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Cuadernos del Cendes
versión impresa ISSN 1012-2508
CDC vol.29 no.81 Caracas dic. 2012
El movimiento de los trabajadores rurales sin tierra (MST): entre autonomía e institucionalización
Beate Jungemann* Francis Mary GuimarÃes Nogueira**
* Profesora-investigadora del Área de Desarrollo Urbano-Regional del Centro de Estudios del Desarrollo, Cendes, de la Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. Correo-e: bjungemann@gmail.com
** Profesora Asociada e investigadora del Grupo de Investigación en Políticas Sociales de la Universidade Estadual do Oeste de Paraná, Brasil. Correo-e: guimanog@terra.com.br
Este proyecto sobre el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MTS) se inserta en la línea de investigación del Área Urbano-Regional del Cendes sobre movimientos y organizaciones sociales, participación popular y transformación socioterritorial. Hasta el momento las investigaciones se han centrado en Venezuela. Con el proyecto por presentar ampliamos el ámbito de análisis a otros países latinoamericanos, en este caso Brasil, cooperando con investigadores del Grupo de Investigación en Políticas Sociales (GPPS) de la Unversidade Estadual do Oeste de Paraná (Unioneste), y trabajando en una perspectiva de futuros estudios comparativos.
Muchos de los movimientos sociales surgidos en América Latina como consecuencia de los impactos de las políticas neoliberales en las condiciones de vida de los sectores pobres tienen características comunes: sus reivindicaciones (tanto materiales como inmateriales) muestran una expresa dimensión (socio)territorial y participativa a través de la ocupación y/o (re)apropiación de espacios territoriales para buscar nuevas formas de vivir, de producir, así como de autogestionar y autogobernar. Se trata de prácticas orientadas hacia una mayor autonomía frente al Estado y al mercado, que en algunos casos tienen una perspectiva anticapitalista. El MST representa claramente esta orientación en su proyecto de transformación social y territorial a corto, mediano y largo plazo, en el cual desarrolla desde hace más de veinte años estrategias nacionales y subnacionales tanto de resistencia contra, como de negociación con el Estado, para lograr sus objetivos generales de una reforma agraria y justicia social en el campo. Estas estrategias contradictorias colocan el movimiento en una situación compleja entre autonomía e institucionalización. Se trata de una problemática de mucha importancia en los análisis sobre movimientos sociales en general y especialmente en la región de América Latina desde el surgimiento de gobiernos de izquierda en los años noventa. Nuestro interés específico es comprender mejor esta aparente contradicción desde un enfoque de análisis socioterritorial y de construcción de poder popular a partir de un estudio sobre el MST.
El MST sigue por lo menos tres estrategias principales para alcanzar sus objetivos generales y específicos, en su lucha por una distribución justa de la tierra y el cumplimiento de los derechos fundamentales para una vida digna de los sectores tradicionalmente excluidos de la sociedad:
estrategia contestataria frente al Estado visto como adversario (principalmente en su papel de defensor de los intereses del capital transnacional);
estrategia mixta, que busca alianzas políticas (Partido de los Trabajadores, PT) para negociar con el Estado e insertarse en la política institucional y a la vez enfrentarse al poder público;
estrategia radicalmente autónoma, orientada a la construcción de poder popular en sus territorios junto a la resignificación y ejecución de políticas publicas, en búsqueda de reemplazar al Estado a largo plazo.
Estas estrategias no son excluyentes y tienen una expresión particular en cada contexto regional y local. La relación del MST con el poder gubernamental y la sociedad local depende de condiciones históricas y factores sociales, políticos y económicos específicos de cada región/municipio que influyen en la correlación de fuerzas facilitando o dificultando los logros de las estrategias desarrolladas e implementadas por los campamentos y asentamientos, así como la coordinación estadal del movimiento.
