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Comunidad y Salud

versão impressa ISSN 1690-3293

Comunidad y Salud vol.8 no.2 Maracay dez. 2010

 

"EDUCAR Y EDUCARNOS PARA LA PAZ "…

Educate and Educate for Peace

Nubilde Martínez 1

1 Docente-Investigadora. Departamento de Farmacología y Fisiopatología. Facultad Ciencias de la Salud, Escuela de Medicina "Witremundo Torrealba". Universidad de Carabobo Sede Aragua. Instituto de Investigaciones Biomédicas de la (BIOMED-UC). Sección Fitofarmacología

Correspondencia: nubildemartinez@gmail.com; nubildemartinez1@hotmail.com

Es la misión más importante para los que tenemos la gran responsabilidad y suerte de ser educadores; no hay estado espiritual más útil que nos pueda llevar a la máxima calidad de vida y que nos permita vivir en armonía con el resto de los seres humanos como es el don de la paz.

Todo empieza por la enseñanza del ser humano como individuo, porque si pensamos en su bienestar, de alguna manera se traduce en bienestar para la sociedad. Los docentes como miembros de una sociedad en la cual estamos inmersos, tenemos un papel trascendental de ser orientadores y formadores del estado de paz individual, así como ser participantes activos en la búsqueda de la paz, ya que esto representa la función ductora de nuestra misión, la mayor de las virtudes y el valor más grande; nos permite respetar al otro, sentir el aprecio valioso de las diferencias como un aporte enriquecedor de la calidad humana y no crea conflictos ante los criterios personales que no sean compartidos. El escuchar al otro es una experiencia de crecimiento y no de rechazo, no hay competencias y no hay espacio para criterios preestablecidos, porque ésto sólo contribuye a la descalificación mutua y a no lograr acuerdos que permitan alcanzar el logro del entendimiento.

Educar y educarnos para la paz nos va a permitir resolver situaciones de conflicto y con ello lograr una sociedad más armónica, con interrelaciones transparentes, más maduras y no una sociedad que permanezca en un estado estacionario que no sea capaz de controlar sus emociones y que viva en un eterno disfrute en descalificar y agredir en vez de convivir plenamente en paz.

Cuando me refiero a EDUCAR Y EDUCARNOS PARA LA PAZ, no me dirijo sólo a los estudiantes, sino que: docentes, empleados, obreros, familiares, vecinos todos integrantes de la comunidad universitaria, debemos educarnos para la paz, porque ello implica concientizar la percepción de que todos vivimos en un solo mundo, que tiene diversas culturas, que es desigual y que es injusto, pero es el mismo para todos.

Desde el pensamiento complejo de Edgar Morín, para poder educar y educarnos para la paz debemos reformar la educación bajo algunas premisas: el ser humano como unidad compleja de naturaleza humana está completamente desintegrado en la educación a través de las muchas disciplinas, imposibilitando aprender lo que significa "ser humano". Hay que restaurarla, para que cada uno tome conciencia, tanto de su identidad compleja como de su identidad común a todos los demás humanos. No todas las ciencias enseñan la condición humana, hay que enseñar la calidad poética de la vida, desarrollar la sensibilidad, por ser una necesidad de convergencia de la condición humana.

La Educación para la Comprensión está ausente de nuestras enseñanzas, para poder hacer la tierra vivible deben existir comprensiones mutuas en todos los sentidos; lo cual es vital `para que las relaciones humanas existentes salgan de su estado bárbaro de incomprensión. De allí la necesidad de estudiar la incomprensión desde sus raíces, sus modalidades y sus efectos. Y lo más importante centrarse no sólo en los síntomas, sino en las causas de los racismos, las xenofobias y los desprecios, de ser así se constituiría en una de las bases más seguras de la educación para la paz, a la cual estamos ligados por Educate and Educate for Peace esencia y vocación. Debemos enseñar a establecer un diálogo entre las culturas y explicar como integrarnos, ser tolerantes y tener empatía hacia el otro.

Debemos ir en la búsqueda de una ética basada en valores universales, la humanidad debe convertirse en verdadera humanidad y encontrar su realización en ella. En las condiciones actuales el sistema educativo que tenemos no prepara para la vida, no está en condiciones de desarrollar una cultura de la razón y los sentimientos: una cultura del ser. Es incapaz de vincular estrechamente el mundo de la vida, el mundo de la escuela y el mundo del trabajo.

