INTRODUCCIÓN
La participación juvenil en Colombia ha experimentado una transformación histórica, dado que han sucedido una serie de episodios que reflejan vicisitudes políticas, sociales y culturales de hondo calado para este grupo poblacional (Arias y Alvarado, 2015). Desde la Constitución de 1991 hasta las recientes movilizaciones estudiantiles y juveniles, la participación juvenil en Colombia ha evolucionado significativamente. En Cali, los jóvenes se involucran en la vida política a través de programas nacionales y leyes, así como mediante protestas y movimientos sociales informales (Escobar y Pezo, 2019; Ramírez, 2018).
En la década de los 70, se destacó una marcada disensión entre la juventud, la cual fue impulsada por un sentimiento de ostracismo surgido durante el régimen del Frente Nacional; este periodo coincidió con un notable aumento en la efervescencia juvenil a nivel mundial. En una etapa ulterior, comprendida entre 1980 y 1991, se consolida un panorama caracterizado por un funesto presagio de carestía de perspectivas, en el que la sociedad se ve sumida en un mar de inanición respecto a la capacidad de resolver las apremiantes demandas emergentes de la juventud.
La proclamación de la Carta Magna de 1991 marcó un hito trascendental, otorgando carta de ciudadanía a la juventud y erigiendo dispositivos para su participación en los procesos de toma de decisiones; sin embargo, desde 1997 la coyuntura ha estado marcada por desafíos adicionales, entre los cuales se contabiliza un incremento en el número de jóvenes afectados por conflictos sociales y políticos (Durán et al., 2022;Moreno et al., 2020;Ochoa y Pérez, 2019).
En relación con el tema planteado, se reconoce que la República de Colombia ha sido valorada internacionalmente por sus avances en este ámbito, pero aún enfrenta desafíos relacionados con la adopción de estas herramientas por parte de la juventud. En este contexto, iniciativas como el Plan Vive Digital y la legislación estatutaria relativa a la juventud han surgido con el objetivo de mitigar la brecha digital y promover la participación de los jóvenes en la vida política y social del país. Estos programas y leyes específicas abordan la inclusión de la juventud en el proceso de Gobierno Electrónico y en la toma de decisiones políticas y sociales.
En el análisis específico del Distrito Especial de Santiago de Cali, estos esfuerzos nacionales tienen relevancia (Jiménez y Castillo, 2023). Se examina cómo estas iniciativas están siendo implementadas a nivel local y cómo están impactando la participación juvenil, tanto formal como informal, en la esfera política y social de la ciudad. A pesar de los avances, persisten desafíos en la inclusión plena de la juventud en el Gobierno Electrónico y en la vida cívica en general. Se necesitan estrategias adicionales para garantizar que los jóvenes tengan acceso equitativo a las herramientas digitales y que se sientan capacitados y motivados para participar activamente en la toma de decisiones que afectan sus vidas y comunidades.
No obstante, la representación juvenil en los ámbitos de gobierno sigue siendo marginal, a pesar del aumento demográfico de este segmento poblacional; la envergadura de la participación política formal se ve influenciada por cambios en la estructura social, tales como los avances tecnológicos que pueden ahondar la brecha entre la juventud y los procesos democráticos.
La ausencia de procesos de participación juvenil plantea una serie de retos para la democracia colombiana, como la representatividad y el tránsito generacional en la esfera política; por esta razón, es imperativo abordar esta problemática desde una óptica educativa y formativa, reconociendo el potencial de la investigación sobre la participación política de los jóvenes para vislumbrar el porvenir de la democracia.
El ciclo de movilización estudiantil que tuvo lugar en las universidades colombianas hacia finales de 2018 y 2019 constituye un fenómeno de gran relevancia que resalta el papel preponderante de las redes sociales y las tecnologías de la información y la comunicación en la configuración y propagación de la protesta social. Durante este periodo, se evidenciaron tanto circulares de respaldo como de rechazo en las plataformas digitales, las cuales se difundieron, adaptaron y evolucionaron para satisfacer las exigencias de participación política y la expresión de la protesta social (Agudelo et al., 2013).
