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Cuadernos del Cendes

versión impresa ISSN 1012-2508versión On-line ISSN 2443-468X

CDC v.23 n.61 Caracas ene. 2006

 

Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Clacso -
Propuestas de Plan de Trabajo 2007-2009 de los candidatos a la Secretaría Ejecutiva


Cuadernos del Cendes saluda las postulaciones de Margarita López Maya y Emir Sader a la Secretaría Ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). Dada la importancia de Clacso en América Latina, reproducimos los Planes de Trabajo propuestos por ambos profesores para difundir las ideas que contribuyan al desarrollo de las ciencias sociales en la región.

Margarita López Maya
Profesora-investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo –Cendes–UCV.

Diagnóstico y desafíos
El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) es hoy la institución académica regional de articulación de instituciones de investigación y de encuentro de cientistas sociales más importante del continente y una de las más relevantes en el marco internacional. Su aporte en la recuperación y revitalización del pensamiento crítico, que caracterizó al latinoamericano de los años sesenta y setenta y se vio disminuido desde mediados de los ochenta y a lo largo de los noventa, es innegable. Gracias al esfuerzo sostenido por sus últimas gestiones, a lo largo de por lo menos quince años, Clacso ha contribuido decisivamente a aminorar la pérdida de visibilidad e identidad del pensamiento progresista latinoamericano, dándole un nuevo impulso creativo originado en la investigación de las particularidades sociohistóricas y sociopolíticas de nuestras sociedades.
    Un revisión de los diversos informes oficiales del Consejo, de la meticulosa auditoría externa de 2005, de planes recientes, y opiniones recogidas entre representantes de centros miembros, permite constatar que la estabilidad institucional lograda en el esfuerzo sostenido de dos gestiones distintas, la de Marcia Rivera y Atilio Borón, logran esta suerte de florecimiento de Clacso que percibimos quienes hemos estado activos en sus distintos programas desde hace mucho tiempo. Esta continuidad institucional ha facilitado la acumulación de recursos tangibles e intangibles, que son el reservorio invalorable que es imperativo preservar, consolidar y enriquecer. Clacso cuenta hoy con un cuerpo académico-técnico-administrativo de óptimo nivel, y una implantación a lo largo de la región que es amplia y pertinente a los objetivos de fortalecer el pensamiento que se orienta a buscar alternativas de desarrollo mejores para nuestras sociedades. Gracias a que las gestiones fueron inteligentes, perseverantes, disciplinadas y responsables, se ha incrementado la capacidad del Consejo para obtener los recursos de las grandes agencias internacionales de cooperación imprescindibles para implementar sus actividades y programas.
    Los desafíos actuales que confronta la institución deben responder a la profundización de su proceso de consolidación, atendiendo a aspectos que van en tres direcciones: primero, consolidar y diversificar fuentes de financiamiento de la institución, para disminuir la incertidumbre que afecta en el mediano plazo tanto al personal académico, administrativo y técnico, como a los programas clave. Segundo, deberá buscarse una profundización de las sinergias entre los diversos programas que actualmente se desarrollan, lo que permitirá potenciar recursos y productos, fortalecer la solidez del conocimiento producido y prepararlo para una mayor visibilidad y gravitación internacional. En conexión con esto último, el Consejo, en tercer lugar, debe buscar ensanchar el espacio de nuestros interlocutores académicos tanto en países del capitalismo periférico –la aproximación Sur-Sur que tiene ya sus avances– como también en países centrales –la Norte-Sur que ha estado más rezagada.
    Si bien Clacso goza hoy de una situación financiera solvente y de recursos razonablemente suficientes para su funcionamiento presente y de futuro inmediato, según el informe de auditoría externa tales fondos provienen en casi un 90 por ciento de organismos vinculados a Suecia y Noruega. Otras fuentes, como las que proceden de Canadá o de los centros mismos, son proporcionalmente poco significativas. Estamos conscientes de lo difícil y problemático que es este desafío de diversificar las fuentes, pero sólo con un portafolio más amplio de patrocinios, preservando la independencia, autonomía y el no condicionamiento del trabajo académico, puede fortalecerse la estabilidad institucional.
    Clacso, como sabemos, ha crecido vigorosamente en estos últimos seis años. Los grupos de trabajo, corazón de la actividad productora de conocimiento crítico, se reabrieron en 1999. De esa fecha para acá, se han constituido 58 grupos en dos períodos continuos, incorporando en sus actividades a más de 1.570 investigadores de la región. Los programas de docencia a distancia se han venido ampliando, 64 cursos se han dado entre 1999 y 2004, y las becas a investigadores(as) también han crecido; el Observatorio Social de América Latina (OSAL) es hoy un soporte importante para vincular la investigación con los movimientos sociales; el campus virtual con su biblioteca, el programa audiovisual, la editorial y todo lo relativo a publicaciones, y distribución se ha multiplicado. Estos y otros programas, como el acercamiento a la academia de África y el Medio Oriente, nos presentan un cuadro cada vez mayor y más enriquecedor para la producción de un conocimiento sólido de nuestras sociedades con miradas puestas en la construcción de alternativas de cambio social. Es menester sacarle el mayor provecho a esta multiplicidad, incentivando mecanismos que ahonden en un intercambio más cercano entre los grupos de trabajo con los becarios, los cursos de formación a distancia, las publicaciones, y actividades conexas como paneles, jurados, etc., con miras a hacer aún más efectivos y eficientes los recursos que se invierten.
    Finalmente, en concordancia con este desarrollo institucional debemos hacernos más visibles en otras regiones del planeta, lo que enriquecerá nuestra propia visión de la problemática latinoamericana, permitiendo también incidir, mejorándola, en la comprensión que se tiene en otras regiones de los procesos que vivimos. Con ello ampliaremos nuestros aportes al conocimiento de las ciencias sociales en general y aumentaremos nuestra capacidad de influencia en decisiones extraregionales que nos afectan.

