INTRODUCCIÓN
Existe una gran necesidad de la formación de los jóvenes en emprendimiento, debido a factores como el crecimiento demográfico de los jóvenes, el incremento de desempleo en múltiples países y aspectos cambiantes del mercado laboral y la economía debido a la evolución tecnológica son solo algunas razones por los cuales es crucial equipar a las futuras generaciones con habilidades y mentalidades emprendedoras que les permitan adaptarse a un mundo en constante cambio. Además, se debe promover la educación de individuos resilientes y dispuestos a aprender de manera continua, lo que les permite hacer frente a los desafíos sociales, económicos y ambientales que enfrenta el mundo (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [Unesco] 2021). En ese sentido es fundamental comprender la intención emprendedora es fundamental ya que se considera un factor clave para que los individuos se conviertan en empresarios (Mensah et al., 2021).
En Europa se presentan pocas oportunidades laborales, gran cantidad de personas ven el autoemplearse como una oportunidad frente a las dificultades laborales y el desempleo. Por otro lado, diversos informes oficiales, tanto nacionales como internacionales, revelaron altos niveles de abandono de emprendimientos en los primeros años desde su inicio. Por lo tanto, es crucial desarrollar proyectos educativos que promuevan emprendimiento y fortalezcan en habilidades de emprendimiento desde una perspectiva global (Palomares et al., 2019). Se toma en cuenta que los universitarios presentan la intención de emprender, pero desconocen de las estrategias. Esto se debe a que iniciar un negocio demanda una variedad de habilidades y competencias específicas, las cuales varían según el tipo de empresa que se quiera establecer (Bakkar et al., 2021).
En Perú, se encontró que el grado de predominio en la intención emprendedora es de acuerdo a la universidad, se revela que en instituciones privadas hay un mayor predominio del 33.3% con nivel alto, mientras que en universidades públicas se registra una mayor preeminencia del 42.4% de nivel medio. Además, el aspecto personal incide de manera significativa en la disposición para emprender de los estudiantes, y que lo fundamental son las características de destreza, habilidad y capacidad que deben poseer y cultivar eficientemente para llevar a cabo un negocio (Lloja et al., 2021).
Como antecedentes de la investigación, se encuentra la de Justice y Moses (2023) quienes realizaron un estudio en el que descubrieron que la educación empresarial mostraba una relación significativa con las destrezas emprendedoras. Además, hallaron una relación positiva entre el sexo y las habilidades empresariales. Asimismo, se evidenciaron diferencias significativas entre los géneros en cuanto a las habilidades empresariales y la disposición o intención hacia el emprendimiento.
Por su parte, Costa et al. (2022) encontraron una correlación directa y significativa de la intención emprendedora y tres de los factores considerados: norma subjetiva, control conductual percibido y educación emprendedora. Las conclusiones del estudio implican que las diferentes organizaciones asociadas a la promoción y desarrollo del emprendimiento deben adoptar una estrategia conjunta para estimular actitudes y comportamientos, implementando programas educativos que potencien el espíritu emprendedor.
En otro estudio, Aparicio et al., (2021) destacaron la relevancia del conocimiento y habilidades personales necesarios para que los universitarios puedan iniciar un negocio. Además, se subrayó la importancia crucial de la autoconfianza, la cual actúa como un pilar de orientación y apoyo para fomentar una actitud positiva y una resistencia adecuada para desarrollar la disposición emprendedora en los estudiantes.
En el contexto nacional, Lloja et al. (2021) encontraron que el factor personal juega un papel predominante en la disposición emprendedora de universitarios. Asimismo, las actitudes y las habilidades empresariales, tales como las capacidades para la identificación, planificación, implementación y conversión de problemas en oportunidades, son cruciales para el éxito de los emprendedores.
La teoría de la intención de emprendimiento se sustenta en el comportamiento planificado (Ajzen, 1991). Esta ha sido una de las teorías más utilizadas para explicar el emprendimiento intención (Zaremohzzabieh et al., 2019). Por lo que la intención emprendedora se presenta como un indicador fundamental del compromiso para iniciar una empresa, ya que dicho compromiso puede ser difícil de detectar directamente o puede implicar desfases temporales impredecibles. Asimismo, la actitud emprendedora que exhibe un estudiante (conocida como espíritu empresarial) puede ser reconocida mediante su interés y disposición para participar en acciones y programación de emprendimientos que se desarrollen en una institución universitaria (Mardzuki et al., 2018).
