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Comunidad y Salud

versión impresa ISSN 1690-3293

Comunidad y Salud vol.9 no.1 Maracay jun. 2011

 

Políticas públicas y mortalidad por hechos violentos en el estado Aragua. Venezuela. Periodo 1996-2006.

Political public and mortality for violent facts in the state Aragua. Period 1996-2006.

Iris Terán, Milady Guevara1

1Docente Investigador. Unidad de Investigación y Estudio en Salud Pública. Universidad de Carabobo. Núcleo Aragua. Correspondencia: ieteran@gmail.com

RESUMEN

La violencia constituye actualmente uno de los problemas prioritarios en las Américas y conjuntamente con la inseguridad, ocupan el primer lugar en la preocupación ciudadana en la mayoría de los países, entre ellos Venezuela, que ha venido invirtiendo en políticas públicas; sin embargo la mortalidad por hechos violentos presenta una tendencia al aumento en los últimos diez años. Para buscar algunas respuestas se realizó un estudio correlacional con el propósito de buscar asociaciones entre la mortalidad por homicidios y variables sociopolíticas que pudieran estar influyendo en el comportamiento de los hechos violentos en el estado Aragua. Los resultados indican que la inversión en educación influye en un 72,4% en el comportamiento de esta tasa. Paradójicamente, se observó un coeficiente de Pearson positivo, y una correlación moderada directa (p = 0,05), donde 59,8% del comportamiento de la mortalidad por hechos violentos puede ser explicada por la ineficacia de las estrategias desarrolladas y la normativa legal vigente. Se concluye que el comportamiento de la mortalidad por hechos violentos del estado Aragua esta relacionado con la calidad de las estrategias educativas y con el enfoque policial y represivo de las políticas de seguridad implementadas en la región.

PALABRAS CLAVE: Políticas públicas, Mortalidad por hechos violentos, Homicidios.

ABSTRACT

The violence constitutes one of the high-priority problems in America currently and together with the insecurity, they occupy the first place in the civic concern in most of the countries, Venezuela has been investing in security`s public politics, while the mortality for violent facts has had a tendency to increase in the last ten years. Exploring some answers was carried out a correlacional study with the purpose of looking for associations among the mortality for homicides, with socio-political variables that could be influencing in the behavior of the violent facts in the Aragua State. The results indicates the education investment influences the behavior of this mortality with 72,4%. Paradoxically, it was observed a coefficient of positive Pearson and a direct moderate (p = 0,05) correlation. 59,8% of the behavior of the mortality for the violent facts. This can be explained by the inefficacy of the developed security strategies and the current penal legislation. It concludes the behavior of the mortality for the violent facts of Aragua state. have been associated with the quality of the educational strategies and the police and repressive focus of the security politics carried out in region.

KEY WORDS: Publish Politicians, Mortality for violent facts, Homicides.

Recibido: Noviembre, 2010 Aprobado: Abril, 2011

INTRODUCCIÓN

La violencia se ha convertido en un tema relevante en Venezuela y en la región de las Américas; con el incremento diario de las cifras de muertes violentas en el área Metropolitana de Caracas y en otras entidades del país. Como consecuencia de esto, a partir de la década de los años noventa, el estado venezolano ha multiplicado significativamente la inversión en Políticas de seguridad, sin embargo esto no ha menguado el incremento vertiginoso de las muertes por hechos violentos que suceden diariamente y que se evidencia en los "partes de guerra" que cada fin de semana ocurren en nuestro país.

En las ciencias sociales existen dos teorías básicas para el estudio de la violencia y de la conducta delictiva, que se presentan en diversas combinaciones: la teoría de las formas de socialización y la teoría de la ruptura o de la anomia. En el primer caso, el énfasis se coloca en la socialización, mientras, en el segundo caso, la violencia surgiría de la ruptura o desajuste del orden social, es decir, de cambios sociales acelerados como efecto de la industrialización o la urbanización, Por tanto, desde esta perspectiva, existiría una correlación importante entre pobreza y delincuencia.1

Los esfuerzos desplegados en la región para enfrentar la delincuencia y la violencia, han privilegiado las acciones punitivas a través de la policía y los juzgados. Esto ha significado que el problema de la inseguridad ciudadana en la región, se haya abordado, principalmente, desde una perspectiva convencional, basada en el modelo policía-justicia-prisión, que enfatiza la adopción de políticas de control y represión de la criminalidad y la violencia delictual. En este contexto, las medidas preventivas, cuyos resultados son más lentos, aunque suelen ser más efectivas que los tratamientos correctivos en cuanto a costos y al logro de soluciones sostenibles a largo plazo, no han recibido la debida atención.2

