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Utopìa y Praxis Latinoamericana
versión impresa ISSN 1315-5216
Utopìa y Praxis Latinoamericana v.14 n.46 Maracaibo sep. 2009
Redes de compromiso cívico en las organizaciones del tercer sector en el Estado Zulia
Networks of Civic Commitment in Third-Sector Organizations in the State of Zulia
Lisbeth Scarbay y Judith Rodríguez López
Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos (CESA), Universidad del Zulia, Venezuela.
RESUMEN
En los Municipios Maracaibo y San Francisco del Estado Zulia, el universo del tercer sector, es heterogéneo, en el coexisten organizaciones con y sin fines de lucro, reivindicativas, algunas buscan influir en las decisiones públicas, otras tienen como rol proveer de servicios, a algunos sectores de la población, especialmente a los excluidos o a aquellos que se hayan en situación de pobreza. El objetivo de este trabajo, es describir las redes de compromiso cívico que establecen las organizaciones proveedoras de servicios de capacitación laboral en los Municipios Maracaibo y San Francisco del Estado Zulia. Se encontró, que las organizaciones objeto de estudio, establecen diversidad de vínculos que sustentan fuertes redes de compromiso cívico. Los vínculos internos, dan cuenta de la solidaridad entre los miembros de las organizaciones, y los externos, se materializan a través de mecanismos como los convenios institucionales con organizaciones tanto públicas como privadas, para la obtención de beneficios colectivos.
Palabras clave: Tercer sector, redes de compromiso cívico, capacitación laboral, Estado Zulia.
ABSTRACT
In the Municipalities of Maracaibo and San Francisco of the State of Zulia, the universe of the third sector is heterogeneous, and in it, organizations co-exist that are for profit and non-profit, protesting, seeking to influence public decisions; others play the role of service provider to some population sectors, especially those who are excluded or found in poverty. The objective of this work is to describe the civic commitment networks established by the service-providing organizations for training labor in the Municipalities of Maracaibo and San Francisco. It was found that the organizations being studied establish diverse links that sustain strong networks of civic commitment. The internal links are aware of the solidarity among organization members, and those that are external materialize through mechanisms such as institutional covenants with both public and private organizations in order to obtain collective benefits.
Key words: Third sector, civic commitment networks, labor training, State Zulia.
Recibido: 12-10-2008 Aceptado: 04-02-2009
1. CONSIDERACIONES TEÓRICAS SOBRE EL CAPITAL SOCIAL
El tema sobre el capital social se ha convertido en los últimos años en una de las discusiones frecuentes a la hora de situarlo como un aspecto positivo a considerar en la resolución de problemas de las comunidades; para algunos autores constituye la panacea para el desarrollo de comunidades con potencialidades de asociación y con gran capacidad para participar y crear redes a fin de resolver la satisfacción de sus necesidades; otros, más escépticos o críticos, han planteado la clarificación del mismo como un tipo de capital, el cual debe ser exhaustivamente aclarado si se pretende tomarlo como variable conceptual base para investigaciones en el campo de lo social.
Así mismo la consideración del término como teoría o como categoría, forma parte de una amplia discusión; más aún y con mayor rigurosidad se ha planteado la interrogante de cómo medir un aspecto intangible, y que depende de ciertos criterios o juicios valorativos.
La categoría ha posibilitado la consideración de variables novedosas en los análisis de procesos sociales, obteniéndose que cuatro son los aspectos de concordancia cuando se alude al capital social como lo son: asociatividad, solidaridad, confianza y reciprocidad; dichos elementos han sido considerados como los elementos claves generadores de participación y facilitadores de las acciones en la resolución de problemas de convivencia y satisfacción necesidades provenientes tanto de los gobiernos como de las propias comunidades.
Así la amplitud del concepto ha permitido que este haya sido útil a niveles micro y macro, referido a la asociación horizontal entre individuos o al conjunto de entidades que conforman una estructura social. Así, en el contexto actual cuando se habla de capital social se puede estar haciendo alusión a las relaciones formales o informales, de corte horizontal o vertical, a lo local, a estructuras de gobierno, al régimen político, entre otros aspectos1.
Portes ofrece una visión un poco crítica con respecto a la ampliación que ha tenido el concepto y señala que debe concentrarse no sólo en las consecuencias positivas de la sociabilidad, sino además considerar sus limitantes. La perspectiva en la cual se inscribe el autor es la visión de redes, explicada por Woolicock & Narayan2, la cual intenta dar cuenta tanto de las ventajas como desventajas del capital social, destacando por una parte, la importancia que tienen tanto las asociaciones verticales de personas, como las asociaciones horizontales, y por otra, las relaciones que se dan dentro y entre los grupos u organizaciones comunitarias y las empresas.
Los lazos intracomunitarios o verticales representan lo que ha sido denominado en la literatura respectiva como capital social que une, y los lazos horizontales como capital social que tiende puentes, entendidos como dos dimensiones que van a caracterizar a las comunidades3.
Según los autores, el desafío que plantea esta perspectiva para la teoría, la investigación y la formulación de políticas en relación al capital social es identificar las condiciones en las cuales es posible aprovechar los múltiples aspectos positivos del capital social constituido por los lazos de unión, característica de las comunidades pobres, mantener su integridad, y a la vez ayudar a esos pobres a acceder a las instituciones formales así como a acumular un stock de capital social que tiende puentes4.
A continuación y en concordancia con la visión anterior, se presenta en este aparte, una perspectiva que aunque muy reciente, se constituye como una propuesta válida de incluir en complemento a los aspectos teóricos que sobre el tema han surgido; se trata de la visión sinérgica, la cual según Narayan, uno de sus representantes, intenta integrar las ideas de la visión institucional con las de la visión de redes. Esta posee sus antecedentes intelectuales en el campo de la antropología y la economía política; dentro de sus contribuyentes se cita a Evans, Woolcock, Narayan, Isham, Pritchet, entre otros, quienes señalan lo importante de la sinergia que debe existir entre los gobiernos y la acción ciudadana o comunitaria, para el logro del desarrollo.
