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Núcleo

versão impressa ISSN 0798-9784

Núcleo v.20 n.25 Caracas dez. 2008

 

EL CAMBIO LINGÜÍSTICO DE HABER IMPERSONAL 

Giovanna D´Aquino Ruiz

 Instituto de Filología “Andrés Bello” Facultad de Humanidades y Educación. Universidad Central de Venezuela − IFAB-FHE-UCV Caracas 1051, Venezuela. Telf.: (58 212) 605 29 09 giovannadaquino@gmail.com.

 Es Licenciada en Letras de la Universidad Central de Venezuela. Cursó la Maestría en Lingüística de la Universidad Central de Venezuela y la Maestría en Lexicografía de la Real Academia Española. Es Profesora Agregado a Tiempo Completo y Jefe del Departamento de Lexicografía del Instituto de Filología “Andrés Bello” de la Universidad Central de Venezuela; es Investigadora nivel I del Sistema de Promoción del Investigador (PPI).Estudia diferentes aspectos del español de Venezuela, especialmente el léxico.

RESUMEN

En el presente trabajo se ofrecen algunas consideraciones sobre la situación del fenómeno de variación entre el singular y el plural del verbo haber en el habla de Caracas, con respecto a su evolución hacia un cambio lingüístico, según los indicadores de cambio lingüístico señalados por Silva-Corvalán (2001). Se busca dar respuesta a las siguientes interrogantes: 1) la proporción de usos en plural ¿ha variado en algún sentido con relación a lo hallado en estudios previos en la misma ciudad?; 2) la proporción de usos en plural ¿es similar a lo que diferentes autores han encontrado en otras ciudades hispanohablantes?; 3) ¿existe algún indicador que permita afirmar que realmente se trata de un cambio lingüístico? Se analizan las siguientes variables sociolingüísticas independientes: 1) grupo generacional, 2) sexo y 3) nivel socioeconómico. En el corpus se encontraron 706 casos de haber, 465 en plural (66%) y 241 en singular (34%). Se concluye que los elevados niveles de pluralización existentes en nuestra población, la mayor presencia de casos en plural en los hablantes más jóvenes y el grupo socioeconómico medio bajo, así como el incremento diacrónico y la aparente falta de valoración negativa por parte de los hablantes parecerían indicar que estamos realmente ante un cambio lingüístico en proceso que, además, se encontraría en su fase final.

Palabras clave: haber impersonal, variación sociolingüística, cambio lingüístico.

The Linguistic Change of the Impersonal Verb Haber

ABSTRACT

 The purpose of this article is to analyze the singular-plural variation phenomenon of the verb haber (there is/there are) in the Spanish spoken in Caracas, in relation to its development as a case of linguistic change, according to Silva-Corvalán’s (2001) indicators of linguistic change. The article intends to answer the following questions: 1) Has the proportion of use of the verb in plural changed regarding the results of previous studies carried out in Caracas?; 2) is the proportion of use in plural similar to  the  findings  of  researchers  in  other  Spanish-speaking  cities?; 3)  are  there  any indicators  of  a  real  linguistic  change? The  following  sociolinguistic  variables  are analyzed: 1)  generational  group, 2)  sex, and  3)  socioeconomic  level. The  corpus includes 706 cases of haber, 465 in plural (66%) and 241 in singular (34%). The study concludes that the high levels of pluralization in Caracas, especially among young and lower-class speakers, as well as the related diachronic increase and the apparent lack of negative perception by the speakers may suggest that we are facing an actual linguistic change in progress. This change would be in its final phase.

Key words: impersonal verb haber, sociolinguistic variation, linguistic change.

Le changement linguistique de haber (avoir) impersonnel

 RÉSUMÉ

 Cette étude comprend quelques remarques sur l’état du phénomène de variation entre le singulier et le pluriel du verbe haber  (avoir) à Caracas, parce que celle-ci pourrait   aboutir   à   un   changement   linguistique   -d’après   les   indicateurs   de changement  linguistique  de  Silva-Corvalán  (2001). L’étude  vise  à  répondre  ces questions  : 1)  La  proportion  d’emploi  au  pluriel, a-t-elle  variée  par  rapport  aux données d’études préalables à Caracas ? 2) La proportion d’emploi au pluriel, est-elle  similaire  à  la  proportion  enregistrée  dans  d’autres  villes  hispanophones ? 3)  Existe-t-il  un  indicateur  permettant  d’affirmer  qu’il  s’agit  d’un  changement linguistique  ?  La  recherche  inclut  une  analyse  des  variables  sociolinguistiques indépendantes  suivantes  : 1)  groupe  générationnel, 2)  sexe  et  3)  niveau  socio- économique. Le corpus comprend 706 cas de haber (avoir), 465 au pluriel (66%) et 241 au singulier (34%). L’étude conclut que les niveaux de pluralisation élevés chez les vénézuéliens, notamment chez les plus jeunes et les classes les plus défavorisées, insi que la croissance diachronique et le manque de valorisation négative des locuteurs indiqueraient qu’il s’agit d’un changement linguistique en développement et que celui-ci serait à la dernière étape.

