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Cuadernos del Cendes
versión impresa ISSN 1012-2508versión On-line ISSN 2443-468X
CDC v.50 n.50 Caracas mayo 2002
Transformaciones territoriales y socioterritoriales en la globalización*
Beate Jungemann
Beate Jungemann
Politóloga. Profesora-Investigadora del Área Urbano-Regional del Cendes-UCV. Doctorado en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Fiburgo, Alemania. Actualmente Jefe del Área Urbano-Regional, Cendes-UCV.
Correo-e: bjungemann@cantv.net
El presente documento resume y sistematiza las reflexiones teóricas y metodológicas fundamentales en relación con el rediseño de la Maestría en Planificación del Desarrollo Urbano-Regional del Cendes propuesto por el Área Urbano-Regional del Instituto.1 El objetivo del documento es transmitir el enfoque con el cual analizamos la complejidad de factores que inciden en los procesos de las transformaciones territoriales. El eje central de la Maestría gira alrededor del análisis de la relación entre globalización y transformaciones socioterritoriales al nivel metropolitano.
El trabajo consta de tres partes:
I. Necesidad del rediseño de la Maestría
II. Eje central de la Maestría: globalización y transformaciones socioterritoriales con énfasis en el nivel metropolitano
III. Perfil del egresado
NECESIDAD DEL REDISEÑO DE LA MAESTRÍA
La necesidad de adecuar el enfoque y los contenidos temáticos de la Maestría en Planificación del Desarrollo Urbano-Regional del Cendes se debe principalmente a la transformación de los procesos territoriales y socioterritoriales en el marco de la globalización, a la crisis en los paradigmas de la planificación y del Estado, y a la flexibilización de los métodos de análisis e intervención en el campo del desarrollo urbano, regional y local.
Estamos frente a un proceso de profundas transformaciones socioeconómicas y socioterritoriales como efectos de la reestructuración de la economía global y de sus nuevas formas de regulación, así como del ascenso del modo informacional de desarrollo.
El actual debate sobre la globalización, en cuyo contexto se desenvuelven las transformaciones, se concentra en los aspectos económicos, políticos, culturales y ambientales del proceso: en lo económico como proceso de integración económica al nivel mundial; en lo político como posibilidades y limitaciones de la regulación política a diferentes escalas de intervención; en lo cultural como proceso hacia una «sociedad global» con «pueblos globales» y en lo ambiental como reto y amenaza ecológica de la vida y del planeta en general.
Para reconocer las tendencias comunes y particulares en las transformaciones territoriales y socioterritoriales, es necesario considerar las dimensiones analíticas de la globalización, como son la dimensión temporal, espacial, económica y política (Esser, 2000), que conforman el marco contextual de las nuevas condiciones históricas globales en el cual se concretan los procesos de reestructuración económica y del Estado de los distintos espacios territoriales.
En la dimensión temporal de la globalizacion estamos frente a una nueva etapa del desarrollo capitalista (el modelo fordista se agotó) expresada en un proceso de nuevas formas de valorización del capital. En la dimensión espacial nos encontramos frente a un espacio geográfico conquistado por las nuevas estrategias de producción y de comercio que abarca en primer lugar la tríada de Japón y de los países asiáticos del Pacífico, Europa y América del Norte la mayoría de los países del mundo globalizado queda fuera o al margen de esta tríada. En la dimensión económica se trata en primer lugar de los global players que promueven la internacionalización de la producción y de comercio de bienes y servicios y no de la economía mundial en general. En la dimensión política estamos frente a una estrategia neoliberal ya bastante cuestionada pero aún vigente y dominante, orientada hacia una disminución del Estado en lo social y una reestructuración económica hacia la desregulación y privatización.
