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versión impresa ISSN 1012-1587

Revista de Ciencias Humanas y Sociales v.19 n.42 Maracaibo dic. 2003

 

Taliraai: Música, género y parentesco en la cultura wayúu

Jacqueline Vílchez Faría

Departamento de Ciencias Humanas. Maestría en Antropología. Facultad Experimental de Ciencias. Universidad del Zulia. Maracaibo, 4005, Venezuela. E-mail: jacque8@cantv.net; Telfax: (+58) 261-7493043

Resumen

    El presente trabajo es un estudio antropológico que intenta reconstruir la significación de la música a través del análisis interpretativo de la práctica musical del instrumento conocido como "Taliraai" (arco musical de fricción) en la cultura wayúu en la Península de la Guajira (Venezuela) al Noroeste de la América del Sur. Se parte de la consideración de la música como una construcción simbólica en estrecha relación con el resto de la trama cultural y se siguen los planteamientos teóricos de Merriam (1964), Dournon (1981), Díaz Viana (1993), López-Sanz (1993), Abati (1994), Bohm (1998), Grof (1999) y Vílchez Faría (1998, 2000, 2001) para el tratamiento teórico del tema. El método utilizado es la etnografía y, a partir de su empleo, se realiza un análisis interpretativo que intenta reconstruir la significación de la música y el taliraai en la cultura del wayúu en áreas como el rol, el status, el parentesco, la familia, las relaciones de género y las estrategias de reproducción. Se concluye que la práctica mítica y ritual que involucra a este instrumento tiene grandes significaciones para la cultura wayúu en todas las áreas analizadas.

Palabras clave: Taliraai, arco musical, música, instrumentos musicales, parentesco, antropología de la música.

Taliraai: Music, Gender and Kinship in the Wayuu Culture

Abstract

    In this research the connection between Music as a symbolical construction and the whole structural cultural scheme is studied through an anthropological study comprising interviews as well as ethnological observation aimed at analysing the "Taliraai" (a kind of musical friction bow) in relation to its practices and the meaning and association of this tool with such aspects ofWayúu´s life as family and reproductive strategies. It is based on a consideration of music as a symbolic construction in close relationship with other cultural aspects according to the theoretical proposals of Merriam (1964), Dournon (1981), Díaz Viana (1993), López-Sanz (1993), Abati (1994), Bohm (1998), Grof (1999) y Vílchez Faría (1998, 2000, 2001). The author concludes that theTaliraai is a symbol and a vehicle of great cultural value in the wayuu world.

Key words: Taliraai, musical bow, music, musical instruments, kinship, anthropology of music.

Recibido: 18 de julio de 2003   Aceptado: 13 de noviembre de 2003

 

INTRODUCCIÓN

    La música es una esfera de acción humana que conjuga diversidad de elementos de carácter material, técnico, económico, sexual, biológico, cognitivo, simbólico, mítico y ritual, cuya complejidad y nivel de articulación sorprende al antropólogo en su afán de comprensión de la realidad. Desde hace unos años, ha sido mi interés mostrar algunas de esas posibles interrelaciones que de ninguna manera agotan la posibilidad de la mirada. 

    El presente artículo, producto de la investigación antropológica, traza las interrelaciones que en el seno de la cultura wayúu guardan la música, las relaciones de género y el parentesco e intenta la reconstrucción de las características y la significación del taliraai como expresión compleja del mito, el rito y del parentesco wayúu. El trabajo sostiene que la música se encuentra en estrecha relación con los contenidos más significativos de la cultura, en este caso, la práctica del taliraai, las relaciones de género, el rol, el status y el parentesco wayúu. 

    Los wayúu son un grupo étnico de origen arahuaco establecido ancestralmente en las riberas del Lago de Maracaibo y en la Península de la Guajira (1) al norte de la América del Sur. En la actualidad se encuentran mayoritariamente asentados en un territorio semidesértico, con limitaciones en la disponibilidad de recursos ecológicos, materiales y tecnoeconómicos; este grupo ha sido flexible para adaptarse a las más adversas condiciones en una constante dinámica de intercambio, apropiación y negociación de saberes, usos, costumbres, prácticas y objetos con otros grupos étnicos, sin desprenderse, por ello, de sus contenidos culturales y de sus prácticas ancestrales. 

