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Educere

versión impresa ISSN 1316-4910

Educere v.13 n.45 Meridad jun. 2009

 

Última escalada opositora: Ni tan movimiento ni tan estudiantil

Diego Sequera

Si remontamos al momento de su debut, en mayo de 2007 y lo que podría pensarse como su momento de ''gloria'' al ser una fuerza decisiva en las elecciones del 2 de diciembre de 2007, en las elecciones aprobatorias de la Reforma Constitucional, el denominado ''movimiento estudiantil'' –al que le debemos añadir, opositor–, a la luz de los recientes acontecimientos ha demostrado que ha perdido su novedocidad, capacidad de convocatoria y su eficacia política; ha demostrado que, más temprano que tarde, le llegó su fecha de vencimiento. Así lo demuestran los hechos.

Conviene, antes de remitirnos al dato que ofrece la historia reciente, hacer un breve repaso al origen de un movimiento que no tiene mucho ni de movimiento, ni de estudiantil y mucho menos de espontáneo.

Introducción a las manitos blancas

A lo largo de lo que va de siglo XXI, particularmente en regiones que otrora conformaban el territorio de la Unión Soviética, y en especial en la Europa oriental, una serie de movimientos de carácter juvenil y estudiantil se desplegaron, en su gran mayoría, logrando derrocar –o estremecer sin triunfar– a los gobiernos prorusos que solían regirlos. Tres elementos reúnen a estas agrupaciones, incluyendo al caso Venezuela: la circunscripción al repetido esquema de ''revoluciones de colores'' sustentadas en el catecismo de Gene Sharp y las líneas de Albert Einstein Institute; el apoyo logístico de ONG como mamparas del Departamento de Estado, y una estrategia comunicacional basada en códigos simples, asimilables y repetibles, como cualquier slogan publicitario. De todas estas agrupaciones, Otpor! (Resistencia!) es la más renombrada, y el caso Venezuela es un calco de la misma –incluso el nombre, cosa que varía en los demás movimientos–, salvando la única variación cosmética: lo que comenzó siendo el logo del puño cerrado –igual que su hermano serbio– se trocó en una mano abierta, para sustentar semióticamente las ''buenas intenciones'' de un movimiento que no tiene nada que esconder. De resto, el discurso y la actuación solían ser en sus inicios exactamente iguales.

La universidad Socialista del Pueblo (Univer-so) de Mérida, publicó en la revista de crítica cultural Día-Crítica (en su número 4, de marzo-mayo, 2008) un análisis somero que lleva por título El movimiento de las ''manos blancas''. En su estudio, Universo desglosa la metodología que el señor Gene Sharp ha diseñado, desde 1983, con bibliografía de su autoría y desde el Albert Einstein Institute, y basados en una interpretación oportuna y superficial de los métodos no-violentos como el de Ghandi. En ellos, grosso modo, Sharp –sionista confeso– plantea una amplia combinación de métodos y acciones enmarcados vías para derrocar dictaduras y dictadores, sin caer en definiciones ni de lo uno ni de lo otro. Cualquier movimiento que se le oponga a ''dictaduras'', basándose en una aritmética simple, son calificados demócratas sin caer en muchas consideraciones. Según Universo, las teorías de Sharp definen las ''fuentes del poder político'' es una geometría bien definida de la relación entre el poder del Estado y la sociedad. 198 son los métodos que míster Sharp ha planteado para salir de las molestas dictaduras. ''Estos métodos se clasifican en tres grupos: a) protesta y persuasión, b) no cooperación, y c) la intervención. Los métodos de protesta y persuasión incluyen desfiles, marchas y vigilias (54 métodos). La no cooperación incluye el boicot y las huelgas (103 métodos). La intervención incluye la ocupación, el ayuno y el gobierno paralelo (41 métodos)'', de acuerdo al análisis de Universo.

Es a partir de este tablero y de su recetario que se plantean las distintas combinaciones que desarrollarán una fórmula cuyo fin último radica en un muy detallado plan de desestabilización, en los que mediante una preconizada –pero discutible– resistencia pacífica, buscaban situarse dentro del arquetipo de la valiente victima contra un gobierno ''represivo y tiránico''. Aunando esta estrategia al apoyo de las ONG y de la plataforma mediática encargadas de generar las condiciones, tendríamos lo que en el lenguaje futbolista se conoce como una jugada de laboratorio. Si de algo carece la guerra de cuarta generación es de espontaneidad.