Líneas de trabajo y modalidades de gestión
Acorde con el diagnóstico previo, de quedar electa a la Secretaría Ejecutiva de Clacso mis líneas de trabajo se derivarán de estas tres áreas de desafíos que he señalado. Antes de presentar las propuestas, me parece oportuno y prudente señalar que considero que necesitaré de un prudencial tiempo para conocer, comprender y familiarizarme con el funcionamiento del Consejo, que es una estructura compleja, con un personal numeroso y procedimientos administrativos estandardizados y relativamente sofisticados. Como investigadora de un centro de investigación y docencia universitaria también relativamente complejo, esa realidad no es algo totalmente desconocido para mí. Al contrario, por mi experiencia en el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (Cendes-UCV) estoy consciente de que es esencial un acercamiento inicial cauteloso, respetuoso y sobre todo transparente, con mucha participación y diálogo con quienes han venido ejerciendo labores de distinta naturaleza dentro de la organización, para que se produzca un ajuste armonioso. Afortunadamente, la continuidad de mi relación con Clacso desde hace más de dos décadas me facilita esa labor, toda vez que conozco a una parte importante de su personal, y he tenido en algunos casos una relación continua con coordinadores de programas y otros miembros. Sin embargo, estas transiciones no pueden tomarse a la ligera y constituirá uno de mis principales focos de atención al inicio, de ser electa para tan exigente responsabilidad. El diálogo con los centros miembros y el Comité Directivo es también indispensable. Por estas consideraciones, las líneas abajo desarrolladas tienen un carácter preliminar.
    Considero una línea de trabajo prioritaria lo concerniente a la continuidad del financiamiento con los patrocinadores actuales de Clacso, así como la búsqueda de otras fuentes de financiamiento. Como investigadora titular de la UCV, en varias oportunidades he coordinado actividades que implicaron la búsqueda de financiamientos para proyectos formulados por equipos de investigación, para simposios, talleres y otros eventos. Como directora por cinco años de una revista académica, busqué subvenciones para su publicación, así como para libros asociados a ese esfuerzo editorial, y distintas modalidades de apoyos a diversas actividades ligadas al mundo académico. No obstante, esta responsabilidad en una institución como Clacso es, por su complejidad, más nueva para mí, y la veo como un desafío al cual debo responder. Por las consultas que he hecho a los dos secretarios ejecutivos previos estimo que es ésta una de las tareas que constituyen la clave para una gestión exitosa, pero es una destreza que por lo general desarrollamos insuficientemente desde el mundo académico.
    En cuanto a la posibilidad de encontrar nuevas fuentes de financiamiento, coincido en lo señalado en los informes del Consejo sobre las dificultades y cautelas, en aras de mantener la autonomía e independencia de pensamiento; pero como se reconoce allí también, dada la estable trayectoria y el pluralismo en las concepciones investigativas de los últimos quince años, instancias como la Unesco, la Fundación Rosa Luxemburg, el Centro de Transferencia de Resultados de la Investigación (Cetri), junto a otras agencias que pudieran tener afinidades con Clacso, están entre las opciones que se explorarán. En este terreno habrá que ser audaz y agresivo, preservando siempre la independencia de nuestras líneas de trabajo, sin ataduras ni condicionantes.
    Otra área que debe explorarse es la relación con gobiernos de la región para desarrollar proyectos de asesoría que involucren tanto a la Secretaría Ejecutiva como a los centros miembros, y que puede también ser fuente de financiamiento. Los cambios estatales en sentido progresista que se están produciendo en diversas naciones de la región crean unas condiciones propicias para experiencias de este tipo. El caso de Venezuela es destacado y, dadas las condiciones relativamente cómodas de su Estado en términos fiscales, así como su receptividad para promover la producción del conocimiento con miras al cambio social, sus urgencias para formar y/o evaluar funcionarios con experticia en distintas actividades de participación y gestión popular, podría ser un campo interesante de explorar. Por el reconocimiento académico que hoy en día tengo en mi país, dispongo de algunas facilidades para incursionar con algún éxito esta posibilidad. Otras instancias vinculadas a la región andina, como la Comunidad Andina de Naciones, también son susceptibles de contactarse con similares propósitos.
    La turbulencia sociopolítica, con su proceso de aguda polarización, vivida por la sociedad venezolana en todos sus ámbitos, incluyendo el académico, ha sido para algunos de nosotros una escuela de excepción para valorar la pluralidad y diversidad, en especial en la investigación en las ciencias sociales. Es desde esta experiencia que me orientaré en el desarrollo de ésta y las otras actividades al frente de la Secretaría Ejecutiva, buscando y propiciando un diálogo franco y respetuoso con todas las posturas que conviven en los centros miembros de Clacso.
