INTRODUCCIÓN
La educación superior desempeña un papel fundamental en el crecimiento de las personas y las sociedades. En un mundo cada vez más interconectado y competitivo, la calidad de la enseñanza superior se ha convertido en un elemento clave para el éxito personal y profesional (Bracho Fuenmayor, 2024; Condor Campos et al., 2025). Las instituciones de educación superior tienen la responsabilidad de formar profesionales dotados de habilidades prácticas y conocimientos teóricos actualizados, ya que son centros cruciales para generar investigación y desarrollo tecnológico.
Así, la calidad en la educación superior no solo se refiere a la excelencia académica, sino también a la capacidad de las instituciones para adaptarse a los desafíos contemporáneas y promover la diversidad y la inclusión (IESALC/UNESCO, 2023). La diversidad en la educación superior es fundamental para crear un ambiente de aprendizaje rico y justo. Según el estudio de Moreu et al. (2021), las intervenciones de diversidad en entornos educativos deberían centrarse en modificar conductas en lugar de simplemente abordar constructos mentales como los prejuicios. La diversidad no solo enriquece el aprendizaje, sino que también prepara a los estudiantes para operar en un mundo multicultural y diverso.
De esta manera, la educación superior enfrenta numerosos desafíos, desde la financiación y la sostenibilidad hasta la adaptación a nuevas tecnologías y cambios demográficos (Espino Wuffarden et al., 2023; Bracho Fuenmayor, 2023). De ahí que, la educación superior debe enfrentarse a una disminución en el número de estudiantes que ingresan a las universidades. Cabe destacar que, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado las preocupaciones sobre la estabilidad financiera y la salud mental de los estudiantes y el personal académico (Treve, 2021).
En este sentido, las universidades de élite juegan un papel fundamental en la promoción de la calidad en la educación superior. Más allá de su excelencia académica, dichas instituciones destacan por su capacidad para atraer y retener talento de alto nivel. Sin embargo, es crucial que estas universidades también se comprometan con la diversidad y la inclusión para asegurar que todos los estudiantes tengan acceso a oportunidades de aprendizaje de alta calidad (Barrera et al., 2021).
Por lo que, para mejorar la calidad en la educación superior, es necesario identificar y abordar áreas clave de desarrollo. Estas áreas incluyen la mejora de la infraestructura educativa, la formación continua del personal académico, la implementación de tecnologías educativas innovadoras y la promoción de la investigación y la innovación (Alpízar Santana et al., 2023). A su vez, es fundamental que las instituciones de educación superior desarrollen políticas y prácticas que promuevan la equidad y la inclusión, asegurando que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de éxito.
Es por ello que, las reformas educativas juegan un papel fundamental en el mejoramiento de la calidad de la educación superior. Según Eaton (2021), la calidad de la educación superior es crucial para preservar y fortalecer los valores básicos de esta área, como la libertad académica, la autonomía institucional y la responsabilidad social. Igualmente, es importante que las reformas se centren en aumentar la transparencia, la rendición de cuentas y la eficiencia en la gestión de las instituciones educativas. Además, estas reformas educativas deben adaptarse a las cambiantes necesidades de la sociedad y los estudiantes.
Así, la calidad en la educación superior es un pilar fundamental para el desarrollo de los individuos y sus sociedades de referencia. La diversidad, la adaptación a los desafíos, la excelencia de las universidades de élite, el desarrollo en áreas clave y las reformas educativas son elementos esenciales para asegurar que la educación superior continúe siendo un motor de progreso y equidad. Es responsabilidad de todos los actores involucrados en el sistema educativo trabajar juntos para promover y mantener la calidad en la educación superior (Eaton, 2021).
Por otro lado, la evaluación de la calidad en la educación superior se realiza mediante criterios o indicadores de evaluación que se categorizan en dimensiones, las cuales dependen de cada marco de referencia (García Soto et al., 2020).
