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Núcleo

versão impressa ISSN 0798-9784

Núcleo v.18 n.23 Caracas jan. 2006

 

Lingüística - Análisis del Discurso

Caracas es Caracas y lo demás1... 2

Caracas is Caracas and the rest....

Rita Jáimez y Sandra Maurera Caballero
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas (UPEL-IPC)
Av. Páez, S/N, Edificio Histórico, IVILLAB
Caracas, Venezuela. Telf.: (58 212) 451 01 18
ritamje@gmail.com / sandramau@cantv.net


RESUMEN

Este estudio tiene como objetivo fundamental analizar las estrategias discursivas empleadas por Valentina Quintero en su obra intitulada Guía Turística (2004-2005), a fin de concretar un segundo objetivo: develar la intención comunicativa de la autora. La investigación se sustenta en los postulados del Análisis del Discurso (AD), corriente que sostiene que no existen textos neutros, sino que en todo discurso subyacen determinadas ideologías que pretenden influir en los esquemas sociocognitivos de la audiencia.
Para descubrir cuál es la ideología que se encuentra en este texto se especificaron expresiones y significados del discurso que dan lugar a inferencias que le permiten al lector construir juicios en torno a las diversas regiones descritas en la obra. Una de las conclusiones señala que la autora emplea como estrategia discursiva recurrente los enunciados explícitos para aprobar y reprobar los recorridos o viajes que hace por las diferentes zonas geográficas y estados de Venezuela, así como sus hoteles, hosterías, restaurantes y tiendas.
Pero fundamentalmente a la autora le interesan dos cosas: i) despertar la curiosidad del venezolano por el país, y ii) que su Guía sea uno de los libros más leídos del país.

Palabras clave: Guía Turística de Valentina Quintero, Análisis del Discurso, ideología, Venezuela.

Caracas é Caracas e o resto é...

RESUMO

Este estudo pretende fundamentalmente analisar as estratégias discursivas empregadas por Valentina Quintero em sua obra titulada Guía Turística (2004-2005), a fim de poder concretizar um segundo objetivo:
mostrar a intenção comunicativa da autora. A pesquisa se fundamenta nos postulados da Análise do Discurso (AD), tendência que afirma não e x i s t i rem textos neutrais, mas sim que em todo discurso subjazem determinadas ideologias que pretendem ter uma influência nos esquemas  socio-cognitivos da audiência. Para descobrir qual é a ideologia existente neste texto, foram listadas expressões e significados do discurso, que geram inferências que, por sua vez, permitem ao leitor construir apreciações a respeito das diversas regiões descritas na obra. Uma das conclusões indica que a autora utiliza como estratégia discursiva recorrente os enunciados explícitos para aprovar e desaprovar os percursos ou viagens feitos por ela nas diversas zonas geográficas e estados da Venezuela, bem como seus hotéis, hospedarias, restaurantes e lojas. Porém, o que a autora intenta fundamentalmente são duas coisas: i) atrair a curiosidade do venezuelano por seu país, e ii) que sua Guia seja um dos livros mais lidos do país.

Palavras-chave: Guia Turística de Valentina Quintero, Análise do Discurso, ideologia, Venezuela.

ABSTRACT

This study aims to analyse the discursive strategies used by Valentina Qu i n t e ro in her book Guía Turística (2004-2005), in order to reach a second objective: to reveal the author’s communicative intention. This research is based on the principles of discourse analysis (DA), which maintain that there are no neutral texts but that in any kind of discourse, certain ideologies have a determinant function that can affect the audience’s (or the readers’) sociocognitive schemata. In order to discover which ideology is found in this text, certain expressions and meanings of discourse have been analyzed that g i ve rise to inferences which permit the reader to construct judgments regarding the various regions described in the book. One of the conclusions points out that the author uses, as a recurrent discursive strategy, explicit statements to approve and disapprove the tours and travels that she makes in d i f f e rent geographical zones and states of Ve n ezuela, as well as hotels, restaurants and shops. But basically the author is interested in two import a n t goals: i) to awaken the curiosity of the Venezuelans for their country, and ii) that her guide may be one of the most read books in the country.

Key words: Valentina Qu i n t e ro’s Tourist Gu i d e, Discourse Analysis, ideology, Venezuela.

Caracas est Caracas et le reste…

RÉSUMÉ

L’objectif principal de cette étude est d’analyser les stratégies discursives employées par Valentina Quintero dans son livre intitulé Guía Turística (2004-2005), à fin d’atteindre un deuxième objectif: déterminer l’intention communicative de l’auteur. L’étude est fondée sur les principes de l’Analyse
du Discours (AD), une discipline qui soutient que le texte neutre n’existe pas. Tout au contraire, l’AD considère que tout discours comporte certaines idéologies qui visent à influencer les schémas socio-cognitifs du public. Pour déterminer l’idéologie sous-jacente à l’œuvre de Quintero, l’on a étudié des expressions et des significations du discours qui donnent lieu à des inférences dont le lecteur se sert pour tirer des conclusions sur les diverses régions décrites dans l’œuvre. D’après l’étude, l’auteur utilise les énoncés explicites comme une stratégie discursive récurrente. Ceux-ci sont employés pour approuver ou désapprouver les voyages qu’elle fait à travers les différentes zones géographiques et les états du Venezuela, ainsi que ses visites aux hôtels, aux auberges, aux restaurants et aux boutiques du pays.
Cependant, l’auteur a deux objectifs principaux : i) éveiller la curiosité du Vénézuélien par son pays et ii) faire de son guide touristique l’un des livres les plus lus du Venezuela.

Mots clés: Guía Turística de Valentina Quintero (guide touristique), Analyse du Discours, idéologie, Venezuela.

Recibido: 17/11/05 Aceptado: 11/04/06


CARACAS ES CARACAS Y LO DEMÁS...

