INTRODUCCIÓN
Estudios demuestran que las habilidades blandas son clave para el éxito profesional a largo plazo. Las empresas buscan cada vez más empleados con habilidades como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas, además de los conocimientos técnicos. Sin embargo, la educación superior, especialmente en Perú, no siempre enfatiza el desarrollo de estas habilidades. Muchos graduados universitarios tienen dificultades para relacionarse con los demás y liderar equipos, lo que limita su desempeño profesional. La formación académica se centra en conocimientos teóricos y técnicos, descuidando aspectos como la empatía, la comunicación efectiva y el pensamiento crítico. Las universidades deben cambiar su enfoque de preparación estudiantil para enfrentar los retos del ámbito laboral actual. Es necesario que las instituciones educativas (IE) incluyan en sus currículos actividades que promuevan el desarrollo de habilidades blandas. Esto implica no solo enseñar conceptos teóricos, sino también permitir que los estudiantes las practiquen en situaciones reales. La Universidad César Vallejo y la Universidad Privada del Norte son ejemplos de instituciones que reconocen la relevancia de estas habilidades. Ambas universidades han implementado iniciativas para desarrollar estas competencias en sus estudiantes. Sin embargo, aún existen desafíos que deben superarse para garantizar que sus egresados estén completamente preparados para el mercado laboral.
En cuanto a los antecedentes internacionales y nacionales, Murga-Menoyo (2015) presentó un enfoque educativo versátil y adaptable, diseñado para cultivar competencias que promueven el desarrollo sostenible. Este modelo puede aplicarse en todas las etapas educativas y en diferentes ámbitos, fomentando una transformación en la práctica docente. Santos (2016), en su investigación, argumentó que la educación ambiental debe ser más que un curso; debe ser un proceso transformador que fomente una visión crítica y responsable de la relación entre el sujeto y la naturaleza. Gonzales (2017) demostró que la integración de proyectos prácticos y sistemas de gestión del aprendizaje en las asignaturas de ingeniería impacta favorablemente en el desarrollo de habilidades como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas. Esto concuerda con lo subrayado por Neri (2019), quien resaltó la necesidad de fortalecer las habilidades blandas en la formación de ingenieros. Los resultados indicaron que los estudiantes reconocieron la importancia de estas competencias, pero que no se desarrollaron por completo y necesitan refuerzo.
Del Carpio (2015) encontró que el programa PPE tiene el potencial de reducir la diferencia en cuanto al desarrollo de habilidades blandas entre los egresados de universidades públicas y privadas. A pesar de que instituciones como la UNMSM y la UNI son reconocidas por su calidad educativa, sus egresados aún enfrentan desafíos en el mercado laboral debido a la falta percibida de habilidades blandas, que son altamente valoradas por las empresas. Minaya (2015) indicó que la educación ambiental es un poderoso instrumento para promover el cambio social y la construcción de un futuro sostenible.
Al fomentar una actitud crítica y una conciencia ambiental, esta educación permite a las personas tomar decisiones informadas y tener un rol activo en la resolución de la problemática ambiental. Utilizando una metodología experimental y correlacional, Huatuco (2015) estableció un vínculo significativo entre los conocimientos adquiridos a través de la educación ambiental y la integración de prácticas sostenibles en un grupo de 290 estudiantes. Por su parte, Silva (2016) identificó una brecha significativa entre las habilidades blandas que posee el estudiantado de Relaciones Industriales y las que demandan las empresas en Arequipa. Los hallazgos evidencian que, a pesar de que el estudiantado cuenta con un nivel básico en muchas de estas habilidades, existen déficits importantes en áreas específicas, lo que dificulta su inserción laboral. Carhuallanqui (2017), en su investigación, demostró que la educación ambiental no formal impacta de forma favorable y significativa en el desarrollo sostenible del distrito de Huancavelica. A través de una investigación con 80 trabajadores de diversas instituciones, encontró una fuerte relación entre la participación en actividades de educación ambiental y la adopción de prácticas sostenibles. Zubieta (2017) aplicó un cuestionario a egresados de Ingeniería Industrial para evaluar el nivel de desarrollo de sus competencias blandas. Los resultados mostraron que, aunque el estudiantado demuestra un alto nivel de ética y capacidad de aprendizaje, hay áreas de mejora en competencias como la creatividad y la conciencia global. Mediante la comparación de dos grupos de estudiantes, Ramos (2017) concluyó que el programa de Educación para el Desarrollo Sostenible tuvo un impacto positivo en el desarrollo de cogniciones, habilidades y actitudes ambientales en el estudiantado de la UN José Faustino Sánchez Carrión. Barrón (2018) evidenció que la inversión en programas de formación docente que promueven habilidades como el liderazgo y la comunicación puede traducirse en una mejora en los resultados educativos. La investigación de Manrique (2018) subrayó la relevancia de las habilidades blandas, no solo en las relaciones con clientes externos, sino también en las interacciones internas dentro de las organizaciones. Los resultados mostraron que los egresados de la PUCP necesitan fortalecer ciertas habilidades para adaptarse mejor a las demandas del mercado laboral actual. Castro (2018) reveló en su estudio que, aunque los estudiantes de cuarto de secundaria de "Harvard College" reciben clases de Ciencia, Tecnología y Ambiente, no desarrollan las competencias necesarias para adoptar una actitud responsable hacia el medio ambiente.