La palabra emprendimiento presenta origen en el término francés entrepreneur y está referido a una actividad que involucra diversos factores sociales, personales, culturales, políticos y económicos que, al combinarse, pueden afectar la disposición de las personas para iniciar proyectos (Durán & Arias, 2015). Así mismo, el emprendimiento implica la plena confianza de una persona en su proyecto, respaldada por las herramientas y habilidades necesarias para llevarlo a cabo, las cuales están vinculadas con la elaboración de valor a través del aprovechar las oportunidades, además de ideas de innovación (López et al., 2021).
El término emprendimiento se ha utilizado en diversas formas, como factores empresariales, funciones, iniciativas y comportamientos empresariales e incluso y se establece como espíritu empresarial. Por otro lado, según el análisis socio histórico conceptual, el emprendimiento se establece como una respuesta que emerge cuando la sociedad enfrenta períodos de problemas críticos. Por lo tanto, es crucial el reconocimiento del emprendimiento en el progreso económico mediante la innovación, ya que, en lo que se espera económicamente en el siglo XXI, la innovación se ha convertido en factor de competencia relevante (Weiers, 2014). En consecuencia, lo que distingue al emprendedor es su capacidad para iniciar cambios y crear oportunidades de negocios, convirtiéndose en un componente fundamental de los procesos socioeconómicos. No obstante, la comprensión y descripción del emprendimiento pueden abordarse desde diferentes enfoques de investigación (Ávila Angulo, 2021).
En el origen de la innovación, como emprendimientos, conocimientos, innovación y desarrollos económicos están interrelacionados en un proceso dinámico y dialógico que responde a las demandas de un mundo en constante cambio y a una economía en rápida evolución. Esto requiere que las organizaciones y personas desarrollen continuamente nuevas competencias, habilidades y destrezas para los productos, servicios y tecnologías innovadoras. Por lo tanto, el proceso de adquisición del conocimiento necesario para emprender novedosos negocios es aprendizaje constante tanto para quienes emprenden en ciernes como los procesos de establecimiento de sus empresas (Aldrich y Yang, 2014).
La intención para emprender una empresa, se origina con la convicción de una persona en iniciar y desarrollar su propia empresa, influenciada por su estado mental que la impulsa hacia esta acción para alcanzar sus metas (Morales y Medina, 2021; Esfandiar et al., 2019). Del mismo modo, la intención emprendedora corresponde a un estado de la mente que guia a los individuos a emprender negocios (Rubio y Lisbona, 2022). En ese sentido, la esencia de emprender reside en la competencia empresarial. Los jóvenes tienen la capacidad de desarrollar y fortalecer ambas a través de la formación en negocios (Zdolsek y Sirec, 2021).
Para el desarrollo de la intención emprendedora, es necesaria la educación emprendedora que, ha despertado un gran interés en los últimos años, convirtiéndose en la tendencia educativa a niveles globales. Esto ha llevado a promover su implementación desde la educación primaria hasta la universitaria en algunos países. La educación para el emprendimiento podría ser vista como un enfoque educativo que busca aumentar la disposición y capacidad emprendedora de los estudiantes, contribuyendo a su desarrollo integral en áreas como la creatividad, la innovación, la autonomía, el liderazgo, la solidaridad y la cooperación, más allá de simplemente fomentar el crecimiento de labores, sociales y económicos (Azqueta & Naval, 2019). El desarrollo de las capacidades de los estudiantes es fundamental para el emprendimiento y su incorporación al modelo de transferencia de conocimiento de la universidad (Blanco et al., 2023).
Los enfoques con factores personales y contextuales permiten generar una visión más completa de las interacciones entre elementos que pueden influir en el comportamiento empresarial (Liñán y Fayolle, 2015). Por ello es necesario realizar estudios que se centran en factores personales y tendieron a estimar la relación entre la influencia de factores como el género en la intención emprendedora (Contreras-Barraza et al., 2021). En concreto, los enfoques con factores personales y contextuales permiten generar una visión más completa de las interacciones entre elementos que pueden influir en el comportamiento empresarial (Blanco et al., 2023).