1. INTRODUCCIÓN
En la actualidad, para nadie es un secreto que el turismo representa una industria importante en el mercado internacional. Las diferentes naciones del planeta, entre las que destacan a nivel mundial Estados Unidos, Francia y España (Santillana, 2000), reconocen esta realidad, por lo que han llevado y llevan a cabo planes que les han permitido y permiten fortalecer sus  economías. Esto es un hecho evidente; probablemente por ello, muchos paísesconscientes de los ingresos que puede originar esta empresa, intentan desarrollarla mediante diferentes medios (Gurría Di-Bella, 2002). Bajo estas circunstancias es lógico esperar que la actividad turística aporte ingresos a sectores públicos y privados, y es que ésta genera múltiples tipos de transacciones comerciales que pueden involucrar desde una módica familia que tiene una habitación siempre disponible para recibir a un mochilero hasta una cadena de hoteles cinco estrellas que mueve numerosos trabajadores.
Esta actividad también alcanza a medianos empresarios y entes gubernamentales, y de hecho involucra también bares, tascas, museos y hasta empresas editoriales que se responsabilizan de que los turistas adquieran material impreso (Esteve Secall, 2000).
Entre los múltiples materiales impresos que circulan en las tiendas y librerías se encuentran las guías turísticas. Se entiende por guía turística “en general, referencia a folletos y otros tipos de publicaciones que informan al turista sobre los servicios y atractivos de un determinado destino. Las primeras guías de este tipo de las cuales hay noticias, vienen del siglo XVI y en ellas los viajeros y turistas podían hallar información de interés sobre los lugares más importantes y otros datos curiosos” (da Costa, 1993: 112). Se localiza en el mercado una gran variedad de Guías referidas a diferentes regiones: las hay modestas y no tan modestas, de bolsillo y no tan de bolsillo,
algunas con fotografías espectaculares y muchos detalles, pero también se encuentran las que apenas muestran una que otra fotografía y se caracterizan por exponer información dosificada. El interés de estos textos, en consecuencia, es proporcionar al turista toda la información que se presupone éste pueda requerir con respecto a las regiones que visita o planea visitar.
Esto significa que dichos textos acopian fundamentalmente informaciones sobre los lugares más típicos de ciertas regiones, los más importantes según la historia, la cultura, los más afamados accidentes geográficos y un extenso etcétera. Por estas razones, en los discursos de esta naturaleza se espera encontrar información sobre la mejor manera o la forma más fácil de acceder a las regiones, los restaurantes y las características de éstos de forma tal que el lector se haga una idea de cuál es el que se adapta mejor a sus necesidades, recursos e intereses. Hasta ahora de forma explícita se ha presentado que el objetivo de este tipo de recursos consiste en orientar al turista. Sin embargo, es oportuno resaltar asimismo que la industria del turismo también espera generar riquezas. Por esta razón, a las guías se les puede entender como una herramienta de marketing. Las guías turísticas constituyen un medio importante para atraer clientes, pero los empresarios interesados tienen que invertir en publicidad y promoción (Hall, 2003). En este sentido, con este tipo de recursos todos los involucrados se benefician, porque de alguna manera representa un medio de ingresos para su autor, para una editorial, para la comunidad que será visitada, para las empresas que promocionan las guías y son promocionadas en ellas; al parecer en este tipo de actividad todos ganan y nadie pierde. Ahora bien, se sabe grosso modo qué busca un turista en una guía turística, se presupone la información que se hallará. Pero ¿es esto así? ¿Hay alguna duda con respecto a este tipo de texto? El Análisis del discurso defiende que casi todos los textos transmiten la ideología de su autor o del grupo que representa; a partir de esta aserción caben preguntas como éstas: ¿transmite algún tipo de ideología una guía turística?, e incluso ¿puede un texto de esta naturaleza transmitir ideología? Y si lo hace ¿qué ideología transmite?, ¿y cómo lo logra?, ¿qué consecuencias sociales persigue? Debido a lo que se ha obtenido hasta aquí, parece que puede ser una buena idea revisar un material de este tipo y constatar cuál información registra, cómo fue presentada, y para qué se hizo de esa manera. Para llevar a cabo un estudio de esta naturaleza, se consideró la guía turística más citada en el país: la Guía Turística de Valentina Quintero, en su última edición (2004).3 Además se recurrió a la metodología del Análisis del Discurso (AD), análisis que ha constatado en un número notable de investigaciones que el uso recurrente de ciertas estructuras discursivas y la forma cómo éstas son organizadas sólo en escasas ocasiones se deja al azar; por el contrario, en la generalidad de las veces, el autor del texto lo construye con una intención predeterminada (van ideología son prácticamente inexistentes, es decir, que no se elaboran textos que puedan considerarse auténticamente neutros. Aseguran los investigadores de esta área que los discursos son acciones sociales, elaborados por actores sociales y que con ellos se pretende desencadenar consecuencias sociales, las cuales siempre beneficiarán a los autores o a su grupo (endogrupo), y perjudicarán a los otros (el exogrupo). De igual manera, los expertos mantienen que si se identifican algunas estructuras discursivas y la organización a la que fueron ajustadas a lo largo del discurso, es posible develar, poner al descubierto, no sólo la ideología del actor social, sino también identificar sus intenciones –consecuencias sociales- aunque estén diluidas a lo largo del discurso (van Dijk, 1999). En esta ocasión se intentará aplicar esta metodología a la Guía Turística de Valentina Quintero. Las autoras de esta investigación están convencidas de que un estudio con estas características podría generar resultados interesantes por varias razones: desde el punto de vista teórico, se estará contribuyendo a la formación de esta disciplina en vista de que se analizaría un discurso en el que las intenciones, en principio, están claras. Con una guía, nadie debe llamarse a engaño, se consiguen relaciones simbióticas: todos salen favorecidos, así que simplemente se estaría sistematizando las categorías discursivas que aparecen en este tipo de discurso. Y por otro lado, sería una forma de constatar su carácter neutro o no neutro.
Finalmente, es oportuno recordar que es apenas un trabajo preliminar y que las conclusiones, por ahora, sólo se aplicarán en este microcosmo: la Guía Turística de Valentina Quintero.
Dicho esto, conviene ahora presentar los objetivos de esta investigación. Se plantean dos objetivos fundamentales: en primer término, identificar la ideología que podría enmascararse detrás de un texto de esta naturaleza; y en segundo, de constatarse que este texto contiene alguna ideología, develar las auténticas intenciones con que la autora ha adelantado su trabajo. Para alcanzar sus objetivos, este estudio se estructura desde el punto de vista global en cuatro apartados: en el primero, se contextualizó el trabajo desde el punto de vista teórico y se presentaron los objetivos; en el segundo se detalla la metodología seguida; en el tercero se exponen los resultados y se finaliza
con las conclusiones. A continuación se aborda el segundo apartado, que se refiere a la metodología, esto es, se presenta el corpus y algunos datos que especifican los criterios considerados en el momento de llevar a cabo el análisis y la interpretación de los resultados.

2. METODOLOGÍA

En concordancia con los objetivos que se han planteado en este trabajo, a continuación se expondrán algunas nociones esenciales referidas a la obra que será estudiada:
Corpus: la Guía de Valentina Quintero, 2004-2005. La autora estructura su obra en cuatro grandes apartados que abarcan todas las regiones de Venezuela: selva, llano, costa y montaña. El más extenso corresponde al de la costa.
Justificación de la muestra seleccionada: para este estudio no se consideraron las 830 páginas que constituyen toda la Guía. Se revisó la presentación del libro y apenas cinco estados. La selección de estos sitios se realizó al azar, apegados a la manera cómo la autora estructura su libro: selva (Delta Amacuro), llano (Cojedes), montaña (Trujillo) y costa (Distrito Federal y Zulia). De esta última zona se escogieron dos lugares, debido a que en ese apartado Quintero ubica diez de los veintitrés estados que integran la nación venezolana.
Presentación de la información: (i) se atenderá en primer lugar, el nivel global usado (superestructura y macroestructura) para presentar las regiones, y en segundo lugar, se abordará el nivel local. (ii) Cuando las citas textuales integren un párrafo se presentarán en itálica, no así cuando constituyan en sí mismas un párrafo. (iii) Se aludirá a X como constante que representa un
mismo tema, en este caso, una determinada región. (iv) En general, los ejemplos serán presentados como oraciones gramaticales, por ello, en ocasiones se tendrá que realizar ajustes a las cita; éstos se marcarán mediante paréntesis. (v) En ocasiones, se subrayan algunas piezas lingüísticas, para
ubicar más fácilmente la información intramaterial.
Seguidamente se desarrollará el análisis; como ya se ha dicho, primeramente se atenderá la superestructura y la macroestructura de los textos elegidos con el objeto de determinar la ideología que podría presentarse de manera subrepticia en un texto de esta naturaleza, hecho que facilitaría que se identificara la ideología de Quintero o sus intenciones.

