grabación transcrita.

Posteriormente, cada una de las dos formas verbales se codificó de acuerdo con las variables lingüísticas previstas. Finalmente, los datos obtenidos fueron analizados estadísticamente con la ayuda del programa GoldVarb 2001 (Lawrence y Tagliamonte, 2001), que permitió establecer la influencia de las variables independientes sobre la dependiente, determinar cuál de las variables independientes es la más significativa y, dentro de cada variable, cuál es la influencia de las distintas variantes de esa variable.

3.3 Variables

A continuación presentamos una descripción de las variables lingüísticas que se analizaron en esta investigación.

3.3.1 Variable dependiente

Esta variable está conformada por las dos formas verbales en el pretérito imperfecto (forma simple) y en el pretérito pluscuamperfecto (forma compuesta) de subjuntivo: -ra y -se.

(5) a. que fueras a comer a la cocina (cc3fb)6

b. que tú fueses [...] más creativo (cb3md)

c. Entonces hubiera sido cruel sacarlos (cd2mc)

d. no era él quien hubiese propuesto constituciones (EU 29.10.00)7

3.3.2 Variables independientes

3.3.2.1 Tipo de enunciado de la cláusula

La variable "Tipo de enunciado de la cláusula" está conformada por dos variantes: "enunciado afirmativo" y "enunciado negativo". La antítesis afirmación / negación, como es sabido, se refiere a dos intenciones modales opuestas que, sin embargo, pueden estar presentes en los tipos más diversos de contextos sintáctico-semánticos. Incluimos la variable "Tipo de enunciado de la cláusula" en este estudio debido a la controversia en relación a la existencia o no de diferentes matices semánticos entre -ra y -se (cfr. sección 2). Recordemos, por una parte, la hipótesis de algunos lingüistas, entre ellos Lamíquiz (1971), quienes atribuyen el valor de realidad a -ra y el de irrealidad a -se, y la opinión contraria de Pottier (1975), quien afirma que -ra se usa cuando hay duda o negación, mientras que -se se emplea para significar mayor realidad del acontecimiento referido por el lexema verbal. Es importante entonces aclarar si en los corpus en estudio hay preferencia por una de las formas en cuestión en virtud de los contenidos semánticos propios de la negación y de la afirmación.

(6) /Afirmativo/

a. la condición fue que yo tomara mis clases de auto escuela (ca1fd)

b. nos llamaba la atención que él tomase en cuenta a esa persona (cb4mb)

c. poco antes de que Gran Bretaña concediese la independencia a Guyana

(EN 3.8.00)

(7) /Negativo/

a. De acuerdo con esta filosofía no se hubiera podido ejercer ninguna presión (EN 22.6.00)

b. pa’ que no me fuera mal, me retiré (cb5mc)

c. luchaban para que yo no fuese como eran ellos (cc5mb)

3.3.2.2 Grado de realización de la acción verbal

 El análisis de esta variable independiente de orden semántico se realiza partiendo del esquema de clasificación tripartita empleada por varios investigadores, entre ellos De Sterck (2000: 137-138). Aun cuando en el presente estudio no se sigue fielmente la terminología propuesta por esta investigadora, el significado que atribuimos a cada una de las tres variantes que conforman dicha variable -"realización efectiva", "realización posible" y "realización imposible o muy remota" de la acción verbal con respecto al momento de la enunciación- coincide con el de De Sterck. En este sentido, los grados de realización se determinan en función de los contextos semántico- pragmáticos en los que se realiza la acción expresada por el verbo. Para tal fin se toman en cuenta los significados de las palabras o frases del cotexto circundante, así como el sentido global de la parte del texto en la que se encuentran las formas verbales en análisis. Por ejemplo, en (8a) la realización efectiva de la acción de se retirara se logra gracias al significado realizativo del predicado regente hicimos (hicimos que se retirara = ‘se retiró’); en (9a) la posibilidad de realización de la acción de fueran firmadas se basa en el conocimiento pragmático de los interlocutores sobre el funcionamiento de las notarías (‘si llevan fianzas a la Notaría hay posibilidad de que las mismas sean firmadas por los abogados’); mientras que en (10a) la imposibilidad de realización de fuera a trabajar se deduce del sentido de la oración principal el señor se había muerto.

