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versão impressa ISSN 1315-0162

Saber vol.25 no.2 Cumaná jun. 2013

 

Control de calidad en el diagnóstico coproparasitológico en laboratorios clínicos públicos de ciudad bolívar, venezuela


Ytalia  Blanco , Maritzabel  Hernández , Francis  Monroy , Iván  Amaya , Mercedes  Romero , Rodolfo  Devera


Universidad  de  Oriente,  Escuela  de  Ciencias  de  la  Salud,  Departamento  de  Parasitología  y  Microbiología, Departamento de Bioanálisis, Ciudad Bolívar, Venezuela  E-mail: rodolfodevera@hotmail.com 

RESUMEN

Se evaluó el control de calidad durante el diagnóstico coproparasitológico en siete laboratorios públicos de Ciudad Bolívar, estado Bolívar. A cada laboratorio clínico seleccionado se le informó del estudio y se le entregaron 22 muestras fecales (20 frescas y 2 preservadas). Los parásitos presentes en esas muestras solo eran conocidos por los autores. Estas muestras fueron analizadas y a cada laboratorio se le aplicó una encuesta basada en los ítems a cumplir en las tres fases del proceso de análisis coproparasitológico de la norma COVENIN ISO 15189:2004. Un total de 154 muestras de heces, entre frescas y preservadas, fueron analizadas por los laboratorios participantes. Los parásitos que presentaron mayor dificultad para ser identificados fueron  Entamoeba histolytica/E. dispar (85,7%), Chilomastix mesnilii (85,7%) y Blastocystis spp. (82,1%), entre los protozoarios y Trichuris trichiura (100%) y Taenia spp. (78,5%) entre los helmintos. Los principales errores en el diagnóstico coproparasitológico en muestras de heces frescas fueron diagnóstico incompleto (58,7%) y cambios en el diagnóstico (40%). Aplicando una escala de puntuación sólo un laboratorio realizó un diagnóstico Bueno (13,2%), dos Regular (28,5%) y cuatro realizaron  un  Mal  diagnóstico  (57,1%).  En  conclusión,  los  laboratorios  evaluados  no  cumplen  con  todos  los procedimientos de las fases preanalítica, analítica y postanalítica del diagnóstico coproparasitológico establecidos en las normas venezolanas.


Palabras clave: Protozoarios, helmintos.

QUALITY CONTROL IN COPROPARASITOLOGIC DIAGNOSIS IN PUBLIC CLINIC LABORATORIES OF CIUDAD BOLÍVAR, VENEZUELA

ABSTRACT

The quality control during coproparasitologic diagnosis was evaluated in seven public laboratories locatedin Ciudad Bolivar, Bolivar State. Each clinical laboratory selected was informed of the study and was given 22 fecal samples (20 fresh and 2 preserved). The parasites in these samples were only known to the authors. These samples were analyzed and each laboratory was given a survey based on the items to meet during the three stages of coproparasitologic analysis, according to the norm COVENIN ISO 15189:2004. A total of 154 samples of fresh and preserved feces were analyzed by participating laboratories. The parasites that were most difficult to be identified were Entamoeba histolytica/E. dispar (85.7%), Chilomastix mesnilii (85.7%) and Blastocystis spp. (82.1%), among the protozoa, and Trichuris trichiura (100%) and Taenia spp. (78.5%) among the helminths. The main misdiagnoses in fresh feces samples were incomplete diagnosis (58.7%) and changes in diagnosis (40%). Applying a qualifying scale only one laboratory performed  a Good diagnosis (13.2%), two Regular (28.5%) and four performed Poor diagnosis (57.1%). In conclusion, the laboratories evaluated do not meet all the procedures in  the  preanalytical,  analytical  and  postanalytical  phases  of  coproparasitologic  diagnosis  established  in  the Venezuelan regulations.

Key  words: Protozoan, helminthes.

Recibido: julio 2012. Aprobado: abril 2013. Versión final: mayo 2013

INTRODUCCIÓN

Las parasitosis intestinales representan problemas sociales  y  de  salud  de  gran  magnitud  en  Venezuela y  en  el  mundo.  Los  enteroparásitos  puede  provocar manifestaciones  clínicas  importantes,  su  presencia también  pueden  agravar  otros  procesos  mórbidos, aumentar la mortalidad, producir secuelas orgánicas, limitaciones funcionales y están fuertemente vinculados a desigualdades de condiciones económicas y sociales (OMS 1981, Raj et al. 1997, Botero y Restrepo 2003).