3. ¿QUÉ DICE VALENTINA QUINTERO?
Con el propósito de determinar la información que aparece en la Guía se buscó la superestructura de este tipo de texto. De acuerdo con van Dijk (1983), la superestructura “es un tipo de esquema abstracto que establece el orden global de un texto y que se compone de una serie de categorías cuyas posibilidades de combinación se basan en reglas convencionales” (p. 144).
De este texto, desde el punto de vista de la supere s t ructura, debe decirse que las regiones se presentan de manera muy similar: (1) una introducción que funge como presentación general de X, (2) datos referidos a la Dirección de turismo de X, (3) índice de las zonas que deben visitarse en X. Las zonas están divididas en rutas. (4) El texto en cuestión: presentación general de cada
Ruta (R) en específico, los sitios de interés de cada R, algunos con indicaciones precisas como teléfonos o formas de acceder a R; finalmente las informaciones naturales de este tipo de texto: se indican sitios para pernoctar, comer y distraerse en R. Apréciese esto representado en el siguiente gráfico:

Ahora bien, en esencia, ¿qué información presenta este tipo de texto? Con el fin de determinar esto se acude a la macroestructura porque esta entidad es de naturaleza semántica. El lingüista holandés la concibe del siguiente modo:
el significado del texto que se asienta en un nivel superior que el de las proposiciones por separado. De esta manera, una secuencia parcial o entera de un gran número de proposiciones puede formar una unidad de significado en el nivel más global. (van Dijk, 1983: 55 y ss.)
Así pues, la macroestructura se explica a partir de las categorías que constituyen la superestructura, puesto que aunque la primera se nutre de contenido semántico y la segunda es simplemente forma, la superestructura impone las categorías formales que expresan su contenido en la macroestructura.
Apréciese como se consigue la macroestructura, la cual depende del modelo superestructural anterior:
La presentación general de X: Quintero la consigue resaltando siempre alguna virtud de las regiones. Si recurre a su historia no lo hace con simples datos, sino que alude a criterios de autoridad; por ejemplo, con respecto al caso del estado Delta Amacuro expresa: Sir Walter Raleigh le decía a la Reina Isabel de Inglaterra que utilizaran el curso del Orinoco para conquistar […] y si hablamos de Humboldt, aseguraba que las bocas del Orinoco […] (Quintero,
2004: 102)
Después alude al significado del término Orinoco en su lengua autóctona -el guarao. Orinoco significa tejido de aguas (Quintero, 2004: 102); es lógico que fortalezca lo dicho con este río, que no sólo es el principal referente de la zona, sino que es reconocido por la hidrografía como uno de los ríos más importantes del continente americano. Posteriormente, reseña las características físicas del estado: 40.240 km2 con más de 300 caños y canales […] En Tucupita, su capital, viven unas 90.000 personas. (Quintero, 2004: 102)
Para referirse a Cojedes se apoya, más que en un dato histórico, en su fecha de creación: como Estado sólo existe desde 1909 (Quintero, 2004: 105); inmediatamente agrega la traducción del nombre indígena: Cojedes significa donde todo se da (Quintero, 2004: 150). Luego presenta al Estado mediante datos físicos: 14.800 km2; habla de la abundancia del mango y señala la arquitectura colonial. Finaliza la presentación general de Cojedes manifestando los rubros agrícolas más importantes. Por su parte, del Distrito Federal (sic.) la autora no cree necesario recurrir a la historia, se afianza fundamentalmente en la conciencia lingüística del venezolano que no se cansa de asegurar que Caracas es Caracas y lo demás ya se sabe, y se conforma con iniciar su trabajo con la frase Caracas es Caracas y todos los venezolanos sabemos de qué se trata (Quintero, 2004: 358).
De paso aprovecha con el sabemos para presentarse como un miembro más de la comunidad venezolana (el etnogrupo en cuestión). Enseguida, enumera numerosos lugares que pueden ser interesantes, entre otros: el Ávila, Los Chorros, La Castellana, El Hatillo, el Centro Comercial Sambil, el Centro Comercial San Ignacio y el Metro.
En lo que se refiere al Zulia, como debe presuponerse, recurre a su muy conocida realidad petrolera. Delinea ésta mediante metáforas: el gran generador de petróleo (Quintero, 2004: 608); cuando se refiere específicamente al lago expresa: bosque de torres (Quintero, 2004: 608). Después pasa a hablar de los otros productos zulianos: la carne, la leche y el plátano. Por supuesto, tampoco se olvida de la gaita4 ni de la Chinita.5 Luego expone los rasgos físicos de la región: (de) sus km2 de superficie, 14.344 corresponden al lago de Maracaibo (Quintero, 2004: 608). Finalmente alude al puente sobre el lago, a las playas, islas y médanos.
Del último estado seleccionado para realizar este estudio –Trujillo- se expresa la autora descansando sobre la figura de José Gregorio Hernández6 y su santuario en Isnotú, sitio que lo vio nacer. Remite, del mismo modo, a la Virgen de la Paz. Prosigue con la enunciación de la variedad de paisajes:
Teta de Niquitao, ríos Motatán y Momboy, las filas del páramo Cheque, etc. Finaliza su presentación recordando que los primeros pobladores de Trujillo fueron los timotocuicas, tribu indígena que se dedicó a la agricultura, costumbre que hoy se mantiene.

De lo dicho anteriormente se desprende que Quintero apela a datos de diferente naturaleza para identificar las regiones, datos que van desde los meramente geográficos, pasando por los atractivos naturales e históricos, sin marginar la religión. Sin embargo, los datos todos, aunque parecen tomar direcciones diferentes, aportan información sobre la historia de las regiones: el origen de su nombre vinculado a los primeros pobladores de las regiones (tejido de agua; donde todo se da), los productos típicos de las regiones (ya minerales, ya frutales), los íconos religiosos de la nación, aprobados o no por la autoridad católica -la de mayor peso en Venezuela- José Gregorio Hernández y la Virgen de la Paz. De la capital dice lo que todos los que la conocen saben: un gran saco donde vale todo y todo cabe. Como se deduce a partir de estos ejemplos, Valentina Quintero tañe el marco referencial del venezolano.
En todos los casos examinados, los datos referidos a la Dirección de turismo de X no son más que eso, dirección, teléfonos, datos electrónicos, y el nombre del Director; baste un ejemplo:


(Quintero, 2004: 785)

La manera como fue estructurada la categoría nominada Índice de X nodifiere en ninguno de los textos revisados. Para ilustrar su presentación se recurrirá a las rutas (R) tal cual las delineó la autora (p. 611):



Rn: representa cualesquiera de las rutas; de esta categoría se ha dicho que está integrada por cuatro subcategorías. Para ilustrar estos hechos se apuntará los testimonios que sobre la Ruta2 del Distrito Capital proporciona Quintero (2004: 367): (i) Información general de los sitios que recomienda visitar: Parque Nacional El Ávila; (ii) Datos oficiales (opcional): Ubicado en el Distrito Federal (sic.) y estado Miranda, en el tramo central del cordón litoral del sistema montañoso del Caribe…; (iii) ¿Qué hacer? Caminar entre los árboles con destinos como Pico Naiguatá, Rufino, Sabas Nieves, la Silla de Caracas, el pueblo Galipán, ver algún araguaney, cariaquito, también venados y cachicamos. (iv) Datos sobre su acceso: dirección, teléfonos, página
web, horarios, etc.: Parque de recreación Los Chorros, Urbanización Los Chorros, Caracas, teléfono: (0212) 273 28 11. (v) Dónde comer y/o dormir: Datos sobre su acceso y su descripción: aquí suministra una lista de posadas, cabañas, restaurantes y la descripción de cada uno de ellos:

EN GALIPÁN
LA POSADA DE TERESA
Antes de la parada de los jeeps
TELÉFONO: (0414) 2227739
TARIFA: Habitación doble 45.000,
Triple Bs. 55.000 y para 5 personas Bs. 85.000

