I. INTRODUCCIÓN
La educación a nivel mundial se encuentra en constantes desafíos, debido a los nuevos enfoques de aprendizaje y las nuevas tecnologías, así como a los cambios sociales y las tendencias en las nuevas generaciones. En el ámbito universitario se debe hacer énfasis en las metodologías vinculadas al proceso de enseñanza, principalmente cuando se imparte al estudiante adulto 1. Para construir las competencias es importante, que el docente cuente con conocimientos actualizados que le permitan diseñar actividades que atiendan un problema específico. En este sentido es importante que el docente esté preparado con conocimientos, habilidades y actitudes, así mismo, debe conocer las estrategias metodológicas que permitan al estudiante analizar su propio proceso de aprendizaje, logrando desarrollar una evaluación de su recorrido y del logro alcanzado 1, 2.
Cada vez son más los estudiantes mayores de 25 años que se inscriben a una universidad que han cursado alguna carrera técnica, universitaria o buscan una segunda especialidad 3. Razón por la cual es importante que hoy en día los docentes universitarios tengan las competencias idóneas en educación andragógica ya que la tendencia ha cambiado, cada vez son más las personas que buscan salir adelante y estudiar una carrera en la universidad, pero la forma como ellos aprenden es diferente. En este sentido, la universidad debe tener un staff de profesionales competentes para satisfacer las necesidades de los estudiantes adultos.
Los estudiantes adultos tienen una motivación que les permite resolver algún problema que se le presente en la vida, por tanto, se consideran tres características fundamentales; la primera es que los alumnos están dispuestos a cumplir sus objetivos, la segunda es que están orientados a la actividad, es decir encuentran las circunstancias para hacerlo ya sea mediante un curso u otros, la tercera es que abarca alumnos orientados al aprendizaje, aquello que constantemente están buscando aprender, bien sea mediante lecturas, programas de televisión y viajes 4. También es importante que el profesor andragógico tenga en consideración que los seres humanos están en constante evolución y mejora; por lo tanto, es crucial brindar a los adultos la oportunidad de mantenerse al ritmo de los cambios y avances tecnológicos, esto implica capacitar a los adultos para comprender estas transformaciones y asumir la responsabilidad que conlleva el proceso de cambio, así como prepararlos para el trabajo, actualizando sus conocimientos y habilidades 5, 6.
Estudios previos revelan que en las instituciones de educación superior no se brindan capacitaciones en andragogía, esta consiste en la educación que dirigida a personas adultas que tienen una motivación de estudiar 2-7. Por ello, es necesario priorizar en fortalecer las competencias de los docentes universitarios que más allá de los conocimientos propios de la carrera de estudio, se requieren habilidades y actitudes para el tratamiento con personas mayores, que han retomado la educación y que tienen características propias y particulares. En este sentido, el propósito de este trabajo fue plantear una propuesta de capacitación en andragogía para mejorar las competencias docentes universitarias. La investigación se asienta en las bases de la teoría andragógica donde se analizan y consideran diferentes dimensiones como la autonomía del aprendizaje, la experiencia previa de los adultos, la motivación intrínseca, la relevancia de los contenidos en la vida cotidiana, y la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos 6. El modelo andragógico propone que los adultos asuman la responsabilidad de gestionar su propio proceso de aprendizaje a lo largo de toda su vida, sintiendo la motivación de mejorar la calidad y dominar los métodos que les permitan ser gestores autónomos de su aprendizaje 7.
Este documento se organiza de la siguiente forma: la introducción expone la problemática y los objetivos; en el desarrollo se incluyen las contribuciones de los principales teóricos en relación con el estudio, la metodología explica el proceso seguido en la investigación, los resultados exponen las tablas y el análisis de los hallazgos más relevantes, las conclusiones evalúan el cumplimiento de los objetivos y, por último, las referencias enumeran las fuentes consultadas.
II. DESARROLLO
La andragogía se orienta hacia adultos que tienen la capacidad de tomar decisiones por sí mismos, cuestionar y, en algunos casos, mejorar las enseñanzas recibidas; este proceso de aprendizaje implica un enfoque técnico y teórico por parte del educando, lo que permite una atención especial a ejemplos y características auténticas de la vida proporcionadas por el docente; esto, a su vez, facilita respuestas más precisas y pertinentes para el estudiante adulto [8]. Parte del supuesto de que las actividades educativas estén estructuradas, permitiendo que cada individuo se adapte al sistema y las normas de formación y capacitación. Estas normas se fundamentan en las experiencias previas y en la jerarquía del conocimiento 9.