Las dimensiones de la intención emprendedora son: La educación para el emprendimiento es, por excelencia, un campo para el avance y desarrollo de las sociedades, un detonante del crecimiento económico, la cohesión social, el éxito organizacional y la realización personal (Jardim, 2021). Así mismo, la educación desempeña un papel fundamental en las economías globales al capacitar a las personas para contribuir al desarrollo socioeconómico de las regiones. La dimensión intención, como concepto clave, es fundamental en el deseo de los involucrados de establecer una empresa, siendo reconocida como el predictor más sólido del acto emprendedor. La dimensión el control se considera esencial para la transformación y el progreso óptimo frente a los desafíos económicos actuales. La dimensión actitud se refiere al conjunto de percepciones que influyen en el comportamiento de un individuo durante un período específico. La dimensión las normas subjetivas están relacionadas con la percepción que tienen las personas que se encuentran cerca al individuo sobre su decisión de emprender de manera independiente (Usman y Yennita, 2019).
Tomando en cuenta lo antes señalado, el propósito del estudio fue identificar los factores asociados a la intención emprendedora de los estudiantes de administración de una universidad.
METODOLOGÍA
El estudio se realizó dentro de un enfoque cuantitativo, diseño no experimental, población de 312 universitarios y mediante un muestreo no probabilístico intencionado se contempló una muestra de 201 estudiantes de administración de una universidad, pertenecientes al 5to y 6to ciclo de la carrera universitaria.
La técnica fue la encuesta y el instrumento de intención emprendedora presentó 21 ítems con las dimensiones de educación (6 ítems), dimensión intención (4 ítems), dimensión control (4 ítems), la dimensión actitud (4 ítems), dimensión normas (3 ítems), con validación de constructo de KMO de 0.792 y p< 0.000 siendo significativo y una confiabilidad de 0.880 (Morales y Medina, 2021).
RESULTADOS
Se realizaron los resultados descriptivos e inferenciales de intención emprendedora y dimensiones.
En la Tabla 1, se evidenció que la intención emprendedora de los estudiantes de administración, con un 32.3% de nivel bajo, un 50.7% medio y el 16.9% alto. En la dimensión educación de la intención emprendedora, el 33.8% con niveles bajo, el 45.8% medio y el 20.4% alto. En la dimensión intención, el 36.3% de nivel bajo, el 58.2% de nivel medio y el 5.5% de nivel alto. En la dimensión control, el 34.8% de nivel bajo, el 56.7% de nivel medio y el 8.5% de nivel alto. En la dimensión actitud, el 36.8% de nivel bajo, el 53.2% de nivel medio y el 10% alto y en la dimensión normas, el 30.8% de nivel bajo, el 51.7% de nivel medio y l 17.4% de nivel alto.
Tabla 1 Descriptivos de la intención emprendedora en estudiantes de administración
Niveles | Bajo | Medio | Alto | Total | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
f | % | f | % | f | % | f | % | |
Intención emprendedora | 65 | 32.3 | 102 | 50.7 | 34 | 16.9 | 201 | 100 |
Educación | 68 | 33.8 | 92 | 45.8 | 41 | 20.4 | 201 | 100 |
Intención | 73 | 36.3 | 117 | 58.2 | 11 | 5.5 | 201 | 100 |
Control | 70 | 34.8 | 114 | 56.7 | 17 | 8.5 | 201 | 100 |
Actitud | 74 | 36.8 | 107 | 53.2 | 20 | 10.0 | 201 | 100 |
Normas | 62 | 30.8 | 104 | 51.7 | 35 | 17.4 | 201 | 100 |
En la Tabla 2, los estudiantes de administración menores de 20 años presentaron un 13.9% de nivel bajo, el 3.5% de nivel medio y el 0.5% de nivel alto; los estudiantes de 21 a 25 años presentaron un 18.4% de nivel bajo, el 45.8% de nivel medio y el 13.4% alto; los estudiantes mayores de 26 años, presentaron 1.5% de nivel medio y 3% de nivel alto.