Ahora bien, la educación superior en los países seleccionados presenta una diversidad significativa en términos de estructura, acceso y calidad. Estos países enfrentan diversos desafíos en su camino hacia la mejora de sus sistemas educativos, destacando la importancia de las universidades de élite, las áreas de desarrollo y las reformas educativas. Tienen en común que poseen sistemas de evaluación de la calidad de la educación superior.
Por su parte, México, ha implementado diversas reformas educativas para mejorar la calidad y la equidad en la educación superior (OECD, 2019). Las universidades de élite, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), son reconocidas a nivel internacional por su calidad académica y su contribución a la investigación. No obstante, los desafíos persisten en términos de financiamiento e infraestructura. Las áreas de desarrollo incluyen la internacionalización de la educación y la integración de tecnologías avanzadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En Brasil, la educación superior se caracteriza por una gran diversidad de instituciones, desde universidades públicas hasta privadas, y una notable expansión en la matrícula universitaria (dos Santos Oliveira y Rothen, 2024). Sin embargo, los desafíos incluyen la desigualdad en el acceso y la calidad de la educación. Las universidades de élite, como la Universidad de São Paulo, juegan un papel crucial en la investigación y el desarrollo, pero es necesario fomentar áreas de desarrollo como la educación a distancia y la inclusión social.
A su vez, Chile ha experimentado una transformación significativa en su sistema de educación superior, con un enfoque en la calidad y la competitividad. Las reformas educativas han buscado mejorar la gestión y la evaluación de las instituciones, promoviendo la diversidad y la inclusión (Molina Domingo y Letelier Larrondo, 2020). Las universidades de élite, como la Universidad de Chile, lideran en áreas de desarrollo como la investigación científica y la innovación tecnológica. Sin embargo, los desafíos incluyen la necesidad de una mayor equidad en el acceso a la educación y la reducción de la segregación socioeconómica.
Por tanto, el objetivo de la investigación es contrastar las dimensiones de la calidad en la educación superior en tres países latinoamericanos: México, Brasil y Chile, mediante un análisis teórico-conceptual basado en una revisión bibliográfica.
MÉTODO
Este estudio empleó un diseño cualitativo, centrándose en la revisión bibliográfica y el análisis de documentos regulatorios para clasificar y comparar las dimensiones de la calidad en instituciones de educación superior. La metodología se dividió en cinco fases.
Una primera fase donde se seleccionaron artículos y documentos relevantes publicados en bases de datos académicas de prestigio, incluyendo Google Scholar, Scopus y Web of Science. Los criterios de inclusión fueron publicaciones en los últimos diez años, que abordaran la temática de la calidad en la educación superior.
La segunda fase consistió en la revisión y clasificación. En ella se revisaron los textos seleccionados para identificar y clasificar las diferentes dimensiones de la calidad. Esta clasificación se basó en criterios de relevancia, frecuencia de aparición y consenso en la literatura.
A continuación, se aseguró la representatividad de los países seleccionados. Se seleccionaron tres países, México, Brasil y Chile, con el fin de garantizar la representatividad de distintas regiones y contextos educativos dentro de América Latina. La selección se basó en criterios de diversidad regional y cultural, modelos educativos diferenciados, marcos regulatorios distintos, relevancia y liderazgo regional, desarrollo educativo y diversidad económica y social. Esta selección permitió una comparación amplia y diversa de las dimensiones de calidad en diferentes contextos, enriqueciendo el análisis del estudio.
Posteriormente, se realizó un análisis comparativo de la presencia de estas dimensiones en los documentos del marco regulatorio de la evaluación de la calidad en las instituciones de educación superior. Para ello, se revisaron las normativas y guías emitidas por organismos reguladores y evaluadores de la educación superior, tanto a nivel nacional como internacional.
Así, se compararon las dimensiones identificadas en la revisión bibliográfica con las presentes en los documentos regulatorios de los tres países seleccionados. Finalmente, se llevó a cabo una síntesis que permitió evaluar la congruencia y las posibles brechas entre la teoría y la práctica regulatoria en la evaluación de la calidad educativa.
