Universidad, Ciencia y Tecnología
versión impresa ISSN 1316-4821versión On-line ISSN 2542-3401
uct v.9 n.34 Puerto Ordaz jun. 2005
GESTIÓN AMBIENTAL BAJO ISO 14001 EN VENEZUELA
Villegas Lewis, Alida; Galván Rico, Luis E.; Reyes Gil, Rosa E.
MSc. Alida Villegas Lewis: Actualmente estudiante del Doctorado en Economía de los Recursos y Desarrollo Sustentable en la Universidad Alcalá de Henares, España, correo electrónico alida1363@hotmail.com.
MSc. Luis E. Galván Rico: Profesor Agregado en el Dpto. de Tecnología de Servicios, Universidad Simón Bolívar, Telef. 0212-9066134, correo electrónico galrico@cantv.net.
Dra. Rosa E. Reyes Gil: Profesor Asociado en el Dpto. de Biología de Organismos, Universidad Simón Bolívar, Telef.0212-9063071, correo electrónico rereyes@usb.ve.
Resumen: Muchas empresas en el mundo, conscientes del nivel de afectación que generan al ambiente, han adoptado nuevas prácticas de gestión que les permitan afrontar adecuadamente la problemática ambiental, aumentar su competitividad y obtener beneficios. Entre estas prácticas, las normativas de adscripción voluntaria tipo ISO 14001, contribuyen a generar un nuevo modelo de producción industrial. Este trabajo presenta una investigación empírica realizada en 73 grandes empresas nacionales, cuyas actividades generan un alto impacto ambiental. Las variables revisadas fueron: características de la actividad productiva, desempeño ambiental, criterios de gestión ambiental adoptados e implantación de Sistemas de Gestión Ambiental-ISO 14001. Los resultados indican que la gestión ambiental bajo ISO 14001 en el país está aún en su fase inicial. Destaca la actuación de empresas transnacionales cuyas directrices en materia ambiental han sido trasladadas a Venezuela, generando un efecto multiplicador que estimula la adopción de prácticas de gestión ambiental en la industria nacional. Igualmente, el análisis de resultados permite concluir que la implantación de Sistemas de Gestión Ambiental, sin adoptar cambios radicales en la manera de abordar la temática ambiental, resulta insuficiente para garantizar un sector industrial acorde con las premisas del desarrollo sostenible.
Palabras Clave: Gestión Ambiental/ ISO 14001/ Normas ISO/ Sistemas de Gestión.
ENVIRONMENTAL MANAGEMENT UNDER ISO 14001 IN VENEZUELA
Abstract: Many companies in the world, aware of affectation that generate in the environment, has adopted new management practices confront the environmental problem, increase competitivity and obter benefits. Inside these practices, normative of voluntary adscription tipe ISO 14001, help in conformation new model of industrial production. It presents an empiric research in 73 companies with activities generate high impact in the environment. The revised variables were: characteristic of the productive activity, performance environmental, adopted approaches of environmental management and especially, the adoption of Environmental Management Systems (EMS) - ISO 14001. The results indicate that EMS-ISO 14001 in the country are still in initial phase. The performance environmental of transnational companies has been transferred Venezuela, generating an effect multiplier that stimulates the adoption of environmental management in national industry. The analysis of results allows to conclude that installation of Systems of Environmental Management, without adopting radical changes in the way of approaching the environmental thematic, is insufficient to guarantee a sector industrial chord with sustainable development premises.
Key Words: Environmental Management/ Environmental Management Systems (EMS)/ ISO-14001/ Standards ISO.
Finalizado el 2004/09/15 Recibido el 2004/10/06 Aceptado el 2004/12/01.