Según lo explican Woolcock & Narayan, para Evans5 (1992-1995 y 1996) la sinergia entre gobierno y acción ciudadana se basa en la complementariedad y la condición de incrustado; la primera se refiere a las relaciones de apoyo mutuo entre actores públicos y privados; y en la segunda, se entiende que unos se encuentran incrustados en otros lo que da cuenta del alcance de los lazos que van a unir a los ciudadanos con los funcionarios públicos.
Este enfoque aplicaría entonces, en contextos organizacionales con un desempeño competente y señala evidentemente una interacción óptima entre gobierno y mercado en la sociedad civil; en estas condiciones el capital social cumple la función de una variable mediadora construida por instituciones públicas y privadas6. Por otra parte, dentro de los análisis ofrecidos sobre la pobreza en la región, uno de los motivos esgrimidos para explicar los niveles tan elevados de esta, ha sido la desigualdad en la distribución de los recursos o ingresos. A continuación se presenta un enfoque basado en estos planteamientos, como lo es el enfoque de los activos.
El Enfoque sobre los activos o acervos7, se sustenta en la idea de que esa desigual distribución de los ingresos en la región es producto de una deformada distribución de los activos generadores de ingresos. Según este enfoque los activos comprenden tres tipos de acervos: el capital humano, el capital físico y el capital social, de los cuales va a depender el ingreso de los individuos8.
Así mismo los ingresos son una función de la combinación de cuatro elementos decisivos: a) el acervo de los activos generadores de ingresos, b) la tasa a la que se utilizan dichos activos para producir ingresos; c) el valor de mercado de los activos generadores de ingresos y d) las transferencias y legados dependientes de los activos generadores de ingresos poseídos9.
Desde esta perspectiva entonces, el capital social es considerado, como uno de los activos que al ser poseído y utilizado por el individuo puede producirle un mayor rendimiento en términos de ingresos y resultar importante para la capacidad de escapar de la pobreza, más aún al estar combinado con el capital humano y el físico.
Este enfoque es de carácter dinámico, dado que se centra en el análisis de la propiedad de, el acceso a, y el uso de los tres tipos de capital: el humano, el físico y el social y de su acumulación; dicho de otra manera, reconoce que los ingresos del hogar están dados por el rendimiento de los diversos activos poseídos y utilizados de modo productivo por los miembros de su familia.
A continuación se revisa el concepto de Putnam y en base a sus planteamientos se describen los elementos constitutivos o dimensiones de la variable capital social.
Una de las perspectivas muy consideradas, en la literatura sobre el tema, es la de Putnam10, para quien el capital social, son todos aquellos rasgos o características de organización social, tales como confianza, normas y redes que pueden mejorar la eficiencia de la sociedad mediante la facilitación de las acciones coordinadas.
El autor, menciona dentro de su concepción tres elementos o componentes del capital social como lo son: la confianza social, las normas de reciprocidad y las redes de compromiso cívico, advirtiendo características comunes entre ellas, como por ejemplo: que casi todas estas formas son recursos cuyo suministro aumenta, en vez de disminuir con el uso y se agota con el desuso; que cuanta más confianza desplieguen dos personas tanto mayor será su esperanza mutua y que normalmente es un bien público diferente del capital convencional, es decir, no es propiedad privada de ninguna de las personas que se benefician de él11.
Así, entonces, la confianza, normas y redes, se refuerzan entre sí, haciendo que el capital social de una comunidad aumente con su utilización, generando que la sociedad se acerque a un estado de equilibrio basado en la cooperación.
De lo contrario, en una comunidad en la que predominan la desconfianza, la falta de respeto a las normas, y el aislamiento, estos rasgos también se alimentarán mutuamente en un círculo vicioso de modo que la sociedad alcanza un grado de equilibrio contrario y la solución pasa por el gobierno autoritario, el clientelismo y un capital social negativo o contrario12.
Dentro de esta definición, se perfila el principio de que este capital va a facilitar la cooperación espontánea, la cual experimentada en oportunidades previas ha de generar una reputación que habla de la honestidad y confiabilidad de los que han cooperado espontáneamente, lo que los hace elegibles para participar en eventos futuros, que aunado a la creación de fuertes normas y redes de compromiso van a producir una reducción de la incertidumbre y riesgo de incumplimiento entre los participantes.
A este autor, se le debe en gran parte la difusión y/o popularización del concepto; habiendo desarrollado investigaciones referentes a la tendencia del asociacionismo en Norteamérica, pero según él mismo, de alguna manera, éstas pueden ser aplicadas a muchas sociedades contemporáneas.
La presente investigación asume pues el concepto que ofrece este autor sobre el término capital social como referente teórico en el cual se basará el estudio, dado que el enfoque puede aplicar al capital social desde dentro y como un proceso que puede generarse entre los miembros de organizaciones y entre organizaciones, dejando de lado la construcción o promoción de capital social que podría conllevar la intervención de alguna institución u organismo gubernamental.
En otro sentido, tal definición ha sido probada, es decir, el autor ha ofrecido varios y excelentes estudios y experiencias de manera que el concepto ha sido sometido a investigaciones así como también por otros muchos investigadores que lo han tomado como enfoque conductor de sus estudios; adicionalmente se inscribe dentro de una temática además de interesante, prioritaria, en el entendido, de que el capital social, podría considerarse como un recurso intangible pero potenciador de las capacidades necesarias para el desarrollo social.
Dicho concepto resulta adecuado y pertinente dada su operatividad, ya que además de haber sido sometido a experiencias por el mismo autor en diferentes investigaciones sobre el tema, también ha sido ampliamente utilizado y referido en diversas publicaciones en el campo de las ciencias sociales y políticas.