La educación para adultos está fundamentada en las personas que por decisión propia desean completar su formación profesional o empezar una nueva formación, que les proporcione los conocimientos necesarios según sus intereses 10. Las personas mayores que deciden iniciar una vida académica suelen tener grandes motivaciones para el estudio, y son los docentes quienes deben tener las competencias para aprovechar oportunamente esta motivación. La andragogía es un tema en constante evolución y este desarrollo contribuye a mejorar las prácticas fundamentales para la sociedad, como el continuo aprendizaje a lo largo de toda la vida 11, 12. La metodología andragógica se presenta como un enfoque de aprendizaje dirigido a los docentes, abarcando un conjunto de habilidades y una expansión de conocimientos y competencias para la investigación en el ámbito de la educación de calidad, este enfoque promueve el descubrimiento y la responsabilidad con las necesidades económicas y sociales del país 8. Además, la aplicación de la metodología en andragogía debe ser bien orientada a través de un facilitador con la experiencia suficiente para poder guiar, lo cual no significa que disminuya el papel del docente como lo conocemos tradicionalmente; pues, al contrario, el educador tiene que ser más integral para poder interactuar de forma eficaz 13-15.
El profesor andragógico debe tener en consideración que los seres humanos están en constante evolución y mejora; por lo tanto, es crucial brindar a los adultos mayores la oportunidad de mantenerse al ritmo de los cambios y avances tecnológicos, esto implica capacitarlos para comprender estas transformaciones y asumir la responsabilidad que conlleva el proceso de cambio, así como prepararlos para el trabajo, actualizando sus conocimientos y habilidades 16-20. Los estudios previos también muestran que el estudiante mayor (andragógico) tiende a ser más autodirigido, valorando el aprendizaje práctico y contextualizado que se puede aplicar de manera inmediata a su vida personal o profesional, y se beneficia especialmente de enfoques educativos que reconocen y aprovechan su experiencia previa como un recurso clave en el proceso de aprendizaje.
III. METODOLOGÍA
La investigación fue aplicada, con un enfoque cuantitativo, utilizando el diseño no experimental, clasificación transversal, descriptiva. La población estuvo conformada por 386 docentes, con una muestra de 193. La técnica que se utilizo fue la encuesta, esto permitirá hacer un análisis sobre las competencias docentes y como instrumento se utilizó el cuestionario con 33 preguntas. Así mismo se realizó la prueba de confiabilidad haciendo uso del factor estadístico Alfa de Cronbach y la V de Aiken, obteniendo un resultado de 1, demostrando la confiabilidad del instrumento. La encuesta estuvo compuesta por las dimensiones o criterios que se describen en la tabla 1, los cuales fueron analizados para fortalecer la propuesta educativa y promover una capacitación idónea en la formación para adultos.
Estos elementos contribuyen a la formación andragógica y al aprendizaje significativo.
IV. RESULTADOS
A. Autoconcepto
Los resultados revelaron una tendencia clara hacia la implementación exitosa de prácticas andragógicas relacionadas con la dimensión del autoconcepto en los estudiantes adultos. En los tres ítems evaluados, se observó un predominio significativo de respuestas en las categorías de "casi siempre" y "siempre", lo que sugiere que los educadores se enfocan en fortalecer la autoevaluación, la autoconfianza y la autorrealización de los estudiantes adultos en sus clases.
Los resultados también mostraron que un 96,9% de los educadores casi siempre o siempre motiva a los estudiantes a realizar una autoevaluación positiva de sus capacidades. Esto refleja un enfoque consistente en la construcción de un autoconcepto sólido, aspecto crucial en la educación de adultos, quienes dependen de su experiencia y habilidades previas para un aprendizaje efectivo. En cuanto a la importancia de la autoconfianza en clase, se obtuvo una cifra aún más alta, con un 98% de respuestas en las mismas categorías. Esta tendencia subraya el esfuerzo de los docentes por crear un entorno de confianza, fundamental para que los estudiantes adultos se sientan capaces de enfrentar nuevos retos y aplicar lo aprendido en contextos prácticos.