El diagnóstico de los parásitos intestinales permite tomar conductas adecuadas con relación a tratamiento y prevención de dichas parasitosis. Sin embargo, para asegurar la calidad del diagnóstico coproparasitológico en  un  laboratorio  clínico  se  deben  tomar  en  cuenta un  conjunto  de  medidas  y  procesos  que  permitan lograr  la  confiabilidad  de  los  resultados  obtenidos (Guevara et al. 1999, COVENIN 2004). El trabajo en el laboratorio clínico, como cualquier tipo de labor, es realizado por seres humanos que no están exentos de cometer equivocaciones, pero, las mismas pueden ser minimizadas, si se mantienen eficientes actitudes éticas, profesionales y de procedimientos (Guevara et al. 1999, Uzcátegui 2003, Sierra Amor 2006).

El control de la calidad, actualmente forma parte del proceso conocido como  Garantia Total de la Calidad o  Gestión  de  la  Calidad  (Sierra  Amor  2006).  Es  un procedimiento útil en el laboratorio, puesto que ayuda en la confiabilidad de las pruebas, su reproducibilidad, asegura la calidad de los materiales, reactivos y equipos empleados, mejora la auto confianza del personal, detecta fallas que pueden reflejarse en el informe de resultados y en general provee un entorno de excelencia en todos los aspectos del trabajo (Fernández 1999, Uzcátegui 2003, Sierra Amor 2006).

En  parasitología,  a  diferencia  de  otras  ramas  del diagnóstico,  el  control  de  calidad  no  ha  tenido  gran difusión. De hecho, en países desarrollados es solo a finales de los años 70 que se incorporó en los servicios de salud de algunos paises como Francia, Inglaterra y Estados Unidos (Petithory y Drouhet 1990, Hawthorne et al. 1992, Wood et al. 1994).

En  América  Latina,  existen  pocos  estudios  sobre el control de calidad del diagnóstico de las parasitosis intestinales, destacando los realizados en Cuba (Laird et al. 1996, Núñez et al. 1997, Núñez y Finlay 2001), Chile (Weitz y Astorga 1995), Perú (Castro et al. 1995) y Colombia (González Gutiérrez et al. 1998), los cuales mostraron fallas en el diagnóstico coproparasitológico que se han intentado solucionar posteriormente (Laird et al. 1996, Núñez y Finlay 2001).

Para integrar todas las fases del proceso de análisis dentro  de  un  sistema  estandarizado  que  satisfaga los  requisitos  de  cada  laboratorio  y  de  su  gestión,  la Organización  de  Estandarización  Internacional  (ISO) desarrolló una guía de pautas (ISO 15189) que establece un marco para ejecutar un sistema de garantía de calidad y  así  unificar  y  estandarizar  todas  las  actividades relacionadas con la  misma.  Esta  norma fue aprobada para Venezuela por la Comisión Venezolana de Normas Industriales  (COVENIN)  y  se  conoce  como  norma COVENIN ISO 15189 de la cual existe una versión actual aprobada en el año 2007 que no difiere en el aspecto del “Aseguramiento de la Calidad de los Resultados de Ensayos y Calibraciones” a la versión anterior del año 2004 (COVENIN 2004, 2007).

En  Venezuela,  la  evaluación  de  los  laboratorios clínicos es de competencia del Ministerio de Salud, a través de la Coordinación Regional de Laboratorios al igual que instituciones como la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela (FECOBIOVE), que es el ente autorizado por el Servicio Autónomo Nacional de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos (SENCAMER). Sin embargo, en Venezuela y particularmente en el estado Bolívar, son escasos los estudios en cuanto al control de calidad tanto interno como externo en el área de Parasitología (Guevara et al. 1999), aunque si se han realizado algunos estudios en otras áreas del laboratorio clínico (Tomedes y Vera 2004, Chahla y León 2006, Solano et al. 2008, Delgadillo et al. 2009).

