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SAPIENS
Print version ISSN 1317-5815
SAPIENS vol.15 no.1 Caracas June 2014
Del piropo como recoveco erótico. Acercamiento discursivo al piropo actual venezolano Alkys Lamas
alkyslamas@gmail.com UPEL I. P. R. El Mácaro, Aragua
Ginete Serrano gineteserrano@hotmail.com UPEL . I.P. R. El Mácaro, Aragua
RESUMEN
El piropo estimula a una experimentación de cambios estructurales que abarcan desde su constitución sintáctica hasta la variedad en el repertorio léxico del cual se basa. La inmediatez de su uso y, en especial, por alcanzar sus sugerentes efectos, exige la construcción y transmisión del piropo como frase de corte ingenioso y fugaz duración, condicionantes que permiten trasladarlo de la oralidad como canal expresivo a la escritura del mismo a través de sitios electrónicos, vistos éstos como alternativas emergentes de quienes aún optan por su utilización. El propósito de esta investigación es realizar un acercamiento discursivo al piropo actual venezolano, tal que permita la evaluación de los alcances comunicativos en función de los sentidos complaciente o displicente. Para el cum plimiento de este objetivo se recurrió a la selección y análisis de muestras de piropos tomados del blog tripealo.com circulante en red y dedicado exclusivamente a la difusión de piropos venezolanos.
Descriptores: piropo; estructura; léxico; discurso; erotismo.
SUMMARY
A compliment stimulates an experimentation of structural changes. They are based on its syntactic constitution and its variety in the lexical repertoire. Its use, specially, to reach its effects, demands a fastest cons truction and transmission of the compliments as ingenious phrases with a brief duration. Those factors should be translating from the expressive channel of the orality to the writing to be published on web sites, and these are seen like emerging alternatives by users. The purpose of this research is realized an approach to Venezuelan discursive compliment that allows the evaluation of communicative scopes based on the meanings of complacent or peevish. The objective of this research was carried out through the selection and analysis of compliments that was taken from tripealo.com, a web site that is dedicated to the diffusion of Venezuelan compliments.
Key words: Compliment, Structure; Lexicon; Speech; Eroticism.
RÉSUMÉ
Le pyrope stimule une expérimentation des changements structurels comprennant de sa constitution syntatique à la variété du répertoire lexical sur lequel le pyrope est basé. La proximité de son usage, et spécialement, pour atteindre ses effets seggestifs, il exige la construction et la transmission du pyrope comme phrase ingénieuse et fugace. Ces conditions permettent le déplacer de l`oralité comme canal expressif à l`écriture à travers des sites électroniques, vus comme alternatives émegentes peur ceux qui encore utilisent le pyrope. Le propos de cette recherche est réaliser un aproche discursive à l`actuelle pyrope vénézuélien, pour permetre l`évaluation des portées communicatives en fonction des sens complaisants ou déplaisants. Pour l`accomplissement de cet objectif nous avons fait una selection et une analyse d`échantillons de pyropes prises du blog tripealo.com dédié exclusivement à la diffusion de pyropes vénézuéliens.
Mots-clés: pyrope, structure, lexique, discours, érotisme.
Recibido: julio 2014 Aceptado: noviembre 2014
AUTORAS
Alkys Lamas
: profesora de Lengua y Literatura (UPEL-Maracay 2006). Magíster en Lingüística (UPEL- Maracay 2011). Profesora Asistente en la UPEL- Instituto Pedagógico Rural (IPR) El Mácaro , sede Aragua. Integrante de la línea de investigación El Español en Venezuela del Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias Dr. Hugo Obregón Muñoz, UPEL- Maracay. Sus intereses de investigación se enmarcan en Semántica, Léxico y Análisis del Discurso aplicado sobre documentos históricos y obras literarias.
Ginete Serrano
: Licenciada en Educación. Mención Lengua y Literatura (Universidad de Carabobo 1991). Magíster en Literatura Latinoamericana (UPEL-Maracay 2002). Doctora en Educación (Universidad Bicentenaria de Aragua). Coordinadora General de Postgrado y profesora asociada de la UPEL-IPR El Mácaro (sede Aragua). Entre sus intereses de investigación figuran estudios de carácter literario y discursivo (lingüístico), con base en obras venezolanas e hispanoamericanas.