(8) /Realización efectiva/

a. Hicimos que se retirara del liceo (ca5md)

b. Fue preciso que el Presidente planteara el asunto en términos de ultimátum (EN 20.7.00)

c. Insistió en que los colegios de varones fuesen instruidos en marcha militar (cd1md)

(9) /Posibilidad/

a. esas fianzas tenían que ir a la Notaría, para que fueran firmadas por abogados (ca4fb)

b. es difícil estimar el número exacto de venezolanos que llegaron a Miami, pero puede ser que no superara un máximo de sesenta personas (EN 23.3.00)

c. eso te llevaba a que tú fueses como hemos dicho, más creativo (cb3md)

(10) /Imposibilidad o posibilidad muy remota/

a. cuando lo fueron a llamar para que fuera a trabajar el señor se había muerto (cb2fd)

b. de noche y en las condiciones atmosféricas del quince de diciembre ni Superman hubiese podido apropincuarse a esa isla (EN 6.8.00)

c. Para ese entonces no se estilaba que la gente manejase, todo lo contrario (cb2mc)

4. ANÁLISIS

El análisis se realizó en dos etapas. En la primera se estudió la distribución cuantitativa de las variables con sus respectivas variantes en una tabulación cruzada; en la segunda, y en función de los datos arrojados por la primera, se llevó a cabo el análisis estadístico.

En los Cuadros 1 y 2 se ofrecen los resultados del análisis cuantitativo realizado en los dos corpus en estudio:

De los Cuadros 1 y 2 se desprende que las formas en -ra y en -se pueden alternar en los cinco contextos considerados, aunque con una distribución muy desigual. En efecto, en el corpus escrito, -ra aparece siete veces más que -se, es decir, por cada forma en -se hay siete formas en -ra. En el corpus oral la diferencia es aún mayor: en este corpus, -ra aparece aproximadamente diecisiete veces más que -se, lo que indica que por cada forma en -se hay cerca de diecisiete formas en -ra.10 Debido a estos resultados se decidió tomar como punto de referencia para el análisis estadístico el uso de la forma en -se, que es la forma marcada por ser la menos frecuente. Es decir, en la segunda etapa del análisis nos propusimos indagar qué probabilidades tiene la forma minoritaria en -se de ser seleccionada cuando convergen todos los factores lingüísticos considerados.

Los resultados acerca de las variables declaradas significativas por el GoldVarb se ofrecen a continuación en los Cuadros 3 y 4.11

Cuadro 4. Efecto de la variable independiente seleccionada por GoldVarb sobre el empleo de la forma en -se en el corpus oral

A continuación se ofrece la interpretación de los resultados cuantitativos y estadísticos de las variables analizadas.

4.1 Tipo de Enunciado de la Cláusula

Los Cuadros 1 y 2 muestran que, si bien -ra se usa mayoritariamente tanto en enunciados afirmativos como en los negativos, la proporción de -se aumenta considerablemente en los enunciados negativos. En el corpus escrito, mientras que en los enunciados afirmativos la proporción entre -se y -ra es de uno a nueve,12 la misma es de uno a tres en los enunciados negativos.13 En cuanto al corpus oral, en los enunciados afirmativos la proporción entre -se y -ra es de uno a veintidós,14 y en los enunciados negativos, de uno a seis.15 En otros términos, puede decirse que, en el corpus escrito, -se es tres veces más frecuente en los enunciados negativos que en los enunciados afirmativos; 16 al mismo tiempo, en el corpus oral, -se es casi cuatro veces más frecuente en los enunciados negativos que en los afirmativos.17 También los datos estadísticos muestran que en ambos corpus la negación es el contexto más favorable para las apariciones de la forma en -se. De acuerdo con los índices de probabilidad reflejados en el Cuadro 3, relativo al corpus escrito, la negación propicia la aparición de -se (.660) mientras que la afirmación la obstaculiza (.340). En el Cuadro 4, referente al corpus oral, se observan pesos muy similares: .655 para enunciados negativos y .345 para enunciados afirmativos. Podría pensarse que estos resultados se deben a la diferencia entre las dos formas en el nivel de significado, en el sentido de que -se refleja situaciones menos reales que -ra. Recordemos a este respecto que esta hipótesis, apoyada por varios lingüistas, entre ellos Lamíquiz (1971), es rechazada por otros como Pottier (1975), quien atribuye el valor de irrealidad a -ra y el de realidad a -se.