Estas dinámicas comunicativas en línea jugaron un papel crucial en fomentar el debate sobre la Educación Superior en instancias asamblearias de carácter nacional, trasladando el discurso en defensa de la educación pública desde los medios de comunicación tradicionales hacia los espacios virtuales. Esto propició una concreción política más amplia y participativa, alejada de las limitaciones impuestas por las formas de comunicación convencionales.
Con la aparición de las TIC, la protesta social adquirió un nuevo terreno de acción, donde la esfera virtual emergió como el epicentro para la comunicación y la organización detallada de las movilizaciones a nivel nacional; este cambio en la dinámica de la protesta no solo aumentó la visibilidad de las demandas estudiantiles, también facilitó la articulación entre distintos grupos y actores sociales, permitiendo una coordinación más efectiva y una difusión más amplia de las causas que motivaban la movilización (Chica, 2023).
Es esencial subrayar que, frente a estas adversidades, los jóvenes no se quedaron pasivos; al contrario, exhibieron una valentía loable al catalizar un estallido popular que desafió el poder político y económico establecido. Dentro de lo que respecta a las protestas acaecidas en el 2021, Cali se erige como un bastión de resistencia en Colombia, gracias a su diversidad étnica, económica y cultural, que converge en una lucha común por la descentralización del poder y la construcción de una vida digna y pacífica desde el nivel local.
A través de una multiplicidad de iniciativas comunitarias y manifestaciones de resistencia en los barrios y territorios, las comunidades buscan afirmar su humanidad y seguridad frente a las fuerzas estatales y criminales que las oprimen. Este proceso da lugar a nuevas formas de activismo social y político, que exigen una intervención más decidida del Estado y del mercado para abordar las profundas inequidades y promover un cambio real en la sociedad.
En este contexto, se explora la participación juvenil, tanto formal como informal, en el Distrito Especial de Santiago de Cali. La instauración del Distrito podría tener un impacto significativo en la dinámica social, política, económica y cultural de la región.
La participación política juvenil y su correspondencia con la democracia a nivel local han suscitado un marcado interés tanto en los círculos sociales como en los académicos; este fenómeno ha sido abordado desde una variedad de perspectivas disciplinarias, englobando campos como la sociología, la psicología y el marketing político en el contexto colombiano.
La participación política de los jóvenes en el ámbito local suscita interrogantes acerca de los factores que inciden en este fenómeno y las estrategias viables para fomentar una mayor implicación cívica de este grupo poblacional en los procesos decisionales locales (Agudelo et al., 2013). La comprensión cabal de tales aspectos se torna esencial para robustecer la democracia a nivel local y asegurar la representatividad y participación de todos los sectores de la sociedad, incluyendo, de manera fundamental, a la juventud.
Existe insatisfacción por parte de los jóvenes en diversos contextos, quienes han protestado en numerosas ocasiones manifestando su percepción de exclusión de los ámbitos políticos, económicos, educativos y empresariales (Ortiz, 2016). Este comportamiento ofrece más sustento a la desconfianza sobre el acto de votar, siendo considerada por los jóvenes como una opción poco viable. Aunque la democracia ofrece la oportunidad para la participación ciudadana en la elección de líderes, es crucial destacar que este no es el único medio de participación en el entorno político y cultural de una nación. La verdadera fortaleza de la democracia reside en ciudadanos que están plenamente conscientes de sus derechos y responsabilidades, y que participan activamente en todos los asuntos públicos.
En este sentido, los canales institucionales de participación deben servir como medios para que los ciudadanos puedan comunicar sus solicitudes y requerimientos, los cuales deben ser tomados en cuenta mediante la implementación de políticas públicas eficaces (Arboleda et al., 2021).
Estas afirmaciones podrían ser vistas como un elemento crucial para entender por qué los jóvenes no se sienten identificados con el voto como un medio de participación política. Aunque puedan no sentir confianza en los políticos, esto no implica una apatía hacia los temas políticos per se.
Los acontecimientos en Colombia relacionados con la participación de la juventud en los dos últimos procesos electorales; muestran que, mediante el ejercicio del voto, el país experimentó un cambio de paradigma político significativo, transitando de un gobierno de orientación tradicionalmente de derecha a uno de inclinación (progresista -izquierdista) en 2022. Esta transición política ya se avizoraba desde las elecciones de 2018, cuando emergía la opción de un candidato de izquierda que, aunque no logró alcanzar la presidencia, obtenía una cantidad significativa de votos, alcanzando la notable cifra de 8.031.249 sufragios.
