Introducción
Hablar de familia, en la actualidad, es hablar de un núcleo sanguíneo que se ha visto disuelto y afectado por el sistema de la globalización ya que existen muchas familias disfuncionales, familias separadas o simplemente familias monoparentales que viven envueltos de violencia y agresiones que afectan el desarrollo emocional de cada uno de sus miembros. Es lamentable, visualizar en los diferentes medios de comunicación, el constante maltrato que reciben las mujeres por parte de su cónyuge o conviviente dándose este patrón de manera continua en las familias.
El propósito de este estudio fue establecer de qué manera se relaciona el clima social familiar y la violencia de pareja en mujeres asistidas en una Demuna de Lima Sur, Perú. En dicha entidad se auxilia y protege a mujeres que son agredidas de forma física, psicológica y verbal ya que viven en un hogar de abuso, angustia y crisis emocional. Es frecuente que se aproximen a la institución, mujeres que han sido agredidas por sus parejas debido a que el clima familiar es hostil ocasionando en sus vidas: miedo, temor, inseguridad, baja autoestima y la ausencia de sentido en su vida, ya que por mucho tiempo han sido receptoras de insultos, humillaciones, golpes y hasta llegando, en ocasiones, a finalizar su vida a través del feminicidio.
En la actualidad, la violencia de género es una preocupación social que ha afectado a todo el sistema y desmembrados hogares. En cuanto a la variable, clima social familiar, Fosco & Ryzin (2016) afirman que es el efecto de la convivencia de los miembros de la familia originándose con el crecimiento y desarrollo armonioso de cada integrante del hogar. Toda familia debe entablar lazos de unión, amor y protección entre sus miembros ya que es fundamental que se viva una trasparencia y un clima pacifico en la familia, a pesar de las diversas adversidades que surjan, para que la convivencia hostil disminuya poco a poco y el desarrollo integral entre miembros se incremente. De igual manera, Gafney et al. (2019) establecen que surge cuando en el hogar fluye un ambiente ameno y armonioso cuyos integrantes viven pendientes el uno por el otro, haciendo que las situaciones difíciles se conviertan en resoluciones asertivas y proactivas por medio de conciliaciones. Asimismo, Moos y Trickett (1982, como se cita en Isaza y Henao, 2012) mencionan que existen tres (3) componentes en el clima social familiar: estabilidad, desarrollo y relaciones, y son elementos que ayudan a conocer si se vive en un buen o mal ambiente familiar, núcleo de crecimiento integral del individuo. Cuando el niño está sometido a una familia agresiva, ocasiona dureza, ausencia de sensibilización y un futuro hogar disfuncional y conflictivo, por lo cual Gázquez et al. (2011) afirman que las interrelaciones y la convivencia con tu alrededor es un aprendizaje siendo la familia el protagonista especial por formar parte del desarrollo humano. Si los miembros de una familia actúan de manera violenta entonces se originará un hogar violento y son los padres los que deben sembrar un ambiente de armonía ya que son los formadores de vida de sus descendientes.
Es lamentable que existan hogares muy violentos ya que ese testimonio de vida será visto por sus integrantes y se originará de manera inconsciente futuras familias agresivas cuyo clima familiar será destructivo. De igual modo, Vargas (2021) asevera que es el estilo cómo se organiza la familia y el control que algunos miembros poseen sobre los otros como parte del desarrollo y estabilidad familiar. Es por ello que García (2005) afirma que es importante que prevalezca una organización familiar estableciendo normas o acuerdos de convivencia los cuales ayudaran a mantener un sólido hogar respetándose unos a otros y desvaneciéndose todo tipo de agresividad. Finalmente, Sáez et al. (2021) manifiestan que para que un hogar posea un ambiente armonioso debe estar desligado de la falta de respeto, la humillación, el sometimiento y la agresividad en todas sus manifestaciones entre los integrantes. Es necesario establecer lazos de armonía y crecimiento entre toda la familia solo así se podrá mantener una sólida unión entre todos ayudándose y estando pendiente el uno con el otro en toda su magnitud.