Con respecto a la definición de competencias blandas, abarca diversas perspectivas según distintos autores. Desde la visión de Ciesla (2017), estas abarcan las características psicofísicas y habilidades sociales de los individuos, enfocándose en el comportamiento, actitudes y estilo de vida, como la comunicación, el dinamismo operacional, la creatividad, la capacidad de trabajo en equipo, la gestión del tiempo y la resistencia al estrés. Arroyo (2012) refiere que a las competencias blandas se les suele denominar habilidades transferibles o habilidades profesionales, ya que están vinculadas a la personalidad de un candidato, siendo menos especializadas y no arraigadas a vocaciones específicas. En síntesis, las competencias blandas son un conjunto de atributos personales y sociales que inciden en la manera en que interactuamos con los demás y desempeñamos nuestras tareas. Estas habilidades, al ser transferibles y aplicables a diferentes situaciones, son altamente valoradas en el mundo laboral actual.
En cuanto a los modelos teóricos de la variable competencias blandas, se citan: McClelland (1973), quien explicó que el enfoque ocupacional, tras varios estudios en el plano de la psicología laboral organizacional aplicada a la selección de personal, planteó que el éxito en la vida no depende de las pruebas de inteligencia ni de la aptitud. Esta perspectiva fue consolidada por Boyatsis, quien definió las competencias como las características naturales que posee un individuo y que están relacionadas con el desempeño de un cargo.
Tanto Lévy-Leboyer como Barnett adoptan una perspectiva constructivista al abordar el concepto de competencia. Esto significa que consideran que las competencias se construyen mediante la interacción del sujeto con su ámbito social y cultural. La educación, el conocimiento y la sociedad son elementos interconectados que inciden en el desarrollo de las competencias.
Navío (2004) propone un enfoque integrado que considera tanto las características individuales como el entorno en el que se desarrollan las competencias. Es decir, no solo se valoran las habilidades innatas de una persona, sino también cómo estas se aplican en situaciones específicas. Aunque este enfoque reconoce la complejidad de las competencias, aún no resuelve por completo las preguntas fundamentales sobre su naturaleza.
Con respecto a las dimensiones de las competencias blandas, se mencionan:
Genéricas o conductuales: Aplicables a toda actividad o labor. Se distinguen habilidades interpersonales, integridad, confiabilidad, proactividad y predisposición al aprendizaje.
Básicas o esenciales: Adecuadas al empleo o tipo de producción. Se destacan la comunicación asertiva, la adaptabilidad y flexibilidad, el trabajo en equipo, la orientación al servicio y la creatividad.
Técnicas o funcionales: Comunes a la función del trabajo a desempeñar, como la conformación de equipos, el manejo de conflictos, el adiestramiento y tutoría de supervisados, la motivación y el soporte a supervisados, el emprendimiento y el desarrollo de redes sociales (Singer et al., 2009).
Con respecto a la definición de desarrollo sostenible, este término abarca diversas perspectivas según distintos autores. Desde la visión de Mulder (2007), la sostenibilidad ambiental implica un uso responsable de los recursos naturales, evitando su agotamiento. Para lograrla, es fundamental conservar el medio ambiente, promover energías limpias, ahorrar agua y apostar por una construcción más sostenible. En definitiva, se trata de encontrar un equilibrio entre las necesidades humanas y la protección del planeta. En su investigación, Jiménez (2013) sostiene que la definición tradicional, que prioriza la armonía entre las necesidades y la conservación de los recursos naturales, sigue siendo válida en el contexto actual.
Modelos teóricos de la variable de desarrollo sostenible. Berkes y Folke (1998) hacen referencia al modelo de los sistemas socioecológicos, un enfoque que considera que los sistemas sociales y ecológicos están interconectados y coevolucionan. Este modelo busca comprender las dinámicas de estos sistemas complejos y desarrollar estrategias de gestión que promuevan la resiliencia y la sostenibilidad a largo plazo.