Mots clés: verbe haber (avoir) impersonnel, variation sociolinguistique, changement linguistique.

A mudança lingüística do verbo haver impessoal

RESUMO

Neste trabalho mostram-se algumas considerações sobre a situação do fenômeno de variaração entre o singular e o plural do verbo haver na fala de Caracas, a fim de analisar sua possível evolução para uma mudança lingüística considerando os indicadores de mudança lingüística definidos por Silva-Corvalán (2001). O objetivo é responder as seguintes perguntas: 1) a proporção de uso do plural do verbo variou de alguma maneira em relação ao verificado em estudos prévios realizados na mesma cidade?, 2) a proporção de uso do plural do verbo é semelhante à encontrada por outros autores em outras cidades hispanofalantes?, 3) existe algum indicador que permita afirmar que realmente se trata de uma mudança lingüística? Serão analisadas as seguintes variáveis sociolingüísticas independentes: a) faixa etária, b) gênero e c) status socioeconômico. No corpus se encontraram 706 casos de haver, dos quais 465 estavam em plural (66%) e 241 em singular (34%). Pode-se concluir que as numerosas realizações em plural, a maioria delas provém dos falantes mais jovens e do grupo socioeconômico baixo, bem como o aumento diacrônico e que os falantes cada vez menos a considerem incorreta indicam que aparentemente está aparecendo uma mudança lingüística e, que, ela estaria já em sua fase final.

Palavras-chave: verbo haver impessoal, variação sociolingüística, mudança lingüística.

Recibido: 16/10/07   Aceptado: 14/01/08

EL CAMBIO LINGÜÍSTICO DE HABER IMPERSONAL

1. INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo ofrezco algunas consideraciones sobre la situación del fenómeno de variación entre el singular y el plural del verbo haber en el habla de Caracas,  con  respecto  a  su  evolución  hacia  un  cambio  lingüístico,  según  los indicadores de cambio lingüístico señalados por Silva-Corvalán (2001).

A   fin   de   precisar   el   problema,  recordaremos   que   el   verbo   haber,  en construcciones  como  había  varias  casas, es  descrito  tradicionalmente  como  un verbo impersonal y transitivo, que, según esta postura, no debe concordar con la frase  nominal  (FN)  que  lo  acompaña, pues  esta  no  representa  un  sujeto  sino  un objeto directo (OD) (cf., entre otros, Alarcos Llorach, 1999; Real Academia Española, 1999). No obstante, como ya se ha señalado en anteriores oportunidades, existen no pocas investigaciones que revelan que haber se usa también en tercera persona del plural cuando la frase nominal que lo acompaña está en plural (habían  varias casas). Este  uso  ha  sido  descrito  y  analizado  en  diferentes  dialectos  del  español, incluyendo  el  peninsular  (cf.,  entre  muchos  otros,  Bentivoglio  y  Sedano,  1989; Bentivoglio  y  Sedano, 1992; D´Aquino, 2001, 2004a  y  2004b; Domínguez  et  alii., 1998; Hernández Alonso, 1995; Lope Blanch, 1995; López Morales, 1992a; Moreno de Alba, 1988; Navarro Correa, 1992; Obediente, 1984; Real Academia Española, 1999; Sedano y Bentivoglio, 1996).

Con respecto a la pluralización de haber, es pertinente señalar la opinión de algunos autores. Lope Blanch (1995: 22), por ejemplo, considera que la pluralización del  verbo  haber  es  característica  de  “la  norma  popular o  rural”. Alarcos  Llorach (1999: 275), por su parte, dice que el fenómeno es propio de “las hablas vulgares (más en América)”. Una postura diferente reflejan las afirmaciones de Bentivoglio y Sedano (1992), y de Sedano y Bentivoglio (1996) cuando señalan que los venezo-lanos suelen hacer concordar el verbo con el sustantivo (o FN) que lo acompaña, en todos  los  modos  y  tiempos, con  excepción  del  presente  de  indicativo, y  que  el fenómeno de la pluralización de haber se registra incluso en hablantes del nivel alto.

De Mello  (1991) afirma también que  la  pluralización de  haber  impersonal va en creciente generalización entre las personas cultas en Hispanoamérica y que debe ser tomado en cuenta en las descripciones gramaticales actuales. D´Aquino (2004a) señala que los elevados niveles de pluralización existentes en nuestra población1 parecerían indicar que la difusión del fenómeno estaría en aumento y que podría desembocar en un futuro cambio lingüístico; aclara, además, que el corpus analizado en su estudio fue recogido en 1987 y que es muy posible que en un corpus similar más actual los niveles de pluralización sean muy superiores.

Dado lo anterior, en el presente trabajo me dispongo a estudiar el corpus para el estudio sociolingüístico del habla de Caracas2 con la finalidad de analizar los diferentes factores que puedan ser considerados verdaderos indicios de un cambio lingüístico. En este sentido, se busca dar respuesta a las siguientes interrogantes:

1.      La proporción de usos en plural ¿ha variado en algún sentido con relación a lo hallado en estudios previos en la misma ciudad?