Pero la globalización no es un proceso de integración estructural global, ni significa una coordinación estratégica global, más bien nos encontramos frente a un proceso de desorden global-local, un proceso de re-regulación del proceso de acumulación de capital en y entre los distintos niveles espaciales (Jessop, 2000). En este sentido están surgiendo nuevas configuraciones en la organización territorial a los niveles global y local que implican un nuevo orden de diferencias locales, regionales y metropolitanas; nuevas jerarquías territoriales; nuevas centralidades y una tensión entre procesos de descentralización (productiva y política) y una recentralización (territorial y de poder) a los diferentes niveles: global, nacional, regional, local y metropolitano.
Esa reconfiguración en la organización territorial a los niveles global y local obedece a diferentes lógicas en la reestructuración económica global y sus nuevas formas de regulación: por un lado observamos una redefinición de la jerarquía económica global con la importancia de los tres polos de crecimiento supranacional arriba mencionados que están conquistando el espacio geográfico con estrategias de producción y de comercio que excluyen la mayoría de los territorios del mundo. Por el otro lado es la lógica del nuevo modelo tecnológico informacional que impone una nueva configuración y organización espacial global que es la organización en redes. La visión de la organización en redes es la visión dominante del nuevo paradigma de lo territorial, basándose en la competitividad global e interregional que condiciona la suerte de los territorios, ciudades y áreas metropolitanas, en la medida en que éstos estén o no conectados a las redes globales estratégicas y en función de la valoración o devaluación de dichas redes (Susser, 2001).
El nuevo paradigma de lo territorial sostiene que por un lado son las áreas metropolitanas, cada una con un peso nodal relativo y diferente en la red global, las que son muy importantes como complejo territorial de innovación, y que la creatividad, convirtiéndose en una fuerza productiva, refuerza la ventaja competitiva de las ciudades como fuente de su riqueza. Por el otro lado son las ciudades globales los espacios estratégicos fundamentales donde las funciones de la economía global son producidas, reproducidas, financiadas y servidas por instituciones y organizaciones específicas (Sassen, 2000). Áreas metropolitanas y ciudades globales son nudos de cristalización de cambios y conflictos sociales, así como de transformaciones socioterritoriales importantes (Candeias, 2000).
Lo que vale para las ciudades, vale para lo regional y lo local en general; quiere decir, su revalorización en el contexto de las transformaciones de las condiciones sociales, culturales, tecnológicas, políticas, ambientales y económicas globales. Desde la lógica de la competitividad (sistémica) empresarial hay que distinguir por lo menos dos ópticas diferentes: una desde los espacios emergentes2 basados en un milieu creativo (entendido como fertilidad territorial según de Mattos, 1998) en el sentido de un sistema local-regional de innovación con importancia de factores de desarrollo territorial antes pocos considerados.3 La otra óptica es desde la estrategia de un aprovechamiento global de recursos a través de un world wide sourcing (Candeias, 2000). Ésta se fundamenta en la lógica de la descentralización productiva e implica formas productivas fragmentadas y globalmente relocalizadas para su óptima utilización. Se basa en primer lugar en la utilización de la condición de la flexibilización del trabajo, en la mano de obra barata y la explotación de los recursos naturales. En esta estrategia entra lo que podemos llamar la reprimarización de la economía, sobre todo de América Latina, y la forma productiva a través de la maquila.
Uno de los objetivos centrales de la Maestría es reconocer estos procesos de reconfiguración territorial a los niveles global y local como consecuencia de la globalización caracterizada por algunas de sus contradicciones fundamentales: aquella entre la realidad territorial concreta o, dicho de otra manera, entre el mundo limitado de lo local, de sus recursos sociales y naturales y la supuesta infinidad e ilimitación de los procesos globales económicos y financieros que necesariamente tienen que concretarse de alguna manera en lo local; otra contradicción dada por la organización del mercado global en redes globales que significa la exclusión de la mayoría de los espacios porque las redes constituyen sólo el espacio de algunos. A partir de esa relación entre lo global y lo local se están reforzando las desigualdades inter e intraterritoriales que tienen como consecuencia la fragmentación territorial global (espacios excluidos e incluidos en el mercado global) y la fragmentación socioterritorial a los niveles nacional, regional, local y metropolitano como rasgo importante de la lógica espacial y de articulación del modelo de desarrollo globalizado.
