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Revista de Ciencias Sociales

versión impresa ISSN 1315-9518

Revista de Ciencias Sociales v.15 n.3 Marcaibo sep. 2009

 

Tendencias en la segregación residencial en Chile*

Garín Contreras, Alan** Salvo Garrido, Sonia*** Bravo Araneda, Gonzalo****

* Proyecto Financiado por la Universidad de La Frontera, Proyecto DIUFRO Nº DI07/0033.

** Geógrafo, Magíster en Geografía, Doctor @ en Geografía. Profesor del Departamento de Ciencias Sociales. Área de especialización. Desarrollo Territorial, Geografía Social. Investigador proyectos DIUFRO. Universidad de la Frontera. Facultad de Educación y Humanidades. Departamento de Ciencias Sociales. Chile. E-mail: agarin@ufro.cl. Telf. 56-45-325042.

*** Doctora en Estadística, Profesora del Departamento de Matemáticas y Estadística. Áreas de investigación: Modelación, Psicometría, Tablas de Contingencia Asimétricas. Investigadora proyectos DIUFRO, FONDECYT E INNOVA-CORFO. Evaluadora FONDECYT. Universidad de la Frontera. Facultad de Ingeniería. Departamento de Matemática y Estadística. Chile. E-mail: ssalvo@ufro.cl. Telf. 56-45-325356.

**** Licenciado en Sociología y Ciencias Políticas. Magíster en Ciencias Sociales. Profesor de Sociología Departamento de Ciencias Sociales. Áreas de especialización: Sociología Urbana y Desarrollo Territorial. Investigador proyectos DIUFRO. Universidad de la Frontera. Facultad de Educación y Humanidades. Departamento de Ciencias Sociales. Chile. E-mail: gbravo@ufro.cl. Telf. 56-45-325378.

Resumen

Los análisis sobre segregación residencial en Chile, están adquiriendo una importancia creciente, dado que sus efectos sociales son cada vez más evidentes. A objeto de identificar las tendencias que sigue este proceso, se hace una revisión de la investigación a nivel nacional y que permita ser un aporte para el avance en este tema. Los resultados indican que la segregación residencial está disminuyendo, los principales mecanismo que operan en este proceso son: el funcionamiento del mercado del suelo, políticas públicas y los movimientos migratorios al interior de la ciudad. Como efecto, la segregación ha generado un aumento de los problemas sociales como el alcoholismo, delincuencia, jóvenes solteras embarazadas y deserción escolar. También se observa una predominancia de estudios cuantitativos y una significativa heterogeneidad en el uso de indicadores, como un escaso análisis sobre la percepción y autopercepción de los habitantes de barrios segregados.

Palabras clave: Segregación residencial, mercado del suelo, espacio, Chile.

Trends in residential segregation in Chile

Abstract

Analyses on residential segregation in Chile are acquiring a growing importance, given that its social effects are ever more evident. In order to identify the trends that this process follows, a review is made of a national –level investigation that could be a contribution to advancing this topic. Results indicate that residential segregation is diminishing; the main mechanisms operating in this process are: operation of the land market, housing policies and migratory movements to the inner city. As an effect, residential segregation has generated an increase of social problems such as alcoholism, delinquency, young, pregnant single women and school desertion. Also, a predominance of quantitative studies was noted and a significant heterogeneity in the use of indicators, as well as scarce analysis on the perception and self-perception of the inhabitants of segregated neighborhoods.

Key words: Residential segregation, land markets, space, Chile.

Recibido: 08-09-12 · Aceptado: 09-03-23

Introducción

La investigación sobre la segregación residencial, definida como: “la aglomeración geográfica de familias de una misma condición o categoría social, como sea que se defina esta última, social o racialmente o de otra forma” (Sabatini et al., 2001:3) es de larga data y cada vez ha ido adquiriendo una mayor relevancia por sus implicancias en la vida urbana. Esta se puede manifestar de diversas formas, ya sea desde una visión étnica, de género o socioeconómica, entre otras. En cuanto a su localización, esta es una característica de las ciudades.