I. INTRODUCCIÓN
La contaminación industrial se cuenta entre los diez principales problemas ambientales del mundo [1]. El progresivo deterioro del ambiente a nivel mundial como consecuencia de las actividades industriales y el surgimiento de la tesis de la posibilidad real del agotamiento de los recursos, ha motivado a los investigadores a estudiar el impacto destructivo del hombre sobre el ambiente, en un intento por entender sus múltiples dimensiones [2]. Muchas industrias generan un alto impacto potencial para el ambiente, por la concentración de sus actividades y la naturaleza de sus procesos productivos, lo cual ha incrementado la preocupación por mantener y mejorar la calidad del ambiente. Simultáneamente, las críticas de las comunidades ante problemas ambientales como la crisis de la basura, el efecto invernadero, la lluvia ácida, los derrames de sustancias tóxicas o la disminución de la capa de ozono, han originado reacciones importantes en el sector industrial [3].
La percepción inicial de que el respeto al ambiente imponía una limitación a la actividad económica ha cambiado y esta realidad resulta especialmente importante para los países en desarrollo, que necesitan seguir promoviendo las actividades económicas para poder mejorar el nivel de vida de sus pueblos [4, 5]. Los consumidores de bienes y servicios y la sociedad en general son cada vez más exigentes hacia las empresas en cuanto a la protección del ambiente y a la solución de problemas ambientales. La creciente preocupación de la opinión pública por los problemas ambientales ha obligado a muchas empresas a adoptar procedimientos de mejora y a buscar soluciones a los problemas generados por sus actividades empresariales. Estas soluciones se han manifestado a través de diversas líneas de acción, entre las que destacan: el establecimiento de controles, el desarrollo de políticas y legislaciones en materia ambiental que buscan resguardar el ambiente mundial, la difusión de campañas formativas e informativas, el establecimiento de programas de educación ambiental y la adopción de herramientas de gestión ambiental por parte de las empresas [6, 7, 8, 9].
La utilización de herramientas de gestión ambiental en las empresas se fundamenta en la existencia de mayor conciencia crítica y presión política para articular la dimensión ambiental con la economía. Constituye un elemento fundamental dentro de las modernas estrategias empresariales, ya que permiten mejorar el desempeño ambiental de una empresa, sin afectar su rentabilidad e inclusive aumentándola, ya que su adopción lleva implícitos conceptos de calidad y eficiencia técnica [10, 11, 12]. Sin embargo, la solución de los problemas ambientales representa una inversión financiera en capitales de riesgo con los costos asociados a ella. Por esta razón, se necesitan varios factores para que se experimente un incremento en la rentabilidad de las empresas con la adopción de estrategias ambientales. Entre estos factores se pueden citar la legislación, la reacción de los consumidores, la opinión pública y el efecto multiplicador que tiene esta inversión empresarial sobre las otras empresas competidoras, entre otros factores determinantes.
Durante los últimos 20 años, muchos países han adquirido mayor conciencia de la necesidad de proteger el ambiente y de explotar sus recursos naturales con criterios de sostenibilidad [13, 14]. Esta nueva actitud ha sido tomada como un reto por parte de la industria moderna, convirtiéndola en un valor agregado que les otorga una ventaja competitiva al comercializar exitosamente sus productos y al garantizar a la opinión pública que, aunque realizan actividades susceptibles de degradar el ambiente, éstas se manejan con criterios adecuados. En tal sentido, el parque industrial ha venido adoptando progresivamente la utilización de Sistemas de Gestión Ambiental (SGA). Aunque en Europa son muy utilizados tanto el Estándar Británico (BS) como el Esquema de Eco-gestión EMAS de la Unión Europea, en Asia y América la herramienta más utilizada es la Norma o Estándar ISO 14001 [15], especialmente por las industrias manufactureras y de procesos [8, 11].
Si se analiza el problema desde una perspectiva local, evidentemente se requiere información confiable y actualizada que permita a las empresas que han iniciado o estudian la posibilidad de certificar su SGA, dar respuesta a interrogantes como: ¿cuál es la situación de la industria nacional ante los requerimientos que implican el desarrollo sostenible y la adopción de las prácticas implícitas en los estándares ambientales internacionales? ¿Es la implantación de un Sistema de Gestión Ambiental una alternativa a considerar por parte de las empresas nacionales con el fin de mejorar su desempeño ambiental e incrementar su capacidad competitiva? ¿Cuántas y cuáles son las empresas que han certificado su sistema de Gestión Ambiental con un organismo acreditado internacionalmente? ¿Cuál es la posición de Venezuela en cuanto a certificaciones ambientales a nivel internacional?
