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Tiempo y Espacio
versión impresa ISSN 1315-9496
Tiempo y Espacio v.20 n.53 Caracas jun. 2010
Incidencia de la agricultura en el contexto económico de la isla de Margarita durante la segunda mitad del siglo XVIII
Weimber José Rojas
Universidad de Oriente- Núcleo Nueva Esparta wrojas13@hotmail.com
Resumen
El propósito de esta investigación fue analizar la situación económica en la Isla de Margarita en el Siglo XVIII en función a la producción y comercialización de los diversos rubros agrícolas producidos en la región y su incidencia en la dinámica social margariteña. La historiografía tradicional solo se ha limitado a la economía margariteña del Siglo XVIII, únicamente desde el ángulo de la pesca lo cual constituye una imprecisión, pues desatiende el análisis de varios datos y testimonios que fundamentan que en suelo isleño también hubo una participación de los rubros agrícolas con incidencia en la economía local y regional. La aplicación de los métodos de la historiografía regional y local favorece el análisis de aspectos no considerados que ofrecen el estudio de este hecho histórico local desde nuevos datos y referencias. Las conclusiones de este trabajo apuntaron a: a) Establecer una visión diferente de las actividades desarrolladas en la Isla de Margarita centradas en la producción agrícola; b) Complementar el estudio económico de la Margarita del Siglo XVIII; c) Validar los aportes de la Historia Regional y Local en el estudio integral de los procesos de la localidad.
Palabras clave: Economía margariteña del Siglo XVIII; Agricultura neoespartana; Economía de Venezuela en el Siglo XVIII
Impact of agriculture in the economic context of the island of Margarita in the second half of the eighteenth century
Abstract
The purpose of this research was to analyze the economic situation in the island of Margarita in the eighteenth century according to the production and marketing of various agricultural items produced in the region and its impact on social dynamics Margarita. Traditional historiography limited only to the economy ah Margarita eighteenth century, only from the standpoint of fishing which is inaccurate because it neglects the analysis of several underlying data and testimonies that island territory also had a share of agricultural items an impact on the local and regional economy. The application of methods of historiography encourages regional and local analysis of aspects not considered to offer the study of this local historic event from new data and references. The findings of this study is to: a) Establish a different view of the activities in Margarita Island focused on agricultural production, b) To complement the economic study of the eighteenth century Margarita c) Validate the input of History Regional and Local Government in the comprehensive study of the processes in the locality.
Keywords: Margarita Economy of the Eighteenth Century; neoespartana Agriculture, Economy of Venezuela in the Eighteenth Century
Recibido: 07/11/2009 Aprobado: 11/02/2010
A manera de Introducción
La ciencia historiográfica en Venezuela ha presentado una serie de vacíos relacionados con la dinámica geo histórica de las regiones respecto al tratamiento dado a los acontecimientos históricos. Presta mayor atención a los grandes hechos vividos por importantes personajes y desatiende las vivencias de regiones y localidades. La gran historia no considera los hechos históricos micros de ciudades o pueblos y sólo da prioridad y trascendencia a los hechos de carácter nacional. Este fenómeno se vincula con la metodología tradicional empleada en la construcción de una historia centralista, dominante y excluyente. Sin embargo la historiografía local no desecha la contribución de la historia tradicionalista, pero si reclama un análisis más plural y una visión más integradora de la diversidad que configura el quehacer histórico de un país.
Esta nueva visión de la historia impone la necesidad de reorientar el proceso historiográfico en función de desarrollar investigaciones donde se permita considerar, con la rigurosidad de la metodología histórica consideraciones y visiones actuales que den cabida a una nueva historiografía regional, rigurosamente fundamentada en documentos literales e iconográficos y otras referencias de valor para dar forma al hecho histórico.
