INTRODUCCIÓN
El estudio busca generar entendimiento sobre lo que encarna el impulso del emprendimiento en el ámbito educativo de igual manera entender la importancia y la pertinencia de su abordaje, así mismo, se aporta con sugerencias y recomendaciones para investigaciones futuras. En ese sentido, López Belmonte et al. (2019) argumentan que es necesario promover la formación en emprendimiento desde la educación formal con la intención de estimular en los estudiantes, la innovación, la autonomía y la creatividad.
En este sentido, Vera-Sagredo et al. (2019) sostienen que el 90% de docentes de instituciones técnicas creen que deben formarse en capacidades de emprendimiento e innovación. De lo manifestado líneas arriba se puede decir que, desde la óptica de los maestros, el desarrollo en estas habilidades de emprendimiento e innovación debería fortalecerse dentro de las instituciones educativas y, para eso, se deben articular las áreas curriculares y desarrollar proyectos en sus comunidades.
Es pertinente tener en cuenta que uno de los ejes del crecimiento es el emprendimiento, por cuanto su práctica genera empleo y dinamiza la economía. Debido a la relevancia de este fenómeno, el sector privado y el estado, están trabajando para promover su desarrollo (Vásquez, 2018).
Es importante tener en cuenta que hoy día la educación formal es distinta, debido a los cambios tecnológicos, sociales y económicos que han transformado las condiciones y características del empleo, ante esta situación, el área curricular de educación para el trabajo promueve en los estudiantes competencias, habilidades, actitudes y conocimientos que les permite incorporarse al mercado laboral o crear sus puestos de trabajo (Villarreal-Salomé et al. 2022).
Por lo tanto, se deduce que si los jóvenes estudiantes tienen las herramientas necesarias, las actitudes, competencias y capacidades emprendedoras, entonces, tendrán oportunidad de contribuir con la economía del país creando su propio trabajo o incorporándose al mundo del empleo; siendo necesario que los profesores como estudiantes deben desarrollar la cultura del emprendimiento, para de esa manera conseguir que se incorporen al mercado laboral sin dificultad (Zilberman, 2018).
En este sentido, la investigación tiene por objetivo analizar las capacidades emprendedoras como estrategia para el crecimiento personal en estudiantes de secundaria.
MÉTODO
La revisión sistemática es una técnica que permitió resumir de manera minuciosa lo artículos referentes a la temática de investigación. La aplicación de esta pericia ha facilitado la revisión y estudio de la producción científica, en cuanto al emprendimiento en el ámbito educativo. Para la presente investigación se ha tenido en cuenta lo especificado en la tabla 1.
Tabla 1 Documentos estudiados.
FUENTES | CARACTERÍSTICAS |
---|---|
Primarios | Información original derivadas de tesis |
Secundarios | Artículos de revisión, resúmenes |
Elaboración: Los autores.
Se establecieron como palabras clave “emprendimiento”, “competencias emprendedoras”. El uso de estos vocablos se determinó por el interés en identificar aquellas investigaciones relacionadas al impulso del emprendimiento en el ámbito educativo.
Para ello se ha hecho una búsqueda en las bases de datos en bases de datos: Scielo, Scopus, Dialnet, empleando los términos clave “emprendimiento”, y “competencias emprendedoras” como palabra equivalente. Las investigaciones se limitaron al tiempo entre el 2017 y 2022.
Al navegar por las diversas plataformas se obtuvo un primer efecto de 20 trabajos. Dichas investigaciones se procesaron en el gestor bibliográfico Mendely, luego se descartaron las investigaciones que no cumplían con los requisitos, el resultado fue de 15 artículos objeto de la investigación. Esta secuencia de pasos en la investigación se observa en la figura 1.
RESULTADOS
Según Mendoza-Gallego et al. (2020), el emprendimiento es un vocablo de novedad en medio de este mundo de dificultades financieras, donde centenares de personas han perdido sus empleos. Así mismo Gómez et al. (2017) manifiestan que, alrededor del año 70, los sistemas educativos involucran el emprendimiento. La formación en dicha competencia se daba exclusivamente en las instituciones de educación superior en las que se diseñaban programas referentes a la administración de negocios o administración de empresas.