2.      La proporción de usos en plural ¿es similar a lo que diferentes autores han encontrado en otras ciudades hispanohablantes?

3.      ¿Existe algún indicador que permita afirmar que realmente se trata de un cambio lingüístico?

2. EL CAMBIO LINGÜÍSTICO

Dado que la inquietud fundamental que motiva este trabajo es intentar hacer algún tipo de proyección con respecto a un posible cambio lingüístico, es pertinente en este punto definir y establecer algunas características de dicho concepto. Para comenzar, se entiende por cambio lingüístico el conjunto de procesos de modifica-ción de una lengua. Frente a la idea estructuralista de que la lengua es un sistema homogéneo y uniforme, la sociolingüística considera que la lengua es en realidad ordenadamente variable (cf. Silva-Corvalán, 2001: 242). La sociolingüística considera, además, que la única manera de comprender el desarrollo de un cambio lingüístico es analizarlo dentro de la estructura social de la comunidad de habla en la que surge, pues las diferencias sociales permiten la coexistencia de distintas variables lingüísticas y es esta coexistencia la que puede llegar a desembocar en un cambio lingüístico una vez que prevalezca una de las formas en variación sobre las demás. En este sentido, es importante destacar que variación y cambio no se deben interpretar como unidos por una relación de causa-efecto, pues todo cambio implica una variación, pero no toda variación desemboca inevitablemente en un cambio.

Los estudios sobre el proceso de cambio lingüístico señalan que, dependiendo del origen, hay dos tipos de cambio, que se suelen denominar cambio desde arriba y cambio desde abajo. El cambio desde arriba se inicia en los grupos sociales que gozan de mayor prestigio, y se impone en la medida en que los hablantes pertenecientes a los grupos de menor prestigio buscan conscientemente adoptar el modelo impuesto “desde  arriba”. El  cambio  desde  abajo, por  el  contrario, se  inicia  en  los  niveles socioeconómicos de menor prestigio. Para algunos autores, el cambio desde abajo se debe interpretar como un cambio inconsciente y no como un proceso que se inicia en los grupos sociales inferiores (cf. Labov, 1974: 452; Silva-Corvalán, 2001: 245, entre  otros); sin  embargo, de  acuerdo  con  Labov  (1972: 145), este  concepto  se relaciona con un proceso complejo que se inicia en los grupos de menor prestigio, muchas veces de forma inconsciente, y que se va difundiendo hacia los de mayor prestigio (cf. también Labov, 1996: 145-146). Evidentemente, la falta de conciencia lingüística   contribuye   a   la   difusión   de   una   innovación   en   esta   dirección.

Adicionalmente,  si  esta  difusión  se  hace  muy  amplia  puede  afectar  a  toda  la comunidad de habla. Sin embargo, cualquier cambio desde abajo puede conducir a la siguiente alternativa: i) ser rechazado por los grupos socioeconómicos más altos y convertirse en una marca negativa, es decir, una forma estigmatizada, en cuyo caso no se generaliza el cambio; o ii) ser aceptada por los otros niveles socioeconómicos y convertirse en un uso general (cf. Moreno Fernández, 1998: 110).

Cabe señalar que la razón del cambio lingüístico no debe buscarse solo en lo social, pues, en  realidad, se  trata  de  un  proceso  muy  complejo, en  el  que  están involucrados factores sociales, geográficos, psicológicos, pragmáticos, etc. (cf. Moreno Fernández, 1990: 166). No obstante, dentro de estos múltiples factores, los que han sido más ampliamente estudiados en las investigaciones sociolingüísticas son la edad, el  sexo  y  el  nivel  socioeconómico. A  continuación  mencionaré  brevemente  la importancia de cada uno de estos tres factores en el proceso de cambio lingüístico:

I. La edad: Las diferencias lingüísticas observadas en diferentes grupos generacio- nales  han  sido  interpretadas  en  sociolingüística  como  reflejo  de  tres  posibles situaciones:  i)  identidad  de  grupo;  ii)  autocorrección  por  parte  de  los  grupos generacionales  más  activos  en  la  vida  pública; y  iii)  cambio  lingüístico  en  curso (cf. Silva-Corvalán, 2001: 101).