Para poder aclarar esta controversia, hemos revisado todos los casos de -se en contextos con la negación, aplicando criterios sintácticos y semánticopragmáticos, entre otros, y hemos podido constatar que las formas -ra y -se pueden intercambiarse entre sí en contextos similares, por lo que no cabría asociarlas a matices semánticos distintos, al menos en los corpus objeto de este estudio.

Como un caso prototípico, ofrecemos el análisis de los ejemplos (11a) y (11b), tomados del corpus oral:

(11) a. Lo que pasa es que no me fui pa’ Francia porque ... bueno, porque, o sea, mis padres consideraron que no estaba suficiente maduro para poder ir y ... [...] no estuve allá, pero más o menos lo que yo s.. creo es que de repente ... la forma de pensar de las francesas o de las ... mujeres europeas es muy diferente, ¿ves? Y de repente el muchacho latino, o sea, vive en un medio que ... poco así ... vamos hablar aquí del caraqueño, así muy ... muy ... ¿cómo te digo? para lograr cosas tiene que ..., o sea, se nos hace difícil a todos nosotros. Entonces se encuentra con esa facilidad, entonces empieza a loquear y a pavear, vamos a decirlo así, y descuidan los estudios y ... ¡paf! los raspan y entonces viene el problema y entonces viene la pérdida de plata de toda la familia, cosas. Entonces todas esas cosas, bueno ¡imagínate! dijeron que no me fuese y ... no me fui. O sea, yo me iba ya y ... y entonces mi mamá empezó a decir: "No ... ". Y: "Déjenlo pa’ un diciembre más", y así estuvimos. Por eso no entré aquí en el ‘82, fíjate que no me inscribí en el CNU ¿ves? entonces por convenio de profesor. (ca3md)

b. ENC1: Y a usted ¿qué le pareció cuando él le pidió que ... que dejara el trabajo? ¿cómo se sintió? INF: No, no me sentí mal porque yo siempre he sido una mujer de hogar. Para mí siempre ha sido ... lo más importante para mí era mi hogar ¿ves? Entonces no, él ... decidió y me dijo que no trabajara más porque ya él pues estaba trabajando, entonces, está bien. Él todo, todo, pobremente, muy humilde, nunca tuvimos dinero para gastar ni para salir de compras, pero siempre muy humilde, tuvimos todo lo que necesitamos; mis hijos, pues, pobremente, tuvieron lo que necesitaron ¿ves? Entonces, cuando él me dijo que no trabajara más, yo ... no trabajé. Me quedé en mi casa, atendiéndole a él y atendiéndole a mis hijos ¿ves? Pero que ... Di tú. (cc4fd)

