I. INTRODUCCIÓN
En la actualidad la convivencia escolar es considerada un componente constitutivo del derecho a la educación de los niños y adolescentes, por ello, es necesario que se puedan implementar estrategias con la finalidad de enseñar a los menores a convivir adecuadamente con sus pares, docentes y directivos, teniendo en cuenta el respeto 1. Para la UNICEF 2, la convivencia en el ámbito escolar es uno de los principales ejes para asegurar una calidad educativa, ya que aprender a convivir con otras personas es una de las actividades que presenta mayor relevancia en las entidades educativas, los climas saludables de convivencia contribuyen de manera positiva en el aprendizaje y rendimiento de los estudiantes y que estos puedan ser formados en convivencia es un factor importante para un adecuado desarrollo socio-emocional.
Al respecto, la UNESCO 3, señala que la violencia se considera un problema social muy extendido, este se evidencia en la mayoría de los países y afecta a un número grande de niños y adolescentes, donde esta violencia principalmente es ejercida o perpetrada por sus pares, se estima que cada 1 de cada 3 estudiantes sufre de maltratos alrededor del mundo, se tiene que un 36,0% de los estudiantes ha sido afectado físicamente por sus pares. Además, otro problema que se está acrecentando con el paso de los años es el maltrato a través del uso de redes sociales. De igual forma, la UNICEF 4, se estima que un aproximado de 150 millones de estudiantes de 160 naciones alrededor del mundo han vivido episodios de violencia entre pares tanto al interior como en los exteriores de las instituciones educativas.
En Chile, conforme a la Encuesta sobre polivictimización, se halló durante el 2017 que un 29,0% de estudiantes que cursan el séptimo año básico y cuarto medio, han padecido de maltratos por sus compañeros por lo menos una vez, mientras que durante el año 2018 se halló un 26,0%. En ese sentido, una de las formas de reducir el maltrato en el ámbito educativo es construyendo una sana convivencia escolar entre cada una de las personas que integran la comunidad educativa, es decir, a través de la sana convivencia, se tendrán menos espacios para la violencia 5.
La inteligencia emocional es de mucha relevancia para los estudiantes de primaria, ya que a través de esta son capaces de poder reconocer, comprender y expresas sus emociones saludablemente, por tanto, el apropiado manejo de las emociones genera un impacto importante en el bienestar socioemocional en los estudiantes 6. También, a través de la inteligencia emocional los estudiantes pueden regular sus expresiones y acciones, siendo consientes y mejorando el control de estas, reduciendo así las conductas agresivas y conflictivas, aunado a ello, contribuye en la mejora del rendimiento académico, ya que los ayuda a manejar la frustración 7.
En Perú, durante el año 2022 se reportaron más de 49000 casos de maltrato a estudiantes, que incluyeron casos de bullying, violencia psicológica, física y sexual en las instituciones educativas a nivel nacional, donde un promedio de 24000 casos correspondió a la violencia física. Además, solo en Lima Metropolitana se registraron alrededor de 17700 casos 8. Además, se reportaron en el mismo año 7556 casos de violencia entre escolares, el 71,3% de los casos se han producido en instituciones educativas públicas, siendo estos niveles de maltrato similares a los que se reportaron antes de acontecer la pandemia 9.
Estas premisas motivan el trabajo presentado, donde se ha analizado la conducta de un grupo de escolares con el fin de reconocer si existe una relación significativa entre la inteligencia emocional y la convivencia escolar, que contribuya a mejorar los espacios sociales en la escuela. Finalmente, el estudio se organizó en cuatro partes, la primera corresponde a la introducción, donde se aborda la problemática, seguido de desarrollo, en la que se plasmaron las teorías para inteligencia emocional y convivencia escolar, así como el desarrollo de estudios previos, la tercera parte corresponde a la metodología, donde se establece el enfoque, diseño y nivel, así como los instrumentos empleados y la población, la cuarta parte presenta los resultados, donde se plasman el análisis estadístico, por último, se presentan las conclusiones.