Las parasitosis intestinales constituyen un problema de salud importante que requieren de diagnóstico adecuado, el cual comprende, desde la recolección satisfactoria de la muestra, aplicación de los métodos de diagnóstico idóneos, la observación por un personal experto, concluyendo con el informe adecuado y oportuno de los resultados. El cumplimiento de estas etapas es importante para asegurar la calidad en el área de Parasitología, de allí surgió la inquietud de realizar un estudio con el objetivo de evaluar la  calidad  en  el  diagnóstico  coproparasitológico  en laboratorios públicos de Ciudad Bolívar, estado Bolívar.

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

La investigación fue de tipo transversal y se realizó en el municipio Heres, capital del estado Bolívar, en siete de los once Laboratorios Clínicos Públicos adscritos al Instituto de Salud Pública, los cuales fueron escogidos por sorteo.

Recolección y análisis de datos

Se informó a la Coordinación Regional de Laboratorios del Instituto de Salud Pública, declarando el objetivo de la investigación y solicitando el aval y permiso para garantizar la confidencialidad de la investigación. A todos los laboratorios participantes se les asignó un número de codificación en el estudio, con el fin de mantener sus nombres en reserva.

Evaluación de la fase analítica

Durante el periodo febrero a junio de 2006 se enviaron a los laboratorios seleccionados muestras fecales frescas y preservadas con y sin parásitos (controles positivos y  negativos,  respectivamente).  Estas  muestras  fueron preparadas a partir de aquellas que llegaron al Laboratorio de Diagnóstico Coproparasitológico del Departamento de Parasitología y Microbiología de la Universidad de Oriente en Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Las muestras (positivas  y  negativas)  se  entregaron  al  azar  a  cada laboratorio participante, siguiendo los canales regulares de solicitud de cita. Fueron en total 20 muestras de heces frescas, de las cuales cinco eran muestras positivas para protozoarios [Blastocystis spp. (formas de cuerpo central), Giardia intestinalis (trofozoitos y quistes), Chilomastix mesnilii (quistes), Endolimax nana (quistes), Entamoeba coli (quistes) y Entamoeba histolytica/E. dispar (quistes)], cinco  positivas  para  helmintos  (huevos  de  Ascaris lumbricoidesTrichuris  trichiuraAncilostomidios, Hymenolepis nana, Taenia spp. y larvas rhabditoides de Strongyloides stercoralis) y 10 negativas para especies parasitarias. También se prepararon dos preservados en formol a 10% que contenía cada una un pool de parásitos, uno con protozoarios (quistes de G. intestinalis, C. mesnilii y formas de cuerpo central de Blastocystis spp.) y el otro con helmintos (huevos de A. lumbricoides, H. nana y larvas rhabditoides de S. stercoralis). Todas las muestras fueron previamente revisadas por un personal experto del Departamento de Parasitología y Microbiología aplicando las  técnicas  de  examen  directo,  Kato,  sedimentación espontánea y formol-éter (Botero y Retrepo 2003).

Para  evitar  posibles  errores  relacionados  con  el tiempo de procesamiento de las muestras por parte de los laboratorios participantes, en todos los casos de muestras frescas no trascurrieron más de 4 horas entre la evacuación de las heces por parte del paciente, el examen para verificar los parásitos presentes y la entrega de dicha muestra en el laboratorio participante. En estas muestras el laboratorio tenía que verificar la presencia de quistes de protozoarios (con excepción de G. intestinalis donde incluyó trofozoitos y quistes) y para los helmintos se debía determinar la presencia de larvas y/o huevos de S. stercoralis. En el caso de las muestras preservadas estas tenían hasta 24 horas de conservadas y se debían identificar quistes en casos de protozoarios y larvas y/o huevos en caso de helmintos.

En  todos  los  casos  las  muestras  tenían  cantidad suficiente de estadios evolutivos de los parásitos que permitía el diagnostico solo con el examen directo. Esto se logró empleando muestras con gran cantidad de formas parasitarias verificadas con el examen directo por parte de los autores.

La solicitud hecha a cada laboratorio apenas indicaba que se debía realizar un examen coproparasitológico. Luego de entregar las 22 muestras de heces (20 frescas y 2 preservadas) a cada laboratorio; los resultados se retiraron y se registraron, tabularon y analizaron, determinando los errores cometidos según Castro et al. (1995), para su posterior calificación de acuerdo a la escala de evaluación desarrollada por González Gutiérrez et al. (1998) que califica los laboratorios en cinco categorías: Excelente: 10 puntos (diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en 100%), Muy Bien: 9 puntos (diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en 90%), Bien: 8 puntos (diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en 80%), Regular: 7 puntos (diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en 70%) y Mal: < de 7 puntos (diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en menos de un 70%).

