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Revista Venezolana de Estudios de la Mujer
versión impresa ISSN 1316-3701
Revista Venezolana de Estudios de la Mujer v.12 n.29 Caracas dic. 2007
¿POR QUÉ SE SUICIDAN LAS MUCHACHAS MUSULMANAS?
Gioconda Espina
Creo que a muchas visitantes asiduas de librerías dentro y fuera de Venezuela les debe haber pasado lo mismo. De repente no existía ni el cine ni la literatura turca y Turquía apenas era un país islámico con deseos de entrar a la comunidad europea. Entonces Orhan Pamuk ganó el premio Nobel de literatura en 2006, todas sus novelas fueron traducidas en menos de un año al español y el mercado se vio invadido por la obra del turco de 57 años mucho tiempo radicado en Alemania y con largas estadías en las universidades de Iowa y Columbia en EEUU. De pronto, la televisión por cable comenzó a pasar las películas turcas de diversas épocas y tonos y todas redescubrimos lo que conocimos por Pamuk: el raki, las mezquitas, las familias con mujeres empañoladas y hombres con gruesos bigotes negros, las casas de té en las que se juega baraja y se dan citas clandestinas los amantes y también los taliban, es decir, de los estudiantes islámicos de las madrasas donde los terroristas buscan sus reclutas y los embarcan en acciones sin mayor éxito que la mala prensa que el Islam vuelve a coger por esas mismas acciones infructuosas.
El tema de Nieve, la primera de las novelas de Pamuk que leí, habla del recorrido de Ka, un poeta sin libro y con un viejo amor imposible, que ha nacido en Estambul, emigrado a Frankfurt, y que vuelve a Turquía para ir directamente a Kars, un pueblo al norte, con la excusa de que va a escribir un reportaje sobre la razón por la que las adolescentes de ese pueblo se han suicidado más que en ninguna otra parte del país. Pronto sabemos que lo que lleva y sostiene al poeta en ese pueblo cubierto de nieve es el amor reencontrado. Pero mientras espera que ella se vaya a Frankfurt con él, el poeta descubre las razones que mueven a los fundamentalistas.
El poeta Ka se ve involucrado en el golpe de estado que en medio de la función inaugural, da en vivo y en directo una compañía de teatro, más bien, una pareja de cómicos. Se aprovecha el actor y director de la imposibilidad de que los militares retomen el pueblo dado que los caminos están cerrados por la nieve; de hecho, el golpista teatral sabe que al comenzar el deshielo terminará su mandato. Entre los atartukistas republicanos representados por los cómicos golpistas y los militares, los fundamentalistas no tienen más salida que la clandestinidad después de sus acciones, las citas en lugares llenos de humo y oscuros, los mensajes cifrados. Ka se presta a ser enlace entre las facciones con absoluta indiferencia por los contenidos ideológicos que aducen, lo hace porque la hermana de su amada y la amada misma están sentimentalmente involucradas con el líder máximo de los terroristas, Azul. Esa hermana nos da la pista de por qué podría ser que las muchachas musulmanas se suicidan: entre la subordinación total a la voluntad del padre o del hombre que haga las veces del padre que las representa en la comunidad, y la subordinación al estado laico, que les prohibe entrar a clases con el pañuelo puesto, optan por la libertad sobre su propia vida. No es el caso de la hermana de la amada del poeta, pues ella ha adoptado el ideario de Azul: para ellos el pañuelo es símbolo de resistencia islámica a la occidentalización de Turquía, ese país cuyo gobierno quiere entrar a la comunidad europea.
El tema del suicidio real o fingido de las muchachas turcas es retomado por Fatih Akin, el director, guionista y productor de la película que han traducido como Contra la pared. Es una extraña historia de amor imposible de un ciudadano alemán de origen turco, despechado, alcohólico y drogadicto, que no logra adaptarse a la provincia musulmana llena de prohibiciones e intenta suicidarse y una joven que no tiene control sobre su vida pues está en manos de su padre, su hermano y una madre resignada. Para huir de su familia, logra que el suicida fracasado se case con ella. Luego de una tempestuosa relación, él cae preso y ella, antes que volver con su familia, opta por fingir su suicidio y huir a Estambul, donde se hace una vida nueva. No hay finales felices ni en Nieve ni en Contra la pared. Lo que hay es una denuncia del absurdo que lleva a las muchachas a los extremos: hacer cualquier cosa y a todo riesgo antes que aceptar que se les prohiba saber cómo es la vida cuando se tiene control sobre ella.
Notas
Orhan Pamuk (2002/2006) Nieve. Alfaguara
Fatih Akin (2007) Contra la pared. Película protagonizada por Birol Ünel y Sibel Kekilli.