Los estudios de segregación, tienen su origen principalmente en la Escuela de Chicago, en las primeras décadas del siglo XX. Para esta escuela, la influencia del darwinismo social es relevante para explicar los procesos de segregación, ya que se aplican los principios de competencia, invasión y sucesión, en la lucha por el espacio urbano de las diversas actividades o funciones que se dan en este. En este sentido, los individuos o actividades de mayor status, se localizarían en los mejores espacios, mientras los más débiles en las áreas más degradadas (Molina, 2001:2) indica que en este contexto, los niveles de ingresos son los responsables de los patrones residenciales segregados y conformándose “áreas naturales” en las que se presenta una homogeneidad social. Posteriormente, a la Escuela de Chicago, siguieron los modelos de Hoyt (1939) y Harris y Ullman (1945), modelos que se orientaron a describir la diferenciación socioespacial, pero que a juicio de Molina (2001) presentaban deficiencias en la explicación de la segregación residencial urbana.

Para la medición de la segregación residencial se han utilizado diversos indicadores, destacándose, el índice de disimilaridad de Duncan. En 1988, Massey y Denton (Molina, 2001) identifican cinco dimensiones de la segregación: uniformidad, exposición, concentración, centralización y agrupamiento. A estos cinco indicadores más utilizados, se han agregado, entre otros, nuevos métodos estadísticos como el análisis de varianza (Rodríguez, 2001:27), índice de Lagunaridad (Escolano, 2006) en un estudio sobre la ciudad de Puerto Montt (Chile), e índice de Moran para la ciudad de Santiago (Sabatini et al., 2007). Esta variedad de indicadores da cuenta que sólo ha primado una mirada cuantitativa de la segregación.

En América Latina, los estudios sobre segregación residencial se han intensificado en las últimas décadas, ya que los efectos y las nuevas formas que presenta, influyen de manera notable en la configuración socioterritorial de las ciudades latinoamericanas. En este sentido, Rodríguez y Arriagada (2004) mencionan que la segregación residencial parece inherente a la vida urbana, radicando su importancia en las adversidades que se le imputan cuando su raíz es socioeconómica, es decir, cuando se trata de segregación residencial socioeconómica (SRS). A grandes rasgos, la SRS actúa como mecanismo de reproducción de las desigualdades socioeconómicas, de las cuales ella misma es una manifestación.

Por su parte, Lungo y Baires (2004), mencionan que lo más visible de la segregación socioespacial en la última década, lo constituye la significativa separación espacial entre las áreas residenciales de grupos de altos ingresos y las áreas residenciales de gente pobre. Estos patrones de ocupación del suelo urbano, son resultado de la planificación basada en la separación espacial de actividades y asociada a ciertas intervenciones como la renovación urbana que genera un proceso de gentrificación del centro histórico que aleja a los habitantes pobres de este sector, los cuales son reemplazados por habitantes de altos ingresos. Además, se construyen nuevas redes viales y grandes centros comerciales que refuerzan la segregación y que permiten el surgimiento de una nueva tipología residencial, las de los barrios cerrados y aislados de la población de escasos recursos.

En relación a lo anterior, Greenstein et al. (2000) señalan que los patrones tradicionales de segregación en las ciudades de América Latina están cambiando debido a la proliferación de nuevas comunidades cerradas destinadas a grupos crecientes con ingresos altos y medianos y al surgimiento de centros comerciales y complejos de oficinas en áreas más “modernas” fuera de los tradicionales centros históricos. En São Paulo, Santiago, Buenos Aires y Ciudad de México, por nombrar sólo algunas de las ciudades más grandes y dinámicas, estas nuevas construcciones también se pueden encontrar en las cercanías de áreas residenciales de bajos ingresos. La segregación de los usos y el acceso se está intensificando, lo que hace más aparente las desigualdades sociales de las últimas décadas. Sin embargo, al mismo tiempo, estos cambios en los patrones de segregación reducen las distancias físicas entre los grupos socioeconómicos, y están poniendo al alcance de los pobres las instalaciones comerciales “modernas” y los espacios públicos mejorados.