En las oraciones resaltadas de (11a) y (11b) observamos diferencias en el nivel de actualidad del discurso. El hablante de (11a) ("dijeron que no me fuese y... no me fui") narra hechos que se vinculan con su situación actual, la existente en el momento de la entrevista: la carrera en Informática que él no logró realizar en Francia debido a la negativa de sus padres, la estaba llevando a cabo en la Universidad Central de Venezuela, por lo que para el momento de la entrevista es un estudiante de séptimo semestre de la Escuela de Computación.18 La hablante de (11b) ("cuando él me dijo que no trabajara más, yo... no trabajé"), al contrario, ubica su relato en el plano inactual o de la historia, ya que para el momento de la entrevista su esposo no existía ya y los hechos narrados no tenían relación directa con las circunstancias de su vida actual. En otras palabras, parece que en (11a) hay más vinculación entre la negación que tuvo lugar en el pasado y la situación actual del hablante que en (11b), donde los hechos relatados son relegados a una zona ajena a la circunstancia vital de la informante. Estos ejemplos parecen apoyar la hipótesis de Lamíquiz (1972), según la cual -ra y -se poseen diferente valor funcional en la estructura del verbo español; el autor atribuye esta diferencia, como ya dijimos, a la oposición que mantienen esas formas entre el nivel actual, que caracteriza a -se, y el nivel inactual, que caracteriza a -ra.

Por otro lado, y a pesar de la diferencia observada, encontramos múltiples similitudes entre (11a) y (11b) de orden cognitivo, sintáctico, semántico- pragmático y discursivo, además de la partícula de negación no, que está presente en ambas. En relación con el primer aspecto, el cognitivo, encontramos en ambas estructuras relaciones de causalidad entre sus partes, por lo que es posible sustituir "dijeron que no me fuese y no me fui" por ‘no me fui porque dijeron que no me fuese’ en (11a), y "cuando él me dijo que no trabajara más, yo no trabajé" por ‘yo no trabajé porque en cierto momento él me dijo que no trabajara más’ en (11b). En el aspecto sintáctico, la principal semejanza consiste en que las dos oraciones subordinadas con subjuntivos en -ra y en -se pertenecen al grupo de las subordinadas sustantivas. En lo que concierne al tercer aspecto, el semántico-pragmático, el uso del subjuntivo de la subordinada, tanto en (11a) como en (11b), depende del verbo principal decir, que funciona como una orden que se respeta en ambos casos. Finalmente, a nivel de la estructura del relato, las dos cláusulas en análisis representan la fase de la resolución19 del conflicto.

La identidad de los contextos en los que aparecen las formas en alternancia induce a pensar que las desinencias -ra y -se son intercambiables entre sí, y por ello no se asocian a matices semánticos distintos.

Una vez expuestas las razones que nos llevan a declinar la posibilidad de que la selección de -ra o -se por parte de los hablantes esté condicionada por criterios formales o contextuales, la pregunta que surge de forma inmediata es: ¿por qué, a pesar de todo, la forma minoritaria en -se se usa, en este corpus, cuatro veces más en los enunciados negativos que en los afirmativos? La respuesta a esta pregunta habría que buscarla, probablemente, en la etimología auténticamente subjuntiva de la forma en -se, diferente a la de la forma en -ra, que a lo largo de su historia sufrió cambios modales.

A pesar de que los datos obtenidos son insuficientes para proponer una explicación definitiva, podríamos apoyarnos en la definición de negación como expresión de "la falsedad, inexactitud, irrealidad o no realización de un hecho, concepto o proposición" (Sánchez López, 1999: 2563) y vincularla con la tradicional definición del subjuntivo como modo de la no-realidad (RAE, 1973: 476; Alarcos Llorach, 1994: 153) y de la no-aserción (Ridruejo, 1999: 3219). Si la negación es un recurso para virtualizar la rea- lidad, es natural entonces que -se, al ser una forma genuinamente subjuntiva desde sus orígenes latinos hasta los usos actuales en el español moderno, se emplee con mayor frecuencia en las cláusulas negativas que en las afirmativas.

4.2 Grado de Realización de la Acción Verbal

En el Cuadro 1 (corpus escrito) se observa que en esta variable la forma en -se se emplea con más frecuencia en la variante "realización imposible o remota" (13%), seguida de la variante "realización posible" (12%) y, en el último lugar, de la variante "realización efectiva" (10%). Por otro lado, en el Cuadro 2 (corpus oral) se puede notar que la forma minoritaria también se usa con preferencia para expresar contenidos de "realización imposible o remota" (10%) y, de un modo más esporádico, los de "realización posible" (3%) y de "realización efectiva" (1%).