Tabla 2 Intención emprendedora según edad
Intención emprendedora | Total | ||||
---|---|---|---|---|---|
Bajo | Medio | Alto | |||
Edad | Menor de 20 años | 28 | 7 | 1 | 36 |
13,9% | 3,5% | 0,5% | 17,9% | ||
De 21 a 25 | 37 | 92 | 27 | 156 | |
18,4% | 45,8% | 13,4% | 77,6% | ||
Mayor de 26 | 0 | 3 | 6 | 9 | |
0,0% | 1,5% | 3,0% | 4,5% | ||
Total | 65 | 102 | 34 | 201 | |
32,3% | 50,7% | 16,9% | 100,0% |
En la Tabla 3, los estudiantes de administración de sexo femenino presentaron un 31.3% de nivel bajo, el 16.4% de nivel medio y los estudiantes de administración de sexo masculino el 1% de nivel bajo, el 34.3% de nivel medio y el 16.9% de nivel alto.
Tabla 3 Intención emprendedora según sexo
Intención emprendedora | Total | ||||
---|---|---|---|---|---|
Bajo | Medio | Alto | |||
Sexo | F | 63 | 33 | 0 | 96 |
31,3% | 16,4% | 0,0% | 47,8% | ||
M | 2 | 69 | 34 | 105 | |
1,0% | 34,3% | 16,9% | 52,2% | ||
Total | 65 | 102 | 34 | 201 | |
32,3% | 50,7% | 16,9% | 100,0% |
En la Tabla 4, los estudiantes de administración que proceden de instituciones educativas públicas en su educación básica regular presentaron un 28.9% de nivel bajo, el 11.4% e nivel medio y los estudiantes de administración que proceden de instituciones educativas privadas en su educación básica regular, presentaron un 3.5% bajo, el 39.3% de nivel medio y el 16.9% de nivel alto.
Tabla 4 Intención emprendedora según institución educativa de procedencia
Intención emprendedora | Total | ||||
---|---|---|---|---|---|
Bajo | Medio | Alto | |||
Institución educativa de procedencia | Pública | 58 | 23 | 0 | 81 |
28,9% | 11,4% | 0,0% | 40,3% | ||
Privada | 7 | 79 | 34 | 120 | |
3,5% | 39,3% | 16,9% | 59,7% | ||
Total | 65 | 102 | 34 | 201 | |
32,3% | 50,7% | 16,9% | 100,0% |
En cuanto al análisis inferencial de factores asociados a la intención para emprender de los estudiantes de administración se obtuvo el siguiente resultado:
En la Tabla 5, la intención emprendedora de los estudiantes de administración, se encuentran asociados al sexo, edad y la procedencia de educación básica regular, demostrando con la prueba de Chi-cuadrado x2 = 56,488a, 103,757a y 100,996a de forma respectiva; así mismo se evidenció significancia de p< 0.05; comparando se logró aceptar la hipótesis alterna y se rechazó la hipótesis nula, encontrando que el sexo, la edad y la institución educativa de procedencia están asociados a la intención emprendedora en los estudiantes de administración de una universidad.
DISCUSIÓN
Luego del procesamiento de resultados, se encontró que, la intención emprendedora de los estudiantes de administración se encuentra asociadas a los factores de sexo, la edad y la institución educativa de procedencia.
En cuanto al factor personal edad, se encontró que los estudiantes de 21 a 25 años presentaron mayores niveles de intención emprendedora con un 18.4% de nivel bajo, el 45.8% de nivel medio y el 13.4% de nivel alto, siendo similar al estudio de Lloja et al. (2021) encontraron que el aspecto personal incide de manera significativa en la disposición emprendedora de los estudiantes universitarios, y que lo fundamental son las destrezas, habilidades y capacidades que poseen y cultivan eficientemente para llevar a cabo un negocio. Del mismo modo, Lloja et al. (2021) encontraron que el factor personal juega un papel predominante en la disposición emprendedora de los estudiantes universitarios. Asimismo, las actitudes y las habilidades empresariales, tales como las capacidades para la identificación, planificación, implementación y conversión de problemas en oportunidades, son cruciales para el éxito de los emprendedores.