Con respecto a las dimensiones del desarrollo sostenible, se destacan las siguientes:
Ambiental: Moreno (2005) subraya que la educación es fundamental para enfrentar los desafíos ambientales. Para lograr un desarrollo sostenible, la educación debe fomentar en las personas conocimientos, valores y habilidades que les permitan tomar acciones concretas para mantener el medio ambiente, tanto a nivel individual como colectivo.
Económica: La dimensión económica es uno de los tres pilares del desarrollo sostenible, junto con la social y la ambiental. Un desarrollo sostenible requiere que estas tres dimensiones estén interconectadas y se refuercen mutuamente.
Social: Según Delors (1996), la Educación para el Desarrollo Sostenible busca cultivar en las personas una conciencia global y una actitud proactiva hacia el futuro. Al promover valores como la solidaridad y la responsabilidad, esta educación impulsa a los individuos a tomar decisiones que beneficien tanto a las generaciones presentes como a las futuras.
Institucional: Macedo y Salgado (2007) sostienen que la educación para el desarrollo sostenible demanda una transformación radical de los sistemas educativos, que implique cambios en los procesos, la gestión y las estrategias de formación.
METODOLOGÍA
Según Hernández et al. (2014), la metodología de investigación es un conjunto de pasos que guían cualquier estudio científico. Las escasas investigaciones sobre la relación entre competencias blandas y desarrollo sostenible, clasifica a este estudio como exploratorio. Se empleó un enfoque descriptivo, el cual permitió caracterizar la incidencia de estas competencias en el ámbito universitario. Además, la investigación tiene un enfoque explicativo, para comprender las razones detrás de esta relación. Al ser un estudio aplicado, se buscó aportar soluciones prácticas a un problema real. La población fue compuesta por 250 estudiantes pertenecientes al último ciclo de las escuelas de Ingeniería Ambiental e Ingeniería de Sistemas de la UCV y la Universidad Privada del Norte respectivamente, ubicadas en la zona de Lima Norte. Se entiende por población a la agrupación de elementos de los cuales se pueden estudiar sus características (Ventura, 2017).
La muestra la conformó 152 estudiantes de último ciclo de Ingeniería Ambiental e Ingeniería de Sistemas de dos universidades limeñas. Siguiendo a Ventura (2017), esta muestra permitió hacer inferencias sobre una población más amplia, su envergadura se determinó con la fórmula:
De donde:
n = Tamaño de muestra
e = Error de estimación
N = Tamaño de la población bajo estudio
Z = Nivel de confianza (95% que equivale a 1,96)
p = Probabilidad de éxito (0,5)
q = Probabilidad de fracaso. (0,5)
Donde n (Tamaño de la muestra) = 152
Tabla 2 Distribución de la muestra.
Universidad | Total estudiantes | Fh | Tamaño de la muestra |
---|---|---|---|
UPN | 113 | 0,6064 | 68 |
UCV | 137 | 0,6064 | 84 |
Total | 250 | 152 |
El muestreo es una técnica que implica seleccionar una porción representativa de una población para recolectar datos. Al ser probabilístico, como señalan Hernández et al. (2014), todos los elementos de la población son susceptibles de ser considerados en la muestra.
RESULTADOS
Tabla 3 Frecuencias de la variable independiente: competencias blandas.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Parcialmente en desacuerdo | 1 | ,7 | ,7 | ,7 |
Indiferente/Desconozco | 9 | 5,9 | 5,9 | 6,6 | |
Parcialmente de acuerdo | 121 | 79,6 | 79,6 | 86,2 | |
Totalmente de acuerdo | 21 | 13,8 | 13,8 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 79.61% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN ubicados en Lima Norte refieren estar parcialmente de acuerdo y un 13.82% totalmente de acuerdo con que el desarrollo de las competencias blandas es necesario e imprescindible y que estas deben de desarrollarse en el ámbito universitario, pero un 5,92% desconoce la necesidad del desarrollo.
Tabla 4 Frecuencias de la dimensión: competencia básica.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Indiferente/Desconozco | 9 | 5,9 | 5,9 | 5,9 |
Parcialmente de acuerdo | 104 | 68,4 | 68,4 | 74,3 | |
Totalmente de acuerdo | 39 | 25,7 | 25,7 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 68.42% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN ubicados en Lima Norte refieren estar parcialmente de acuerdo y un 25.66% totalmente de acuerdo que la comunicación oral y que la predisposición de trabajar en equipo mejora su nivel de productividad, ya que permite que las ideas se expresen de manera clara y organizada, pero un 5,92% expresa que les es indiferente trabajar con los demás de su equipo.