El emprendimiento ha ampliado su rango de aplicación a otros campos, entre ellos el de la educación, entendiendo que a sus inicios esta competencia brota como un concepto en el campo económico y empresarial. En las investigaciones originales se incentiva el emprendimiento, desde el diseño hasta la venta de algún artículo. Las definiciones o conceptos de emprendimiento en su gran mayoría se encuentran en fuentes documentales del terreno empresarial. En la presente investigación dicho concepto lo llevaremos al campo educativo. Así lo manifiestan González-Tejerina y Vieira (2021) la competitividad emprendedora no debemos centrarla sólo en la creación de empresas, sino que debemos tener en cuenta la diversidad de conocimientos, habilidades y actitudes que engloba esta competencia.
De igual manera, Marulanda-Valencia y Valencia-Arias (2019) manifiestan que el adiestramiento en emprendimiento facilita el desarrollo de la autoeficacia emprendedora, no obstante, se debe tener en cuenta que la edad y el género juegan un papel importante durante la educación. De la misma forma, Minialai et al. (2018) indican que el régimen educativo es un elemento que puede minimizar o reforzar la orientación emprendedora, y podría desempeñar un rol de suma importancia si promueve el contacto con la ejecución de proyectos de emprendimiento a edades iniciales.
Por otro lado, Gómez et al. (2017) manifiestan que las competencias emprendedoras es el conglomerado de actitudes, habilidades y conocimientos que el ser humano construye durante su vida y lo aplica en todas las situaciones en las que se encuentre inmerso. Así mismo, Marulanda-Valencia y Valencia-Arias (2019) indican que los emprendedores requieren de estas competencias para que puedan identificar oportunidades de negocio, al mismo tiempo planificar y llevar a cabo proyectos creados por ellos mismos y poder superar las adversidades a las que se enfrentan continuamente. Agregan Navarro et al. (2020), basados en su estudio aplicado en universidades y centros de formación técnica, que han identificado cuatro dimensiones y las respectivas competencias que definen al emprendedor.
Así mismo, se tiene que el emprendimiento es una potente herramienta para afrontar las dificultades de empleo que enfrenta la juventud en múltiples sociedades a nivel global, además de ser una fuente de creatividad e innovación que contribuye significativamente al desarrollo de sociedades. No obstante, luego de revisar la literatura y explorar el trasfondo en países latinoamericanos, es esencial poder crear un sistema que oriente y apoye el desarrollo de la mentalidad y espíritu emprendedor (Sánchez-García et al., 2017).
Por otro lado, Yin et al. (2020) manifiestan que las universidades pueden estimular el potencial del autodesarrollo de los estudiantes mediante la mejora de los cursos de educación psicológica empresarial, la construcción de instituciones de consulta psicológica en el campus y el establecimiento de plataformas interactivas para el espíritu empresarial. De esta manera, se puede cultivar de forma integral la psicología empresarial de los estudiantes, por lo tanto, para hacer frente a la débil conciencia empresarial general de los estudiantes universitarios, las universidades deben cultivar talentos empresariales innovadores fortaleciendo la educación psicológica sobre el espíritu empresarial de los estudiantes y ayudarlos a lograr el éxito empresarial.
Así mismo, Hassan y Shamsuddoha (2022) comentan que la educación empresarial puede impactar significativamente la intención empresarial social (SEI) y enfatizar la importancia de las redes sociales empresariales como mediadores en el emprendimiento social. Este estudio tiene como objetivo contribuir a la literatura relevante sobre emprendimiento social proporcionando información sobre cuestiones prácticas relacionadas con el papel de la red social emprendedora en el nivel de educación empresarial.
En un estudio complementario, Wang y Ortiz (2022) destacan la existencia de una relación estadísticamente significativa y positiva entre el aprendizaje empresarial, la actitud empresarial, la educación y las intenciones empresariales de los estudiantes de gestión. Asimismo, se observa que el control conductual percibido y la percepción de la regla social tienen un impacto significativo en la intención emprendedora de los estudiantes de administración. Además, se encuentra una correlación estadística entre la transferencia de tecnología y las intenciones empresariales de los estudiantes. Por lo tanto, se recomienda encarecidamente a las universidades la inclusión de módulos de formación empresarial como medida para fomentar la intención emprendedora entre sus estudiantes.
CONCLUSIONES
Se encuentra que el concepto de emprendimiento va más allá de la creación de un negocio o empresa, sino que incluye actitudes, conocimientos y habilidades que deben cultivarse en los estudiantes y que éstas puedan repercutir en la vida personal y laboral. La ejecución de la competencia del emprendimiento en el sistema educativo requiere de un impulso por parte de las autoridades educativas y de la comunidad educativa en general. Desde la perspectiva de los docentes, la formación en emprendimiento e innovación debería iniciarse en los primeros años de educación, integrando áreas curriculares con temáticas auténticas que reflejen la realidad de la comunidad.