Las experiencias de varias ciudades de la región, han permitido reconocer que las estrategias centradas en lo policial, que sólo actúan reprimiendo a individuos violentos sin impactar el entorno familiar y social, es decir, que no conciben la violencia como una problemática social, no han logrado superar el problema. Estrategias similares aplicadas a otras problemáticas como el tráfico y consumo de drogas, han generado enormes costos y tampoco han dado los resultados esperados.1

Es así como ha cobrado relevancia la comprensión de la violencia delictual como un fenómeno multidimensional, y junto con esto, la necesidad de implementar estrategias integrales que incidan en los distintos factores comprometidos en dicho fenómeno, no sólo individuales, sino también colectivos, y simultáneamente, familiares, sociales y culturales.

En Venezuela, para el año 2000, ocurrieron un promedio de 22 asesinatos por día. Una década antes, para 1990, no llegaban a 7 asesinatos promedio por día. Es decir que en 10 años se triplicaron los homicidios en el país. La población en ese mismo periodo también creció pero en un ritmo muy inferior al de los asesinatos. Para 1990 ocurrían 12,6 homicidios por cada cien mil habitantes, mientras que para el año 2000, esa misma tasa se había elevado a 32,7 homicidios por cada cien mil habitantes, lo que significa 2,6 veces más que diez años atrás.3,4

En virtud de lo anterior, nos planteamos evaluar el impacto de las políticas de seguridad implementadas por el estado venezolano, en la tendencia del perfil de mortalidad por hechos violentos en el estado Aragua, a través del análisis correlacional de las variables sociopolíticas y epidemiológicas; las primeras referidas a % inversión en: Seguridad, Agricultura, Educación, Cultura, Industria y Comercio,Ciencia y Tecnología, Desarrollo Social, Índice de Desarrollo Humano y sus componentes: Esperanza de Vida, Logro Educativo e Ingreso por persona. Las variables epidemiológicas constituidas por la tasa de mortalidad por hechos violentos en esta entidad, para el periodo 1996-2006, con el fin de visualizar la influencia de los diferentes factores y políticas de estado y a partir de allí, en futuras investigaciones, fundamentar estrategias alternativas de intervención social, que logren incidir eficazmente en la disminución de este indicador y por ende en el incremento de la calidad de vida de la población aragüeña.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se realizó un estudio ecológico correlacional, donde se consideró como unidad de análisis un grupo geográfico o cultural y no un individuo,4 con el propósito de buscar asociaciones entre la variable daño (mortalidad), en diferentes periodos de tiempo (19962006) y en una misma región geográfica, con variables sociopolíticas que pudieran estar influyendo en el comportamiento de los hechos violentos en el estado Aragua.

El Universo estuvo conformado por las 24 entidades federales de Venezuela, durante el período en estudio. Fue seleccionada una muestra no probabilística representada por el estado Aragua, durante el periodo 1996-2006.

Se estableció como variable dependiente, la tasa de mortalidad por hechos violentos,5,6,7,8,9 la cual se correlaciono con los indicadores de las variables Políticas, que incluyen como indicadores, % inversión en: Seguridad, en Agricultura, en Educación, en Cultura, Industria y Comercio, Ciencia y Tecnología y en Desarrollo Social. Con las variables Socio económicas, que incluyò Índice de Desarrollo Humano (IDH) y sus componentes: esperanza de vida, Logro Educativo e Ingreso por persona, y variables Educativas conformadas por % repitencia en 1er año de educación media, % de prosecución y % deserción escolar en la educación diversificada.9-14

Se realizó el análisis correlacional mediante el cálculo del porcentaje del presupuesto asignado y ejecutado para cada uno de los 15 Sectores que conforman la Ley de Presupuesto del estado Aragua, para el periodo 1996-2006,9,10 focalizando la inversión en los sectores: Seguridad, Agricultura, Educación, Cultura, Industria y Comercio, Ciencia y Tecnología, Desarrollo Social y el sector 15 del presupuesto, que se denomina "Otros Gastos no Clasificados", los cuales, corresponden al presupuesto coordinado de las Transferencias Estado - Municipio (TEM), que se ven reflejados en la partida 4.07, del presupuesto del estado.

Posteriormente se obtuvo la información de las variables del sector educativo y de los componentes delÍndice de Desarrollo Humano del periodo en estudio11,12,13,14 y se procedió a elaborar una base de datos con el programa Microsoft Office EXCEL 2003, información que se procesó con el programa estadístico SPSS 10.0 for Windows 98, mediante análisis de correlación y regresión lineal con curva de estimación y un 95% de confianza, según variable.

