INTRODUCCIÓN
La agricultura es una actividad milenaria y sostenible para las comunidades, sobre todo para la población rural, aunado que, desde este sector, se producen los alimentos consumidos en las ciudades, siendo de gran importancia promover su fortalecimiento desde políticas de estado con apoyo de la empresa privada (Houtart, 2018; Cvijanovic et al., 2020; Viana et al., 2022). Así mismo esta actividad promueve favorablemente el Producto Interno Bruto (PIB) (Yannuzzelli-Rivadeneira et al., 2018).
Esto influye en que los gobiernos puedan implementar políticas públicas con la finalidad de promover las prácticas agrícolas y mejorar las condiciones de pobreza que afectan la calidad de vida de la población rural (Muñoz-Menéndez et al., 2021; Palacios y Estrada, 2020). Sin embargo, pese a su importancia aun el sector rural adolece de una buena calidad de vida por la desigualdad, la exclusión, la marginación, la poca cobertura de servicios básicos como agua potable, desagüe y electricidad, lo cual ha reducido la calidad de vida del poblador rural, y ha comprometido el desarrollo rural (Chapa y Salazar-Castillo, 2022; Valencia et al., 2020).
Esto se suma a los cambios experimentados en América Latina, durante las últimas décadas, respecto a su territorio rural, a causa de importantes transformaciones demográficas, sociales y productivas que han contribuido al aumento de la pobreza y la degradación de sus recursos naturales (Salas-Razo y Juárez-Hernández, 2021). El desarrollo rural es sumamente importante para el progreso económico de cualquier nación, por cuanto busca mejorar la calidad de vida de los pobladores, el progreso de las comunidades y fortalecer la producción (Ferdous, 2020; Singh, 2019; Yudha, 2020). El desarrollo rural básicamente se define como la mejora de las condiciones económicas, ambientales y de calidad de vida de la población rural (Salas-Razo y Juárez-Hernández, 2018).
Por lo tanto; comprende una serie de iniciativas destinadas a modernizar las áreas rurales, con el objetivo de fortalecer el empleo, promover la sostenibilidad, preservar los ecosistemas y mejorar la eficiencia de las exportaciones, que permitirá reducir la pobreza rural (Abreu et al., 2019; Fernández et al., 2019). Además, este enfoque busca mejorar aspectos sociales, económicos, poblacionales y medioambientales, tales como la calidad de los servicios básicos de educación y salud, entre otros (Abreu et al., 2019).
Por este motivo, es importante que los gobiernos evalúen como se ha venido gestionando el desarrollo rural, así como se puede fortalecer. Esto se lograría con un primer paso el cual es identificar los factores que pueden estar debilitando el desarrollo rural. Esto ayudará a comprender las limitaciones y desafíos que afectan esta área esencial para el crecimiento económico y el bienestar de las comunidades rurales.
Es importante reconocer estos obstáculos, con ello sería posible diseñar estrategias y políticas efectivas para superarlos, fomentando así un desarrollo rural sostenible y equitativo que impulse la producción agrícola, mejore la calidad de vida de los habitantes rurales y contribuya al progreso general de la sociedad. La identificación y solución de estos factores son fundamentales para lograr un desarrollo integral y equilibrado en las zonas rurales, aprovechando su potencial como impulsores del crecimiento económico y social.
Es por ello, que el objetivo del presente estudio es identificar los factores que determinan al desarrollo rural de comunidades campesinas.
MÉTODO
Este estudio fue de enfoque cuantitativo con un tipo descriptivo documental con diseño bibliográfico, debido a que el procesamiento de información se basó en las experiencias y resultados obtenidos en otros estudios.
La revisión de literatura se llevó a cabo mediante la búsqueda de 2075 artículos científicos publicados en diversas revistas indexadas en bases de datos de gran impacto como Scopus y Scielo.