    No profundizaré mayormente en la segunda línea de trabajo que considero también clave, como lo es la evaluación de las debilidades y fortalezas que existen en las vinculaciones entre los distintos programas del Consejo con miras a introducir mejoras para alcanzar su óptimo rendimiento. Creo, por una parte, que los equipos que conducen las diversas coordinaciones son competentes y mucho más conocedores, que quienes desde afuera interactuamos con ellos, de detalles que pueden mejorar o entorpecer el buen desempeño de las sinergias que hacen falta. Pero también es necesario atender esta línea a partir de una estrategia de evaluación que incluya tanto extensas y profundas consultas con el personal que labora en la sede, como un constante y exhaustivo estudio y consulta con los centros miembros y sus investigadores. Hay casos que conozco de cerca, como el OSAL, que seguramente se beneficiarían enormemente de un inventario de investigadores y recursos para recolectar y analizar cómo sacarle mayor provecho al caudal académico sobre movimientos sociales y luchas populares actualmente existente en la región. Por otra parte, el aumento de los centros miembros que se observa como tendencia actual y, gracias a los distintos programas, el creciente contacto e intercambio entre investigadores de distintos países, hacen muy importante que su atención y estímulo sea profundizado. Dentro de esta línea, Clacso ha venido promoviendo también el fortalecimiento de la investigación en países de menor desarrollo académico, una prioridad a la cual hay que darle todo el apoyo. Debe continuarse la estrategia ya iniciada de reunir esfuerzos de países con mayor desarrollo de centros de investigación con aquellos aún débiles.
    Las ciencias sociales de América Latina tienen una dilatada tradición, un pensamiento crítico original del cual nos hemos nutrido, y al cual debemos el conocimiento de dimensiones importantísimas de nuestra realidad. Investigadoras como yo, hemos excursionado en otras regiones como la academia de Estados Unidos y Europa, y hemos sido objeto de reconocimiento allí, gracias a un saber del cual disponemos, y que es el resultado de una tradición distinta a la del mundo de los países desarrollados, aunque por supuesto, siempre se han mantenido intercambios e influencias recíprocas. Sin embargo, las trayectorias académicas de las últimas décadas entre las regiones del planeta han estado más aisladas que nunca. Nuestras ciencias sociales han vivido un debilitamiento, una fragmentación, y en algunos casos, un abandono, en la medida en que la retracción de espacios de investigación y docencia se extendía bajo las políticas públicas de orientación neoliberal y se expandía la aceptación del «pensamiento único». Clacso ha contribuido en años recientes a revertir esa tendencia. En la auditoría externa de 2005 se detectaron dos campos del conocimiento emblemáticos por la riqueza que tuvieron en el pasado, y la debilidad y/o ausencia que hoy se revela aun en las actividades de los centros, y que se refleja en Clacso: la economía política y la historia en sus diversas vertientes. Sobre esos campos temáticos habremos de estudiar mecanismos para contribuir a su reactivación y desarrollo.
    La tercera línea de trabajo que propongo para desarrollar, si quedo electa a la Secretaría Ejecutiva, es la de estrategias que tengan por objetivo crear las condiciones para estimular a los centros y sus investigadores para una mayor visibilidad y difusión de sus producciones en el ámbito mundial. En este sentido debe continuarse la dinámica multidimensional de acercarnos a las tradiciones del pensamiento progresista de África y Asia, buscando actividades compartidas –una línea ya emprendida en años recientes–, así como también buscar una presencia mayor en espacios como la Latin American Studies Association, la International Sociological Association, la International Political Science Association, la African Political Science Association, la Asian Political and Internacional Science Association y afines. Deben afinarse proyectos que permitan ampliar las iniciativas para promover intercambios entre académicos de estas latitudes y de otras, a partir de campos de experticia compartidos, para contrastar perspectivas teóricas y metodológicas, y ampliar el estudio comparativo con miras a un enriquecimiento mutuo.
    Concluyo reiterando mi reconocimiento al esfuerzo que la institución ha hecho en los últimos años por reconstruir los espacios del pensamiento crítico latinoamericano, esfuerzo dentro del cual me he sentido beneficiada en mis actividades profesionales en Venezuela. Este aporte es imposible de sobrevalorar en la actual situación de nuestra región. Y es mi profunda convicción que Clacso debe continuar y ahondar en esa dirección, con miras a que los beneficios que quizás hasta ahora todavía pocos hemos recibido, y que han sido clave en nuestro desarrollo intelectual, puedan llegar a la mayor cantidad de académicos latinoamericanos, en especial a aquéllos de las sociedades más débiles y desprovistas. Con ello seguiremos abonando el suelo para un vigoroso pensamiento creativo y crítico con miras a los desafíos del futuro.