¿Significa ello que -se posee un contenido más virtual que la forma en -ra, como sostienen Lamíquiz (1971), Lunn (1989), Serrano (1994), y otros investigadores? De ser positiva la respuesta, cabría la conclusión de que en el español escrito y oral de Venezuela los contextos más virtuales son un reducto importante que asegura la permanencia de la forma en -se en el sistema verbal.

Sin embargo, en el corpus oral, los resultados del análisis estadístico acusan el carácter azaroso de aparición de la forma en cuestión en la variable "Grado de realización de la acción verbal", ya que dicha variable no fue declarada como significativa por el GoldVarb. En cuanto al corpus escrito, según consta en el Cuadro 3, el peso estadístico obtenido por esta forma en la variante "realización imposible o remota" (.388) indica que este contexto semántico desfavorece el empleo de -se. Finalmente, los pesos relativos a las variantes "realización efectiva" (.583) y "realización posible" (.531) son muy cercanos al valor medio, por lo que sería erróneo atribuirles relevancia estadística. Además, como decíamos más arriba (cfr. 4.1), las dos desinencias de subjuntivo, -ra y -se, pueden intercambiarse entre sí en contextos idénticos, por lo que es difícil relacionarlas con matices semánticos diferentes. Cabe enfatizar, por ultimo, que la interpretación de los datos según criterios semánticos siempre encierra el peligro de subjetividad, lo cual puede poner en duda toda conclusión.

5. CONCLUSIÓN

El análisis llevado a cabo en este estudio puso en evidencia que el empleo de las desinencias -ra/-se de los pretéritos imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo en el español escrito y hablado en Venezuela se ve estadísticamente condicionado por la variable "Tipo de enunciado de la cláusula". Al explicar la relevancia de esta variable, relativa a los enunciados afirmativos o negativos, descartamos la hipótesis según la cual -ra y -se poseen distintos matices semánticos que condicionan la elección de una u otra forma por parte del hablante y proponemos la explicación basada en el valor meramente subjuntivo de la forma en -se (debido a su etimología), es decir, no aserción, irrealidad y duda, a diferencia de la forma en -ra, en la que se han amalgamado (también por razones históricas) los valores del subjuntivo con los del indicativo. En este sentido, nuestros resultados confirman que, en el ámbito semántico, la selección que hacen los hablantes entre las dos formas en alternancia obedece a razones casuales y que se trata de un auténtico caso de variación morfológica libre.

Por otro lado, algunos ejemplos parecen corroborar la hipótesis de Lamíquiz (1972), según la cual existe una oposición entre -ra y -se en el nivel de actualidad del discurso: el nivel actual de -se y el nivel inactual de -ra.

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Nota

1 Las glosas son de la autora del presente trabajo. Las mismas se han hecho siguiendo la explicación con la que Gili Gaya (1978: 178) acompaña su ejemplo: "AMARA como pluscuamperfecto de indicativo equivalente al moderno HABÍA AMADO, predomina en los textos literarios primitivos: Fizo enbiar por la tienda que dexara allá (Cid, 624)".

2 Las glosas son de la autora del presente trabajo.

3 La RAE (1973: 481) se expresa en términos casi idénticos: "la identificación entre -ra y -se es hoy completa, es decir: ambas pueden sustituirse entre sí siempre que sean subjuntivas".

4 Pottier (1960: 94) basa su afirmación en el hecho de que el significado de mayor irrealidad expresado por -ra en comparación con -se, se debe a un matiz optativo, conservado por esa forma desde el período del latín, ya que el pluscuamperfecto latino amaveram se originó a partir del modo optativo del indoeuropeo.

5 También Hernández Alonso (1992: 295) define el subjuntivo como el modo que expresa la subjetividad del hablante o del sujeto de la comunicación ante el enunciado. El autor afirma que en toda expresión con subjuntivo se percibe la presencia del hablante.