Del total de artículos encontrados, se incluyeron 18 artículos publicados durante los últimos cinco años. La técnica empleada para la recolección de datos fue el análisis documental, que consistió en una revisión sistemática de documentos digitales que fueron ordenados en una matriz de categorización, identificando sus similitudes y agrupándose en cuatro categorías: Los enfoques integrados y colaborativos, las políticas públicas, desafíos económicos y el acceso a la educación y uso de tecnologías, todas orientadas al fortalecimiento del desarrollo rural.
RESULTADOS
Se presentan los resultados de la investigación:
Enfoques integrados y colaborativos del Desarrollo Rural
El Desarrollo Rural debe considerar diversos factores como recursos naturales, condiciones productivas, aspectos socioeconómicos y habilidades de la población, así como características económicas, sociales, culturales, naturales e institucionales específicas del sector rural (González, 2023; Machado-Souza y Chiodi, 2023). También, es necesario que se involucre la participación conjunta del Estado con el sector privado como una herramienta necesaria para lograr el progreso social (Sanabria Neira y Salgado Beltrán, 2023). Estrategias como la organización económica y preservación ambiental deben ser integradas en la planificación municipal y las iniciativas gubernamentales, ya que de esta manera se promueven los emprendimientos sostenibles y el crecimiento local de las comunidades campesinas (Batista et al., 2023).
La creación de modelos agroempresariales que fomente la conectividad entre pequeños y medianos productores con distribuidores, transformadores y consumidores es un modo de fortalecer el Desarrollo Rural (Sanabria Neira y Salgado Beltrán, 2023). En este contexto, también se incluye a los emprendimientos sociales rurales, que se han convertido en impulsores del desarrollo local, abordando desafíos comunitarios e impactando positivamente en mejorar la calidad de vida de los emprendedores y sus familias, creando así un valor social y económico esencial para el Desarrollo Rural que incluye a los productores (Villota-González, 2023).
Políticas Públicas para el fortalecimiento del Desarrollo Rural
La implementación de políticas públicas específicas para el Desarrollo Rural, son la clave para fortalecer y activar las habilidades locales de los productores agrícolas. Estas deben ser diseñadas considerando diversos aspectos como los recursos naturales, condiciones productivas, aspectos socioeconómicos y habilidades de la población (Custodio-González, 2023). Además de las perspectivas económicas o centradas en el acceso a servicios sociales se debería considerar también el bienestar rural, las experiencias y las percepciones locales de los propios integrantes de las comunidades campesinas, por lo que es importante que se tomen en cuenta al momento de formular programas y políticas de Desarrollo Rural (Monreal-Álvarez et al., 2022).
No considerar estos aspectos puede provocar una ruptura del hábitat de las comunidades rurales campesinas, afectando en definitiva la agricultura familiar (Vanoli y Cejas, 2022). Es por ello, que los nuevos marcos normativos con enfoque territorial deben abarcar la equidad, la participación de la comunidad y la innovación local (Leyva Remón et al., 2022).
Desafíos socioeconómicos en el Desarrollo Rural
El aspecto socioeconómico en el ámbito rural es sumamente importante para garantizar un correcto desarrollo, sin embargo, en la realidad se han presentado una serie de problemas que lo han afectado negativamente. Un claro ejemplo es el acceso limitado a los recursos y servicios básicos por parte de las familias rurales, quienes conforman parte de los segmentos socioeconómicos menos privilegiados (Castillo-Mardones y Gràcia, 2022).
La transformación comercial es esencial para mantener un buen nivel socioeconómico dentro de las comunidades campesinas y, por ende, fortalecer el desarrollo local. El estado debe valorar a los productores así sean pequeños, puesto que también desempeñan un papel fundamental al mantener el equilibrio de las comunidades campesinas mediante la interacción entre ellos (Montoya-Restrepo y Montoya-Restrepo, 2022). El fortalecimiento comercial en las áreas rurales hace que aumente la prosperidad local, y esto se ha logrado al conectar los mercados dinámicos con la economía del territorio de una manera competitiva y sostenible (Feito, 2022).