De todas las Provincias capituladas en la época colonial en el territorio venezolano, la de mayor data en cuanto a su fundación es la Provincia de Margarita. La misma jugó un papel preponderante en el ordenamiento territorial venezolano. De hecho allí conjuntamente con la Isla de Cubagua, se iniciaron las primeras actividades económicas basadas en la explotación perlífera. Esto no quiere decir que fue la única actividad económica que dinamizó el Monopolio español, pero si es un fenómeno económico digno de ser considerado en el contexto de la economía venezolana del Siglo XVIII. A pesar de que la Isla de Margarita jugó un papel pionero en la formación de la nación venezolana, debido a que en buena parte de sus adyacencias se realizaron las primeras actividades económicas de producción y explotación perlífera, así como su destacada participación en los procesos colectivos de la emancipación venezolana; no se ha revalorizado todo esta contribución que representa la margariteñidad al contexto nacional.
A pesar de esto, es una de las regiones donde se evidencia una notable escasez de fuentes bibliográficas que apunten información y conocimiento acerca de la dinámica y proceso socio económico. Se ha tenido una visión muy generalizada de la economía insular dieciochesca que sólo considera la actividad pesquera como característica de las actividades económicas de la isla de Margarita. La pesca, bien sea artesanal o comercial, ha distinguido por centurias a la Isla y han definido el carácter insular o isleño Sin embargo, es poco estudiado el hecho de que el aparato productivo margariteño también comercializó diferentes rubros agrícolas, los cuales de alguna manera complementan la visión que se tiene de la economía de la Isla en el siglo XVIII.
En el marco de las observaciones anteriores, esta investigación se propone ofrecer otro ángulo de estudio sobre la Isla en el Siglo XVIII, acerca de sus actividades económicas que se desarrollaron en ese contexto histórico. En tal sentido, esta indagación fue orientada de ofrecer fundamento y justificación con la intención de mostrar un esbozo que sirva para enriquecer la nueva historiografía, al igual que la cultura e identidad neo espartana. Es casi imposible encontrar, sobre todo en ciencias sociales, una investigación completa definitiva y de validez universal. Lo planteado como propósito en esta investigación, está factible al cambio y a la mejora en virtud a la carencia y deficiencia existente acerca del tema en cuestión El motor de esta investigación está en el estudio, comprensión y análisis de los documentos relacionados con la problemática en observación. Se trata de ofrecer otro ángulo histórico acerca del Siglo XVIII en la Isla de Margarita partiendo de la explotación de sus rubros agrícolas. No obstante la historiografía tradicional no prolifera en referencias que te adecuen con este tema, resultando escasez de bibliografía e información, principal limitación de esta investigación.
Esto es pertinente desatacarlo debido a que posteriormente a la publicación de los resultados de esta investigación, puede ser el caso de que algún otro investigador pueda denegar lo anteriormente planteado, obteniendo valiosos recursos bibliográficos que pueden darle otro sentido o mejor dicho profundizar el tema ya propuesto. Algunos aportes, de tanto, de la Historia regional La Historia como ciencia apunta al estudio de los acontecimientos de mayor valía que ocurrieron en el pasado, los trae al presente a fin de darle su estudio y análisis respectivo, con la intención de que esa interpretación sirva de marco para el futuro. Con estas ideas se plantea el hecho de que la historia no sólo estudia el pasado, sino también es posible evaluar la misma en otros tiempos. En este aspecto Bloch (1944) plantea: la historia no es la ciencia del pasado, sino la ciencia del hombre en el tiempo. El objeto de la historia son los hombres. Así se sostiene que el ser humano es el discurso central de la historia. La historia en si no está definida, pues tiene una amplia significación; no sólo tiene al individuo como objeto de estudio, también incluye la sociedad. Esto le da ese carácter multidisciplinario a la misma.
Todo hecho pasado, aunque sea tan reciente como lo acaecido ayer, constituye ya un hecho histórico. Los hechos históricos son los que importa a la historiografía. Ésta aborda la acción de los hombres en el espacio y en el tiempo. La acción del hombre es la que va a permitir unir ese pasado con el presente y viceversa. De lo plasmado de los hechos, de los acontecimientos o específicamente del estudio de ese proceso se encarga la historiografía.