Preámbulo
Del flirteo de nuestros abuelos al perreo oral
Hacia la segunda mitad del siglo XIX, bajo el aún imperante y exacerbante Romanticismo, Manuel Antonio Carreño, irrumpió los cánones comportamentales de la ciudad de Caracas al publicar su obra: Manual de urbanidad y buenas maneras. Con ella, pretendía brindarle elegancia y distinción a todo ciudadano residente de la capital venezolana. Muchas de las costumbres de trato entre hombres y mujeres, debieron tomar un rumbo ceñido por la discreción y, ante todo, extensivo de la moral y ética social. Compuesto por cinco profusos capítulos, es el número quinto, el que mejor destaca los tratos sostenidos entre hombres y mujeres sobre todo, al referirse a la conversación que pudieran ambos entablar. Ante las pasionales lecciones romanticistas, el citado Manual cobraría rigor en tanto alguna minúscula prueba de flirteo se hacía evidente en posibles o, en el peor de los casos, imposibles parejas.
El medio más natural y expresivo para agradar a los demás en sociedad es ciertamente el de la palabra; y un hombre de buenas maneras lo aprovecha siempre en su trato con el bello sexo, sembrando su conversación de manifestaciones galantes y obsequiosas, que toma en la fuente de la discreción y el respeto, y dirige con exquisita delicadeza y evidente oportunidad. Pero téngase presente que es altamente impropio y desacatado el uso de requiebros y zalamerías en todas ocasiones, con toda mujer con quien se habla, sin miramiento alguno a la edad, al estado, ni a las demás circunstancias de las personas, y sin atender al grado de confianza que con ellas se tiene. (Carreño, 2005; pp. 196, 197)
Corre el tiempo y con él, los convencionalismos sociales mutan. De elaborados y retóricos discursos amorosos, la declaración amorosa pronto se vio aprisionada entre la inmediatez y de las circunstancias sociales y culturales en el mundo. Una combinación de guerras, migraciones, vanguardias artísticas, evolución tecnológica, altibajos políticos y muchas minifaldas, combinaron estrategias para que la mujer se posesionara y dominara espacios de acción, antaño asignados sólo para hombres. Pronto, las distancias entre los sexos opuestos se acortaron y los rituales de proximidad que practicaban cuatro o tres generaciones anteriores, veíanse obsoletos ante las maravillas de un mundo inmediato y variado en opciones de vida. Así, del risueño flirteo en ventanales de casas coloniales (pese a la presencia incólume de la chaperona), los espacios de galanteo y Romeo riman ahora con expresiones jergales como chateoy perreo. Aparentes vacaciones sin retorno, Don Juan de los Piropos.
Piropo Piropeador
Considerado originario de los más bajos estratos sociales, el piropo, constituye un género del discurso amoroso con evidencias de registros de uso en todas las épocas de la historia humana. Clara manifestación oral, el piropo intenta lavar su honor en modestas producciones literarias emanadas de miembros eruditos de las Cortes Reales establecidas durante la segunda mitad de la Edad Media y principios de la Moderna; no obstante, de su mala fama nunca se vio libre: la de empedernido pícaro callejero y de exclusivo uso masculino. Microtexto o discurso amoroso de corte minimalista, el piropo, a criterio de Calvo Carrilla (2000):
Brotó casi espontáneamente de bocas pícaras y desocupadas, del callejear de la tasca a la plazuela y, todavía más, de esas callejas morunas que constituyeron hasta finales del siglo XIX el corazón y los arrabales de muchas ciudades [...] En cualquier caso, el piropo genuino fue una manifestación de galantería popular y callejera, la cual, [...] respondía a una actitud polivalente de admiración y de desprecio, a la vez que de frustración- hacia el sexo femenino. (pp. 36, 37)
El piropo, resulta interesante por sus usos sociales (seducción, procedimiento al que se apela previo al cortejo, halago a la belleza o simpatía de alguna fémina) y, porque responde a una estructura textual (e iconográfica para el caso de los vigentes piropos electrónicos) que lo caracterizan. Algunas posibles características del actual piropo venezolano, son:
1. Brevedad.
2. Autosuficiencia semántica.
3. Estructura relativamentefijaaunque, factible de alternarse en correspondencia al sujeto destinatario, contextos espacial y temporal e, inmediatez en la concreción de su intencionalidad.