Evaluación de las fases pre y post-analíticas

Posteriormente se realizaron visitas a los laboratorios participantes  y  se  les  aplicó  a  los  Licenciados  en Bioanálisis  encargados  del  área  de  Parasitología  una encuesta basada en la norma COVENIN ISO 15189:2004 (COVENIN  2004).  De  acuerdo  con  esta  norma,  para evaluar la condición general del laboratorio se empleó la escala: Excelente (para realizar el análisis se cuenta con  recursos  físicos,  ambientales  y  de  información, personal, habilidades y experiencia); Bueno (ausencia de al menos un recurso); Regular (ausencia de dos recursos);Inadecuado (incumplimiento de más de dos recursos). Para evaluar la condición general del microscopio, igualmente la norma establece la escala: Excelente, cuando el equipo demuestra ser capaz de alcanzar el desempeño requerido y debe cumplir con especificaciones pertinentes a los análisis acordados. Bueno (permite realizar las funciones aunque  presente  un  inconveniente);  Regular  (permite realizar las funciones pero con varias fallas); Inadecuado (impide  cumplir  con  el  desempeño  requerido).  Esta encuesta fue evaluada y aprobada por expertos en el área de Parasitología, los cuales sugirieron obviar algunos ítems establecidos por la norma, en las fases en el proceso de análisis y dieron valor agregado al instrumento en la fase analítica. Se tabularon los resultados de las encuestas evaluando las distintas fases del proceso analítico.

Los  resultados  obtenidos  en  el  estudio  junto  con las  recomendaciones  respectivas  se  consignaron  a  la Coordinación Regional de Laboratorios del Instituto de Salud Pública del estado Bolívar.

RESULTADOS

En  la  fase  preanalítica  en  el  diagnóstico coproparasitológico  de  los  laboratorios  públicos,  con relación al formato de solicitud empleado, se observó que el 100% de los laboratorios encuestados contenía información del nombre y apellido del paciente, sexo, edad y el nombre del médico solicitante. El 85,7% solicitan la impresión diagnóstica, y el 71,4% incluyen la categoría de muestra satisfactoria para la evaluación. La dirección, lugar de referencia, fecha y tiempo de recolección de la muestra son datos requeridos sólo en 28,5% de los laboratorios participantes.

Con  relación  a  las  condiciones  generales  de  los microscopios,  se  encontró  que  la  mayoría  de  los laboratorios  tenía  un  microscopio  en  condiciones excelentes  (42,9%)  o  bueno  (42,9%);  mientras  que sólo 14,3% era regular. Ninguno tenía un microscopio inadecuado. La condición general del laboratorio fue evaluada como buena en 71,4% de los casos; excelente en 14,3% e inadecuada en 14,3%.

Al  evaluar  la  fase  analítica  en  la  aplicación  de técnicas y métodos en el diagnóstico coproparasitológico los siete laboratorios encuestados reciben muestras de heces frescas y realizan el examen directo con solución salina;  seis  laboratorios  utilizan  lugol  y  en  ningún laboratorio se utiliza lactofenol. En cinco laboratorios se realizan coloraciones con azul de metileno (leucograma fecal).  De  rutina  ninguno  recibe  muestras  de  heces preservadas, ni realiza técnicas diagnósticas especiales, métodos inmunológicos, métodos de concentración ni aplica técnicas de biología molecular. Todos declararon que llevan un control de calidad interno, sin embargo, ninguno de los Licenciados en Bioanálisis encuestados refirió haber participado en un programa de control de calidad externo para el diagnóstico coproparasitológico.