También, las investigaciones han demostrado que la concentración de población en barrios pobres y degradados ambientalmente, trae consigo consecuencias sociales negativas que pueden favorecer la reproducción de la pobreza intergeneracional y a la manifestación de conductas desviadas como la delincuencia (Arriagada, 2000). En este sentido, reforzando lo señalado por Arriagada, Clichevsky (2000) resalta que la segregación también se encuentra asociada a la deserción escolar, drogadicción, fecundidad temprana, etc. En un contexto descentralizado, y en especial metropolitano, produce desigualdades de recursos, entre los municipios donde habita la población de mayores ingresos y aquellos de los sectores pobres.

En el caso de Chile, la investigación sobre segregación residencial aún es escasa, no obstante existir una preocupación creciente por parte de los organismo públicos y autoridades políticas, preocupación que se constata con lo señalado por la Sra. Ministra de Vivienda y Urbanismo de Chile, Patricia Poblete, “la segregación urbana es un atentado contra la estabilidad social, que empaña nuestras democracias y los éxitos económicos conseguidos en el continente en los últimos años” (Minvu, 2007). En función de lo señalado, este estudio se orienta a una revisión bibliográfica de la investigación realizada sobre la segregación residencial en Chile, que permita tanto conocer las tendencias que presenta, como la contribución a las políticas publicas. Además, se intentará diagnosticar cuales son las principales debilidades de estos estudios para su aplicación.

Para estos efectos, la investigación considera tres ejes: las perspectivas teóricas, su medición y principales resultados.

1. La segregación residencial en Chile

En Chile, el análisis de la segregación residencial aún es incipiente, pero se observa un creciente desarrollo de estudios en este campo, pero que se limitan principalmente a las grandes ciudades y en particular a la ciudad de Santiago, capital nacional.

Temporalmente, las investigaciones abarcan desde el año 1970 al 2002, concentrándose principalmente en las últimas dos décadas. Se analiza el comportamiento espacial de la segregación en las ciudades de Valparaíso, Santiago y Concepción. Entre los resultados mas sobresalientes se señala que cuanto mayor es el tamaño de las áreas homogéneas en pobreza, los problemas urbanos y sociales para sus residentes se agravan como también hay un aumento en la malignidad de la segregación, procesos que se encuentran asociados a las políticas de liberalización del mercado del suelo, lo cual se hace visible con el incremento de las correlaciones inversas entre indicadores de segregación como la ocupación del jefe de hogar con los de desintegración social, entre ellos retraso escolar y embarazo adolescentes, entre otros.

Además, las investigaciones señaladas dan cuenta de la existencia de segregación medida a través de las Necesidades Básicas Insatisfechas, las cuales se agudizan al considerar la medición a nivel de distritos censales.

2. Las perspectivas teóricas

Al analizar las orientaciones teóricas presentes en los estudios de segregación residencial, estos utilizan preferentemente, un enfoque estructuralista, donde uno de los principales factores que han permitido intensificar la segregación, ha sido la aplicación del modelo económico neoliberal a través de la liberación de los mercados del suelo, lo cual ha implicado que se profundicen las desigualdades socio espaciales, ya que el principal medio que permite el acceso a un buen barrio, es la capacidad económica que tengan los individuos. Esta postura se encuentra avalada al constatarse que en Chile han persistido las desigualdades económicas entre la población, lo cual influye en las oportunidades en acceder a un buen barrio.

La visión estructuralista es criticada por Sabatini et al. (2001), quienes sostienen que en las investigaciones sobre segregación, tanto en América Latina como en Chile, han tenido un enfoque reduccionista, orientado a estudios de casos y preferentemente a los condominios cerrados. Estos estudios se orientan a demostrar que la globalización económica ha estimulado las desigualdades espaciales, donde el espacio es reflejo de la sociedad o dicho de otra manera, existe una relación simétrica entre desigualdad social y segregación residencial.

Sabatini et al. (2007) señalan que hay una manera diferente de entender la relación entre desigualdad y segregación. Esta mirada se basa en dar énfasis a los procesos sociales, relacionados con la movilidad y las identidades sociales. Acá se evalúa el rol de la segregación espacial en la formación de grupos e identidades a través de la movilidad social.