Educación y acceso a la tecnología como parte del Desarrollo Rural
La educación como parte de una necesidad local es sumamente importante en el ámbito rural. Son muchos aspectos que deben ser tomados en cuenta para fortalecerla, sin embargo, mucho se ha investigado la educación en el entorno urbano, y se ha descuidado considerar el ámbito rural. En el caso de la educación pedagógica, se tiene un conocimiento limitado sobre cómo un niño que crece en un entorno rural con particularidades socioeconómicas, culturales y ecológicas diferentes, se desenvuelve en este aspecto (Reyes-Domínguez et al., 2022).
La educación debe promover la equidad entre niños y niñas que enfrentan desafíos socioeconómicos, incluyendo aquellos que viven en zonas rurales (Mora Guerrero et al., 2022). Debe ser colaborativa y estar centrada en la investigación; esto quiere decir que los educadores que ejercen en estas zonas deben estudiar las necesidades de la localidad y, con ella, desarrollar métodos pedagógicos innovadores y sobre todo certeros (Schnellert et al., 2023). También es importante considerar la cultura local, y el fortalecimiento de la identidad, donde los pobladores sean sus propios protagonistas del Desarrollo Rural de sus territorios, por lo que existe la necesidad de capacitarlos para que puedan gestionar correctamente sus tierras y lograr un desarrollo local (Giuliano-Soares et al., 2022).
Brindar educación que se ajuste a las particularidades rurales garantizaría el derecho a una formación que fomente el crecimiento personal y social según las necesidades individuales (Reyes-Domínguez et al., 2022). Esto se logra con la implementación de políticas y herramientas orientadas a garantizar una educación de excelencia para la población infantil que reside en áreas rurales (Mora-Guerrero et al., 2022). Las buenas estrategias en educación, bajo un enfoque integral, han funcionado como impulsor del crecimiento económico familiar, mediante la promoción de la alfabetización, la educación y la superación de desafíos, los cuales se dieron en talleres y programas formativos que abordaron tópicos relacionados con el Desarrollo Rural, el progreso social, el liderazgo y la iniciativa empresarial (Hernández-Salazar, 2023).
Por otro lado, el acceso a la tecnología es limitado en las zonas rurales, lo que también compromete el aspecto educativo y, por tanto, el desarrollo social. Sin embargo, los esfuerzos han sido considerables, por parte de la población rural, al utilizar correctamente las tecnologías para mejorar aspectos productivos, lo que ha llevado a mejorar la calidad de vida (Domínguez-Castillo et al., 2022). Esto debe ser tomado en cuenta durante el proceso de enseñanza aprendizaje por parte de los estudiantes en zonas rurales, ya que la implementación de herramientas tecnológicas como las bibliotecas digitales y el internet, han mejorado la calidad educativa y esto ha impulsado el desarrollo sostenible de las comunidades rurales (Gómez Zermeño et al., 2022).
El Desarrollo Rural es un proceso complejo que necesita enfoques integrados y colaborativos para alcanzar un progreso efectivo y sostenible. Los estudios mencionados destacan la importancia de considerar diversos factores, como recursos naturales, condiciones productivas, aspectos socioeconómicos, culturales, institucionales, consideradas características esenciales del sector rural (Custodio-González, 2023). Del mismo modo Salas-Razo y Juárez-Hernández (2021) dijeron sobre el Desarrollo Rural, que se enfoca en mejorar las condiciones económicas, ambientales y de calidad de vida de la población rural.
Uno de los aspectos fundamentales para impulsar el Desarrollo Rural es la participación conjunta del Estado con el sector privado. La colaboración entre ambos actores se convierte en una herramienta necesaria para lograr un progreso social efectivo. La creación de modelos agroempresariales, el desarrollo de emprendimientos sostenibles y el crecimiento local rural debe formar parte de la planificación municipal y de las iniciativas gubernamentales, por cuanto esto ha generado un incremento del valor social y económico dentro del progreso rural (Batista et al., 2023).
