INTRODUCCIÓN
La economía azul se circunscribe a una apuesta por un mejor modelo económico basado en los sostenible como imitación de la naturaleza, fundamentada en el aprovechamiento de los residuos o desechos como reutilizables en la generación de productos accesibles a todas las clases sociales (Zanella-Martínez et al. 2020). Esta idea es promovida por el economista belga Gunter Pauli, teniendo ideas similares a la economía circular en cuanto a una procura de sostenibilidad a largo plazo, y diferencias con la economía verde, en ese sentido, el actual manuscrito procura analizar la economía azul como una apuesta por un mundo de negocios sostenibles desde una revisión de literatura científica con la intención de conocer los aportes bibliográficos sobre el tema.
MÉTODO
La investigación procura desde una vertiente exploratoria descriptiva documental con diseño bibliográfico no experimental, descubrir, organizar, sistematizar, las referencias teóricas y empíricas develadas desde un conjunto de investigaciones ubicadas en importantes bases de datos como: Scopus, Wos, Scielo, PubMed; como puntos referenciales para la extracción de información; aunque por lo novedoso del tema, así como considerarse relevante la sistematización de conocimiento, se incorporaron datos no provenientes de las bases mencionadas anteriormente.
Para este fin, se trabajó con una población bibliografía de 17 artículos en bases de datos y 2 documentos en internet excluyente de tal realidad editorial; a los cuales se les aplicó la técnica de análisis de contenido para seleccionar y sistematizar la información recopilada, mientras que se trabajó con el método analítico sintético con la intención de gestionar una síntesis teorética de salida sobre el objetivo planteado.
ANÁLISIS
Desde la óptica de la revisión científica, se ha organizado la información desde el siguiente planteamiento:
La economía azul puede resumirse a partir de 21 principios epistemológicos que resumen o introducen su accionar en la gestión social de un mundo empresarial pensado para ser sostenible en el tiempo, en este sentido, se presentan:
Las soluciones se basan principalmente en las leyes básicas de la física. Los factores decisivos son la presión y la temperatura, tal y como se encuentran en un lugar.
Reemplaza «algo» por «nada». Cuestionar cada recurso preguntándose si en verdad es indispensable para la producción.
En la naturaleza, los nutrientes, la energía o los materiales siempre son reutilizados. Los desperdicios o la basura no existen. Cada producto puede ser la base de un nuevo producto.
La naturaleza ha sido capaz de evolucionar de unas pocas especies, a una rica biodiversidad. Riqueza significa realmente diversidad. Las normas industriales son todo lo contrario.
La naturaleza da lugar a empresarios que hacen más con menos. La naturaleza se opone a la aptitud de la monopolización.
La fuerza de gravedad es el principal recurso que necesitamos de energía, el segundo recurso renovable, es la energía solar.
El agua es el principal soluble (en lugar de catalizadores complejos, tóxicos y químicos)
La naturaleza está sujeta a cambios constantes.
La naturaleza trabaja solo con lo que está disponible localmente. La economía sostenible no sólo respeta los recursos naturales, sino también la cultura y la tradición.
La naturaleza se orienta hacia las necesidades básicas y luego pasa de la mera satisfacción, a la sobreproducción. El modelo económico actual se basa en la escasez como punto de partida para la producción y el consumo.
Los sistemas naturales no se desarrollan en procesos lineales.
En la naturaleza todo es degradable, dependiendo solo del tiempo.
En la naturaleza, todo está conectado y desarrollado de manera simbiótica.
En la naturaleza, el aire, el agua y el suelo son bienes comunes, de libre acceso y disponibles en abundancia.
En la naturaleza un proceso tiene múltiples usos.
Los sistemas naturales tienen riesgos. Cada riesgo es un motivador para la innovación.
La naturaleza es muy eficiente. Por eso, la economía sostenible aprovecha al máximo los materiales y la energía disponibles, produciendo un precio bajo para el consumidor.
La naturaleza busca lo mejor posible para todos aquellos involucrados.
En la naturaleza las desventajas se convierten en ventajas. Los problemas son oportunidades.
La naturaleza persigue las ventajas de la diversificación. Una innovación natural proporciona multitud de ventajas para todos.
Responde a las necesidades básicas con lo que se tiene, desarrolla innovaciones inspiradas en la propia naturaleza, crea beneficios múltiples para todos, así como empleo y capital social, ofrece más con menos (Seguí, 2018).
La premisa fundamental es imitar a la naturaleza en sus procesos de producción, proyectándose la transformación de las materias involucradas en la generación y diversificación de la materia prima en las industrias o empresas; es así que el modelo de economía azul, despunta principalmente en las organizaciones del ramo marítimo donde se ve involucrado la preservación de los mares como espacio auto suficiente para el abastecimiento de su medio natural, como proveer al humano los alimentos requeridos para su crecimiento nutricional (Martínez-Vázquez, 2021); en complemento, (Ivanova et al. 2017), plantean que este modelo busca incentivar el fortalecimiento de los llamados países islas, en razón de:
a) Optimicen los beneficios recibidos de su ambiente marino, como las pesquerías, acuicultura, turismo, extracción de minerales, etcétera.
b) Promuevan la equidad nacional, incluyendo la igualdad de género, y en particular el crecimiento incluyente y empleo digno para todos.
c) Tengan sus intereses reflejados en el desarrollo de los mares fuera de la jurisdicción nacional, incluyendo la mejora de los mecanismos del manejo internacional y su estatus como estados cuyo desarrollo se basa en el mar.