Las acciones reivindicativas del MST abarcan todos los derechos cívicos. Se concentran en el avance de la reforma agraria entendida como lucha por la tierra en un sentido amplio que incluye las respectivas políticas agrícolas, la seguridad agroalimentaria, la salud, la educación y otros bienes públicos. La experiencia educativa del MST se ha convertido en un campo de interacción de mucha relevancia con el Estado, donde sus estrategias y acciones han incidido de cierta manera en las políticas públicas de la educación del campo, que es uno de los pilares organizativos, político-pedagógicos y político-ideológicos del movimiento. La educación del campo es vista como derecho a una educación autónoma, como deber del Estado y como compromiso de los campamentos y asentamientos. Las escuelas del MST, específicamente las «escuelas itinerantes»,1 son espacios que se construyen a nivel de los territorios concretos, fortaleciendo y consolidando la vida comunitaria y al mismo tiempo definiendo contenidos y formas articuladas al proceso de transformación de la vida en el campo y a la lucha por la reforma agraria. De adentro hacia fuera son una vía de acceso al Estado, especialmente a las redes públicas de educación. La construcción y la gestión de las escuelas, así como la lucha por su reconocimiento, constituyen un proceso de resignificación de una política pública articulada a la resignificación de la propia experiencia de vida de las familias campesinas. Esta comienza con la ocupación colectiva de la tierra y la constitución de su identidad como sin tierra y se concreta en la autogestión y el autogobierno de sus necesidades básicas. En esta redefinición de la política de educación del campo impulsada desde el MST están involucrados varios actores, tanto sociales como gubernamentales, e instituciones educativas de diferentes niveles.
La relevancia estratégica de la experiencia educativa del MST y los avances que muestran la interacción con el Estado y la realidad educativa en el ámbito socioterritorial concreto son elementos importantes para la definición de los objetivos de la investigación. El objetivo general del estudio es analizar la relación del MST con el Estado a través de la resignificación de políticas públicas como factor fundamental en el proceso de construcción de poder popular a nivel socioterritorial.
Los objetivos específicos se orientan por: 1) indagar cuáles son los elementos centrales de la resignificación de la política de educación del campo reflejados en las visiones, practicas y dinámicas de la vida comunitaria en territorios concretos del MST; 2) identificar ámbitos, formas y dinámicas de intervención y participación impulsadas por el MST para incidir en la política de educación del campo de los espacios gubernamentales estadal y municipal, y 3) reconocer la interdependencia entre las prácticas participativas orientadas hacia la resignificación de la política de educación del campo a nivel socioterritorial y las interacciones con las instituciones públicas descentralizadas, en el proceso de construcción de poder popular en territorios concretos del MST.
El lugar de interacción con el Estado es una compleja esfera socioestatal donde ambas fuerzas interactúan, disputan y negocian intereses principalmente antagónicos. Son las políticas públicas donde se encuentran y/o enfrentan las visiones de cambio social, las prácticas y culturas políticas del movimiento social con las visiones políticas y competencias institucionales del Estado y su respectiva cultura institucional. Las políticas públicas en su orientación hegemónica neoliberal son elementos fundamentalmente estabilizadores y no transformadores. En sociedades con un Estado fuerte en recursos y estructuras, sin proyecto político de cambio social, como es el caso brasileño, tienen un carácter fundamentalmente focalizador, asistencialista y poco participativo. Estas características contribuyen a la profundización de una relación de dependencia de los movimientos y organizaciones sociales del poder estatal. Eso no quiere decir que el Estado brasileño no abre oportunidades de acceso institucional y canales de participación en el ámbito de las políticas públicas y que las organizaciones sociales no los usen.
¿Donde están entonces el margen y el espacio de autonomía que tienen los movimientos frente al Estado en los contextos donde las políticas públicas acentúan más bien una relación de dependencia? Para nosotros esa autonomía va más allá de su poder para enfrentarse y presionar al Estado. Cuando hablamos de autonomía nos referimos al grado de independencia y autosuficiencia para autodeterminar estrategias de sobrevivencia, organización y participación popular en los territorios conquistados, con el fin de funcionar basados en estructuras políticas autónomas. Es una posición crítica frente a la democracia representativa y un experimento de construcción de formas propias de democracia directa.
