Introducción
Las comunidades educativas han emergido como una estrategia pedagógica innovadora que pone en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje, la interacción colaborativa y el intercambio de conocimientos entre los miembros de una comunidad (Rivera et al., 2020; Cabezas et al., 2021). En el contexto de la educación básica, estos grupos se constituyen como entornos donde los estudiantes, docentes, familias y otros miembros del ámbito escolar participan activamente en el proceso formativo, generando un espacio de apoyo mutuo y crecimiento colectivo (Hernández & Miranda, 2020; Contreras, 2021).
En ese orden de ideas, según Pacco et al. (2024) este enfoque se basa en la idea de que la enseñanza es un proceso social y dinámico que se enriquece cuando los individuos interactúan y comparten conocimientos, habilidades y experiencias. En este tipo de agrupaciones, se promueve la participación activa de todos los miembros, fomentando un ambiente inclusivo y de apoyo mutuo que favorece el desarrollo integral de los estudiantes (Cuenca & Larreal, 2023; Azólas et al., 2022). Por lo tanto, el concepto de comunidad de aprendizaje ha evolucionado dentro de las teorías constructivistas, especialmente las propuestas por Piaget y Vygotsky (Gleason & Rubio, 2020; Bermúdez, 2022). Según Piaget, la educación se da de manera activa a través de la interacción con el entorno, mientras que Vygotsky resalta la importancia del contexto social y cultural en el desarrollo cognitivo (Toruño, 2020; Guerra, 2020; Pinedo, 2023). Por esta razón, en un colectivo educativo, los estudiantes no solo construyen su conocimiento de manera individual, sino que también lo hacen en interacción con sus compañeros y con la guía de los docentes, lo que favorece el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad (Romero-Carazas et al., 2023; Alcedo et al., 2021; Miranda et al., 2022).
También es importante resaltar el papel fundamental que juegan los docentes, no solo como transmisores de conocimiento, sino que además funcionan como facilitadores que guían, motivan y fomentan el trabajo colaborativo (Sumba & Mejía, 2021; Amaro et al., 2020). Su rol implica crear un entorno donde los estudiantes se sientan seguros para expresarse, cuestionar y reflexionar sobre lo aprendido (Reyna et al., 2022). Asimismo, se busca que los profesores adapten su enseñanza a las necesidades y ritmos de los alumnos, promoviendo la autonomía, la responsabilidad y la toma de decisiones (Soriano et al., 2022).
Por otra parte, a pesar del creciente interés y la implementación de comunidades de aprendizaje en diversos contextos educativos, se enfrentan varios retos y desafíos que afectan su eficacia en la educación básica (Villarreal-Yazán et al., 2021). Entre los principales problemas se encuentran la falta de formación adecuada de los docentes, la resistencia al cambio de algunos actores educativos, la infraestructura tecnológica insuficiente, y la dificultad para adaptar estos modelos a las diversas realidades socioculturales de las clases escolares (Luna-Conejo, 2020). Además, la integración de las TIC en estos entornos presenta obstáculos adicionales, como la brecha digital, la sobrecarga de información o la escasa capacitación para utilizar nuevas herramientas de manera efectiva (Núñez-Hernández et al., 2022).
La justificación para realizar un análisis en las comunidades de aprendizaje relacionadas a la educación básica por medio de tendencias bibliométricas radica en la necesidad de optimizar los procesos educativos en un contexto donde la transformación digital, la inclusión y la participación comunitaria juegan un papel fundamental (Cosme-Garcilazo et al., 2023). Estudiar las tendencias de la investigación bibliométrica permite identificar los avances, enfoques más efectivos y áreas que requieren atención en la implementación de estas comunidades en las escuelas (Bravo-Delgado et al., 2020; García et al., 2021).
En este contexto, estos estudios permiten identificar secuencias de publicación, áreas de mayor interés y la influencia de ciertos enfoques pedagógicos en la práctica educativa (Caló, 2022). De esta manera, el análisis bibliométrico o la creación de indicadores puede cuantificar los datos recogidos a partir del examen métrico de trabajos académicos en cualquier ámbito (Sanz, 2022). Además, la investigación de estos datos científicos tamiza cantidades de información en busca de patrones, correlaciones, señales y tendencias para conocer mejor los mecanismos mientras los autores hacen posibles los descubrimientos científicos (Leyva et al., 2023).