La historiografía es el estudio de la manera que la historia se ha escrito. En un amplio sentido, la historiografía se refiere a la metodología y a las prácticas de la escritura de la historia. En un sentido más específico, se refiere a escribir sobre la historia en sí. La historiografía como ciencia se refiere al estudio o análisis sobre la historia como fuente de conocimiento, la función de la historiografía es reconstruir la historia y para esto se vale de algunos métodos importantes. Debido a que el método es el soporte de cualquier rama del saber; Braduel, F. (S/F) presenta un apretado resumen de los que componen el que hacer histórico:
el método es el conjunto de operaciones intelectuales que nos permiten reunir, sistematizar y valorar los testimonios históricos para interpretarlos. Estos se clasifican en: Analítico-dialéctico, empirista-estructural, cuantitativo-cualitativo. La mayoría nacen del estructuralismo, pieza clave en los enfoques históricos. Éstos impulsan la cuantificación y la introducción de conceptos como estructura y coyuntura.
La aplicación de un método está relacionada con una determinada ideología o escuela de pensamiento. Es por esto que también existen otras corrientes como la positivista que interpreta el hecho histórico como una realidad objetiva; y la referida al materialismo histórico, que se opone radicalmente a la primera; así como la Escuela de los Annales, la cual se sitúa a la cabeza de una nueva metodología.
Estas tendencias historiográficas han sido muy cuestionadas recientemente debido al poco interés mostrado en cubrir los hechos micros regionales y locales. La larga historiografía tradicional, por lo menos en el caso venezolano así lo ha demostrado. Para ilustrar esto: Lovera (1988) afirma que la historiografía venezolana acusa una visión marcadamente centralista de la historia, es una historia cargada del quehacer caraqueño, por y para Caracas, donde el resto del país pareciera no tener participación, sino en algunas referencias dispersas. Esto demuestra la visión parcial y centralista de la narración de los hechos históricos venezolanos. La historia patria da poco aportes al verdadero conocimiento regional
Muchos de los hechos y procesos históricos ocurridos en las localidades y pueblos del interior del país no son conocidos ni comprendidos cabalmente por sus habitantes, en parte porque tradicionalmente su presentación e interpretación ha sido fragmentada y anecdótica.
Ante esta debilidad metodológica se enrumbaron nuevas perspectivas para reorientar el proceso historiográfico, dando paso así al nacimiento de una nueva concepción que basa sus estudios en los hechos históricos regionales y locales, para así ampliar las especificidades de la historia de Venezuela y calibrarlas en su adecuada dimensión. Esto ya formaba parte de una necesidad:
la impostergable necesidad de abrir nuevos horizontes que hagan posible una reelaboración de la historia nacional partiendo de la certeza de que ésta no puede aprehenderse en su real concreción sino es a través de la reconstrucción de los procesos históricos regionales partimos de la convicción de que una historia es factor básico de la identidad nacional antes que una idea generalizada de nación, ha de considerarse la presencia de ese mosaico de especialidades, aunque independientes, articuladas al conjunto nacional en gran correspondencia con lo local y su ámbito regional (Vásquez Ferrer, 1985)
No hay discusión, un elemento identitario y de gran prominencia de cada pueblo, es sin duda el conocimiento de su historia propia, de conocer el acervo cultural del mismo. Es allí donde viene a relucir la gran importancia y cabida que tiene la historia regional y local en la construcción de los hechos históricos particulares. Cada pueblo tiene un acervo único e independiente, se diferencian en su valor y el arraigo que cada habitante le pueda dar al mismo, esto determina más aun la obligatoriedad en que se expanda el discernimiento y estudio de la historia regional y local.
La acción de los hombres está destinada a establecer vínculos imperecederos con el espacio donde se desarrollan sus actividades. Estos vínculos como expresiones coherentes y particulares son las que producen la identidad local, regional y o nacional. De aquí lo trascendental del estudio y la puesta en práctica de la historia regional y local; así como su enseñanza para reestablecer la historia nacional a la luz del análisis regional. Aunque primeramente se debe establecer la no igualdad de ambas ramas de la historia. Para esto, Medina Rubio (1988: 112), de acuerdo con los razonamientos que se han venido realizando, sostiene:
En primer lugar, historia regional no debe confundirse con historia local, aun cuando ambas mantengan una estrecha relación. Mientras que esta última se basa en las localidades y quizás en las Parroquias la primera aspira superar los límites y criterios de una comarca, llegando incluso a rebasar los límites de un país.