De acuerdo con Silva-Corvalán, la edad se relaciona con la posibilidad de tener o no autoridad y con el estatus de los individuos dentro del grupo familiar, o, incluso, dentro de otros grupos sociales.  Adicionalmente, algunos rasgos del comportamiento lingüístico varían según la edad de los interlocutores. En este sentido, los adolescentes, por ejemplo, son los que buscan en mayor medida identificarse con su grupo, para lo cual utilizan básicamente determinadas expresiones que les son comunes. Las personas  de  mayor  edad,  en  cambio,  suelen  haber  “estabilizado”  sus  formas lingüísticas, razón  por  la  cual  tienen  un  habla  más  conservadora  que  refleja  una búsqueda de mantenimiento de su estatus. Sin embargo, existen otros elementos  asociados con los grupos generacionales y que influyen en la diferenciación lingüística de estos, como, por ejemplo, las ventajas sociales y el prestigio que se asocian con diferentes usos. En este sentido, los grupos entre 25 y 50 años son los que generalmente presentan mayor índice de autocorrección, debido, fundamentalmente, a la competencia en el mercado de trabajo y al deseo de ascenso en la escala social. En relación con el cambio lingüístico, algunos autores consideran que se trata de un proceso regular que puede ser observado al comparar los usos de los distintos grupos generacionales. Para Labov (1996: 99), la manera más sencilla de estudiar un cambio lingüístico es observar el tiempo aparente, entendiéndolo como “la distribución de las variables lingüísticas por niveles de edad”. Este tipo de estudio tiene la ventaja de permitir al investigador el estudio de los diferentes posibles estadios de evolución de un proceso lingüístico cuando no se dispone de datos en tiempo real. El desarrollo del cambio observado en hablantes de generaciones diferentes ofrece una imagen dinámica que permite prever cómo evolucionará el cambio en el futuro. Por esta razón, “la edad condiciona la variación lingüística con más intensidad que otros factores” (Moreno Fernández, 1998: 40). No obstante, no debe confundirse el cambio en tiempo aparente con el cambio en tiempo real, puesto que la distribución de un fenómeno según el grupo generacional podría representar únicamente un patrón característico que se repite en cada generación (cf. Labov, 1991: 137), por lo que resulta necesario, a la hora de tratar de verificar un cambio lingüístico, contar con datos en tiempo real.

II. El sexo: Existen diversos puntos de vista con respecto a esta variable y su influencia en la variación sociolingüística. Labov (1991) afirma que las diferencias lingüísticas relacionadas con el sexo se deben a que los hombres y las mujeres son socialmente diferentes, ya que existen diferentes patrones educativos para cada sexo y a cada uno se le asignan distintos roles en la sociedad. Por ejemplo, existen diversas relaciones de poder entre hombres y mujeres, basadas en los roles que cada uno tiene en el aspecto económico e institucional. Evidentemente, estos roles varían de una cultura a otra, razón por la cual esta variable debe ser considerada con cuidado. No obstante, numerosos estudios sociolingüísticos de centros urbanos han permitido comprobar que las mujeres parecen tener una actitud más positiva ante los usos canónicos, mientras que los hombres suelen mostrar predilección por las variedades regionales (cf. Moreno Fernández, 1998: 37). El mayor apego de las mujeres a los usos considerados “correctos” se demuestra “en el hecho de que se autocorrigen mucho más que los hombres en contextos formales” (Silva-Corvalán, 2001: 97). Según esta última autora, el hecho de que exista una diferenciación lingüística relacionada con el sexo refleja una tendencia general a considerar apropiado que un  hombre “rompa las reglas”, mientras que se espera que el comportamiento de las mujeres sea más cortés, correcto y ajustado a las reglas impuestas por la sociedad. De lo anterior se desprende que las mujeres no son normalmente iniciadoras del cambio; ahora bien, si el cambio se orienta hacia el dialecto estándar, es posible que ocurra lo contrario (cf. Labov, 2001: 274 y Silva-Corvalán, 2001: 98). López Morales (1992b: 52) sintetiza esta idea como sigue: “En una estratificación estable, los hombres usan formas que no son estándares con mayor frecuencia que las mujeres, siempre que la variación se produzca en un nivel de conciencia dentro de la comunidad de habla”. En efecto, numerosos estudios revelan que las mujeres utilizan variables estigmatizadas en menor medida que los hombres; esta tendencia conservadora de las mujeres se da tanto en centros urbanos como en zonas rurales (cf. Labov, 2001: 265-267) y ha sido interpretada por algunos autores como producto de algunas habilidades lingüísticas superiores que tendrían su origen no en factores sociales sino más bien biológicos (cf. Labov, 2001: 276). Para otros autores, sin embargo, este apego a las formas conservadoras refleja un alto grado de inseguridad lingüística (cf. Labov, 2001: 275). Por otra parte, numerosos estudios han demostrado que en muchos casos son las mujeres las que llevan una ventaja de hasta una generación en las innovaciones y que es más adelante en el proceso cuando son alcanzadas por los hombres (cf. Labov, 2001: 280-282). De acuerdo con Labov (2001: 283), las mujeres sobrepasan a los hombres en el uso de formas innovadoras dependiendo del estado en el que se encuentre el proceso de cambio. Esta aparente contradicción, que Labov (2001) denomina la paradoja del género, es explicada por el autor como el reflejo de una sensibilidad superior de las mujeres hacia la evaluación social del lenguaje: en situaciones de variación estable las mujeres perciben y reaccionan ante las formas de prestigio o las estigmatizadas más fuertemente que los hombres, pero una vez que el cambio comienza, las mujeres adoptan los nuevos simbolismos sociales mucho más decidida y rápidamente que los hombres (cf. Labov, 2001: 291).