Viendo la globalizacion de esa manera, se puede reconocer que se trata de un proceso profundamente contradictorio que se expresa en la simultaneidad de procesos territoriales y sociales de integración/inclusión, así como de fragmentación. Pero la dinámica entre exclusión e integración de la globalizacion se refiere no sólo a los territorios, sino a lo social, étnico, económico y cultural y su forma de articulación a los procesos globales a través de los procesos concretos de reestructuración económica y política. Lo territorial es una categoría de síntesis de los procesos de reestructuración económica, política, social y cultural con impacto en lo ambiental. Desde ese enfoque, lo territorial está directamente relacionado con problemas del desarrollo, lo que tiene consecuencias directas e indirectas para la formulación de estrategias y políticas territoriales y socioterritoriales dentro del nuevo paradigma de lo territorial y de sus contradicciones como consecuencia de la globalización.
La crisis en los paradigmas de la planificación y del Estado
La crisis de los paradigmas de planificación está directamente relacionada con la crisis del Estado planificador, regulador e intervencionista que caracterizó el modelo fordista de producción. El argumento es que el Estado regulador centralizado ya no tiene vigencia como lo ha tenido en el modelo anterior, donde se expresó fundamentalmente en lo territorial en sus respectivas estrategias de planificación regional como eran los polos de desarrollo, la región-plan, la reducción de las disparidades regionales mediante políticas distributivas, entre otras. El mainstream ideológico se despidió del Estado nacional como actor principal para garantizar la coherencia social dentro de las sociedades poscapitalistas y posmodernas.
Aunque todavía hay muchas preguntas abiertas sobre la transformación del modelo de acumulación fordista (que en su pureza nunca ha existido en América Latina), hay que preguntarse sobre las nuevas formas de regulación que tiene ese nuevo modelo posfordista. Es una pregunta clave y las respuestas no pueden ser más diversas: desde la idea de la aldea global coordinada por instancias supranacionales hasta defensores de los estados-nación para crear las condiciones hacia una mayor competitividad local/regional a través de un nuevo intervencionismo estatal y defensores de los estados nacionales comprometidos para la cohesión social (Esser, 2000).
Existe un cierto consenso en que los territorios nacionales están perdiendo su importancia y su significado como referente principal de desarrollo de la sociedad y de su planificación, y que la creciente importancia de los espacios territoriales estratégicos, especialmente de las ciudades globales, indican una pérdida de poder del Estado nacional.
Dado que el modelo de producción fordista se basó en la creación de fuertes estados nacionales, la pregunta ya no es en primer lugar hasta qué punto se constituye a nivel estatal nacional una nueva forma de regulación, sino cómo se construyen los distintos procesos y formas de regulación a diferentes escalas territoriales. (Recordamos que la reestructuración territorial que resulta de la globalización apunta a la existencia simultánea de diferentes procesos territoriales en una misma fase histórica pero obedeciendo a lógicas diferentes. El resultado es una reestructuración territorial diversificada y compleja). De esa manera se abre la perspectiva para los cambios del Estado y sus formas de intervención en los niveles regionales y locales. Quiere decir, cobra importancia el análisis de los procesos de regulación en los diferentes niveles espaciales donde el cambio del modelo de acumulación tiene múltiples impactos y expresiones. Aparecen preguntas como éstas: ¿Cómo se dan las relaciones de poder en esta etapa de la transformación capitalista a los niveles regional y local?¿Qué especificidad institucional se observa? ¿Cómo se articulan los procesos y cómo interactúan las instituciones a los niveles local y regional con los niveles nacional y supranacional o entre ciudades y entre regiones? ¿Cómo cambian las relaciones de poder cuando actores sociales y políticos construyen redes o asociaciones con actores de otro nivel espacial? ¿Cómo estos mismos procesos contribuyen a la construcción de nuevas configuraciones territoriales?