Entiéndase que el criterio espacial de región que allí se quiere establecer, por lo menos en la última idea, se refiere a un criterio sub nacional. En cuanto a la historia local es más específica y por ende su campo de estudio es más limitado, presenta consideraciones crecidamente notorias es más concreta en cuanto a un campo de estudio. La historia local se descarna de cualquier intento de totalización, sino que se enmarca dentro de sus propios límites, es decir localidades, pueblos y parroquias. Esta constituye una motivación importante para llegar al conocimiento y al uso de las historias mayores. Es lo que algunos llaman micro historia.
En cuanto a la historia regional, aparte de que es una alternativa válida en la reconstrucción e interpretación histórica; su campo de estudio es un poco más amplio incluye los dominios espaciales y por supuesto humanos. Se desliga de la monumentalidad de los fenómenos universales y nacionales. Ella propone reencontrarse con lo que se recoge en ámbitos temporales y espaciales más pequeños. La historia regional, como ciencia basa su perspectiva en la funcionalidad de las regiones históricas, éstas definidas como ese espacio en el que convergen una serie de elementos humanos, espirituales que asociados al sentimiento de pertenencia del espacio físico y a lo largo del tiempo se establece un sistema de valor autóctono.
En si la región histórica tiene una connotación antrópica debido a la importancia de la acción humana. Aunque el impacto de las actividades económicas, políticas y culturales también son tomadas en cuenta para el respectivo estudio, de acuerdo a las técnicas y métodos empleados para solucionar determinado problema a investigar. La historia regional choca de manera agradable con la tradición arropante de la historiografía centralista; característica del sistema educativo venezolano. Desde que se establece como método y solución a los vacíos historiográficos existentes en la historia del país se ha propuesto dar innumerables contribuciones para el que hacer relacionado al historicismo nacional.
Un ejemplo de esto es que detecta el problema del inadecuado e incompleto tratamiento que se ha aludido a la historiografía venezolana contribuyendo así a la miopía histórica, al restringir el análisis a temas o hechos aislados, sin rigor teórico metodológico y metódico. La nueva historia deja aun lado esos azotes.
El espacio debe concebirse como un producto social. El mismo es dinámico y se transforma de acuerdo al ritmo que le imprimen las condiciones históricas particulares de la sociedad en un momento dado. De esto también está consiente la Historia regional. Finalmente, otro valioso aporte o novedad de la Historia regional y local como ciencia a considerar son las fuentes, la cual constituyen la materia prima del historiador. De acuerdo a su clasificación, las fuentes históricas representan el factor principal en la construcción de cualquier discurso histórico, para esto se debe apelar a fuentes innovadoras. Por ejemplo hasta un poema puede ser considerado una fuente histórica. Testimonios orales, correspondencia, memorias, gráficos. Obras plásticas también lo pueden ser. Sin desechar, claro está, el valioso aporte que ofrecen los modernos recursos audiovisuales.
Economía insular del Siglo XVIII ¿Sólo pesquera?
Luego del aun polémico contacto europeo comienza el proceso de conquista y colonización de España sobre los territorios del nuevo mundo desde ese momento el antiguo régimen enfiló sus políticas administrativas en función de aumentar su expansión territorial sobre estos territorios.
La Isla de Margarita juega un papel geo estratégico vital para los intereses de la Corona española no sólo por su ubicación geográfica, también por la cercanía a Cubagua y por la abundancia de sus bancos perlíferos. Esto último es lo que permite que España ponga la mirada en serio hacia la Isla y otorga la capitulación para su poblamiento y `por ende en la adquisición de las ganancias de los productos que allí se pudieren producir para su comercialización.
En el Siglo XVIII las perlas ya habían escaseado, pero en su interior se procesaban productos agrícolas importantes y su ubicación era prioritaria para la entrada y salida de barcos cargados de esos frutos que se producían internamente o en el resto de las provincias venezolanas.