RESULTADOS
La calidad en la educación superior es un concepto polisémico y multidimensional. Por una parte, debido a la diversidad de interpretaciones según el contexto y el enfoque que ha ganado relevancia en los últimos años, todo ello como resultado de la creciente competencia global y la necesidad de mejorar los resultados educativos (Clara Zafra y Vega Zárate, 2021); y por otra parte, según González Cruz (2014) la calidad en las instituciones de educación superior “se caracteriza por ser compleja y multidimensional, determinada social e históricamente, transformable en su adaptación a las demandas sociales, integrada a la evaluación en términos de mediciones cualitativas y cuantitativas, en respuesta a la pertinencia y el carácter sostenible” de estas instituciones.
Desde esta perspectiva se trata de identificar, clasificar y organizar las diferentes dimensiones o aspectos que contribuyen a la calidad institucional y esta clasificación permite una mejor comprensión y evaluación de los componentes esenciales que definen la calidad en una institución educativa.
En este sentido, la calidad en la educación superior se refiere a la capacidad de las instituciones educativas para cumplir con los estándares y expectativas establecidos, tanto a nivel nacional como internacional. Según Alcántara Sanatuario (2007) la calidad se relaciona también con la eficacia, eficiencia y satisfacción. Es importante resaltar que, implica también un compromiso constante para lograr los mejores resultados posibles mediante el uso de los mejores recursos y métodos disponibles.
La revisión de la literatura reciente reveló que la calidad en la educación superior es un tema ampliamente discutido y estudiado. Por ejemplo, Acevedo Calamet et al. (2024) analizaron las concepciones de calidad en la educación superior y sus principales componentes, destacando la importancia de la organización, gestión, recursos materiales, ambiente de estudio del centro educativo. A su vez, los estudios de Surdez-Pérez et al. (2018) y Espino Wuffarden et al. (2023) apuntaron hacia una perspectiva externa de la calidad, al señalar que esta se mide en función de la satisfacción de las personas y el valor percibido de los servicios recibidos. En cambio, Flores-Torres et al. (2024) agruparon los indicadores en cuatro dimensiones: Planificación de la calidad, Evaluación de la calidad, Control de la calidad y Mejora de la Calidad, referidas a la perspectiva interna de la calidad desde los procesos de gestión.
Por su parte, Palza Monroy (2021) destacó la importancia de equilibrar la calidad con la cantidad en términos de oferta educativa. En esta investigación se sostuvo que la expansión indiscriminada de la educación superior puede comprometer la calidad si no se acompaña de medidas y políticas adecuadas, lo que enfatiza la necesidad del análisis del contexto de las instituciones de educación superior para la evaluación de la calidad, lo que concuerda con el estudio de Rojas Carrasco et al. (2020) quienes enfatizaron la necesidad de que las instituciones de educación superior fueran capaces de adaptarse a los cambios constantes en el entorno y propusieron un enfoque flexible que permite la innovación y la mejora continua.
El estudio de Baltodano García y Leyva Cordero (2024) sobre los criterios de calidad en México, concluyó que “el personal académico calificado, la evaluación del aprendizaje, la vinculación con la sociedad, la infraestructura de calidad, la gestión administrativa y financiamiento, son aspectos esenciales para garantizar el reconocimiento nacional e internacional de un programa” y por consiguiente de la propia institución.
De esta manera, los estudios de Chunga Pingo et al. (2023) y Hernández Alcaraz et al. (2024) coincidieron en que la responsabilidad social universitaria alienta la mejora formativa de los estudiantes, fortalece el vínculo de la universidad con la comunidad y mejora el perfil, reputación y prestigio de las instituciones de educación superior, contribuyendo así a la calidad educativa con los resultados de los procesos que suceden en la institución de educación superior.