RESULTADOS

Al realizar la correlación de la variable dependiente: tasa de mortalidad por hechos violentos, con cada una de las variables independientes: se encontró en lo referente a la inversión en política educativa,una fuerte correlación entre el comportamiento de las variables: mortalidad por hechos violentos y % de presupuesto asignado a la educación, con una r = 0,72416 y una p = 0,012 corroborada por la significancia del análisis de varianza de la regresión F = 0,0117, es decir con muy poca probabilidad que se deba al azar. Esto indica, desde el punto de vista político, que la inversión en educación no esta dando los resultados esperados por la sociedad. En efecto, llama la atención el hecho de que el coeficiente de correlación de Pearson es positivo, lo cual nos demuestra que a mayor inversión en el sector educativo se eleva el número de muertes por hechos violentos. (Figura 1).

Al analizar las variables mortalidad por hechos violentos con el % de inversión en seguridad, se observa una correlación moderada (r= 0,598), significativa estadísticamente (p=0,05), donde 59,8% del comportamiento de la mortalidad por hechos violentos puede ser explicada por la inversión en seguridad. De manera semejante a la variable anterior, esta correlación también es positiva, pero su comportamiento no es lineal, sino que se asemeja a la curva mostrada en la figura Nº 2, donde se observa una línea plana inicial, que se eleva bruscamente y adquiere un patrón variable con tendencia al ascenso.(Figura 2).

La tercera variable analizada fué la esperanza de vida, como componente del Índice de Desarrollo Humano, que resultó con una r = 0,686 y una p = 0,02. Es decir, que 68,6% de las variaciones de la mortalidad puede explicarse por este índice. Esta curva tiene un comportamiento lineal ascendente en su primera trayectoria, que luego hace variable de manera alternante. Esto podría explicarse por el hecho de que la mayor ocurrencia de muertes por hechos violentos, ocurren en la segunda y cuarta década de la vida (85%) y tiende a disminuir después de los cuarenta años de edad. (Figuras 3 y 4).

En cuanto al análisis de las variables educativas: prosecución, repitencia, deserción y el componente logroeducativo del Índice de Desarrollo Humano, se observa que hay correlación, no significativa desde el punto de vista estadístico, entre cada una de ellas con el % de inversión en educación, obteniendo consecutivamente para cada relación, un valor de p = 0,72 para la prosecución; p = 0,50 para la repitencia, p = 0,48 para la variable deserción escolar diversificada y p = 0,58 para el Componente Logro Educativo.

Sin embargo, cuando comparamos estas mismas variables con el % de inversión en Ciencia y Tecnología, se obtiene una correlación indirecta con el % de repitencia (r = 0,7133 y p=0,01), así como con el % de deserción escolar diversificada (r = 0,5537 y p= 0,08), mientras que con la variable prosecución y Componente Logro Educativo mostró una correlación directa, que arrojó valores de r = 0,5792 y p = 0,06 para la primera y una r = 0,4593 y p = 0,16 para la segunda.

Se concluye que las variables políticas que influyen en el comportamiento de la mortalidad por hechos violentos del estado Aragua son: las educativas y las de seguridad. Sin embargo la influencia paradójica de ambas, pareciera relacionarse con la calidad de las estrategias educativas y con el enfoque policial de las políticas de seguridad implementadas por el estado.

DISCUSIÓN

Los hechos violentos como tema de investigación, comienzan a tomar importancia en los últimos diez años, (década 1998-2008), tanto en Latinoamérica como en Venezuela. Con el analísis de los indicadores reportados por los organismos responsables del desarrollo de las políticas sociales en nuestro país, se observa que las tasas de mortalidad por hechos violentos, tienen un comportamiento directamente proporcional a la inversión que se ha hecho a través de las políticas de educación, entendiendo que la inversión pública es un reflejo de la prioridad que le otorga el Estado a determinado componente social, en este caso la educación, ya que las políticas sociales, de acuerdo a Riqué y Orsi " constituyen un conjunto de medidas que el Estado pone en práctica, con el fin de estructurar la sociedad de forma màs justa, mediante la creación y desarrollo de un servicio social no inmediatamente rentable",15 Se expresan en leyes, asignación presupuestaria, definición y ejecución de planes, programas y proyectos de todo tipo, etc. Esto nos obliga a pensar que la inversión, como expresión de la política que se está haciendo en el sector educativo es de tipo cuantitativa, más que cualitativa y por lo tanto no está siendo eficiente ni eficaz, en su propósito de incrementar la calidad de vida de la población.

