Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
-
Citado por SciELO
-
Accesos
Links relacionados
-
Similares en SciELO
Compartir
Utopìa y Praxis Latinoamericana
versión impresa ISSN 1315-5216
Utopìa y Praxis Latinoamericana v.11 n.34 Maracaibo sep. 2006
Alberto Wagner de Reyna In Memoriam (1915-2006)
Así vivió, porque la vida le dio sus razones. Vivió creyéndolas, porque quien no cree en la vida deja de vivir sin saberlo. Quizás sea la máxima diferencia entre una fe revelada y otra sin esperanzas. Wagner de Reyna, siempre supo que la distinción entre esta fe y la otra, responde a la pregunta del hombre por el hombre y no a una pregunta del hombre por Dios.
Nunca renunció al derecho natural y humano para estar vivo y de asumir su yo desde el encuentro con el otro. Mientras más vivió, más fue su deseo contemplativo, místico, filosófico, de amar la vida en su propia libertad. Sospecho que la recibió un día de luz tropical, porque desde entonces participó de su despedida, hasta el último día, con honor y lucidez. Así vivió, para descubrir todas sus potencialidades.
Es decir, aprendiendo a actuar. Y para eso es imprescindible obrar con virtud y creativamente. Por eso su constante fascinación por los valores y por la palabra y su escritura: origen y destino de todo pensamiento. Realidad ontológica que afirma la vida en el ser que nos hace lo que somos y esperamos. Es la ley de la vida... sin la existencia del ente no es posible el ser, y el ser retorna a lo que no es.
Así vivió, en un cara a cara con lo que es y no es la vida: unas veces en sus glorias y en sus fracasos; otras, en sus riquezas y en su pobreza. Así, explorando sin reservas los misterios de las dudas y las angustias de la condición humana de un día para otro, hasta el último día de los días de su vida.
Quien así vivió no es posible que deje de vivir... El olvido es la sepultura de la vida; es su muerte. Es decir, la negación de la vida de quien la vivió. Acá la fuerza de la acción del verbo, está en la constatación de hecho de alguien que estuvo vivo, fue viviente, porque vivió del alma. Es en una palabra: estar vivo, ser real. Puedo suponer de Wagner de Reyna, su acuerdo con esta idea. Me valgo de sus propias palabras.
En una reciente carta, escrita entre el 22 y 23 de Julio del presente año, apenas a quince días de su desaparición física, le escribe Wagner de Reyna a su tocayo Alberto Buela, en un e-mail personal, lo siguiente:
Querido Tocayo (...) <alma> viene de <anima> y que ANEMOS significa precisamente <viento> y que PSYCHE se refiere, en primer término, a la respiración, aliento, como vida (...) El alma es el EIDOS (forma ) del hombre, y con ello de su cuerpo. (Aquí hay una paradoja, pues EIDOS significa <lo visto> y el alma (PSYCHE) no es visible!!!!). Es la cúspide natural (<física>) del hombre, visto desde el mundo (órganos, pasiones, situación, etc.) que se toca con el espíritu (alma espiritual) y de este modo se abre a <todos los vientos> que trascienden al mundo. Y se hace también <metafísica>: el alma humana pertenece tanto al tiempo como a la eternidad (...)
El calor es sofocante.
Los años pesan sobre la salud.
Lo que Dios quiera!
Fuerte abrazo.
Alberto
Así vivió el sabio Maestro, siempre. No existe opinión alguna para no creer en lo que creyó, no razonar en lo que pensó, y dejar de actuar por aquello que lo hizo plenamente, feliz, libre y humano.
A. B. Márquez-Fernández
23 de agosto de 2006