En cuanto a los efectos de la segregación Flores (2007), hace una aproximación a las teorías de los efectos de barrio, la perspectiva de la geografía de las oportunidades, las teorías de genero y las teorías de aglomeración. En esta revisión sólo se abordarán sumariamente las dos primeras.

En la teoría de los efectos de barrio se analiza el efecto que la exposición temprana o durante los años formativos a ambientes segregados tiene sobre la vida en niños y jóvenes. El desarrollo de estos no puede ser estudiado sin considerar el contexto en que el individuo opera. La idea central de la teoría es que hay ciertos procesos sociales ligados al espacio que tienen un efecto en el proceso de desarrollo de los niños y jóvenes expuestos a una situación de pobreza espacialmente concentrada. Esto se relaciona con el efecto de pares y plantea que la concentración de comportamientos disfuncionales (inactividad, deserción escolar, embarazo adolescente) hace aumentar la probabilidad de que una persona que vive constantemente expuesto a esas condiciones, presente también comportamientos disfuncionales. Además, se presenta un segundo mecanismo asociado al proceso de socialización colectiva, en el cual los adultos actúan como modelos para los jóvenes. Por ejemplo, al existir una alta tasa de desempleo en el barrio, significa que los niños y jóvenes crecen sin tener un modelo de rol adecuado para la posterior inclusión exitosa en el mercado laboral. Por ultimo, la teoría señala que el espacio afecta los resultados individuales de los niños a través del proceso de socialización institucional. Acá se enfatiza sobre el efecto que tienen los adultos pertenecientes a las instituciones que sirven a las comunidades segregadas.

Con respecto a la teoría sobre la Geografía de las Oportunidades, esta busca relacionar el proceso de toma de decisiones con el contexto geográfico de los individuos. Se plantea que existen miradas objetivas y subjetivas asociadas al proceso de tomas de decisiones y las restricciones que el espacio plantea. Agrega que la estructura, calidad y acceso a oportunidades, sistemas sociales, mercados e instituciones, varían objetivamente entre una zona u otra. A la vez, los valores, aspiraciones, preferencias y percepciones subjetivas acerca de los potenciales resultados en la toma de decisiones, están afectadas por la red social local y por lo tanto, varían geográficamente.

3. Medición de la segregación

Para analizar la segregación, hay que tener en cuenta que ésta se presenta bajo tres dimensiones (Sabatini y Sierralta, 2007): La tendencia de ciertos grupos sociales a concentrarse en algunas áreas de la ciudad, la conformación de áreas con un alto grado de homogeneidad social, y la percepción subjetiva que se forman sobre la segregación objetiva, tanto de quienes pertenecen a barrios o grupos segregados, como quienes son externos a ellos.

La investigación en Chile se orienta mayoritariamente a la medición cuantitativa, las dos primeras dimensiones y dentro de estas, principalmente la primera y en menor medida a la cualitativa o subjetiva, la cual se asocia a la tercera dimensión.

Dentro de la perspectiva cuantitativa, se han aplicado una diversidad de indicadores de manera combinada. En este sentido se encuentra los trabajos de Sabatini et al. (2007), Sabatini y Sierralta (2007), quienes usaron los índices de disimilitud de Duncan, Exposición y Moran. Por su parte, Escolano (2006) el índice de Lagunaridad y Rodríguez (2001), el análisis de varianza.

En cuanto a la dimensión subjetiva, la investigación es escasa y se orienta principalmente al estudio de casos. Se pueden mencionar los trabajos de Díaz (2005) en un barrio de viviendas sociales en la ciudad de Temuco, Díaz, R. (2007) quien analiza la segregación de un barrio pobre de la comuna de Lo Barnechea, la cual es mayoritariamente población de alto estatus socioeconómico. A nivel de ciudad, sólo se encuentra el trabajo de Márquez (2005).