El 85,7% usa materiales de referencia adecuados. Solo un laboratorio refrigera las muestras, cuando existe demora en el análisis (Tabla 1).En  la  evaluación  de  la  fase  postanalítica  en  el diagnóstico coproparasitológico, se encontró que todos los laboratorios encuestados revisan los resultados de los análisis para evaluar si son conformes con la información clínica del paciente y poseen copia de los resultados informados, pero en ningún laboratorio se preservan las muestras luego de analizarlas. El 100% de los laboratorios en  la  descripción  de  los  análisis  y  en  sus  resultados siguen un vocabulario recomendado por un organismo en particular, interpretan los resultados e incluyen firma de la persona que emite  el  informe. El 85,7% indica si  la  muestra  recibida  es  adecuada  para  el  análisis. Solo el 28,5% de los laboratorios realizan acciones o procedimientos cuando la entrega de los resultados se ha demorado (Tabla 2).

Tabla 1. Evaluación de la fase analítica en la aplicación de técnicas en el diagnóstico coproparasitológico de los laboratorios públicos de Ciudad Bolívar, estado Bolívar, 2006.

Con relación a la fase analítica propiamente dicha los resultados obtenidos en el estudio de las heces tanto frescas como preservadas indican elevados porcentajes de fallas diagnósticas. Entre los protozoarios dejaron de  diagnosticarse  Blastocystis  spp.  (82,1%  en  heces frescas y 100% en heces preservadas), E. nana (71,4%), E. histolytica/E. dispar (85,7%) y C. mesnilii (85,7% en heces frescas y 71,40% en preservadas); mientras que entre los helmintos la situación fue más deficiente ya que en heces frescas el 100% de los casos de T. trichiura no se diagnosticaron. Tampoco el 66,7% de los de H. nana, 76,2% de los casos de S. stercoralis 76,2% y 78,5% de Taenia spp. En las heces preservadas el porcentaje de falta de identificación de helmintos fue aun mayor (Tabla 3).

Tabla 2. Evaluación de la fase postanalítica en el diagnóstico coproparasitológico de los laboratorios públicos de Ciudad Bolívar, estado Bolívar, 2006.

Tabla 3. Parásitos diagnosticados en muestras de heces procesadas en los laboratorios públicos de Ciudad Bolívar, estado Bolívar, 2006.

De un total de 140 muestras de heces frescas entregadas en conjunto a todos los laboratorios (20 a cada uno de los siete estudiados), se cometieron 75 errores. Todos los laboratorios tuvieron errores en el diagnóstico. El mínimo de errores fue 9 (12%) para un laboratorio y el máximo fue de 13 errores (17,3%). Aplicando los criterios de Castro et al. (1995), los errores más comúnmente cometidos fueron los diagnósticos incompletos (44 casos/58,7%). Incluso en dos laboratorios, todos los errores cometidos fueron de este tipo (Fig. 1).

Figura 1. Errores (*) en el diagnóstico coproparasitológico de muestras de  heces  frescas  en  laboratorios  públicos  de  Ciudad  Bolívar,  estado Bolívar, 2006.

(*)  Total  de  errores  cometidos:  75.  DI:  Diagnóstico  incompleto (resultado  con  ausencia  de  uno  o  dos  parásitos  en  las  muestras enviadas).  SD:  Sobrediagnóstico  (resultado  con  diagnóstico  de parásitos superiores a las observadas en las muestras enviadas, es decir, se  diagnosticaron  especies  de  parásitos  que  no  estaban  presentes  en la muestra). CD: Cambios en el diagnóstico (diagnóstico de parásitos diferentes o no encontrados en las muestras enviadas).

Utilizando la escala de puntuación desarrollada por González  Gutiérrez  et  al.  (1998),  ningún  laboratorio realizó diagnostico excelente o muy bueno; mientras que la mayoría (4 laboratorios/57,1%) realizó mal diagnóstico (Fig. 2).

Figura 2. Calificación de los Laboratorios públicos en el diagnóstico coproparasitológico. Ciudad Bolívar, estado Bolívar, 2006.

 Excelente:  diagnóstico  de  los  parásitos  contenidos  en  los  viales  en 100%. Muy bien: diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en 90%. Bien: diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en 80%.  Regular:  diagnóstico  de  los  parásitos  contenidos  en  los  viales en 70%. Mal: diagnóstico de los parásitos contenidos en los viales en menos del 70%.