En general se registra en las discusiones sobre el cambio del papel del Estado en lo territorial un consenso en que la regulación va de gobernar de manera centralista a formas descentralizadas de governance. Hace tiempo se está discutiendo alrededor de la nueva architectura del Estado que busca nuevas formas institucionalizadas de cooperación y comunicación entre los diferentes actores sociales, agentes económicos y los intereses políticos organizados por un lado, y el Estado o partes de él por el otro. ¿Cuál es el objetivo final de estos nuevos arreglos? Los actores y agentes deben acercar sus intereses en un proceso de negociación, deben aproximar sus visiones y posiciones, y articularse al nivel normativo para su cooperación.
La función del Estado en este proceso es promover la asociación, la cooperación y las estrategias entre los diferentes actores a través de nuevas formas de interacción y comunicación, de tal manera que los actores puedan actuar directamente sobre problemas de la sociedad de forma coordinada. ¿Esa forma de governance significa un conglomerado de sistemas fragmentados de negociación o de redes y traduce en consecuencia que el Estado desaparece como actor propio? (Esser, 2000). ¿Significa que se refuerza la tendencia hacia la fragmentación institucional y política como la estamos observando?
Estas reflexiones sobre el cambio del Estado en general y en su forma descentralizada en particular están subyacentes en la discusión sobre el cambio del papel del Estado en lo territorial, donde debe evitarse caer en una visión gestionaria en el análisis y manejo de las transformaciones territoriales y socioterritoriales, pues resulta ser una visión demasiado reduccionista, como han mostrado los fracasos de las primera y segunda generaciones de las reformas del Estado. Más bien es importante partir del hecho de que cada intento de cooperación, de coordinación, de negociación es determinado en su propia lógica por las contradicciones concretas, los intereses contrarios, los conflictos y relaciones de poder al nivel local. En este sentido los procesos globales siempre están mediatizados por las relaciones de fuerzas sociales y políticas al nivel local.
La flexibilización de los métodos de análisis e intervención en el campo del desarrollo urbano, regional y local
Las transformaciones socioterritoriales en el marco de la globalización al nivel territorial general y metropolitano en especial requiere, por la complejización de los factores que inciden en los cambios, una flexibilización de los métodos de análisis y en las formas de descentralización, intervención, planificación y de gestión en los diferentes niveles territoriales. Esto significa abrir el abanico de los aspectos de análisis sobre lo territorial de acuerdo con el paradigma cambiante. Los análisis tienen que estar relacionados no sólo con aspectos de infraestructura de la vida local y urbana, sino con las reflexiones sobre los procesos de transformación económica, cultural, social, procesos de exclusión social, problemas de gobernabilidad, los derechos sociales y la participación ciudadana, entre otros.
EJE CENTRAL DE LA MAESTRÍA: GLOBALIZACIÓN Y TRANSFORMACIONES SOCIOTERRITORIALES CON ÉNFASIS
EN EL NIVEL METROPOLITANO
Las ciudades son espacios donde la integración global se convierte en fragmentación local (Korff, 1997). Las ciudades del Norte como del Sur o de las nuevas periferias y de los nuevos centros están pasando por profundos procesos de transformaciones socioeconómicas y socioterritoriales como consecuencia de los procesos de reestructuración económica y política al nivel global.
Uno de los objetivos de la Maestría es ver las tendencias comunes de las metrópolis en la globalización y entender la posición y función específica de las ciudades metropolitanas de los países «subdesarrollados» en la red urbana mundial así como su posición dada por la influencia de los actores que están actuando en ellas.
Diversas funciones y actividades de las ciudades estructuran la nueva base económica urbana de la economía global. Las principales tendencias en el proceso de metropolización se refieren al cambio de la economía urbana que se está reestructurando hacia una terciarización y desindustrialización (Barrios, 2000) con un aumento considerable del sector informal, sobre todo en las ciudades de América Latina. Está emergiendo una nueva segmentación y especialización funcional en las metrópolis de acuerdo con un mayor o menor grado de articulación a la red global de relaciones económicas (Cariola y Lacabana, 2002).