En cuanto al comportamiento de tasa de mortalidad por hechos violentos en relación con el % de inversión en seguridad, los resultados obtenidos podrían interpretarse como que, ante el incremento intempestivo de la mortalidad por hechos violentos que ocurrió a partir del año 1998, simultáneamente con la implementación del Código Orgánico Procesal Penal (COPP), ha favorecido un aumento de la impunidad en cuanto al procesamiento y sentencia de los delitos y la pérdida de respeto a la autoridad policial, por parte del potencial delincuente, lo que ha generado un incremento reactivo de la agresividad y represión policial paralela. Ante esta situación, en el estado Aragua, se priorizó el incremento del porcentaje de inversión en seguridad, que se tradujo en el fortalecimiento y expansión de los cuerpos policiales y la conformación de brigadas élites de seguridad, que podrían estar explicando la positividad y la cuantía del coeficiente de correlación de Pearson observado o el fracaso de las medidas tomadas, por ser sólo de carácter represivo. Situaciones similares han sido analizadas por Tourinho Peres y Col (2008) quienes han planteado que una acción policial basada en la violación de los Derechos Humanos, no parece ser la respuesta correcta para enfrentar la violencia urbana.16 Sin embargo la legislación contenida en el COPP, no da respuesta, porque flexibiliza y retarda las decisiones que, desde el punto de vista penal, deben aplicarse a los involucrados del hecho delictivo. Por otra parte los mecanismos de rehabilitación social que se implementan en nuestro país, lejos de favorecer la reinserción social del procesado, lo sumergen en el submundo de la delincuencia. La combinación de homicidios que resultan de la violencia interpersonal con las muertes por violencia policial, representa una situación de socialización negativa, favoreciendo aún más la violencia.

La esperanza de vida constituye un indicador sobre la "fuerza" de la mortalidad en un periodo histórico concreto que no se ve afectado por los efectos de la estructura por edades de una población. En este estudio la tercera variable analizada reportó que a mayor esperanza de vida mayor es el riesgo de morir por hechos violentos en el estado Aragua. Esto podría explicarse, por que la mayor ocurrencia de muertes por hechos violentos, ocurren en la segunda y cuarta década de la vida (85%) y tiende a disminuir después de los cuarenta años. La mayor parte de la mortalidad por hechos violentos ocurren en la calle, y por tanto la población más expuesta son los adolescentes y adultos jóvenes, quienes por la naturaleza de sus actividades, permanecen mayor tiempo de exposición en la calle. En este caso, se observa que la "fuerza" de la mortalidad por hechos violentos, afecta el concepto del componenteesperanza de vida, del Índice de Desarrollo Humano (IDH), ya que interrumpe la estructura demográfica de la población, tanto en edad como en género, ya que los hombres jóvenes son los más afectados. En Venezuela, estudios sobre la magnitud y características de las muertes violentas en Caracas en 1998, revelaron que 68,8% de las víctimas de homicidio de sexo masculino tenía entre 15 y 29 años, y llamaba la atención sobre el carácter epidémico del homicidio en los jóvenes, ya que la tasa de mortalidad en esta franja etaria se aproximaba a los 250 homicidios por cada 100 mil habitantes.17, 18

Con respecto a las variables educativas: prosecución, repitencia, deserción y el componente Logro Educativo del IDH evidencian una falla en la eficacia de las estrategias de las políticas educativas implementadas en el estado Aragua, que no ha permitido alcanzar avances cualitativos que influyan eficazmente en el mejoramiento de los indicadores de logro de este sector y explicaría además la paradójica relación directa de la correlación de esta variable con la mortalidad por hechos violentos en esta entidad.

Cuando comparamos estas mismas variables educativas con el porcentaje de inversión en ciencia y tecnología, si bien es cierto que los resultados no fueron signicativos, desde el punto de vista estadístico, nos asoman la posibilidad de reconocer potencialidades del éxito de las políticas de democratización del acceso a la tecnología que ha tenido el estado Aragua con la creación de Infocentros y Bibliotecas Virtuales en todos los municipios. Sin embargo, la población en general de tener mejores oportunidades de estudio sigue siendo victima y victimario de hechos violentos con tasas progresivamente mayores; en otras palabras, las estrategias políticas no profundizan en la complejidad del problema y continúan dando respuestas parciales, que no articulan a todos los involucrados en el desarrollo social de la población. En este sentido, coincidimos con Hijar y Medina cuando plantean la necesidad y urgencia de trabajar en programas transectoriales y transdisciplinarios, que aporten una visión más compleja del problema a fin de que las diversas vertientes aquí presentadas hagan converger y concretar en propuestas específicas los hallazgos y reconocer que en este quehacer se tiene que contar con los aportes de otras disciplinas y con medidas educativas, sociales y políticas que toquen las raíces de tan seria problemática.19

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