    A través de generaciones, los wayúu han desarrollado una interesante práctica musical con varios instrumentos, clasificados organológicamente como cordófonos (taliraai), aerófonos, (Sawawa, maasi y wotoroyoy o Totoy) ideófonos (maracas y Trompa) y membranófonos (Kasha); todos ellos se encuentran íntimamente relacionados a las distintas áreas de su vida social. En ese marco destaca la ejecución del instrumento musical conocido como taliraai, un arco musical de fricción, construido a partir de madera y cerdas de caballo. La ejecución del taliraai pertenece a la tradición oral y musical wayúu y, aún en la actualidad, forma parte de una práctica restringida al varón wayúu.

Contexto

    Tradicionalmente, la principal actividad económica de los wayúu ha sido el pastoreo de ganado vacuno, caprino y la cría de caballos ymulas, actividad a la que se suma el comercio de bienes y rubros alimenticios, textiles y electrodomésticos. En la generalidad de la península el centro de las actividades ha girado en torno a la obtención de agua y alimentos, razones que han impulsado a los wayúu pastores a efectuar largas movilizaciones en procura de pastos y agua para su sobrevivencia y la de sus animales. El aislamiento, la escasez de recursos y las duras condiciones del medio han impuesto al wayúu severas restricciones materiales y tecnológicas aún cuando -en las últimas décadas-, ciertos grupos o sectores privilegiados han podido tener acceso a algunos elementos de la cultura material de las comunidades criollas de su entorno. 

    Generalmente, los wayúu se asientan en pequeñas comunidades caracterizadas por los lazos uterinos (Vergara González, 1990). Las viviendas guardan gran distancia entre sí y se comunican por pequeños senderos construidos por los mismos wayúu para acortar camino en su paso diario (Goulet, 1981).

     El wayúu ha dependido por siglos de sus posibilidades de explotación del hábitat de la Península de la Guajira, para lo cual hombres ymujeres expresan en sus pautas de comportamiento una división social y sexual del trabajo transmitida y asentada en la costumbre y la experiencia.

    Los wayúu han sido un grupo étnico de fuertes asociaciones y lazos humanos; ello les ha permitido sobrevivir durante siglos en un territorio inhóspito como la Guajira. Han desarrollado una estructura social clánica sustentada en la línea materna, siguiendo el principio "hembra" y conformando grupos matrilineales y matrilocales -dentro de los cuales las figuras masculinas del padre y el tío materno guardan mucha importancia-, creando con ello un entrecruzado y resistente tejido humano y un fuerte sistema de alianzas. 

    La población wayúu se encuentra diseminada en la península en comunidades mayoritariamente integradas por parientes uterinos o miembros de los linajes wayúu. El principio estructurador de las relaciones sociales, políticas y de parentesco de los linajes wayúu esta conformado por la continuidad del principio hembra y la formación de una línea parental uterina o apüshi. La familia wayúu tradicional, tiene como eje central la línea de ascendencia representada en primer lugar por la madre y el hermano de ésta (el tío materno). El padre (2) puede o no estar presente tomando parte de las actividades y la vida en familia, pero las decisiones más importantes que involucran deberes, obligaciones y derechos en relación al linaje materno, son asumidas por la figura materna y sus hermanos. 

    La música juega un papel importante en la cultura wayúu. Ella está presente en casi todas las actividades económicas y sociales: en el pastoreodel ganado, en los encuentros y celebraciones, en los ritos funerarios y en las ceremonias. Los géneros instrumentales y vocales responden a una tradición cultivada y transmitida de generación en generación. Los músicos wayúu parecen aprender esta tradición y adaptar su propia creatividad a los estilos tradicionales.

    Los wayúu son un pueblo muy hospitalario que recibe a sus amigos y parientes brindándole sus mejores dones: para ellos se sirve comidas típicas, bebidas, se les agrada con la conversación, con el desarrollo de su baile ritual, laYonna, con el toque de instrumentos musicales (Kashi, sawawa, ma´asi, totoy, etc.) y entre ellos con el sonido del taliraai. Este tipo de eventos y ritos refuerzan las asociaciones y la vida social de la comunidad.