Al respecto, Medina Manrique et al. (2022) propusieron una taxonomía de las dimensiones de la calidad que incluye: Excelencia académica, Infraestructura y recursos, Gestión institucional, Impacto social y económico y Satisfacción del cliente (estudiantes y empleadores).
Por lo que, otro elemento que pudiera incidir en la calidad de la educación superior lo constituyen los rankings internacionales que, si bien aportan diversidad de estrategias y enfoques metodológicos para la evaluación, también contribuyen a replicar asimetrías de poder y prestigio dentro de las regiones y los países (Lloyd y Quintero Lopez, 2023). Estos autores coinciden con Abello Romero et al. (2021) en que los rankings no miden completamente el desempeño universitario y por esta razón se excluyen de la comparación (Mancilla, 2021).
Las descripciones de la calidad expuestas y sus dimensiones facilitan su agrupación en la clasificación, que se muestra en la tabla 1.
Tabla 1. Relación de dimensiones de la calidad en la educación superior.
Dimensiones | Referencias | Indicadores/ criterios tratados | Contenido |
---|---|---|---|
Estructurales | Rojas Gordillo et al. (2023) | Marco institucional y organizativo para el Sistema de aseguramiento de la calidad. Enfoque de gestión estratégica | Relacionada con la estructura, organización académica y administrativa y la infraestructura y recursos materiales. Esta dimensión se justifica por el énfasis que los autores han puesto en la importancia del marco institucional y organizativo, así como los recursos de la institución para garantizar la calidad. |
Verástegui Velásquez (2023) | Sistemas de aseguramiento de la calidad ajustados a estándares nacionales e internacionales | ||
Cisternas Irarrázabal y Bustos Velásquez (2024) | Gestión estratégica, sistema de gestión de la calidad y TIC Procesos de gestión institucional | ||
González Cruz et al. (2018) | La infraestructura y la gestión de recursos que sostiene los procesos universitarios y su desempeño alcanza a toda la institución | ||
Manalo y Apat (2021) | Personal no docente | ||
Baltodano García y Leyva Cordero (2024) | Capital humano, personal académico calificado | ||
Procesuales | Abello Romero et al. (2021) | Enfoque a los procesos misionales | Centrada en los procesos sustantivos de docencia, investigación y extensión. Esta dimensión se refuerza por el enfoque en los procesos sustantivos, su gestión y mejora, que implica integrar resultados de evaluación externa con paradigmas de cambio enfocados en la excelencia, abarcando los procesos universitarios. |
Álvarez Gómez et al. (2021) | la interrelación entre la formación profesional (docencia, investigación y posgrado) y la calidad del aprendizaje. | ||
González Cruz et al. (2023) | Calidad en los procesos sustantivos universitarios | ||
De resultados | Abello Romero et al. (2021) | Énfasis en la evaluación del desempeño | Relacionada con el logro de objetivos y competencias por parte de los estudiantes, la producción científica y tecnológica. |
Condor Campos et al. (2025) | Evaluación permanente de objetivos y resultados | ||
De contexto | Pérez López (2023) | La pertinencia, la calidad y la innovación, como elementos codependientes | Agrupa los indicadores de relación con el sistema educativo nacional, la integración internacional, el impacto social y económico, la responsabilidad social y sostenibilidad. |
Vilca Arana et al. (2024) | Considerar el contexto nacional e internacional, para garantizar la pertinencia y relevancia de la educación superior | ||
Chunga Pingo et al. (2023) Hernández Alcaraz et al. (2024) | La responsabilidad social universitaria fortalece el vínculo de la universidad con la comunidad y mejora el perfil, reputación y prestigio de las instituciones de educación superior. |
Elaboración: Los autores.
La clasificación propuesta proporciona una estructura para organizar y evaluar las diferentes facetas de la calidad en la educación superior. Las dimensiones estructurales y procesuales se refieren a los componentes internos de la institución, mientras que las dimensiones de resultados y contexto abarcan el impacto y la posición de la institución en su entorno más amplio.