Descripción: Los servicios que ofrece, número de habitaciones, el responsable (dueño, administrador, etc.).
La macroestructura de los textos revisados hasta aquí corrobora lo que ya manifestó la superestructura: los textos en los que se afianza la autora registran la información que se espera encontrar en una guía turística. Cualquier turista se sentirá bastante orientado con este material. Sin embargo, todavía no se ha dicho nada en torno al objetivo esencial que se plantea la autora; de igual modo, tampoco se ha confirmado o negado la existencia de alguna ideología. Esto se intentará realizar a continuación, cuando se registren con detalle las estructuras discursivas.
En la primera aproximación que se le hizo a la obra, esto es, cuando se leyó la presentación, se encontró que la autora, de manera explícita, avisa que el objetivo de su trabajo no es orientar al turista, sino que su objetivo es: lograr en nosotros el sentido de pertenencia, que Venezuela nos importe y nos duela, que nunca nos invada ese sentimiento de que se trata de una tierra de paso que nos prestaron para vivir un tiempo y que jamás estemos dispuestos a entregarla. Mucho menos ahora. (Quintero, 2004: 4)
Este objetivo presentado de manera tan explícita afecta lo dispuesto en principio; al parecer la Guía de Valentina Quintero no es una guía cualquiera, de hecho rompe con la definición clásica de guía turística. Al decir de Quintero el objetivo tradicional de una guía de turismo para sus efectos se transforma en un medio, una manera de lograr que los venezolanos quieran o valoren más a su nación. Así que se realizará un ajuste en los objetivos de este estudio; ahora se intentará verificar si es cierto que Valentina Quintero espera que sus lectores mediante su obra se sientan más venezolanos, y si esto es cierto, identificar las estructuras mediante las cuales pretende lograrlo. Debe destacarse que estos dos nuevos objetivos no afectan para nada los dos establecidos
inicialmente, sino que, de algún modo, se complementan. Así que a continuación también se intentará verificar si en realidad hay correspondencia entre lo que sostiene la autora y sus acciones. La primera categoría estudiada será la exclusividad.
Exclusividad: es uno de los argumentos a los que recurre de manera reiterada Quintero, la autora insiste una y otra vez que lo que se ve, oye, huele, toca, lo que sucede, en fin, lo que se disfruta en cualesquiera de estas regiones es una experiencia única en el mundo, es una experiencia que por exclusiva y extraordinaria, asombra:
1. El delta del Orinoco es casi único en el mundo y solo se parece al río Níger, en el Golfo de Guinea del continente africano. (Quintero, 2004: 102)
2. Jamás he visto tanta fauna como la que disfruté en mis paseos por aquí. (Quintero, 2004: 102)
3. No existe nada igual en ninguna parte del Universo (Quintero, 2004: 108)

4. Es el único sitio del país donde me ha provocado caminar despacio. (Quintero, 2004: 108)
5. Me sorprendió mucho esta zona pues jamás imaginé estas montañas en Cojedes. (Quintero, 2004: 150)
6. Les aseguro que nunca en mis paseos había visto tanta chenchena junta. (Quintero, 2004: 161)
7. Si ven fotos viejas de Caracas compartirán mi idea de que ni Colón vio jamás tanto mundo pasándole por al lado. (Quintero, 2004: 364)
8. No dejen de entrar al Aula Magna […] procuren oír algún concierto para que no se les borre jamás del cerebro ese placer acústico. (Quintero, 2004: 364)
9. (En el Ávila) vean las enormes y frondosas siembras de eucaliptos, esos árboles casi plateados y olorosos que jamás ve uno por la ciudad, ni por las carreteras, ni por ninguna parte. (Quintero, 2004: 369)
10. A los Roques hay que acercarse con afecto. […] Sean aliados de su geografía única. (Quintero, 2004: 374)
11. (El Zulia) ha creado el bosque de torres más grande del planeta (Quintero, 2004: 608).
12. El gran orgullo de los zulianos es su lago, único en el mundo que se comunica con el mar y el depósito natural de agua más grande de Sudamérica. (Quintero, 2004: 608)
13. (El puente sobre el lago) se trata de una de las estructuras de concreto pretensada más larga del mundo. (Quintero, 2004: 608)
14. El relámpago del Catatumbo: nada se asemeja a gozarlo en vivo y desde la boca del río Catatumbo. (Quintero, 2004: 630)
15. Lo que nadie discute es que se trata de un fenómeno único en el mundo y que recupera la capa de ozono. ¿Qué tal? Nosotros, desde Venezuela, podemos salvar el mundo. (Quintero, 2004: 630)
16. (Una posada) está situada a 2.200 metros de altura para que esté “más cerquita del cielo” (Quintero, 2004: 794)
17. El puente Batalla de Niquitao (…) Dicen que es el más alto de América sobre una quebrada. (Quintero, 2004: 800)
18. Saliendo de Las Mesitas vía Guirigay, se consiguen los mejores quesos de la región. (Quintero, 2004: 800)
19. Una florcita que sólo se consigue por esos páramos el día de San Juan y los viernes santos al amanecer. (Quintero, 2004: 800)
20. (Conocer el monumento natural Teta de Niquitao Guirigay) es una excursión única, memorable. (Quintero, 2004: 801)
21. (Isnotú) es cuna de uno de los hombres más queridos del siglo XX, José Gregorio Hernández. (Quintero, 2004: 805)
Apréciese, mediante los numerosos ejemplos de arriba, que Quintero se las ingenia para resaltar detalles distintivos de cada uno de los lugares; siempre recoge un hecho, una situación, un accidente geográfico, un personaje más grande, único, más alto, nunca o jamás visto, sin parangón alguno en ninguna otra parte del mundo o del país. Con este recurso logra Quintero maximizar o ampliar las virtudes de estas regiones; de hecho, muchas de las ampliaciones las consigue mediante la comparación (Pujante, 1999), siempre buscando el desnivel, la distinción hacia arriba: un aspecto de todo lo que representa a Venezuela siempre es susceptible de ser subrayado y esto no
puede evitarse porque lo nacional siempre posee una característica que lo hace el mejor, el más grande, largo o alto, o más querido, incluso más cerquita del cielo (16); no más cerca, porque la distancia entre el sitio en cuestión y el cielo no se enfrenta a una Torre de Babel, sino que, contrariamente, se reduce a un ahí mismito.
Sin embargo, esto no significa que Valentina Quintero se limite a amplificar. No, Quintero también minimiza. ¿Pero qué o cuáles aspectos disminuye? Definitivamente, la autora recurre a diferentes recursos para atenuar las desventajas que puedan presentar estos parajes, como se podrá advertir a continuación:
Mitigación: Quintero mitiga las contradicciones. Después de todo el anverso negativo de la situación es nimio, entre otras razones porque siempre tiene un reverso positivo aplastante, el cual indica que el anverso no tiene importancia:
22. El tráfico es una demencia pero siempre hay estrategias.
23. En Caracas se vive con mayor angustia, pero El Ávila es nuestro te (sic.) de toronjil. (Quintero, 2004: 358)
24. (Del Calvario confiesa) que lo único que había visto eran esas escaleras infinitas y jamás me provocó subirlas. Entren y se quedarán helados.
(Seguro que dicen ¿y si me matan? Es verdad, pero a lo mejor de aquí a allá acomodamos el país (Quintero, 2004: 363)
25. (Maracaibo) es la ciudad más caliente de país pero hicieron la pista de patinaje sobre hielo más grande de Latinoamérica. (Quintero, 2004: 616)
26. Puerto Concha, uno de esos sitios bien feos y descuidados, pero es el lugar donde se toman las lanchas para ir a navegar por los caños hasta llegar al lago. (Quintero, 2004: 629)
27. Pero esos desatinos se pueden dejar pasar si se recorren con cuidado sus calles empedradas. (Quintero, 2004: 801)
28. (El centro histórico) ahorita está deshumanizado y anarquizado. Sería una temeridad acercarse con aires de turista. Sin embargo les cuento lo que pudiera gozarse para que lo hagan en un futuro cercano. (Quintero, 2004: 362)
Se aprecia cómo estos enunciados recogen algún obstáculo, algún tipo de inconveniente que podría afectar el éxito o el disfrute a plenitud del viaje; no obstante, Quintero siempre consigue construir una idea que le abre la posibilidad al turista de sopesar, incluso de creer que el riesgo es necesario,
debido a todo lo que pudiera gozarse (28) o simplemente porque siempre hay estrategias (22). En el ejemplo que habla del Calvario incluso se atreve a ironizar con un problema que es de altísima complejidad en la Caracas actual: la inseguridad. Para Quintero siempre valdrá la pena la experiencia. Considera que la capital siempre ofrece una alternativa ante el tráfico imposible;
una mirada al Ávila apacigua todas las angustias; en Maracaibo no hace calor porque tiene una de las pistas de patinaje sobre hielo más grande de Latinoamérica; Puerto Concha es feo pero navegar bien vale la pena. De igual modo, las limitaciones desaparecen si se camina por las calles empedradas; finalmente, a quién le importa que el centro de Caracas sea anárquico y esté deshumanizado si en un futuro cercano en este centro se podrá disfrutar de todo a pesar de todo.
La mitigación la logra Quintero a través de nexos adversativos. Éstos son formas como mas, pero, aunque, las cuales funcionan contraponiendo dos enunciados. La contrariedad puede ser parcial o total. También las locuciones o frases conjuntivas pueden funcionar como nexos adversativos: sin embargo, con todo, no obstante, más bien, excepto. Ejemplos que aluden a esta función abundan en el texto, esencialmente el pero. Cabe destacar que Quintero se preocupa porque las contrariedades nunca sean absolutas; por el contrario, siempre las concibe de forma parcial, en consecuencia, se encarga de que todos los lectores sepan que cualquier obstáculo es salvable.
Quintero también recurre a enunciados contradictorios parciales sin recurrir explícitamente a los nexos adversativos. Conectivos adversativos tácitos: también usa estructuras similares a las anteriores, sólo difieren en que ahora no está explicito el conectivo, aunque las ideas continúan siendo adversas. Primero presenta restricciones que puedan encontrarse, luego las atenúa con la oración siguiente:
29. Yo les sugiero que utilicen la capital sólo para llegar y emprendan su aventura río adentro, caño arriba o abajo. Descubrirán la riqueza de su flora y fauna. (Quintero, 2004: 106)
30. La carretera de Boconó a Tostós está asfaltada pero sigue en malas condiciones, hay huecos en varios tramos, derrumbes, en fin, la precariedad vial. Afortunadamente, es sólo cerca de una hora de camino. (Quintero, 2004: 798)
31. Para llegar (al Páramo de Cabimbú) hay que tener un carro rústico pues la carretera es de tierra, con algunas partes estupendas y otras bien maltrechas. Es un paseo conmovedor (Quintero, 2004: 806)
32. Desde Cabimbú hay una vía para llegar hasta Santiago, con algunas partes de tierra y otras de asfalto y las nubes subiendo la montaña hasta crear un paisaje celestial. (Quintero, 2004: 807)
Obsérvese como en los tres últimos enunciados Quintero presenta cierto tipo de inconvenientes que no son tales, por supuesto, siempre de poca importancia: sacrifíquese y llegue a Tucupita, después de todo usted se transformará en un descubridor (29). Además sugiere que se recorra una carretera que apenas tiene una hora de mala carretera (30); adviértase que el mensaje no es soporte una hora de mala carretera. Unas páginas más adelante sostiene: póngase en un rústico y realizará un paseo conmovedor; o mejor aún sea parte de un paisaje celestial (32).
Hasta ahora Quintero ha apuntalado como principales estrategias discursivas estructuras comparativas sin referente determinado (v.g. más largo, grande del mundo, del universo, del planeta); pronombres indeterminados (v.g. nada, nadie); adverbios (v.g. jamás, más). Asimismo, ha recurrido una y otra vez al adjetivo Único, que significa “solo y sin otro de su especie” y en
sentido figurativo refiere a “singular, extraordinario, excelente” (DRAE, 1998, versión digital) 