En el factor personal sexo, los estudiantes de administración de sexo masculino presentaron mayores niveles de intención emprendedora, con 1% de nivel bajo, el 34.3% de nivel medio y el 16.9% de nivel alto. Es similar al estudio de Justice y Moses (2023) llevaron a cabo un estudio en el que descubrieron que la educación empresarial mostraba una relación significativa con las destrezas emprendedoras. Además, hallaron una relación positiva entre el sexo y las habilidades empresariales. Asimismo, se evidenciaron diferencias significativas entre los géneros en cuanto a las habilidades empresariales y la disposición o intención hacia el emprendimiento.
El factor institución educativa de procedencia, los estudiantes de administración que proceden de instituciones educativas privadas en su educación básica, presentaron mejores niveles de intención emprendedora un 3.5% de nivel bajo, el 39.3% de nivel medio y el 16.9% de nivel alto. Siendo coincidente con Lloja et al. (2021) encontraron que en las instituciones privadas hay una mayor predominancia del 33.3 % en el nivel alto, mientras que en las universidades públicas se registra una mayor preeminencia del 42.4 % en el nivel medio.
Se deben tomar en cuenta otros factores para el desarrollo de la intención emprendedora, tal como Aparicio et al., (2021) manifestaron, destacaron la relevancia del conocimiento y habilidad que son personales, necesarios para que los universitarios puedan dar inicio a un negocio. Además, se subrayó la importancia crucial de la autoconfianza, la cual actúa como un pilar de orientación y apoyo para fomentar las actitudes positivas y una resistencia adecuada hacia el desarrollo de la disposición emprendedora en los universitarios. Siendo importante destacar que la intención emprendedora se presenta como un indicador fundamental del compromiso para iniciar una empresa. Asimismo, la actitud emprendedora que exhibe un estudiante (conocida como espíritu empresarial) puede ser reconocida mediante su interés y disposición para participar en acciones y programas para emprender y que se desarrollen en la institución universitaria (Mardzuki et al., 2018).
El papel del emprendimiento es fundamental para el avance de cualquier país, como se evidencia en las ventajas que los emprendedores aportan a la sociedad. Estas ventajas no solo se limitan a atender las necesidades del consumidor y satisfacer las demandas del mercado, sino también comprenden su contribución en la creación de empleo, la formulación de políticas públicas para estimular el emprendimiento, la promoción de una sociedad inclusiva con una participación equitativa en todos los sectores, la innovación tanto en procesos como en productos, y el crecimiento económico nacional (Ávila Angulo, 2021).
CONCLUSIONES
El artículo examinó la intención emprendedora en los estudiantes de administración y destacó la importancia de fomentar esta habilidad en el ámbito educativo. A través del análisis de diversos estudios e investigaciones, se evidenció que la intención emprendedora está fuertemente influenciada por factores individuales, educativos y contextuales.
De acuerdo al objetivo se encontró que, la intención emprendedora de los estudiantes de administración se encuentra asociadas a los factores de sexo, la edad y la institución educativa de procedencia. Destacando que los estudiantes de 21 a 25 años presentaron mayores niveles de intención emprendedora con un 18.4% de nivel bajo, el 45.8% de nivel medio y el 13.4% de nivel alto. Los estudiantes de administración de sexo masculino presentaron mayores niveles de intención emprendedora, con 1% de nivel bajo, el 34.3% de nivel medio y el 16.9% de nivel alto y los estudiantes de administración que proceden de instituciones educativas privadas en su educación básica, presentaron mejores niveles de intención emprendedora un 3.5% de nivel bajo, el 39.3% de nivel medio y el 16.9% de nivel alto.
Es fundamental que las instituciones educativas y los programas de administración promuevan activamente la intención emprendedora entre los estudiantes. Esto se puede lograr mediante la implementación de cursos y actividades que fomenten el espíritu empresarial, la creatividad y la resolución de problemas. Asimismo, es esencial establecer alianzas con el sector empresarial para ofrecer oportunidades de prácticas y mentorías que permitan a los estudiantes adquirir experiencia y desarrollar su red de contactos.
Finalmente, fomentar la intención emprendedora en los estudiantes de administración no solo contribuye al desarrollo personal y profesional de los individuos, sino que también impulsa la innovación, el crecimiento económico y la generación de empleo en la sociedad. Los emprendedores juegan un papel crucial en el panorama empresarial, y es responsabilidad de las instituciones educativas cultivar y nutrir este espíritu emprendedor desde la educación superior.