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Educere
versión impresa ISSN 1316-4910
Educere v.11 n.39 Meridad dic. 2007
Mérida, de la ciudad universitaria a la Eutrópolis
Maritza Amelia Rangel Mora*
Facultad de Arquitectura y Diseño. Universidad de Los Andes, ULA. Mérida - Venezuela lagumila@ula.ve / lagumila@cantv.net
* Arquitecta. Magíster en Diseño Urbano. Profesora titular de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Los Andes. Miembro del Gripo de Investigación en Calidad Ambiental Urbana.
Resumen
A partir de la evaluación del libro Ciudad y universidad. Ciudades universitarias y campos universitarios, propulsor del concepto de edutrópolis, junto con otros documentos que refieren la importancia de la educación superior en el hacer ciudad, ciudadanos y ciudadanía, así como el valor de la ciudad como ente y escenario ideal para la educación, se desarrolla un análisis sobre los 17 centros educativos superiores que conviven en el par urbano Mérida–Ejido, para conocer sus principales rasgos de carácter académico, logístico y sus posibilidades y motivación para la interacción. Los resultados permiten producir una serie de conclusiones y recomendaciones para consolidar la ciudad de Mérida como la edutrópolis venezolana, a través de la estructuración en red de todos sus centros de educación superior, para que se erija como soporte fundamental de la multiplicidad de funciones educacionales, sociales, económicas y culturales de la ciudad, enriqueciendo así la calidad de vida de sus ciudadanos e impulsando el desarrollo local, estadal y nacional.
Palabras clave: edutrópolis, ciudad universitaria, educación, ciudadanos, calidad de vida
Mérida, from university city to edutropolis
Abstract
From the evaluation of the book “City and university. University cities and university campuses”, (Ciudad y universidad. Ciudades universitarias y campos universitarios, in Spanish), promoter of the edutropolis concept, together with other documents that refer to the importance of higher education in city life, citizens and community, as well as the value of a city as an ideal entity and scenario for education; the 17 higher education centers in the urban areas of Mérida and Ejido are analyzed in order to know their main academic and logistic features and their possibilities and motivation for interaction. The results let us reach a series of conclusions and suggestions to consolidate the city of Mérida as the edutropolis of Venezuela, through the net structuring of all its higher education centers, to build it as a main support of the multiplicity of educational, social, economical and cultural functions of the city, enriching the quality of life of its citizens and propelling local, state and national development.
Key words: edutropolis, University City, education, citizens, quality of life
Fecha de recepción: 04-07-07 • Fecha de aceptación: 17-09-07
Ciudad y universidad
Con frecuencia se escribe sobre las ciudades y, particularmente, sobre aquellas que alojan en su seno centros de educación superior, ya que sus investigadores y/o estudiantes se inspiran reiteradas veces en dichas ciudades para realizar estudios diversos asociados a sus disciplinas de trabajo.
La incidencia de esos centros de estudio en la vida citadina le va dando rasgos particulares a la ciudad, convirtiéndose muchas de ellas en ciudades universitarias. Esta frase tiene dos acepciones principales; una de ellas se utiliza para nominar a aquel sector urbano o periurbano que aloja, en forma concentrada, las instalaciones fundamentales que permiten el cabal funcionamiento de un centro de educación superior, segregándolas del resto urbano. A este espacio también se le llama campus. El otro significado está referido a aquella ciudad cuyas dinámicas, instalaciones, edad, nivel cultural y de estudios de sus habitantes, presupuesto, lapsos de mayor o menor población, entro otros rasgos, permiten establecer que la educación superior es la actividad más representativa entre las que se desarrollan en la misma. Este ha sido el caso de la ciudad de Mérida, manifestándolo uno de sus escritores dilectos con la frase “Mérida es una universidad con una ciudad por dentro”.
En el año 2006 sale a la luz pública, en España, el libro Ciudad y universidad. Ciudades universitarias y campos universitarios.1 El mismo recoge las ponencias presentadas en la VIII Semana de estudios urbanos de Lleida, realizada en el 2000, con el nombre “Ciudades universitarias y campus urbanos”.
Los editores del libro, Carmen Ballet y Joan Ganau, después de justificar la publicación relativamente tardía,2 establecen que en las jornadas se analizó la compleja y estrecha relación existente entre las universidades y las ciudades, al ser las universidades elementos de dinamización social, económica y cultural de las ciudades.