4. Indicadores

Una de las principales características que ha presentado la segregación residencial, es que ha ido variando su intensidad de acuerdo a la escala. Al igual que otras ciudades latinoamericanas, en Chile se ha presentado una segregación a gran escala, lo cual era resultado de la distribución espacial de los diferentes grupos sociales, los que se caracterizan principalmente por extensas zona de pobreza y una alta concentración de grupos de mayores ingresos. Estos últimos localizados en la espina de crecimiento que une al centro con las zonas periféricas. La investigación realizada por Sabatini et al. (2001) demuestra que esta tendencia de segregación a gran escala está disminuyendo, lo cual está rompiendo el patrón tradicional de las ciudades chilenas. Este proceso se da principalmente en las zonas de mayor dinámica inmobiliaria del sector privado y como contrapartida, aumenta en las áreas de las nuevas localizaciones de las familias de menores recursos económicos.

Sabatini et al. ( 2007) en un estudio de segregación para la ciudad de Santiago, señalan que los valores del índice de disimilitud se modifican al cambiar la escala territorial de medición, donde a nivel de ciudad, los grupos de mayor estatus socioeconómico son los más segregados, los grupos medios los menos, ocupando los grupos bajos una situación intermedia. En cambio, cuando se utilizan diversas escalas territoriales, la segregación, disminuye significativamente a nivel de ciudad, pero alcanza valores máximos a medida que se mide al nivel de hogar.

En la Tabla I, se observan los cambios en los valores de la segregación, cuando se modifica la escala.

Tabla I. Índice de Disimilitud para nivel de educación. Santiago de Chile

Escala

Índice de Disimilitud para
educación en valores absolutos

1992

2002

Manzana

0.467

0.441

Zona censal

0.401

0.380

Distrito

0.362

0.349

Comuna

0.319

0.276

Fuente: Sabatini, F. Wormald, G. Sierralta, C y Peters, P. Segregación residencial en Santiago de Chile 1992-2002 y efectos sociales vinculados con su escala geográfica. Documento de trabajo Nº37. Instituto de Estudios Urbanos. Pontificia Universidad Católica de Chile.

En la misma dirección que el estudio de Sabatini et al. (2007), pero considerando la segregación según el nivel educacional del jefe de hogar, Rodríguez (2001) analiza la evolución en el área metropolitana de Santiago, tal como se observa en la Tabla II.

Tabla II. Evolución Índice de Duncan Nivel Educacional Jefe de Hogar. Área Metropolitana Santiago de Chile

Años

Comunas

Distritos

Zonas censales

Manzanas

1982

0.456

0.493

0.519

0.597

1992

0.393

0.438

0.470

0.538

Fuente: Rodríguez, J. Segregación residencial socioeconómica: ¿Qué es? ¿cómo se mide? ¿qué está pasando? (2001). Serie Población y Desarrollo Nº 16. CELADE.

Los resultados indican una relación inversa entre la superficie del área con el valor de la segregación, es decir, a medida que aumenta el tamaño del territorio considerado, disminuye la segregación. Esta disminución, a juicio de Rodríguez, se deberían a los avances educacionales de los sectores más pobres, los cuales crecieron a tasas más elevadas que los sectores de mayores ingresos.

4. Determinantes de la segregación

Rodríguez (2001) señala que es posible distinguir dos tipos de determinantes, uno incluye los mecanismos de fondo y que de acuerdo a Lungo y Baires (2004) están asociados a los mercados del suelo: restricciones de oferta, niveles de precios, lógicas de localización de actividades comerciales y residenciales que favorecen la expulsión de los pobres y la exclusividad de residencia a distinta escala, liberalización del crecimiento urbano o marcos de regulación que estimulan la fragmentación y segregación urbanas.

El segundo tipo de determinantes corresponde a los directos y son los siguientes:

a) los diferenciales de crecimiento natural de los diferentes grupos sociales que contribuyen a determinar la forma como aquellos se distribuyen en el espacio urbano, y en tal sentido afectan la intensidad y las formas de la segregación.

b) los patrones de migración intra y extrametropolitana, pues si la gente migra hacia zonas en que hay alta concentración de pares (en términos étnicos, culturales o socioeconómicos), cabe esperar una creciente segmentación del espacio urbano; en cambio, si la migración se efectúa para salir de tales zonas y trasladarse a otras donde predominan grupos diferentes, cabe esperar una atenuación de la segregación.