Por otro lado, en estrecha relación con las visiones y conceptualizaciones sobre el capital social, es importante señalar que dentro de la literatura referente, se encuentran diferenciaciones que algunos autores realizan para construir ciertas tipologías, clasificaciones o formas de manifestación del capital social, las cuales, al igual que en el caso del término tercer sector, van a atender a diversos y diferentes enfoques, criterios y recursos analíticos utilizados por cada autor.
Se mencionan dos clasificaciones realizadas por Portela y Neira13:
Clasificación según el ámbito que abarca:
El capital social se puede clasificar en: individual, empresarial, comunitario y público. El individual, incluye una red de relaciones útiles que posee una persona y que le confieren la capacidad de obtener ventajas y beneficios; el empresarial, es el conjunto de recursos movilizados mediante una red de relaciones sociales que proporcionan ventajas competitivas; el comunitario, es el perteneciente a los individuos que forman parte de las redes o grupos sociales y se puede definir como la capacidad de actuar como un colectivo en busca de metas y beneficios definidos en común; y el público, el cual se compone de redes de relaciones existentes entre las organizaciones estatales y los agentes económicos y sociales que ayudan a realizar tareas de una forma más eficaz14.
Clasificación según la amplitud o magnitudes que abarca:
Putnam, en Portela y Neira15, sugiere la existencia de tres dimensiones claves:
1) Dimensión vertical versus horizontal, en el entendido de que las relaciones se pueden desarrollar tanto entre individuos de distinta jerarquía como de un nivel jerárquico similar.
2) Dimensión vínculos fuertes vs. vínculos débiles: entendiendo que los primeros crean mayor solidaridad entre los miembros de la red, pero los segundos, permiten el acceso a un conjunto más amplio y heterogéneo de relaciones.
3) Dimensión Bonding vs. Bridging: el primero son relaciones entre miembros homogéneos, es decir, familiares y amigos muy cercanos y pertenecientes a una misma comunidad; el segundo (llamado también capital social puente), hace referencia a las relaciones entre conocidos, amigos distantes y asociaciones, es decir, trata de relaciones entre miembros más heterogéneos y pertenecientes a distintas comunidades.
El tratamiento y conceptualización y clasificaciones del capital social puede tomar muchas vías, desde diferentes unidades de análisis y desde diferentes enfoques o perspectivas, en atención a su naturaleza polisémica, lo que ha de tener, como menciona González16, serias implicaciones tanto para la construcción de los problemas como para su intervención.
2. COMPONENTES DEL CAPITAL SOCIAL
Aunque diversos son los elementos o dimensiones que se pueden encontrar en la teoría en base a diversos enfoques sobre el capital social y que permiten medirlo y hacerlo observable en la realidad, acá se citan las dimensiones esbozadas en el enfoque de Putnam17, el cual dentro de su concepción distingue tres elementos o dimensiones, como son, la confianza social, las normas de reciprocidad y las redes de compromiso cívico, concibiéndolas en estrecha relación, pues las redes de relaciones cívicas fomentan recias normas de reciprocidad generalizada y alientan el surgimiento de la confianza social; para el autor estas redes facilitan la comunicación y la resolución de conflictos de acción colectiva, entendiendo que llevan a ampliar el sentido del sí mismo de los participantes, desarrollando el yo dentro del nosotros18.
Los elementos de capital social mencionados tienden a reforzarse a sí mismos y a acumularse con el tiempo; dichos rasgos definen la comunidad cívica, en este caso la de las organizaciones del tercer sector y van a permitir definir operacionalmente al capital social como variable.
Para cumplir con el propósito de esta trabajo, se examinan los aspectos teóricos de las Redes de Compromiso Cívico, término acotado por Putnam y que será tomado como el componente principal que abordaremos en esta ocasión.
2.1. LAS REDES DE COMPROMISO CÍVICO
La noción básica de una red, señala que esta es un conjunto de personas que se unen y relacionan para un fin común19; las personas o grupos de personas insertas en una red se encargan de realizar y coordinar acciones disponiendo de los medios que poseen para obtener finalmente un bien determinado.
Lo atinente a lo cívico o civismo, alude al apego y acciones tendientes al servicio de la ciudadanía o ciudadano; el compromiso, en el ámbito de las redes cívicas, habla de deberes, obligaciones y/o pactos que pudieran darse entre los individuos que comparten un interés social.
El llamado compromiso cívico conlleva una conveniencia o necesidad de carácter colectivo en el que, en algunos casos, los intereses personales dan paso a intereses sociales, de allí pues que la participación en asuntos públicos obedecen a una conducta ciudadana que señala esfuerzos y cooperación organizada; evidentemente el resultado ha de ser beneficios para todos y cada uno de quienes forman parte activa en el grupo o red.
Las redes de compromiso cívico como las asociaciones de vecinos, las corales, las cooperativas, grupos deportivos, organizaciones no gubernamentales y partidos políticos, entre otros, representan una intensa interacción horizontal20; es decir, lo individuos se coordinan sin que la jerarquía sea un factor predominante en la estructura del grupo, pues la unión estratégica hace necesaria la condición de iguales para los participantes y asegura o viabiliza la obtención del bien colectivo o común a todos.
La acción recíproca les va a dar cierto paralelismo o igualdad de condiciones a los miembros que conforman un conglomerado o red. Para Putnam la horizontalidad es muy importante, pues apunta que es más probable que una red prospere en tanto carezca de una estructura vertical y entiende que cuanto más horizontalmente estructurada esté una organización, más éxito podría tener en el cumplimiento de sus objetivos.
En la dinámica de las conexiones y relaciones interpersonales presentes en las redes o grupos de cooperación, es importante el proceso de comunicación el cual va a facilitar las acciones desarrolladas, generando mayor eficiencia en el logro de éstas a la par que van a reducir la incertidumbre en la red. Dicho proceso va a nutrirse por una parte, de las relaciones o conexiones interpersonales, y por otra, de la información compartida que se brinden los integrantes.