Como partida a la fama creada por las perlas, surgió una circunstancia calamitosa generada por la misma causa: la riqueza perlífera era incentivo alucinante para la piratería. El contrabando surge como producto de un mismo problema: el de la exclusividad de las riquezas para las autoridades. Esta actividad fue practicada en todo el Mediterráneo, en una lucha que enfrentaba a piratas y reyes de distintas regiones. Este proceso encontró continuidad en el Caribe, cuando los piratas, apoyados por algunas banderas y en busca de fortuna rápida, se trasladan a las Indias a medida que avanzaba la conquista. Durante los Siglos XVI, XVII y XVIII el mar de las Antillas fue escenario para la lucha de los piratas con la marina española. El contrabando es la entrada o la salida y venta clandestina de mercancías prohibidas o sometidas a derechos en los que se defrauda a las autoridades locales, la Isla de Margarita no fue la excepción y sus habitantes también practicaron el contrabando como una práctica de vida.
Quizás los mismos indígenas contrabandeaban sus productos a espaldas de los caciques jefes de sus tribus. Lo que sí es cierto es que los piratas y navegantes fueron quienes iniciaron el contrabando de las riquezas encontradas en el nuevo mundo. De diferentes nacionalidades de Europa se lanzaron hacia el Atlántico en busca de nuevas riquezas, todo a inicio del periodo colonial se diría que luego de 1500. A América llegaron atraídos por el triple motivo de explotar las salinas, asaltar las flotas y los puertos españoles y organizar una buena red de contrabando.
Margarita agrícola
Algunos de los rubros que caracterizan la economía margariteña: Dentro del sector secundario las actividades industriales más importantes fueron la salazón y conserva de pescados, la construcción de embarcaciones pesqueras. Otra actividad es la artesanal, a base de textiles (chinchorros, etc.), calzado, alpargatería, aguardiente, conserva de dátiles y dulcería, alfarería, cerámica, artesanías de hojas de palma tales como sombreros, cestería, etc.1
Esta diversidad económica permite afirmar que no solo el sector pesquero es el que dinamiza el sector productivo de la Isla. La perla es la génesis económica de la isla, sin embargo agotados sus ostrales otros productos cobraron relevancia entre los que comenzaron a exportarse en mayor cantidades figuran el tabaco, la miel de abeja, maíz, algodón, cocos, frutos menores, pescado salado y en menor proporción café (Alfaro Salazar, 1991: 61).
Es posible que también se halla trabajado mucho en la isla la actividad de extracción del aceite de la pulpa del coco, conocida como la copra, debido a la gran cantidad de plantas con esa fruta en la Isla. La elaboración de la copra, es decir, quitar la cáscara, despedazar la pulpa y secarla, normalmente se realiza donde crecen los cocoteros. En la actualidad existen grandes plantaciones donde se integran todas las operaciones, pero antiguamente la copra era recogida por comerciantes que iban de isla en isla recogiéndola por el Océano Pacífico.
A pesar que existió una diversidad económica en suelo insular lo que predomina son las actividades pesqueras, obviamente el carácter isleño fundamenta esta hipótesis. Esto ha ocurrido desde el instante que comenzó el proceso de conquista y colonización. La pesquería de perlas es un elemento a considerar en cualquier estudio que se realice acerca de la economía margariteña, pero no entra en este estudio.
La agricultura existente durante el Siglo XVIII en Margarita se extiende sobre grandes superficies territoriales aunque generalmente con débil rendimiento, debido la escasez en la isla de los recursos básicos como lo son el agua y la tierra; a esto se le suma el bajo índice de pluviosidad y las pobres condiciones hídricas del subsuelo el cual se entiende como un alto contenido de salinidad debido a la condición isleña del lugar. Esto a primera vista podría surgir como obstáculo para el desarrollo de una armoniosa actividad agrícola, sin embargo en la isla la laboriosa mano del margariteño permitió que por lo menos se realizara una notable actividad agrícola. De este modo adoptó métodos y formas de trabajar de manera estable el suelo fértil de la Isla. En diferentes partes de la isla se cultivaron muchos productos agrícolas como plátanos, dátil, níspero, anón, cereza, pan del año, lechosas, melón, patillas, auyamas, yaguarey, naranja, limón, etc. Así mismo se producen otros rubros importantes: en todas las albuferas se recoge el mangle colorado que se emplea en las curtidurías locales y se exporta al continente, lo mismo que el dividivi. En las comarcas áridas de Macanao se explota el Guayacán (Cunill Grau, 1987). De igual forma existieron frutos locales aclimatados aquí como por ejemplo el mango.