En un intento por responder a estas interrogantes, este trabajo busca analizar la situación de la Gestión Ambiental según la norma ISO 14001 en el sector industrial venezolano. Específicamente, esta investigación presenta las principales características de la gestión ambiental en la industria nacional, identifica el uso de la Norma ISO 14001 y las tendencias que presenta el sector industrial venezolano en cuanto a la implantación de Sistemas de Gestión Ambiental (SGA), a partir del conocimiento de las principales fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que representa la implantación de estos sistemas.
II. DESARROLLO
1. Metodología
1.1. Población y muestra. La población en estudio estuvo formada por las empresas industriales ubicadas en el territorio nacional que poseen más de 100 empleados (pertenecientes a los sectores mediano, superior y grande) (www.conindustria.com/ 16/03/2003). La población incluyó empresas tanto nacionales como extranjeras que operan en el país. De esta población se seleccionó una muestra constituida por 80 elementos, representando el 10,6 % de la población en estudio. Los sectores constitutivos de la muestra fueron: alimentos y tabaco (9 empresas), automotriz y repuestos (6 emp.), cemento (3 emp.), electrónica y componentes eléctricos (3 emp.), laboratorios farmacéuticos y cosméticos (15 emp.), manufacturas metálicas (5 emp.), forestal (3 emp.), minería-petróleo-gas (16 emp.), plásticos (5 emp.), productos químicos (9 emp.), textil (3 emp.) y servicios (3 emp.). Este estudio fue realizado en el período comprendido entre Marzo-2001 y Marzo-2002.
1.2. Variables consideradas. Se definieron tres dimensiones de estudio principales: las características de la actividad productiva de la empresa, el desempeño ambiental y la incorporación de criterios de gestión ambiental. Las variables analizadas en cada dimensión se muestran en la Tabla I.
1.3. Fases de la investigación. El trabajo se realizó en dos fases. La primera de recopilación de la información y la segunda de análisis de la información recopilada. La información fue colectada a partir de encuestas a gerentes y personal encargado de las unidades de gestión ambiental de las empresas seleccionadas. Se realizó el análisis cuantitativo y cualitativo de la información recolectada. El tratamiento cuantitativo se centró en el establecimiento de relaciones porcentuales a los resultados obtenidos a través del instrumento de recolección de información, los cuales fueron codificados de acuerdo a la frecuencia de las respuestas. Los resultados obtenidos permitieron agrupar las empresas según tendencias y características comunes. El análisis cualitativo se centró en la construcción de una matriz de debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas (Matriz DOFA) [16] para identificar las tendencias que enfrenta la implantación de un Sistema de Gestión Ambiental en el sector industrial nacional.
2. Resultados y discusión
La decisión de orientar la investigación hacia el segmento de las grandes empresas se debe entre otras razones, a que la capacidad de gestión ambiental, principalmente en las pequeñas empresas de capital nacional es baja [2, 17]. Adicionalmente, las grandes industrias son las que generan más del 80% de la contaminación industrial en el país. Sin dejar de lado el potencial contaminador de las pequeñas y medianas industrias, generalmente menos detectado y menos controlado, vale destacar que estas empresas pueden tener problemas para introducir técnicas modernas de gestión ambiental en sus operaciones. Entre las principales razones pueden citarse: escasos recursos financieros y tecnológicos, competencia desleal, demanda de conocimiento especializado y el desarrollo limitado del segmento de consultoría ambiental dispuesto a atender este tipo de industrias [18, 19, 20, 21].
Características de la actividad productiva. El segmento productivo consultado que suministró información, representó el 91 % del total de empresas seleccionadas (80 empresas). Se consultaron 22 empresas de capital extranjero, 30 de capital nacional y 21 de capital mixto. De las empresas consultadas, 55 son exportadoras y 18 destinan su producción al territorio nacional. Con respecto a la percepción de competitividad por parte de las empresas, se encontró que 32 de ellas suponen estar entre las 10 primeras de su ramo, 7 dicen estar por encima del promedio, 23 creen estar en el promedio y 11 empresas suponen estar por debajo del promedio de competitividad.
