Acerca de Simone Weil.

La fuerza y la debilidad del amor (2009) de María Clara Lucchetti Bingemer

Con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de Simone Weil (3.02. 1919), me pareció muy oportuno que la Dra. María Clara Lucchetti Bingemer,1 publicara este libro donde rescata lo esencial de sus escritos contra la no violencia. El título la fuerza y la debilidad del amor es muy sugerente e invita a conocer la vida de esta mujer del siglo XX que no escatimó su tiempo en amar y entregarse a los demás hasta el agotamiento físico de sus fuerzas.

La autora del libro, ha destacado de una manera dinámica y ágil, la lucidez intelectual y la libertad de acción de Simone en medio de la sociedad francesa de su tiempo, una sociedad conmocionada por la guerra con un profundo debate de ideas religiosas y políticas sobre la organización e institucionalización de un Estado que diera respuesta a la realidad dura de los campesinos pobres y de los trabajadores fabriles.

El libro consta de 5 capítulos, una conclusión y tres anexos con sus escritos. Podemos decir que la escritora, de una manera sintética va contextualizando su vida y corta misión en la Francia entre las dos guerras. Describe la relación entre el pensar, el sentir y el actuar en el tema de la violencia y la religión. Para dar a conocer en profundidad su pensamiento sobre la ética, la violencia y la religión, destaca el pensamiento de Emmanuel Levinas y de René Girard que han influido en ella. Luego subraya la resolución que encuentra Simone a la violencia en la identificación crística.

Me ha parecido un buen aporte de género, que en el capítulo 5, la autora mencione a otras dos mujeres contemporáneas que han dado desde la filosofía y la teología una respuesta a la violencia. Edith Stein y Etty Hillesum, «también vivieron la necesidad de mirar de frente el monstruo de la violencia y de encontrar respuestas humanizantes y espirituales para tratar esta dura y dolorosa cuestión» (cfr. pág 297).

Luego de una lectura reposada de la obra, quiero destacar algunos aspectos que han quedado resonando en mí de esta gran mujer.

Observé que Simone no permaneció indiferente ante la realidad violenta de su época, sino que se involucró, a pesar de ser una brillante intelectual con una historia de vida ajena a la situación económica de los campesinos pobres y de los obreros trabajadores en las fábricas. Este involucramiento la llevó a vivir y trabajar en estos ambientes, traspasando los límites de sus fuerzas físicas y buscando respuestas desde dentro de la realidad para construir una sociedad más humana.

Su actividad la realizó en los dos frentes, uno entre los intelectuales, dando a conocer su pensamiento fruto de la reflexión de la vida junto a los más pobres y siendo voz de ellos en este mundo de debate político y el otro frente, el de los pobres, acercándose a su realidad, compartiendo sus vidas, siendo una más con ellos, padeciendo y sintiéndose parte, poniéndose en su lugar.

En esta lucha por la dignidad humana, experimentó la dureza del dolor, de la soledad, de la enfermedad que la invitó a buscar en la fe en Dios una respuesta. Como mujer sensible ante la violencia, la rechaza en todas sus formas, incluso siendo judía lee la Biblia y no comprende el Antiguo Testamento porque no acepta que se hable de un Dios que interviene en las guerras. La experiencia mística de sentirse poseída por Cristo, le hace descubrir la ternura de un Dios amor que responde a la violencia con un amor hasta el extremo.

Su libertad de espíritu y de acción, la llevó a sentirse parte de Cristo, crucificada con El, atraída por su Cruz, pero no se bautizó ni quiso ser parte de la Iglesia como Institución por no compartir actitudes de violencia cometidas por la misma en épocas pasadas. Actitud respetable y que es coherente con la manera como orientó su vida desde pequeña hasta su muerte el 24 de agosto de 1943.

Su ideal de construir una sociedad en paz, fraterna y humana, la impulsó a luchar contra la guerra y a definir a la violencia como el poder de reducir al ser humano a una cosa, a un ser manipulable y pisoteado por los demás. En toda ocasión buscó la oportunidad para decir que la guerra siempre ocasionará dolor, pues la impunidad, el poco valor de la vida humana y la naturalidad con que se mata y se quita la vida de los demás, la embriaguez del ambiente, lleva a ver a la violencia como algo natural.

Se preguntó si los hombres que más hablan de defender la dignidad, el honor, los derechos de los más pobres estarán dispuestos a ser los primeros en arriesgar su vida. Dirá que la guerra nunca es un recurso para evitar despreciarse a sí mismo. Y en varias oportunidades expresará que en nombre del patriotismo se cometen muchas atrocidades.

Escudriñó en respuestas pacíficas, con ideales altos, incluso arriesgadas y aparentemente imposibles de cumplir como el proyecto de una formación de enfermeras de primera línea en el campo de batalla. El objetivo de este proyecto fue encontrar mujeres con espíritu de sacrificio, para que consuelen a los agonizantes y lleven los últimos mensajes de los moribundos a sus familiares. Esta fue una manera de dar una respuesta de amor en medio de la guerra para reducir los sufrimientos y contrarrestar los dolores de la violencia.

En conclusión, destaco que esta obra muestra la corta vida de Simone Weil, mujer judía, con una profunda fe en Dios, comprometida con su país y con sus hermanos y hermanas en la lucha contra la violencia. Una mujer que junto a otras de su tiempo ha abierto un espacio en la vida pública, defendiendo los derechos de los más pobres y mostrando el camino del amor como respuesta a la violencia. Un amor que ella lo experimentó como fuerza vital que la impulsó a darse sin medida en la debilidad física de su cuerpo por las enfermedades y las privaciones que lo sometió por solidaridad con los desposeídos.

La lectura de sus escritos invita al lector a la reflexión sobre nuestra sociedad latinoamericana en la actualidad, ya que la violencia es parte de la misma y nos hemos acostumbrado

convivir con ella. Sus palabras son muy actuales y son un llamado a despertar de la somnolencia que produce la naturalización de la violencia y a buscar respuestas pacíficas y humanizadoras desde el amor. Un amor que para ella significó compartir hasta las últimas consecuencias, todas las dificultades y dolores del ser humano. Su vida habla de un amor oblativo, generoso, abierto e incluyente del diferente, realidad siempre antigua y siempre nueva que es impulso para crear y soñar que es posible vivir en fraternidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Lucchetti Bingemer, María Clara (2009). Simone Weil. La fuerza y la debilidad del amor. Verbo Divino: Navarra.