En la segunda vuelta electoral para la presidencia en 2018, se precisó un incremento en la participación, lo cual pudo significar una reacción comprometida de la juventud en los procesos electorales. Por primera vez en la historia reciente del país, se evidenciaba una marcada divergencia en las propuestas presentadas por los candidatos, Iván Duque y Gustavo Petro, lo cual generó un renovado interés y movilización por parte de la ciudadanía, particularmente de los jóvenes.
La legislación consideraba la participación de los jóvenes como un elemento esencial para su progreso, aunque su enfoque principal residía en la formación juvenil en el ámbito educativo, limitando así el papel activo de los jóvenes como sujetos protagonistas (Pérez y Ochoa, 2017).
La limitación significativa en la participación activa de los jóvenes se ha centrado principalmente en una colaboración entre el Estado y la sociedad civil mediante una comunicación efectiva promotora del entendimiento entre las partes (Isea et al., 2016). Por ello, es imprescindible diseñar estrategias pedagógicas, técnicas y conceptuales dirigidas a fomentar dicha participación.
Las instituciones sociales englobaban el Consejo Nacional de Juventud, junto con los Consejos Departamentales, Distritales y Municipales de Juventud, caracterizados como órganos encargados de colaborar con la juventud; de allí que el proceso cooperativo ejerce un rol preeminente en el desempeño activo de los jóvenes (Juárez et al., 2024). Por otro lado, las instituciones estatales estaban vinculadas al Viceministerio de la Juventud del Ministerio de Educación Nacional, y, posteriormente, al Programa Presidencial Colombia Joven, así como otras entidades a nivel departamental y local. Finalmente, las instancias mixtas se relacionaban con redes de participación juvenil y con las instituciones, organizaciones y movimientos juveniles que se integraban al Sistema.
Así, la participación juvenil quedó dentro del ámbito estatal, con un margen de acción reducido para los jóvenes, principalmente orientado hacia la promoción de derechos y la formación integral. Sin embargo, a pesar de contar con un marco general, no se establecieron mecanismos específicos para implementar el Sistema ni para estimular la participación de los jóvenes. A partir de mediados de 2008, diversas manifestaciones del movimiento juvenil se unieron para iniciar un proceso participativo con miras a construir una nueva legislación nacional que pudiera abordar de manera más efectiva las necesidades y demandas de la juventud.
En este contexto, tras enfrentar algunos desafíos, mediante una Ley, se logra el otorgamiento a los jóvenes de una mayor capacidad de decisión y acción en relación con sus propios proyectos de vida. Además, se coordina la intervención institucional bajo la supervisión del Ministerio del Interior, delegando responsabilidades a las autoridades locales y regionales para crear, mantener y garantizar espacios de participación juvenil, entre otras medidas de relevancia.
En el año 2018, surgió la necesidad de clarificar el proceso de elección y conformación de los Consejos de Juventud mediante la Ley 1885 (2018), que modificó la Ley 1622 (2013).
Conforme a esta última ley, la participación juvenil se concibe como un principio fundamental de la legislación y las políticas públicas de juventud, así como un derecho juvenil. Por ende, se establece el derecho juvenil a participar en los procesos de toma de decisiones sobre temas que les atañen y afectan sus condiciones de vida, así como a intervenir en diversos aspectos de la vida socioeconómica (Morales y Romero, 2024).
El reconocimiento de la participación activa de la juventud como un derecho humano es fundamental, y corresponde al Estado asegurar la existencia y utilización efectiva de mecanismos de consulta y decisión para los ciudadanos en relación con sus derechos.
Vale resaltar que la participación informal de los jóvenes ha desempeñado un papel crucial en diversos estallidos sociales a lo largo del siglo XX, especialmente en América Latina. Estos movimientos encuentran inspiración en eventos significativos como la Revolución cubana y la emergencia de la nueva izquierda, que han conceptualizado el papel activo de la juventud en la transformación social.