REFERENCIAS. También esta obra es acopio de estructuras adversativas desde el punto de vista semántico, lo que implica que pueden aparecer o no los nexos que marcan gramaticalmente la oposición de situaciones. Indudablemente todas estas estrategias discursivas bosquejan al país y sus regiones de forma bastante positiva: las experiencias positivas son exclusivas, las negativas pocas e insignificantes.
Hasta aquí el examen realizado se ha hecho, básicamente, mediante las estructuras gramaticales tradicionales (v.g. adverbios, adjetivos, pronombres, etc.). A continuación se abandonarán estas estrategias y se recurrirá a otras, las cuales evidencian la relación que se establece entre cognición social y discurso.
En este caso, se estudiará el vínculo mediante entre los estereotipos de las categorías sociales y la articulación de las posiciones actitudinales, así que se incursionará en aspectos más contextuales, por tanto, sociales. Estos aspectos permiten la aproximación a otros; tienen como objeto deslegitimar algunos hechos que puedan, en cierto modo, perjudicar la reputación de estas zonas como: (i) negación de una información oficial; (ii) profesionales vs. humor; y (iii) la omisión de algunos datos. (i) La especialista en turismo se apoya en dos tipos de deslegitimación: en
primer lugar, deslegitima información con un contraargumento (Martín Rojo y van Dijk, 1998): el pueblo Guajiro es un pueblo amerindio de la familia lingüística arawak que habita en el departamento de La Guajira en Colombia y en el estado de Zulia en Venezuela. Este pueblo está en lucha constante con las autoridades oficiales de Venezuela y Colombia porque mantiene y desea mantener algunas costumbres y leyes que van en contra de la cultura occidental, pero que ellos, como grupo étnico, han recibido de sus antepasados. De hecho, no extrañan noticias recogidas por la prensa venezolana referidas a que algún miembro de este grupo haya cocretado un hecho de justicia para él, pero que puede ser cuestionado por el resto de la sociedad venezolana al considerarlo mero acto de venganza. A pesar de ello, Valentina Quintero sostiene que es éste un pueblo de paz (33).