Por otro lado, en el fomento de la autorrealización personal, se destaca una vez más la predominancia de respuestas positivas, con un 96,9% de educadores que casi siempre o siempre lo promueven. Este resultado indica un compromiso continuo por parte de los docentes para apoyar el crecimiento personal y profesional de los estudiantes, reconociendo que el aprendizaje adulto va más allá de la adquisición de conocimientos, integrando también el desarrollo personal. Estos datos evidencian que la mayoría de los educadores adopta estrategias alineadas con los principios de la andragogía, que valoran y promueven el autoconcepto, la autoconfianza y la autorrealización de los estudiantes adultos, lo que contribuye a un aprendizaje más efectivo y significativo.
B. Necesidad de saber
En cuanto a la necesidad de saber, los resultados mostraron una fuerte tendencia hacia la promoción de esta en la educación de adultos. En los tres ítems evaluados, la mayoría de los educadores parecen implementar estrategias efectivas para despertar la curiosidad, brindar herramientas para la búsqueda activa de información y fomentar la motivación intrínseca en sus estudiantes.
En el primer ítem, relacionado con despertar curiosidad por el aprendizaje, el total de los educadores manifiesta que "casi siempre" o "siempre" promueven este aspecto en sus clases. Esto sugiere que los docentes comprenden la importancia de motivar a los estudiantes adultos para que se involucren activamente en su proceso de aprendizaje, lo cual es fundamental en la andragogía. Así mismo, el segundo ítem, que trata sobre la provisión de herramientas para la búsqueda activa de información, también muestra una tendencia positiva, con un 95,9% de respuestas en las categorías de "casi siempre" o "siempre". Esto indica que los educadores no solo promueven la curiosidad, sino que también proporcionan a los estudiantes los medios necesarios para investigar y aprender de manera autónoma, apoyando la autodirección en el aprendizaje.
Por otra parte, el tercer ítem, que aborda el fomento de la motivación intrínseca y el gusto por el aprendizaje, revela que una gran mayoría de los docentes, el 70,6%, reconoce que nunca utiliza estrategias para fomentar la motivación intrínseca y el gusto por la adquisición de nuevos saberes en sus estudiantes adultos. Un 26,8% señala que "casi nunca" emplea este tipo de estrategias, lo que sugiere una práctica pedagógica limitada en cuanto a incentivar el interés interno de los estudiantes por aprender. Solo un 2,1% de los docentes mencionó que "a veces" fomenta la motivación intrínseca, y apenas un 0,5% indicó que lo hace "casi siempre". No hubo docentes que afirmaran aplicar estas estrategias "siempre". Estos resultados reflejan una notable carencia en la implementación de técnicas orientadas a promover la motivación intrínseca, lo que podría impactar negativamente en la autonomía y el compromiso de los estudiantes adultos con el aprendizaje, aspectos fundamentales en el enfoque andragógico.
C. Importancia de la experiencia del estudiante
Los resultados revelaron un enfoque pedagógico sólido en torno a la "Dimensión Papel de la experiencia del estudiante" en la educación de adultos. Los tres ítems evaluados muestran una tendencia marcada hacia la valoración y el aprovechamiento de la experiencia previa de los estudiantes, aspecto central en la andragogía. Por una parte, el primer ítem, que se refiere a fomentar la colaboración y el intercambio de ideas basados en la experiencia de los estudiantes adultos, muestra un 83% de respuestas en la categoría "siempre" y un 4,1% en "casi siempre". Esto indica que los educadores promueven activamente un entorno de aprendizaje colaborativo, donde las experiencias de los estudiantes son valoradas como una fuente importante de conocimiento. Sin embargo, se observa que un 9,8% de los docentes "casi nunca" fomenta esta práctica, lo que podría sugerir que algunos educadores podrían beneficiarse de más estrategias para integrar las experiencias de los estudiantes en el aprendizaje grupal.
