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SAPIENS

versión impresa ISSN 1317-5815

SAPIENS vol.6 no.2 Caracas dic. 2005

 

RESEÑA

José Adames (2000)

Informe para un retrato de pareja

Caracas:  Fondo Editorial Tropykos. 102 páginas

 

“Escoger la hora de la muerte

es lo que más se aproxima

 a burlarse del destino”

G, en Informe

para un retrato de pareja

 

A pesar de que no es un escritor venezolano muy conocido, quizás porque él mismo no lo buscaba ex profeso, José Adames (Ciudad Bolívar 1941, Caracas 2004) desarrolló a lo largo de los años una sólida (y tal vez breve) obra literaria, la cual cuenta con títulos muy significativos. Resaltan, entre otros, Préstame tu máquina (1977), su primer libro, y Juego que cuento (1993). Aquí reseñaremos Informe para un retrato de pareja, que data del año 2000 y que fue prologada por Luis Barrera Linares. Creemos que con estas líneas, estamos contribuyendo a difundir el quehacer literario de quien por mucho tiempo se desempeñara como asesor del Taller Literario “Marco Antonio Martínez” del Instituto Pedagógico de Caracas, fundado a mediados del los ’70 por el escritor José Vicente Abreu. El texto en cuestión nos plantea la relación que un hombre mayor y militante de un partido tradicional (que parece ser Acción Democrática) entabla con una mujer mucho más joven, de nombre G. Esta relación se consuma particularmente en las sábanas del Hotel Amor, regentado por un colombiano bonachón, el lugar en el que ambos se encuentran cada vez que el tiempo y las circunstancias lo permiten. Cada vez que las ganas se juntan y se arrastran por las paredes de la oficina donde ambos trabajan y se miran con complicidad y se lanzan papelitos, como aviones de amor y deseo, ante las miradas de los otros que también trabajan allí: el chamo William, el compañero-Jefe, quien también parece interesarse por G, y la señora Carlota, cuya muerte y velorio con música y todo ocupan páginas centrales en el informe. Pero este hombre está casado con una mujer, Gioconda, y ambos tienen dos hijos. Y G tiene una madre que, de cajón, tampoco ve con buenos ojos el que su hija lindaybella se haya enamorado y ande por ahí, por las calles y boites y hoteles de Karak-City, con un viejo verde que podría pasar hasta por su padre. Sin embargo, más que una historia de infidelidad conyugal como pudiese parecer a simple vista, la obra, concebida en tono de informe, algo en lo que el escritor insiste constantemente apelando al que está leyendo, pretende ser (y lo logra) una reflexión acerca de la descomposición social y moral de nuestra sociedad. Una sociedad que busca nuevos rumbos y que está harta de los partidos políticos tradicionales que no supieron desempeñar a cabalidad su papel y que se dejaron minar por la corrupción, entre otros males. En este sentido, a pesar de que dicho Informe... fue escrito hace ya unos años, su lectura nos remite aún a una significación vigente en la actualidad, pero no sólo en Venezuela, sino en muchos países latinoamericanos. Países de realidades compartidas, sin duda alguna.La novela destaca por su sencillez y por la riqueza de su lenguaje coloquial. Y como dice Luis Barrera Linares en el prólogo, la historia se deja leer en muy poco tiempo, no sólo por lo bien contada, sino también por lo interesante de la anécdota. En este sentido, otro elemento resaltante es la brevedad en el decir que demuestra contundencia y que, como debe ser, dice mucho de lo que somos como pueblo, de nuestras costumbres, de nuestros fanatismos, de nuestros pensamientos. Demuestra, así, la maestría de un escritor venezolano poco conocido, como ya se mencionó al principio de la reseña, y recientemente fallecido: José Adames. De tal forma que recomendamos ampliamente su lectura, así como de otro de sus textos: Los funerales de García Márquez y otros relatos, una selección de cuentos. No obstante, este autor, cuya vida académica, intensa por demás, transcurrió en los espacios del Instituto Pedagógico de Caracas y más concretamente en el Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello”, también realizó publicaciones de corte académico, así como transitó igualmente los caminos del ensayo en Decir a tajos (1999).

José Rafael Simón Pérez

UPEL- Instituto Pedagógico de Caracas