    Este grupo étnico ha desarrollado rituales que han definido las formas de asociación entre las parejas para la conformación de las familias. Al término del ritual tradicional denominado "encierro", la majayura, (joven virgen wayúu), ya es mujer y está preparada para el matrimonio. Dentro de estas formas tradicionales parece no haber existido el cortejo y el enamoramiento a la usanza occidental, privando en la asignación de marido, el principio de la decisión de la familia. No obstante, los varones wayúu, diestros en la ejecución musical, suelen hacer uso de sus instrumentos y saberes musicales para el cortejo.

    Las prácticas musicales entre los wayúu involucran tanto la construcción como la ejecución de instrumentos muy variados empleados en rituales de distinta naturaleza y nivel de convocatoria. Como acompañantes de la labor del pastoreo aparecen algunos instrumentos de viento: la sawawa (tipo de flauta), el wootoroyoi (tipo de clarinete) y el maasi (tipo de flauta tubular). En su utilización se entrelazan ámbitos de función inseparable para el wayúu entre los que destaca la relación música y trabajo (Domínguez, 1982). 

    Para los ritos de gran convocatoria, asociado a las celebraciones, a las fiestas, al agasajo, a los Kau´la yawa (o juegos de las cabritas), los wayúu ejecutan la kasha o Caja, especie de tambor con el cual han creado una multiplicidad de esquemas rítmicos que cuentan sus propias historias míticas sobre animales, eventos, leyendas, etc. Decarácter más "íntimo" -dada su propia configuración que carece de caja de resonancia- los wayúu ejecutan un instrumento musical denominado taliraai o taliray

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

    En el presente trabajo elaboro una aproximación a la relación entre música y cultura y parto del supuesto según el cual la música constituye un vital vehículo a partir del cual se estructuran elementos simbólicos, prácticas, rituales, actividades, relaciones sociales, aspectos tecnoeconómicos y discursos cuya articulación es visible a través del estudio de la misma y bajo un enfoque eminentemente antropológico y transdiciplinario. Dicho enfoque se ha enriquecido con los giros de los criterios epistemológicos de las últimas décadas en permanente revisión y reconstrucción (DíazViana, 1993).Apartir de este enfoque (3)... "Se trata de estudiar toda la música ... en su contexto, como integrante de una cultura y una sociedad. En suma el estudio antropológico del fenómeno musical" (Díaz Viana, 1993).

Antropología de la música 

    Como manifestación humana, la música está presente en todas las culturas y se encuentra, ya desde sus orígenes, ligada a los primeros gestos humanos y a los rasgos comunicacionales de la especie. Considerada como un universal humano, es una de las más llamativas muestras de la vasta posibilidad de la variabilidad cultural. Partiendo de la manipulación de la materia sonora o dimensión sonora de la realidad, cada grupo humano realiza una construcción cultural a la que denomina música y a la cual dota de elementos y estructuras de variable complejidad.

    En la construcción y socialización de la música colaboran la conformación de una cadena de transmisión de los saberes, las estructuras y valores, las prácticas musicales y sociales y los discursos asociados a ella, así como el conjunto de artefactos, utensilios o instrumentos musicales que sirven en su construcción. En la visión compleja, holística y holográfica (4) que pretende el presente trabajo, todos estos elementos se articulan en una estrecha vinculación y es posible, a través del estudio de un elemento, comprender el complejo entramado de lo social (Bohm, 1998) (Grof, 1999).

    La música y sus "utensilios" -los instrumentos-, son portadores de sentido (Dournon, 1981) y este sentido le es conferido por los contenidos de la cultura que la ejecuta y por aquellos hombres que son partícipes de los mismos procesos en los cuales se ve involucrada.Asu vez, y conectada con todas las esferas de la vida social de un pueblo, ella puede ser "leída" como hecho cultural, antropológico, que "habla" de la experiencia de vida de un grupo humano.

    Los instrumentos pueden aportar valiosos datos sobre los procesos de vida del grupo: los recursos sonoros, las técnicas de ejecución, los conocimientos del grupo sobre los fenómenos acústicos, las prácticas, los usos, la tecnología, las técnicas aplicadas a la fabricación de instrumentos, los conceptos subyacentes a la ejecución y a la música y también, en un sentido simbólico, los conceptos subyacentes a la representación del mundo y la cosmogonía. Desde un punto de vista etnológico, el estudio de la inserción del instrumento en la cultura aporta valiosos datos sobre la participación de los actores sociales en las prácticas musicales así como los procesos de diferenciación sexual en la música, los ritos y las prácticas de un grupo, las cadenas de transmisión, la vinculación entre ejecución musical, roles, status y niveles de conocimiento o de preeminencia social, etc. (Dournon, 1981).