Por otra parte, el segundo ítem, relacionado con la promoción de la aplicabilidad del contenido enseñado a la vida real del estudiante adulto, también refleja una implementación mayoritariamente efectiva, con un 76,3% de respuestas en "siempre" y un 21,1% en "casi siempre". Esto muestra que los educadores reconocen la importancia de vincular los contenidos académicos con la vida cotidiana y profesional de los adultos, lo que es clave para un aprendizaje significativo y funcional. El bajo porcentaje de respuestas en las categorías negativas (0,5% en "casi nunca" y 2,1% en "a veces") sugiere que la mayoría de los docentes ya aplican esta estrategia en sus clases. Asimismo, el tercer ítem, que se centra en fomentar la reflexión a través del análisis de experiencias vividas en clase, presenta un 77,3% en "siempre" y un 21,1% en "casi siempre". Este resultado demuestra que la reflexión sobre las experiencias propias es una práctica ampliamente promovida por los educadores, lo cual es fundamental para que los estudiantes adultos internalicen el aprendizaje de manera más profunda y personal. La reflexión sobre las experiencias es un componente crucial del aprendizaje en la andragogía, ya que permite a los estudiantes integrar lo nuevo con lo ya vivido, potenciando así su comprensión y aplicabilidad.
D. Disposición para aprender
Los resultados mostraron que la dimensión "Disposición para aprender" es consistentemente promovida en el contexto de la educación de adultos, con una fuerte tendencia hacia la implementación de estrategias que impulsan la apertura y actitud positiva hacia el aprendizaje, la flexibilidad metodológica, y la persistencia frente a las dificultades. En el primer ítem, relacionado con impulsar una actitud de apertura hacia la adquisición de nuevos conocimientos, un 99% de los educadores afirma que casi siempre o siempre fomenta esta actitud en sus estudiantes. Esto refleja un esfuerzo significativo por parte de los docentes para motivar a los estudiantes adultos a estar receptivos ante nuevas ideas y conocimientos, lo cual es fundamental para un aprendizaje eficaz en entornos andragógicos.
En cuanto al segundo ítem, que aborda la adaptación de la metodología de enseñanza y la flexibilidad frente a los cambios en el proceso de aprendizaje, también muestra un resultado altamente positivo, con un 98,9% de respuestas en las categorías de "casi siempre" y "siempre". Este dato indica que la mayoría de los educadores son conscientes de la importancia de ser flexibles y adaptar sus enfoques para ajustarse a las necesidades cambiantes de los estudiantes adultos, lo que facilita un aprendizaje más personalizado y adaptado a las realidades individuales. Así mismo, en el tercer ítem, que se refiere a la transmisión de persistencia ante la superación de obstáculos, se observa un 98,5% de respuestas en las categorías más altas, lo que indica que los docentes enfatizan la importancia de la perseverancia en sus clases. Esto es especialmente relevante en el contexto de la educación de adultos, donde los estudiantes a menudo enfrentan desafíos personales o profesionales que pueden afectar su proceso de aprendizaje. La promoción de la persistencia ayuda a los estudiantes a superar dificultades y mantenerse enfocados en sus metas.
E. Orientación hacia el aprendizaje
Los resultados mostraron que existe una implementación sólida de estrategias relacionadas con la "Dimensión: Orientación hacia el aprendizaje" en el contexto de la educación de adultos. Los resultados indican que los docentes están altamente comprometidos en guiar a los estudiantes adultos hacia el logro de sus metas de aprendizaje, planificar cuidadosamente sus actividades, y ofrecer oportunidades para la reflexión y autoevaluación. Se observó en el primer ítem, que se refiere a orientar al estudiante adulto para alcanzar sus metas y objetivos de aprendizaje, que existe una práctica altamente efectiva, con un 98,4% de los docentes que indican que "casi siempre" o "siempre" orientan a sus estudiantes de manera efectiva. Esto subraya que los docentes desempeñan un papel fundamental en la facilitación del aprendizaje, ayudando a los estudiantes adultos a mantenerse enfocados en sus metas educativas, lo que es esencial para que el aprendizaje sea dirigido y motivado por objetivos claros.