Igualmente, en cuanto a la variable: Violencia de pareja, Vivanco et al. (2015) expresan que cuando la pareja se siente controlada y asediada de manera negativa por su propia pareja demostrando un control y manipulación sintiéndose incapaz de defenderse es ahí que se vive la violencia en la pareja. Ese tipo de convivencia hostil hace que la mujer se sienta insegura y se someta a actos agresivos por el temor de que sus hijos o familia puedan también salir lastimados. Un estudio en México, Zuñiga (2020) manifiesta que en ese país la violencia es vista como la manera idónea para resolver conflictos. Por ejemplo, los hombres son agredidos por algo que realizan o por el territorio en el que están; por el contrario, las mujeres son agredidas porque simplemente son mujeres. Asimismo, Muñoz y Echeburúa (2016) sostienen que son comportamientos frecuentes de maltrato y agresiones físicos, verbales y psicológicos, en una pareja y en ocasiones pasa desapercibida porque puede confundirse con manifestaciones de “afecto” como es tener el dominio de las redes sociales, Además, Vargas (2021) afirma que es la organización de la familia y el grado de control que debe poseer de modo normal algunos integrantes de la familia sobre los demás.
También, Pérez et al. (2020) aseveran que cuando algunos participantes de la familia establecen normas y control sobre los demás de manera conciliadora y con acuerdos, se está construyendo una organización familiar. Se visualiza que la mayoría de familias que viven una violencia extrema son portadores de una imagen negativa para las futuras familias de sus descendientes estableciéndose así una cadena que repercute no solo en la familia violentada sino también en toda la sociedad. De igual manera, Martin y Martínez (2020) expresan que es el actuar negativo y atemorizador del conyugue o conviviente para someter a su pareja haciendo uso de la fuerza y ocasionando daño no solo a su pareja sino a todos los integrantes desvaneciéndose la relación y fomentando un hogar agrio y tenebroso.
Al respecto, Cuervo et al. (2016) establecen que cuando una pareja presiona dominio sobre el otro, es porque el agresor fundamenta que su conviviente no actúa o no tiene la línea de pensamiento y de comportamiento del agresor. Es común que la víctima se sienta menospreciada y desvalorizada porque su atacante la trata agresivamente y vulnera todos sus derechos existiendo una convivencia inestable. De esta manera, la mujer actúa sumisamente y por su baja autoestima, acepta vivir con violencia denigrándose poco a poco como ser humano.
Esta investigación se realizó para conocer la relación entre el clima familiar y la violencia por sus parejas ya que el origen es el clima negativo rodeada de temor, humillación, coerción, desequilibrio emocional y mucha frustración, y así hallar recomendaciones que solucionen el dilema personal y familiar, es decir, plantear propuestas de solución para el clima social familiar de las victimas agredidas y a la vez fomentar recursos que manifiesten un armonioso y pacifico hogar.
Desarrollo
Es una investigación de tipo básica cuyo fin es indagar e investigar sustentos teóricos y conceptos que serán el soporte de la investigación. Presenta un diseño no experimental porque no existe manipulación alguna de la variable, y, es de tipo transversal porque se da en un momento y área definida. (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018). De igual modo, es de enfoque cuantitativo porque se recopila datos debido a la aplicación de dos (2) encuestas dirigidas a féminas que sufren violencia por parte de su pareja siendo asistidas en la DEMUNA de Lima Sur. Según Hernández et al. (2018), esta investigación es de nivel descriptivo correlacional porque se asocia la variable clima social familiar con violencia de pareja en mujeres que se auxilian en una Demuna.
Población y Muestra
La población y muestra de estudio fue de doscientas noventa (290) mujeres que están recibiendo ayuda o asistencia en una Demuna de Lima Sur y se tomó toda la población por lo que es una muestra censal. Se seleccionaron los instrumentos que recolectaron información para medir las variables: Clima social familiar (Moos, 1991) y el Cuestionario de Violencia entre novios (Rodríguez Franco et al., 2017). Este estudio fue realizado en noviembre del 2023 aplicándose las dos (2) encuestas a través del Google Form siendo los datos vaciados en el software SPSS 29.