Tabla 5 Frecuencias de la dimensión: competencia técnica.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Parcialmente en desacuerdo | 1 | ,7 | ,7 | ,7 |
Indiferente/Desconozco | 43 | 28,3 | 28,3 | 28,9 | |
Parcialmente de acuerdo | 99 | 65,1 | 65,1 | 94,1 | |
Totalmente de acuerdo | 9 | 5,9 | 5,9 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 65.13% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN en Lima Norte expresan estar parcialmente de acuerdo que se encuentran motivados frente a los cambios que ocurren en la institución, buscando soluciones frente a situaciones imprevistas, pero un 28,29% expresa que se encuentra indeciso ya que se descontrola emocionalmente frente a dificultades inesperadas, pues consideran que le hace falta más experiencia para mejorar su competitividad.
Tabla 6 Frecuencias de la variable dependiente: Desarrollo Sostenible.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Indiferente/Desconozco | 5 | 3,3 | 3,3 | 3,3 |
Parcialmente de acuerdo | 69 | 45,4 | 45,4 | 48,7 | |
Totalmente de acuerdo | 78 | 51,3 | 51,3 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 51.32% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN ubicados en Lima Norte expresan estar totalmente de acuerdo y un 45.39% parcialmente de acuerdo en que el desarrollo sostenible es un pilar relevante para lograr la sostenibilidad ambiental de nuestro país, preservando y protegiendo sus recursos mediante la aplicación de un modelo de desarrollo sostenible acorde a la realidad del mismo.
Tabla 7 Frecuencias de la dimensión: Desarrollo ambiental.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Indiferente/Desconozco | 7 | 4,6 | 4,6 | 4,6 |
Parcialmente de acuerdo | 60 | 39,5 | 39,5 | 44,1 | |
Totalmente de acuerdo | 85 | 55,9 | 55,9 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 55.92% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN ubicados en Lima Norte expresan estar totalmente de acuerdo y un 39.47% parcialmente de acuerdo en que el desarrollo ambiental es importante para promocionar del uso de los recursos naturales y que se deben de implementar acciones de optimización para el uso de recursos energéticos.
Tabla 8 Frecuencias de la dimensión: desarrollo económico.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Indiferente/Desconozco | 7 | 4,6 | 4,6 | 4,6 |
Parcialmente de acuerdo | 56 | 36,8 | 36,8 | 41,4 | |
Totalmente de acuerdo | 89 | 58,6 | 58,6 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 58.55% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN ubicados en Lima Norte expresan estar totalmente de acuerdo y un 36.84% parcialmente consideran que se debe interactuar con otras instituciones sobre temas de desarrollo económico de la localidad y que es necesario que la institución fomente un plan de sostenibilidad en el uso de los recursos energéticos como el consumo de agua y de energía eléctrica.
Tabla 9 Frecuencias de la dimensión: Desarrollo social.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Indiferente/Desconozco | 7 | 4,6 | 4,6 | 4,6 |
Parcialmente de acuerdo | 59 | 38,8 | 38,8 | 43,4 | |
Totalmente de acuerdo | 86 | 56,6 | 56,6 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 56.58% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN ubicados en Lima Norte expresan estar totalmente de acuerdo y un 38.82% parcialmente de acuerdo cree que el desarrollo social es fundamental en la solución de problemas de sostenibilidad y que deben de existir programas de intervención social que vinculen a los estudiantes en un contexto social, cultural y ético.
Tabla 10 Frecuencias de la dimensión: Desarrollo institucional.
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje válido | Porcentaje acumulado | ||
---|---|---|---|---|---|
Válido | Indiferente/Desconozco | 4 | 2,6 | 2,6 | 2,6 |
Parcialmente de acuerdo | 58 | 38,2 | 38,2 | 40,8 | |
Totalmente de acuerdo | 90 | 59,2 | 59,2 | 100,0 | |
Total | 152 | 100,0 | 100,0 |
El 59.21% de los estudiantes encuestados pertenecientes a los últimos ciclos de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCV y de Ingeniería de Sistemas de la UPN ubicados en Lima Norte, expresan estar totalmente de acuerdo y un 38.16% parcialmente considera importante la ejecución de prácticas ambientales que mejoren la salud pública y que la institución interactúe con organizaciones multisectoriales para la sostenibilidad de la localidad.