II. DESARROLLO
A. Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades cognitivas, estas le permiten al estudiante poder entender y regular cada una de sus emociones, también ayuda al estudiante a poder entender las emociones de sus compañeros y otros actores de la comunidad educativa. Para Llanos y Machuca 10 manifiestan que unos de sus principales componentes es la autorregulación, a través de esta los estudiantes pueden controlar cada emoción compulsiva, así como aquellos comportamientos disruptivos, siendo capaz de poder adaptarse a diversos contextos sin llegar a perder el control de la situación.
De igual forma, Moreno et al. 11 señalan que la inteligencia emocional le permite al estudiante ser más empático, ya que aprende que es necesario entender las emociones de sus compañeros, esta capacidad le permite tener mejores relaciones con otros estudiantes al interior y exterior de la entidad educativa, es a través de la empatía que los estudiantes empiezan a reaccionar de una forma más apropiada frente a las situaciones que atraviesa diariamente.
B. Convivencia escolar
La convivencia escolar es el conjunto de relaciones y comportamientos que suceden entre las personas que asisten a la institución educativa, se trata entonces de la manera en cómo las personas buscan coexistir en el ámbito educativo. En ese sentido, es de vital importancia promover una convivencia saludable, ya que aporte al aprendizaje, siendo necesario que los estudiantes puedan entender y poner en práctica el respeto y la cooperación, generando así un ambiente sano durante el proceso enseñanza-aprendizaje, sin que quede espacio para los maltratos y agresiones 12.
Igualmente, Lluen 13 manifiesta que la convivencia escolar es una pieza clave para lograr un desarrollo integral en el estudiante, debido a que no solo se benefician los educandos con los ambientes sanos, sino que también se benefician los docentes y el personal de la entidad educativa, ya que experimentar un ambiente laboral agradable y sin conflictos tiende a mejorar la colaboración y facilita el aprendizaje de los estudiantes, para ello, es importante que se tengan en cuenta que los estudiantes practiquen valores como la cooperación, justicia, solidaridad, empatía y respeto, creando así una comunidad educativa más comprometida con el desarrollo integral de los estudiantes.
C. Estudios previos
Investigaciones previas realizadas también en Lima, Perú 14, han evaluado la relevancia de la inteligencia emocional en la escuela, y han podido confirmar que el buen manejo de las emociones en los estudiantes es un indicador de un buen espacio social, donde todos puedan convivir en armonía. Esto sin duda, debe incluir la tolerancia y el respeto a las diferencias, que muchas veces es un reto en la infancia, y afecta la vida social en la escuela.
Otros autores 15 han confirmado que la inteligencia emocional en la primaria es fundamental para el desarrollo integral de los niños. En esta etapa, los estudiantes aprenden a reconocer, expresar y gestionar sus emociones, lo que mejora su capacidad de relacionarse con los demás y de enfrentar situaciones desafiantes. Enseñarles a identificar sus sentimientos y a empatizar con los demás fomenta un ambiente de aprendizaje más armonioso y colaborativo. Además, fortalecer estas habilidades desde temprana edad contribuye a la construcción de una autoestima saludable y a la resolución positiva de conflictos.
Autores como Mondalgo 16 afirman que la inteligencia emocional desempeña un papel crucial en el aula, especialmente cuando se trata de mantener el respeto, incentivar la tolerancia y fomentar la aceptación. Cuando los estudiantes aprenden a reconocer y gestionar sus emociones, pueden interactuar de manera más consciente y empática con sus compañeros. Esto no solo reduce conflictos, sino que también promueve un ambiente de inclusión donde las diferencias son respetadas y valoradas. Al comprender las emociones propias y ajenas, los niños desarrollan una mayor capacidad para resolver problemas de forma pacífica y constructiva, fortaleciendo el sentido de comunidad. Además, la inteligencia emocional les enseña a afrontar el estrés y los desacuerdos de manera calmada, lo que mejora la convivencia y refuerza la importancia del respeto mutuo, permitiendo que la diversidad en el aula sea vista como una fuente de aprendizaje y enriquecimiento.