4. Además de ser oral, puede reflejarse o manifestarse en el texto escrito.
Para Rojo (1996) la cualidad breve insta a la ... imaginación, agudeza, sutileza, es el alma del ingenio, como decía Polonio en Hamlet. Por otra parte, la brevedad produce un cuidado mayor en el lenguaje, ya que al quitar todo lo retórico, lo innecesario, se deja el texto despojado pero al mismo tiempo potenciado en su efecto estilístico. (pp. 46, 47). Si bien es cierto que, brevedad implica precisión en el lenguaje en pos de garantizar efectividad en su uso y, exactitud tanto en la utilización de las palabras como en sus significados, ¿de qué medios o estrategias lingüísticas se vale el piropo para lograr tal cometido? Y, ¿lo que ha sido mencionado como efecto estilístico merece en el piropo calificarse como efecto impresionista tanto para quien piropea como para quien es piropeado?
Un aspecto es claro: para el piropeador la labor de lisonja y seducción, no es sencilla. No es posible que éste confíe en la sola estructura estática de algún piropo memorizado. Se requieren efectos, manifestaciones exteriorizadas por el destinatario. Briz (1998), citando a Beinhauer, señala que:
La expresión afectiva [...] refleja el afán del hablante por influir de un modo persuasivo sobre el interlocutor, procurando interesarle y caldearle el ánimo por el respectivo asunto; en una palabra imponerle todo su yo impregnado no sólo de ideas, sino también de sentimientos e incluso de impulsos volitivos. (p. 113)
Piropeador Piropeada
Parte I. El piropo como exaltación
Vigara, citado por Calsamiglia y Tusón (2002), entiende el humor en tres sentidos: optimista, pesimista e intrascendente o lúdico (p. 214). A efectos del piropo, bien puede estimársele con dos principales sentidos:
1. Sentido optimista o complaciente(búsqueda del locutor en su sujeto-objeto de buena disposición de ánimo, ofrecer un halago). Esto, para efectos de determinar su tipificación y polaridad (Djukich de Nery y Rincón, 1999), posibilita entender la carga positiva (+; + +) en tanto la capacidad de complacencia de quien emite mediante la selección, ajuste y vinculación adecuadas tanto de palabras como de las relaciones de significados que existen entre éstas y que generan, o bien una complacencia satisfactoria en el piropeado o bien, una complacencia que supera la satisfacción promedio en función de los niveles pragmáticos, discursivos y estéticos trabajados. Por ello, la tipificación en dos categorías, que son:
a. Piropo normal q Complaciente [+]
b. Piropoema qExtremo Complaciente [+ +]
2. Sentido pesimista o displicente(el sarcasmo, burla mordaz a los atributos físicos visibles del sujeto objeto piropeado). La displicencia es asumida en términos de la valoración o sobrevaloración de la anatomía sexual femenina y, en consecuencia, la explicitación de un ficticio placer físico basado en La figura femenina abandona el halo que la exalta y protege de toda imperfección. El piropo de carga negativa [-] o doble carga negativa [- -] limita con estrecha cercanía con el insulto debido al empleo en toda su construcción de unidades léxicas portadoras de alta carga de contenido sexual. El ejercicio asociativo entre unidades léxicas indicadoras de alguna área sexual del cuerpo humano y de algún objeto puntual desencadena, a su vez, una relación comparativa (posiblemente, la realización de una metáfora impúdica, foránea a modelos lingüísticos o literarios occidentales) de objeto 1 objeto 2 qacción o actividad fisiológica/sexual. En este sentido, la tipología se le asume como:
Cuadro 1Piropo displicente: categorización de sus referentes
a. Antipiropo Contrapiropo qDisplicente [-] o [- -]
Al tratar el sentido complaciente que puede delegar un piropo, aunque el emisor pudo someter a evaluación previa a su sujeto-destinatario (piropeado), no se halla exento de sucumbir a la incertidumbre respecto la reacción del otro; con ello, es posible afirmar que es forzado el proceso de reconocimiento interpersonal lo cual, a juicio de Paz (1993) es, Reconocimiento, asimismo, en el sentido de confesar que estamos ante un misterio palpable y carnal: una persona. El reconocimiento aspira a la reciprocidad pero es independiente de ella. Es una apuesta que nadie está seguro de ganar porque es una apuesta que depende de la libertad del otro. (p. 124).