En el mismo sentido, Fischer et al. (2003), apoyan la argumentación de que las migraciones al interior de la ciudad provocan cambios en la segregación, ya que en algunos casos, la clase media empobrecida se cambian a lugares habitados por clases populares, como también, “nuevos pobres” se trasladan, por razones de trabajo, hacia zonas de grupos de medianos y altos ingresos.

En el caso de Chile, la investigación se ha direccionado en ambas líneas, pero con mayor énfasis en los mecanismos de fondos, es decir, los asociados al mercado del suelo. Pero, como se podrá observar mas adelante, existe una estrecha relación entre los mecanismo de fondos y determinantes directos asociados a la migración intraurbana.

Para entender los actuales procesos que están viviendo las ciudades chilenas en relación a la segregación, no se puede dejar de mencionar que el cambio de modelo económico a partir de la década del setenta, ha generado significativos transformaciones en las estructuras económicas y socio espaciales, sólo para mencionar algunos aspectos. En este sentido, se ha señalado que a partir de la reforma económica impuesta en Chile a fines de la década del setenta, el recurso suelo en las ciudades, dejó de ser un bien escaso y por lo tanto se convirtió en un bien transable en el mercado, en la que el Estado debería tener una mínima injerencia en la planificación y a la vez eliminar las restricciones que permitieran el crecimiento natural de las áreas urbanas siguiendo las tendencias del mercado. Esta visión se encuentra presenta hasta la promulgación del D.S Nº 31 de 1985, en que nuevamente el suelo es considerado un recurso escaso, el derecho de propiedad debe restringirse en beneficio del bien común y el crecimiento debe sujetarse a la planificación del Estado.

Los resultados de la aplicación de esta nueva visión, no se reflejaron en que la segregación disminuyera ostensiblemente, tal como lo manifiestan algunas investigaciones.

Smolka y Sabatini (2000) señalan con respecto a este nueva visión del suelo urbano y que se reflejan en la Política de Desarrollo Urbano, es que se eliminaron los limites al crecimiento urbano, establecimiento de un sistema de subsidios con objeto de reducir el déficit de la vivienda y el “desalojo” de los asentamientos pobres de áreas de altos ingresos, lo cual influyó en la segregación residencial.

Al analizar los determinantes de fondo y los directos (como se recordará, los determinantes de fondo se asocian al comportamiento del mercado del suelo y los directos a diferenciales de crecimiento natural y migraciones), se presentan muy relacionados entre si, en particular entre mercados de suelo y migraciones. Es así como en el estudio ya mencionado de Fischer et al. (2003:3) las migraciones en las dos últimas décadas en la región metropolitana de Santiago presentaron dos particularidades “Por un lado hubo una migración de capas de ingreso altos y medios hacia las comunas rurales de de la Región Metropolitana en el sudoeste, este, pero también el noroeste. Por otro lado se pueden observar migraciones desde las zonas regionales de los estratos altos hacia comunas vecinales (barrios populares), donde se desarrollan islas de grupos sociales más altos”. Estos movimientos que generan desigualdades socioterritoriales, a juicio de los autores, no se pueden explicar como causa directa las desigualdades en los ingresos, sino que además en las modificaciones a la regulación del acceso al suelo urbano, como fue la liberalización del mercado de la tierra. A su vez, las políticas de vivienda ha contribuido a que la población de menores ingresos sean desplazados hacia las periferias, lo que hace aumentar la segregación.

Por su parte, Brain y Sabatini (2007: 47) señalan que la “liberalización del mercado del suelo, la concentración del capital inmobiliario, la adopción de la tipología del condominio cerrado o enrejado y la realización de importantes obras de infraestructura urbana de nivel regional, se encuentran entre los factores que contribuyen a modificar el patrón tradicional de segregación…”.