El modelo dominante anterior de metropolización está cambiando: las manchas urbanas tienden a encaminarse hacia una dinámica de conformación y expansión de regiones metropolitanas con incontrolables procesos de suburbanización con estructuras policéntricas y fronteras difusas (de Mattos, 2001), haciéndose el sistema urbano sumamente complejo y dinámico en el cual domina la fragmentación social, territorial y de gobierno de la ciudad. El caso de Caracas es un ejemplo claro de esa tendencia de metropolización socioterritorialmente fragmentada y segregada donde se confrontan la sociedad global a través de segmentos internacionalizados (social, cultural, económica y territorialmente) y los espacios locales como espacios territorialmente diferenciados de reproducción socioeconómica de grupos sociales específicos que desarrollan actividades de sobrevivencia. A esta fragmentación y complejidad socioterritorial se agrega la institucional, dada por la simultaneidad y falta de coordinación entre los distintos niveles o escalas de gobierno en las regiones metropolitanas. La fragmentación política dominante en la mayoría de los espacios regionales metropolitanos están acentuando en muchos casos las fragmentaciones sociales.
La fragmentación socioterritorial de las ciudades es analizada con distintas visiones (Marcuse and Van Kempen, 2000), destacándose la visión de la ciudad dual y la visión de las ciudades múltiples y/o ciudades rotas. Mientras la visión de la ciudad dual enfatiza la polarización entre sectores globalizados y sectores marginados y excluidos, reconociendo básicamente dos escenarios socioterritoriales definidos por su oposición (Trujeque, 2000), la perspectiva de las ciudades múltiples hace referencia a las actuales dinámicas de segregación socioterritorial reforzadas por las lógicas excluyentes que dominan en el nivel del mercado laboral, del mercado de la vivienda y del Estado (Cariola y Lacabana, 2002).
Los procesos de segregación socioterritorial se caracterizan por la emergencia y yuxtaposición de modos de vida correspondientes a la diferenciación social en marcha, lo que explica el surgimiento de ciudades múltiples: «los modos de vida propios de la globalización que desarrollan los sectores integrados a actividades de punta y caracterizados por la incorporación a la vida cotidiana de patrones de consumo sofisticados y de tecnologías de comunicaciones, se entrecruzan con aquellos que emergen de las prácticas de sobrevivencia frente a la exclusión y la pobreza, con los que surgen como respuesta a la exclusión vinculados a economías de delito y culturas transgresoras y con aquellos desarrollados por los empobrecidos sectores medios para enfrentar las consecuencias de su caída. Yuxtaposición de modos de vida cuya mayor o menor articulación entre sí refuerza la tendente fragmentación urbana, alimenta la conflictividad por el uso del territorio y dificulta la identificación de los habitantes con una ciudad donde se ha perdido el predominio del espacio público sobre el privado y se han debilitado los valores que orientaban la cultura ciudadana» (Cariola y Lacabana, 2002, mimeo, s/f).
Estamos frente al paradigma dominante de la ciudad competitiva (Polese, 2001) como respuesta al cambio del papel de la ciudad en la globalización cumpliendo funciones centrales de servicio, coordinación e información en el nuevo modelo de acumulación. El aumento de las disparidades socioeconómicas y de las tendencias de segregación social en prácticamente todas las ciudades del mundo y las crecientes restricciones financieras de las ciudades y de sus gobiernos, origina y refuerza la necesidad de hacer la ciudad permanentemente más atractiva para la inversión internacional.
En el caso de Caracas, este paradigma dominante de la ciudad competitiva se contrasta con la visión sobre la tendencia al empobrecimiento de la ciudad que se expresa en diferentes fenómenos como el deterioro de la calidad de vida (avance de la pobreza, problemas de desintegración social), el deterioro de espacios centrales para la construcción de ciudadanía (escuelas, espacios públicos formadores de los valores de ciudadanía como solidaridad, cooperación, tolerancia, etc.), el debilitamiento de redes sociales tradicionales y el surgimiento de nuevas relaciones con base socioterritorial (cultura de transgresión, cultura de reacción) y el debilitamiento de la sociabilidad (emergencia de formas de sociabilidad de protesta) y de las interrelaciones inherentes al concepto de lo urbano, refuerzan la fragmentación metropolitana (Documento sobre el Rediseño de la Maestría).