DISCUSIÓN

En  el  presente  estudio,  en  lo  que  respecta  a  la evaluación  de  la  fase  preanalítica  del  diagnóstico coproparasitológico, en el formato de solicitud no todos los laboratorios cumplieron  con  lo  establecido por la norma COVENIN ISO 15189:2004 (COVENIN 2004). En investigación previa, Uzcátegui (2003) había llamado la atención sobre este aspecto indicando que varios de los laboratorios clínicos evaluados en el municipio Heres del estado no cumplen con la norma en la fase pre-analítica.

Con  relación  a  las  condiciones  generales  de  los microscopios y de los laboratorios, se nota que aunque la mayoría obtuvo buenas calificaciones en las mejores categorías, persisten aun laboratorios que no cumplen con la norma establecida para laboratorios clínicos de Venezuela (COVENIN 2004).

En  cuanto  a  la  aplicación  de  técnicas  y  métodos correspondientes  a  la  fase  analítica  del  diagnóstico coproparasitológico,  es  destacable  que  la  mayoría  de los laboratorios solo utilizan examen directo sin aplicar métodos  de  concentración  o  técnicas  diagnosticas especiales.  El  examen  directo  es  ampliamente  usado debido a su sencillez, bajo costo y la facilidad en su realización  (Castro  et  al.  1995,  Núñez  et  al.  1997, González Gutiérrez et al. 1998), pero tiene limitantes importantes en cuanto a su sensibilidad. Esta técnica es adecuada para el diagnóstico de parasitosis en colectivo (estudios epidemiológicos), pero no individualmente para un paciente, el cual generalmente espera una conducta terapéutica según el resultado obtenido.

Con respecto al control de calidad interno las personas responsables  del  diagnóstico  indicaron  que  todos aplican un control de calidad interno por lo que estarían cumpliendo con la norma COVENIN (2004). Hallazgos similares  fueron  señalados  por  Uzcátegui  (2003)  al referirse a los procesos de control de calidad generales del laboratorio en el estado Bolívar. Sin embargo, ese resultado es cuestionable, ya que si en verdad se realizara ese tipo de control no existirían tantos errores en la fase analítica. Un estudio realizado en Perú mostró que hasta el 60% de los laboratorios evaluados no recibe control interno de calidad (Castro et al. 1995). Mientras que en Cuba (Núnez et al. 1997) menos del 60% de los laboratorios estudiados tienen control de calidad interno.Con relación al control de calidad externo, ningún laboratorio  estudiado  ha  participado  en  este  tipo de  evaluación,  específicamente  para  el  diagnóstico coproparasitológico,  aunque  algunos  refirieron  haber participado alguna vez en un programa de evaluación externa en otras áreas del laboratorio clínico. Este hecho es una violación a las normas venezolanas que establecen que los laboratorios deben ser evaluados por institutos externos  avalados  (COVENIN  2004).  Núñez  et  al. (1997) encontraron que en la mayoría de los laboratorios evaluados en Cuba no se realiza control de calidad externo; así que no se trata de un problema exclusivo de Venezuela.

En esta investigación la mayoría de los laboratorios (85,71%) informó que emplea materiales de referencia para la validación de las formas evolutivas parasitarias en el diagnóstico coproparasitológico (controles positivos, atlas con imágenes, entre otros). Este hallazgo es dudoso y cuestionable pues, como se discute más adelante, se observaron muchas fallas en la identificación de parásitos comunes en la zona.

En  otros  países  se  han  encontrado  resultados divergentes  ya  que  mientras  en  algunos  laboratorios cuentan con material de referencia (Castro et al. 1995, Ramírez 2002), en otros estudios se ha verificado que a  veces  los  laboratorios  no  emplean  ningún  tipo  de material de referencia y consecuentemente la calidad del diagnóstico tiende a ser deficiente (Núñez et al. 1997).

Otro  aspecto  importante  de  resaltar  es  que  los laboratorios no refrigeran las muestras en caso de demora en su análisis ni tampoco emplean preservantes químicos. Este resultado coincide con los obtenidos por González Gutiérrez et al. (1998) en laboratorios de Colombia. Esto trae consecuencias negativas obvias al momento de realizar el  diagnóstico  coproparasitológico  pues  una  demora prolongada en el procesamiento lleva a la inactivación o destrucción de las formas vegetativas de los protozoarios lo que hace más difícil su identificación y se incurren así el subdiagnóstico.