III. METODOLOGÍA
La investigación fue de tipo básica y correlacional. La muestra fue conformada por 267 estudiantes de primaria a través de un muestreo no probabilístico por conveniencia. La técnica e instrumentos para recabar datos fue la encuesta y el cuestionario. Para la variable inteligencia emocional, se aplicó el inventario BarOn ICE - Abreviado (Tabla 1), este instrumento fue elaborado por Reuven Bar-On en el año 1997 17, presenta 30 ítems que se distribuyen en 5 dimensiones.
Tabla 1 Aspectos relevantes del Inventario BarOn ICE - Abreviado para medir la inteligencia emocional.
En el caso de la variable convivencia escolar, se aplicó la escala de convivencia escolar ECE (Tabla 2), este instrumento fue elaborado por Del Rey, Casas y Ortega en el año 2017 18, presenta 50 ítems distribuidos en 8 dimensiones.
Tabla 2 Aspectos relevantes del Inventario BarOn ICE - Abreviado para medir la inteligencia emocional.
En cuanto a los aspectos éticos, se tuvieron en cuenta diversos principios, tales como el respeto y justicia. Sobre el respeto, durante la ejecución de la investigación se ha respetado el derecho a la libertad de participar y formar parte de la muestra a los estudiantes, así como se explicó que los datos recogidos serán protegidos. Respecto a la justicia, se respetó los derechos de los estudiantes a participar en la investigación. Los datos recolectados se trabajaron con el programa estadístico SPSS v.26. Para presentar las tablas de frecuencia respecto a los niveles de inteligencia emocional y convivencia escolar a través de la estadística descriptiva, mientras que para contrastar las hipótesis planteadas se empleó la prueba de correlación Rho de Spearman, donde se consideró un nivel de significancia de 0,05.
IV. RESULTADOS
Los resultados revelaron que existe una distribución significativa de los niveles de desarrollo evaluados en la muestra. Aunque un 14,6% de los estudiantes presenta un desarrollo bajo, la mayoría se encuentra en niveles promedio o excelentemente desarrollados, representando el 85,4% del total. Esto sugiere que, en general, los estudiantes presentan un desarrollo positivo. El alto porcentaje de estudiantes en niveles “excelentemente desarrollados” (40,8%) es un indicador relevante de éxito en los procesos educativos y posiblemente en el ambiente de aprendizaje que se está brindando. Además, el bajo porcentaje en el nivel más bajo invita a examinar estrategias de intervención para ese grupo.
El hecho de que un 44,6% esté en un nivel promedio indica una buena base emocional, pero hay margen para el crecimiento, mientras que el 40,8% con un desarrollo excelentemente desarrollado refleja un grupo con habilidades emocionales fuertes, lo que probablemente se traduce en mejor manejo de relaciones, mayor empatía y resiliencia. Por otro lado, el 14,6% que muestra un desarrollo bajo es un grupo al que se le debería prestar atención a través de programas de intervención y apoyo emocional.
En general, los resultados encontrados sugieren que la mayoría de los estudiantes tiene una buena capacidad para gestionar sus emociones, lo que fortalece el clima escolar positivo, pero también señala la necesidad de enfocarse en aquellos con dificultades emocionales para evitar posibles problemas de interacción social o bajo rendimiento. Esto resalta la importancia de fomentar la inteligencia emocional en el ámbito escolar, no solo por su impacto en las relaciones interpersonales, sino también en la adaptación y el éxito académico.
En cuanto a la convivencia escolar se pudo observar que la mayoría de los estudiantes (45,7%) se encuentra en un nivel medio, lo que indica una convivencia adecuada, aunque con áreas para mejorar. Un 30,7% tiene un nivel bajo de convivencia, lo que podría estar relacionado con conflictos interpersonales o dificultades en el ambiente escolar, requiriendo atención y posibles intervenciones. Por otro lado, el 23,6% que se encuentra en el nivel alto de convivencia escolar refleja un grupo que probablemente disfruta de relaciones armoniosas y un entorno positivo, lo que es beneficioso para el aprendizaje y el bienestar general. Este análisis sugiere la necesidad de fortalecer las estrategias de convivencia para elevar el bienestar colectivo, especialmente en aquellos con un nivel bajo.