Para Putnam21, las redes de compromiso cívico son una forma esencial de capital social pues cuanto más densas sean esas redes en la comunidad, tanto más probable sea que sus ciudadanos sean capaces de cooperar por el beneficio mutuo; ellas van a resultar beneficiosas entre otras cosas porque facilitan la comunicación, mejoran el flujo de información sobre las personas y van a señalar la manifestación de colaboración.
Así las redes de compromiso cívico son el conjunto de relaciones sociales que establecen a lo externo, los miembros de una organización por medio de la participación en grupos de cooperación voluntaria y trabajo conjunto los cuales comparten actividades, eventos e información para alcanzar un beneficio común22.
3. EL TERCER SECTOR EN VENEZUELA
En las agendas actuales sobre el desarrollo, ha adquirido un papel importante el tercer sector. Dicho reconocimiento se relaciona con la conciencia creciente de su aporte a la solución de problemas sociales, su capacidad de producción y provisión de bienes y servicios públicos, y su contribución en el enfrentamiento a la pobreza.
El tercer sector, engloba una amplia variedad de organizaciones, que van desde las de tipos reivindicativas hasta las proveedoras de servicios sociales, con características heterogéneas. Son reconocidas por sus aportes puntuales al desarrollo, donde combinan la función social y la acción política. A nivel internacional, a este grupo de organizaciones, se le conoce de diferentes formas: el nonprofit sector en Estados Unidos, el voluntary sector en gran Bretaña, el communty sector en Irlanda, el secteur sector en Irlanda, el secteur associati en Francia, el secteur de l´ économie sociale en Bélgica, el sector no gubernamental en varios países en desarrollo. En Venezuela, se utilizan diferentes categorías para hacer referencia a este sector: organizaciones de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y organizaciones de la economía social, a lo largo de este artículo nos referiremos al tercer sector, para designar globalmente un universo heterogéneo de organizaciones no incluidas en los negocios ni en el gobierno.
En Venezuela el proceso de surgimiento de las organizaciones del tercer sector es variado en su grado de desarrollo, siguiendo a Salamanca23. Entre los años 1936-1958, se conforman organizaciones sindicales obreras, ligas campesinas y sindicatos agrícolas, con el propósito de defender los intereses de los trabajadores en general y enfrentar el latifundio. También surgieron grupos comunitarios, cuyos objetivos eran mejorar los servicios de los barrios, los cuales posteriormente, darán lugar a un tipo de organización más formal denominadas juntas pro mejoras.
Entre 1958 y 1989, el Pacto de Punto Fijo, marca el inicio del período democrático, y las reglas políticas que se instauran, le asignan un papel central a los partidos políticos, como articuladores de interesen de la sociedad. Se da paso, siguiendo a Pacheco24, a un Pluralismo asociativo limitado, por fuerte presencia de los partidos políticos, como los mediadores por excelencia, que conforman una estructura de poder altamente centralizada en la cual se sustenta el sistema político. De allí que, algunas organizaciones, principalmente las asociaciones de vecinos, son cooptadas por los partidos políticos. Sin embargo, lo anterior, no impide el surgimiento de otras organizaciones, de carácter no gremialista, particularmente, los grupos de acción popular, que inician sus acciones en el ámbito cultural y educativo, las organizaciones feministas, eclesiales de base, ecológicas y las cooperativas.
A finales de los ochenta, a través de la política social, se incorporara a organizaciones proveedoras de servicios en la ejecución de programas sociales, lo que provoca un espectacular aumento del número de organizaciones. El llamado boom de organizaciones del tercer sector, también denominadas organizaciones no gubernamentales (ONGs). En este sentido, encontramos un universo heterogéneo de organizaciones que prestan servicios en diversas áreas de la política social, surgen iniciativas de organización de grupos sociales que emprenden acciones para enfrentar déficit social, cuyo objetivo principal es proveer de bienes y/o servicios a los grupos que se hayan en situación de pobreza. Estas iniciativas van desde formas de intervención como las estrategias de supervivencia, satisfacción de necesidades de alimentación, salud, educación; este es el caso de las organizaciones que brindan servicios de educación, cultura y capacitación laboral, cuyos objetivos, por medio de sus programas, es el desarrollo del capital, social y humano, que les permita a los grupos incrementar sus activos para la superación de su condición de excluidos de los bienes y servicios que el Estado no les provee.
4. LAS REDES DE COMPROMISO CÍVICO EN LAS ORGANIZACIONES DE CAPACITACIÓN LABORAL EN LOS MUNICIPIOS MARACAIBO Y SAN FRANCISCO EN EL ESTADO ZULIA
El llamado compromiso cívico conlleva una conveniencia o necesidad de carácter colectivo en el que, en algunos casos, los intereses personales dan paso a intereses sociales; de allí pues que la participación en asuntos públicos obedece a una conducta ciudadana que señala esfuerzos y cooperación organizada; evidentemente el resultado ha de ser beneficios para todos y cada uno de quienes forman parte activa en el grupo o red.
Para Putnam25, las redes de compromiso cívico son una forma esencial de capital social pues cuanto más densas sean esas redes en la comunidad tanto más probable sea que sus ciudadanos sean capaces de cooperar por el beneficio mutuo; éste se presenta como un efecto secundario que resulta beneficioso en función de que ellas aumentan los costos potenciales de un desertor en cualquier transacción individual, promueven unas normas de reciprocidad robustas, facilitan la comunicación, mejoran el flujo de información sobre la confiabilidad de las personas y encarnan el éxito habido en la colaboración.
