INTRODUCCIÓN
Las sociedades humanas viven la dinámica del cambio como acción que les configura: sociedades que evolucionan y se modifican de acuerdo con sus necesidades. De ahí que el grupo social, expresión del ser humano en colectivo, utilice el cambio como aliciente de desarrollo en todos sus ámbitos: relaciones, normas, costumbres y tradiciones, medios y formas para comunicarse, entre otras.
Es de esta forma que la globalización evidencia una expresión clara de cambio y transformación por cuanto los límites geográficos-territoriales se muestran relativos ante otras maneras de relaciones entre las naciones: diversos modelos de integración, mecanismos de cooperación entre los pueblos, el uso de las tecnologías para concretar los aspectos anteriores, y así nuevas estrategias de integración-colaboración-cooperación e inclusión (Naranjo-Sánchez & Chávez-Huacón, 2019).
Estas nuevas estrategias afectan diversos ámbitos de la vida de los grupos. En concreto nos centraremos en dos de ellos: lo comunicacional y lo educativo. Por una parte, la tendencia del ser humano a relacionarse con “el otro” y con “lo otro”, de acuerdo a González (2002), que le exige la transmisión de información, lo cual ha hecho que aumente vertiginosamente el factor comunicacional, y por el otro, la educación, como hecho social, se ha visto en la confrontación necesaria de ajustar sus fines y propósitos a la formación del ser humano comunicacional, que ya no encuentra sólo en la escuela conocimientos, sino que debe amalgamar lo que conoce con la utilidad de eso que “conoce” para desarrollar las habilidades que posibiliten una mejor calidad de vida.
Conviene entender que la educación, como hecho social y factor político que forma a las nuevas generaciones de una sociedad, siempre ha utilizado el proceso comunicacional como la forma idónea de "transmisión" de conocimiento de acuerdo con los diversos enfoques pedagógicos. Ahora bien, cabría afirmar que el hecho educativo no puede escapar del vertiginoso despliegue informacional, por lo que sea cual sea el enfoque educativo estamos frente a las tecnologías que modifican el modo como se hace educación, está claro que el hecho educativo se ha venido transformando, no sólo por lo invasivo de las informaciones, sino por los medios y herramientas que las tecnologías de la comunicación han puesto de manifiesto. Sin embargo, es menester realizar dos precisiones que apuntalan el talante educativo de la investigación y que son líneas de trabajo asumidas por el investigador.
Por una parte, afirmar el carácter auxiliar de las tecnologías de la información en la generación de aprendizajes, toda vez que son promoción y difusión del desarrollo científico de la cultura humana. "Por tanto, es necesario entender la lógica de la tecnología y su lenguaje, en un proceso reflexivo en el que el individuo no quede alienado, apático y se deje llevar por la masificación tecnológica" (Melaré, 2007, p. 27).
Por otra parte, la segunda idea a precisar es la referida a la utilidad de las tecnologías a la educación, por cuanto representan "herramientas de trabajo", pues son recursos o medios que se hacen con un uso consciente y deliberado de los medios audiovisuales, la ilustración, el movimiento y la imagen. Estos elementos serán prioritarios en la concepción teóricoprocedimental de cualquier espacio virtual, y son de vital importancia en los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como la actitud de quien enseña y quien aprende, pues "las competencias necesarias para el trabajo con las tecnologías trascienden los conocimientos clásicos y las formas de aprendizaje de la educación formal" (Melaré, 2007:28).
En este orden de ideas, es imperante mencionar el uso que la educación viene dando a la perspectiva tecnológica, que se configura como un elemento transversal. Por lo que el propósito latente de generar técnicas y estrategias cada vez más ajustadas a las necesidades globales que garanticen la instrucción del ser humano, nos lleva al origen mismo de las ya conocidas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), ya que las mismas representan el conjunto de medios tecnológicos creados y recreados para mejorar la calidad de vida de los seres humanos, permitiéndoles trascender el espacio y el tiempo como categorías que describirían a la humanidad (Gutiérrez-Recacha & Martorell-Cafranga, 2011).