Un elemento distintivo en estas movilizaciones es la noción de generación, que trasciende la mera categorización biológica o la experiencia política, reconociendo a la juventud como un agente que moldea y transforma las prácticas sociales y políticas de su entorno, este cambio generacional abarca desde aspectos relacionados con la producción y el consumo hasta la resistencia contra las opresiones cotidianas.
Los efectos de las protestas del 2011, particularmente en Chile y Colombia, se destacan por movilizaciones sociales a gran escala y una avalancha de análisis y reflexiones académicas. Estos movimientos se articulan desde la sociedad civil con el propósito de visibilizar el malestar y demandar cambios al Estado y sus instituciones; en Chile, por ejemplo, se cuestiona la mercantilización de la educación superior, mientras que, en Colombia, las interacciones grupales y movilizaciones buscan cambios estructurales y ganan apoyo de la comunidad mediante acciones culturales y pedagógicas (Moreno et al., 2020).
Las movilizaciones universitarias juveniles, aunque no se prolongan en el tiempo de manera sostenida, ejercen un impacto significativo en la esfera pública (Arias y Alvarado, 2015). Un caso destacado es el de la Mesa Amplia Nacional de Educación (MANE) en Colombia durante el año 2011, que logró proyectar sus objetivos y pretensiones en los medios de comunicación, aunque experimentó un declive político tras la resolución parcial del problema que planteaba. Una vez obtenida la detención de la reforma propuesta por el gobierno en la educación superior, la capacidad organizativa e influencia de la MANE se diluyeron en la sociedad civil, en los medios de comunicación masiva e incluso en las redes sociales.
Dentro de un contexto más actual, tanto por crisis económica como por la pandemia de la COVID- 19, Colombia sufrió un estallido social muy duro a nivel nacional (Durán et al., 2022). Este movimiento emergió como una reacción a una combinación de políticas estatales que abordaban tanto situaciones temporales como problemas de larga data, exacerbando aún más la precarización y la exclusión de las comunidades marginadas (Arboleda et al., 2021). Estas actividades, llevadas a cabo durante meses por diversos sectores de la población, que incluyeron jóvenes de áreas urbanas desfavorecidas, mujeres, estudiantes, padres y madres, así como otros actores sociales, abarcaron una amplia gama de acciones, desde paros y protestas multitudinarias hasta bloqueos, manifestaciones con cacerolas, campamentos, activismo en línea y eventos artísticos.
La reacción del Estado ante esta situación de desestabilización del statu quo se tradujo en la dilación de las negociaciones y el recurso a niveles de violencia armada contra la población civil, equiparables a los de un conflicto interno, con total desconocimiento de los principios fundamentales de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario; aunque diversos actores sociales se involucraron en este escenario, los jóvenes emergieron como protagonistas principales de estas acciones insurrectas y como las principales víctimas de los crímenes de Estado perpetrados por las fuerzas del orden, en medio de la confrontación (Ochoa y Pérez, 2019; Agudelo et al., 2013).
El estallido social que tuvo lugar en Cali durante el 2021 se erigió como un testimonio vivo de las profundas desigualdades arraigadas en la estructura social y económica de la ciudad; esta efervescencia social surgió como respuesta a una serie de carencias y desafíos que afectan el bienestar humano en múltiples dimensiones, desde la lucha contra el hambre hasta la búsqueda de empleo digno, pasando por la demanda de una educación de calidad y una administración pública más receptiva a las necesidades de la juventud y la comunidad en general.
Lo más notable de este estallido fue su diversidad de expresiones, las cuales fueron desde la resistencia pacífica hasta manifestaciones de confrontación directa, enmarcadas dentro de una estructura organizativa conocida como "las primerias líneas", esta ola de protesta no solo refleja la indignación juvenil y popular, sino también la solidaridad, la audacia y, en ocasiones, la violencia inherente al conflicto. La juventud que lideró este movimiento social en Cali emergió como una voz de la sociedad marginada, que se vio afectada por la influencia del conflicto armado, el narcotráfico y la criminalidad organizada, utilizando a los jóvenes como peones en su ajedrez de violencia.