Para observar las redes de compromiso cívico en las organizaciones, se entenderán como el conjunto de vínculos o relaciones sociales que establecen a lo externo, los miembros de una organización por medio de la participación en grupos de cooperación voluntaria y trabajo conjunto los cuales comparten actividades, eventos e información para alcanzar beneficios comunes.
Los resultados obtenidos evidenciaron la existencia de vínculos establecidos por los miembros a lo externo de las organizaciones y esto corresponde tanto a los vínculos propios como a los de los compañeros.
Aunque se identificaron relaciones personales, institucionales y laborales como los tipos de vínculos desarrollados en estas organizaciones, es importante señalar que los entrevistados se conocen entre ellos y en algún momento han trabajado juntos o han coincidido en actividades de interés social de forma meramente personal; sin embargo, el vínculo más desarrollado es el de tipo institucional. Al respecto, los tipos de vínculos se han combinado en función de los tipos de actividades y las situaciones que se han presentado en el contexto en el cual se desenvuelven los involucrados.
En lo referente a la forma cómo han establecido esos vínculos las organizaciones, se obtuvo que estas han activado diferentes mecanismos como el contacto personal, la presencia activa de sus miembros en reuniones, invitaciones y convocatorias escritas para asistir a eventos convocados por otros actores, la participación en eventos tanto públicos como privados en donde se discuten aspectos relevantes para el trabajo que realizan, como también las visitas domiciliarias. Aunque todos son utilizados, el mecanismo más frecuente es la presencia activa en reuniones, pues la describen como la mejor forma en que se relacionan y pueden observar a la cantidad de gente involucrada con la cual han de contar en sus vínculos estratégicos.
Un mecanismo de vinculación utilizado, aunque con menos frecuencia, son los convenios formales, señalado en este caso por EFIP, PITAHAYA y Retruque, JUVENZUL, entre otras, como un elemento presente en sus vínculos, argumentando que ven en éstos una de las pocas formas con las cuales cuentan para poder desarrollar o concretar la capacitación que han ofrecido a determinado tipo de beneficiario. Se habla de convenios de financiamiento como también de capacitación y asesoramiento en el área de la capacitación laboral y de ejecución de actividades o proyectos de tipo social firmados con organismos públicos, empresa privada y/u organizaciones de su mismo tinte.
Es innegable la presencia de vínculos tanto a nivel personal como a nivel institucional en la mayoría de los miembros entrevistados y sus compañeros; satisfactoriamente, nueve de las organizaciones estudiadas así lo corroboran.
Los entrevistados afirman que tanto ellos como sus compañeros mantienen vínculos personales con miembros de otras organizaciones no gubernamentales de capacitación laboral y con las que desarrollan actividades en otras áreas, con miembros de empresas privadas, con individuos que trabajan en organismos gubernamentales, con miembros y líderes comunitarios de las comunidades circunvecinas a la organización y con personas insertas en sindicatos, entre otros.
El vínculo personal por excelencia, identificado en los miembros es el que tienen con miembros de otras organizaciones que trabajan en el servicio de la capacitación laboral de jóvenes de bajos recursos y de ONG´s de cualquier área, en el entendido de que se prestan apoyo y asesoría en algunas de sus actividades y proyectos a la vez que comparten información.
A nivel institucional, los vínculos de estas organizaciones también son diversos; éstas mantienen vínculos con múltiples tipos de actores como: organizaciones no gubernamentales de diversa índole, con organizaciones no gubernamentales de capitación laboral, con organizaciones de tipo religiosos, con organizaciones internacionales de cooperación, con asociaciones de vecinos, con fundaciones, con redes sociales organizadas, con empresas privadas y con organismos públicos. Al igual que los vínculos personales, la existencia de este tipo de vínculos fue completamente corroborado por los entrevistados y por lo que éstos pudieran opinar de sus compañeros.
Se destaca que los tres vínculos institucionales más desarrollados por las organizaciones son los que mantienen, en primer lugar, con los organismos públicos en sus diferentes instancias pues aunque estas se definen no gubernamentales terminan necesitando mucho del financiamiento y recursos otorgados por el Estado para poder realizar lo que se proponen.
Muchas de las organizaciones surgen con grandes objetivos y se conciben como organizaciones alternativas a muchas organizaciones del sector estatal pero la dinámica de su funcionamiento y sus experiencias indican que necesariamente deben mantener ese vínculo con el Estado porque no solo se trata de plantear una labor social sino cómo han de mantenerla en el tiempo, lo que implica viabilidad financiera y vínculos estratégicos, entre otros aspectos.
En segundo lugar, otro vínculo con mayor frecuencia es el que sostienen con la empresa privada pues las organizaciones están conscientes que necesitan el apoyo de empresas que permitan por una parte, celebrar convenios de adiestramiento, y por otra, absorción del personal adiestrado y capacitado por ellas. A este respecto, los resultados muestran que este vínculo ha sido bastante bueno para las organizaciones; ellas cuentan con casos exitosos de convenios de adiestramiento, pasantías e inserción de grupos de jóvenes a quienes han capacitado y que han logrado colocar en empresas de la región y posteriormente aceptados como parte de su personal.
Las organizaciones cuentan con la colaboración de propietarios de pequeñas y medianas empresas que reciben a los jóvenes capacitados para sus pasantías; en el municipio San Francisco, por ejemplo, se ha dado una colaboración o alianza entre organizaciones y empresas en donde se ha utilizado y aprovechado la capacidad instalada que hay en la zona.
En tercer lugar, se perfilan los vínculos con un actor de gran importancia para los entrevistados como lo son las asociaciones de vecinos, pues manifiestan conocer el trabajo que este actor realiza considerando estar a tono con éstas. Los vínculos con las asociaciones de vecinos representa para los miembros de las organizaciones la obtención de información concreta sobre las necesidades más acuciantes que viven sus comunidades y, en algunos casos, apoyo para sus actividades en aspectos como el reclutamiento de beneficiarios y usuarios. Muchos de los jóvenes que llegan solicitando su capacitación y formación, la mayor de las veces son remitidos por asociaciones de vecinos, cooperativas, organizaciones de la Iglesia Católica y también de la Evangélica, por grupos culturales y grupos deportivos ya que todos ellos conocen el trabajo de las organizaciones estudiadas desde hace muchos años.