Siendo por ello las TIC una herramienta asociada a los cambios educativos y al tema comunicacional. Cuando se hace referencia a la trascendencia a través de las TIC se quiere hacer énfasis en el ser humano que se comunica y cómo se comunica e informa; este ser humano se supera a sí mismo y se relaciona (Colmenares, 2002; González, 2002). Comprendiendo, entonces, el espacio ontológico del ser que se comunica, las TIC permiten concebir herramientas que favorecen el desarrollo de las relaciones basado en el interés común. Al abordar estas relaciones que se desarrollan a través de las TIC, es importante mencionar que las mismas se modifican y reinventan pues los espacios comunicacionales así lo permiten. Por ello, los medios de comunicación digital se muestran ahora de diversas maneras. Tal es el caso de las redes sociales o las comunicaciones mediadas por el computador definidas como formas alternativas de relación de acuerdo con los nuevos espacios comunicacionales (Delgado-Ramírez et al. 2021).
Por tal razón, es importante admitir que "la complejidad del impacto tecnológico es naturalmente complicado en la educación", pues estos espacios virtuales, en muchos casos, pueden ser propiciadores de la enseñanza y el aprendizaje, o de intercambios sociales, tal y como desarrollaremos en la presente investigación, pues "las nuevas tecnologías abren un abanico de posibilidades y de campos de aplicabilidad e innovación, por encima de las innumerables formas de generar información y de facilitar los procesos de construcción del conocimiento" (Melaré, 2007, p. 13).
Con lo dicho anteriormente, es posible afirmar que las comunidades humanas como espacios de relaciones naturales, permiten a la persona su nacimiento, crecimiento y desarrollo, así como su educación, y que en último caso apunta hacia la socialización. Siendo de esta forma, y de acuerdo con las premisas arriba descritas, que se puede aseverar que las redes sociales recrean los propósitos de las comunidades humanas, pero en otro espacio, alternativo y versátil. Ya la mediación no es física, o situacional ni siquiera geográfica, es ahora mediada por recursos que permiten la distancia, la virtualidad, la concreción de otras alternativas comunicacionales que cada día cobran mayor vigencia, disminuye el tabú en su uso, confieren al hecho relacional un nuevo paradigma de ser en el mundo y favorece la utilización por parte de cualquier persona por las interfaces cada vez más amigables y responsivas a distintos tipos de dispositivos móviles.
En este sentido, las condiciones actuales marcan la novedad sobre diferentes temas sociales, que por su complejidad requieren reconocerse con mayor profundidad de impacto, utilidad y perspectiva, tal es el caso de los avances de la comunicación digital y en ellas las ya mencionadas redes sociales. Como venimos describiendo, las redes sociales nacieron de la necesidad del ser humano comunicador de avanzar en el tiempo y en el espacio en el uso de nuevos métodos para lograr el proceso como tal, lo que deviene una importante transformación social, pues se superaría el esquema convencional de la comunicación (Colmenares, 2002).
Es así como se ha venido generando el cambio desde el ámbito comunicacional: el ser que se comunica y trasciende a los espacios, las relaciones, formas alternativas de comunicación e información, las comunidades humanas y las redes sociales; al hablar de este nuevo tipo de herramientas Web deben hacerse notar las grandes capacidades que se adquieren al implementar su uso.
Por ello la interacción en línea, a través de los distintos medios disponibles, ayuda a construir de manera conjunta y colaborativa, nuevos procedimientos para trabajar, comunicarse y participar en la Web. Visto lo comunicacional y su gran impacto en las formas de relación, la mediación y los nuevos estilos de comunicación que se generan, se precisa abordar el ámbito social desde la perspectiva del ser humano que se relaciona en cuanto ser digno, y dotado de formas de relación de acuerdo con sus potencialidades, ampliadas fundamentalmente en las formas y recursos para la reciprocidad humana.
A este respecto, las potencialidades humanas siempre se han concebido desde un paradigma de desarrollo y competencia, entendiendo la competencia como la habilidad unida a la actitud y al conocimiento para la realización de tareas específicas (Díaz, 2015). Ahora bien, al percibir la formación de un nuevo paradigma que refuerce la diversidad de cada ser humano en medio de la equidad en el acceso de las oportunidades sociales, se debe considerar lo concerniente a las personas que poseen algún tipo de discapacidad, lo que le dificulta su completa integración y que de alguna forma origina inconvenientes en el acceso a las diferentes maneras de adaptación social.