III. El nivel socioeconómico: La pertenencia a un determinado grupo social influye tanto en las diferentes formas de hablar como en las actitudes hacia esas formas. Las diferencias lingüísticas se relacionan con diversos aspectos como la ocupación, los ingresos, el tipo de residencia y el nivel educativo; todos ellos condicionan en mayor o menor grado lo que se ha denominado distancia social, la cual funciona, de manera muy subjetiva, por supuesto, como una especie de frontera social entre grupos de individuos. Uno de los aspectos que más contribuye a la diferenciación lingüística de los estratos es el mayor o menor acceso de un hablante al sistema educacional, el cual ayuda a crear conciencia lingüística entre niños y adolescentes gracias a la enseñanza de reglas y a la corrección de rasgos lingüísticos  de poco prestigio, lo cual no siempre es fácil de lograr. Cabe suponer, entonces, que los individuos de los niveles más bajos, con menor acceso al sistema educativo, emplean con cierta frecuencia formas consideradas no canónicas, mientras que los hablantes de mayor nivel social están más apegados a las normas canónicas. Por otra parte, aunque la noción de clase social puede resultar problemática, sobre todo a la hora de establecer los límites entre una y otra, es indudable que existe una jerarquía entre los estratos y que en cada uno de ellos se pueden apreciar diferencias lingüísticas en los campos fonológico, morfológico, sintáctico y léxico. Estas diferencias son la base para establecer los llamados sociolectos. Adicionalmente, se ha demostrado que los hablantes pertenecientes a cada uno de los estratos son, en alguna medida, concientes de estos usos distintivos, a partir de los cuales pueden juzgarse a sí mismos y a otros (cf. Silva-Corvalán, 2001: 104).

 

Cabe suponer que los niveles sociales deben considerarse como grupos de individuos que comparten un estatus y modo de vida similares y que tienen, además, la posibilidad de ascender o descender dentro de la jerarquía. Esta posibilidad de movimiento convierte a la sociedad en un conjunto de relaciones complejas en las que los hablantes de los niveles altos representan modelos prestigiosos con sociolectos que son respetados por los otros niveles y que coinciden con el dialecto estándar difundido en las escuelas y medios de comunicación. Dado que los grupos medios son los más sensibles a la movilidad en la jerarquía social, no es de extrañar que, en su búsqueda de modelos prestigiosos, sean los que mayormente originan los cambios.

 

Tomando en cuenta la complejidad y diversidad de los factores sociales y su relación con el proceso de cambio lingüístico, Silva-Corvalán (2001: 249) señala que los principales indicadores de cambio lingüístico pueden enumerarse como cito casi textualmente a continuación:

a)     La distribución curvilínea según edad: una variante favorecida por grupos medios, 18 a 45 años de edad.

b)     La distribución curvilínea según nivel socioeconómico: una variante favorecida por grupos medios, normalmente por el grupo bajo-alto y medio-bajo.

c) Una variante no sensible a diferencias de estilo, o favorecida en el estilo formal.

d)    Una variante favorecida por las mujeres.

e)    La hipercorrección que se manifiesta en el patrón de entrecruce que resulta del uso más frecuente de una variante en el estilo formal por parte de grupos intermedios, quienes sobrepasan a su grupo social superior.

f) Reacciones subjetivas positivas hacia la variante innovadora por parte de los grupos que la están adoptando.

 

Los anteriores indicadores del cambio lingüístico pueden apoyarse, además, en el incremento diacrónico de la variante innovadora, lo cual reflejaría el avance del cambio. Por último, hay que señalar que todos estos indicadores varían de acuerdo con la etapa en la que se encuentre el proceso de cambio.

3. METODOLOGÍA

Para realizar la investigación se utilizaron los datos obtenidos por D´Aquino (2004b) de las entrevistas, grabadas, transcritas y corregidas, realizadas a 160 hablantes nativos caraqueños distribuidos por edad, género y nivel socioeconómico. Estas entrevistas constituyen el material para el “Estudio sociolingüístico del habla de Caracas de 1987” (cf. Bentivoglio y Sedano, 1993).

3.1 Variables

D´Aquino (2004b) analiza un conjunto de variables independientes tanto lingüísticas como extralingüísticas dentro de las que se encuentra la forma verbal; sin embargo, para el presente trabajo las variables consideradas son únicamente las inherentes al corpus, sociolingüísticamente estratificado:

 a) Grupo generacional: tomando en cuenta que, como ya se dijo, el grupo generacional ha sido considerado como una variable importante en la evolución de un cambio lingüístico, y gracias a las características propias del corpus estudiado, en el presente estudio se consideran cuatro grupos generacionales:

 de 14 a 29 años;

1)      de 30 a 45 años;

2)      de 46 a 60 años; y

3)      61 años en adelante.

b)   Sexo: dado lo expuesto con relación a esta variable y su vinculación con el cambio lingüístico, en la presente investigación se estudia el sexo como variable, con sus respectivas variantes:

1)      femenino

2)      masculino

c) Nivel socioeconómico: esta variable se toma en consideración debido a su comprobada correlación con los fenómenos de variación sociolingüística. En el presente estudio, dentro de esta variable se incluyen cinco variantes:

1)   alto;

2)   medio alto;

3)   medio;

4)   medio bajo, y

5)   bajo

Dados los resultados obtenidos por D´Aquino (2004b) con respecto al pretérito de indicativo, en la presente investigación se han tomado en cuenta los mismos datos sin incluir los casos de haber en este tiempo verbal.