5. Efectos de la segregación

La existencia de segregación residencial, no obstante que ha disminuido, presenta importantes efectos en la desintegración social, estimulando los sentimientos de exclusión y de desarraigo territorial. En este sentido, Sabatini et al. (2007:19) destaca el desempleo y la inactividad juvenil, pero hace ver que estos efectos van a depender según la escala de medición y el indicador utilizado. Los resultados indican que el aislamiento espacial (índice de aislamiento o exposición) de los grupos más pobres están asociados con un alto desempleo de los jefes de hogar al igual que el desempleo de los jóvenes. A la vez con jóvenes que no estudian ni trabajan. Estas condiciones pueden llevar a delinquir, ya sea a través “del crimen y en particular, del tráfico de drogas” lo cual podría llevar a una “ghettizacion” del barrio.

Entre los efector urbanos, Sabatini et al. (2001) menciona que los tiempos de viaje crecen debido que a que las personas pobres segregadas deben recorrer largas distancias hacia sus lugares de trabajo como también hacia servicios y equipamiento.

Arriagada y Morales (2006:4) analizan la relación entre segregación (medida a través del Índice de Disimilitud) y delincuencia en 230 ciudades. Para el año 2002 los análisis de correlación demostraron una asociación relevante entre la segregación residencial socioeconómica y las tasas globales de delitos y en particular con las tasas de robo con sorpresa, intimidación y fuerza.

Las conclusiones del estudio de Arriagada y Morales (2006) indican que la “delincuencia, por sí, genera mayor segregación ya que afecta las preferencias de localización y orienta las pautas de diseño inmobiliario hacia el condominio enrejado y la privatización del espacio público; lo que no es una tendencia sustentable como forma generalizada de hacer ciudad. Ciudad y sociedad pueden considerarse espejos en lo referente a inequidad de los ingresos e inequidad urbana, con sus efectos erosionadores de la cohesión”.

A su vez, Hidalgo (2003) señala que el proceso de localización de los nuevos espacios residenciales cerrados ha contribuido a fragmentar el espacio social de la ciudad, como también el efecto de estas nuevas formas residenciales en el cambio del patrón tradicional de segregación. Agrega que “dicha modificación del patrón de segregación urbana se asocia a la acumulación de operaciones inmobiliarias desplegadas en zonas periféricas y de borde respecto al casco urbanizado de la ciudad de Santiago. En el caso chileno, uno de los hitos que explica esta situación lo constituye la liberalización del mercado del suelo urbano en 1979, que provocó una fuerte dinámica de acumulación y crecimiento de los agentes inmobiliarios que sólo se vio detenida por la crisis económica de 1981-1983. A partir de 1984 y en especial desde 1988, el capital privado recupera su dinamismo y pone en marcha proyectos urbanos de alta rentabilidad y gran tamaño en el tradicional barrio alto y también, de manera más incipiente en municipios vinculados a grupos sociales de menores ingreso”. Por su parte, Flores (2007:11) asocia la segregación residencial con los resultados educacionales de niños de cuarto básico, medido a través de la prueba nacional SIMCE. Los resultados de su investigación indica que la segregación residencial afecta negativamente el desempeño escolar, por sobre los efectos de la pobreza a nivel de hogar y de las características de la escuela. Agrega “la segregación a menor escala es más nociva que una segregación medida a mayor escala, donde los efectos de la pobreza colectiva sobre los resultados educacionales tienden a desaparecer”.

6. Una mirada critica sobre la investigación

No hay duda en señalar que la investigación sobre segregación residencial cada vez más adquiere una mayor relevancia en Chile, principalmente por los efectos socioterritoriales que esta conlleva.

No obstante lo señalado en el párrafo anterior, la investigación presenta, a nuestro juicio, una marcada heterogeneidad en cuanto a su abordaje, ya sea desde el sustento teórico, escala territorial (comuna), distrito, zona y manzana censal, indicadores y variable empleadas entre otros aspectos. Estas características ciertamente inciden en su capacidad explicativa, comparación y utilidad para tomar decisiones de políticas públicas.