Este estallido no fue simplemente una reacción momentánea, sino más bien un resurgimiento de la comunidad, con liderazgos más horizontales y resistencias pacíficas que buscaban un cambio profundo en las estructuras de poder basadas en la desigualdad y la corrupción; además, representó una acumulación de frustraciones y demandas insatisfechas que se remontaron a movilizaciones anteriores, agravadas por la falta de respuesta del gobierno ante las necesidades sociales y los impactos devastadores de la pandemia de Covid-19.
Por todo lo expuesto, es crucial comprender cómo los jóvenes se integran en este proceso para definir su papel en el Distrito Especial de Santiago de Cali. En este sentido, el propósito de este artículo fue analizar la participación juvenil en el Distrito Especial de Santiago de Cali, abarcando tanto los aspectos formales como los informales, lo cual conduce a indagar acerca de la influencia de la participación juvenil en el Distrito Especial de Santiago de Cali y comprender cómo afecta la dinámica social, política, económica y cultural de la región.
MÉTODO
En el contexto del análisis de la participación juvenil, tanto formal como informal, en el Distrito Especial de Santiago de Cali, se plantea la utilización de un enfoque cualitativo fundamentado en un profundo análisis bibliográfico documental.
Este enfoque cualitativo implicó una exploración detallada y comprensiva de las experiencias, percepciones y comportamientos de los jóvenes en relación con su participación en la vida política, social y comunitaria de Santiago de Cali. Para llevar a cabo este análisis, se recurrió, en primer lugar, a una revisión exhaustiva de la literatura académica existente sobre la participación juvenil, tanto a nivel nacional como local, así como también sobre el contexto específico de Santiago de Cali.
Esta revisión documental permitió identificar y comprender las tendencias, los desafíos y las oportunidades relacionadas con la participación juvenil en el distrito. Se utilizaron estudios previos, informes gubernamentales, documentos de políticas públicas y otros materiales relevantes que proporcionaron información sobre la participación de los jóvenes en actividades formales e informales dentro de la comunidad caleña.
A través de este enfoque cualitativo y multidisciplinario, se obtuvo una comprensión profunda y holística de la participación juvenil en el Distrito Especial de Santiago de Cali. Se exploraron las motivaciones, los obstáculos, los impactos y las percepciones de los jóvenes respecto a su involucramiento en diferentes aspectos de la vida comunitaria, con el fin de identificar estrategias y políticas promotoras de una participación más activa, inclusiva y significativa de la juventud en el desarrollo y la gobernanza de la ciudad.
Dentro del enfoque planteado, se determinó la aplicación del método bibliográfico- documental. Este método se inició con la búsqueda de literatura académica y documentos relevantes relacionados con la participación juvenil en Colombia y específicamente en Santiago de Cali. Se accedió a bases de datos especializadas, bibliotecas virtuales, repositorios institucionales y otros recursos para recopilar una amplia gama de estudios, informes, ensayos y documentos gubernamentales que abordaban aspectos clave de la participación juvenil en el contexto local y nacional.
Una vez recopilada la bibliografía pertinente, se procedió a una etapa de selección y evaluación de los materiales encontrados. Se priorizaron los trabajos pertenecientes a las bases de datos de Scielo y Redalyc, así como también aquellos que presentaban metodologías sólidas, datos empíricos confiables y análisis detallados sobre la participación juvenil en Santiago de Cali. Se prestó especial atención a los estudios que abordaban tanto la participación formal (por ejemplo, en instituciones políticas y organizaciones juveniles) como la participación informal (como el activismo social, el voluntariado y el compromiso cívico en la comunidad).
Una vez identificada la bibliografía relevante, se llevó a cabo una lectura crítica y analítica de los textos seleccionados. Además, se tomó nota de los enfoques teóricos, los marcos conceptuales y las metodologías utilizadas por los investigadores para estudiar este fenómeno, lo que permitió una comprensión óptima de las diferentes dimensiones y determinantes de la participación juvenil en la ciudad.
Esta etapa de análisis documental sirvió como base sólida para el desarrollo de un marco conceptual y metodológico acerca de la participación juvenil en el Distrito Especial de Santiago de Cali, así como la constitución de insumos importantes para la elaboración de preguntas de investigación y la formulación de hipótesis pertinentes para futuras investigaciones relacionadas con este tema.