Desempeño ambiental. En el desempeño ambiental de las empresas se consideraron seis variables: Gestión de Desechos, Gestión de Efluentes, Gestión de Emisiones, Cambios tecnológicos en productos o procesos, Cumplimiento de la Legislación Nacional y Existencia de problemas con la comunidad. Las tres primeras variables corresponden al manejo de descargas al medio, es decir, Desechos, Efluentes y Emisiones. La Figura No. 1 muestra los resultados correspondientes a estas variables.
Los resultados generados por las empresas en cuanto al manejo de las descargas al ambiente, indicaron que aunque la mayoría de las empresas genera algún tipo de desecho sólido, sólo 9 empresas de las 73 estudiadas, reconocen generar desechos sólidos sin hacer nada al respecto, salvo dejarlos en manos del servicio público de aseo urbano. Treinta y seis (36) empresas caracterizan sus desechos para verificar la existencia de materiales o sustancias consideradas peligrosas de acuerdo con en el Decreto 2635 (22), de las cuales 9 empresas reconocen que generan sustancias peligrosas sin tomar ningún tipo de medida. Sólo 28 empresas, caracterizan y controlan o tratan sus desechos sólidos, sin embargo, se trata de técnicas muy sencillas de disposición final, en la mayoría de los casos, incineración controlada. Con respecto al manejo de los efluentes, 6 empresas reconocen generarlos sin aplicar ningún tipo de medida, 31 empresas los caracterizan periódicamente para verificar los límites máximos según el Decreto 883 (23) y 28 empresas poseen algún tipo de mecanismo de final de tubería (end of pipe) para controlar los límites de las descargas. La mayoría de éstas posee planta de tratamiento. En 8 empresas no se aplica la consulta sobre efluentes ya que no se generan en su proceso productivo, o porque según ellas, pueden ser consideradas aguas residuales de tipo doméstico.
En cuanto a las emisiones atmosféricas, 14 empresas no generan emisiones de ningún tipo, 19 empresas sólo caracterizan sus emisiones para verificar el cumplimiento del Decreto 638 (24), incluyendo tanto emisiones particuladas como gaseosas. Cuarenta (40) empresas poseen mecanismos para tratar o controlar sus emisiones (en su mayoría filtros de chimenea) y así mantenerse dentro de los límites permitidos por la legislación. Sólo 15 de estas 40 empresas reconoce generar emisiones peligrosas. Los resultados anteriores muestran comportamientos diferenciados en la aproximación al problema ambiental. Se aprecia mayor preocupación por la caracterización y tratamiento de las emisiones atmosféricas, posiblemente influenciada directamente por la legislación y supervisión gubernamental. La preocupación por la caracterización y manejo de los efluentes en mayor escala que por los desechos, podría también relacionarse directamente con la legislación. El hecho de que la regulación del control de desechos sólidos sea más reciente (25) podría incidir directamente en la débil aplicación de medidas para la resolución de este problema.
Adicionalmente al manejo de las descargas, también se indagó sobre la disposición de las empresas a realizar cambios en sus procesos y productos por razones ambientales. En este sentido se encontró que el 71% de las empresas encuestadas dijeron haber realizado cambios tecnológicos que de alguna forma inciden en el tratamiento del problema ambiental. En su mayoría, las empresas sólo informaron si habían efectuado cambios, pero prefirieron no ofrecer mayores detalles, por considerarlos información confidencial, sin embargo, se pudo apreciar que el personal contactado no tenía muy claro si la motivación de dichos cambios obedecía a razones ambientales, operativas o a una combinación de ambas.
En lo referente al cumplimiento de la legislación ambiental, 18 empresas afirman cumplir con la legislación ambiental por encima de lo establecido, es decir, que no sólo contemplan la legislación nacional, sino que se ciñen también a normativas internacionales o a lineamientos exigidos por la casa matriz. 46 empresas afirman cumplir con lo establecido en la ley y 9 empresas reconocen estar por debajo de las exigencias legales. La información colectada indica que sólo 25 empresas reconocen tener o haber tenido durante los últimos dos años algún tipo de queja por parte de las comunidades vecinas, por razones de tipo ambiental. Ninguna empresa reconoció formalmente haber presentado algún evento indeseable que pudiese haber ocasionado daños o pérdidas ambientales.