33. Casi nunca se atreve la gente a visitar La Guajira, o tierra de wayú, como prefieren que se diga, porque sus habitantes tienen fama de violentos. Mi experiencia durante las dos visitas que he hecho, una sola y otra con el equipo de Bitácora, me demostró lo contrario. Las wayú son una cultura de paz. (Quintero, 2004: 622) También la prensa nacional, de vez en cuando, reseña algún problema o ajusticiamiento en Santa Bárbara. No obstante, Quintero asegura que estos
venezolanos lo hacen porque están obligados a defenderse (34):
34. Con razón los pobladores defienden lo suyo y de qué manera. Y ya que hablo de defender, les advierto que por ahí hay que andar tranquilo. Todo el mundo en Santa Bárbara está armado, así que es preferible evitar las discusiones porque los pleitos se resuelvan a tiros. (Quintero, 2004: 627)
En (34), Quintero está legitimando el uso de las armas y justifica que las discusiones se resuelvan a tiros. En efecto, no niega de manera rotunda el orden moral, legal y social establecido en Venezuela, pero tampoco revela que cuando una discusión se arregla como parece ser la norma en Santa Bárbara se escinde el orden constitucional establecido. (ii) Deslegitima profesionales gracias al humor: un profesional serio, responsable sabe lo que está haciendo. Un arquitecto, por ejemplo, está obligado a buscar la armonía entre sus obras y la naturaleza o el resto del lugar donde ésta descansará. De no hacerlo de esta manera, esta persona no está en sus cabales. De acuerdo con esto Quintero expresa:
35. (En San Miguel-Trujillo hay) una posada, pero sin ninguna gracia y con unas dimensiones tan desproporcionadas para el lugar que no he logrado descubrir en qué pensaba ese arquitecto a la hora de concebirla. (Quintero, 2004: 790)
36. Jajó es un pueblo aferrado a las tradiciones […] Jamás ha permitido que le cambien su encanto colonial […] El único atropello lo cometió algún arquitecto trasnochado con delirios de modernismo al construir un hotel de tres pisos en todo el frente de la plaza Bolívar. (Quintero, 2004: 801)
Así pues, concibe Quintero, por un lado, un arquitecto extemporáneo, un arquitecto de quien su obra manifiesta abierta y contundentemente que ignora en qué pensaba (35), qué quería hacer; y por otro, un arquitecto trasnochado y extraviado que quizás quería inyectarle un matiz de modernidad a un pueblo que resguarda su identidad (36).
(iii) Entre las regiones que fueron seleccionadas hay dos que se caracterizan por dos situaciones que ningún venezolano conocedor de ambos sitios olvida nunca mencionar: el calor que impera en Maracaibo y los mosquitos como reyes de la selva deltana. Pero Valentina Quintero prefiere eludir estas infamias naturales; al menos nunca las menciona directamente. Del calor de Maracaibo expresa:
37. En Maracaibo olvídense de la chaqueta pues si se les ocurre salir con ella sentirán a los pocos minutos que el cuerpo se les está cocinando a fuego lento. El sol por estos lares es un señor bastante serio que no permite muchos formalismos, salvo aquellos que se desarrollan en el
necesarísimo aire acondicionado, el cual suele ser tan poderoso que transforma la zona en la más invernal del país. (Quintero, 2004: 613) Los subrayados del 37 permiten corroborar lo expresado anteriormente.
Recuérdese que es ésta una guía para turismo para pasear y conocer, disfrutar y gozar, así que los trajes formales no cuadran en demasía. Por eso no es un atrevimiento suyo que ella recuerde al lector que debe olvidar la chaqueta. Además Quintero no dice que quien se atreva a llevar chaqueta sentirá que se asa, sino que se cocinará a fuego lento, y las acciones lentas a quien desee le brindan un margen para ejecutar un tipo de respuesta. También resalta que el calor es superable; después de todo los aires acondicionados funcionan y lo hacen eficientemente, no en balde transforman la zona en la más invernal del país. Nuevamente, Quintero desdibuja las vicisitudes; en esta ocasión traslada el pico Bolívar a Maracaibo. Los mosquitos del Delta
también reciben un excelente trato por parte de esta autora:
38. La gran novedad en San Francisco de Guayo es que no hay plaga. Es sorprendente. Sucede que entre la brisa permanente y las mareas que suben y bajan, las larvas se van y se van y los mosquitos jamás aparecen.
No es cuento. Yo estuve tres días (Quintero, 2004: 108).
Habrá que creerle. Es categórica. No hay plaga, dice. Los mosquitos jamás aparecen, añade. Y finalmente agrega no es cuento. Yo estuve tres días. Para explicar el hecho se sustenta en dos tipos de argumento: el primero, por logos, específicamente el razonamiento inductivo: “parte de hechos particulares para establecer inferencias probables” (Rodríguez, 1994: 166). El segundo, por ethos, particularmente, porque su emisor tiene autoridad: si lo afirma Valentina Quintero, quién lo negará.
Otros recursos que se advierten en esta Guía, no tan predominantes, pero no por ello menos interesantes serán discutidos en los próximos ejemplos:

39. En Tucupita la indolencia es la norma y sus habitantes son prácticamente unos sobrevivientes. (Quintero, 2004: 106)
En (39) se tiene que no hay un ente venezolano responsable de la indolencia; es más, ella es presentada como el sujeto de la oración. Y sus habitantes son seres sacrificados y víctimas, son unos sobrevivientes, es decir, viven después de la muerte de alguien o de un suceso peligroso; en este caso sobreviven a la indolencia que se ha hecho presente sin que nadie la llamara o impusiera o construyera. Con esto se solidariza con los habitantes de este pueblo, trabaja porque sean mirados con simpatía. Una situación similar consigue con (40):

40. Desafortunadamente la capital de este Estado no se corresponde con esa maravilla de la naturaleza, porque la pobre Tucupita carece de encantos que te hagan delirar. Las aguas negras corren por fuera, el paseo al río luce abandonado. (Quintero, 2004: 106) Nótese que la capital del estado no guarda correspondencia con la maravilla que es la geografía, y es éste un hecho desafortunado. Además no es que el paseo esté abandonado (40), luce abandonado, o sea, que es cuestión de perspectiva. El impacto que logra Quintero con (39) y (40) es de captatio benevolentiae. La autora admite algunos defectos, pero añade que son simple apariencia, porque lo que le interesa es captar para estas tierras y sus habitantes la simpatía o la empatía del lector.
Los pueblos diseñan su cultura y su historia; Venezuela no escapa a ello.
A pesar de ser un país que padeció una larga conquista, se reconoce hoy como un pueblo mestizo. Un mestizaje que permitió y permite a los venezolanos ir construyendo su propia identidad, sus propias costumbres, sus propias fiestas. En este sentido, por ejemplo, los venezolanos no recuerdan con la misma facilidad el día de San Judas Tadeo como el día en que se firmó el Acta de la Independencia. Dicho de otro modo, todos los venezolanos saben qué se celebra el 5 de julio, pero no todos los venezolanos saben a qué Santo corresponden las fiestas del 28 de octubre. El apego a las fechas y lugares relacionados con hechos importantes para la historia de Venezuela no lo pasa por alto Quintero. Es más, lo usa para reivindicar algunos sitios, véase
por ejemplo:
41. Imagínense (en San Carlos su) sabana repleta de soldados durante la campaña Admirable en 1813, pues aquí tuvo lugar una importante batalla. Fue también en este peaje donde Simón Bolívar revisó su tropa ante de entromparse con los realistas en la vital Batalla de Carabobo, la que nos liberó de los españoles. (Quintero, 2004: 154)
42. De La Blanquera, una casa que queda en San Carlos, dice: Bajo la protección de sus muros Bolívar planificó la Batalla de Carabobo. (Quintero, 2004: 155)
43. (En el Concejo Municipal de Caracas fue donde) se reunió la Asamblea Constituyente en 1811 cuyas deliberaciones culminaron con la declaración de la independencia. (Quintero, 2004: 363)
44. (La Casa Morales) se volvió histórica porque se firmó bajo su techo, en 1823, la capitulación del último capitán general español en Venezuela y en 1826 le sirvió a Bolívar para reposar en una visita a Maracaibo. (Quintero, 2004: 614)
45. (En Trujillo) deben conocer la Casa del decreto de Guerra a Muerte, estudiado por todos en bachillerato, el cual fue firmado por Simón Bolívar el 15 de junio de 1813. (Quintero, 2004: 786)
46. (El) pueblo de Santa Ana (en Trujillo es) famoso porque ahí firmaron Simón Bolívar y Bartolomé Esteban Morillo el Primer Tratado Internacional de Regularización de la Guerra. (Quintero, 2004: 788)
Adviértase como entre los seis ejemplos seleccionados sólo uno no menciona al Padre de la Patria: Simón Bolívar, quien pasó por las sabanas de San Carlos durante la campaña Admirable (41); además por ahí mismo planificó la batalla de Carabobo y, por supuesto, le dio las últimas instrucciones al ejército que lo acompañaría (42). La Casa Morales que queda en el estado Zulia sirvió de regenerador de energía a El Libertador (44). En dos lugares de Trujillo, Bolívar firmó dos documentos de trascendental importancia: el Decreto de Guerra Muerte (45), y un acuerdo internacional referente a las guerras, por cierto, el primero (46). Quintero sobre Caracas y Bolívar nada dice. Alude a la capital sólo para anotar que los miembros de la Asamblea
Constituyente en 1811 se reunieron en lo que hoy es el Concejo Municipal para trabajar en pro de la declaración de la independencia del país (43).
Cabe destacar que el Delta, un estado fronterizo, poco o nada aportó a los avatares de la Independencia; sin embargo, no por ello Quintero lo dejaría al margen de algún hecho histórico:
47. Sir Walter Raleigh le decía a la Reina Isabel de Inglaterra que utilizaran el curso del Orinoco para conquistar las colonias españolas (Quintero, 2004: 102)
Es indudable que los elementos identificados hasta aquí buscan encima y dentro de todo que el venezolano se sienta a gusto con el país. Aspectos que otras personas juzgarían como tediosos, incómodos, pesados, Quintero los pule, le saca brillo, los acomoda hasta que logra proyectarlos llenos de esplendor y ventajas. De hecho, ella lo reconoce cuando manifiesta que a Caracas hay que buscarle la vuelta (Quintero, 2004: 358) o cuando invita a cerrar los ojos e imaginar lo que pudiera ser (Quintero, 2004: 363). Estos hechos evidencian que, efectivamente, a Valentina Quintero le interesa el país, le preocupa su futuro y no sólo el futuro económico o el lograr que el turismo se transforme en una empresa próspera, sino que también espera resguardar los tesoros nacionales de la indolencia del tiempo, de los venezolanos, de los gobernantes, de los turistas. Por ejemplo, espera que Los Roques (48) se conserve fuera del alcance de la contaminación; recuerda que algunas especies están en peligro de extinción, además hace la salvedad de que el problema es de todos, tenemos que fajarnos (49) en el cuidado y protección de los diversos legados (50).
48. A nadie se le ha ocurrido que tienen que prohibir todo lo desechable, empezando por el plástico, porque sacar la basura de este Archipiélago es como ganar la tercera guerra mundial. (Quintero, 2004: 374)