Varias de las ponencias formuladas merecen especial atención, por lo oportuno de sus ideas y lo enriquecedoras para el análisis. A continuación se mencionan los planteamientos considerados más relevantes.
Indovina (2006: 37) establece que por ciudad pública debe entenderse la construcción de atractores positivos en beneficio de la calidad de vida de sus habitantes. Posteriormente expresa que la universidad y la producción científica son “una plaza” libremente frecuentada, que forma parte constituyente de la estructura y el funcionamiento de la comunidad urbana que la aloja… La universidad es un factor de alta cualificación urbana, no solo en su sentido físico sino también social y cultural, que contribuye relevantemente en la construcción de una identidad fuerte y abierta del ciudadano.
Indovina igualmente plantea que la universidad como laboratorio permanente de innovación y formación, apoya y enriquece los intereses de la sociedad entera, sus valores históricos y ambientales. Ella debe caracterizarse por una fuerte orientación democrática y de justicia social, lo cual es un grado de medida y beneficio que resulta de la investigación en términos de los beneficios colectivos.
Dober (2006: 17) define la educación superior como una máquina para producir desarrollo regional, propiciando el cambio tecnológico y generando satisfacción personal, cultural y estética, lo que la va constituyendo como la mayor contribuidora de la calidad de vida… su presencia va afectando las formas físicas de los alrededores de los campus y, en su influyente sinergia afecta todo el sitio de la región.
El estudio de Boston (USA) como ciudad universitaria de importancia mundial, le permite a Dober presentar una clara imagen de la misma. Expresa que en su área metropolitana existen 57 instituciones de educación superior que le dan cabida para el estudio al 8,3% de su población. Ello impulsa a la existencia de un alto rango de establecimientos juveniles urbanos: cafés, librerías, forums, museos, teatros, arenas, estadios, y de eventos que contribuyen a la calidad de vida de la comunidad, al abrirse al público general. Los medios de comunicación universitarios permiten un amplio acceso a la información y a las ideas. Algunas instituciones ofertan también servicios de salud, apoyo legal, alojamientos y tiempo para los necesitados, así como instrucción y asesoramiento a escuelas que buscan asistencia.
Dober habla de la necesidad de producir la EDUTRÓPOLIS, la cual define como el trabajo en red del sistema educativo de los niveles superiores y su implicación en las dinámicas sociales y culturales de la comunidad. Expresa que tal modelo ha de respetar la independencia, identidad y espacios físicos de cada institución, buscando la sinergia y potencialidad de un plan coordinado metropolitano, para alcanzar las mejores ventajas de su existencia y propósito, en términos de articular algunos intereses específicos para alcanzar beneficios extraordinarios, que una Edutrópolis podría producir.
Campos (2006: 201) opina que la universidad tiene que desarrollar la trascendental misión de formar integralmente al ser humano. Por ello ha de prestar una expresa atención al diseño de los edificios y espacios libres donde aloja tan importante proceso, los cuales pasarán a formar parte de la memoria colectiva de la sociedad.
Rodríguez (2006: 1) plantea un nuevo paradigma sobre la ciudad al establecer que ella es un marco y un agente educador que, ante la tendencia a la concentración del poder, practica la opinión pública y la libertad, ante la tendencia al gregarismo expresa el pluralismo, ante la tendencia a la distribución desigual de las posibilidades defiende la ciudadanía, ante la tendencia al individualismo se esfuerza por practicar la individualidad solidaria… permite formar personas sensibles tanto a sus deberes como a sus derechos.
Citando un trabajo de Faure (1972, UNESCO), Rodríguez recalca la propuesta sobre la ciudad educadora, recalcando que la misma propone sacar la educación de los espacios cerrados para trasladarla a los lugares de reunión, a las fábricas, las plazas, los parques, las calles… la ciudad se construye en escenarios y ambientes globales de aprendizaje en donde confluyan procesos, estrategias y vivencias educativas, así como el concepto de educación permanente a lo largo de la vida.
Este prometedor planteamiento avanza ampliamente sobre el concepto de la ciudad vista como un conglomerado urbanístico y de pobladores, al definirla con alma, viva… un ambiente y un contexto global de vida y aprendizaje… una propuesta en continua construcción. Se trata en síntesis de un proyecto para construir ciudadanía y democracia, al ser el eje articulador y constructor de un nuevo ciudadano.