Los actores oficiales específicos con quienes mantienen vinculación a través de financiamiento y convenios han sido las Alcaldías, el Instituto Municipal de Capacitación Educativa (IMCEC) y la oficina de Desarrollo Social de la Gobernación.
En el mismo orden de importancia dentro de la empresa privada figuran Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Empresa Polar y microempresas como entes privados de gran apoyo y grandes vínculos de estas organizaciones. Las Embajadas de otros países también constituyen un actor de vínculos estratégicos para estas organizaciones, muchas de las cuales cuentan con sedes cuya construcción, equipamiento o remodelación han sido posibles gracias a recursos obtenidos con estos organismos internacionales.
Otro actor específico de gran vinculación es la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC), este organismo representa un ente con un gran trabajo incluso a nivel internacional que apoya financieramente a diversidad de organizaciones educativas como Fe y Alegría y Damas Salesianas, entre otras.
Finalmente, reviste importancia reseñar el reconocimiento de la labor y vínculo estratégico visualizado mayormente entre organizaciones muy antiguas y consolidadas en el tiempo como lo son EFIP, Damas Salesianas, Nuevo Amanecer, RETRUQUE, Rotary Club, Club de Leones, Escuela de Formación Domingo Verde, entre otras. Tal reconocimiento inminentemente comienza a dar resultados fructíferos concretados en uniones estratégicas de solidaridad y cooperación organizada en redes como lo es la creación de la Red de Organizaciones de Capacitación (ROCA) la cual representa el gran hallazgo en este estudio.
Esta red es el resultado de la articulación de muchas organizaciones no gubernamentales que prestan el servicio de capacitación laboral en los Municipios Maracaibo y San Francisco, entre las cuales se incluyen: Nuevo Amanecer, Damas Salesianas, Fe y Alegría, JUVENZUL, EFIP, RETRUQUE, Hermanas del Ángel de La Guarda, Central de Cooperativas del Zulia (CECOSEZUL), entre otras.
Los entrevistadas reseñaron el trabajo conjunto que vienen realizando desde ROCA de manera de coordinar esfuerzos que vayan más allá del trabajo individual de cada organización; en sus conversaciones mencionaron a otras de las personas que habían sido entrevistadas para este estudio y sobre su participación en ROCA como red social organizada, la cual conciben como una alianza para intervenir en el problema de los jóvenes excluidos del sistema escolar.
Aunque la red se encuentra en sus inicios, sus comisiones de trabajo han planteado en un primer momento una agenda en la que se estudia y discute el contexto actual de desarrollo de las políticas en capacitación y educación así como los mecanismos jurídicos atinentes como la Ley Orgánica de Protección al Niño y al Adolescente (LOPNA), Ley Nacional de La Juventud, así como también el estudio de mecanismos de participación, aspectos estos que les permitirán la visualización de las necesidades y propuestas de acción necesarias en la atención de los jóvenes desocupados y desescolarizados y en las que definitivamente pudieran tener injerencia de forma coordinada.
En la actualidad EFIP Y RETRUQUE también se encuentran constituyendo un equipo coordinador junto a La Escuela de Formación Domingo Verde y la Central de Cooperativas del Zulia (CECOSEZUL) con la intención de promocionar y dar a conocer los Consejos Locales de Planificación Pública (CLPP), pues piensan que en ellos encontrarán una herramienta de participación popular. Para ello han invitado a la colectividad y sectores populares a documentarse sobre ese aspecto a través de la programación de una emisora radial (Fe y Alegría).
Así pues, se evidencia un entramado de vínculos estratégicos desarrollados por la mayoría de estas organizaciones que van a denotar unas redes de compromiso cívico con diversidad de actores, con quienes buscan la obtención de beneficios colectivos. Tales beneficios se traducen en logros comunes, logro de algunos objetivos planteados, logros de financiamientos y recursos materiales, intercambios de recursos materiales y actividades, facilitación de acciones para todos los involucrados y obtención de mayor flujo de información.
Es visible entonces lo acertado que ha sido para las organizaciones mantener vínculos de toda índole con diferentes actores pues son formas organizativas que cuentan casi siempre con recursos escasos pero buscan participar, articularse y coordinar esfuerzos para la obtención de beneficios colectivos.
Complementariamente, en la dinámica de las conexiones y relaciones interpersonales presentes en las redes o grupos de cooperación como las organizaciones del tercer sector, es importante el proceso de comunicación el cual va a facilitar el desarrollo de las acciones emprendidas generando mayor eficiencia en el logro de estas, a la par que van a reducir la incertidumbre en la red. Dicho proceso va a nutrirse por una parte, de las relaciones o conexiones interpersonales, y por otra, de la información compartida que se brinden los integrantes.
La información compartida, como otro de los elementos a considerar en la descripción de la dinámica de funcionamiento de las redes de compromiso cívico de las organizaciones se perfila como un aspecto presente aunque no con mucha fuerza y potencialidad.
Evidentemente, las organizaciones del tercer sector proveedoras del servicio de capacitación laboral utilizan diversos medios de información tanto a lo interno como a lo externo de ellas como lo son, predominantemente, las formas verbal y escrita, así como la vía electrónica, vía telefónica y por medio de la radio comunitaria.
Los aspectos sobre los cuales intercambian información estas organizaciones son diversos; a nivel interno la información compartida es mayormente sobre las actividades, tareas y funcionamiento de la organización pero también sobre eventos de capacitación laboral e información general que pudiera ser de utilidad para sus miembros.