En busca de esa adaptación social de las personas con discapacidad (PcD) conviene ante todo explorar algunas ideas que vinculen no solo el devenir tecnológico y su imperante influencia en la educación, sino las alternativas de grupo minoritarios y su comprensión epistemológica. Esto nos permite delimitar aún más concepciones en consideración del punto de partida de esta investigación (Bruzzo et al. 2010).
En primer lugar, desvincular la problemática de investigación sobre el prejuicio de aquello que no es capaz de realizar la persona con discapacidad intelectual, sino también mirar las pocas alternativas que muchas veces nuestras sociedades no ofrecen a estas personas, sea cual sea su condición: en resumidas cuenta el problema no es lo que no se puede hacer, sino lo poco que se les ofrece para que puedan hacer y vivir con calidad.
De esta manera, cabe preguntarnos sobre la existencia de formas concretas que han generado las sociedades para satisfacer las necesidades de esta población desde distintas perspectivas. En segundo lugar, distinguir el concepto "impedimento" del concepto "discapacidad", muy en la línea de lo anteriormente descrito: "Impedimento es el término usado para referirse a la condición del individuo (física, sensorial, intelectual y conductual). Discapacidad, en contraste, es la desventaja social y subsecuente discriminación" que se produce por la presencia o como consecuencia del impedimento o deficiencia (Aramayo & Navas, 2013, p. 12).
De allí que la definición de "discapacidad" deba ser vista desde dos perspectivas de acuerdo con Aramayo (2005). La perspectiva, que, a través de la evolución del concepto, reconoce la acción que se realiza a la persona con discapacidad desde la rehabilitación y el tratamiento, y la otra vista desde la propia persona con discapacidad en busca de autonomía e independencia.
Las historias de caso aclaran aún más quién define y conceptualiza tradicionalmente la discapacidad, prescindiendo de sus protagonistas y llevan a una reflexión sobre el trabajo de los especialistas. Tienden a privilegiar la información que es útil a los profesionales, tales como el coeficiente intelectual (CI) y el diagnóstico médico (Gillmen, Swain y Herman, 1997), que permite se escalone a las personas en categorías que sustenten el tratamiento y el pronóstico. Dichas historias o expedientes van más allá: logran silenciar a un ya oprimido grupo de personas y objetivizar, patologizar y etiquetarlos (p. 17).
En tercer lugar, y en concordancia con estas últimas afirmaciones, (Aramayo, 2005), menciona entre otros elementos, los relacionados con el Modelo Social, distinguiéndose del tradicional o clínico, vinculado más bien a las formas como se abordaba este "fenómeno humano" y sus alcances epistemológicos. Ahora bien, este modelo social visualiza la forma en que las personas con alguna condición limitante se autodeterminan, cuestionando la manera que por mucho tiempo se habló de ellos, por ellos, y supuso además que así debían manejarse las alternativas de mejora y adaptación.
En tal sentido, podemos afirmar que el modelo social "incorpora la interpretación global de la situación que enfrentan estas personas. Sugiere que quienes tienen impedimentos físicos y mentales pueden llevar estilos de vida satisfactorios y no estar solamente concentrados en la rehabilitación de los discapacitados vistos de manera individual" (Aramayo, 2005, p. 58). Desde esta afirmación es fundamental advertir que dicho modelo no busca sino eliminar las barreras discapacitantes, sociales y personales, para tomar parte en las actividades cotidianas de sus comunidades, vislumbrando que el uso de las TIC ya forma parte del quehacer habitual de muchas comunidades humanas en el siglo XXI, tal y como mostramos en los inicios de este horizonte problematizador.
Ahora bien, con este cambio de perspectiva que se ampliará más adelante, conviene definir la inclusión como parte del propósito central que tiene la atención de las personas con discapacidad. Por ello de acuerdo con Puigdellívol (2010) la inclusión es concebida como:
El conjunto de acciones que la escuela lleva a cabo, dirigidas a la eliminación de las barreras para el aprendizaje y la participación con las que se encuentran, de un modo particularmente dramático, las personas pertenecientes a grupos sociales desfavorecidos y las que presentan cualquier tipo de discapacidad (p.36).
De la cita anterior, daremos relevancia en primer lugar a las barreras que pueden representar las TIC, en concreto a las redes sociales, para que se produzca el acceso y uso sobre lo que se indagará, y en segundo lugar a la participación que pueden tener en las redes. Ahora bien, en el ámbito social, educativo y laboral cada una de las discapacidades requiere de una atención distinta, con una perspectiva integral, por lo que en la presente investigación nos centraremos en las PcD Intelectual, aquellas que poseen alguna limitación en la dimensión cognitiva, que enfocaremos conceptualmente en el horizonte referencial.