    En las sociedades ágrafas, la música es parte de la tradición y se transmite de varios modos de una generación (entre sujetos contemporáneos entre sí), a otra generación (de padres a hijos), o entre varias generaciones (abuelos-nietos); de allí la importancia que guarda su transmisión vinculada al orden de las relaciones de parentesco. Su estructura refleja un propósito: la transmisión de saberes, la reproducción continuada a través de medios de comunicación. Como hecho cultural transmitido, la música está sujeta a los procesos de recreación e invención de la tradición (Prins, 1993). 

Música, Parentesco y estrategias de reproducción

    Analizado en una amplia perspectiva, el parentesco es la expresión que abarca los sistemas de lazos o asociaciones humanas de carácter natural o ficticio que establecen continuidad y ruptura, proximidad y distancia en las relaciones entre los hombres: por ello, cada sistema de parentesco "da cuenta de" y "grafica" el espacio social en cada cultura. El parentesco es la base de la asociación humana. El mismo distingue entre aquellos hombres cercanos o distantes, tanto en el tiempo como en el espacio social, estableciendo cadenas de transmisión y vinculación biológica, social y cultural. A través de dichas cadenas, la estructura social transmite los contenidos culturales procurando y haciendo posible la continuidad y el cambio en la cultura. El parentesco, -al igual que la cultura con la cual establece una relación similar a la de espejo y reflejo-, está integrado por sistemas de acción (definición de las regularidades del comportamiento) y pensamiento (definición de estructuras conceptuales y simbólicas) (Fox, 1972).

    El parentesco tiene resonancias intelectivas y afectivas ya que el mismo tiene la capacidad de expresar componentes afectivos y/o relaciones simbólicas y abstractas que tienen vida propia como complejos de percepción de lo real, los cuales ejercen influencia determinante sobre las formas que los hombres viven y practican desde las concepciones ideológicas, pasando por las asignaciones de roles y status, hasta las circunstancias más pragmáticas de la existencia; en otros términos, cómo los hombres asumen la metáfora de la vida y el vivir (López-Sanz, 1993).

    Según esta perspectiva, el parentesco designaría las funciones reales y simbólicas que cada ser juega en el entramado social, con respecto así mismo y a los demás actores con los que interactúa en la vida cotidiana, en la vivencia mítica y ritual de su grupo y en el proceso histórico común (López-Sanz, 1993). Destaca la virtud del parentesco como lenguaje social abstracto que permite a los hombres comunicarse, interactuar y vivir, desde una perspectiva vital, y como lenguaje analítico-cognitivo, susceptible de elaborar y develar la metáfora social y de brindar al investigador las herramientas necesarias para el análisis y la comprensión de lo real: lenguaje, a su vez, develador de la intrincada red social.

    Detrás de toda estructura social resalta la trama o tejido propia de las relaciones de parentesco que le caracterizan: los "sistemas de parentesco" conforman así el armazón social que le da sustento a dicha estructura social y la hacen posible permitiendo las distintas asociaciones entre los sujetos sociales. El parentesco tiene interrelaciones con todos los ámbitos de la vida social: parte desde la integración de ego a una familia, los procesos de enculturación y educación brindados por ésta y por los elementos e instituciones sociales circundantes; las distintas asociaciones, identificaciones y diferenciaciones establecidas con los miembros del mismo grupo y de otros grupos tanto cercanos como distantes; los roles y el status desempeñado en el medio socio-cultural, las ocupaciones, actividades, profesiones y trabajos seleccionados e impuestos y un sinnúmero de transacciones  sociales de amplias repercusiones: parentesco nos remite a las actividades biológicas propias de la especie, a sus capacidades filogenéticas y adaptativas, a la educación, a lo familiar, a lo político, a lo ideológico y económico... en fin, a lo cultural en su más amplia acepción. 