Los docentes presentamos nuestra verdad como la verdad absoluta, no se crean espacios comunicativos para construir conocimientos y revelar valores. El sentido cultural y cósmico propio del pensar complejo brilla por su ausencia. La naturaleza y la sociedad no llegan al estudiante como una totalidad sistémica, en cuya relación la naturaleza y la sociedad se humanizan y el ser humano y la sociedad se naturalizan.

Enseñar la Identidad Terrenal. Tener conciencia que somos ciudadanos y ciudadanas de la tierra, se comparte un destino común y se confrontan problemas vitales, identidad terrenal, paz, globalización.

Existen muchas culturas pero que no se conectan entre sí, y donde la tecnología informática de un mundo globalizado nos ha acercado, lo que parecía imposible ahora se muestra realizable, donde la diversidad del mundo era lejana y difícil de alcanzarla ahora la conocemos. Las distancias se acortaron, podemos obtener información de lo que queramos en segundos, lo que estaba oculto ahora quedó al descubierto. Todo esto nos debe llevar a una reevaluación y modificación de nuestros esquemas mentales para tener una mejor percepción de la realidad actual del universo que nos rodea y del cual formamos parte.

En estos momentos de crisis donde hay tanta violencia en las instituciones, donde hay una pérdida del estado de derecho, solamente la concertación, el rescate de los valores y el convencimiento de la necesidad de estar unidos nos puede conducir a la paz. La paz no puede ser sumisión, no admite yugo, solo se logra a través de la libertad, respeto, tolerancia y el amor hacia sí mismo y hacia el otro. Educar y educarnos para la paz no desconoce la existencia de conflictos, porque eso sería utópico, al contrario hay que asumirlos como algo natural que puede ayudar a crecer a las personas y a las instituciones.

Una de las características primordiales de los seres humanos es la necesidad de vivir en sociedad, y en ese proceso de socialización cuando se alcanza la conciencia de si mismo, a través del reconocimiento e interiorización de los otros, aparece un intercambio de ayuda mutua, cooperación y altruismo, pero no vienen sólo, vienen acompañados de situaciones violentas, de pensamientos encontrados, de decisiones irreconciliables, pues donde existe la sociedad están presentes los conflictos.

Tenemos que concientizar la necesidad de mejorar nuestras habilidades para resolver las diferencias dentro de un esquema de tolerancia y convivencia pacífica, sin uso de la violencia, pudiendo impulsar la mediación y la justicia de conciliación en el ámbito social, empresarial, comercial, comunitario, estudiantil y familiar.

La comprensión hacia los demás necesita la conciencia de la complejidad humana, supone una convicción, una elección ética y al mismo tiempo la aceptación de las ideas, decisiones contrarias a las nuestras. Desde la óptica de Edgar Morín se visualizan las posibilidades de mejorar la comprensión mediante: a) La apertura empática hacia los demás y b) La tolerancia hacia las ideas y formas diferentes del pensamiento, mientras no atenten a la dignidad humana.

Tenemos que extradimensionar la necesidad de vivir en paz, porque es lo único que nos va a permitir ser felices, debemos ser receptores del sentir del otro dentro del cumplimiento total del derecho de todos. Entender que nuestros derechos terminan donde comienzan los del otro. Apostar al rescate de los valores de justicia y solidaridad, así como el respeto a la integridad del ser humano, esto sólo es posible con relaciones transparentes, sin zancadillas, sin trampas, sin cartas ocultas, y con un buen modelaje, mostrando nuestros puntos de vista, que no son los únicos, ni son los mejores, pero son en los que creemos y podemos defender.

Como docentes debemos propiciar los espacios para la crítica constructiva, que permita disentir de lo que no compartimos, pero respetando el derecho del otro. Que exista una comunicación efectiva que genere el análisis, conocimiento y comprensión de cuales son nuestros derechos y los de quienes nos rodean.

Es preciso entender que debemos amarnos, respetarnos y ayudarnos mutuamente, estar interconectados unos con otros y asumir que somos "UNO", porque eso somos en la Divinidad de Dios convertidos en seres humanos. De ahí los grandes desafíos de la enseñanza contemporánea: originar mentes bien ordenadas antes que bien llenas, enseñar la riqueza y la fragilidad de la condición humana, iniciar en la vida, afrontar las incertidumbres que nos depara la vida, según Morin " navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas " . En una palabra : formar al ser humano del nuevo milenio bajo la cultura de la Paz.