Emir Sader
Profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). Coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la UERJ.

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) ha desempeñado un papel central en la promoción, fortalecimiento y difusión del pensamiento social latinoamericano y caribeño durante las últimas décadas. Sus diversos comités directivos, así como sus respectivos secretarios y secretarias ejecutivas, han contribuido a hacer de ésta la más importante y representativa red de instituciones académicas en el campo de las ciencias sociales de la región, ganando destacado prestigio y reconocimiento mundial.
    Actualmente, Clacso desarrolla un diversificado conjunto de actividades, las cuales ganaron un extraordinario impulso desde que el Dr. Atilio Boron asumió la Secretaría Ejecutiva de la entidad, hace ya casi nueve años. La gestión de Boron ha permitido no sólo la consolidación de la importante labor de fortalecimiento y expansión de las ciencias sociales en la región, sino también dotar al Consejo de un importantísimo impulso, tornándolo en un actor referencial en los ámbitos académicos regionales.
    El presente Plan de Trabajo pretende afirmar un compromiso de gestión para dar continuidad a las excelentes experiencias de coordinación institucional que Clacso ha tenido desde su fundación y, particularmente, para ampliar y profundizar los avances promovidos por Boron al mando de la Secretaría Ejecutiva.
La propuesta aquí presentada resume algunos de los desafíos que enfrenta nuestro Consejo, las líneas de acción propuestas, así como la modalidad de gestión sugerida para el mandato que se abre a partir del próximo año. Debemos asimismo resaltar que tanto mi candidatura como el Plan de Trabajo aquí presentado han sido producto de una discusión colectiva. De tal forma, la presente plataforma continuará siendo enriquecida por los aportes que a ella realicen quienes cotidianamente se comprometen con el fortalecimiento y ampliación de los horizontes de intervención de Clacso.