Por otra parte, la inferencia reveló que existe una correlación positiva y significativa entre la inteligencia emocional y la convivencia escolar con un coeficiente de correlación de 0,453, según el Rho de Spearman (Figura 1). Esto indica que, a medida que la inteligencia emocional aumenta, también mejora la convivencia escolar. Dado que el valor de significancia es 0,000 (menor a 0,01), la relación es estadísticamente significativa. Este resultado sugiere que fomentar la inteligencia emocional en los estudiantes puede contribuir a mejorar la calidad de la convivencia dentro del aula.

Fig. 1 Relación entre la inteligencia emocional y la convivencia escolar, se observa que la convivencia escolar tiende a mejorar a medida que aumentan los niveles de inteligencia emocional.
Se observó además una correlación positiva entre la dimensión intrapersonal de la inteligencia emocional y la convivencia escolar, con un coeficiente de correlación de 0,249 según el Rho de Spearman. Aunque esta correlación es más moderada en comparación con la relación general entre inteligencia emocional y convivencia escolar, sigue siendo significativa, ya que el valor de significancia es 0,000 (menor a 0,01), lo que indica que la relación no es producto del azar.
La dimensión intrapersonal está relacionada con el autoconocimiento, la autoestima y la regulación de las propias emociones, lo que influye en la forma en que los estudiantes interactúan con los demás. Aunque el impacto de la inteligencia intrapersonal sobre la convivencia escolar es menor que otras posibles dimensiones, este hallazgo sugiere que los estudiantes con un mayor autoconocimiento y capacidad de gestión emocional tienden a contribuir a un ambiente de convivencia más saludable y positivo.
Así mismo se pudo confirmar una correlación positiva y moderada entre la dimensión de adaptabilidad y la convivencia escolar, con un coeficiente de correlación de 0,313, según el Rho de Spearman. Esta relación es estadísticamente significativa, con un valor de significancia de 0,000, lo que indica que la correlación no es producto del azar.
La adaptabilidad, que implica la flexibilidad para enfrentar cambios, la capacidad de resolver problemas y la adaptación a nuevas situaciones parece tener un impacto importante en la calidad de la convivencia escolar. Los estudiantes que muestran mayores niveles de adaptabilidad tienden a manejar de mejor manera los desafíos y conflictos que puedan surgir en el entorno escolar, lo que contribuye a una convivencia más armoniosa. La correlación moderada sugiere que aquellos estudiantes con mayor adaptabilidad no solo son más capaces de ajustarse a las dinámicas escolares, sino que también pueden fomentar un ambiente en el que los demás se sientan más cómodos y apoyados.
Los resultados también revelaron que existe una correlación positiva fuerte entre la dimensión de manejo del estrés y la convivencia escolar, con un coeficiente de correlación de 0,522, según el Rho de Spearman. Esta correlación es estadísticamente significativa, con un valor de significancia de 0,000, lo que indica que la relación no es producto del azar.
Este hallazgo sugiere que los estudiantes que poseen habilidades para manejar el estrés de manera efectiva tienden a contribuir significativamente a una mejor convivencia en el entorno escolar. El manejo del estrés incluye la capacidad de regular las emociones y mantener la calma en situaciones desafiantes, lo que reduce los conflictos y mejora las relaciones interpersonales. Cuando los estudiantes pueden controlar su respuesta emocional frente al estrés, es menos probable que se generen tensiones o disputas, lo que facilita un ambiente más armónico y colaborativo en el aula.
La correlación relativamente alta (0,522) indica que una mayor capacidad para gestionar el estrés está fuertemente relacionada con mejores niveles de convivencia escolar. Esto sugiere que enseñar y desarrollar habilidades de manejo del estrés entre los estudiantes podría tener un impacto notable en mejorar el clima escolar, las interacciones entre compañeros y la resolución pacífica de conflictos.
La evaluación también mostró una correlación positiva y moderada entre la dimensión de estado de ánimo general y la convivencia escolar, con un coeficiente de correlación de 0,258, según el Rho de Spearman. El valor de significancia es 0,004, lo que indica que la relación es estadísticamente significativa y no producto del azar.
