¿Quiénes somos y adonde vamos?

Daniel Marante

Presidente de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo. Período 2012-2014.

Del 6 al 9 de Octubre 2013 los miembros de nuestra Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo (SVEM), junto con otros Médicos Endocrinólogos no miembros de SVEM y muchos otros profesionales de áreas médicas y quirúrgicas afines a nuestra especialidad celebramos el XIV Congreso Venezolano de Endocrinología y Metabolismo, el cual tuvo como Presidente Honorario al Dr. Manuel Camejo. Durante esos cuatro días, expositores nacionales y extranjeros dictaron sus conferencias y participaron en talleres en el marco de un programa variado que trató de cubrir de manera balanceada una buena parte de las áreas de interés de la Endocrinología y Metabolismo, y los delegados nacionales presentaron como trabajos libres los resultados de sus últimas investigaciones, siendo algunos de ellos merecedores de los premios que otorga SVEM.

Más allá de la actividad científica y académica, un congreso sirve de ámbito de encuentro, intercambio, discusión y autocrítica. En este orden de ideas tal vez sea oportuno señalar que una de las preocupaciones que han constituido el motivo de la acción de la actual Junta Directiva de SVEM ha sido el difundir entre los Médicos Endocrinólogos del país y profesionales afines la presencia de nuestra Sociedad y fomentar la conveniencia de pertenecer a ella. Este concepto se confronta con la siguiente pregunta deslizada de vez en cuando en conversaciones informales de pasillo: “¿uéventajas me proporciona el ser miembro de SVEM?”.

Ante esa interrogante se hace necesaria la reflexión, y nos corresponde a los miembros actuales contestarla, empezando por preguntarnos en primer lugar qué hace SVEM por nosotros, sus propios miembros, y en qué nos sentimos diferentes estando dentro de nuestra Sociedad, la cual, como Sociedad Científica, principalmente se ocupa de los aspectos formativos, éticos y de investigación de nuestra especialidad. La SVEM nos permite y estimula a un mayor crecimiento profesional, a una mejor interrelación entre los colegas, a tratar temas controversiales de nuestra área, a realizar consensos adaptados a nuestras realidades, a compartir inquietudes en diferentes materias y discutirlas, a realizar críticas constructivas en los diferentes programas de formación, a vigilar aspectos éticos de la endocrinología, y a apoyar la investigación, lo que se traduce en generación de nuevos conocimientos dentro del área de experticia y curiosidad científica que cada quien pueda tener, dando alas al espíritu creativo y al afán de innovar.

En este punto debemos tener en consideración el delicado equilibrio entre lo idealmente deseable y lo realmente posible en la Venezuela de la segunda década del Siglo XXI con sus dramáticas realidades político-económicas y sociales por todosconocidas, y que no constituyen en sí mismas en este momento el objeto de estas consideraciones. Sin embargo, resulta inescapable realizar una analogía entre las circunstancias actuales y las existentes en el año 1957 cuando se fundó nuestra Sociedad. Los fundadores, entre ellos los ilustres doctores Francisco de Venanzi, Eduardo Coll García, Enrique Pimentel, Raul Pérez Castrillo -por nombrar solamente aquellos a quienes en lo personaltuvimos la fortuna de conocer, tratar y ser sus discípulos durante los estudios de pre y postgrado, y sobre todo, la fortuna de ser inspirados por ellos y contagiados de su curiosidad científica y su amor por la Universidad- aún durante la dictadura Pérezjimenista y los años de inestabilidad política que se avecinaban se reunieron en Caracas y fundaron esta Institución desde la cual irradiaron su luz y dieron su ejemplo de trabajo, combinando sus actividades de investigación, docencia y liderazgo universitario, su proyección social y política, con su ejercicio médico privado de manera equilibrada y fructífera, dejándonos como legado a nuestra Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo.

En la actualidad, esas realidades políticas y sociales a veces nos abruman y perturban hasta el punto que nos hacen perder la perspectiva y el equilibrio de nuestras emociones y actuaciones, llegando a veces a olvidar nuestro papel como protagonistas de esta historia que debemos escribir día a día responsablemente, relativizando la importancia de nuestras acciones y actuando a veces de manera primitiva, como siguiendo la elemental regla del “sávese quien pueda”, o repitiendo la conocida frase “el útimo en salir que apague la luz”.

Comprensible como es que en medio de las dificultades las personas e incluso las instituciones tendamos a orientar nuestras actuaciones hacia una especie de “economía de guerra”, sería imperdonable que nos abandonemos por completo a esos impulsos y dilapidemos el legado de nuestros fundadores. Inspirados por ellos y siguiendo su ejemplo, debemos desplegar la fortaleza e inteligencia necesarias para que en estos tiempos difíciles de escasez de tiempo, artículos de primera necesidad y recursos económicos, y abundancia de inflación, devaluaciones y miedos, nosotros, los miembros de SVEM sigamos contribuyendo con nuestro tiempo y esfuerzo a hacer de nuestra Sociedad una institución cada vez más grande,más fuerte y más relevante para la Nación, y de la cual todos nos sintamos orgullosos. Tal vez la pregunta que debemos contestar no es “¿uéhace la Sociedad Venezolana de Endocrinologí y Metabolismo por mí” sino má bien “¿uépuedo hacer yo por la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo?”.