Sin embargo, cada país, posee su propio enfoque de estas dimensiones establecidos en sus sistemas de evaluación y acreditación de calidad de instituciones de educación superior. A su vez, estos sistemas constituyen un conjunto de procesos y procedimientos diseñados para evaluar y asegurar la calidad tanto de las instituciones como de sus programas, suelen ser implementados por organismos nacionales o agencias independientes.
Los sistemas de evaluación y acreditación de la calidad de instituciones involucran la Autoevaluación Institucional, la Evaluación Externa, la Acreditación, el Monitoreo y Seguimiento, las Normas y Estándares, y la Mejora Continua. Así, el análisis de las dimensiones de la calidad en cada país debe tener en cuenta su sistema de evaluación y acreditación.
Comparación de las dimensiones de la calidad en la educación superior en México, Brasil y Chile
En la tabla 2 se comparan los sistemas de evaluación y acreditación de cada país seleccionado de forma general, así como la forma en que son agrupados los indicadores y criterios de medida. Estos indicadores y criterios de medida se establecen en los documentos normativos de cada país, considerados el marco de referencia, y forman parte de un proceso continuo de revisión y actualización del sistema de evaluación institucional, en la búsqueda de la mejora de la calidad y eficacia del proceso de evaluación institucional.
Tabla 2. Sistemas de evaluación y acreditación de la calidad de instituciones de educación superior.
Aspecto | México | Brasil | Chile |
---|---|---|---|
Organismo principal | Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (SEAES). Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) | Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Superior (SINAES). Instituto Nacional de Estudios e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (INEP) | Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad (SNACES). Comisión Nacional de Acreditación (CNA) |
Proceso de evaluación | Autoevaluación, evaluación externa, acreditación de programas educativos | Autoevaluación, evaluación externa y del estudiante | Autoevaluación institucional, visitas de pares evaluadores, informe de recomendaciones |
Enfoque | Asegurar el cumplimiento de estándares de calidad y promover la mejora continua | Evaluación del desempeño institucional, cursos y estudiantes; considerar el contexto | Garantizar la calidad educativa y promover la mejora institucional continua |
Herramientas utilizadas | Indicadores de calidad específicos, retroalimentación de expertos | Indicadores de calidad específicos, evaluación contextual | Informe de autoevaluación, visitas de pares evaluadores, estrategias de mejora |
Publicación de resultados | Informes y recomendaciones público internas | Resultados de evaluaciones internas y externas accesibles a las instituciones | Informes públicos con recomendaciones de mejora |
Marco normativo y agrupación de indicadores y criterios de medida de calidad en instituciones de educación superior | Ley General de Educación Superior (2021) define la estructura y los criterios de calidad del Sistema de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (SEAES). La Política Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (2022) proporciona directrices detalladas para la evaluación y acreditación institucional CIEES (2024a) establece un Marco general de evaluación con seis módulos, uno básico obligatorio y cinco que se aplican en dependencia de las funciones declaradas en la IES y su personalidad jurídica. Módulos: Gestión institucional (básico obligatorio), Gestión de la investigación, Gestión de la vanguardia (innovación y transferencia tecnológica), Gestión de la vinculación, Gestión de la internacionalización, y Gestión de la difusión de la cultura y divulgación científica. El marco específico (CIEES, 2024b) es amplio, flexible y versátil por la diversidad y pluralidad de IES. El marco describe: nueve ejes y 29 categorías, 101 indicadores y 101 estándares de calidad, El módulo A (básico o núcleo común tiene 4 ejes, 17 categorías, 59 indicadores y 59 estándares. | Ley N° 10.861 (2004) establece el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Superior (SINAES). CONAES (2004a) establece las directrices para la evaluación de Instituciones de Educación Superior y CONAES (2004b) establece la hoja de ruta para la evaluación institucional. El Decreto Presidencial nº 10.220/2021 establece los criterios y parámetros para el proceso de evaluación y reconocimiento de la calidad de la educación superior. Criterios de evaluación: Estructura organizativa y gestión, Calidad del proceso formativo, Infraestructura física y recursos, Recursos humanos, Responsabilidad social y vinculación con el medio. | Ley 20.129 y Ley 21.091 constituyen el marco legal que regula y establece las normas de aseguramiento de la calidad en la educación superior en Chile. CNA (2022) considera catorce criterios, los que se operacionalizan en cinco dimensiones. Cada criterio cuenta con tres niveles de logro. Dimensiones: Docencia y Resultados del Proceso Formativo, Gestión Estratégica y Recursos Institucionales, Aseguramiento Interno de la Calidad, Vinculación con el Medio, Investigación, Creación y/o Innovación. |
Elaboración: Los autores.