    El Parentesco abarca tanto los hechos vistos como de reproducción biológica como las estrategias desarrolladas por los hombres para que los actos de apareamiento sexual y reproducción social y cultural sean posibles. Dichos recursos, que podrían denominarse estrategias de reproducción, según Francisco Giner Abati, abarcan los rituales de cortejo, el galanteo y la seducción. Dentro de dichas estrategias, la música ocupa un connotado papel ritualístico en infinidad de culturas. En el ritual de cortejo los sujetos ejecutan la música o la propician como vehículo que les permita generar la afectividad necesaria para acceder al intercambio de caricias y franquear las barreras culturales y personales que limitan la posibilidad del acto sexual (Abati, 1994). 

    El parentesco tiene amplias dimensiones: puede manifestarse a nivelm económico, a nivel mítico, a nivel ritual y a nivel metafórico. En medio de la horizontalidad del parentesco, el linaje representa una dimensión vertical que estructura al clan, designa a un territorio y la gente que lo ocupa, se hace tierra. En su marco algunos personajes se constituyen en centros de referencia. 

MÉTODO 

    El trabajo de campo, desarrollado desde 1997 hasta la actualidad, tiene como escenario la llamada Baja y Alta Guajira que corresponde al territorio venezolano y se extiende por el noreste de la Península de la Guajira hasta la población de Cojoro. Entre las comunidades visitadas se encontraron la Laguna del Pájaro, Makukutao, Paraguaipoa, La Gloria, Moina y Guarero, en las cuales se entrevistaron treinta personas hasta seleccionar los siete informantes: Nectario Fernández y José Ángel Fernández, Narciso Rincón, René Fernández, Venancio Fernández, Virgilio Fernández y Octavio Paz, todos ellos procedentes de distintos puntos de la Guajira (5). Esta investigación ha pretendido realizar un análisis interpretativo del objeto de estudio basado en la observación y descripción etnográfica de las prácticas y la vida cultural de los wayúu, todo ello aunado a una revisión contrastada con la teoría antropológica más reciente.

    Se desarrollaron las siguientes estrategias metodológicas: revisión bibliográfica y trabajo de campo (apoyado en la observación y descripción etnográfica de prácticas rituales y aspectos relativos al objeto de estudio -la práctica musical del taliraai-, su inserción en los procesos de la vida social y la recopilación de datos aportados por los informantes en forma de entrevistas semi-estructuradas dirigidas a músicos y ejecutantes del Taliraai y conversaciones informales y entrevistas libres a familiares y amigos de los ejecutantes y partícipes de la práctica del Taliraai. Una vez recopilados los datos, se procedió a su análisis, reconstrucción e interpretación. Las entrevistas, clasificadas por ejes temáticos, constituyeron el "corpus" de esta investigación, el cual fue sometido a un riguroso análisis interpretativo con miras a alcanzar los objetivos propuestos. 

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Determinantes sexuales en la asignación de tareas 

    En relación a la distribución de roles, las labores del pastoreo ocupan buena parte del tiempo de los wayúu. Hombres, mujeres y niños comparten actividades en el cuidado de los rebaños y, a la vez, marcan diferencias notables en otras actividades relativas al hogar, la cocina, el tejido y la música, principalmente. Muchas de estas diferencias se expresan y sancionan en el nivel discursivo como determinantes sexuales en la asignación de tareas:

"JF- Si hay, la mujer wayuu canta el piache...

JV- Pero, ¿La mujer wayuu no toca instrumentos?

JF- number

JV- ¿Por qué?

NR- Ese no es el arte que le enseñan a la mujer wayúu, sino

solamente el tejido...

JV- Pero, ¿Podría aprender?

JF- Si podría pero, no le compete como mujer wayúu...

JV- En sus funciones como mujer wayuu... O sea, ¿eso está

reservado para el hombre?

JF- Pa´l hombre... " (Vílchez, 1998).

    En la cultura wayúu a la mujer y al hombre le corresponden desarrollar actividades diferentes: El hombre cuida de los rebaños y se traslada en busca de agua y pastos de acuerdo a la alternancia de estaciones secas y lluviosas, la matanza de animales, la construcción de pozos y cacimbas.A la mujer le corresponden la crianza de los hijos, la preparación de los alimentos, el mantenimiento del hogar, el tejido, la alfarería, y la ejecución y preservación de muchos de los rituales wayúu y, ocasionalmente, algunas actividades de pastoreo.

El músico ejecutante. Rol, status y relaciones de género 

    Aún cuando no existe una dedicación exclusiva al quehacer musical por parte de los músicos wayúu -quienes deben desarrollar otras funciones como pastores en una muestra de la multiplicidad de roles-, éstos parecen recibir una consideración especial dentro del grupo. Muchos de ellos pertenecen a clanes muy reputados donde ocupan un status privilegiado.