Incorporación de acciones o de criterios de gestión ambiental. Se consideraron 10 variables dentro de esta dimensión del problema, que se corresponden con los criterios más utilizados por parte de las empresas (ver Figura Nº 2).
Se encontró que las acciones de gestión ambiental más utilizadas son el Adiestramiento en temas ambientales y la aplicación de programas ambientales. Sólo 29 empresas poseen un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) totalmente implantado. El manejo de la responsabilidad ambiental en las empresas muestreadas se distribuye de la manera siguiente: 46 empresas poseen una unidad de gestión ambiental con al menos tres empleados dedicados exclusivamente a la actividad ambiental. 12 empresas incluyen las funciones ambientales dentro de la unidad o división de seguridad industrial y 9 empresas destinan personal de otras áreas, (en su mayoría de procesos o de seguridad) a las actividades de tipo ambiental. Solo 6 empresas transnacionales, contratan personal externo (outsourcing) para asesoría y actividades de tipo ambiental. El hecho de que más de la mitad de las empresas posea una unidad de gestión ambiental formalmente constituida, pareciera ser un buen indicio en cuanto a la incorporación de criterios de gestión ambiental en sus actividades rutinarias.
En cuanto al adiestramiento de recursos humanos en materia ambiental, se encontró que éste es uno de los criterios de gestión ambiental mayormente adoptados por parte de las empresas consultadas. En este sentido, 57 empresas han recibido algún tipo de adiestramiento en materia ambiental durante los últimos cinco años y lo han distribuido entre directivos y empleados. Adicionalmente, en casi todos los grupos existe predominio de adiestramiento al personal directivo, y dado que este personal representa sólo una pequeña fracción del recurso humano total de la empresa, va tomando forma la idea de que existen deficiencias en el nivel de difusión de los criterios de protección ambiental y que éstos se concentran en los cuadros gerenciales.
Con respecto a la elaboración de estudios de impacto ambiental se encontró que sólo 29 empresas han realizado estudios de impacto ambiental. Aunque la realización de estudios de impacto ambiental se reconoce como una práctica de gestión ambiental de uso común, la legislación venezolana sólo exige su realización en proyectos y programas muy específicos (26), por lo que podría afirmarse que el aporte de esta variable es mayormente referencial.
Por su parte, sólo 47 empresas afirman haber realizado auditorias ambientales. Esta cifra corresponde tanto a casos de iniciativa voluntaria, como a las requeridas en la implantación de un Sistema de Gestión ambiental. Sólo 34 empresas cuentan con un manual de procedimientos ambientales o con un capítulo de su plan de protección integral destinado a respuestas ante emergencias ambientales.
El convenio de Responsabilidad Integral (Responsible Care) es una iniciativa de la industria química internacional que establece el compromiso de las empresas a involucrarse en mejoras continuas en las áreas de salud, seguridad y ambiente. En tal sentido, deben asumir la protección ambiental como una prioridad. Se encontró que sólo 22 empresas son firmantes del Convenio de Responsabilidad Integral. Vale destacar que se trata en su totalidad de industrias químicas o laboratorios. No se encontró evidencia de adscripción a ningún otro acuerdo o convenio, pero 4 empresas manifestaron sus planes a corto plazo de suscribir la Declaración Internacional de Producción Limpia, iniciativa internacional destinada a acabar progresivamente con las medidas correctivas o de final de tubería y sustituirlas por tecnologías limpias desde el inicio del proceso productivo.
Treinta y cinco empresas afirman haber realizado inversiones en activos fijos relacionados con el manejo ambiental en los últimos 5 años. La Figura No. 3 presenta las áreas en las cuales se concentraron dichas inversiones. Vale destacar que la mayor parte de las empresas se negó a suministrar información sobre los montos invertidos, con la excepción de 4, todas poseedoras de un certificado de gestión ambiental bajo ISO 14001.