Sin embargo, el autor mexicano va más allá del titubeo experimentado ante una posible falla en la reciprocidad: El amor ha sido y es la gran subversión de Occidente. Como en el erotismo, el agente de la transformación es la imaginación. (p. 124). Imaginación que, al sujeto-emisor (piropeador), sólo le basta intensificar en un conjunto de contadas palabras, lo cual, bien es planteado por Grijelmo (2000), ya que:
...siempre trepanará la sensibilidad del que espera complacido. He ahí el valor connotado, el truco subliminal, la apelación directa a la voluntad inconsciente [...] Y eso se consigue mediante unos vocablos símbolo que no reproducen sólo la realidad sino que la adornan. La lógica de la mente emocional es asociativa, y toma los elementos simbólicos del recuerdo o que lo activan- de una determinada realidad como si se tratara de esa misma realidad... (pp. 86, 87)
Si existen dos recursos retóricos o, tropos de amplio uso en el piropo, lo son: la metáforay la sinécdoque. En relación a la primera, Briz (op. cit.) afirma que ...es un fenómeno habitual en el discurso coloquial. Constituye un procedimiento cognitivo que permite comprender una cosa (tener experiencia de ésta) en términos de obra y asimismo transmitir una serie de contenidos inferenciales ausentes en una construcción no metafórica. (p. 99). Posiblemente, una consecuencia o, secuencia lógica de la metáfora lo es la sinécdoque en tanto que esta persigue:
...referirse a sólo una parte de un objeto, idea o persona, para reflejarlo entero [...], en el lenguaje de la seducción amorosa, se emplea una parte también, es cierto; pero no con el objetivo de resaltar un elemento que englobe el todo, sino de dar oscuridad a otro. Esa parte que sustituye al resto es más bien el cebo que conduce al resto, que no se cita pero se piensa. (p. 84, 85) Todo esto es perceptible mediante el uso de frecuencias léxicas debido a su potencial significativo. Su común empleo ... responden a una intención y a un propósito parece fuera de toda duda: no describen sólo acciones de un individuo, sino que se presentan como valoraciones críticas de la actuación de éste. (Briz, op. cit.; p. 98). En lo que refiere a los piropos seleccionados en calidad de muestra, las frecuencias léxicas apreciables en sus estructuras, son reconocibles las siguientes marcas:
1. De lexemas intensificados, ya sea porque entre sus rasgos se incluye el sema [+ intensidad]: Si como lo mueves la bates, qué sabroso... chocolate
2. De exclamacionesque actúan como intensificadores de la actitud del otro, de lo elevado (Expresión afectiva, realce lingüístico, elevatización, intensificación...)
3. De interrogaciones exclamativas(interrogaciones retóricas): Si Cristóbal Colón te viese, diría: ¡¿Santa María, pero que pinta tiene esta niña?!
4. De frases y expresiones metafóricas: Quisiera ser tus lágrimas, para nacer en tus ojos y morir en tus labios
Cuadro 2Núcleos sémicos y lexemas aplicados en piroposNota.
Los núcleos sémicos trabajan el esquema semántico construido en cada piropo, de este modo, los núcleos conformarían el tema o conjunto de tópicos relacionados hasta brindar unicidad a la estructura que constituye el piropo. En lo que respecta las palabras seleccionadas, el significado trasciende la parcialidad léxico semántica para avocarse a la totalidad de sentido: el piropo y el antipiropo son vistos entonces como todos y desde sus sentidos globales en el marco de la complacencia o displicencia; si bien en este último no concebida original o premeditamente por el ente emisor, sí en su efecto de ruptura o transgresión de la exaltación (carga positiva) del otro.
Parte II. El piropo como insulto
Pero si la belleza física es motivo de creación de incontables expresiones ensalzadoras, no menos adeptos encuentra el piropo displicente o detractor, aquella expresión que, valiéndose de intensificadores, efectúa asociaciones de partes del cuerpo humano con objetos o animales poseedores de cargas semánticas que implican vergonzosos estereotipos de fealdad o, en su extremo, de lastre. Calvo Carrilla (op. cit.), cita a Paul Werrie, autor francés, en quien apoya la tesis de la contraparte del piropo, el burlesco:
Esta peculiaridad responde a la ambivalente actitud hacia la mujer que está en el subconsciente del piropeador, la propia de un donjuanismo superficial y veleidoso, que es capaz de pasar sin transición de la más encendida idealización al desprecio más absoluto. (p. 39)
La connotación insultante de este tipo de piropos, se modela según el acervo venezolano hasta adquirir forma definida y expresión tanto por la vía oral como por la escrita; transgresión explícita y consciente de normas de tratamiento y comportamiento comunicativo, al piropo displicente venezolano no se le impide su emisión y detracción a través de curiosas reinvenciones lexicales. Prueba de ello, es la teorización que Pérez (2005) expone:
Este conjunto de insultos se detiene a destacar defectos físicos o anomalías adquiridas tan hirientes y desmerecedoras en los tiempos modernos como el de la gordura de una persona. Lucen, aquí, como reveladoras, expresiones que las potencian como capacidad metafórica o comparativa. De allí que se busquen asociaciones con artefactos, objetos y vehículos de gran tamaño o calado para crear analógicamente con la persona sobre la que se ejerce el símil o la metáfora la mayor carga denigratoria... (p. 65)
Conclusión.