En el caso latinoamericano donde los países en su mayoría cuentan con costas, este modelo podría representar una apuesta para el crecimiento de sus poblaciones, (Ivanova et al. 2017), destaca como antecedente motor de esta propuesta que, en el caso de Baja California Sur, han sido favorables las actividades relacionadas a turismo alternativo y la acuicultura, destacándose que el turismo se ve relacionado directamente con la cultura, recreación, gastronomía, siendo otros rubros potenciadores de la economía local (Barros-Pinto, 2021), visión compartida por (Trejo-Castro & Marcano-Navas, 2016).
El modelo azul es apoyado desde las naciones unidas por (Thomson, 2020), como una alternativa viable, debido que los océanos son los principales reguladores del clima, por ende, si estos son preservados, podrá existir mejor posibilidad de contar con un clima favorable para vivir; sin embargo, la economía azul a nivel marítimo, viene a representar un conflicto de intereses en áreas tradicionales como el petróleo, gas y la industria emergente de la minería en los fondos marinos, debido que estas representan en esencia lo contrario a lo planteado en las premisas de la economía azul (Michelle et al. 2018).
Como puede apreciarse, aunque la idea de economía azul, se presenta como alternativa potencial de sostenibilidad, tiene que enfrentarse a una competencia tradicional, la cual a priori no se avizora un cambio de paradigma en cómo se gestiona, por ser una industria movilizadora de grandes intereses en el mundo basado en una economía fundamentada desde los combustibles fósiles, visión compartida por (Cruel-Preciado & Vernaza-Arroyo, 2022), al destacar “que, a pesar de las ventajas de los biocombustibles para proteger al ambiente y los derechos de la naturaleza, su utilización en el Ecuador es muy escasa, la matriz energética productiva se basa en los combustibles fósiles”.
Aunque autores como (Hilde & Kristin, 2019), mantienen la visión de que el concepto de ' economía azul ' nos permite imaginar un nuevo futuro azul en el que los mares y océanos del mundo proporcionen un crecimiento sostenible lo suficientemente importante como para poner fin a la era de los combustibles fósiles.
En este sentido, (Akhtar et al. 2022), establecen la necesidad de contar con políticas y legislaciones más estrictas para dar paso con mayor fuerza a los negocios planteados desde la economía azul, con la intención de preservar los mares, así como minimizar la emisión de carbono a la atmosfera, en este sentido, se hace necesario que los formuladores de políticas deben involucrar a investigadores y partes interesadas para promover una planificación colaborativa basada en evidencia que garantice que los sectores se elijan cuidadosamente, que se prioricen los beneficios locales y que la economía azul cumpla con sus objetivos sociales, ambientales y económicos (Cisneros-Montemayor et al. 2021), aunque (Dalen, 2021), invita a tener en cuenta la polarización ideológica partidista como un medio mediático de aceptación o no, de la economía azul por parte de la población.
Siendo considerable tener en cuenta que con la creciente demanda de recursos para lograr el nexo mundial entre alimentos, agua y energía y la rápida disminución de las fuentes terrestres, los océanos representan tanto la solución como el impulso para el medio ambiente y la economía sostenibles, por consiguiente; la conceptualización de rutas integradas de bio(economía) por parte del estudio actual puede actuar como puerta de entrada para las partes interesadas clave, es decir, la gobernanza, los empresarios azules (científicos e industrias) para priorizar tecnologías para aplicaciones sostenibles de los recursos marinos (Choudhary et al. 2021).
Por cuanto, la economía brinda alternativas sostenibles de negocio, el carbono azul (el carbono almacenado en los ecosistemas de manglares, pastos marinos y marismas, que volverá a), nuevos productos acuícolas, energía renovable marina (que a su vez incluye energía eólica, undimotriz y mareomotriz), bioproductos (farmacéuticos y agroquímicos), desalinización y más (Andrew et al. 2019), siendo apoyada esta premisa por (Érico, 2016), al indicar que la economía azul es una vía emergente para superar la superioridad económica de Estados Unidos en la región, procurándose la posibilidad de revisar las políticas de soberanía marítima de Brasil.
En complemento a lo anterior; (Jo-Ansie, 2015), plantea que en 2014, el gobierno sudafricano anunció la Operación Phakisa con el fin de estimular la economía azul del país; mientras que (Odeku, 2021), indica que en el contexto de la reciente iniciativa estratégica del gobierno, bajo los auspicios de la 'Operación Phakisa', para desbloquear y explorar todo el potencial de la riqueza del océano para impulsar el crecimiento económico, crear empleos y aliviar la pobreza, como puede apreciarse, el tema de la economía azul, ha venido transcendiendo una mera propuesta económica empresarial, para ser parte de iniciativas gubernamentales para la consolidación de una economía tradicionalmente golpeada por el impacto ambiental causado por el mero modelo de explotación; ante lo cual, la postura de (Voyer et al. 2021), enfatizan que la Economía Azul es un marco emergente a través del cual se persigue el desarrollo sostenible dentro de los océanos.
CONCLUSIÓN
La economía azul es un término generado en los últimos años como alternativa al modelo de explotación económico de la naturaleza, procura sostenibilidad en el tiempo, desarrollándose con mayor énfasis en el sector marítimo, impulsando en tierras costeras, el turismo alternativo y la acuicultura; además de cultura, recreación, gastronomía, como aliados en el fomento de la economía local, aunque su punto más alto en aguas afuera de la costa, se refiere en brindar alternativas sostenibles de negocio, especialmente del carbono azul (el carbono almacenado en los ecosistemas de manglares, pastos marinos y marismas, que volverá a), nuevos productos acuícolas, energía renovable marina (que a su vez incluye energía eólica, undimotriz y mareomotriz), bioproductos (farmacéuticos y agroquímicos); sin embargo, la economía azul a nivel marítimo, viene a representar un conflicto de intereses en áreas tradicionales como el petróleo, gas; en Latinoamérica resulta muy limitada su aplicación.