Con todo, hemos acompasado en el horizonte problematizador el contexto de las TIC principalmente vinculadas al desarrollo de habilidades sociales, como procesos que identifican al quehacer educativo, especialmente en la formación de jóvenes con discapacidad intelectual para lograr conductas adaptativas que le permitan su autonomía e independencia, claro está con el alcance de otras habilidades que se mencionarán en el eje teórico-referencial. En el panorama tecnológico observamos las distintas formas de acceso y encontramos que existen grupo minoritarios alejados de estas novedades que pueden representar una mejora en su calidad de vida, por cuanto indican adaptación y participación equitativa, por lo que hemos delimitado la discapacidad como condición que presentan algunas personas en sus habilidades y desempeño social, centrándonos por ello, en las dificultades en el acceso a las TIC.
Es por esta razón que deseamos precisar que la problemática de nuestro trabajo se centra en el acceso que tienen las personas con discapacidad intelectual, describiendo para ello el uso de las redes sociales, concretamente el Facebook, como una estructura apropiada, que nos permitirá analizar su utilización en el marco de la formación tecnológica que han recibido, de las habilidades que posean o no referidas a la lectoescritura, y a otras áreas que les permitan entrar con independencia a las TIC como son las habilidades sociales, las cuales son el eje centralizador de las demás habilidades que poseen las personas con discapacidad intelectual, en el marco de esta investigación.
En este sentido, se tiene por objetivo analizar la relación entre el proceso de desarrollo de habilidades sociales y el uso de las redes sociales realizado por un grupo de jóvenes con discapacidad intelectual de mayor integridad cognitiva pertenecientes al Centro de Formación Integral AVEPANE (Asociación Venezolana de Padres y Amigos de Niños Excepcionales).
MÉTODO
Todas estas reflexiones que justifican el horizonte cualitativo se consolidan en la emancipación. Lo que implica no solo la transformación en el acceso equitativo a las TIC, sino lo que representa en el cambio de estructuras, toda vez que se evidenciaría la alternativa metodológica de comprender la discapacidad no sólo desde los indicadores de aprendizaje que también serán utilizados pero contrastados con lo que se observa del desempeño, unido a la posición de los sujetos de estudio frente a las tecnologías, por lo que no sólo se emancipa el alcance per se, sino también el método para abordarlo.
El diseño mixto, del que ya hemos dado cuenta, permitió organizar un procedimiento con base en el desarrollo de dos procesos, considerados como bidireccionales a partir de los objetivos específicos. Los procesos son: a) el referencial-teórico, constituido por el anclaje de base que sustenta la investigación y b) el proceso metodológico-procedimental, conformado por las tareas y actividades que debemos realizar para el logro de cada objetivo. Para ilustrar el discurso y permitir una comprensión más clara de la metodología a emplear presentamos una representación gráfica del diseño que luego se profundizará y ampliará describiendo las fases del procedimiento.
Los sujetos informantes responden a la población con discapacidad intelectual con mayor integridad cognitiva (o menor compromiso cognitivo) que participan en el Centro de Formación Integral AVEPANE y que están inscritos en el período escolar 2015-2016, y que por sus características participan en alguna red social o se presume su participación. En último caso, se tomarán los participantes con menor compromiso cognitivo que posean perfil en la red social Facebook.
Adicionalmente contamos con la participación de una docente especialista que servirá de entrevistadora alterna de la investigación pues trabajó con los participantes del CFI AVEPANE. Su función, de acuerdo con lo que ya plateamos en los instrumentos de recolección de información con relación a la aplicación de entrevistas a muchachos con discapacidad intelectual, radica en colaborar con la realización de la entrevista para reorganizar (o repreguntar) cualquier información que parezca no se pregunte correcta o adecuadamente al participante, siempre pensando en la mejor comprensión de la pregunta por parte del entrevistado.