El estado de ánimo general, que incluye el nivel de optimismo y bienestar emocional de los estudiantes, juega un papel importante en cómo estos interactúan y se relacionan con los demás en el contexto escolar. Aunque la correlación no es tan fuerte como en otras dimensiones, un estado de ánimo positivo está asociado con una mejor convivencia escolar, ya que los estudiantes que se sienten más felices y optimistas tienden a tener interacciones más amables, empáticas y constructivas con sus compañeros.
Esta correlación sugiere que aquellos estudiantes con un estado de ánimo general elevado no solo experimentan un mayor bienestar personal, sino que también contribuyen a crear un ambiente escolar más respetuoso y colaborativo. Sin embargo, dado que la correlación es moderada, es probable que otros factores también influyan en la convivencia escolar, además del estado de ánimo general.
Se puede decir que, aunque la relación entre el estado de ánimo general y la convivencia escolar no es muy fuerte, el análisis muestra que fomentar el bienestar emocional y el optimismo entre los estudiantes puede tener un efecto positivo en las dinámicas interpersonales dentro del aula. Esto resalta la importancia de promover estrategias para mejorar el bienestar emocional en el entorno escolar como parte del desarrollo integral del estudiante.
CONCLUSIONES
A partir del análisis realizado, se pueden extraer varias conclusiones clave sobre la relación entre la inteligencia emocional y la convivencia escolar. En primer lugar, los resultados del estudio confirman que la inteligencia emocional juega un papel central en la dinámica de convivencia dentro del aula. Esto destaca la importancia de incluir programas de educación emocional en los entornos escolares, ya que su impacto en el bienestar general y en la capacidad de los estudiantes para relacionarse de manera constructiva es evidente.
En segundo lugar, la correlación significativa entre el manejo del estrés y la convivencia escolar indica que la capacidad de los estudiantes para regular sus emociones en situaciones desafiantes es un factor crucial para mantener un ambiente armonioso. Esto sugiere que las instituciones educativas deben prestar especial atención al desarrollo de estrategias de regulación emocional entre los estudiantes, no solo para mejorar su bienestar personal, sino también para favorecer un entorno colaborativo.
Por otro lado, la adaptabilidad se presenta como una competencia emocional esencial en la convivencia escolar. Los estudiantes que son más flexibles y capaces de ajustarse a diferentes situaciones sociales parecen tener mejores interacciones con sus compañeros, lo que apunta a la necesidad de fortalecer habilidades de resolución de problemas y adaptación en los programas educativos.
Asimismo, la relación moderada entre la dimensión intrapersonal y la convivencia escolar refleja que, aunque el autoconocimiento es importante, no es el único factor determinante en el éxito de las relaciones sociales. No obstante, esto implica que trabajar en la autoevaluación emocional y la capacidad para gestionar las propias emociones tiene un efecto positivo en las interacciones grupales.
El estado de ánimo general también influye en la convivencia escolar, pero de manera más moderada en comparación con otras dimensiones emocionales. Esto sugiere que, si bien un estado emocional positivo contribuye a una mejor convivencia, es posible que otros factores, como el control del estrés y la empatía, jueguen un rol más destacado en las relaciones interpersonales dentro del contexto escolar.
Otro aspecto importante que se puede inferir es que el desarrollo emocional no solo beneficia al individuo, sino que también tiene un efecto sistémico en el ambiente escolar. Los estudiantes emocionalmente inteligentes no solo manejan mejor sus emociones, sino que también influyen en el bienestar colectivo del grupo, facilitando una convivencia más respetuosa y colaborativa.
Además, los resultados del estudio apoyan la idea de que la inteligencia emocional puede ser un predictor fiable de un clima escolar positivo. En este sentido, las instituciones educativas podrían considerar la evaluación y el fortalecimiento de la inteligencia emocional como una estrategia para prevenir conflictos y promover un ambiente de aprendizaje más efectivo.
De esta manera, este trabajo refuerza la necesidad de abordar la educación desde una perspectiva integral, donde el desarrollo cognitivo esté acompañado por el desarrollo emocional. No se trata solo de formar estudiantes competentes en términos académicos, sino también en términos emocionales, ya que ambos aspectos están profundamente interrelacionados y son clave para el éxito en el entorno escolar y, a largo plazo, en la vida personal y profesional de los estudiantes.