Antecedente I: el madrugonazo

Con todo este bagaje, es que aparece en la palestra pública un movimiento estudiantil que, con un rostro fresco, espontáneo y renovado toma las calles manifestándose en contra del fin de la concesión de Rctv y, por supuesto, en contra del gobierno bolivariano. Causó sorpresa una novedad para ese momento: el negarle la tarima, en uno de los primeros mítines, a políticos de la vieja guardia. Tal fue el caso con Rosales, Baduel y Ramos Allup. Así, invocando los valores universales –democracia, libertad, derechos humanos, pero sin masticarlos mucho– la salida al ruedo estaba garantizada con un minucioso guión que buscaba vender al movimiento estudiantil como uno que nace al calor de la lucha. Así como se valían de todos los valores de la democracia burguesa y liberal, también explotaron otro elemento clave: en la opinión pública todavía permanecía intacta la sobrevaloración de la figura estudiantil, flanco que hasta el momento no había abarcado el manto de la revolución bolivariana. De este primer impulso es que ''surgen'' liderazgos dotados de la misma ''frescura'' y ''pureza'' que caracterizaba al movimiento. De ahí vienen Yon Goicoechea, Freddy Guevara y un no tan joven ni tan estudiantil, Stalin González.

Contra todo pronóstico, este movimiento jugó un papel decisivo en la definición electoral de la Reforma del 2D del 2007. Sin embargo, ya desde el principio, desde los días de mayo, dos elementos venían esclareciéndose: 1) el movimiento no era tan pacífico por más que se valiera de métodos que perversamente se venden como de resistencia pacífica y 2) tampoco era tan espontáneo. De eso se dio constancia el guión con el sello de Ars publicidad que un grupito de ellos dejó abandonado tras la pantomima que trataron de realizar en la Asamblea Nacional con palabras y gestos. Pero, aún así, lograron madrugar al movimiento bolivariano, especialmente a la juventud, dominado por la dispersión.

Antecedente II: elecciones chimbas para la FCU

El anquilosamiento de dicho movimiento ya era cosa cierta al momento de realizarse la últimas elecciones para la presidencia de la Federación de Centros Universitarios (FCU) en la UCV el 7 de noviembre. Para el momento Yon Goicoechea había recibido el premio Milton Friedman de 500.000 dólares que otorga el Cato Institute y más adelante se inscribe en Primero Justicia; Stalin González, inscrito en el partido Un Nuevo Tiempo (UNT), se lanza a la candidatura por la alcaldía del municipio Libertador y Freddy Guevara se lanza al Cabildo Metropolitano con UNT. Los líderes que más cobertura mediática tenían hasta el momento, y que se vendían como la gran primicia del nuevo movimiento, se habían erosionado y su inserción en la vieja clase política era un hecho. Esto ya venía provocando fracturas en un movimiento que se preciaba de ser cohesionado. Lo que coronaría esta fractura y destacaría la dispersión del movimiento lo encontraríamos aquel 7 de noviembre en el que Ricardo Sánchez, con la anuencia de los partidos tradicionales y Globovisión, y en contra el reglamento universitario ya que se encontraba en Régimen de Permanencia –raspao y suspendido por dos semestres–, gana las elecciones con la plancha 100% universitario, creando, crispación y malestar, en especial dentro de las propias filas opositoras, organizadas en una plancha autónoma.

''No creemos en liderazgos construidos por los medios de comunicación'', protestaba Naisly Escalona, estudiante de oposición, a las cámaras de Ávila Tv. La direccionalidad de la agenda quedaba clara, la plataforma mediática opositora tenía a su gallo, poco querido por sus propios militantes. Y el triunfo fue para Sánchez de todas formas.

Antecedente III: la minuta del Pacto de Puerto Rico

Así, iniciando el año al calor de la Enmienda Constitucional, comienzan las movilizaciones estudiantiles de oposición. Ya no contaban con liderazgos con un mínimo de carisma y, error tras error, comienzan a revelar la faz que les corresponde: métodos violentos y una abierta ignorancia de los motivos políticos por los cuales pateaban la calle, apoyados, sí, una vez más, por la plataforma mediática que exhibía a un movimiento acéfalo y lejos de la supuesta ''frescura'' del 2007. El intento de incendiar al Waraira Repano, la incautación de bombas molotov y piedras en un camión que empleaban para la movilización, propiedad de un militante de Primero Justicia de larga data conspiradora, los vulgares intentos de encubrir sus actos con un videomontaje distante del bien ensamblado montaje de Puente Llaguno en el 2002, más las pobres declaraciones que los medios oficiales recogían, dejaban en evidencia a un grupúsculo cada vez más impregnado de su propia estupidez. Y, como colofón, su presencia como parte integral del plan que se llevó a cabo por el Pacto de Puerto Rico, como trasciende en una minuta colada en la página Web de oposición Noticierodigital.com, que, por supuesto, niega, desmiente, cerrando el foro por ''falta de fuentes''

''Por eso considero que hay que ser prudente, por ejemplo, con el movimiento estudiantil, donde nuestros aliados nos están pidiendo que los partidos se mantengan distante en el terreno público'', decía John Caulfield, encargado de Negocios de EE UU en Venezuela, en la minuta filtrada del pacto de marras. El documento está a disposición de cualquiera o bien remitiéndose directamente al vínculo (http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=483081 o al de http://aporrea.org/actualidad/n128109.html).