Rodríguez, citando a Borja (1988) define al ciudadano como aquel que ha participado en la conquista y construcción de la ciudad, por la práctica continua de ciertos valores que el ser humano debe encontrar en la ciudad que habita. Posteriormente cita de nuevo a Borjas, quien junto con Castells, expresa un decálogo para la gestión del desarrollo urbano:
- Las ciudades tienen calles, no carreteras
- La ciudad es un espacio público
- Hacer ciudad es construir lugares para la gente, para andar y encontrarse
- Las obras se empiezan y se acaban bien
- El desarrollo urbano se materializa en un programa de obras, pero solo se construye la ciudad futura si responde a un proyecto global
- Las operaciones de desarrollo urbano son actuaciones integradas y estratégicas
- En la ciudad el camino más corto entre dos puntos es el más hermoso. La estética urbana hace la ciudad vivible.
- Una ciudad democrática es una ciudad visible, con referencias físicas y simbólicas que ubique a su gente
- Construir la ciudad futura es una tarea de todos
- El progreso en la ciudad se mide por el progreso en cantidad y calidad de sus espacios públicos
- No hay desarrollo urbano positivo sin capacidad de inversión y de previsión. La ciudad del mañana se construye reinventando la ciudad del pasado y diseñando ciudad en las fronteras de la ciudad actual
- La calidad del desarrollo urbano depende de la socialización de la cultura arquitectónica y estética de los espacios públicos, pero también de la cultura cívica en los diversos actores de la ciudad.
Rodríguez citando a Marshall (1950) define a la ciudadanía diciendo que esencialmente es una relación de pertenencia a una comunidad en donde todos tienen un mismo estatus como miembros.
2. Mérida y los estudios universitarios
Las tesis evaluadas permiten analizar la situación de los estudios universitarios en su vinculación con la ciudad en Mérida, a los fines de conocerla y pautar algunas acciones de enriquecimiento mutuo y, por tanto, de mejoramiento urbano y ciudadano.
Desde hace más de 200 años la ciudad de Mérida se encuentra ligada a la vida educativa, primero a la religiosa y luego a la universitaria. Esta dinámica surgió por las cualidades de su sitio de emplazamiento, colmado de valores naturales únicos en el país, donde vive gente sencilla, autóctona, apegada a sus tradiciones y costumbres. Esta ciudad crece en población y servicios, reconociéndose como nodo principal del sistema urbano estadal al prestar servicios especializados de educación, médico-sanitarios, turísticos, administrativos y comerciales, no solo para un área de influencia estadal sino también regional.(Rangel, 2007, 6)
La Universidad de los Andes, es el centro educativo superior por excelencia, de la ciudad de Mérida. Su presencia y trascendencia le apoyan decididamente en el cumplimiento de sus funciones principales y en la calificación de la misma como la ciudad del país con mejor calidad de vida. (CONAPRI, 2005)
Tales circunstancias han atraído hacia la ciudad un número importante de población juvenil que para los años 60 llegó a ser el 25% del total de la población urbana. (Luengo, 1996)
Para diciembre del 2006 la Universidad de los Andes tenía 40.295 estudiantes, ubicándose el 72% de los mismos en la ciudad de Mérida. Ella oferta 12 facultades con 75 carreras, 41 especialidades, 86 maestrías y 24 doctorados. Su condición como centro público de educación superior le permite al 10% de sus estudiantes disfrutar de alguna beca, entre las de desarrollo estudiantil, alto rendimiento, deportiva, cultural, especial o beca-estudio. Existe también la modalidad de preparadores y ayudantes de investigación que plantea otra retribución mutua entre la ULA y sus estudiantes.
Además de la educación formal y de extensión, la ULA ofrece a cerca del 10 % de sus estudiantes la alimentación en períodos de estudio, así como de alojamiento solidario y numerosos equipamientos y servicios que apoyan la vida estudiantil. Pero su oferta no es solo a los estudiantes, sino que también en lo cultural, lo social, lo sanitario y lo recreacional, produce en Mérida la más alta oferta de equipamientos y actividades asociadas, enriqueciendo los intereses de la sociedad, bajo una fuerte orientación democrática y de justicia social. Estos rasgos, junto a las condiciones del paisaje natural, hacen de la ciudad y sus alrededores, un gran atractivo turístico nacional.