Según Subero (1980) la agricultura estuvo esparcida por toda la isla: tuvo su principal asiento en los valles del Espíritu Santo y Santa Lucia (La Asunción), Tacarigua, Paraguachí San Juan y Pedro González Esto da una idea de que las centros agrícolas, en su mayoría, estuvieron alejados de las costas marinas Tubérculos como la yuca que empleaban en la fabricación del casabe. El algodón que se usa para la elaboración de hamacas. La caña de azúcar además del papelón para destilar el ron. Y por supuesto el tabaco se trabajó de manera constante durante toda la época colonial inclusive hasta en los hechos de Independencia. En efecto las tropas realistas en 1817 destruyeron gran parte de los paisajes humanizados litoralenses entre ellos las matas de cocos que había en el puerto con los frutales que se encontraban en los patios de las casas así como las asociaciones de cultivo de maíz, yuca y cambur (Cunill Grau, 1987), debió pasar mucho tiempo para volver a la normalidad en la Isla, en cuanto a su producción agrícola.
Las Provincias Orientales mantuvieron escaso contacto con las del Centro, en 1776 con la concesión a la Compañía Guipuzcoana del comercio con Margarita y Trinidad, se iniciaron bajo formales auspicios, las relaciones comerciales entre ambas zonas. Con la creación de la Capitanía General de Venezuela en 1777 se incorporaron las Provincias orientales, las centrales y las andinas para formar un solo bloque unitario nacional. Con el establecimiento en 1786 de la Real Audiencia, la cual tuvo jurisdicción sobre Maracaibo, Cumaná, Margarita, Trinidad y Guayana, se estrecha aquella unidad, que se robustece en el orden económico con la erección el Real Consulado que designa Cónsules delegados en Cumaná.
El comercio con el exterior se realizó desde muy temprano, por vías clandestina desde mediados del XVI, principalmente por los holandeses, entonces buscadores de sal, y lícitamente con Santo Domingo, San Juan de Puerto Rico y Cuba. A mediados del Siglo XVIII los catalanes manifestaron interés por comerciar con las islas del Caribe, incluyendo obviamente la Isla de Margarita. De esta forma se gestionó la Real Compañía de Barcelona que actuó en el oriente venezolano en el periodo 1752 1816. La Real Compañía de Comercio de Barcelona extendió su radio de acción hasta Tierra Firme, transportando mercancías catalanas y a la vez conduciendo a la metrópoli productos criollos. La prolongación de su radio de acción le produjo serios roces con la Compañía Guipuzcoana.
En diversas oportunidades de la Isla de Margarita salieron embarcaciones cargadas con los rubros agrícolas y pecuarios rumbo al puerto de Cumaná y de allí directo hacia la península española. De la Provincia de Margarita se exportaban para Cataluña, en los barcos de retorno de la real Compañía, varios productos.
En el mismo estudio realizado por Marco Vila se observa la relación de las embarcaciones que salían de los puertos orientales así como la relación en monedas que estos costaban. También se indica el nombre de las embarcaciones, el año en que se realizó la exportación y los productos que contenían.
Rubros Agrícolas
El Dividive (caesalpinia coriaria) (jaq.) Willd) o Guatapanare es un árbol que generalmente mide entre tres a nueve metros de alto con un tronco corto y ramas torcidas. Este árbol tuvo importancia comercial en Margarita en el periodo estudiado y fue sostén de la economía doméstica, pues en muchos pueblos de la Isla se intensificó su cultivo para recoger su fruto, el que era exportado y utilizado también en la región para la curtiembre de cueros, ya que el fruto o agalla es muy rico en tanino y da un tinte de color negro intenso a los cueros. Igualmente de los puertos margariteños se exportó en cantidades importantes el Dividive, el cual estuvo a cargo de la Compañía Guipuzcoana, a partir de 1765. Previo estudio de las plantas y del tinte hecho por el técnico Juan de Mansilla (Rosas Acosta, 1971).