Desafíos
• Fortalecer el funcionamiento de Clacso como red de centros de investigación, desarrollando estrategias sinérgicas que potencien la cooperación interinstitucional.
• Consolidar el papel de la Secretaría Ejecutiva como socio estratégico para fortalecer y articular las iniciativas desarrolladas por los centros miembros, promoviendo el diálogo y las alianzas entre las instituciones de la Red Clacso. También entre éstas y organizaciones afines de Europa, Asia, Estados Unidos y Canadá; muy especialmente, ampliando el diálogo interinstitucional Sur-Sur, en particular con los países africanos.
• Sin perder un activo compromiso con el fortalecimiento de la democracia y con las luchas populares, las actividades desarrolladas por Clacso y su Secretaría Ejecutiva deben ser expresión del pluralismo ideológico que caracteriza el campo de las ciencias sociales en América Latina y el Caribe. Reforzar y fortalecer este pluralismo es una de las aspiraciones mayores de Clacso y uno de los horizontes de toda gestión al frente de la Secretaría.
• Clacso es un ámbito propicio y privilegiado para la formulación de propuestas, ideas y programas de acción en el campo de las políticas públicas democráticas. La Secretaría Ejecutiva deberá reafirmar, entre tanto, su carácter independiente de cualquier gobierno, partido u organización política.
• Deben realizarse todos los esfuerzos necesarios para contribuir al fortalecimiento de las ciencias sociales en países donde éstas se encuentran poco desarrolladas o cuentan con una frágil estructura académica, especialmente en algunos países andinos, en Centroamérica y el Caribe.
• Constituye un gran desafío ampliar la afiliación de nuevos centros de investigación, multiplicando la participación de centros miembros pertenecientes a países con poca presencia en el Consejo. También deben continuar las campañas de afiliación individual, posibilidad ésta que permitiría extender y democratizar aún más el trabajo desarrollado por Clacso y su Secretaría Ejecutiva.
• Precisan ampliarse y diversificarse las fuentes de financiamiento de Clacso, recurriendo a los mecanismos ya existentes de subsidio público en el campo científico-tecnológico y a mecanismos aún inexplorados de cooperación internacional.