En este estudio, en la evaluación de la fase postanalítica en el diagnóstico coproparasitológico, los licenciados en Bioanálisis cumplen con la mayoría de lo establecido en las normas Venezolanas (COVENIN 2004). No obstante, la realidad refleja lo contrario, por cuanto se observó que existe desconocimiento en la nomenclatura en el informe postanalítico de los resultados. De hecho en algunos casos se usan los nombres comunes de los parásitos en el informe de resultados en lugar de utilizar el nombre científico de los mismos.

En cuanto a la preservación de las muestras después de analizarlas, se encontró, que ningún laboratorio preserva y pocos realizaban acciones o procedimientos cuando la entrega de los resultados se demoraba. Estas deficiencias ya habían sido señaladas anteriormente por Uzcátegui (2003) para procedimientos generales del laboratorio en la región.

En  la  identificación  de  las  diferentes  especies parasitarias empleadas en la evaluación, G. intestinalis (39,3%)  y  E.  coli  (35,7%)  fueron  los  protozoarios mayormente  diagnosticados  y  entre  los  helmintos  A. lumbricoides (42,9%) y los Ancilostomidios (57,1%). Las principales fallas en el diagnóstico correspondieron a E. histolytica/E. dispar (85,7%) y Blastocystis spp. (82,1%), en el caso de los protozoarios y entre los helmintos T. trichiura (100%) y Taenia spp. (78,5%). En la ciudad de La Habana, Cuba, Núñez et al. (1997) realizaron un estudio sobre la calidad del diagnóstico coproparasitológico en 77 laboratorios de la red de Salud Pública con resultados similares  a  los  encontrados  en  la  identificación  de protozoarios. También Castro et al. (1996) al evaluar el Control de Calidad del diagnóstico coproparasitológico en  30  Centros  de  Salud  de  Lima,  Perú,  y  González Gutiérrez et al. (1998) en Colombia encontraron resultados semejantes, donde destacaron el elevado porcentaje de error diagnóstico para Blastocystis spp. Estos son hallazgos preocupantes en nuestro medio debido a que, si bien se trata de un protozoario de patogenicidad discutida, es actualmente el enteroparásito más común en el estado Bolívar y Venezuela (Devera et al. 2003, Devera et al. 2006, Traviezo et al. 2006).

Se detectaron errores en la identificación (diagnóstico incompleto y sobrediagnóstico)  para  E. histolytica/E. dispar, lo que es frecuente en muchos laboratorios a nivel mundial, en los cuales los analistas suelen confundir otras amebas o leucocitos fecales con E. histolytica (OMS 1981, Núñez et al. 1997, Fonte et al. 1998, González Gutiérrez et al. 1998). En Cuba, antes de 1994, estudios similares demostraron la existencia de sobrediagnóstico de amibiasis y cambios en el diagnóstico en varios centros asistenciales del país (Laird et al. 1996, Fonte 1998, Fernández 1999, Ramírez 2002) lo cual coincide con el presente trabajo.

Con relación a los helmintos, como en otros países (Laird et al. 1996, Núñez et al. 1997, González Gutiérrez et al. 1998, Núñez y Finlay 2001), Taenia spp. presentó un numero importante de fallas diagnósticas. Otro hecho resaltante y que diverge de lo señalado en otros estudios (Núñez et al. 1997, González Gutiérrez et al. 1998) fue el bajo porcentaje de identificación de los geohelmintos T. trichiura y A. lumbricoides que son parásitos frecuentes en nuestra zona (Devera et al. 2000) pero que no fueron diagnosticados  por  los  laboratorios  participantes.

También llamó la atención que no hubo tantos errores de identificación en S. stercoralis. Posiblemente la cantidad de larvas presentes así como la facilidad de observación  dado por su gran tamaño y anatomía característica son las razones para ello, aun empleando un examen directo.

En  la  encuesta  aplicada  en  esta  investigación,  los licenciados en Bioanálisis refirieron no realizar métodos de  concentración  para  el  diagnóstico  de  parasitosis intestinales, usando apenas una técnica (examen directo). Esta  es  una  falla  que  incluso  ha  sido  observada  en laboratorios de otros países (Castro et al. 1995). Para la identificación correcta de los geohelmintos es necesaria la aplicación de métodos de concentración, de lo contrario se obtienen resultados insatisfactorios (Díaz et al. 1995, González Gutiérrez et al. 1998,  Ribas et al. 2001).