Los margariteños comerciaron con España este producto de la fruta tintórea producida por un árbol llamado guatapanare que se cría silvestre. Los primeros embarques dieron resultados pero luego adelantaban las cosechas recogiendo los granos verdes, por lo que no daban el mismo tiente que ocasionó la ruina del negocio.
El algodón es una de los cultivos más antiguos de la Isla. Es una planta de la familia de las malváceas, género Gossypium. Es de gran importancia económico debido a que de sus frutos se obtiene la fibra de algodón. Del algodón se obtienen diversos productos como aceite, materias primas para fabricar jabón y también pólvora, celulosa para utilizar en cosméticos.
Sin embargo, para la época que se estudia, el algodón solo se utilizaba para la obtención de la fibra con la que se elaboraban las hamacas. Los cronistas que visitaban la Isla en la época colonial realizaban asentamientos y observaciones acerca de esta planta. Por ejemplo, en el año 1773 Fray Iñigo Abad anotó en su documento ya citado en esta investigación lo siguiente: la principal ocupación de estos habitantes es hacer medias y Hamacas de Algodón.2. Obviamente se refiere al lugar que se realizaba esta actividad, específicamente en la comunidad de San Juan. El mismo visitador más adelante se refiere a Santa Ana del Norte: en este territorio hay mucha arboleda de algodón, que se produce naturalmente en los Montes y utilizan los abitantes en la fabricación de las amacas, que es la cama del país
El tabaco es una planta originaria del continente americano. El Tabaco es el nombre común de dos plantas de la familia de las Solanáceas cultivadas por sus hojas que, una vez curadas, se fuman, se mascan o se aspiran en forma de rapé. El tabaco es uno de los principales productos agrícolas no alimenticios del mundo. Las hojas se secan, curan y utilizan para fabricar cigarrillos, puros y tabaco de pipa y de mascar.
En la isla de Margarita se exportó a granel el tabaco, pues sus bondades eran disfrutadas por el resto de los habitantes de la península y de las Antillas caribeñas. Sin embargo para el periodo estudiado poco fue la participación exportadora de la Isla o hasta el momento de la elaboración no se encontró documento alguno que demostrará el aval de las exportaciones del tabaco margariteño, desde el punto de vista de los datos. Sin embargo, en documento histórico denominado: Proposición del capitán general de Caracas de los medios para fomentar la isla Margarita en evitación de su invasión; publicado en portal español electrónico perteneciente al Archivo General de Indias se evidencia que para el año 1798 se envían al Capitán General de Venezuela información relevante de las condiciones referidas al fomento de la Isla, entre otros aspectos se destaca la Isla ocupa una situación ventajosa para la recalada de embarcaciones de Europa y que en los años lluviosos es bastante abundante de frutos principalmente de excelente tabaco.
Durante la colonia, y posteriormente, ya en la época republicana, Margarita fue productora de tabaco, desarrollándose una industria importante de tabacos y calillas que fue la ocupación de todo un pueblo: Los Millanes.
El añil es un arbusto perenne de la familia de las leguminosas, de tallo recto, hojas compuestas, flores rojizas en espiga o racimo y fruto en vaina ovalada. Bastante bien conocida y difundida en Nueva España donde los colorantes fueron objeto de activo comercio desde la época prehispánica.
Langue (2006) sostiene que en la Isla también se produjo el añil en pleno Siglo XVIII junto a otras regiones del oriente, centro y occidente del país. El cultivo del añil se extendió en estas condiciones a la totalidad de la Intendencia: hasta Maracaibo, la isla de Margarita (San Juan del Valle), a Barcelona y Cumaná (la preparación del añil se llevaba a cabo en Cumanacoa, San Fernando y Arenas cuyas añilerías se hicieron famosas a fines del Siglo XVIII.
