Se trata de una investigación extraordinaria y fundamental para la compensión del desarrollo político, literario y periodístico de la mujer venezolana. El libro tiene su origen en el interés de la autora por la historia de Venezuela y en el focalizar el tema para luego desarrollarlo y producirlo, lo cual implica una búsqueda cotidiana importante.

Al respecto, este trabajo tiene muchos aportes notables. Es fundamental destacar que, Díaz de Sánchez encuentra la primera revista femenina venezolana: “El Canastillo de Costura” de 1826 en Caracas. Que en la Caracas de 1826, aún recientes los conflictos de la Guerra de Independencia, haya quien se dedique a sacar una revista femenina, es por supuesto algo que a los ojos de hoy, resulta sorprendente e insólito; sin embargo allí está el “El Canastillo de Costura”, con una serie de temas que interesan básicamente a la mujer. Fue prensa femenina redactada y editada por hombres. Hasta muy recientemente, se decía que era la “Biblioteca del Hogar” de 1868 nuestra primera revista femenina, sin embargo, el hallazgo de la autora hace que tengamos para la historia del Periodismo en Venezuela, la certeza de la aparición de la primera revista femenina.

El libro hace un recuento pormenorizado y riguroso de las revistas editadas en el Siglo XIX, en donde las mujeres de ese tiempo perdían sus inquietudes literarias, lo que produce otro descubrimiento y hasta deslumbramiento, pues pone en evidencia el vínculo estrecho entre el periodismo y la literatura.

Particularmente notable, es el caso de las mujeres escritoras del Siglo XIX. Se observa que periodismo y literatura aparecen estrechamente relacionados a lo largo del trabajo de investigación por las inquietudes literarias y especialmente poéticas de la mujer. Podemos adelantar una hipótesis, es probable que en esas revistas se encontrara un espacio de libertad para que las mujeres pudieran manifestar sus inquietudes, principalmente las literarias, y expresar su sensibilidad a través de la poesía, saliendo así del tópico sobre las tareas de la mujer según el cual siempre debían estar dedicadas a las labores propias de su sexo. Ese testimonio quedó impreso en la cantidad de revistas investigadas y de las que podemos extraer dos

conclusiones: la primera, sobre las inquietudes y necesidades intelectuales de las mujeres en una Venezuela llena de prejuicios y con severas limitaciones, dadas las condiciones históricas y políticas del momento; y la segunda, sobre esa sensibilidad, particularmente femenina, que la hace proclive a la creación poética pero que tiene que manifestar de una manera no abierta, con mucha sutileza, dado los prejuicios de la época.

Atrae de este libro la enorme cantidad de revistas estudiadas y analizadas, algunas editadas por hombres y otras por mujeres, con un gran interés literario y con una enorme cantidad de poemas.

La presencia de la mujer se hace evidente y fundamental. Destaca por ejemplo, el caso de Concepción de Taylhardat, cuya publicación privilegia por su trascendencia y perspectiva dentro del grupo literario. También Polita De Lima es otro ejemplo de su constante producción y su afán poético. Así las revistas que circulan durante el siglo XIX en Venezuela, ocupan un lugar importantísimo a la hora de establecer parámetros y valores con relación a la historia de nuestra literatura y de nuestro periodismo. Hay suficiente material en este libro para trabajar a fondo con el periodismo literario del siglo XIX y también con el periodismo femenino.

El interés de Díaz de Sánchez por la temática, ese interés femenino por la prensa, probablemente hace que hoy en día el periodismo sea una profesión ejercida en cantidad y calidad por una enorme plétora femenina.

En las revistas estudiadas, la característica es la creación literaria y la poesía como la principal misión que esa revista cumple: la de guardar para la posteridad, esas vivencias literarias y poéticas del siglo XIX en el ámbito de lo femenino. La autora toma nota a lo largo de la investigación del constante uso del anónimo y/o del seudónimo por parte de las mujeres que se atrevieron a escribir literatura, hacer poesía, crónica y reseña, por lo cual podemos deducir que no era fácil para ellas hacer públicas sus inquietudes. Así sabemos que Concepción de Taylhardat es Rebeca, un seudónimo; sin embargo, ella luego permite que se sepa que es Concepción de Taylhardat. En el caso de otras, tal como A.M.O.R. y otras más, nunca se llega a saber quién se esconde detrás del anónimo.

Se encuentra además una profunda falta de información biográfica sobre esas pioneras que definitivamente lo fueron, pues no hay casi ningún dato sobre sus vidas.

Si nos guiamos por la opinión de analistas historiógrafos del pasado, Venezuela resulta ser un país con un gran atraso cultural. Sin embargo, esta investigación nos muestra las posibilidades en el ámbito de las revistas literarias y femeninas durante el siglo XIX, en un número tan grande, que resulta un desmentido a esa idea de retraso cultural.

En todas las ciudades del país se observa la aparición de revistas dedicadas a la literatura, la poesía y a temas estrictamente femeninos escritos y redactados por mujeres. Una vez más,

se encuentra esa especie de discromía que nos acompaña desde siempre. En nuestro país, hay siempre aspectos de gran desarrollo y de actualidad, y zonas completamente oscuras y desasistidas en el proceso del desarrollo cultural. Así ocurrió en el siglo antepasado, en el pasado y pareciera que también va a ocurrir en éste.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Díaz S. de Sánchez, María Eugenia (2009). Escritoras venezolanas del siglo XIX. Caracas: Fundación para la Cultura Urbana.