¿Piropo electrónico? La nueva onda de la lisonja
¿Qué atenta contra el piropo? ¿Anacronismo? ¿Exceso de exhibición de tecnologías de comunicación? ¿Exigencia en competencias lingüística y comunicacional para su construcción? Duque, en el año 1998, hacía basamento en el filólogo y lingüista Manuel Bermúdez para quien:
El piropo [...] se ha socializado tanto que se ha producido un desgaste del discurso: es verdad que hoy no se piropea sino que se dicen cosas agresivas, pero sucede también que piropear con elegancia resulta extemporáneo. Uno le dice un piropo a una muchacha de ahora y lo que puede responder: Bueno, ¿y a este se le paró el reloj? [...] El piropo está pasando por una mala época; no se olvide que el mismo está compuesto por una sintaxis, una semántica y una pragmática. El piropeador puede ser muy efectivo, la galantería ayuda, pero a fin de cuentas la que decide si ocurre lo demás es la mujer. (pp. 30, 31)
Aunque situación no generalizable, ante el fracaso de comunicar un piropo en forma oral y pública, la sensación del ridículo para el piropeador sumado a un posible gasto infructuoso en dinero y tiempo en aerosoles para graffitis, es ahorrado a través de herramientas electrónicas como lo son los foros virtuales, o blogscirculantes en Internet so pena de verse , redes sociales bienvenido sea el piropo electrónico. Finiquito no ya de una vertiente de oralidad de torpe proceder, sino de la cercanía y contacto de los sentidos, Colina (2002) parafrasea a Geoffrey Nunberg quien presume que:
... se estarían reproduciendo las condiciones del discurso de finales de los siglos XVII y XVIII, cuando el sentido de lo público se veía mediatizado por una serie de relaciones personales transitivas. Si bien los participantes de Internet tal vez nunca lleguen a conocerse, cada uno de ellos es inmediata y personalmente accesible para los demás. Las listas permiten la participación de aficionados interesados en ciertas disciplinas y extienden así el derecho a opinar. (p. 65)
Deshumanización del arte de galantear, la despersonalización y despropósito de toda manifestación del discurso afectivo, se aúna al detrimento que implica la prevalencia de lo efímero, la fugacidad del instante urgido por lo inesperado y lo inmediato. Amén del onomatopéyico clickdel mouse, ha muerto el piropo, viva el emoticón.
REFERENCIAS
1. Briz, Antonio. (1998) El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática.Barcelona: Ariel [ Links ]
2. Calsamiglia, Helena y Tusón, Amparo (2002) Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso.Barcelona: Ariel
3. Calvo Carrilla, José Luis. (2000) La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX.Barcelona: Península [ Links ]
4. Carreño, Manuel Antonio (2005) Manual de urbanidad y buenas maneras: De consulta indispensable para niños, jóvenes y adultos.Bogotá: Panamericana
5. Colina, Carlos Eduardo. (2002) El Lenguaje de la Red. Hipertexto y Posmodernidad. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello
6. Djukich de Nery, Dobrila. y Rincón, S. (1999) La galantería del siglo XXI: el piropo virtual. En LumenXXI. Revista semestral del Decanato de Postgrado de la Universidad Rómulo Gallegos. 2 (2).
7. Duque, J. (1998, Noviembre 22) Soy hombre; luego agredo. Feriado, 30 31 [ Links ]
8. Grijelmo, Alex. (2000) La seducción de las palabras. Madrid: Santillana
9. Paz, Octavio. (1993) La llama doble. Amor y erotismo.Barcelona: Seix Barral
10. Pérez, Francisco. (2005) El insulto en Venezuela.Caracas: Fundación Bigott
11. Rojo, Violeta. (1996) Breve manual para reconocer minicuentos.Equinoccio (Ediciones de la Universidad Simón Bolívar). Caracas: FUNDARTE [ Links ]