Las inversiones se realizan mayormente en manejo de contaminantes en el agua, infraestructura para prevención de accidentes, equipos de laboratorio, manejo de emisiones, y reducción del consumo de electricidad, todos factores que si se descuidan podrían generar sanciones legales y/o gastos económicos considerables para la empresa.
Los programas de acción constituyen otro de los criterios de gestión ambiental más utilizados por parte de las empresas. La Figura No.4 muestra los planes específicos de acción mas utilizados por las empresas consultadas.
Al igual que en el caso de las inversiones, se observa una mayor aplicación de programas en aquellas áreas que representan un factor económico importante: consumo de agua, energía y materiales o insumos. Sin embargo, se pudo apreciar que algunos programas que según las empresas estaban formalmente establecidos, no corresponden a esquemas concretos de trabajo y se quedan en la categoría de compromisos.
La Figura No. 5 presenta los indicadores más utilizados por las empresas consultadas. Las cifras corresponden a un grupo pequeño (12 empresas) que generalmente aplican más de uno. Llama poderosamente la atención que aunque la mayor parte de los indicadores depende directamente de la aplicación de programas de acción en la materia, sólo una pequeña fracción de las empresas los utiliza como herramienta de control y verificación de la efectividad de sus programas. Podría inferirse que en este caso juega un papel decisivo la falta de personal adiestrado capaz de manejar correctamente la aplicación de los instrumentos de control.
La implantación de Sistemas de Gestión Ambiental está considerada como uno de los principales indicadores del nivel de compromiso ambiental por parte de la empresa. Del total de empresas consultadas, 29 cuentan con un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) bajo ISO 14001 totalmente implantado, de las cuales 18 están certificadas por un organismo acreditado y 11 están en proceso de certificación. Para el momento de la consulta, 17 empresas se encontraban en proceso de implantación, la mayoría en las fases iniciales del proceso y 9 empresas de este grupo informaron tener serios retrasos en el proceso por razones económicas. Asimismo, 23 empresas afirmaron que tenían en estudio la posibilidad de implementar un SGA, sin embargo, en algunos casos se pudo observar que esta respuesta no era más que una forma de evadir el tema. Solo 4 empresas reconocieron que por ahora no contemplaban ni siquiera en sus planes a mediano plazo la posibilidad de implantación de un SGA.
La Tabla II presenta las certificaciones otorgadas en el país, discriminadas por organismo certificador. Las certificadoras BVQI (francesa), AQSR (canadiense) y FONDONORMA (nacional) lideran el sector de las certificaciones ambientales en Venezuela con 6, 5 y 4 empresas certificadas respectivamente.
La consulta directa a las empresas certificadoras confirmó que la totalidad de las empresas certificadas poseen más de 200 empleados, por lo que se ubican en la categoría Gran Empresa o Mediana Superior. En relación al sector productivo, más de la mitad de los certificados se concentran mayormente en empresas del sector automotriz y petrolero. La consulta sobre el tiempo transcurrido desde el inicio de la implantación del SGA hasta la obtención de la certificación indica que 15 las empresas certificadas tardó entre uno y dos años, siendo 15 meses la cifra promedio.
Las razones por las cuales las empresas consultadas decidieron implantar y posteriormente certificar un Sistema de Gestión Ambiental se pueden clasificar en: ambientales, comerciales, económicas, legales y sociales. La Figura No.6 presenta las principales razones expuestas.
Se solicitó a las empresas exponer las cinco razones que consideraban fundamentales para proceder a la implantación de un SGA y las 36 empresas poseedoras de un SGA (certificado o no) coincidieron en que la principal razón es de tipo económico: mejorar las ventas y por ende, la competitividad. En segundo lugar destacan en igual proporción las exigencias legales y de la Casa Matriz y en último lugar de consideración quedaron las motivaciones estrictamente ambientales. Entre las 23 empresas que dicen estar considerando la idea de implantar un SGA y las 4 que definitivamente no están interesadas en el proceso se hizo la consulta sobre las razones por las cuales no implantarían un SGA. Todas las empresas consultadas coincidieron en que las dos principales razones en contra (para no implantar un SGA) son una de tipo económico y la otra de tipo operativo: la necesidad de una inversión muy alta y la falta de motivación en el personal. La falta de información sobre los beneficios que aporta el sistema también juega un papel importante en las respuestas suministradas.