La planta después de un proceso de maceración, decantación y secado, dejaba un polvo de color azul, conocido como añil o azulillo, el cual era utilizado para teñir telas. De esta forma el añil destaca a nivel nacional en la época estudiada. El poeta Gómez (1996: 27) en su obra Margarita Vegetal, recoge información importante acerca de los datos de exportación de esta fruta. De acuerdo a información suministrada por Félix Francisco Bejarano, Gobernador sub delegado de Margarita, al Intendente Abalos del despacho a favor de Don Diego González.
A manera de Conclusión.
Queda demostrada la firmeza e importancia que los rubros agrícolas dinamizaron la economía dieciochesca. De los puertos margariteños se exportaban rubros agrícolas y pecuarios en cantidades amplias que beneficiaban a las autoridades reales de la península monárquica. Los jornaleros y sembradores margariteños eran los que más trabajaban pero los menos beneficiados económicamente producto del sistema político imperante de la época. Margarita y sus suelos agrícolas permitieron un repunte económico para las arcas españolas no en comparación a otra Provincia del territorio de la época, pero si permite afirmar y hablar de una margarita agrícola y no solo pesquera o perlífera.
El comercio ilícito también es trascendental, la Isla por condiciones geográficas obvia permita el fácil acceso clandestino a sus costas y por ende la no legalización de las actividades fiscales con las autoridades respectivas. Esto permite un dinamismo más acelerado en la producción y siembra de los productos agrícolas, pues era más beneficiario para las autoridades de la Isla cosechar y vender a espalda de las fiscales, pues de esta forma se beneficiaban enormemente a recibir lo que realmente correspondía. Y es que la Corona española implementó una serie de ordenanzas reales a fin de establecer el orden fiscal y percibir todas las ganancias posibles de la riqueza que se producían en la Provincia de Margarita. La época colonial es triste porque los beneficiados de todas las riquezas margariteñas no son los nativos de la Isla, todo lo contrario. Desatando indignación en lo que a la postre serían los líderes de la emancipación venezolana.
Los rubros agrícolas margariteños aun permanecen en la actualidad, quizás no con el mismo fervor de antes pero la tradición continúa en muchos pueblos margariteños que se resisten a morir ante el avasallante paso de la globalización.
NOTAS
1 Isla de Margarita: Economía. (s.a.) [En Línea] En: http://www.avenezuela.com/estados/nuevaesparta/margarita/economia.shtml . (Consulta: 2006-07-27)
2 Esta cita la hace el cronista margariteño Ángel Félix Gómez en su obra Margarita Vegetal. De hecho realiza otras notas acerca de la diversidad de los rubros agrícolas exportados de la Isla así como el tratamiento que le daban para su producción, también destaca la descripción física de la planta referida.
REFERENCIAS
1. Alfaro Salazar, Luís (1991). Historia de Paraguachoa. Caracas: Fondo Editorial Tropykos. [ Links ]
2. Bloch, Marc (1944). Introducción a la historia. México: Breviarios. Fondo de Cultura Económica. [ Links ]
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4. Cunill Grau, Pedro (1987). Geografía del poblamiento venezolano en el Siglo XIX. Caracas: Ediciones de la presidencia de la república. Tomo I. [ Links ]
5. Gómez, Ángel Félix (1996). Margarita Vegetal. Colección Madre Perla. Fondo Editorial FONDENE, en este apartado él hace mención al Boletín del Archivo General de la Nación Nº 170. 1955. P 27. [ Links ]
6. Isla de Margarita: Economía. (s.a.) [En Línea] En: http://www.avenezuela.com/estados/nuevaesparta/margarita/economia.shtml . (Consulta: 2006-07-27) [ Links ]
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9. Lovera, Elina (1988). Consideraciones sobre fuentes, métodos, técnicas en un estudio de Coro en el Siglo XVIII; en La región Histórica. Caracas: Fondo Editorial Tropykos. Proposición del capitán general de Caracas de los medios para fomentar la isla Margarita en evitación de su invasión. Archivo General de Simanca. Unidad de Secretaría de Despacho de Guerra. Título de la Unidad. Isla de Margarita, Fomento. Signatura: SGV, 7245,24. Fecha de la creación. 1794.
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