RESULTADOS
Los resultados revelan una compleja interacción entre la participación juvenil, los cambios demográficos, los eventos socio-políticos, las percepciones sociales, las innovaciones tecnológicas y las dinámicas educativas y laborales en el Distrito Especial de Santiago de Cali. Al indagar sobre estos aspectos, se identificaron varios puntos de inflexión que han moldeado significativamente la naturaleza y el alcance de la participación juvenil en Cali. Desde cambios demográficos abruptos hasta transformaciones en la percepción social de la participación juvenil, cada punto de inflexión ha dejado una marca distintiva en el panorama participativo de los jóvenes en Santiago de Cali. A continuación, se presentan los resultados, resaltando los momentos críticos que han influenciado la participación juvenil en el distrito a lo largo del tiempo.
Cambios demográficos
El análisis detallado de la compleja interacción entre la participación juvenil y los cambios demográficos en el Distrito Especial de Santiago de Cali proporciona una visión profunda de cómo la dinámica poblacional influye en la participación de los jóvenes en la región. Los resultados de este análisis destacan la naturaleza interdependiente y bidireccional de esta relación, donde tanto los cambios demográficos como la participación juvenil se influyen mutuamente, moldeando así el panorama participativo en la región a lo largo del tiempo (Jiménez y Castillo, 2023).
Es fundamental comprender cómo los cambios demográficos afectan la participación juvenil en Santiago de Cali. En este particular, la composición demográfica de la población joven, en términos de género, etnia, nivel socioeconómico y otros factores, también influye en la participación juvenil. Por ejemplo, los jóvenes de grupos minoritarios o en situación de vulnerabilidad pueden enfrentar barreras adicionales para participar en actividades cívicas y políticas debido a la discriminación, la exclusión social o la falta de acceso a recursos y oportunidades. Por lo tanto, es importante tener en cuenta la diversidad dentro de la población juvenil al analizar su participación en la región.
Por otro lado, la participación juvenil también puede influir en los cambios demográficos al afectar los patrones de migración, fecundidad y mortalidad en la región. Por ejemplo, los jóvenes que participan activamente en movimientos sociales o en iniciativas de desarrollo comunitario pueden influir en la atracción de la población joven a la región, ya sea como resultado de un mayor interés en las oportunidades de participación o como respuesta a cambios positivos en el entorno social y político. Del mismo modo, la participación juvenil en programas de educación y salud puede tener un impacto en la fecundidad y mortalidad juvenil l o que a su vez, puede afectar la estructura demográfica de la población joven en la región.
Eventos socio-políticos
Los resultados obtenidos destacan cómo los eventos socio-políticos han sido tanto catalizadores como consecuencias de la participación juvenil, influyendo significativamente en la naturaleza y el alcance de esta participación a lo largo del tiempo.
Es importante reconocer que los eventos socio-políticos pueden actuar como catalizadores para la participación juvenil al proporcionar puntos de activación y movilización para los jóvenes. Por ejemplo, las elecciones, las protestas, los movimientos sociales y otros acontecimientos políticos pueden despertar el interés de los jóvenes en cuestiones políticas y sociales, motivándolos a participar activamente en debates, campañas y actividades de incidencia. Estos eventos pueden ser percibidos como oportunidades para que los jóvenes influyan en el curso de los acontecimientos y contribuyan al cambio en su comunidad (Moreno et al., 2020; Juárez et al., 2024).
Los eventos sociopolíticos pueden ejercer una influencia directa en la participación juvenil al provocar cambios en las políticas y en la percepción que los jóvenes tienen sobre su capacidad para incidir en la sociedad. Por ejemplo, la promulgación de leyes que inciden directamente en la juventud, como reformas educativas o políticas de empleo juvenil, puede motivar a los jóvenes a participar en debates y acciones relacionadas con estas políticas (Arias y Alvarado, 2015; Monar et al., 2022). De manera similar, los eventos que desafían la injusticia social o promueven la igualdad de oportunidades pueden inspirar a los jóvenes a unirse a movimientos sociales y a contribuir activamente al cambio social.