En cuanto a la percepción por parte de la empresa sobre el grado de dificultad para implantar el SGA, la mayor parte de las empresas (86 %) considera el proceso difícil o de dificultad intermedia. La mayoría opina que la certificación no debe ser excesivamente fácil de obtener, ya que al tratarse de un instrumento voluntario, debe representar cierto grado de dificultad que permita demostrar algún tipo de ventaja competitiva. Vale destacar que un número importante de empresas (22) hizo referencia a diferencias notables en el grado de dificultad para lograr el certificado, entre los organismos certificadores que operan en el país, y más de la mitad dicen preferir un organismo certificador que no sólo sea acreditado internacionalmente, sino que además, no ofrezca demasiadas facilidades.
En cuanto a los obstáculos que se han presentado durante la implantación del Sistema de Gestión Ambiental, las empresas consultadas ofrecieron diversas respuestas que pueden ser clasificadas como dificultades externas a la empresa y dificultades u obstáculos internos a la misma. Los resultados permiten destacar una tendencia general del empresariado a identificar los mayores obstáculos fuera de la organización. Destacan la ausencia de una política industrial de estímulo y los precios de los equipos de alta tecnología como los obstáculos externos más importantes. En cuanto a los obstáculos o dificultades internas, destaca la falta de concientización y motivación por parte tanto de los directivos como de los trabajadores en general. Sin embargo, muchas de estas respuestas parecieran querer justificar la resistencia al cambio, inclusive por parte del personal directivo. Otras dificultades, mencionadas por una pequeña fracción de la muestra, comprenden ciertas ambigüedades en la interpretación de la norma, específicamente en cuanto a la identificación de aspectos e impactos ambientales significativos, ya que parecieran no estar claras las pautas para determinar el grado de importancia de estos aspectos e impactos.
La matriz DOFA constituye una herramienta de análisis cualitativo que provee excelente información para la toma de decisiones en el ámbito empresarial. En el contexto ambiental, el análisis DOFA debe hacer la comparación objetiva entre las actividades operativas, funcionales y de producción que constituyen los elementos internos de la empresa, y las consecuencias de estas actividades sobre su entorno, que constituiría los elementos externos, tales como medio ambiente, consumidores y competidores. Otro importante elemento externo a ser considerado en el análisis DOFA es el formado por las instituciones gubernamentales que inciden a través de su cuerpo de leyes, en el ámbito competitivo de las empresas, incluyendo las leyes ambientales. Particularmente, el análisis cualitativo de la información suministrada por las empresas consultadas en este trabajo permitió concluir que el sector industrial nacional se enfrenta a una combinación de debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas que deben ser consideradas para mejorar el desempeño del sector en materia ambiental (ver Tabla III).
III. CONCLUSIONES
1. Los resultados de la investigación indican que un grupo importante de grandes empresas comienza a involucrarse en la temática ambiental.
2. El parque industrial venezolano parece estar aún lejos de incorporar realmente la preocupación ambiental como actividad sistemática en su práctica gerencial.
3. Las empresas multinacionales tienden a cumplir en mayor medida con las normativas ambientales nacionales que las empresas nacionales y en promedio presentan un mejor desempeño ambiental.
4. Las razones de esta diferencia tienen que ver con un mayor acceso a recursos económicos, mayores niveles de capacitación, una reputación internacional que mantener y muy especialmente con la transferencia de la cultura ambiental de las Casas Matrices.
5. Las empresas que cuentan con un certificado de gestión ambiental no son necesariamente las que presentan una gestión y un desempeño ambiental más avanzado.
6. La adopción correcta de la norma ISO 14001 representa una gran ayuda en la definición de un camino hacia el aseguramiento de la calidad ambiental.
7. La certificación del SGA por sí misma no garantiza la excelencia ni la sostenibilidad de la empresa.
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