Líneas de acción
• Dar continuidad al importante programa de difusión y publicaciones desarrollado por Clacso. También ampliar y multiplicar las formas de cooperación institucional en este campo, diversificando las coediciones. Del mismo modo, intensificar el esfuerzo de divulgación y promoción regional de las publicaciones editadas por los centros miembros del Consejo.
• Continuar y ampliar la difusión electrónica de todas las publicaciones de Clacso, así como fortalecer y diversificar su extraordinaria Biblioteca Virtual.
• Ampliar y consolidar el excelente Programa de Becas. Especialmente, promover condiciones efectivas para la divulgación de los concursos, considerando los calendarios regionales y garantizando, con el debido tiempo, la llegada de las informaciones a todos los centros de la Red Clacso.
• Promover un debate amplio y abierto sobre la forma de organización temática y funcional de los grupos de trabajo. Estos deben explicitar sus criterios de selección de ponentes y de montaje de sus agendas, incluyendo investigadores/as de centros miembros muy poco representados en las actividades del Consejo. También deben diversificarse los ejes geográficos donde se realizan sus reuniones anuales, estimulando la promoción de encuentros en regiones donde las ciencias sociales tienen poco desarrollo y precisan de todo el apoyo institucional del Consejo.
• Los grupos de trabajo deben ser uno de los espacios prioritarios para la promoción de jóvenes investigadores/as de todas las subregiones del continente. También, el ámbito prioritario donde los/as becarios/as, en todos sus niveles, pero especialmente los junior, puedan presentar y exponer sus trabajos de investigación.
• Dar continuidad y fortalecer la magnífica labor desarrollada por el Campus Virtual, uno de los programas que más ha contribuido a extender los horizontes de Clacso tanto en el Norte como en el Sur. Los cursos virtuales deben continuar y ampliarse, potenciando las actividades de formación llevadas a cabo por los centros miembros.
• El Campus Virtual deberá ser una herramienta para el fortalecimiento de las actividades de formación desarrolladas por los centros miembros, especialmente de sus programas de postgrado, y nunca un recurso que se superponga o compita con ellos.
• El Observatorio Social de América Latina (OSAL) debe continuar y fortalecer sus acciones, desarrollando estrategias de cooperación con otros centros miembros de la región, semejante a la actualmente realizada con Brasil.
• Resulta imprescindible profundizar y ampliar las acciones desarrolladas en los programas Clacso-CROP (Comparative Research Programme on Poverty) y Sur-Sur, ambos de importancia estratégica para Clacso, pero muy poco conocidos por los/as investigadores/as de los centros miembros.
• El excelente trabajo desarrollado por el equipo de webmasters de Clacso debe continuar. En particular, deben ampliarse los mecanismos de divulgación de la página web del Consejo, promoviendo una mayor sinergia electrónica entre los centros miembros, así como entre los equipos de investigación que desarrollan actividades afines.
• Se creará la Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, publicada en formato gráfico y digital, coordinada por un Comité Editorial constituido por representantes de centros miembros de todas las subregiones, y dirigida de forma rotativa (cada cuatro años) por un investigador/a indicado por el Comité Directivo. La revista deberá ser publicada en las lenguas oficiales del Consejo y disponer de una versión integral en inglés.
• Se creará la Biblioteca Fundamental de Ciencias, entendida como un espacio de edición, traducción y reedición de clásicos en el campo de las ciencias sociales de América Latina y el Caribe. La misma será también publicada en formato gráfico y digital.
• Se constituirá un Consejo Editorial de Clacso presidido por un miembro del Comité Directivo y conformado por representantes con prestigio y reconocimiento académico de todas las regiones del continente. Dicho ámbito debe ser la instancia donde se defina la política editorial de Clacso.
• Se creará el Boletín Clacso, en formato digital, para difundir todas las actividades del Consejo y sus centros miembros.
• Se fortalecerá el vínculo de intercambio y comunicación entre Clacso y los consejos afines de Europa, África y Asia. Del mismo modo, se ampliarán los esfuerzos de comunicación e intercambio con las asociaciones de estudios sobre América Latina y el Caribe existentes tanto en el Norte como en el Sur.

Modalidad de gestión
• Como establece el Estatuto de Clacso en sus artículos 25º, 26º, 27º y 28º, la Secretaría Ejecutiva desempeñará funciones de asistencia, programación y administración de los planes y estrategias definidas por la Asamblea General y el Comité Directivo de la entidad. A tal efecto, la misma deberá garantizar un funcionamiento eficaz, dinámico, poco burocrático, capaz de dotar de impulso y de todo el apoyo administrativo necesario a las tareas desarrolladas por el Consejo y los centros que lo componen.
• Considerar Clacso como una red de centros de investigación y de docencia en el campo de las ciencias sociales supone que su Secretaría Ejecutiva promueva dispositivos de gestión institucional que consoliden una modalidad de funcionamiento descentralizada, ágil y eficaz.
• Asimismo, la Secretaría Ejecutiva consolidará formas efectivas de comunicación institucional con los centros miembros.
• La Secretaría Ejecutiva, así como el conjunto de actividades del Consejo, deben garantizar criterios democráticos de participación que respeten la representación de género, diversidad étnica y regional.
• Se promoverán estrategias de colaboración y articulación de las actividades y programas desarrollos por la propia Secretaría Ejecutiva, generando una ágil comunicación interna entre los sectores administrativos que la componen (coordinación académica, becas, campus virtual, difusión, programas específicos, etc.). En tal sentido, resulta fundamental el desarrollo de formas sinérgicas de colaboración entre dichos sectores, permitiendo el fortalecimiento y la cohesión del trabajo desarrollado por la Secretaría Ejecutiva.