HORIZONTE INTERPRETATIVO
Una vez presentadas tanto las guías de observación como los resultados de las entrevistas de los ocho (8) sujetos de la investigación, procedemos, como se observa en dichas transcripciones, a subrayar las palabras o términos que, por su repetición, aún en sinonimia o frases relacionadas, pudieran configurarse en una categoría, o subcategorías que formarán una categoría. La triangulación de las fuentes permitió entonces cruzar ideas o frases a través de términos semejantes o iguales que condujeran a proponer una serie de categorías que favorecieran la interpretación de lo que estos sujetos han querido expresar en su perfil de Facebook y en su entrevista, relacionado directamente con el uso de la red social y el desarrollo de habilidades sociales.
Categoría Interacción
Ante todo, es importante mencionar el significado que hemos dado a esta categoría para sintetizar los elementos que la componen para considerarla categoría, esto se refiere a las formas de relación y su uso de acuerdo con los sujetos de investigación. Consideramos “interacción” a todas las formas de relación que muestra cada uno de los sujetos de investigación tanto en su perfil como en la entrevista realizada. Para ello haremos dos aproximaciones aprovechando la información. En primer lugar, una aproximación numérica referida a los contactos (“amigos”) que tienen ya no cada uno, sino la muestra entera, en términos cualitativos. En segundo lugar, las formas de relación evidenciadas a lo largo de la aplicación de los instrumentos.
Otro factor importante del análisis es que para ellos todos sus amigos son verdaderamente amigos; en efecto es tan contacto su compañero conocido, como el no conocido, como su docente o formador, aunque en todos los que tenemos una red social es así, destacamos la horizontalidad no de la red en sí, si no el hecho como ellos no se inhibe en tener de contacto a quien pueda ser una figura de autoridad, lo que también se percibe positivo e interesante (esto lo analizaremos también en las relaciones amistad). Es cierto e insistimos que no se expresan verbalmente en la red este tipo de elementos, pero en las entrevistas evidenciamos que sí es parte regular en ellos que esto suceda, aun cuando los calificativos como “maestra”, “tía”, “prima”, representen en ellos roles concretos que no se pierden en la red, pero que no les impide que interactúen.
Una subcategoría que podemos mencionar sería la comunicación. Vista en perspectiva lo comprendemos como el proceso de relación que porta una información entre interlocutores. Ahora bien, ya hemos mencionado que en diversas oportunidades los sujetos de investigación no suelen responder bajo los códigos de escritura que convencionalmente utilizamos, sin embargo, ellos se comunican interactuando a través de otros códigos que muestran la versatilidad de la red.
Esta versatilidad permite que las personas con discapacidad que tienen entre sus características el poco o nulo desarrollo de la escritura y/o lectura puedan “leer” y “escribir” de otras formas. Leer sería a través de las imágenes, reconocimiento de personas conocidas, eventos, lugares y otros aspectos que estimulen en ellos la memoria. Así como las imágenes, los videos, audios y otras formas multimedia son vitales en el uso de la red y, por, sobre todo, en una forma de interacción distinta.
Lo mismo sucede con el “escribir” pues accionar el “like” o “me gusta”, o las nuevas formas de reacción antes los posteos de los contactos, son formas de comunicar. No es por supuesto la comunicación convencional, sino una nueva forma de comunicación virtual, que permite entrever que los sujetos con discapacidad no se sienten en desventaja aparente con respecto al resto. O por lo menos tal desventaja no representa un problema dado que aún con la imposibilidad de escribir y leer se puede interactuar y por ende comunicarse.
REFLEXIÓN DE CIERRE
La discapacidad, conocida también como capacidad diferente, capacidades especiales, diversidad funcional, entre otras, es el reconocimiento de la diferencia cuando esta ha de mirar otras cualidades y habilidades de los seres humanos; cuando los sentidos, la movilidad o la intelectualidad se ven disminuidas por distintas causas. Las sociedades, como hemos analizado, en especial la venezolana, han transitado un largo camino de comprensión del fenómeno, por lo que nuestro acercamiento, parcial y puntual, solo pretendió analizar una forma de mirar la discapacidad desde otros modos de relación y comunicación, esto es, a través de las redes sociales.
Nos hemos acercado al fenómeno reconociendo las alternativas, enfoques y perspectivas de compresión. Esto, sin duda, nos ha favorecido el alcance integral de la discapacidad, como condición que se manifiesta en la persona, invitando así a las sociedades a repensar las diferencias entre ellas y las maneras en que estas pueden acceder efectivamente a las alternativas que resguarden su calidad de vida.