Estamos frente a una tendencia al empobrecimiento de la sociedad caraqueña y un incremento de las desigualdades sociales, como producto de las lógicas excluyentes que operan en el nivel del mercado laboral, del mercado de vivienda y del Estado, lo que refuerza las dinámicas de segregación socioterritorial en la metrópoli y les dan un nuevo significado (avance del empobrecimiento, con mayor heterogeneidad y desigualdad en la ciudad) (Documento sobre el Rediseño de la Maestría).
En el año 2000 el Banco Mundial y UNCHS (Hábitat de Naciones Unidas) lanzaron, con el soporte del Grupo de los 7, The Cities Allience, cuyo objetivo principal es «enfrentar los desafíos de las políticas destinadas a promover la superación de la pobreza y promover ciudades más prósperas sin asentamientos irregulares» (Fernández Wagner, 2002). Esta iniciativa se basa en dos aspectos centrales que deben ser vinculados: la definición de estrategias hacia una ciudad económicamente competitiva y la definición de acciones para mejorar las condiciones de vida de los pobres y excluidos de la ciudad. La pregunta es si estas dos estrategias son compatibles o no, excluyentes o no, o condicionantes.
El modelo actual de acumulación se basa, según sus actores y agentes principales, en la necesidad de ciudades sustentables (como condición ideal) a alcanzar para un óptimo funcionamiento del capital nacional e internacional. En esa visión la pobreza (urbana) es un factor desequilibrante que tiene que ser combatido para no incidir negativamente en un efectivo rendimiento del capital. Existe otra visión donde la exclusión social y el empobrecimiento son vistos como factores estructurales inmanentes al modelo de desarrollo dominante y «estéticamente inadmisibles frente a los niveles de riqueza mundial que está concentrada en pocas manos» (Fernández Wagner, 2002).
Nos encontramos frente a un dilema metropolitano donde las ciudades (globales o no) se enfrentan: a la necesidad de una permanente transformación para ser más competitivas, a problemas ambientales crecientes relacionados con la pobreza y con demandas de mayor justicia social de parte de la sociedad urbana. El nuevo paradigma de desarrollo urbano (en el cual contradictoriamente encontramos posiciones neoliberales, así como posiciones críticas frente a éstas y, por ende, a la globalización) articula en su discurso: a) los objetivos de «Urban Governance» (mejoramiento de la calidad de interacción entre los actores sociales, así como entre ellos y el Estado); b) la participación comunitaria y ciudadana (acceso sobre todo de los sectores más pobres a los procesos políticos de toma de decisiones) y c) la descentralización político-administrativa desde el nivel nacional a los niveles subnacionales (Naerssen, 2001).
Los retos actuales de las ciudades y los territorios requieren una conceptualización y generación de políticas sociales urbanas y locales de reducción de pobreza centradas en el hábitat, basadas en un enfoque socioterritorial que necesariamente tiene que tener como puntos nodales distintas estrategias simultáneas de integración social con una activa participación ciudadana para lograr un nivel aceptable de justicia social.
PERFIL DEL EGRESADO
Los retos que suponen los problemas y conflictos causados por las transformaciones territoriales arriba descritas requieren de un profesional con formación integral y flexible capacitado para reflexionar e investigar los procesos socioterritoriales, con el objeto de avanzar en su conocimiento y actuar en términos operativos e instrumentales sobre ellos y orientado por una visión crítica del proceso de toma de decisiones en el campo del desarrollo territorial.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Barrios, Sonia (2000). «Áreas metropolitanas: ¿qué ha cambiado? La experiencia de la Caracas metropolitana», en Cuadernos del Cendes n° 43, Caracas, pp. 51-84.
