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Comunidad y Salud

versão impressa ISSN 1690-3293

Comunidad y Salud vol.9 no.1 Maracay jun. 2011

 

Bioética y Salud: Un canto a la vida y la esperanza.

Bioethics and Health: A celebration of life and hope

Maribel Bont Paredes1

1Docente-Investigadora. Unidad de Investigación y Estudios en Salud Pública. Universidad de Carabobo-Núcleo Aragua, Venezuela. Correspondencia: maribel.bont@gmail.com

No hay manera más hermosa de contemplar la vida que desde la vida misma, conservando su esencia, en el deleite de los sentidos con cada detalle, que por sencillos que parezcan contienen en sí el principio hologramático en el que no sólo la parte está en el todo, sino que el todo, en cierto modo, está en la parte, en los que se recrea el ethos vital.

Es así como la Bioética, como una rama de la ética aplicada, siendo una proyección del desarrollo moderno y actualizado del ethos vital contemporáneo y exigida por la Sociedad del Conocimiento, propone tomar muy en serio los datos que las diferentes ciencias aportan acerca de la vida, desde su principio hasta su final, para discernir esta información con sabiduría a favor de la vida misma, en una perspectiva desde el Humanismo Científico que pueda responsabilizarse de consensos morales y prescribir acciones vinculantes para el cumplimiento de sus propósitos.

Sorprendentemente su etiología se remonta al año 1927, cuando un filósofo, teólogo alemán y pastor de la iglesia protestante Fritz Jahr, publicó un editorial en la revista "Kosmos", titulado Bio-ethik: Eine Umschau über die ethischen Beziehungen des Menschen zu Tier und Pflanze (Bio-ética: una panorámica sobre la relación ética del hombre con los animales y las plantas).2 Años más tarde, en 1934, Jahr publicó otro trabajo donde volvió sobre la noción de 'Bio-ethik': Drei Studien zum. Gebot.2

La idea de Fritz Jahr era sencilla: inspirado en los famosos imperativos éticos de Kant, quería subrayar la importancia de un "imperativo bioético" que orientase correctamente nuestro comportamiento respecto de todos los seres vivos. Nos brinda una visión tridimensional del concepto naciente de lo que éste consideraba era la Bioética; estas tres dimensiones estaban dadas por su preocupación por los aspectos éticos y morales en tiempos de un nueva tecnología inmersa en profundos cambios culturales.

El pastor Jahr proporciona cuatro lineamientos como argumentos que apoyan la identidad profesional de la Bioética: (1) la Bioética es una nueva y necesaria disciplina académica; (2) la Bioética, es una actitud moral necesaria, una convicción y una conducta: (3) la Bioética reconoce y respeta toda forma de vida y las interacciones existentes entre la naturaleza y la cultura; y (4) la Bioética tiene obligaciones legítimas en todos los escenarios profesionales, en la esfera pública; así como también, en la educación, en las deliberaciones de la salud, la moral pública y en la cultura.

Sin embargo, los múltiples conflictos sociales que se dan en años posteriores, silencian la idea original de uno sus padres fundadores, coincidiendo con la aceptación internacional de que no fue hasta la publicación en 1970 del libro del Dr. Van Rensselaer Potter, Bioética: un puente al futuro, en 1970 y posteriormente en 1971 con la fundación del Instituto Kennedy de Ética en la Universidad de Georgetown, por Andre Hellegers, con el apoyo de Sargent Shriver y de la familia Kennedy, lo que marcó el nacimiento de la Bioética, como término y concepto emergente. Es así que, como consecuencia de ello, el mundo pudo celebrar jubilosamente el cuadragésimo aniversario de la creación de la Bioética para el año 2011.

La Bioética surge por la necesidad sentida de hacernos de una instancia valorativa para la toma de decisiones que tienen que ver con las situaciones complejas e inseguras, en las cuales se comprometa fundamentalmente la dignidad de la vida humana y su articulación con todo lo biótico y abiótico que le da soporte. Justamente, la bioética nace inmersa en una sociedad del conocimiento y de riesgo, en la cual los avances de su tecnociencia elevan la capacidad de supervivencia del hombre a instancias insospechadas con un deseo desmedido de apropiación del mundo y de sí mismo.

Tal como lo pensaron Jahr y Potter, se hace necesaria una disciplina que responda a los deberes morales que debemos tener no sólo hacia la humanidad, sino también hacia todas las formas de vida. Desde su concepción por sus padres fundadores, la Bioética es Global en su génesis, debe tener su centro de acción en los escenarios académicos y de allí sumergirse en todos los entornos de la vida, pues también es una actitud moral, una convicción y una conducta.

La Bioética, está comprometida con la vida humana al considerarla éticamente sagrada, desde ella se reconoce, administra y cultiva la lucha por la vida entre las distintas especies existentes, en medios ambientes naturales y culturales habitables. En su discurso se reconoce un lenguaje compasivo donde el hombre se autoreconoce y desde donde se elevan los valores de la tolerancia y el respeto hacia todo lo biótico y lo abiótico, distinguiéndose el amor como máxima apreciativa.

El mundo es la patria no dividida de todos, a todos nos atañe y nos compete su resguardo. Cuidar al planeta, es cuidar a la madre de cuyo vientre fecundo hemos nacido todas las especies vivientes que lo pueblan. Se impone una mirada cuidadora, responsable y respetuosa para encausar el accionar de las herramientas biotecnológicas como instrumentos del buen-hacer; su uso y su implementación requieren de compromiso y mejor calidad de la educación, entendiendo que la salida más fácil no siempre será la mejor. Obrar con amor no significa dejar de obrar, significa obrar desde el respeto, la tolerancia, la compasión y la responsabilidad por toda la vida planetaria.

Desde la Bioética Global se inspira un nuevo canto al alba, debemos cuidar nuestro planeta, como él ha cuidado de nosotros dándonos la existencia y permitiéndonos la supervivencia a través de los siglos. Desde los Principios de la Bioética tenemos instrumentos de análisis que pueden ayudar en la deliberación sobre cualquier dilema derivado de la asistencia médica. La posibilidad de contar con un grupo multidisciplinario de trabajadores, como lo es el Comité de Bioética, dentro del equipo de salud, que apoyen la toma de decisiones médicas que tocan el principio y final de la vida es de gran utilidad tanto para el médico, como para el paciente, fortaleciendo y validando el trato eficiente, de calidad y con calidez que siempre debe imperar para lograr la nueva interacción médico-paciente-familiares, sana, libre y humana.

Una acción educativa fundada en la responsabilidad ética puede hacer de la Universidad un lugar especial para promover el paso hacia una Sociedad del Saber, que oriente el conocimiento y la eficacia hacia el desarrollo de estrategias de inclusión, comprensión y equilibrio.

Desde esta emergente disciplina nace el pensamiento del hombre nuevo, que reflexiona anteponiendo la precaución, el cuidado y el saber-hacer, ante todas las posibilidades científicas, es un canto a la vida del mundo y la esperanza de la humanidad.

REFERENCIAS

1) Editorial: Bioética. Una Panorámica sobre la relación ética del hombre con los aminales y las plantas. Revista kosmos. 1972; 21: 2-4.        [ Links ]

2) Jahr F. Biothik: Drei studiem zum gebot. Revista Ethik. Sexual Gesell Schaftsethik. 1934; 11: 183-187.        [ Links ]