La autonomía frente al Estado a la cual nos referimos se constituye en el proceso de resignificación de la política pública a partir de su inscripción socioterritorial. Esta inscripción comienza con la reivindicación de un derecho público desde y para los territorios concretos, cuya redefinición/resignificación como política se basa en las experiencias y necesidades de la vida cotidiana de las comunidades y su participación en ella con una perspectiva de futuro hacia otro modelo de sociedad de carácter anticapitalista.
Pensamos que el proceso de resignificación de las políticas públicas desde las comunidades organizadas constituye una parte intrínseca de un proceso de construcción y profundización del poder popular en los territorios sociales con estructuras y prácticas participativas. Este poder territorial, en su perspectiva de espacio de socialización política, de identidad socioterritorial y de autosustentación económica, desde nuestro punto de vista es fundamental para analizar y entender la relación relativamente autónoma del movimiento frente al Estado y comprender la institucionalización en un sentido más bien emancipador.
La fuerza más grande hacia la autodeterminación y mayor independencia del Estado constituye la lucha del MST por la tierra, con el fin de tener el control sobre esta para garantizar la subsistencia de las familias campesinas afectadas y expulsadas del campo como consecuencia de la modernización capitalista del sector agrícola de los años sesenta/setenta, con la llamada revolución verde, y las políticas de restructuración neoliberal del campo en Brasil. Este control de la tierra por parte del MST desde los años ochenta está intrínsecamente articulado a un control territorial que tiene por lo menos dos dimensiones principales: una socioorganizativa relacionada al desarrollo organizativo y político participativo, educativo y productivo, y otra política institucional referida a la relación con el Estado y el poder político, y por ende a la incidencia en la política pública.
La dimensión política institucional abarca la institucionalización del movimiento entendida no como cooptación, sino más bien como proceso hacia la emancipación política y organizacional desplegado mediante distintas formas de articulación con el Estado y orientado principalmente hacia la redefinición de políticas públicas desde la propia experiencia colectiva en el ámbito territorial concreto. Es una dinámica donde el movimiento adquiere una mayor conciencia política y organizativa a través de varios procesos: la socialización política a nivel socioterritorial mediante la definición colectiva de sus necesidades, la autogestión de las políticas a través de prácticas participativas, la negociación con diversas instancias públicas, así como acciones de enfrentamiento al Estado.
Ejercer y mantener la autonomía e incidir desde allí en las políticas institucionales para que estas puedan ser herramientas para la transformación socioterritorial es una dinámica de interdependencia de las fuerzas involucradas que nos interesa estudiar. Para lograr los objetivos propuestos analizamos experiencias de escuelas itinerantes en tres territorios concretos (preasentamientos) del MST en el estado de Paraná2 donde se observa un avance con esta experiencia educativa como resultado de la organización y participación de las comunidades y de la interacción y negociación del movimiento con el Estado.
Notas:
1 La escuela itinerante tiene su origen en la reivindicación del derecho a la escuela para los niños, jóvenes y adultos acampados. La necesidad de una frecuente movilidad de las familias campesinas requería una escuela ubicada dentro del campamento. El campamento es la expresión mas visible de la exclusión social que ha producido el sistema capitalista en el campo, y contradictoriamente también es la expresión más fuerte de la organización y resistencia de esa población excluida. De allí viene la importancia que tiene la escuela itinerante para la transformación socioterritorial. Hasta ahora la lucha del MST ha llevado a su reconocimiento como escuela pública estadal en cinco estados del país.
2 Se trata de los casos: Escola Itinerante Zumbi dos Palmares del preasentamiento Valmir Mota de Oliveira en el municipio Cascavel; Escola Itinerante Valmir Mota de Oliveira en el preasentamiento del mismo nombre ubicado en el municipio Jacarezinho, y la Escola Itinerante Cidinha del preasentamiento Elí Vive en el municipio Londrina.