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Educere
versión impresa ISSN 1316-4910
Educere v.13 n.45 Meridad jun. 2009
Me gustan los estudiantes
Miguel Guaglianone
Uno de los varios mecanismos de desestabilización utilizados por el laboratorio social de los intereses hegemónicos y sus representantes en tierras latinoamericanas, ha sido el de activar nuevamente al espasmódico ''movimiento estudiantil'', que viene siendo utilizado como caballito de batalla en Venezuela desde hace unos 2 o 3 años.
Otra vez los estudiantes de manos pintadas de blanco, de poses teatrales-circenses hechas a la medida para las cámaras de video y fotografía, y de verborrea vacía frente a los micrófonos, volvieron aparecer en la cobertura mediática como ''protagonistas'' en la lucha por el NO a la enmienda constitucional.
Supongo que a todos aquellos que, como el que escribe, tuvimos la suerte (y el honor) de 'participar activamente en las luchas estudiantiles de fines de los 60; ver actuar a este ''movimiento estudiantil'' de la postmodernidad, nos produce por lo menos una revoltura de estómago. Tal como dice Eduardo Galeano, estamos viviendo en ''el mundo al revés''
Este es un movimiento estudiantil que:
1. Defiende al statu quo (manifiesta a su favor)
2. No es masivo sino de élites (está constituido en su mayoría por los estudiantes privilegiados de las universidades privadas)
3. Tiene amplio apoyo de los medios (da hasta conferencias de prensa)
4. Sus dirigentes sufren de ''pobreza ideológica'' (sus reivindicaciones son balbuceantes apelaciones a conceptos vacíos o jingles infantiles)
5. No están dispuestos a ser tocados ni por el pétalo de una rosa (basta que las autoridades digan que se usará gas lacrimógeno, para que vociferen por anticipado por sus derechos humanos)
¡Qué lejos están de aquellos que tomábamos diariamente las calles para enfrentar al sistema dominante, sabiendo que arriesgábamos la vida cada vez que salíamos a manifestar!
Lo que no sabíamos en cada ocasión, latinoamericanos herederos de la gloriosa tradición de Córdoba de 1918, donde nacieron las ideas de autonomía universitaria y cogobierno estudiantil. Los que fuimos protagonistas en 1968 de un movimiento universal (el primer sistema de un mundo interdependiente) que hizo temblar y estremecerse a gobiernos y sistemas.
Y perdón por la nostalgia, pero cuando vienen a mi memoria aquellos discursos de los líderes estudiantiles en Berkeley, en la Sorbona, en la Universidad de Montevideo, en la Autónoma de México, sólidamente contestatarios, radicales, absolutamente críticos a las injusticias y al sistema dominante; o los estudiantes japoneses, creando en las calles una contra-cuña (con cascos de futbol americano y bates de beisbol) para enfrentar la cuña formada por la policía antimotines, o cuando recuerdo a cientos de miles de estudiantes marchando y gritando al unisonó en las ciudades más importantes de Francia ''todos somos judíos alemanes'', en el momento en que el gobierno francés quiso expulsar a los hermanos Cohn- Bendit (por judíos y alemanes); o cuando suena en mis oídos aún el acento profundamente mexicano de aquel compañero que sobrevivió a la Plaza de las Tres Culturas, contándonos como avanzaban inexorablemente los tanques aplastando y matando sin cuartel; o aun cuando en la escala más modesta de mi Montevideo natal miles de compañeros acompañamos, paralizando la ciudad, al cortejo que llevaba a Susana Pintos (asesinada por un escopetazo a quema ropa de la represión) a su última morada; entonces no puedo menos que sentir lo caricaturesco de este ''movimiento estudiantil''.