    En general, los instrumentos, y entre ellos el taliraai, son ejecutados por hombres. Las mujeres no participan de la mayoría de las actividades musicales como ejecutantes y, sólo desarrollan la práctica musical del canto de Jayeechis (6), práctica que es muy común en la mujer wayúu y que no se encuentra restringida al rito mortuorio. La norma cultural parece alejarlas del ejercicio musical (invisibilidad del rol) y conducirlas hacia otras labores entre las cuales destaca los oficios domésticos y el tejido, actividades que gozan de alto status y prestigio y mostradas como modelos en los mitos. El mito de Waleker, por ejemplo, ejemplariza la dedicación femenina al tejido, tal como ha quedado expresado en las opiniones de los informantes (Paz Ipuana, 1973) (Cuadro 1).

Preparación y enseñanza musical. Procesos de transmisión y aprendizaje 

    Uno de los aspectos destacables es el relativo a la forma de transmisión y aprendizaje de la práctica musical entre los wayúu. Al ser inquiridos sobre este punto en las entrevistas, todos los informantes coincidieron en afirmar enfáticamente que no existía entre los wayúu la función de enseñar la ejecución de los instrumentos musicales y que todo el aprendizaje se producía por el sólo interés de los aprendices. Esto se enmarca dentro de todo el contexto cultural wayúu en el cual, los procesos de transmisión y aprendizaje -que difieren de los conceptos y las prácticas occidentales sobre la educación-, se fundamentan en la observación, la imitación y la repetición (aspectos que están bien marcados en las entrevistas) y se perpetúan de generación en generación. 

Cuadro 1. Organización de labores entre el hombre y la mujer wayúu. Este esquema clarifica las relaciones de género en relación a las actividades (Roles) y la consideración social de las mismas (Status).

                              Fuente: Elaboración propia, a partir de Schwimmer, B. 1997.

     Con relación a la reproducción de un repertorio tradicional y a las innovaciones musicales dentro de la música wayúu, los informantes declararon aprender su repertorio escuchando a otros músicos y creando sus propias composiciones. El repertorio de piezas del taliraai parece responder a la tradición de la cultura musical wayúu. El conocimiento de las posibles transformaciones sufridas por el mismo, así como sus características requerirán futuras y especializadas investigaciones sobre el tema.

    Tal y como se planteó en el marco teórico, la música wayúu transmite contenidos culturales cuyos códigos son accesibles y comprensibles al oyente wayúu; ésta comunica eventos, contenidos míticos, historias, emociones y sentimientos que el wayúu maneja en su mundo cultural y en su vida cotidiana (Vílchez Faría, 1998). Para ilustrar la idea anterior, algunos músicos colocaron como ejemplo a otro músico wayúu a quien descalificaban "por no conocer el repertorio de la música wayúu" y por no transmitir contenidos relevantes para el oyente wayuu. Señalaron también cómo este músico no representa el sentimiento musical wayúu y, por ello, es rechazado por los miembros del grupo quienes se ufanan de conocer dicho repertorio y dichos contenidos (Vílchez Faría, 1998).

Vínculos del parentesco

     Existe un vínculo de parentesco real o metafórico entre aquellos que transmiten y aquellos que reciben la práctica musical y la ejecución del taliraai, específicamente. Como ejemplos, es posible citar las siguientes relaciones:

  • Nectario Fernández Jayariyú dice haber aprendido de su padre, "Torito" Fernández Uriana, quien a su vez aprendió de un tío materno llamado "Kururu" Uriana. Este último, a su vez, parece haber aprendido la práctica del taliraai con un tío materno, también llamado "Chano" Uriana. ANectario le sucede en el aprendizaje del instrumento su nieto David Julio, de la progenie de su hija Susana. Nótese la línea materna presente en la transmisión de la práctica del instrumento.

  • Venancio yVirgilio Fernández Jayariyú, son hermanos, hijos de Ignacio Fernández -también músico-, y "sobrinos" tanto de Felipe "Isho" Fernández Jayariyú, (ejecutante de la kaasha, la trompa y el taliraai) como de Nectario Fernández Jayariyú (ejecutante del taliraai) (primos). Nótese la pertenencia de los músicos a la misma línea de linaje materno Jayariyú.