En cuanto a los principales errores en el diagnóstico coproparasitológico detectados en esta investigación, el mayor porcentaje lo representó el diagnóstico incompleto lo que ocurrió en muestras que estaban poliparasitadas. Fernández (1999) señala que el diagnóstico incompleto generalmente se debe a que no se emplean las técnicas adecuadas  y  también  a  falta  de  conocimientos  del observador que confunde por ejemplo, diversas células e hifas con formas parasitarias y los cambios de diagnostico pueden  deberse  a  que  son  incapaces  de  diferenciar
parásitos como sucede con E. coli y E. histolytica/E. dispar ocurriendo la consecuente confusión.

Referente  a  la  puntuación  de  los  laboratorios participantes, según los criterios de González Gutiérrez et al. (1998) la calificación de los laboratorios en su mayoría se ubicó en las categorías de regular a malo. Algunos autores sostienen que las fallas en la identificación de los parásitos en la fase analítica propiamente dicha obedecen en gran medida a la falta de pericia y conocimientos del observador. El diagnóstico parasitológico suele ser mejor cuando el observador es una persona que solo trabaja en esa área específica (Mohr y Mohr 1992, Castro et al. 1995). En nuestro caso las personas encargadas de hacer el diagnostico suelen ser los mismos que realizan todas las técnicas y procedimientos en el laboratorio clínico. En otros estudios también se ha observado que la mayoría de los laboratorios tenía calificaciones insuficientes, sobre todo los que se desempeñaban en la atención primaria en salud, esto puede deberse, además de lo anterior, al desconocimiento de las normas técnicas establecidas, dificultades económicas  y  al  atraso  tecnológico  en el laboratorio, lo cual influye negativamente en el buen diagnóstico  coproparasitológico  (Petithory  y  Drouhet 1990, Wood et al. 1994, Castro et al. 1995, Núñez y Finlay 2001, Ramírez 2002).

Los bioanalistas opinaron que, según su experiencia, los principales problemas encontrados en el diagnostico coproparasitológico,  no  se  relacionan  a  la  falta  de conocimiento sino a la carencia de insumos y reactivos de laboratorio para la realización de otros métodos de diagnósticos. Estas razones también han sido señaladas en  otros  países  donde  los  laboratorios  dependen  de instituciones estatales (Castro et al. 1995).

En conclusión, se determinaron fallas en las tres fases del control de calidad en el diagnóstico coproparasitologico de los laboratorios clínicos públicos de Ciudad Bolívar. En consecuencia existe la necesidad de aplicar medidas de control de calidad en las fases preanalítica, analítica y  postanalítica  en  el  diagnóstico  de  las  parasitosis intestinales, en virtud que los laboratorios evaluados no participan en programas de evaluación. Se debe resaltar que, a diferencia de los otros procesos realizados en el laboratorio, el procesamiento de una muestra para examen coproparasitológico, no produce resultados numéricos por lo que requiere de un programa de control de calidad específico para esta área . Sería recomendable que los entes gubernamentales reguladores establezcan de forma periódica programas de evaluación externa a todos los laboratorios clínicos de Ciudad Bolívar, además ampliar el control a todos los laboratorios de los centros de salud de otras regiones del estado con el fin de mejorar la calidad del  diagnóstico  coproparasitológico.  En  este  sentido Cuba ha tenido excelentes resultados en los últimos años
después de reconocer el problema y aplicar varias medidas al respecto (Laird et al. 1996, Núñez et al. 1998, Núñez y Finlay 2001).

Los laboratorios clínicos que realizan diagnóstico coproparasitológico  deben  establecer  programas  de control de calidad interno que garanticen la calidad del funcionamiento general del laboratorio en las distintas etapas del proceso de análisis. También, implementar programas de capacitación permanente del personal a través de la actualización de nuevas metodologías para el diagnóstico coproparasitológico, con la finalidad de mejorar la calidad de su diagnóstico y que sirvan de soporte a campañas de lucha contra parásitos intestinales.

CONCLUSIONES

La mayoría de los laboratorios clínicos evaluados no cumplen con todos los procedimientos de las fases preanalítica, analítica y postanalítica del diagnóstico coproparasitológico  establecidos  en  las  normas venezolanas.

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