49. Como dato vital para que se fajen en la protección de la zona, les cuento que es un refugio para especies seriamente amenazadas como el oso frontino y el paují copete de piedra. (Quintero, 2004: 790)
50. Realmente es asombroso descubrir todo lo que tenemos que cuidar en colecciones, acervo documental, escultura monumental, patrimonio edificado en centros poblados, sitios urbanos y edificios militares, civiles y religiosos así como obras de ingeniería. (Quintero, 2004: 613)
Uno de los hechos en los que se sustenta esta aserción que se acaba de hacer lo brinda la misma autora cuando describe su experiencia en Maicao:7
51. No recomiendo ir en los propios carros. Te quedas aterrado de ver sopotocientos automóviles con placa de Venezuela, todos nuevecitos y notoriamente robados a un pobre venezolano que se quedó a pie y todo ante la mirada indolente de las autoridades. Es feo, sucio, descuidado. El propio pueblo fronterizo sin ningún encanto a no ser que quieras comprar. Yo, en lo personal, lo doy por visto. (Quintero, 2004: 624)
Si bien es cierto que la autora no recomienda explícitamente que no se visite esta zona, expresa que el turista no debe llevarse su carro, que no tiene encanto a menos que se quiera ir de compras, pero que ella lo da por visto. Si a esta cita se le aplican los argumentos de logos y ethos (ver 38), muy pocas personas se sentirían con deseos de ir a Maicao. En este sentido, debe añadirse
que Quintero no hace mucho esfuerzo alguno por darle la vuelta o cerrar los ojos ante los hechos que vio en este municipio colombiano.
Por ahora puede sostenerse que, ciertamente, la Guía de Valentina Quintero es un tratado de amor a Venezuela, una oda a la nación. Sin embargo, también puede sostenerse que en esta obra se evidencia una marca notoriamente recurrente en la forma como son relatados los hechos que
llama la atención: la naturalidad. A continuación se examinará con detenimiento su uso con el objeto de develar su función dentro del texto.
La naturalidad: en su tratado, Quintiliano nunca expresa que la naturalidad o espontaneidad esté reñida con el arte; por el contrario, la considera un medio para alcanzar la perfección del discurso (Libro segundo de la Institutio Oratoria, II.19.2-3, citado por Pujante, 1999). De hecho, Quintiliano renuncia a la partitio cuando sospecha que su carácter ordenado y esquemático producirá en el auditorio la sensación de que la información expuesta ha sido excesivamente estudiada, excesivamente premeditada (IV.5.4, citado por Pujante, 1999), y por tanto, se corre el riesgo de que pueda percibirse como artificial e irreal. Valentina Quintero se presenta natural. Lo hace a través de varias estrategias entre las que destaca el uso del lenguaje oral venezolano; esto significa que la obra está escrita en la variedad venezolana, no en una panhispánica:
52. Lo que sí les digo (Quintero, 2004: 102)
53. Te hagan delirar (Quintero, 2004: 106)
54. No se den mala vida (Quintero, 2004: 107)
55. Es bien injusto. (Quintero, 2004: 110)

56. La gente las agarra para servirlas en el desayuno (Quintero, 2004: 150)
57. Entromparse (Quintero, 2004: 154)
58. Cualquiera del caserío los lleva (Quintero, 2004: 157)
59. Se para un señor a vender su suero y su picante. (Quintero, 2004: 157)
60. Un señor bien gentil que hace una miel de abejas purísima, buenísima y la vende a mitad de precio (Quintero, 2004: 157)
61. Dejar el atore de llegar (Quintero, 2004: 362)

62. Si se encaraman (Quintero, 2004: 363)
63. La tiene de lo más arregladita (Quintero, 2004: 369)
64. Decidieron sacarle el jugo (Quintero, 2004: 612)
65. Saben a gloria (Quintero, 2004: 800)
66. Resuelvan lo que resuelvan (Quintero, 2004: 801) Pero la marca oral no la agota Quintero con estas expresiones y muchas otras similares. La autora narra anécdotas, algunas regionales, otras personales, no como si se las estuviera relatando a un desconocido, sino como cualquier
persona que haya regresado de un viaje y debe contarle su experiencia al núcleo familiar:
Anécdotas regionales:
67. Según la leyenda, el prócer le hizo una promesa a la Virgen de la inmaculada Concepción para que sanara a su esposa y como pago levantó esta cúpula con un material hecho con la leche extraída de las vacas de su hato. Es un cuento extrañísimo. (Quintero, 2004: 155)
68. Se dice que los pobladores se mantienen lozanos y jóvenes porque toman díctamo real, una florecita que sólo se consigue por esos páramos el día de San Juan y los viernes santos al amanecer, ya que a esa hora brilla con el sol, entonces la ven y la pueden recoger. Como nos
dijeron que la señora Flor lo vendía, la fuimos a buscar… “si lo tuviera no estaría vieja…” Dijo y se echó a reír. (Quintero, 2004: 800)

69. Su construcción data de la primera mitad del siglo XVIII, está frente a la plaza Bolívar de El Pao y se comenta que hay un sótano con un gigantesco tesoro de joyas religiosas, pero jamás se ha comprobado. (Quintero, 2004: 160)
Anécdotas personales:
70. Pero intenté remar y verán el enredo tan cósmico. Yo casi me quedo varada para siempre en la mitad del río, sudando como un pollo y los varones instalados en sus sillas. (Quintero, 2004: 108)
71. Cuando fuimos con el equipo de Bitácora, comimos ahí riquísimo viendo el mejor paisaje de la zona. (Quintero, 2004: 370) 

72. Lo que más me provocó cuando estuve fue asomarme por las ventanas para ver esas casas por dentro, con sus patios, corredores (Quintero, 2004: 613) 