En la tabla 3 se comparan por las dimensiones propuestas los indicadores establecidos en el marco normativo de cada país.
Tabla 3. Comparación de los indicadores por las dimensiones de calidad.
Dimensiones | Indicadores de por dimensiones | Indicadores del marco mexicano | Indicadores del marco brasileño | Indicadores del Marco chileno |
---|---|---|---|---|
Estructurales | Marco institucional y organizativo para el Sistema de aseguramiento de la calidad | Propósitos institucionales | Políticas institucionales | Normativa y gestión institucional |
Enfoque de gestión estratégica | Estructura de gobierno | Estrategias de gestión | Políticas y estrategias institucionales | |
Sistemas de aseguramiento de la calidad ajustados a estándares nacionales e internacionales | Marco jurídico y normativo | Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Superior (SINAES) | Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad | |
Gestión estratégica, sistema de gestión de la calidad y TIC | Planeación y evaluación | Uso de TIC en la gestión de la calidad | Gestión y calidad con apoyo TIC | |
Infraestructura y gestión de recursos | Infraestructura académica | Infraestructura educativa | Infraestructura y recursos | |
Gestión institucional | Estructura administrativa | Estructura organizativa | Estructura y coordinación | |
Personal no docente | Talento humano | Personal administrativo | Personal administrativo | |
Capital humano | Procesos administrativos | Recursos humanos | Recursos humanos | |
Procesuales | Enfoque a los procesos misionales | Gestión de la docencia (pregrado y posgrado) | Procesos educacionales misionales (docencia, investigación y extensión= | Procesos académicos (enseñanza, investigación, vinculación con el medio) |
Interrelación entre la formación profesional (docencia, investigación y posgrado) | Atención a estudiantes | Integración de docencia e investigación | Relación entre docencia e investigación | |
De Resultados | Énfasis en la evaluación del desempeño | Evaluación continua de resultados y objetivos | Evaluación del desempeño estudiantil y docente | Resultados de aprendizaje y desempeño estudiantil |
Evaluación permanente de objetivos y resultados | Evaluación integral de resultados y metas | Evaluación continua y mejora de resultados | ||
De Contexto | Pertinencia, calidad e innovación | Pertinencia y relevancia de los programas educativos | Pertinencia y calidad educativa | Pertinencia y relevancia educativa |
Consideración del contexto nacional e internacional | Contexto social y económico | Análisis del contexto educativo | Análisis del contexto y entorno educativo | |
Responsabilidad social universitaria | Responsabilidad social y compromiso institucional | Compromiso y responsabilidad social | Compromiso social y responsabilidad universitaria |
Elaboración: Los autores.
El estudio del tratamiento de los indicadores permitió identificar que cada uno de los tres países tiene fortalezas particulares en sus sistemas de evaluación de la calidad de la educación superior.
México tiene un sistema robusto y bien estructurado. El Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación incluye organismos como los CIEES (Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior), encargados de la evaluación institucional y programática. Este sistema se centra en garantizar eficiencia, eficacia, transparencia y rendición de cuentas. El país ha logrado expandir su sistema de educación superior para incluir numerosas instituciones públicas y privadas, ofreciendo una diversidad de programas académicos.