Desde la perspectiva teórica, la mayor parte de la investigación tiene un enfoque estructuralista, que, a nuestro juicio, es determinista y no suficiente para explicar los procesos presentes en la segregación, ya que se sostiene que el capitalismo, a través del mercado, genera desigualdades, las que necesariamente se reflejan en el territorio, siendo sus expresiones mas claras la generación de condominios cerrados, como también la consolidación de áreas residenciales de población pobre y carentes de servicios en contraposición a zonas de opulencia y exclusividad. Si bien los efectos de la segregación pueden ser compartidos, las causas no pueden atribuirse exclusivamente a los mecanismos del mercado, ya que también hay que considerar el rol de los grupos sociales involucrados en este proceso y que no necesariamente optan por una localización residencial en consideración a la condición económica.

En consideración a lo señalado en la parte final del párrafo anterior, el desconocimiento de la percepción y autopercepción de los actores sobre la segregación, ha incidido que esta sea analizada casi exclusivamente bajo una óptica cuantitativa, que si bien bajo este prisma se ha llegado a concluir que en Chile la segregación está disminuyendo, no se analiza que pasa al interior de los barrios segregados, especialmente en las áreas pobres donde probablemente se este en presencia de una perdida importante de cohesión y solidaridad social, como también de una estigmatización de la sociedad de esos barrios que induzca a que la población sea segregada por su residencia. Estos fenómenos han recibido escasa atención analítica.

En cuanto a la medición, se observa una significativa dispersión, tanto en los indicadores como en las variables que se utilizan, lo cual impide efectuar comparaciones de las tendencias entre las diferentes ciudades. En este sentido, a modo de ejemplo, la variable asociada a las necesidades básicas insatisfechas, es una variable útil cuando al interior de las ciudades existe una profunda desigualdad en el equipamiento básico y calidad de la vivienda, pero que en el caso particular de muchas ciudades chilenas y en especial de aquellas en que se ha realizado la investigación, el Estado ha provisto cubrir las necesidades de casi toda la población.

Finalmente, no existe un consenso sobre que escala territorial es la pertinente para analizar la segregación, ya que si bien es cierto, la medición a diversas escalas puede tener una importancia académica, no queda medianamente claro, cual de ellas es significativa para tomar decisiones sobre políticas publicas.

7. Conclusiones

Las tendencias de la segregación en Chile, indican que esta persiste en el tiempo, pero se encuentra en disminución en todas las escalas territoriales en que se analice.

Las causas de esta disminución se asocian principalmente a los movimientos migratorios intraurbanos de la población de mayor estatus económico, quienes se trasladan a zonas periféricas adyacentes a barrios pobres. Otra causa hace referencia a que el nivel educacional de los grupos pobres, está creciendo a tasas más elevados que los individuos con mayores recursos económicos.

Entre los factores principales para la persistencia de segregación, hay un consenso en señalar que la implementación del modelo económico neoliberal, particularmente a través de liberación del mercado del suelo y de las políticas de vivienda social, son los motores para explicar la concentración de grupos sociales homogéneos dentro de la ciudad.

No obstante que existe un interés creciente en analizar la segregación residencial, se observan en estas investigaciones, algunas debilidades que inciden en el carácter explicativo y comparativo de las tendencias del fenómeno analizado. En este sentido, predomina casi exclusivamente una mirada cuantitativa, lo que no permite entender en toda su magnitud, los diversos procesos sociales involucrados. Aun mas, se utilizan diversos indicadores que no son comparables entre sí.

Creemos, en el caso particular de Chile y considerando que la segregación está disminuyendo cuantitativamente, se debería enfatizar en los aspectos perceptivos de la población como de los procesos sociales que se presentan al interior de los barrios segregados, lo que se traduciría en tener una mirada amplia y con mayor fuerza explicativa y que a la vez, permitan orientar la formulación de políticas públicas.

Además, la investigación se ha enfocado al análisis de las grandes ciudades, desconociéndose si las ciudades intermedias están replicando lo que ocurre en las entidades mayores, tal como acontece con los problemas ambientales y de expansión urbana.

Lo que se puede afirmar, es que en Chile cada vez se hace más relevante conocer los procesos de segregación residencial, tanto en sus aspectos cuantitativos como cualitativos, indagando en los mecanismos de origen pero también los efectos, ya que de esta forma, se podrán diseñar políticas públicas que permitan una mayor integración social.

Bibliografía citada

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