Por consiguiente, el análisis bibliométrico ofrece una perspectiva amplia sobre los factores que influyen en la adopción de las comunidades de aprendizaje, proporcionando herramientas para una mejora continua de las políticas educativas, siendo esencial para guiar las futuras investigaciones y prácticas pedagógicas, con el fin de transformar la educación básica y adaptarla a los desafíos del siglo XXI (Hernández & Rodríguez, 2022). Por esta razón, los datos se clasifican según: el año de publicación, país, área temática, tipo de documento, fuente, afiliación institucional y autor principal (García et al., 2021). Partiendo de esta premisa, la investigación tiene como objetivo analizar las tendencias bibliométricas sobre las comunidades de aprendizaje, retos y desafíos en la formación inicial, desde el 2004 al 2024.
Metodología
La metodología de un artículo bibliométrico se centra en el análisis cuantitativo de publicaciones científicas relacionadas con un tema específico, en este caso, las comunidades de aprendizaje en la educación básica, entre el periodo 2004 a 2024. Para ello, se emplea un enfoque sistemático que incluye la selección de bases de datos académicas, como Scopus o Google Scholar, para extraer artículos relevantes (Tomás-Gorríz & Tomás-Castera, 2018).
En el proceso inicial, se definieron los criterios de inclusión para filtrar la búsqueda de la información sobre esta temática a nivel mundial, basándose en aspectos como la fecha de publicación (2004-2024), el tipo de documento (artículos científicos, libros y capítulos de libros), documentos de acceso abierto, idioma de publicación (inglés, español y portugués) y la relevancia del tema. Esta selección rigurosa de los documentos se realizó para garantizar que la información recolectada sea relevante para el análisis. En consecuencia, los datos se extrajeron a partir de los resúmenes, títulos y palabras clave de las publicaciones mediante ecuaciones de búsqueda booleanas (learning AND communities, challenges AND basic AND education).
El estudio bibliométrico se realizó una vez regulados los datos, eliminados los duplicados y seleccionados 482 documentos de la base de datos Scopus. Las métricas utilizadas en esta investigación incluyen los siguientes indicadores: número de publicaciones por autor, revista o nación, número de citas, tipo de publicación, afiliación institucional, área temática y evolución temporal de 2004 a 2024 (Salinas & García, 2022).
Para facilitar la comprensión de los resultados, se emplearon herramientas especializadas en análisis de datos, como VOSviewer, para procesar los datos y producir visualizaciones, ya que con este programa se evalúan los textos del estudio mediante un mapa de co-ocurrencias de términos. Este mapa ilustra las interconexiones entre varios términos utilizados para caracterizar diversas formas de producción científica (Florez-Fernández & Aguilera-Eguía, 2020). Asimismo, se utilizó Excel para realizar una descripción cuantitativa de los resultados y presentar los datos en forma de tablas y gráficos de frecuencias y porcentajes. Finalmente, los hallazgos se interpretan para ofrecer recomendaciones sobre cómo avanzar en el estudio y la implementación de estas comunidades académicas en contextos educativos reales.
Resultados y discusión
Se realizó un estudio bibliométrico examinando los documentos publicados entre 2004 y 2024 que trataban de las comunidades de aprendizaje en la educación básica. La producción investigadora en este ámbito ha ido en aumento, con algunas fluctuaciones como se observa en la Figura 1. En consecuencia, el pico de publicación fue de 206 trabajos, es decir, el 42.7% de la producción total a nivel mundial y se produjo entre 2018 y 2024.
Las comunidades de aprendizaje en la educación básica han sido objeto de importantes investigaciones, y los principales especialistas en este campo merecen un reconocimiento por los significativos avances que han realizado a escala mundial. Los trabajos seleccionados para este estudio fueron escritos por 125 autores de diferentes instituciones académicas donde, en términos tanto de publicaciones como de citas, la Tabla 1 clasifica a los escritores más destacados; entre ellos se encuentra Pallant, E. quien tiene 2 publicaciones y 103 citas, mientras que Baker, T. ocupa el segundo lugar con 2 publicaciones y 97 citas. Asimismo, con 4 publicaciones y 84 citas, Edward, S. ocupa el tercer lugar.