6 Los ejemplos (5a-c) son extraídos del Corpus Sociolingüístico de Caracas, 1987. Estos ejemplos están acompañados por un código que se lee de izquierda a derecha de la siguiente manera: 1) la primera letra, "c", indica que los hablantes son nativos de Caracas; 2) la segunda letra indica el grupo generacional al que pertenece el hablante (a= de 14 a 29 años, b= de 30 a 45 años, c= de 46 a 60 años, d= de 61 años en adelante); 3) el dígito colocado en tercer lugar indica el nivel socioeconómico del hablante (1= nivel alto, 2= nivel medio-alto, 3= nivel medio, 4= nivel medio-bajo, 5= nivel bajo); 4) la letra que aparece a continuación señala el sexo del hablante (f= femenino, m= masculino); 5) la última letra (a, b, c, d) corresponde a la identificación del hablante dentro de su grupo.

7 Los ejemplos extraídos de los textos periodísticos están acompañados por las abreviaturas EN (El Nacional) o EU (El Universal), seguidas de cifras que corresponden a la fecha de su publicación; por ejemplo, EU 29.10.00 significa que el artículo fue publicado en El Universal, el 29 de octubre de 2000.

8 Los totales de esta línea no corresponden a la suma de las cantidades expresadas en las columnas.

9 Los totales de esta línea no corresponden a la suma de las cantidades expresadas en las columnas.

10 Para averiguar las frecuencias de aparición de las dos variantes de la variable dependiente, utilizamos el cálculo de ratio, es decir, medimos la frecuencia de aparición de -ra en comparación con la de -se con base en la siguiente fórmula:

                                   -ra 177                                      -ra 1.034

CORPUS ESCRITO Ratio: ———— = 7,08 CORPUS ORAL Ratio: ———— = 16,67

                                  - se 25                                        -se 62

En conclusión, podemos afirmar que, en términos de frecuencia absoluta, por cada forma en -se se encuentran siete formas en -ra en el corpus escrito, y cerca de diecisiete formas en -ra en el corpus oral.

11 En estos cuadros las variables están ordenadas jerárquicamente según el grado de significatividad indicado por el programa estadístico. Las mismas figuran en la primera columna de la izquierda. En la segunda columna aparecen las respectivas variantes, situadas a la derecha de cada variable y ordenadas según su peso estadístico relativo. En la tercera columna de la izquierda se indica la distribución de -se con respecto a cada variante sobre el total de las formas en -se y en -ra de esa variante. En la cuarta columna hemos colocado el porcentaje correspondiente de -se. En la columna del extremo derecho se ofrecen los pesos estadísticos asignados por el GoldVarb a cada variante. Los mismos miden la significatividad de las variantes con respecto al empleo de la forma en -se: los pesos que sobrepasan .500 favorecen el empleo de -se, en tanto que los pesos inferiores a .500 lo desfavorecen. Un peso desfavorable al empleo de -se se interpretará como proporcionalmente favorable al empleo de -ra.

12       -ra 162                           13            -ra 15

Ratio: ————— = 8,5                       Ratio: ————— = 2,5

           -se 19                                           -se 6

14       -ra 896                           15             -ra 138

Ratio: ————— = 22,4                     Ratio: ————— = 6,2

          -se 40                                             -se 22

16      19 / 162                            17                40 / 896

Ratio: ————— = 3,4                            Ratio: ————— = 3,5

          6 / 15                                                   22 / 138

18. Más adelante, el hablante CA3MD aclara: "ya estoy en el séptimo semestre y tengo que seguir".

19. Según Labov y Waletzky (1967), la estructura de una narración natural que transmite experiencias personales consta de las siguientes partes: el resumen, que presenta de manera global el tema de la historia; la orientación, esto es, las características de lugar, espacio, personajes y situación en general; la complicación de la acción, donde las cláusulas narrativas son ordenadas temporalmente; el punto culminante (clímax), en el que la complicación de la acción alcanza su nivel más alto; la resolución de la compilación, que es la solución del conflicto y puede ser positiva o negativa; y la coda, que indica el fin de la narración.