El marco evaluativo posterior a 2020 continua su mejora continua. Los CIEES y la Comisión para la Evaluación de la Educación Superior (CENEVAL) han continuado su labor de evaluar instituciones y programas académicos, incorporando nuevas métricas y estándares internacionales. En 2023, México adoptó guías y metodologías más recientes para la autoevaluación y acreditación en modalidad a distancia. El sistema mexicano sigue enfatizando la transparencia y rendición de cuentas, con mayores esfuerzos para asegurar la calidad de los programas educativos en un entorno globalizado.
Por su parte Brasil cuenta con la Comisión Nacional de Evaluación de Educación Superior (CONAES) que supervisa el Sistema Nacional de Evaluación de la Educación Superior (SINAES), un marco integral que abarca tanto evaluaciones cualitativas como cuantitativas de las universidades. Se destaca por buscar transparencia en el proceso evaluativo y la armonización de criterios para asegurar calidad en toda la infraestructura educativa. Esto incluye la Evaluación y Acreditación de cursos y programas tanto a nivel nacional y regional. La Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (CAPES) implementó nuevas evaluaciones cuatrianuales para programas de maestría y doctorado posterior al año 2020.
Chile tiene el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad, un sistema fuerte y continuado desde 1990, con la creación de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y la implementación de normativas legislativas robustas. El marco chileno destaca por su adaptación continua y perfeccionamiento, respondiendo a nuevas demandas y asegurando una supervisión exhaustiva de la calidad educativa (Molina Domingo y Letelier Larrondo, 2020). El sistema chileno hace énfasis en el compromiso y la responsabilidad social, subrayando la importancia del impacto institucional en la sociedad. En 2018, la Ley 21.091 estableció un nuevo sistema de aseguramiento de la calidad, con enfoque en la autonomía educativa y el uso de tecnologías avanzadas. En 2020, se implementaron nuevas políticas para enfrentar la crisis sanitaria.
DISCUSIÓN
En la tabla 1 puede observarse que la mayor cantidad de criterios son aportados por la dimensión estructural, este resultado coincide con la conclusión de la investigación sobre calidad en la educación superior de Villanueva et al. (2024) que concluye que la mayoría de las publicaciones se centra en aspectos institucionales de gestión de la calidad de la educación superior y es un elemento de esta dimensión. Esto refleja la importancia de contar con un marco institucional robusto y bien definido para garantizar la calidad educativa.
Los tres países tienen organismos principales dedicados a la evaluación y acreditación de la calidad educativa: México el Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (SEAES), liderado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Brasil el Sistema Nacional de Avaliação do Ensino Superior (SINAES), coordinado por el Instituto Nacional de Estudios e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (INEP) y Chile el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad (SNACES), encabezado por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). La similitud en los nombres de estos organismos sugiere una tendencia hacia la estandarización de los sistemas de evaluación en la región.
En cuanto al proceso de evaluación los tres países implementan procesos similares de evaluación: Autoevaluación, Evaluación externa y la Acreditación de programas educativos e instituciones para la verificación del cumplimiento de estándares de calidad. Sin embargo, hay algunas diferencias sutiles en el énfasis y enfoque de estos procesos: Brasil destaca explícitamente la consideración del contexto, México se centra más en asegurar el cumplimiento de estándares y promover la mejora continua y Chile aborda una gama completa de criterios relacionados con diferentes dimensiones de la calidad.
En el enfoque y herramientas utilizadas, el enfoque general es similar en los tres países. México y Chile se centran en garantizar la calidad y promover la mejora continua y Brasil añade un enfoque adicional de evaluación del desempeño institucional, cursos y estudiantes. Las herramientas utilizadas son variadas, pero incluyen indicadores específicos de calidad, retroalimentación de expertos, informes de autoevaluación y visitas de pares evaluadores.