  • Octavio Paz Epiayú, es sobrino del famoso músico wayúu José Ángel Fernández, "el carrillo", quien dejó prueba de su musicalidad y maestría en la ejecución de instrumentos, en especial del taliraai.

     De todo lo antes expuesto es inobjetable la existencia de un vínculo de parentesco y genealogía mediando en los procesos de aprendizaje de este instrumento. Para futuras investigaciones, puede avanzarse la hipótesis de que existe una cercana relación entre estos dos clanes -Uriana y Jayariyú- y los procesos de conservación, transmisión y aprendizaje de las prácticas musicales y rituales del taliraai.

     Durante generaciones, la práctica musical del taliraai ha permitido a los miembros de la cultura wayuu la internalización y el reforzamiento de contenidos de gran significación en su cultura, así como la actualización de importantes prácticas ligadas al ámbito de las relaciones de parentesco. La ejecución y la práctica ritual de este instrumento parece cumplir un papel vital para la continuidad de la transmisión y el afianzamiento de la sociedad y la cultura, así como también de conductas de carácter mítico y ritual; a su vez, estas prácticas parecen propiciar el establecimiento fortalecimiento de las alianzas y las relaciones de parentesco. La ejecución del taliraai parte de la tradición oral y musical wayúu como un todo. La construcción, ejecución y las tradiciones ligadas a este instrumento han constituido una práctica restringida y perpetuada a través de la línea varón wayúu, es decir, constituyendo una cadena de transmisión que involucra a los varones del grupo vinculados por vía uterina: abuelos, tíos, nietos y sobrinos, en una especie de relevo generacional, focalizado en el principio hembra (López-Sanz, 1993).

     En la actualidad, se observa una aparente extinción de la práctica, tal vez relacionada con las dificultades técnicas ligadas a su ejecución y a la transformación de los elementos culturales que permitían el establecimiento de una sólida cadena de transmisión. La posible extinción o transformación de dicha práctica representa una muestra de la constante dinámica de cambios y globalidad actuales.

El mito y la práctica ritual del taliraai

El recibimiento y el agasajo de huéspedes

     A lo largo de mi investigación en las comunidades wayúu las situaciones de hospitalidad han variado de acuerdo a las circunstancias y los contextos particulares de cada visita y cada comunidad pero, siempre ha estado presente la música. Sea a través de prácticas instrumentales o vocales o en la audición de vallenatos (7), la música ha desempeñado un importante papel en todas las experiencias observadas.

     La primera percepción de esta relación se produjo al inicio de mi práctica de campo en la investigación de este instrumento anteriormente desconocido para mi; como muestra de amistad y de bienvenida el padre de nuestro guía, Nectario Fernández Jayariyú, ejecutó para un nutrido grupo de estudiantes y profesores reunidos en su casa el repertorio del taliraai que el mismo había construido ante nuestros ojos (Visita a la Laguna del Pájaro). En posteriores visitas, fuimos honrados con esta práctica ritual.

     Igualmente, en la visita a la finca de Venancio Fernández, fuimos agasajados con comidas, bebidas y un amplísimo recital de instrumentos wayúu entre los cuales destacó el taliraai (Guarero).

El ritual de cortejo de una joven wayúu por parte del ejecutante. Estrategias de reproducción

     Una de las situaciones en las cuales el músico wayuu señala que ejecuta el instrumento es en el ritual del galanteo, del cortejo; el sonido del instrumento parece halagar a las mujeres y facilitar el acercamiento sexual. Los distintos informantes wayúu a los que tuvimos acceso coinciden en afirmar que la ejecución de instrumentos, en general, sirven para enamorar en los rituales de cortejo. En conversación informal, Venancio y Virgilio Fernández afirmaron categóricamente la utilización de los instrumentos y del canto (jayeechis) para el enamoramiento.