73. Soy Valentina Quintero Montiel, de los Montiel Montieles de la calle derecha y cuando estuve en Maracaibo a fines del 2001 y luego en el 2003, el apellido de mi madre se me alborotó de puro orgullo (Quintero, 2004: 612) Quintero estructura las anécdotas personales de forma tal que permitan transmitirle al lector-amigo sus impresiones. En este sentido, ella no informa y finalmente expone su opinión sobre éstos, y de esta manera teje un vínculo afectivo, íntimo entre ella y el lector: para ella, la leyenda es un cuento extrañísimo (67); fue a buscar la flor y al final participa de una broma (68); y luego, mediante la yuxtaposición o la tendencia centrípeta (Vigara, 1987) que es propia de la lengua oral refiere un rumor: se comenta […] pero jamás se ha comprobado (69). Sus anécdotas personales van en similar dirección: sudar como un pollo (70) es un símil normal en la intimidad del hogar, pero no fuera de él; sin embargo, Qu i n t e roacude a esta figura. Luego comenta cómo ella y su equipo comieron riquísimo, no manifiesta cosas como éstas: es éste un excelente restaurante que ofrece platos extraordinarios que usted podrá disfru t a r. Por o t ro lado, Qu i n t e ro comenta al lector lo que más le provo c ó (72); así como también enfatiza quién es ella y se atreve incluso a mostrar su genealogía (73).   estas alturas es oportuno hacerse preguntas como éstas: ¿qué ha conseguido Valentina Quintero hasta ahora? Hasta ahora la autora ha conseguido disipar cualquier tipo de distancia entre el lector y ella. El lector es una y otra vez tuteado, invitado a escuchar un relato que, por la forma como es contado, alguna relación puede establecer este venezolano; cualquiera de los hechos pudo haberle sucedido o le sucederá a cualquier lector-amigo que visite cualquiera de estos sitios. Y es que Quintero se aferra a la expresividad, la cual impregna inevitablemente a cualquier conversación cotidiana, y es el primero y el más importante rasgo del lenguaje informal. Vigara (1987) define a este rasgo de la oralidad como “la manifestación lingüística externa del ánimo del hablante. Se presenta disfrazada, confundida e inevitablemente ligada a todo contenido que se comunica, cualquiera que sea su grado de intelectualidad.” (p. 16). Mediante la expresividad el hablante transmite sus emociones, su estado de ánimo. En estos relatos Quintero manifiesta qué le sorprende, qué le agrada, cómo se sintió, qué hizo tanto física como emocionalmente ante determinados hechos, incluso qué opina y qué espera de los demás. Por eso se da el lujo de aconsejar, por supuesto, también en plan íntimo: no se contenta con indicar la manera de llegar a un determinado lugar, les ruego que se atrevan a ir (Quintero, 2004: 107); además indica cuál es el camino mejor según las características del grupo, de este modo, los más aventureros, como nosotros, pueden seguir el camino más complicado (Quintero, 2004: 370). Con esta estructura de paso saluda a quien pertenece a su mismo grupo (como nosotros). También incorpora la motivación; lo logra con expresiones paralelas a aquellas venezolanas: “anda, chico, vamos” o “deja la flojera”; de hecho, recurre a: aconsejo dejar la flojera y caminar hacia la aventura (Quintero, 2004: 800). Dicho todo esto, develadas, descritas y explicadas algunas herramientas discursivas preponderantes en el discurso de Valentina Quintero, será interesante sistematizar algunas ideas generales, hecho que se hará en el apartado de las conclusiones, que es el que se expone a continuación.

4. CONCLUSIONES
Inicialmente, cuando se elaboró este estudio se presentaron como objetivos básicos identificar la ideología que podría enmascararse detrás de un texto de esta naturaleza, y en segundo lugar, de constatarse que este discurso contiene alguna ideología, develar las auténticas intenciones con que la autora ha adelantado su trabajo. Los objetivos estaban planteados de esta manera porque se consideraron como premisa los postulados del Análisis del Discurso, los cuales aseguran que no existen textos neutros. Estos objetivos iniciales fueron reajustados, debido a que explícitamente la autora aseguró que a ella más que proporcionar información turística -hecho que negaría el
nombre de este texto- pretende con su obra despertar un sentimiento de pertenencia en el venezolano. Así que se dispusieron dos nuevos objetivos (verificar si es cierto que Valentina Quintero espera que sus lectores mediante su obra se sientan más venezolanos, y si es esto cierto, identificar las estructuras mediante las cuales pretende lograrlo), sin desechar los primeros.
Ahora bien, puede decirse que el Análisis del Discurso, aplicado sobre el nivel global (estructura y macroestructura), permitió evidenciar que es ésta una Guía Turística; en este texto se puede conseguir toda la información que se espera de una guía turística: enumera sitios interesantes, hoteles, posadas, restaurantes; los describe, aporta información precisa de cómo acceder a
éstos. El lector también se entera del número de habitaciones y de los servicios que ofrecen los hoteles, pensiones y restaurantes. Sin embargo, también debe reconocerse que aporta otro tipo de información, lo que la hace una guía muy singular: hay información inesperada, al menos, así lo determinó el Análisis del Discurso. Entre las estrategias discursivas mediante las cuales consigue Quintero que su obra se aleje de un texto neutro se encontraron: la exclusividad (todo lo venezolano es único), la mitigación (nada nacional es lo suficientemente malo, feo, perjudicial como para no disfrutarlo) y la naturalidad (la guía no es un entrevista impersonal, es una conversación
entre panas). El Análisis del Discurso permitió establecer, entre otros hechos, que la autora consigue en esta obra un extraordinario apego al carácter natural, espontáneo, no simplemente para que los venezolanos quieran su país. No. Ella desea acercarse al venezolano para agradar, para establecer un clima de camaradería con propósito básico de que los venezlanos se sientan cómodos con el texto y su autora, se sientan en familia. ¿Pero por qué quiere cultivar
esa sensación? Desde esta perspectiva, cabe la posibilidad de que Valentina Quintero use modo magis naturalem como estrategia de marketing.
Su obra no es un tratado sobre turismo ni una guía cualquiera; es una guía que cualquier venezolano disfrutará y recomendará, así que se venderá bien. Y con esto se está cumpliendo con el circuito que implica toda empresa exitosa: se beneficiará ella y se beneficiarán los lectores y todos los
que estén involucrados en esta industria y también la economía nacional.
Finalmente debe decirse que Valentina Quintero cumple con lo prometido; trabaja a lo largo de su texto para que los venezolanos quieran más a Venezuela. No se cansa de ofrecer detalles, argumentos, situaciones en las que dibuja a Venezuela en todo su esplendor; aborda su fauna, su flora, su geografía, sus calles y edificios, su gente y sus fenómenos naturales, todo lo intenta abarcar, y siempre lo hace desde una perspectiva claramente positiva. Para lograrlo recurre a sintagmas, locuciones, adverbios, adjetivos, etc., etc. Inclusive, invita abiertamente a no ver los vicios, ni los deterioros ni defectos. Más bien se preocupa porque los venezolanos se enteren que
Caracas es Caracas, y aunque lo demás es monte y culebra, también vale la pena valorarlo, protegerlo, atenderlo, trabajarlo, disfrutarlo, gozarlo y… agótelo usted, si puede.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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General Española de Librerías.

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1 El título de este trabajo constituye la prótasis de una estructura que podría ser considerada un refrán. La paremia completa reza: Caracas es Caracas y lo demás es monte.

2 Este artículo fue realizado en el marco de la línea de investigación Análisis del Discurso del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello”, el cual recibe financiamiento del FONACIT (Proyecto PEM-2001002027) y del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la UPEL.

3 En el momento en que se elaboró el trabajo ésta era la última edición. En el año en curso (2006) ya hay otra versión circulando en el mercado. Por otro lado, cabe destacar que este trabajo forma parte de un proyecto de investigación de mayores dimensiones. Con ese proyecto se pretende revisar otras guías turísticas de la misma autora y otras reconocidas a nivel internacional.

4 Las gaitas son un tipo de expresión musical originaria de este estado. En toda Venezuela se escuchan fundamentalmente en las fiestas decembrinas.

5 Es el nombre de confianza con que los creyentes se dirigen a la Virgen de Chiquinquirá, patrona de esta zona.

6 José Gregorio Hernández (1864-1919), médico venezolano que destacó por su trabajo realizado en los campos de la medicina y la biología. En Venezuela este médico recibe un culto religioso de carácter especial y muchos venezolanos le otorgan poderes superiores y lo responsabilizan de hechos extraordinarios.

7 Maicao es un municipio colombiano del departamento de La Guajira. Es una zona límite con el estado Zulia.