La Universidad de los Andes fomenta el acceso a la información y a las ideas a través de sus medios de comunicación, igualmente da asesoramiento en todas las áreas del saber, entre las cuales se encuentra la educativa a niveles básicos. Paralelamente, impulsa la existencia en la ciudad de un alto rango de establecimientos y dinámicas juveniles urbanos, en lugares y horarios muy diversos.
Las edificaciones universitarias educativas, representativas y de administración, conforman parte mayoritaria del grupo de la arquitectura más rica de la ciudad y, por tanto, de la imagen colectiva que se obtiene de la misma, consolidando sectores de calificación urbana. Sus núcleos en Mérida han impulsado la incorporación de sectores no desarrollados al tejido y la vida urbana.
La torre del reloj del Rectorado elemento Plaza de la Facultad de Ciencias Económicas fundamental del perfil urbano citadino y Sociales, buen ejemplo de paisajismo urbano.
El estudiante ulandino conforma una población que proviene de diferentes lugares del país, habiendo alumnos de otros países que mayoritariamente cursan estudios de postgrado. Ellos portan diversos hábitos y costumbres que le imprimen a la ciudad una diversidad cultural que funciona sobre la base de una expresión local profunda. Por ello en Mérida conviven armoniosamente expresiones heterogéneas de carácter cultural, social y espacial.
No debe obviarse la oferta de las restantes 16 instituciones de educación superior, que coexisten principalmente en la ciudad de Mérida y que apoyan la selección de la población juvenil por adelantar estudios universitarios en ella, viviendo principalmente en su área metropolitana. Lamentablemente las mismas trabajan separadas entre sí y con la ULA, en la generalidad de los casos. Tales instalaciones dan respuesta al 42% de la demanda estudiantil universitaria que tiene la ciudad.
Para conocer sobre las características de los centros de educación superior que hacen vida en Mérida y su área metropolitana, se realizó un levantamiento de información a cada uno de ellos, a través de encuesta tipo. Los parámetros investigados fueron clasificados en las categorías: aspectos generales, modalidad temporal de funcionamiento, horario, grados académicos que imparten, uso de la pasantía como mecanismo docente, servicios complementarios que oferta cada centro educativo a los alumnos y oportunidades de vinculación que se pueden establecer entre los centros educativos superiores y con la ULA. Toda la información fue vaciada en el cuadro anexo, cuyo análisis se realiza a continuación.
En el par urbano Mérida–Ejido existe un aproximado de 50.000 alumnos que cursan estudios superiores de 3º, 4º y 5º nivel,3 el 90% de ellos lo hace en la ciudad de Mérida. La ULA, en su núcleo Mérida aloja la mayor proporción de estos alumnos al tener una matrícula equivalente al 58% del total.
El 41 % de las instalaciones oferta estudios de carácter técnico y social, el 18% brinda solo estudios educativos o técnicos. Sendos estudios artísticos y religiosos son ofertados por apenas el 6% de los centros de educación superior. La Universidad de los Andes es la única que oferta toda clase de estudios.
De los 17 centros de educación superior el 41% son públicos u oficiales, el resto son privados, siendo el 12% de ellos de la iglesia católica. El 71% de ellos trabaja con la modalidad semestral, el resto usa la modalidad anual; solo la ULA tiene también entre sus alternativas la modalidad trimestral. El 53% de las instituciones utiliza la modalidad de fines de semana, y casi todos trabajan también con la modalidad de horario nocturno.
El 59% de los centros de educación superior entrega títulos de técnico superior, siguiendo en importancia los títulos de educación superior que los concede el 35% de las instituciones. Solo La ULA y la UNEFA entregan títulos de doctorado. El 71 % utiliza la pasantía como mecanismo docente, pero solo el 47% lo hace en todas sus carreras.
Con respecto a los servicios complementarios que ofrecen, la biblioteca y la orientación estudiantil son los más ofertados en un 82% de las instituciones, seguido por la sala de lectura y la organización de actividades culturales, que se realizan en el 76% de los centros. La presencia de espacios de usos múltiples y recreativos, así como de centros de telecomunicaciones le sigue en importancia junto con la prestación de becas que las dan el 59 % de las instituciones. El 41% cumplen con actividades complementarias de carácter comunitario. El servicio menos prestado es el de transporte que solo lo oferta la ULA y el Tecnológico de Ejido.