CONCLUSIONES

     Durante generaciones, la práctica musical del taliraai ha permitido a los miembros de la cultura wayúu la internalización y el reforzamiento de contenidos de gran significación en su cultura, así como la actualización de importantes prácticas ligadas al ámbito de las relaciones de parentesco. La ejecución y la práctica ritual de este instrumento parece cumplir un papel vital para la continuidad de la transmisión y el afianzamiento de determinados rasgos de sociedad y cultura así como también de conductas de carácter mítico y ritual; a su vez, estas prácticas parecen propiciar el establecimiento o fortalecimiento de las alianzas, las relaciones de género y las relaciones de parentesco. En la actualidad, se observa una aparente extinción de dicha práctica, tal vez relacionada con las dificultades técnicas ligadas a su ejecución y a la transformación de los elementos culturales que permitían el establecimiento de una sólida cadena de transmisión. La posible extinción o transformación de dicha práctica representa una muestra de la constante dinámica de cambios de la estructura social de los wayúu y de las prácticas musicales enfrentadas a una constante convivencia con la asunción de formas musicales de las comunidades criollas (8).

     El continuo contacto con la sociedad occidental parece estar produciendo cambios substanciales en las estrategias de reproducción asumidas por el wayúu en su vida cotidiana. Las múltiples referencias de nuestros informantes nos hablan del desuso de la práctica del encierro y de la asunción de nuevas prácticas con relación al apareamiento sexual, en las cuales el cortejo, el galanteo y el uso de la música y los cantos juegan un papel fundamental como estrategias de reproducción.

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14. VILCHEZ FARIA, J. 1998. Taliraai: expresión wayúu de Música y Parentesco. Trabajo especial de Grado para optar al título de Magíster Scientiarum en Antropología, Maestría en Antropología de la Facultad Experimental de ciencias de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela.        [ Links ]

15. VILCHEZ FARIA, J. 2000. Aproximaciones teóricas de la moderna antropología hacia una conceptualización de la relación música identidad y nacionalidad en Venezuela, en Revista Musical de Venezuela, Nº 41, Año XX, enero-junio. Caracas, Venezuela.        [ Links ]

16. VILCHEZ FARIA, J. 2001. Taliraai: expresión wayúu de Música y Parentesco en UNICA, Revista de Artes y Humanidades de la Universidad católica Cecilio Acosta, julio/diciembre, Año 2, Nº 4. Maracaibo, Venezuela.        [ Links ]

REFERENCIAS EN INTERNET

17. SCHWIMMER, Brian. 1997. Dani Economic Organization. University of Manitoba. Http://www.umanitoba.ca/faculties/arts/anthropology/tutor/case_studies/dani/economyb.html        [ Links ]

Notas

1. La Península de la Guajira es un extenso territorio enmarcado entre las coordenadas 71° y 73° de longitud Oeste y 11° 8´48´´ y 12ª 28´ de latitud Norte, ubicado al extremo nor-occidental de la América del Sur. Limita al Norte y al Oeste con el Mar Caribe, al Sur con el Norte del Macizo de la Sierra Nevada, de los Montes de Oca y de la Sierra de Perijá; al este limita con el Golfo deVenezuela. Este territorio está dividido políticamente entre dos naciones limítrofes: Colombia y Venezuela (Goulet, 1981:3) (Pérez Preciado, 1990: 25-27).

2. La familia del padre forma un grupo de parientes uterinos paternos (oupayu).

3. Se consideran los aportes de investigadores como Alan Merrian (1964), y Bruno Nettl, dirigidos a elaborar una visión de los estudios de la relación música-cultura como antropología de la música.

4. Siguiendo los supuestos de David Bohm, la condición holográfica refiere a la cualidad de la totalidad compleja que hace posible, a través de cualquier elemento, penetrar en la estructura y la composición y articulación de los otros elementos para la comprensión de la totalidad (Bohm, 1998).

5. La dispersión de las comunidades wayúu, su bajo nivel numérico y la escasez de músicos condujeron a la anterior selección.

6. Estructuras musicales vocales que cuentan historias entre los wayúu.

7. El Vallenato es una forma vocal-instrumental que surgió en las comunidades mestizas delValle de Upar (Colombia). En la actualidad, su práctica y audición a través de los canales comerciales (grabaciones y emisiones radiales) se encuentra extendida por todo el corredor fronterizo colombo-venezolano, la Península de la Guajira y sectores importantes de las principales ciudades y zonas agrícolas de la región zuliana, gestando una verdadera dinámica de cambios en el ámbito de las actividades musicales de toda la zona.

8. Se entenderá por criollas, aquellas comunidades producto de los procesos de sociogénesis originados a partir de la llegada de los hispanos a territorio americano.