Por otro lado, la participación juvenil también puede influir en los eventos socio- políticos al proporcionar una fuerza impulsora para la acción colectiva y el cambio social. Los jóvenes, como grupo demográfico significativo, pueden tener un impacto significativo en la agenda política y en la dinámica social cuando se organizan y movilizan en torno a temas que les afectan directamente. Por ejemplo, las protestas estudiantiles pueden desencadenar debates sobre la calidad de la educación, el acceso a oportunidades laborales o la justicia social, lo que, a su vez, puede llevar a cambios en las políticas y en la percepción pública sobre estos temas.
Además, la participación juvenil puede incidir en la estabilidad y legitimidad de las instituciones políticas y sociales al ofrecer una vía para expresar las demandas y preocupaciones de la juventud. Cuando los jóvenes se sienten excluidos o marginados del proceso político y social, es más probable que recurran a formas de participación no convencionales, como la protesta callejera o la desobediencia civil, lo cual puede generar tensiones y conflictos en la sociedad. Por el contrario, cuando se fomenta una participación juvenil inclusiva y significativa, se fortalece la legitimidad de las instituciones y se promueve un sentido de pertenencia y compromiso cívico entre los jóvenes (Durán et al., 2022).
Cambio en la percepción de la participación juvenil
El análisis resalta un aspecto crucial, pero frecuentemente subestimado en el estudio de la participación juvenil: los cambios en las percepciones sociales. Aunque intangible, este aspecto desempeña un papel fundamental en la configuración del panorama participativo de los jóvenes en la región (Moreno et al., 2020; Escobar y Pezo, 2019). Los resultados obtenidos revelan una interacción compleja entre las transformaciones en las percepciones sociales y la naturaleza de la participación juvenil, destacando varios puntos que han dejado una marca distintiva en el panorama participativo de Santiago de Cali.
Es esencial comprender cómo las percepciones sociales afectan la disposición de los jóvenes a participar en la vida comunitaria. La manera en que son percibidos por la sociedad, ya sea como agentes de cambio positivo o como una carga social, puede influir significativamente en su motivación para involucrarse en actividades cívicas, políticas o sociales. Por ejemplo, si los jóvenes son vistos como líderes potenciales y recursos valiosos para la comunidad, es más probable que se les otorgue espacio y apoyo para participar en iniciativas locales. En contraste, si son estigmatizados o estereotipados negativamente, pueden enfrentar barreras adicionales para acceder a oportunidades de participación significativa.
Además, las transformaciones en las percepciones sociales pueden surgir como resultado de cambios más amplios en la cultura y la sociedad. Por ejemplo, eventos históricos, movimientos sociales o cambios en las tendencias culturales pueden influir en la forma en la cual se percibe la participación juvenil y en las expectativas que la sociedad tiene sobre los jóvenes. Si se promueve una cultura de participación y compromiso cívico, es más probable que los jóvenes sean alentados y apoyados en sus esfuerzos por contribuir al bienestar de la comunidad (Moreno et al., 2020). Por otro lado, si prevalece una cultura de apatía o desconfianza hacia los jóvenes, es posible que su participación sea desalentada o incluso despreciada.
Es importante también reconocer que las percepciones sociales no son estáticas, sino que están en constante evolución. Los cambios en las percepciones sociales pueden ser impulsados por una variedad de factores, incluidos los avances tecnológicos y educativos, la influencia de los medios de comunicación, el liderazgo juvenil y la movilización comunitaria (Morales y Romero, 2024; Moreno et al., 2020). Por ejemplo, campañas de sensibilización sobre la importancia de la participación juvenil o la narración de historias inspiradoras sobre jóvenes que hacen una diferencia en sus comunidades pueden cambiar las percepciones negativas y promover una mayor valoración de la contribución de los jóvenes.
De este mismo modo, es crucial analizar cómo las percepciones sociales interactúan con otros factores contextuales, como los cambios demográficos, los eventos socio-políticos y las dinámicas educativas y laborales. Estos factores pueden influir mutuamente, creando un entorno complejo que moldea la forma en que los jóvenes se involucran en la sociedad. Por ejemplo, un cambio demográfico que aumenta la proporción de jóvenes en la población puede llevar a una mayor atención hacia sus necesidades y preocupaciones, lo que a su vez puede cambiar las percepciones sociales sobre su papel en la sociedad.