3.2 Procedimientos de análisis

Para analizar los datos, se observó la distribución de los casos según las variables estudiadas, tanto en cifras absolutas como en porcentajes, y se comparó dicha distribución con los indicadores señalados por Silva-Corvalán (2001).

4. RESULTADOS Y ANÁLISIS

4.1 Distribución de los casos

En el corpus se encontraron 706 casos en los que haber está acompañado por una FN plural; de estos casos, hay 465 en plural (66%) y 241 en singular (34%). Estos resultados indican que la pluralización de haber supera ampliamente a los usos en singular.

 

En el cuadro 1 (ver pág. 114) se muestran los resultados de la tabulación cruzada. De izquierda a derecha, pueden verse los siguientes datos: i) las variables indepen-dientes con sus variantes; ii) el número de casos en plural por cada variante; iii) el porcentaje que representa ese plural en relación con el total de casos de la misma variante; iv) el número de casos en singular por variante; v) el porcentaje que representa esta cifra en relación con la variante; vi) el número total de casos por variante.

 

La tabulación cruzada de los datos muestra que, aunque todos los grupos estudiados pluralizan:

 

• los más jóvenes muestran una mayor tendencia al uso de la forma plural que los mayores de 60 años (74% los hablantes del primer grupo, 67% los del segundo y tercero y 60% los del cuarto);

 

• hay un mayor porcentaje de pluralización en los hablantes masculinos (69%) que en los femeninos (61%);

• los hablantes de los niveles medio bajo y bajo son los que tienen el porcentaje más alto de casos en plural (82% y 73%, respectivamente),

     •  mientras que en el nivel alto la pluralización es considerablemente inferior (55%).

Los pesos extremos encontrados en la variable Nivel Socioeconómico podrían justificarse por el mayor o menor acceso de los hablantes a la educación formal, la cual, como ya se dijo, ayuda a crear conciencia lingüística entre niños y adolescentes gracias a la enseñanza de reglas y a la corrección de rasgos lingüísticos de poco prestigio. En este sentido, los hablantes de nivel alto, con mayor acceso al sistema educativo, utilizan menos la forma plural de haber, mientras que los hablantes de los niveles bajo y medio bajo, con menor instrucción, tienden más a la pluralización. Recordemos, además, lo que señala Silva-Corvalán (2001: 252): la hipercorrección cuantitativa refleja la inseguridad lingüística característica de la clase media baja, mientras que la media alta está suficientemente distante de la clase baja como para sentirse segura de no ser identificada con ella, lo cual justificaría que el nivel medio alto, e incluso el medio, tengan una menor tendencia pluralizadora que el medio bajo.  

Cuadro 1

 Tomando en cuenta los resultados de la presente investigación con respecto a la variable “nivel socioeconómico”, debo acotar que, si bien es cierto que los niveles bajos favorecen la pluralización de haber, los datos no apoyan la posición de los autores que consideran este fenómeno como exclusivo de los niveles bajos, pues no solo en el presente trabajo, sino en otros realizados dentro y fuera deVenezuela, la pluralización se da en todos los niveles socioeconómicos, como señala Moreno de Alba (1988).

 4.2 Perspectiva diacrónica

 A continuación enumeraré cronológicamente los trabajos en los que se ha estudiado la pluralización del verbo haber en Caracas. Los trabajos están ordenados de acuerdo con la fecha en la que fue recogido cada corpus.3 En el cuadro 2 se muestra, de izquierda a derecha, lo siguiente:

• Autor: nombre del investigador y año de la publicación del trabajo.

• Año: año en el cual fue recogido el corpus.

• Pluralización de haber: porcentaje de casos en plural en cada corpus. 

• Casos: número de casos de haber analizados en cada corpus.

Cuadro 2

En el cuadro anterior, el porcentaje de pluralización que se observa en los trabajos de De Mello y de Bentivoglio y Sedano (el correspondiente a 1972-1974) no es muy elevado (36% y 39% respectivamente). Esto se debe, seguramente, a que el corpus analizado por estos autores pertenece al “Proyecto para el estudio coordinado de la norma lingüística culta de las principales ciudades de Iberoamérica y de la península ibérica” (cf. Lope Blanch, 1967), lo que significa que no es un corpus estratificado en niveles socioeconómicos, sino que incluye únicamente hablantes considerados “cultos”,6 que, por el hecho de serlo, podrían estar más apegados a las formas “canónicas” de haber en singular.