Tabla 1 Autores con mayor productividad científica.
| Por autor | Cantidad | Total citaciones | H-index |
|---|---|---|---|
| Edward, S. | 4 | 84 | 10 |
| Coffield, F. | 3 | 58 | 11 |
| Gregson, M. | 3 | 25 | 10 |
| Hodgson, A. | 3 | 47 | 18 |
| Steer, R. | 3 | 79 | 9 |
| Ayling, D. | 2 | 21 | 2 |
| Baker, T.R. | 2 | 97 | 7 |
| Bassani, P.B.S. | 2 | 14 | 4 |
| Bhadra, S. | 2 | 11 | 5 |
| Chakraborti, C. | 2 | 33 | 10 |
| Finlay, I. | 2 | 63 | 11 |
| Flagg, E. | 2 | 16 | 2 |
| Owen, H. | 2 | 37 | 5 |
| Pallant, E. | 2 | 103 | 10 |
| Pangsroi, K. | 2 | 0 | 0 |
| Pellas, N. | 2 | 3 | 21 |
Las 482 publicaciones académicas fueron producto del trabajo conjunto de 111 académicos de diferentes universidades. En la figura 2 se muestra que a lo largo del periodo de investigación, las siguientes instituciones fueron las que más publicaciones realizaron sobre comunidades de aprendizaje en educación básica: Itä-Suomen yliopisto (Filipina) fue la primera universidad; publicó cinco trabajos científicos, mientras que las siguientes instituciones compartieron el segundo puesto: Universitat de València, UCL Institute of Education, University of Sunderland y la Universidad de Sevilla, con cuatro publicaciones cada una.
Los trabajos académicos compartidos provienen de un total de 112 naciones. En la Tabla 2 se muestra todos los países que han contribuido a la producción científica, donde el 21.6% son de Estados Unidos con un total de 144 documentos publicados, convirtiéndolo en el país con mayor cantidad de estudios sobre el tema, seguido por Reino Unido con 38 estudios, siendo el 5.7% del total, mientras que España se ubica en el tercero lugar con 27 publicaciones de investigación, ocupando el 4%. En esta línea, el inglés representa el 93.8% de los escritos académicos, seguido por el español, con un 4.4%, y el portugués, con un 1.9%.
Tabla 2 Producción científica por país
| N° | País | N° documentos | % | N° | País | N° documentos | % |
|---|---|---|---|---|---|---|---|
| 1 | Estados Unidos | 144 | 21.6% | 17 | México | 7 | 1.0% |
| 2 | Reino Unido | 38 | 5.7% | 18 | Nueva Zelanda | 7 | 1.0% |
| 3 | España | 27 | 4.0% | 19 | Colombia | 6 | 0.9% |
| 4 | Canadá | 20 | 3.0% | 20 | Grecia | 6 | 0.9% |
| 5 | Sudáfrica | 20 | 3.0% | 21 | Portugal | 6 | 0.9% |
| 6 | Australia | 18 | 2.7% | 22 | Federación de Rusia | 6 | 0.9% |
| 7 | China | 16 | 2.4% | 23 | Suecia | 6 | 0.9% |
| 8 | India | 15 | 2.2% | 24 | Hong Kong | 5 | 0.7% |
| 9 | Brasil | 13 | 1.9% | 25 | Italia | 5 | 0.7% |
| 10 | Indonesia | 12 | 1.8% | 26 | Kenia | 5 | 0.7% |
| 11 | Finlandia | 11 | 1.6% | 27 | Malasia | 5 | 0.7% |
| 12 | Alemania | 10 | 1.5% | 28 | Ghana | 4 | 0.6% |
| 13 | Tailandia | 10 | 1.5% | 29 | Hungría | 4 | 0.6% |
| 14 | Turquía | 10 | 1.5% | 30 | Bélgica | 3 | 0.4% |
| 15 | Japón | 9 | 1.3% | 31 | Jordania | 3 | 0.4% |
| 16 | Noruega | 9 | 1.3% | Total | 112 | ||
Para esta investigación, se consultaron 147 fuentes académicas. En la tabla 3 se muestra las principales fuentes que se tuvieron en cuenta para este estudio, siendo el “Community College Journal of Research and Practice” la principal en esta disciplina con siete trabajos sobre el tema, luego “Frontiers in Education” de segundo lugar con seis publicaciones y de terceras se sitúa “Education and Information Technologies” que cuenta con cinco documentos. Asimismo, estas revistas ocupan en los dos cuartiles superiores de los factores de impacto de sus respectivos campos, lo que demuestra su importancia.
