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Salus

versão impressa ISSN 1316-7138

Salus vol.17 no.1 Valencia jan. 2013

 

¿En papel o en Internet?

     Jorge Luis Borges y Umberto Eco son de aquellos, como muchos, que aman las bibliotecas, esas llenas de libros, revistas y muchos, muchos estantes. Para nosotros, los que vivimos lejos de Caracas, ir al IVIC y a su biblioteca era no sólo una expedición sino el placer de sentarse, buscar un trabajo, pescar una frase o una cita e ir a otro y otro trabajo. Las cosas empiezan a cambiar, primero por la pobreza y luego por la digitalización y el Internet.

Como todas las pobrezas, la pobreza económica de la bibliotecas es algo relativo: los presupuestos quedan igual o bajan mientras los costos aumentan.

La suscripción anual al American Journal of Physology, consolidado (todas las disciplinas), por ejemplo, cuesta USD 5265. ¿Imposible, verdad? Hace unos años hubo un movimiento para que todas las revistas científicas ofrecieran un acceso online gratis. Las editoriales dijeron que era su ruina y que gran parte de sus ingresos eran por las suscripciones. Desarmar la red de árbitros, diagramadores editores, distribuidores y muchos más era romper una parte vital de la investigación: la publicación.

Quedaba la alternativa de las revistas online. ¿Estará arbitrada? ¿Qué impacto tiene? Una solución, entiendo que de compromiso, fue ofrecer publicaciones de libre acceso después de cierto tiempo. En Free Medical Journal se puede ver, por ejemplo, que el New England Medical Journal está “free” después de 6 meses. A los pobretones de aquí no nos preocupa demasiado, pero para los que viven de subsidios, 6 meses de demora es mucho. ¡Ah, pero si uno va congresos internacionales se entera de muchas cosas! ¿Ir a congresos pagados por la Universidad? A duras penas iras si presentas algo. ¿Y los que van para oír y aprender, es decir todos los que se inician como investigadores? No, no, son potenciales delincuentes que van a pasear.

Otra alternativa es pagar para que publiquen. Es horrible. Sabemos que se paga por publicar, sin árbitros ni Comité Editor. ¿Estará la revista indexada? Los puntos que da publicar, sea en revistas A o B, es grande y así proliferan las revistas de segunda.

La digitalización ha permitido, sin duda, que más gente tenga acceso a más publicaciones. El costo es menor, la publicación es más rápida y su distribución mucho más sencilla. Newsweek, una publicación con 79 años de existencia, anuncia que dejara la publicación en papel para ir a 100% digital. Otra antigua publicacion, como la BOE, el Boletin Oficial de España, anuncia que abandona la publicación en papel y ahora todos podran “gozar” la ventaja de leer la BOE desde la comodidad de su “ordenador” ¿Son razones económicas o un signo de los tiempos? Estamos acostumbrados a ver a un pianista, por ejemplo, sentarse, acomodarse él y su partitura y empezar a tocar. ¿Da él vueltas las páginas o lo hace un ayudante? Pues no, ahora toca el piano y, de vez en cuando, también toca la pantalla de una tableta donde está la “particella”.

Ir a 100% digital tiene la objeción de los bibliotecarios que tienen ya su sistema de clasificación por tema y autor y, exigen que la revista tenga “lomo”, Ah, si, para ver qué es solamente mirando el estante. Será una cuestión de tiempo pero que las revistas online se vienen, se vienen.

Un problema de las publicaciones 100% on line en pensar dónde se archivan los trabajos. Si la publicación permenece per seacula seculorum en algun lado, bien, ¿pero si al editor se le ocurre borrarla? No hay un archivo universal ni una “nube” que los guarde y de alli el famoso “consultado el dia tal del año tal”. Uno piensa que una referencia es para que el que lee el trabajo, si le interesa la cita, vaya a buscarla a una biblioteca o un sito web. Eso ayuda enormemente a desarrollar una investigación y saber cuan original o repetido es su trabajo. Se intenta ahora crear esa super biblioteca virtual. Pero... ¿quién la paga?

Hay una tácita asociación entre libros, bibliotecas y cultura e historia. Pasando por la bibloteca de Constantinopla, quedan los cristianos quemando los libros de los judios al conquistar el Al-Andaluz, los nazis quemando los libros “antigermanos”, Bradbury en Fahrenheit 451 o Zafón hablando de un lugar secreto, el Cementerio de los Libros. Destruir culturas destruyendo libros y bibliotecas no parece ser hoy día un método fácil o posible, pero, ay, puede ocurrir. ¿Serán incombustibles los de Internet?

En Salus hemos mantenido desde 2003 una conducta sencilla: se publica en papel y simultaneamente sale Salus online. Y no son 2 revistas: Salus online es una copia online de los trabajos pasados por el CE, por los árbitros y aceptados con o sin modificaciones. Por lo tanto, Salus online no es una revista online.

Y, bueno es decirlo, que nos gusta leer una edición en papel. ¿Alguien puede negar el placer de leer un libro o revista echados en la cama antes de dormir?

Por suerte, la última Feria del Libro, organizada por la UC en Valencia, con muchos stands y mucha gente, demuestra que no estamos solos y que libro, el de papel, todavia vive y goza de buena salud.

Ricardo Montoreano

Coordinador Salus online