 

Los otros dos corpus mostrados en el cuadro 2 -el de Bentivoglio y Sedano (corpus de 1977) y el del presente trabajo-, que sí son sociolingüísticamente estratificados, reflejan un notorio incremento cuantitativo diacrónico de la pluralización de haber.

Este incremento corrobora las proyecciones hechas por los diferentes autores con respecto a la evolución del fenómeno de la pluralización (cf. De Mello, 1991: 446; Domínguez et alii, 1998; Obediente, 1984).

4.3 Proyecciones con respecto al cambio lingüístico

 Dados los resultados de la presente investigación, y tomando en cuenta los indicadores de cambio lingüístico mencionados en el apartado 2, se puede establecer que en el corpus sociolingüístico de Caracas de 1987:

a)   Existe un mayor porcentaje de usos del verbo haber en plural que en singular (66% vs 34%). Esta diferencia proporcional puede verse en el gráfico 1.

b)  Los hablantes de los grupos más jóvenes son los que tienen mayor porcentaje de usos en plural (grupo de 14 a 29 años, 74%; de 30 a 45 años, 67%; al igual que de 46 a 60 años). Esta distribución puede observarse más claramente en el gráfico 2, en el que se ve que, a pesar de que hay un alto porcentaje de usos en plural en todos los grupos, son los más jóvenes los que lo tienen más elevado.           

 

  Gráfico 1. Diferencia de proporción entre singular y plural en el corpus de 1987

 

Gráfico 2. Distribución de los casos singular/plural según el grupo generacional

c) El grupo socioeconómico en el que se registran más casos en plural es el medio bajo (82%). Recordemos que, como ya se dijo, los hablantes de los niveles sociales medios, especialmente los del medio bajo, suelen utilizar formas que consideran de mayor prestigio porque las relacionan con los niveles más altos a los cuales aspiran a ascender. Esta situación favorece la variación y el cambio. Esta distribución puede observarse más claramente en el gráfico 3 , en el que se evidencia que, si bien en todos los niveles socioeconómicos hay altos porcentajes de pluralización, en el medio bajo este porcentaje es mucho más elevado que en los otros.

 

 

   Gráfico 3. Distribución de los casos singular/plural según el nivel socioeconómico

 

 

 

  Gráfico 4. Incremento de la pluralización de 1977 a 1987

 d) El porcentaje de usos en plural del corpus de 1987 es superior al de 1977 (66% vs 55%).7 Este incremento puede apreciarse mejor en el gráfico 4.

 Los datos anteriores parecen indicar con alto grado de certeza que la pluralización de haber impersonal constituye efectivamente un cambio en curso. Además, la alternancia de las formas singular/plural se da, la mayoría de las veces, en un mismo hablante, lo que demuestra que no hay una verdadera conciencia lingüística al respecto. Esta “falta de conciencia” lingüística parece revelar una actitud positiva (o al menos no negativa) con respecto al uso plural. De hecho, en muchos casos, los hablantes utilizan la forma no canónica porque consideran que es la “correcta” (cf. Farinha, 1987). Estas observaciones permiten afirmar que las condiciones son favorables para que el cambio siga su curso (cf. Silva-Corvalán, 2001). Adicionalmente, considerando que la pluralización se ha expandido a los grupos generacionales y socioculturales en los que se observaba anteriormente menor incidencia de este fenómeno, se podría afirmar que el cambio se encuentra en su etapa final (cf. Silva-Corvalán, 2001: 251) y que solo parece frenarse por dos condiciones desfavorables: la falta de una forma plural correspondiente a la singular hay y la estigmatización de la forma pluralizada hubieron. Me explicaré más detalladamente: comparando los porcentajes de casos en plural en el corpus de 1987 con los de 1977, encontramos que Bentivoglio y Sedano (1989) reportan cerca de un 44% de casos en plural en el nivel socioeconómico alto del corpus de 1977, mientras que en el corpus estudiado en el presente trabajo (de 1987) se encontró un 55%. Con relación al grupo generacional, las mencionadas autoras reportan un 57% de casos en plural para el grupo de 15 a 29 años y un 53% en el grupo de 30 a 45 años de 1977, mientras que en el presente trabajo se encontró un 74% en el grupo de 14 a 29 años y un 67% en el grupo de 30 a 45 años. Lo anterior muestra un claro incremento de los usos en plural tanto en el nivel socioeconómico alto como en los grupos generacionales más jóvenes. Asimismo, el hecho de que el porcentaje de casos en plural del nivel socioeconómico medio bajo sea superior al resto de los niveles (82%) es una característica de las etapas finales de un cambio en curso. Cito textualmente a Silva Corvalán (2001):