Los marcos normativos varían en complejidad y detalle. México tiene un marco específico amplio con nueve ejes, 29 categorías, 101 indicadores y 101 estándares, Brasil establece criterios basados en estructura organizativa, calidad formativa e infraestructura física y Chile utiliza catorce criterios operacionalizados en cinco dimensiones, enfocándose en docencia, gestión estratégica y vinculación con el medio. Es notable la diversidad en la estructuración de estos marcos, lo cual refleja las particularidades de cada sistema educativo nacional.
Diferencias y convergencias de los sistemas
Aunque los sistemas de evaluación y acreditación son bastante similares, cada país ha optado por enfocarse en aspectos específicos: México en el cumplimiento de estándares y mejora continua, Brasil en el análisis contextual y Chile en los criterios relacionados con diferentes dimensiones de la calidad. Esta diversidad refleja la adaptación a las necesidades específicas de cada país, pero también muestra una tendencia hacia la convergencia de prácticas y enfoques en la región, posiblemente debido a la colaboración internacional.
El sistema chileno destaca por su estructura abarcadora y bien definida, con un enfoque robusto en la evaluación externa y la consideración explícita de la responsabilidad social y vinculación con el medio. Además, Chile lleva más tiempo implementando sistemas de evaluación, lo que sugiere una mayor madurez en este proceso.
Para mejorar los sistemas de evaluación, se sugiere:
Mayor énfasis en la transparencia y accesibilidad de los resultados.
Implementación de tecnologías de la información y comunicación (TIC) para facilitar el proceso de evaluación y su seguimiento.
Fomentar una cultura de mejora continua y calidad en la educación superior.
Es importante destacar que estos resultados se basan en la comparación de documentos normativos y no reflejan necesariamente la práctica real de la evaluación en cada país. Una investigación más profunda sería necesaria para confirmar estas observaciones y obtener una visión más completa de la situación real en cada país.
En resumen, México, Brasil y Chile han desarrollado marcos institucionales sólidos para el aseguramiento de la calidad educativa, con similitudes en la estructuración de sus sistemas, pero con diferencias en la profundidad y complejidad de los mismos. La tendencia hacia la convergencia de prácticas y enfoques sugiere un compromiso compartido con la mejora continua y la calidad en la educación superior.
CONCLUSIONES
La calidad en la educación superior es un concepto complejo que implica la capacidad de las instituciones para cumplir estándares nacionales e internacionales, adaptarse a desafíos contemporáneos y promover diversidad e inclusión. En este sentido, existe una notable uniformidad en los temas abordados por los marcos de calidad de los tres países, lo que sugiere una creciente estandarización e internacionalización en la evaluación de la educación superior. La presencia de elementos específicos y contextuales en cada marco muestra que, además de la estandarización, los países también buscan adaptarse y responder a sus realidades y necesidades particulares.
Así, la evaluación continua de los objetivos y resultados ilustra un compromiso compartido con el progreso y la rendición de cuentas dentro de las instituciones de educación superior y pone en evidencia el énfasis en la mejora continua. Por lo que se evidencia la comparación de los sistemas de educación superior en México, Brasil y Chile, encontrando que cada país enfrenta desafíos únicos en calidad educativa, las universidades de élite juegan un rol crucial y es fundamental implementar reformas que mejoren la equidad y la inclusión.
Se destaca que, Chile parece tener una evaluación de la calidad de las instituciones de educación superior más robusta debido a su temprana implementación y el perfeccionamiento continuo de su Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad. El énfasis en la responsabilidad social, cobertura amplia, y adaptación a nuevas demandas hacen del sistema chileno uno de los más fuertes de la región.
En general, los tres países demuestran su compromiso con la calidad de la educación superior en el esfuerzo de adaptar y actualizar sus marcos de evaluación post 2020, manteniéndose alineados a estándares internacionales. Es por ello que, las recomendaciones finales, basadas en el análisis comparativo van dirigidas al desarrollo de políticas que promuevan la mejora continua, el fomento a innovación tecnológica, el aseguramiento de la equidad en el acceso a la educación superior y el mantenimiento de un compromiso constante con la calidad educativa