DISCUSIÓN
En la investigación sobre la variable de competencias blandas, los resultados indican que el 79.61% de los voluntarios refieren estar parcialmente de acuerdo en que el desarrollo de estas competencias es imprescindible y debe continuar en el ámbito universitario. Este hallazgo coincide con las conclusiones de Neri y Hernández (2019), quienes destacan que las competencias blandas se han convertido en una necesidad no completamente abordada, y que programas de refuerzo pueden proporcionar herramientas valiosas para formar egresados competentes en cogniciones tanto técnicas como transversales.
Con respecto a la variable de desarrollo sostenible, el 51.32% de los voluntarios están totalmente de acuerdo y el 45.39% parcialmente de acuerdo en que el desarrollo sostenible es esencial para la sostenibilidad ambiental del país, preservando y protegiendo sus recursos mediante un modelo de desarrollo sostenible adaptado a su realidad. Este resultado es coherente con lo expuesto por Minaya (2015), quien considera la educación ambiental en el contexto del desarrollo sostenible como un instrumento de socialización y de promoción de una actitud crítica, facilitando la formulación de respuestas adecuadas a los desafíos actuales de la humanidad.
Los hallazgos demuestran que existe una influencia entre las competencias blandas y el desarrollo sostenible. Si las instituciones educativas priorizan la formación y el desarrollo de estas competencias en todos sus niveles y modalidades, contribuirán a que el país cumpla con sus compromisos ambientales y logre una mejor calidad de vida para sus habitantes, además de asegurar la sostenibilidad en el uso de sus recursos.
La mayoría de los estudiantes encuestados (98.69%) concuerdan en que el desarrollo de competencias genéricas favorece la consecución de resultados positivos y la necesidad de contar con recursos adecuados para las tareas asignadas. Estos hallazgos se respaldan en investigaciones previas que subrayan la importancia de las virtudes cardinales y la necesidad de actualizar los currículos educativos para fomentar el desarrollo de habilidades blandas.
Al comparar los resultados de la He 2, se observó que el 68.42% de los voluntarios están parcialmente de acuerdo en que las competencias básicas, como la comunicación oral y la predisposición al trabajo en equipo, mejoran su productividad al permitir que las ideas se expresen de manera clara y organizada. La OIT (2014) destaca la importancia de desarrollar competencias básicas, ya que son la base para formar otras competencias. Este resultado también se refleja en la investigación de Manrique (2018), quien afirma que las habilidades blandas son esenciales para la interacción con colegas.
En el análisis de la tercera hipótesis, menos de dos tercios de los estudiantes se sienten motivados ante los cambios. Este hallazgo concuerda con los estudios de Ciesla (2017) y Cruzado (2019), quienes relacionan las competencias blandas con la adaptabilidad y la empleabilidad.
Finalmente, el informe de la OIT (2014) subraya que el desarrollo productivo, la creatividad y la dirección de equipos dependen de las políticas de Estado, las cuales deben promover un crecimiento productivo, inclusivo y sostenible, con mejores empleos. Tito y Serrano (2016) validan esta afirmación, señalando que la comunidad educativa otorga poca relevancia a la enseñanza de estas habilidades, lo que impacta directamente en el desarrollo sostenible de un país.
CONCLUSIONES
Las competencias blandas se relacionan de manera significativa con el desarrollo sostenible en la educación superior en Lima Norte, 2019, con un coeficiente de 0.210, lo que muestra una relación directa, débil y positiva, con un nivel de significancia de 0.010 ≤ 0.05.
Las competencias genéricas también presentan una relación significativa con el desarrollo sostenible en la educación superior en Lima Norte, 2019, evidenciada por un coeficiente de 0.241, que indica una relación directa, débil y positiva, con un nivel de significancia de 0.003 ≤ 0.05.
Asimismo, las competencias básicas tienen una relación significativa con el desarrollo sostenible en la educación superior en Lima Norte, 2019, con un coeficiente de 0.291, lo que refleja una relación directa, débil y positiva, y un nivel de significancia de 0.000 ≤ 0.05.
Por otro lado, las competencias técnicas muestran una relación significativa con el desarrollo sostenible en la educación superior en Lima Norte, 2019, con un coeficiente de 0.259, demostrando una relación directa, débil y positiva, y un nivel de significancia de 0.001 ≤ 0.05.
Se recomienda mejorar los programas de estudios universitarios mediante la implementación de un modelo basado en competencias que responda a la realidad local y a las necesidades de desarrollo de competencias blandas. Esto contribuirá a optimizar el vínculo entre el desarrollo de estas competencias y el desarrollo sostenible. Es esencial potenciar la transversalidad de las competencias genéricas alineadas con las competencias blandas que se espera que los egresados adquieran, integrándolas en todos los cursos de la malla curricular mediante talleres y experiencias prácticas, ya que no todas las facultades y áreas de estudio los contemplan en la actualidad.