No hay Desarrollo Rural si este no es abordado dentro de la formulación de políticas públicas, las cuales deben ser específicas puesto que desempeñan un papel fundamental en el fortalecimiento de los productores agrícolas (Custodio-González, 2023). Los formuladores deben ver más allá del aspecto económico y considerar el bienestar rural y las experiencias locales de cada población rural (Monreal-Álvarez et al., 2022).
Ahora, hablando de los desafíos socioeconómicos a los que el Desarrollo Rural se ha enfrentado, se destaca el acceso limitado que tienen las familias rurales a recursos y servicios básicos, siendo aquellos con un nivel socioeconómico más bajo los más afectados (Castillo-Mardones y Gràcia, 2022). Una forma de fortalecer el aspecto económico de los productores es promover la transformación comercial (Montoya-Restrepo y Montoya-Restrepo, 2022). Fortalecer a los pequeños y grandes productores es clave para que se pueda robustecer el Desarrollo Rural (Feito, 2022).
Por otro lado, la educación y el acceso a la tecnología son factores cruciales para el Desarrollo Rural sostenible, y es indispensable que la población rural tenga acceso a ambas cosas. Sin embargo, se debe tener en cuenta que las necesidades de cada lugar son particulares, o sea, todas tienen necesidades distintas y esto debe ser tomado en cuenta para adoptar estrategias pedagógicas específicas para cada localidad, con el fin de fortalecer la educación (Reyes-Domínguez et al., 2022). Es importante que dentro de la educación se promueva la igualdad entre niños y niñas provenientes de zonas rurales, y que presentan dificultades socioeconómicas, además de fortalecer la identidad local y capacitar a la población para que gestionen de manera adecuada sus tierras (Mora-Guerrero et al., 2022; Soares y Castilho, 2022).
En el mundo actual, los gobiernos deben garantizar el acceso a la tecnología en las áreas rurales, tales como el internet y las bibliotecas digitales. Esto se destaca como una necesidad crucial para fortalecer la calidad educativa (Gómez-Zermeño et al., 2022). La modernización de las áreas rurales contribuirá al fortalecimiento de aspectos socioeconómicos y ambientales que, sin duda, mejorarán el Desarrollo Rural y, por ende, reducirán la pobreza rural. Entre las limitaciones de este estudio se encuentra la carencia de estudios actualizados y publicados que midan la calidad del Desarrollo Rural mediante herramientas e instrumentos estandarizados o aprobados, o que se enfoquen en estudiar la percepción del poblador rural. Estos aspectos deben considerarse en futuros estudios.
CONCLUSIONES
El Desarrollo Rural debe adoptar enfoques integrados que contemplen aspectos socioeconómicos, recursos naturales y habilidades locales. Es fundamental fomentar la colaboración entre el Estado y el sector privado para lograr un fortalecimiento significativo del Desarrollo Rural. Se deben considerar modelos agroempresariales y diversos emprendimientos en entornos rurales como impulsores del Desarrollo Rural, contribuyendo a la mejora de las condiciones de vida de los pobladores.
El Estado debe diseñar políticas públicas específicas destinadas a fortalecer el Desarrollo Rural, teniendo en cuenta los aspectos mencionados anteriormente. Desde una perspectiva territorial, es crucial priorizar la equidad, fomentar la participación comunitaria y promover la innovación.
En lo que respecta a los desafíos socioeconómicos que enfrenta el Desarrollo Rural, destaca el acceso limitado a recursos y servicios. Por otro lado, la educación en el ámbito rural debe adaptarse a las características y particularidades de cada localidad, identificando necesidades específicas y proporcionando una educación personalizada. En este sentido, la tecnología puede ser una herramienta crucial para fortalecer la educación y fomentar el desarrollo sostenible en las comunidades rurales.