Candeias, Mario (2000). «Restrukturierung der raeumlichen Organisation des Staates», en Das Argument, 236, pp. 355-373.
Cariola, Cecilia y Miguel Lacabana (2002). «Transformaciones en el trabajo, desigualdad social y nueva pobreza. ¿Quienes son los viejos y los nuevos pobres?» Cendes-CDCH/UCV. Proyecto de investigación, fase final.
Cendes/UCV (2001). «Documento Rediseño de la Maestría en Planificación del Desarrollo Urbano-Regional», Caracas.
Esser, Josef (2000). «Unverzichtbarkeit des Staates. Zur theoretischen Diskussion in der Politikwissenschaft», en Marianne Braig (Hrsg.) Staat und Markt im Entwicklungsprozess, Hamburg, pp. 17-88.
Fernández Wagner, Raúl (2002). Programas de Mejoramiento Barrial en América Latina. Los PMB: políticas de reducción de la pobreza centradas en el hábitat. http://www.urbared.ungs.edu.ar.
Jessop, Bob (2000). «(Un)logik der Globalisierung.Der Staat und die Reartikulation des oekonomischen Raumes», en Das Argument, 236, pp. 341-354.
Korff, Ruediger (1997). «Globalisierung der Megastaedte», en Peter Feldbauer/Karl Husa/Erich Pilz/Irene Stacher, ed., Mega-Cities. Die Metropolen des Suedens zwischen Globalisierung und Fragmentierung, Frankfurt a.M., pp.21-35.
Marcuse, Peter y Ronald van Kempen, ed. (2000). Globalizing Cities. A New Spatial Order? Oxford.
Mattos, Carlos de (1999). «Teorías del crecimiento endógeno: lectura desde los territorios de la periferia», en Estudos Avançados 13, 36, pp.183-208.
Mattos, Carlos de (2001). «Metropolización y suburbanización», en EURE. Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales, vol. XXVII, n° 80, pp. 5-8.
Naerssen, Ton van (2001). «Global Cities in der Dritten Welt», en Peripherie, 81/82, año 21, pp. 32-52.
Polese, Mario (2001). «Cómo las ciudades producen riqueza en la nueva economía de la información: desafíos para la administración urbana para los países en desarrollo», en EURE, vol. XXVII, n° 81, septiembre, pp. 5-23, Santiago de Chile.
Sassen, Saskia (2000). «Territory and Territoriality in the Global Economy», en International Sociology, vol. 15, n° 2, pp. 372-393.
Susser, Ida, ed. (2001). La sociología urbana de Manuel Castells, Madrid.
Trujeque Díaz, José Antonio (2000). «Ciudades rotas. La experiencia de la globalización en ciudades de la frontera noreste de México», en Cuadernos del Cendes n° 43, Caracas, pp. 1-28.
NOTAS
* Reflexiones con relación al rediseño de la Maestría en Planificación del Desarrollo, Mención Urbano-Regional del Cendes.
1 Enriquecidas con la experiencia de la autora a partir de un intercambio de discusión sobre programas de la Maestría «Globalización y Territorio» de la Universidad Internacional de Andalucía durante una pasantía en noviembre del año 2001.
2 Medios innovadores: red de innovación (R. Camagni); 1. Distrito tecnológico (M. Storper). 2. Distritos industriales: Distritos industriales (G. Becattini); sistemas productivos locales (G.Garafoli). 3. Regiones urbanas: ciudad informacional (M. Castells); ciudad global (S. Sassen); ciudad planetaria (P. Reich); regiones ganadoras (Benko/Lipietz). 4. Ejes de crecimiento. 5. Technopolos.
3 Elementos de comunicación de diferente índole, un capital humano formado integralmente; una relación horizonal entre las empresas; una relación de redes empresariales; una interpelación sinérgica entre el sistema educativo regional; el tejido económico y de centros de investigación; una identidad regional/local; una capacidad de autoridades regionales/locales de crear consensos sobre conflictos, y una autonomía relativa de las administraciones locales, entre otros.