A nivel externo, el tipo de información compartida por las organizaciones con otros actores está relacionada mayormente con actividades en común, con eventos de capacitación laboral que pudieran también ser realizados por otros entes, con programas públicos de financiamiento y proyectos sociales y sobre información en general. En este aspecto los resultados revelan que los miembros no limitan la información a otros actores que pueden estar involucrados con la labor que ellos desempeñan, pero la frecuencia y cantidad de información se diferencia entre las organizaciones con la tendencia a ser enviada a pocos entes.
El hecho de no compartir más información con más actores limita el hecho de dar a conocer el servicio que prestan, los logros que obtienen y sobre todo suprimen la promoción del trabajo alternativo que realizan pues ellas representan iniciativas y opciones construidas desde los actores de la sociedad civil superando la espera de los recursos provenientes únicamente del Estado.
Adicionalmente, aunque los interlocutores de la información son diversos, existe mayor flujo de información a lo interno de las organizaciones que hacia fuera, es decir, aunque hubo manifestación de envío y recepción de información a todos los actores con los cuales se vinculan, los resultados denotan una tendencia a información compartida mucho más entre miembros que entre organizaciones o entes.
Esto es un aspecto manifestado dentro de las organizaciones pero no en la totalidad de ellas; casos aislados como el de Damas Salesianas y Pitahaya, son expresión de un intercambio de información limitado a su membresía a nivel central o nacional por lo que no potencian intercambio de información ni de vínculos más allá de su organización. En la práctica este tipo de organizaciones realizan un trabajo voluntario admirable, con gran dedicación a la atención de poblaciones vulnerables pero no buscan muchas conexiones ni comparten información con actores diversos porque se manejan bajo criterios de independencia y autogestión.
Por otro lado, se presentan organizaciones en extremo vinculadas incluso a nivel internacional, como lo es el caso de EFIP, la cual ha mantenido vínculos e información compartida con organismos internacionales como la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) y miembros del Foro Social Mundial capítulo Venezuela.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Se concluye entonces que las redes de compromiso cívico de las organizaciones objeto de estudio pueden ser descritas como funcionales y con gran densidad, ya que en ellas se manifiestan diversidad de conexiones y contactos tanto personales como institucionales, de manera estratégica, en la búsqueda de cooperación para la obtención de beneficios colectivos.
A pesar de que el flujo de información compartida no es suficiente hacia los otros actores, las redes de compromiso habidas en este capital denotan una gran fortaleza basada en la diversidad y multiplicidad de actores con los que estas organizaciones mantienen vínculos tanto a nivel personal como institucional lo cual además de generarles beneficios colectivos las convierte en un componente clave del tejido social de municipios tan importantes como Maracaibo y San Francisco.
Así pues, el capital social de las organizaciones del tercer sector proveedoras de servicios de capacitación laboral en los municipios Maracaibo y San Francisco se caracteriza por ser consistente en cuanto a su existencia, y muestra varias fortalezas como un nivel satisfactorio y suficiente de confianza social fundamentada en la existencia efectiva de confiabilidad mutua y de cooperación voluntaria, un funcionamiento regular de sus normas de reciprocidad como fuertes redes de compromiso cívico.
Este elemento cuenta con una gran manifestación de valores en los miembros que conforman dichas organizaciones como la confianza, la solidaridad, la cooperación, la responsabilidad y una concepción amplia de reciprocidad; pero presenta una actuación regular e inconsistente en el funcionamiento de las normas o acuerdos para la convivencia de los grupos, por lo que a pesar de tener presencia como elemento del capital social de las organizaciones su nivel de cumplimiento pudiera ser mejor.
En este sentido, las organizaciones estudiadas manifiestan la existencia y consistencia de un capital social que une definido por sus lazos intra-comunitarios a través de la confianza social y normas de reciprocidad como también cuenta con un capital social que tiende puentes representado por lazos horizontales e inter-organizacionales desarrollados a lo externo de ellas a través de sus redes de compromiso cívico.
Por otro lado, el carácter positivo que presentan los elementos de capital social manifestados en estas organizaciones las coloca como estructuras sociales con grandes capacidades y potencialidades para participar de forma alternativa o complementaria en el proceso de la obtención de bienes y servicios y aumenta sus posibilidades de contribuir a la reducción de las deficiencias en cuanto al desempeño, calidad y cobertura de servicios en las diferentes áreas de intervención de la política social del Estado.
Bajo esta perspectiva, estas organizaciones se involucran y se convierten en actores efectivos y claves en el proceso de reconocimiento de los otros y facilitadores de esfuerzos conjuntos que redundan en el fortalecimiento de la sociedad civil de la región.
Finalmente, la construcción de capital social desde estas formas organizativas a partir del trabajo y experiencias que han tenido con sus comunidades pertenecientes a Maracaibo y San Francisco contribuiría sobremanera al proceso de diseño de las acciones de política pública formuladas para intervenir en diversos problemas sociales, en tanto que pueden aportar información y experticia sobre aspectos relacionados con la especificidades o características socio- culturales y verdaderas necesidades de las comunidades de la región zuliana y potenciales beneficiarios a considerar en dichas políticas.
In questo lavoro il discorso dellautrice si ramifica nella triplice direzione storica, metodologica e didattica con riferimento ai diversi momentidi transizione della scuola, a partire dal dopoguerra e particolare riguardo allattuale momento di svolta e di riforme che ha investito tutto il sistema scolastico italiano.
Lo studio afronta il problema del curricolo non limitandosi alla sola discussione teorica ma riportando le teorie alle concezioni ed ai modelli prevalenti nel tempo in cui esse sono state elaborate.
Il lavoro presenta unampia panoramica delle teorie curriculari elaborate nel periodo di maggior interesse del curricolo e con puntuali considerazioni critiche ne analizza la fondatezza scientifica e la effettiva traduzione della practica educativa.