Tabla 3 Publicación de documentos por fuente o revista
| Fuente | N° documentos | Fuente | N° documentos | Fuente | N° documentos |
|---|---|---|---|---|---|
| Community College Journal of Research and Practice | 7 | Cogent Education | 2 | Journal of Vocational Education and Training | 2 |
| Frontiers in Education | 6 | Community Development Journal | 2 | Journal on Migration and Human Security | 2 |
| Education and Information Technologies | 5 | Cutting Edge Technologies in Higher Education | 2 | Medical Science Educator | 2 |
| Lecture Notes in Educational Technology | 4 | Educational Review | 2 | On The Horizon | 2 |
| World Sustainability Series | 4 | Egitim Arastirmalari Eurasian Journal of Educational Research | 2 | Pedagogy Culture and Society | 2 |
| Academic Medicine | 3 | European Journal of Education | 2 | Perspectives In Education | 2 |
| European Journal of Social Sciences | 3 | European Journal of Psychology of Education | 2 | Phi Delta Kappan | 2 |
| Frontiers in Psychology | 3 | International Education Studies | 2 | Revista Brasileira De Ensino De Física | 2 |
| Heliyon | 3 | International Journal of Environmental and Science Education | 2 | Revista Complutense De Educacion | 2 |
| International Journal of Learning | 3 | International Journal of Learning Teaching and Educational Research | 2 | Risti Revista Iberica De Sistemas E Tecnologias De Informacao | 2 |
| Journal of Engineering Education Transformations | 3 | International Journal of Sustainability Education | 2 | Springer International Handbooks of Education | 2 |
| Kuram Ve Uygulamada Egitim Bilimleri | 3 | Journal of Chemical Education | 2 | Sustainable Development Goals Series | 2 |
| Revista de Educacion | 3 | Journal of Educational Computing Research | 2 | Total revistas | 147 |
Además, los trabajos producidos sobre las comunidades de aprendizaje en la educación básica entre 2004 y 2024, se clasifican según el tipo de publicación y el área temática como se muestra en la Figura 3. De los quince campos científicos que han contribuido al conocimiento, se destacan las ciencias sociales con un 65.4% y la informática con un 8.5%. Asimismo, el desglose por tipo de documento revela que los artículos científicos representan el 63.1% del total, los capítulos de libros el 28.6% y los libros el 8.3%.
Como se observa en la Figura 4, se realizó un estudio de co-ocurrencia seleccionando los términos que aparecían más de tres veces en los campos de resumen, palabras clave y título. Asimismo, en función de los niveles de vinculación detectados por VOSviewer, se asignó un color a cada grupo de palabras relacionadas.
Clúster amarillo. “education” (n=109 currencias), refiere a un grupo de palabras relacionadas que incluyen: enseñanza, estudiantes, e-learning, comunidades de aprendizaje, sistemas de aprendizaje.
Clúster azul. “learning” (n=88 ocurrencias), agrupa a las siguientes palabras: educación primaria, política educativa, estudiantes, educación medioambiental, sostenibilidad, desarrollo educativo.
Clúster rojo. “professional learning community” (n= 74 ocurrencias), está asociado con las palabras: pedagogía, comunidad de aprendizaje, tecnología, resiliencia, comunidad, aprendizaje-servicio, aprendizaje experiencial, cultura, aprendizaje-servicio, desarrollo sostenible.
Clúster verde. “professional development” (n= 46 ocurrencias), agrupa a las siguientes palabras: formación del profesorado, aprendizaje en línea, aprendizaje colaborativo, comunidad de práctica, formación del profesorado, educación básica.
Los términos con mayor ocurrencia fueron los más pertinentes para el tema del estudio, según el análisis de conglomerados. En consecuencia, el análisis muestra cómo la tecnología y el aprendizaje en línea han transformado la enseñanza y la interacción en el ámbito educativo, especialmente en la educación básica. El uso de herramientas digitales ha favorecido la creación de comunidades de aprendizaje y promovido el aprendizaje colaborativo, donde los estudiantes se convierten en participantes activos. De esta manera, los enfoques como el aprendizaje experiencial y el aprendizaje-servicio permiten aplicar el conocimiento a situaciones reales, fomentando la resiliencia y contribuyendo al desarrollo sostenible.
Los trabajos académicos relativos a las comunidades de aprendizaje en la educación básica se examinaron sistemáticamente utilizando métodos bibliométricos. Este análisis se centró en las tendencias, los temas de investigación predominantes y los hallazgos clave de estos documentos (Alvídrez-Minora & Elías-Hernández, 2024; Garzón, 2020) donde se destacan investigaciones como la de Calle y Washima (2020), que muestran como las comunidades de aprendizaje deben ser inclusivas, reconociendo la diversidad cultural, lingüística y social de los estudiantes. De esta manera, es esencial que los docentes sean capaces de gestionar la heterogeneidad del grupo y crear estrategias que permitan la participación equitativa de todos los miembros de la comunidad. Asimismo, Guerra y Figueroa (2024) manifiestan que la implementación efectiva de colectivos educativos, los maestros no solo funcionan como facilitadores del aprendizaje, sino también aprendices continuos dentro de la comunidad, siendo capaces de adaptarse a nuevos enfoques pedagógicos y tener las herramientas necesarias para fomentar la colaboración y la educación entre sus estudiantes.