Por otra parte, en el segundo ítem, sobre la planificación de actividades para los estudiantes adultos antes de iniciar una clase, se observa una tendencia igualmente positiva, con un 97,4% de respuestas en "casi siempre" o "siempre". Esto sugiere que los docentes valoran la importancia de una preparación estructurada y planificada, lo cual es crucial en la educación de adultos, donde la relevancia y la organización de las actividades son clave para asegurar que el tiempo de clase sea utilizado de manera eficiente y alineada con los objetivos de los estudiantes. En el último ítem, que aborda la oportunidad de reflexión y autoevaluación del estudiante adulto, se observa que una gran mayoría de los docentes, con un 71,1%, indican que nunca se les brinda la oportunidad de reflexión y autoevaluación para evaluar su propio progreso de aprendizaje. Además, un 26,8% señala que "casi nunca" tienen esta oportunidad, lo que sugiere que la práctica de autoevaluación es muy escasa en este contexto. Solo un 1,5% mencionó que "a veces" se les permite reflexionar y autoevaluarse, mientras que un porcentaje mínimo, del 0,5%, señaló que "casi siempre" tienen esta posibilidad. No hubo respuestas que indicaran que esta práctica se realiza "siempre". Estos resultados evidencian una carencia significativa en la aplicación de estrategias que promuevan la reflexión y la autoevaluación en los estudiantes adultos, lo cual es clave en la educación andragógica para fomentar la autonomía y el aprendizaje autorregulado.
F. Motivación
Los resultados mostraron un enfoque negativo y consistente en cuanto a la "Dimensión: Motivación" en la educación de adultos, pues una mayoría significativa de los docentes, con un 62,4%, afirman que nunca se evalúa su nivel de motivación en las clases. Mientras que un 31,4% indica que "casi nunca" se realiza esta evaluación, mientras que solo un 6,2% menciona que "a veces" se lleva a cabo. No se registraron respuestas en las categorías de "casi siempre" o "siempre", lo que evidencia una clara falta de atención por parte del docente hacia la evaluación sistemática de la motivación de los estudiantes. Este aspecto es crítico en el contexto andragógico, ya que la motivación es un factor clave para el éxito del aprendizaje en adultos, quienes tienden a depender más de su interés personal y relevancia práctica para comprometerse con el proceso educativo. La ausencia de esta evaluación puede afectar la efectividad general de la enseñanza.
En el mismo contexto, el segundo ítem, que se refiere a reconocer los logros de los estudiantes adultos, presenta un porcentaje muy alto, con un 99,5% de respuestas en las categorías de “casi siempre” o “siempre”. Este dato refleja que los docentes comprenden la importancia de celebrar y validar los logros de los estudiantes, lo que refuerza su autoconfianza y les proporciona un sentido de progreso y éxito. El reconocimiento es un motivador intrínseco crucial, ya que impulsa a los estudiantes a seguir avanzando hacia sus metas educativas.
En el último ítem, relacionado con el uso de estrategias para mantener comprometidos a los estudiantes adultos en alcanzar sus objetivos, un 98% de los docentes reportan que “casi siempre” o “siempre” utilizan estrategias efectivas para mantener a sus estudiantes enfocados y comprometidos. Esto indica un fuerte compromiso por parte de los educadores para asegurar que los estudiantes mantengan una alta motivación a lo largo de su proceso de aprendizaje, lo cual es fundamental en la educación de adultos, donde los estudiantes suelen tener múltiples responsabilidades y desafíos externos que pueden afectar su nivel de compromiso.
Se observa que los ítems que presentaron mayor debilidad fueron:
Utiliza estrategias para fomentar la motivación intrínseca y el gusto por la adquisición de nuevos saberes en sus estudiantes adultos.
Brinda oportunidad de reflexión y autoevaluación al estudiante adulto para evaluar su propio progreso de aprendizaje
Evalúa el nivel de motivación de los estudiantes adultos en sus clases.
G. Análisis de las competencias docentes
En cuanto al análisis de las competencias docentes, ha sido posible comprobar que el 28,9% de los docentes a veces ha realizado cursos que se relacionan con la metodología andragógica, teniendo además un porcentaje representativo del 21,6% de docentes que casi nunca han participado de esta clase de cursos y también un notable 14,4% que considera nunca ha llevado esta clase de cursos. De igual forma en esta dimensión el 40,7% de docentes considera que casi siempre se encuentra utilizando estrategias andragógicas en el proceso de la enseñanza, también solo el 57,7% considera que siempre analiza el tipo de herramientas que va a utilizar. Los porcentajes que se han descrito no muestran una tendencia definitiva, sin embargo, reflejan una realidad que manifiesta que todo el profesorado no tiene mucha formación en cuanto a la enseñanza desde la perspectiva andragógica.