Innovaciones tecnológicas
Es fundamental reconocer cómo las innovaciones tecnológicas han transformado la manera en la cual los jóvenes se involucran en la sociedad y participan en la vida comunitaria en Santiago de Cali, así como en la juventud en general. El acceso generalizado a Internet, la proliferación de dispositivos móviles y el desarrollo de plataformas de redes sociales han generado nuevas oportunidades para que los jóvenes se conecten, colaboren y participen en iniciativas cívicas, sociales y políticas. Por ejemplo, las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram les permiten compartir información, organizar eventos, movilizar recursos y amplificar sus voces en asuntos de interés común (Morales y Romero, 2024).
Además, las innovaciones tecnológicas han democratizado el acceso a la información y al conocimiento, lo que empodera a los jóvenes al permitirles acceder a recursos educativos, noticias y datos relevantes para su participación en la sociedad (Arias y Alvarado, 2015). Plataformas como YouTube, Wikipedia y Coursera ofrecen acceso gratuito o asequible a una amplia gama de contenidos educativos, lo que permite a los jóvenes adquirir habilidades y conocimientos que pueden aplicar en sus actividades de participación. Del mismo modo, las aplicaciones de mensajería instantánea y los servicios de correo electrónico facilitan la comunicación y la coordinación entre los jóvenes que trabajan juntos en proyectos o campañas.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios, las innovaciones tecnológicas también presentan desafíos y limitaciones para la participación juvenil en Santiago de Cali. Por ejemplo, la brecha digital puede exacerbar las desigualdades existentes al limitar el acceso de algunos jóvenes a las tecnologías y a las oportunidades asociadas. Los jóvenes de comunidades marginadas o con recursos limitados pueden enfrentar dificultades para adquirir dispositivos electrónicos y acceder a Internet de alta velocidad, lo que puede obstaculizar su participación en iniciativas en línea. Además, la saturación de información y la desinformación en línea pueden dificultar la capacidad de los jóvenes para discernir la veracidad de la información y participar de manera informada en debates y discusiones en línea.
Otro desafío importante es la privacidad y la seguridad en línea, especialmente para los jóvenes que pueden ser vulnerables a la explotación, el acoso o el abuso en línea. La exposición a contenido inapropiado o a interacciones negativas en línea puede tener consecuencias negativas para la salud mental y el bienestar emocional de los jóvenes, lo que puede disuadirlos de participar en actividades en línea o de utilizar las tecnologías digitales de manera activa y productiva.
CONCLUSIONES
El análisis de la participación juvenil en el Distrito Especial de Santiago de Cali pone de manifiesto una intrincada interacción entre múltiples factores que han configurado de manera significativa la naturaleza y el alcance de dicha participación a lo largo del tiempo; los cambios demográficos han demostrado tener un impacto considerable, donde la composición de la población juvenil en términos de género, etnia y nivel socioeconómico ha influido determinantemente en su capacidad y disposición para involucrarse en actividades cívicas y políticas. A su vez, la participación juvenil ha incidido en patrones de migración, fecundidad y mortalidad, evidenciando una relación bidireccional entre la dinámica poblacional y la participación juvenil.
Las percepciones sociales sobre la juventud han jugado un papel crucial en la motivación y disposición de los jóvenes para participar en la vida comunitaria. La manera en que la sociedad percibe a los jóvenes, ya sea como agentes de cambio positivo o como una carga social, influye significativamente en su motivación para involucrarse en actividades cívicas, políticas o sociales. Las transformaciones en las percepciones sociales, impulsadas por eventos históricos, movimientos sociales o cambios culturales, han influido en las expectativas y el apoyo hacia la participación juvenil.
La instauración del Distrito Especial de Santiago de Cali podría tener un impacto trascendental en la dinámica social, política, económica y cultural de la región; comprender cómo los jóvenes se integran en este proceso es esencial para definir su papel y promover un cambio real y equitativo. La juventud de Santiago de Cali ha demostrado una notable capacidad para la movilización y el activismo, pero es necesario un esfuerzo sostenido para garantizar que estos jóvenes dispongan de las herramientas y oportunidades necesarias en pro de influir de manera significativa en los procesos políticos y sociales que afectan sus vidas y comunidades. La integración efectiva de la juventud en el Distrito Especial de Santiago de Cali será crucial para el desarrollo futuro de la región