El cuadro mencionado también permite observar que el principal requerimiento solicitado por el 65% de los centros universitarios merideños hacia la ULA es el apoyo para el mejoramiento académico de su personal docente; seguido por la convalidación de sus estudios para la continuación de los mismos en la Universidad de los Andes (23%). El 18% requiere de la ULA el préstamo de sus instalaciones para actividades docentes, deportivas y culturales. Por otra parte el 76% de los centros de estudio superior le ofrece a la ULA la posibilidad de cooperación en lo que a actividades culturales, deportivas y artísticas se refiere. El apoyo para el desenvolvimiento de actividades comunitarias es ofertado por la UNEFA, lo cual debe considerarse como importante en este momento en que las universidades deben avocarse a cumplir la Ley de Servicio Comunitario, promulgada por el Estado venezolano para propiciar la responsabilidad social de sus jóvenes. El Centro de estudios Teológicos Juan Pablo II oferta talleres para la enseñanza de derechos humanos.
El plano anexo, muestra la localización de áreas e instalaciones educativas en la superficie urbana dentro del municipio Libertador, reconociéndose la ubicación del Instituto Universitario Tecnológico de Ejido (IUTE), en el municipio Campo Elías, dentro del área metropolitana. Debe registrarse la fuerte presencia, en los sectores noreste y centro de la ciudad, de grandes espacios universitarios de la ULA, lo que ayuda a percibirla como la universidad de Mérida por excelencia.
Las demás instituciones educativas universitarias se ubican dispersamente en el centro y centro oeste, ocupando generalmente espacios de la ciudad moderna. Ellos son más puntuales, de menores dimensiones y en muchos casos contentivos de solo lo requerido para las actividades docentes y administrativas. Algunos de los mismos comparten entre ellos la infraestructura, o con otros equipamientos educativos urbanos, fundamentalmente de carácter religioso. Tal situación se corresponde con la escasa oferta de servicios complementarios que presentan casi todos los otros centros educativos universitarios, que hacen vida en Mérida.
3. Hacia la edutrópolis venezolana
Es innegable el efecto de la educación superior en las ciudades universitarias, y particularmente en Mérida donde existe una población estudiantil universitaria equivalente al 20% de su población total. Los efectos positivos ya existentes podrán ser mayores y más efectivos si se plantea intencionalmente una fusión a través de la consolidación de tal comunidad educativa. Por ello, como conclusión se retoma como altamente valiosa lo dicho por Dober cuando establece que una ciudad o área metropolitana que soporta sus funciones educacionales, sociales, económicas y culturales en una red de centros de educación superior es una EDUTRÓPOLIS.
Absolutamente necesario es visualizar el desarrollo de la ciudad de Mérida considerando el establecimiento en red del sistema educativo de los niveles superiores. Tal red debe buscar la “sinergia y potencialidad de un plan coordinado metropolitano”, no solo de carácter especial sino de planificación integral, para alcanzar las mejores ventajas de su existencia y propósito, en términos de articular algunos intereses específicos, respetando la independencia, identidad y espacios físicos de cada institución. Al reconocer las oportunidades que puede tener una ciudad como Mérida, con la presencia activa e integrada de 17 centros educativos de tercero y cuarto nivel, es importante recordar la tesis de Rodríguez sobre la ciudad “como marco y agente educador, que permite formar personas sensibles tanto a sus deberes como a sus derechos”. Por ello es válido acordar con él que el desarrollo y la multiplicación de la educación dependen de su salida hacia la “calle,” convirtiéndose ésta en el escenario global del aprendizaje. Todos los habitantes urbanos han de ser actores permanentes en este proceso de enseñanza–aprendizaje, a través de la ciudad y, en la ciudad, utilizando continuamente sus espacios como lugares para la educación ciudadana. Tal visión exige de la presencia de ciudadanos o habitantes comprometidos que participan activamente en la construcción de la ciudad, en su hacer; lo que ha de generar en ellos sentido de ciudadanía y pertenencia a una comunidad.
El decálogo enunciado por Borjas y Castells que se incorpora al principio de esta investigación, formula la necesidad de visionar la ciudad como el espacio de todos, haciendo especial hincapié sobre la importancia de manejar el enfoque de integralidad en la actuación urbanística, del valor de lo estético y del valor de lo público urbano como el espacio de todos para hacer y vivir la ciudad. Si en la ciudad de Mérida se conjuga su calidad ambiental natural con una gestión del desarrollo urbano enriquecida, donde la labor en red de las universidades permita multiplicar la actual calidad de vida a través de la conformación de ciudadanos y ciudadanía, la misma superará abiertamente sus actuales bondades y podrá ser modelo de ciudad a nivel nacional. Esto enriquecerá su atractivo, sus visitantes, sus ingresos, su identidad y, por supuesto, el nivel de sus habitantes, al convertirlos en ciudadanos.