Sobre la dimensión relacionada al componente procedimental, se encontró que solo el 41,8% de docentes piensa que siempre es el estudiante adulto el único responsable por la verificación de su proceso de aprendizaje, lo cual implica que se reduce la responsabilidad del docente como parte del proceso formativo. Se ha registrado también que el 62,4% de docentes siempre utiliza métodos o recursos para poder desarrollar el trabajo en equipo, con lo cual existe un 37,6% que no tiene esta práctica totalmente afianzada, una situación muy similar que se presenta en cuanto al desarrollo del pensamiento crítico, en donde el 69,6% siempre desarrolla actividades para su fomento, así como actividades que intentan contribuir con la resolución de problemas.
Sobre la dimensión relacionada al componente procedimental, se encontró que solo el 41,8% de docentes piensa que siempre es el estudiante adulto el único responsable por la verificación de su proceso de aprendizaje, lo cual implica que se reduce la responsabilidad del docente como parte del proceso formativo. Se ha registrado también que el 62,4% de docentes siempre utiliza métodos o recursos para poder desarrollar el trabajo en equipo, con lo cual existe un 37,6% que no tiene esta práctica totalmente afianzada, una situación muy similar que se presenta en cuanto al desarrollo del pensamiento crítico, en donde el 69,6% siempre desarrolla actividades para su fomento, así como actividades que intentan contribuir con la resolución de problemas.
En lo que corresponde a la dimensión Componentes actitudinales, la tendencia es favorable sobre los indicadores evaluados. Así, el 83% de docentes siempre incorpora el uso de buenas prácticas éticas a sus estudiantes adultos para que luego éstas sean puestas en práctica a lo largo de su experiencia profesional, esto de la mano con el 82,5% de docentes que inculca valores en su práctica pedagógica. Sin embargo, se encontró un 24,7% de docentes que casi siempre fomenta la curiosidad y el pensamiento crítico a lo largo de las sesiones. Estos indicadores muestran una tendencia favorable hacia el desarrollo de las competencias docentes, desde la mirada de estos indicadores.
En el análisis con función de enlace Logit, se representa el nivel de desarrollo de competencias docentes a través de diversas prácticas. Una de las competencias clave es la capacidad de los docentes para utilizar estrategias que fomenten la motivación intrínseca y el interés por la adquisición de nuevos saberes en los estudiantes adultos. Además, se destaca la importancia de brindar oportunidades de reflexión y autoevaluación, permitiendo a los estudiantes adultos evaluar su propio progreso de aprendizaje. Además, se incluye la evaluación del nivel de motivación de los estudiantes por parte del docente, lo que contribuye a un enfoque más integral en el proceso educativo. Con los resultados obtenidos se realiza una propuesta basada en los tres ítems donde se observó la mayor debilidad en el aula, y se propone una metodología de trabajo que fomenta la motivación, las buenas prácticas docentes y la autoevaluación continua para alcanzar una mejora permanente en el tiempo (Tabla 3).
CONCLUSIONES
Una propuesta para la educación en andragogía favorece notablemente en la mejora de las competencias docentes universitarios. Esto debido a que la formación andragógica debe centrarse en estrategias que fomenten la motivación intrínseca en los estudiantes adultos, ya que esto les permite asumir un papel más activo en su proceso de aprendizaje, logrando resultados más significativos y duraderos. Además, la reflexión profesional a través de comunidades de aprendizaje contribuye a que los docentes adapten sus prácticas a las habilidades y necesidades de los estudiantes, mejorando la calidad educativa y promoviendo un entorno flexible y colaborativo.
Es fundamental reconocer que la educación andragógica debe enfocarse en la personalización de las estrategias de enseñanza, permitiendo a los docentes adaptar sus metodologías para responder a las experiencias previas y expectativas de los estudiantes adultos, lo que aumenta su compromiso y participación en el proceso de aprendizaje. Asimismo, el énfasis en la autoevaluación no solo beneficia a los estudiantes, sino que también ayuda a los docentes a ajustar sus prácticas de enseñanza en función del progreso y las necesidades detectadas, creando un ciclo continuo de mejora y ajuste educativo.