Lopera è directa a tutti gli operatori scolastici e alle scuole impegnate ad affrontare il problema dlla qualità dellinstruzione e i nodi cruciali dellapprendimento efficace, la scelta degli obiettivi e dei contenuit e la loro distribuzione nel percorso formativo.
Lintento dellautrice non é quello di offrire una ricetta aplicativa quanto quello di mettere in resalto como ogni progetto didattico, che miri a definirsi in termini di produttività debba inevitablemente considerare globalmente tutti gli elementi conoscitivi ed organizzativi che investono la formazione della persona.
Maria Bianco é dottore di recerca in Teoria e storia dei processi formativi, e docente abilitata allensegnamento delle scienze umane nelle scuole secondarie.
Notas
1 Fundación Escuela de Gerencia Social (FEGS) (2003). Notitegs, nº 17, Caracas, Venezuela, año 9, Enero.
2 WOOLICOCK, M & NARAYÁN, D (2002). Capital social: Implicaciones para la teoría, la investigación y las políticas sobre el desarrollo, Banco Mundial, p. 20. (consultado en línea: www.worldbank.org).
3 Es importante mencionar que es a partir del trabajo de Granovetter, que el enfoque o visión de redes reconoce que los lazos intracomunitarios otorgan a la familia y la comunidad un sentido de indentidad así como un propósito común. Sin embargo, también pone énfasis en que, de no contar con cierto nivel de lazos intercomunitarios (lazos débiles), tales como los que traspasan divisiones religiosas, étnicas, de clase, de género y estatus socioeconómico, los fuertes lazos horizontales pueden prestarse para la satisfacción de intereses personales o de un determinado sector. Cfr. GRANOVETTER, M (1973). La fuerza de los vínculos débiles. Política y Sociedad, n°, 33, Madrid.
4 WOOLCOCK, M & NARAYÁN, D (2002). Op. cit., p. 9.
5 EVANS, P (1992). The State as Problem and Solution: Predation, Embedded Autonomy, and Structural Change, in: Stephan HAGGARD, S & KAUFMAN, R (Eds). The Politics of Economic Adjustment: international Constraints, distributive Conflicts, and State. Princeton, N.J. Princeton University Press.
6 Esta perspectiva sugiere a los teóricos, investigadores y encargados de la formulación de políticas tres tareas: identificar la naturaleza y el alcance de las relaciones sociales e instituciones formales de una comunidad así como su manera de interactuar entre si; desarrollar estrategias institucionales basadas en relaciones sociales, en particular , la cantidad de capital social construido por lazos de unión y de aquel que tiende puentes ; y finalmente, determinar de qué manera las manifestaciones positivas del capital social, como la cooperación, la confianza y la eficiencia institucional, puede compensar el sectarismo, el aislacionismo y la corrupción (WOOLCOCK, M & NARAYÁN, D (2002). Op. cit.
7 Este enfoque de los activos, es un análisis ofrecido por Orazio ATANASIO y Miguel SZÉKELY (1999). La pobreza en América Latina, análisis basado en los activos, en pobreza en América Latina. Revista el Trimestre económico. México, Julio-Septiembre, año LXVI, nº 263, a partir del Proyecto de la Red de Centros de Investigación respecto a Los Activos y Recursos de los pobres en América Latina, desarrollado por el Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para ATANASIO y SZÉKELY, los activos se clasifican en: capital humano, entendido como el grupo de capacidades necesarias para producir un bien o un servicio, como por ejemplo los años de escolaridad formal; capital físico, referido al valor monetario de cualquier forma de activo financiero, como tenencia de dinero, propiedades, entre otros; capital social, que según la definición de PUTNAM, R (1993). Para Hacer que la Democracia funcione, Editorial Galac. Caracas, pp. 106-112; 206-236, se refiere al grupo de normas y redes sociales que facilitan la acción colectiva entre personas, como por ejemplo la posibilidad de conectarse con una red social.
8 ATANASIO, O & SZÉKELY, M (1999). Op. cit., pp. 317-364.
9 Ibidem.
10 PUTNAM, R (1993). Op. cit., p. 12.
11 Ibid.
12 KNACH, citado en: PUTNAM, R (1993). Op. cit.
13 PORTELA, M & NEIRA, l (2003). Capital social: Las relaciones afectan al desarrollo, Instituto Internacional de gobernabilidad de Cataluña. Colección Documentos, nº 106, Cataluña, España.
14 Ibidem.
15 PORTELA, M & NEIRA, l (2003). Op. cit.
16 GONZÁLEZ, L (2000). El capital social de los gerentes sociales. Caso: Fundación Fondo de Inversión Social del Zulia. Trabajo Especial de Grado. FACES-LUZ, Maracaibo.
17 PUTNAM, R (1993). Op. cit.
18 Ibidem.
19 REAL ACADEMÍA ESPAÑOLA (1992). Diccionario de la Lengua española. Vigésima edición. Espasa, Madrid, p. 213.
20 PUTNAM, R (1993). Op. cit.
21 Ibid., p. 220.
22 SCARBAY L (2004). El capital de las organizaciones del tecer sector proveedoras de servicios de capacitación laboral en los municipios Maracaibo y San Francisco del Estado Zulia en el 2004. Trabajo Especial de Grado. FACES-LUZ, Marcaibo, P. 246.
23 SALAMANCA, L (2000). La sociedad civil venezolana: del Pacto de Punto Fijo a la V. República. Caracas, mimeo.
24 Ibidem.
25 PUTNAM, R (1993). Op. cit.
Bibliografía
1. GONZÁLEZ, L (2000). El capital social de los gerentes sociales. Caso: Fundación Fondo de Inversión Social del Zulia. Trabajo Especial de Grado. FACES-LUZ, Maracaibo. [ Links ]
2. SALAMANCA, L (2000). La sociedad civil venezolana: del Pacto de Punto Fijo a la V. República. Caracas, mimeo. [ Links ]