Otro de los rasgos característicos de las etapas finales de un cambio lo constituye la hipercorrección por parte de los hablantes de un grupo social intermedio, usualmente la clase media-baja o la clase baja-alta, quienes sobrepasan a los de su grupo social superior en la frecuencia de uso de la variante que se está extendiendo. Esta conducta lingüística se explica suponiendo que se debe a que en las situaciones en que un grupo social intermedio puede prestar gran atención a su manera de hablar, exagera el uso de un rasgo de prestigio y sobrepasa incluso a los hablantes de un grupo social superior. [...] Se supone que la hipercorrección refleja la inseguridad lingüística característica de la clase media-baja, que no tiene la seguridad de la clase media-alta y que no está lo suficientemente distante de la clase baja-alta como para sentirse segura de no ser identificada con ella. La hipercorrección cuantitativa debe diferenciarse de otro tipo de hipercorrección - ndividuali- que consiste en la aplicación errónea e irregular de una regla. (2001: 251-252).8

En este punto es indispensable destacar que cuando hablo de “etapa final” no me refiero a “cambio consolidado” sino a los estados más avanzados del proceso de cambio lingüístico, en el cual, de acuerdo con Silva Corvalán (2001: 250 y siguientes) se pueden distinguir: i) etapas iniciales; ii) etapas intermedias; y ii) etapas finales.

5. CONCLUSIONES

 En relación con la comparación con los trabajos realizados anteriormente en la ciudad de Caracas, se observa que desde una perspectiva diacrónica hay un incremento considerable del porcentaje de uso del plural; con respecto a la comparación con los trabajos realizados en otras ciudades, puedo decir que Venezuela no escapa al fenómeno de la pluralización del verbo haber común a las ciudades hispanoamericanas, y que los porcentajes de pluralización evidenciados en la presente investigación se asemejan, en mayor o menor grado, a los registrados en ciudades como Valencia (Venezuela), Mérida (Venezuela), La Paz, Lima, San Juan de Puerto Rico y Santiago de Chile.

Finalmente, es cierto que todo cambio implica la existencia de variación, pero no toda variación desemboca necesariamente en un cambio (cf. Moreno Fernández, 1998); sin embargo, los elevados niveles de pluralización existentes en nuestra población,9 la mayor presencia de casos en plural en los hablantes más jóvenes y el grupo socioeconómico medio bajo, así como el incremento diacrónico y la aparente falta de valoración negativa por parte de los hablantes parecerían indicar que estamos realmente ante un cambio lingüístico en proceso que, además, se encontraría en su fase final; esta afirmación se hace tomando en cuenta que dicha pluralización se ha expandido a los grupos generacionales y socioculturales en los que se observaba anteriormente menor incidencia de este fenómeno.

Recomendamos que, en el corpus que se está recolectando en la actualidad, se realice otra investigación en la que se consideren diferentes variantes que puedan dar respuesta a algunos puntos importantes como, por ejemplo, el hecho de que un mismo hablante utilice, en contextos sintácticamente similares, unas veces la forma singular y otras la forma plural. A partir del presente trabajo, estoy llevando a cabo una descripción que permita observar en qué contextos un mismo hablante utiliza unas veces el singular y otras el plural. Por los momentos solo puedo decir que de  un total de 160 hablantes, hay 11 en los que no se encontró ningún caso de haber ni en singular ni en plural, 21 en los que se encontró un solo caso, por lo cual no se puede verificar la alternancia en el mismo hablante. De los 128 restantes, se pudo verificar la alternancia entre singular y plural en 73 hablantes.

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Notas:

1 Se refiere específicamente a la población caraqueña.

2 Este es el mismo corpus utilizado por D´Aquino (2004a y b).

3 No se incluye en el cuadro el trabajo de Obediente (1984) debido a que el autor estudia la pluralización desde una perspectiva diferente a la de los otros autores, puesto que no ofrece un porcentaje de casos en plural en relación con los casos en total; cabe señalar, sin embargo, que el corpus utilizado por Obediente es el mismo que estudian De Mello y Bentivoglio y Sedano.

4 Este corpus en su totalidad fue recogido entre 1969 y 1977 (cf. la página web del Instituto de Filología “Andrés Bello”, disponible en http://www.ucv.ve/humanidades/fhe2005/institutos/ filologia_andres_bello/webfilologia/ifab/htm/htm/bas1.htm); la publicación de los materiales en El habla culta de Caracas. Materiales para su estudio (1979) incluye materiales recogidos en el período que va desde 1973 hasta 1977; sin embargo, para el estudio reportado en la presente investigación, las autoras utilizan tanto materiales publicados como entrevistas inéditas que forman parte del mismo corpus, fechados todos entre 1972 y 1974 (cf. Bentivoglio y Sedano, 1989, y Universidad Central de Venezuela, 1979).

5 En la actualidad, el corpus sociolingüístico de 1977 se encuentra en preparación para poder hacer una comparación diacrónica más completa: se están considerando las mismas variables que en el presente trabajo y se está aplicando la misma metodología.

6 Estos hablantes pertenecen a los niveles alto, medio alto y medio.

7 De acuerdo con los resultados reportados por Bentivoglio y Sedano, 1989.

8  La negrita es mía.

9 Este estudio se basa en un corpus recogido en 1987; sin embargo, actualmente se está recogiendo un corpus similar en el que valdría la pena constatar los niveles de pluralización, los cuales, en mi opinión, puede que sean muy superiores.