Resultados
Se puede visualizar en la Figura 1, que el clima social familiar es negativo con el cincuenta y cinco por ciento (55%) y es regular el cuarenta y cinco por ciento (45%). Asimismo, el resultado en sus tres dimensiones resalta de manera negativa la estabilidad familiar con ochenta y uno por ciento (81%) por lo cual se puede concluir que las familias no son estables y que prima una inseguridad en sus relaciones y convivencia.

Nota: Acorde a la Figura 1, la estabilidad familiar es la más débil por lo que es necesario entablar recursos o técnicas para los integrantes de familia que los lleven a sembrar un soporte estable entre sus miembros.
Figura 1 Variable: Clima Social Familiar y sus dimensiones
En la Figura 2, la violencia de pareja en mujeres se da al noventa y seis por ciento (96%), es decir, la agresión de la pareja es continua y muy frecuente. En cuanto a las dimensiones, la violencia verbal tiene mayor predominancia con noventa y siete por ciento (97%); seguido de la dimensión Humillación con el setenta y dos por ciento (72%).
En la Figura 3, se visualiza que las mujeres que viven en el área rural son víctimas de su pareja al cincuenta y dos por ciento (52%), mientras quienes viven en el área urbana son víctimas al cuarenta y ocho por ciento (48%). En suma, se constata que existen más víctimas en el área rural que están siendo violentadas por sus parejas.

Nota: Prevalece la violencia en mujeres que han nacido en el área rural, es decir, son provenientes del campo viviendo con frecuencia agresiones.
Figura 3 Violencia en mujeres acorde a su área de natalidad geográfica
En la Figura 4, se visualiza que las mujeres que han estudiado el nivel secundario son víctimas de violencia de parte de su pareja al veinte y nueve por ciento (29%), mientras que el veinte y seis por ciento (26%) pertenece al nivel superior, es decir, las mujeres con profesiones universitarias o técnicas son agredidas por su pareja o conyugue siendo esta situación de impacto ya que son las mujeres con mayor preparación académica las que sufren de violencia por parte de sus parejas.
Conclusiones
En conclusión, la violencia en parejas se debe a la existencia de un clima social familiar agresivo, es decir, las mujeres soportan un ambiente hostil, plegado de humillaciones, de insultos, de peleas, de agresiones en todas las dimensiones evidenciándose una baja autoestima en las victimas y originándose hogares disfuncionales y agresivos cuyos hijos e hijas también serán actores o pasivos de dichas situaciones en sus futuras familias por el anti testimonio enmarcado por sus progenitores.
Conforme al estudio, el coeficiente Rho de Spearman = 0.792 que indica relación entre las variables, con un ρ = 0.027 (ρ < 0.00) evidenciando relación significativa. Este estudio demuestra que la violencia verbal es la que prevalece siendo alta con noventa y siete por ciento (97%) y es negativo la estabilidad familiar con el ochenta y uno por ciento (81%).
Es indispensable que surja, desde este estudio, la planificación de talleres psicológicos y emocionales en las mujeres víctimas de violencia y también en sus hijos que han sido los tristes espectadores de dicha situación. Asimismo, plantear proyectos de micro empresa para que sean emprendedoras y tengan solvencia económica para enfrentar al mundo de manera independiente y segura de sí misma.
En el caso de las mujeres con educación superior deben realizar talleres de autoestima ya que son capaces cognitivamente, pero son débiles en el sector de autovaloración por lo que deben pasar por un proceso de valorarse y quererse para que nadie la humille o agreda desmoralizándola en todas las dimensiones de su vida. Es importante convivir en un hogar o ambiente sano, pacifico, de ayuda mutua porque es ahí donde se forma la personalidad del niño y no se puede ser un espejo lleno de controversias y de anti testimonio con los integrantes de la familia.
