La oportunidad de generar en Mérida una edutrópolis es comparativamente viable si ejecutamos ciertas acciones, resultantes del análisis realizado, enmarcadas en una estrategia integral. A continuación se enumeran tales acciones:
- Realización de talleres de compatibilización de criterios académicos entre los diferentes centros educativos.
- Evaluación interinstitucional de objetivos y alcances de los pensa de estudio, por carreras y grados académicos, para su actualización y cierta estandarización.
- Diagnóstico de las capacidades artísticas, deportivas y culturales de los diferentes centros educativos, a los fines de planificar, en forma conjunta, actividades de promoción cultural y deportiva para la ciudad, el estado y el país, junto con los organismos oficiales de promoción de las mismas.
- Estructuración conjunta de estrategias de acción social para la educación y el apoyo a las comunidades, implementando la ley de servicio comunitario, a los fines de enriquecer el proceso aprendizaje-servicio, aumentar la pertinencia social de la educación superior y crear ciudadanos integrales, comprometidos con su futuro.
- Realización de talleres de inducción y de ampliación de los programas de actualización docente que adelanta la ULA para sus profesores noveles, hacia profesores de los otros centros educativos, en formación.
- Afianzamiento de la carrera académica para profesores no ulandinos, para lo cual es necesario, su preparación y un mejor tratamiento por parte de las instituciones educativas, en lo que a beneficios académicos y financieros se refiere.
- Cooperación para el uso compartido de ciertos espacios–instalaciones universitarias, apoyando en logística y financiamiento para el mantenimiento y la mejor ejecución de las actividades programadas.
- Mejoramiento de las condiciones físicas arquitectónicas y urbanas de las instalaciones educativas superiores, convirtiéndolas en hitos referenciales del lugar donde se encuentran, propulsoras de la calidad física y de la vitalidad del lugar, y del enriquecimiento ciudadano de sus vecindades y de la ciudad en general.
- Realización de competencias estudiantiles de carácter científico, cultural, social y deportivo, entre alumnos de los diferentes centros educativos.
- Búsqueda de niveles mínimos de excelencia de los docentes, alumnos, empleados y obreros, a través de competiciones por la calidad de sus labores intrínsecas, a nivel local.
El comenzar por el abordaje en las universidades significa el concienciar a la ciudad en general, ya que en cada hogar debe haber por lo menos uno de sus miembros involucrado directamente con alguna casa de estudios superior del área metropolitana, en el rol de estudiante, docente, empleado u obrero.
Visualizar a la ciudad como una edutrópolis significa asumir una actitud menos pasiva y de más compromiso, pasando de ver a Mérida como una ciudad para una universidad, a la Mérida como una ciudad para la educación; acción que debe establecerse como proyecto para enriquecer el futuro ciudadano y, por ende, su calidad de vida. Por y para ello se ha de coincidir con Dober al observar la educación superior como una máquina para producir desarrollo regional, propiciando el cambio tecnológico, generando satisfacción personal, cultural y estética, lo que no solo incidirá en la ciudad sino en la región y el país.
Notas
* Este artículo ha sido escrito gracias al apoyo brindado por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la Universidad de Los Andes (CDCHT – ULA)
Este libro fue editado por la Universidad de Lleida (Lérida), con el apoyo del Ayuntamiento de Lleida, el Colegio de Arquitectos de Cataluña y el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Lleida) y publicado en el 2006.
Ellos expresan que los aportes de la ponencias tienen una alta calidad, que presentan reflexiones que sobrepasan las coyunturas, que las relaciones existentes entre ciudad y universidad se han ido haciendo más importantes y, además, que la universidad cumple un importante papel en la dinamización social, cultural y económica de las ciudades y en general del territorio que las aloja.
El total de alumnos que se conoce es de 49.770 alumnos en 15 de los centros de educación superior, para junio del 2007, a excepción de la ULA cuyo dato es de diciembre del 2006. Falta la información de la población estudiantil de la Misión Sucre y de la Universidad Santa María, pues no se tuvo acceso la misma.
Bibliografía
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