El número de publicaciones sobre este tema ha ido aumentando de forma lenta pero constante desde 2018, con variaciones mínimas, como muestran las estadísticas bibliométricas. Asimismo, el autor más influyente fue Pallant, E., investigador del Allegheny College, que escribió sobre la orientación para proyectos comunitarios y colaboraciones ambientales entre la escuela y la comunidad.
De igual manera, la revista “Community College Journal of Research and Practice” reveló una tendencia de 7 publicaciones que incluían temas como ciencias sociales, informática, psicología, ingeniería y medicina, entre otros. Entre los temas de mayor relevancia, se encuentra la pedagogía social y los enfoques basados en modelos de educación (Haneishi et al., 2024), aprendizaje comunitario y alfabetización en datos (Oh & Mon, 2024), la educación científica en la formación básica, los programas de desarrollo profesional de acción participativa (Cortes et al., 2024), la motivación autónoma en el aprendizaje combinado (Adam et al., 2023), entre otros.
Por otra parte, la cooperación internacional revelo que los investigadores de diversos países (Estados Unidos, Reino Unido, España, Canadá, etc.) son los que más han publicado sobre este tema. Según Logroño-Herrera y Peralvo-Arequipa (2024), el éxito de una comunidad de aprendizaje también depende de la participación activa de los padres de familia y la comunidad en general. Consecuentemente, la colaboración entre la escuela y las familias mejora el rendimiento académico y la actitud hacia el aprendizaje. Asimismo, Médez (2024) menciona que la estructura del tiempo escolar, a menudo rígida, puede dificultar la implementación de prácticas colaborativas. Además, los recursos como materiales tecnológicos y humanos son frecuentemente insuficientes para apoyar este tipo de enfoques. En consecuencia, la falta de infraestructura adecuada para facilitar el trabajo en grupo y el aprendizaje colaborativo es una barrera significativa en muchas escuelas.
Finalmente, en un modelo de comunidad de aprendizaje, la valoración del progreso debe ser continua, formativa y orientada a procesos, lo que representa un cambio frente a los modelos tradicionales centrados en la evaluación sumativa. Según Carrión y Garzón (2024) señala que una evaluación eficaz debe ser utilizada como herramienta para mejorar el proceso educativo y no solo para calificar a los estudiantes. Además, es necesario reconocer la diversidad de los estudiantes, proporcionar formación continua a los docentes, involucrar a la comunidad en el proceso pedagógico, disponer de los recursos adecuados y repensar las prácticas de evaluación (Freitas et al., 2024). Así, mediante un enfoque integral que aborde estos desafíos se podrá asegurar que las comunidades de aprendizaje sean una herramienta efectiva para mejorar la formación en la educación básica (Cruz et al., 2020).
Conclusiones
Los estudios sobre comunidades de aprendizaje en educación básica han experimentado recientemente un crecimiento, lo que es coherente con el objetivo declarado del estudio. La productividad anual alcanzó su máximo en 2021, 2022 y 2023, según un estudio bibliométrico de todas las publicaciones indexadas en Scopus de 2004 a 2024, que representan el 42.7% (n=206). Un total de 144 publicaciones se realizaron en Estados Unidos, convirtiéndose en el país con la mayor tasa de producción (21.6%). Además, el 93.8% de los trabajos publicados fueron en inglés. “Community College Journal of Research and Practice” fue la fuente más destacada con siete publicaciones académicas, mientras que Pallant, E. fue el autor más referenciado con 103 referencias en sus trabajos. Por otro lado, los artículos científicos representaron la gran mayoría de las publicaciones (63.1%), mientras que las ciencias sociales contribuyeron con una cantidad considerable (65.4%) y la informática con un menor porcentaje (8.5%).
Con esto se concluye que la investigación sobre las comunidades de aprendizaje en la educación básica ha evolucionado respecto al alcance de los temas tratados, el apoyo institucional y el compromiso y la colaboración entre los autores. El análisis teórico demuestra que estos grupos educativos representan una herramienta potente para mejorar la calidad formativa en la educación básica, pero su éxito depende de la superación de obstáculos estructurales, pedagógicos y tecnológicos. Por lo tanto, este análisis bibliométrico representa una base para investigaciones a futuro, siendo necesario ampliar el compromiso conjunto de políticas públicas, instituciones educativas y comunidades para garantizar que las comunidades de aprendizaje puedan ser implementadas de manera efectiva, garantizando así una enseñanza significativa, inclusiva y equitativa para todos los estudiantes.


















